domingo, 17 de octubre de 2010

Antología E.G.D.T. 2006 - Tomo V

Raíces profundas

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.

Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Noté después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.

Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.

Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.

Así, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agregó que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino. Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.

Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!

Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento. Qué efecto curioso, pensé...

Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.

Todas las noches, antes de ir a acostarme, daba siempre una mirada a mis hijos. Observaba atentamente sus camas y veía cómo ellos iban creciendo. Frecuentemente rezaba por ellos. En la mayoría de las veces pedía para que sus vidas fueran fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo... Transcurrió el tiempo, llegaron a la adultez, y pensé, entretanto, que era hora de cambiar mis ruegos.

Ese cambio tenía que ver con el hecho de que era inevitable que los vientos helados y fuertes los alcanzasen. Me di cuenta que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurriesen, habían sido muy ingenuos. Siempre habría una tempestad en algún momento de sus vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.

Al contrario de lo que siempre había hecho, recé para que mis hijos crecieran con raíces profundas, de tal forma que pudieren retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.

Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y barridos por el viento.


Rana de pozo

Enrique Galván-Duque Tamborrel

En un pozo profundo vivía una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo resonar las paredes del pozo. Protegidas por su aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse del cubo que, de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del fondo del pozo. Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían bajo el agua o se apretaban contra la pared, y allí esperaban hasta que el cubo era izado y pasaba el peligro.

Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pensar que aquel cubo podía ser una oportunidad en vez de un peligro. Allá arriba se veía algo así como una claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche, y en la que aparecían sombras y luces y formas y colores que hacían presentir que allí había algo digno de conocerse. Y, sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía sobre el brocal del pozo al arrojar y recoger el cubo todos los días. Había que conocer todo aquello. La rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima: «Estás loca. Nosotras hemos nacido para estar aquí, y es aquí donde nos va bien y somos felices. Fuera del pozo la vida es angustiosa y absurda. ¿Cómo te atreves a ir contra las costumbres de todas? ¿Es que una rana jovenzuela como tú puede saber más que la experiencia de todas nosotras?».

La rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del cubo. Se colocó estratégicamente, y en el momento en que el cubo comenzaba a subir dio un salto sobre él, ante el asombro y el horror de la comunidad batracia. El consejo de ancianos abominó de semejante actuación y prohibió que se hablara de ella. Había que salvaguardar la seguridad de la vida en el pozo.

Pasaron los meses y un buen día la rana aventurera se asomó al brocal del pozo. Desde abajo, todas miraban sin atreverse a decir nada. La rana fugitiva les habló de cómo se vivía fuera, de la variedad de alimento, de la libertad, del sol y las plantas, de cómo había sitio para todas, porque era muy grande y nunca se acaba de ver lo que había a lo lejos. Desde abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición. Hubo mucho revuelo, y algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las acallaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre. Sin embargo, a la mañana siguiente, la niña de las trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al sacar el cubo, vio que estaba lleno de ranas.

En sánscrito hay una palabra compuesta para designar a una persona estrecha de miras que se conforma con oír lo que siempre ha oído y hacer lo que siempre ha hecho, lo que hace todo el mundo y lo que, según parece, han de hacer todos los que quieran seguir una vida tranquila y segura. La palabra es "rana-de-pozo" (kup-manduk) y ha pasado a las lenguas modernas indias con ese mismo sentido.

La rebeldía ante las ofuscaciones de nuestro entorno siempre ha sido un impulso regenerador de la vida de las personas, de las organizaciones y de la entera sociedad. Quizá hace unos años este relato evocaría otros sentimientos, pero me temo que hoy toda esa rebeldía tenga que dirigirse contra el gregarismo de los modos de diversión de masas, contra la uniformización de mente que producen las poderosas industrias del ocio, o contra las dictaduras ideológicas que se promueven desde los grandes grupos mediáticos. Hoy, como ayer, es preciso rebelarse ante el pensamiento precocinado, ante las imposiciones de lemas aborregantes o ante las simplezas que se repiten hasta la saciedad sin que nadie tenga el valor de contradecirlas. El acallamiento de la sensatez es una de las mayores desgracias que se pueden abatir sobre cualquier colectividad. Nuestro deber es pensar por cuenta propia y tener el valor de decir en voz alta lo que pensamos. Tener la audacia de desmarcarnos de "lo que se debe pensar", de lo "políticamente correcto". No dejarnos impresionar por el discurso casposo de quienes ridiculizan todo lo que se sale de las rigurosas claudicaciones del pensamiento débil. Y si es preciso, dar un salto valiente, aunque al principio sea en solitario, sin dejarnos narcotizar por el razonable conformismo de los antihéroes.


¿Realmente crees que te pueda salvar?

Querien Vangal

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo hasta llegar a la cima. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.

Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y los estrellas estaban cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía o una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pesaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida.

Él pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de Ia cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:


"AYUDAME DIOS MIO."

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:


"¿QUE QUIERES QUE HAGA?"

"Sálvame Dios mío"


"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"

"Por supuesto Señor"


"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que el otro día encontraron al alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda ... A DOS METROS DEL SUELO ...

... ¿Y tú? ... ¿Qué tan confiado o aferrado estás de tu cuerda?

... ¿Por qué no la sueltas?


Rebajas de Navidad


Enrique Galván-Duque Tamborrel


De un tiempo para acá el doceavo mes se suele presentar con mayores connotaciones de dificultad, inquietud y desencanto que con aquel cariz confortante y pasivo de la admiración, la alegría y la esperanza de épocas pasadas.


Mucha culpa tiene en esta contrariedad el propio hombre. En su búsqueda y afán por dotar de ornamentos a un periodo como éste se le ha pasado la mano. Así, se ha venido a confundir el sentido último del centro de diciembre que es la Navidad. La Navidad ha perdido aquella evocación de júbilo interior ante el nacimiento de Cristo para dar paso a la preocupación por la carencia de bienes que juzgamos necesarios y que, poco a poco, han ocupado el lugar que le correspondía a Jesús.


Nos guste o no, somos, en buena parte, hijos del marketing, los anuncios, las tiendas, la publicidad: del consumismo. Los peor es que el hecho haya cobrado tal raigambre que nuestra felicidad quede ligada a la posesión o no de tal o cual objeto que vimos expuesto en el almacén X. De esta manera, y casi sin darnos cuenta, hemos desplazado nuestra atención de la persona por quien tiene razón todo festejo navideño a «festejar» sin importarnos la persona (que viene a ser algo así como organizar un cumpleaños sin invitar al festejado).


Salir a la calle, en estos días, es constatar la pomposa medida en que vivimos todo lo dicho: miles de personas detenidas frente a los escaparates, manoseando los objetos de temporal (que porque están de rebaja), los adornos para la casa, los panfletos y la ropa de invierno; otras tantas viendo pasar a los vendedores de regalos, a los «Papá Noel» que han adelantado su jornada de trabajo o a los Reyes Magos que ahora resulta que llegan desde el primero de diciembre y se despiden hasta mediados de enero.


En la primera Navidad de la historia todo fue muy distinto. María no cocinó pavo, no puso el arbolito con la multiplicidad de adornos y luces de colores ni dejó su sandalia afuera de la cueva de Belén para que «Papá Noel» le dejase algún abrigo de zorra o marta, que buena falta le hacía, para cubrirse del frío. La única calefacción y lecho que le ofrecieron en el lóbrego antro que tuvo por «palacio» fue el vaho de los animales y las pajas húmedas esparcidas en el suelo. María tenía algo así como quince años. Su «sí» dado nueve meses antes implicó entregarse enteramente, con su candidez y aceptación lozana, a un «muñequito» de carne y hueso que era nada menos que el Mesías de la humanidad.


José, un joven de diecinueve años, no traía en la cartera ningún cheque con aguinaldo incluido. No estaba en periodo vacacional y, mucho menos, tenía contrato con ninguna agencia de viajes para visitar Belén. Su amor juvenil por aquella chiquilla adolescente fue puro e íntegro. Superó, gran contraste con la actualidad, el deseo carnal identificándose con el alma de María quien buscaba como él los bienes del cielo.


Seguramente, en sus humildes mentes, jamás pensaron que años más tardes su fatigosa peregrinación de Nazareth a Belén, sería repetida simbólicamente año tras año con las posadas y, mucho menos, que el hecho del nacimiento de su vástago fuese pretexto disimulado de tan grande espectáculo de materialismo. Y es que ellos eran felices allí, en la pobreza. Muchas de las escenas y estados de dificultad, inquietud y desencanto ante la Navidad se originan por la falta de reflexión sobre el sentido de la felicidad, que viene a ser lo mismo que la pérdida del centro de la fiesta.


¿Es necesaria tal cantidad de compra venta de artículos y «ojeada» de escaparates para ser felices? Evidentemente que no nos vamos a morir de hambre y menos en este periodo, so pretexto de faltar a la auténtica vivencia de la Navidad. No es ese el punto. Vamos a la actitud con que afrontamos vivirla. Millares de pobres, y ahí está el ejemplo de José y María, incluso en nuestros días, viven felices porque no se complican la existencia. Porque los conozco, pienso en los indios náhuas del centro de México. Sumidos en la pobreza viven con una plenitud envidiable estos días, la Navidad misma. No tiene bacalao o caviar en la mesa, porque ni siquiera mesa tiene, ni Reyes Magos que les traigan el regalo que más desean. Viven con sencillez, muy al estilo de la Sagrada Familia y son felices. Este modo de experimentar la Navidad, con un matiz interior, de meditación sencilla ante el misterio, les hace estar alegres y, en consecuencia, felices.


No es absurdo pensar en la experiencia que nosotros, «hombres civilizados», podamos tener pueda ser edificante, plena y feliz si recuperamos el centro de todo festejo que es Cristo. Esto nace, lo sabemos, desde dentro. Según nuestra actitud interior. Pero, como siempre, de nosotros, de nuestra libertad depende...


Reconocimiento a Porfirio Díaz

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Acabó con el baño de sangre que vivía México desde su independencia, pero suprimió la libertad política. Despreciaba las humanidades, pero respetaba a los científicos y economistas. Luchó por la independencia de México contra el Imperio de Maximiliano, instauró una dictadura de treinta años, modernizó al país con ferrocarriles, inversiones y estabilidad macroeconómica, reprimió, sobornó, encarceló y asesinó a sus adversarios políticos.

El Dictador de la Paz, Don Porfirio Díaz. Desde muy joven se inició en las luchas civiles que destrozaron al naciente país en el siglo XIX. Afiliado a la masonería oaxaqueña, militó en el bando liberal al lado de Benito Juárez. Junto con Escobedo se convirtió en el verdugo del Segundo Imperio Mexicano. Luego se levantó en armas contra Juárez y su camarilla, y su lema fue "no reelección". Llegó al poder por medio de una rebelión, y estableció en México un sistema político que le dio al país treinta años de paz.

De su ideario liberal aplicó plenamente los postulados económicos de los hombres de la reforma: individualismo, primacía del capital sobre la persona humana, ausencia del Estado para evitar abusos en contra de los trabajadores y la ley de la oferta y la demanda como principal instancia reguladora de las relaciones laborales. En lo político aplicó la simulación, dejando que la ley fuera letra muerta, e instaurando de hecho una monarquía disfrazada. Heredó de Juárez una sofisticada maquinaria de fraude electoral que en sus manos se amplió y perfeccionó hasta darle el control absoluto del país. Se hizo dueño de los poderes legislativos y judiciales a nivel federal y local, compró a la prensa, al ejército, a los empresarios y a todo aquel que se dejó.

Don Porfirio se ganó a los masones al dejar intactas las leyes anticatólicas, pero apapachó a los católicos al no aplicarlas. Tuvo como enemigos a los periodistas independientes, tanto católicos como socialistas, a los que mandó a mazmorras inmundas o asesinó vilmente. Fundó el culto laico a San Benito Juárez, su gran enemigo, una vez que éste fue apeado del poder por la muerte. Patrocinó biografías, inauguró estatuas y Hemiciclos y bautizó avenidas con el nombre del prócer oaxaqueño.

Logró el equilibrio en las finanzas públicas, la paridad peso-dólar, restauró el crédito y prestigio de México en la comunidad internacional, coqueteó con Estados Unidos, Europa y hasta con Japón, por medio de un astuto equilibrio de influencias. Durante su dominación la modernidad alcanzó a México: debido al teléfono, telégrafo, automóvil, ferrocarril, y otras novedades, el país quedó más integrado, se fortaleció el comercio y la industria, y fue cada vez más difícil organizar rebeliones armadas en contra del gobierno federal.

Los indios yaquis y mayas fueron perseguidos y esclavizados, los pueblos despojados de sus tierras por la Ley Lerdo de 1856 vieron el mayor proceso de latifundismo en México durante el Porfiriato. Máximas garantías, legales e ilegales a las compañías extranjeras, explotación y miseria para los mexicanos. Fue la Belle Epoque para unos cuantos, y un tiempo muy duro para la mayoría de los mexicanos, aunque las abuelitas todavía suspiran por «aquellos tiempos de Don Porfirio»

Era muy torpe para hablar, a veces lloraba ante su impotencia para decir unas cuantas palabras de manera coherente. Era reservado, silencioso, ajeno a externar sus sentimientos. "Porfirio mata llorando" comentó alguna vez Juárez. Quiso ser la encarnación de la autoridad, el orden y el progreso. No le importaba la legalidad, sino el poder. A sus ojos, los mexicanos eran chiquillos impertinentes, que debían ser duramente disciplinados. Era el Gran Papá, el Patriarca, el Hombre Fuerte que sembró la paz.

No supo retirarse a tiempo, y despreció a los que pedían democracia en 1910. Encabezaba un sistema político y económico decrépito, autista, injusto, con ancianos que no entendían que el mundo al que pertenecían estaba estallando en llamas en Sarajevo, San Petersburgo, Londres, Berlín y Viena. No supo encauzar a México hacia una transición pacífica a la democracia, preparando instituciones que dieran orden y coherencia a los procesos políticos subsecuentes a su dominio. Actuó como si fuera inmortal y los mexicanos fueran dichosos con su reinado. Cuando finalmente la violencia estalló, se hizo a un lado, se embarcó a Europa y murió en Francia.

Para los políticos mexicanos modernos, herederos de la revolución, Porfirio Díaz es el villano favorito, sin medias tintas, al que hay que odiar irracionalmente, sin juzgar objetivamente su obra y persona. Aunque con ello se exhibe nuestra incomprensión torpe y desafortunada del pasado de nuestro país, para muchos esto es lo políticamente correcto.


Recordando a Amado Nervo

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La poesía, su resonancia profunda en la conciencia, en la sangre, es la fuerza de la vida que clama con todo su poder ¡bello y terrible! La poesía, canto al agua y al amor que dan vida...o que matan...en fin, el drama inconmensurable del devenir del hombre que a veces canta como el mar o llora como la lluvia... cada cual con su peculiar sonido y significado.

EL AGUA MULTIFORME

El agua toma siempre la forma de los vasos
que la contienen, dicen las ciencias que mis pasos
atisban y pretenden analizarme en vano;
yo soy la resignada por excelencia, hermano.
¿No ves que a cada instante mi forma se aniquila?
Hoy soy torrente inquieto y ayer fui agua tranquila;
hoy soy, en vaso esférico, redonda; ayer, apenas,
me mostraba cilíndrica en las ánforas plenas,
y así pitagorizo mi ser, hora tras hora;
hielo, corriente, niebla, vapor que el día dora,
todo lo soy, y a todo me pliego en cuanto cabe.
¡Los hombres no lo saben, pero Dios si lo sabe!

¿Por qué tú te rebelas? ¿Por qué tú ánimo agitas?
¡Tonto! ¡Si comprendieras las dichas infinitas
de plegarse a los fines del Señor que nos rige!
¿Qué quieres? ¿Por qué sufres? ¿Qué sueñas?
¿Qué te aflige?
¡Imaginaciones que se extinguen en cuanto
aparecen...! ¡En cambio, yo canto, canto, canto!
Canto, mientras tu penas, la voluntad ignota;
canto cuando soy chorro, canto cuando soy gota,
y al ir, Proteo extraño, de mi destino en pos,
murmuro: ¡Que se cumpla la santa ley de Dios!

¿Por qué tantos anhelos sin rumbo tu alma fragua?
¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;
sé como el agua, llena de oblación y heroísmo,
sangre en el cáliz, gracia de Dios en el bautismo;
sé como el agua, dócil a la ley infinita,
que reza en las iglesias en donde está bendita,
y en el estanque arrulla meciendo la piragua.
¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;
lleva cantando el traje de que el Señor te viste,
y no estés triste nunca, que es pecado estar triste.
Deja que en ti se cumplan los fines de la vida:
sé declive, no roca; transfórmate y anida
donde al Señor le plazca, y al ir del fin en pos,
murmura: ¡Que se cumpla la santa ley de Dios!

Lograrás, si lo hicieres así, magno tesoro
de bienes: si eres bruma, serás bruma de oro;
si eres nube, la tarde te dará su arrebol;
si eres fuente, en tu seno verás temblando al sol;
tendrán filetes de ámbar tus ondas, si laguna
eres, y si océano, te plateará la luna.
Si eres torrente, espuma tendrás tornasolada,
y una crencha de arco-iris en flor, si eres cascada.

Así me dijo el Agua con místico reproche,
Y yo, rendido al santo consejo de la Maga,
Sabiendo que es el Padre quien habla entre la noche,
Clamé con el Apóstol: —Señor, ¿qué quieres que haga?

Amado Nervo

EL AMOR NUEVO

Todo amor nuevo que aparece
nos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.

En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.
Para curar la pertinaz
pena, en las almas escondida,
un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro mal
sin lastimar nunca la herida,
como un destello en un cristal.

Como un ensueño en una cuna,
como se posa en la ruina
la piedad del rayo de la luna.
Como un encanto en un hastío,
como en la punta de una espina
una gotita de rocío...
¿Que también sabe hacer sufrir?
¿Que también sabe hacer llorar?
¿Que también sabe hacer morir?
—Es que tú no supiste amar...


Amado Nervo


Reflexionar sobre nuestra propia vida

Querien Vangal

El tiempo de cuaresma, de una forma especial, nos urge a reflexionar sobre nuestra vida. Nos exige que cada uno de nosotros llegue al centro de sí mismo y se ponga a ver cuál es le recorrido de la propia vida. Porque cuando vemos la vida de otras gentes que caminan a nuestro lado, gente como nosotros, con defectos, debilidades, necesitadas, y en las que la gracia del Señor va dando plenitud a su existencia, la va fecundando, va haciendo de cada minuto de su vida un momento de fecundidad espiritual, deberíamos cuestionarnos muy seriamente sobre el modo en que debe realizarse en nosotros la acción de Dios. Es Dios quien realiza en nosotros el camino de transformación y de crecimiento; es Dios quien hace eficaz en nosotros la gracia.

La acción de Dios se realiza según la imagen del profeta Isaías: así como la lluvia y a la nieve bajan al cielo, empapan la tierra y después da haber hacho fecunda la tierra para poder sembrar suben otra vez al cielo.

La acción de Dios en al Cuaresma, de una forma muy particular, baja sobre todos los hombres para darnos a todos y a cada uno una muy especial ayuda de cara a la fecundidad personal.

La semilla que se siembra y el pan que se come, realmente es nuestro trabajo, lo que nosotros nos toca poner, pero necesita de la gracia de Dios. Esto es una verdad que no tenemos que olvidar: es Dios quien hace eficaz la semilla, de nada serviría la semilla o la tierra si no fuesen fecundadas, empapadas por la gracia de Dios.

Nosotros tenemos que llegar a entender esto y a no mirar tanto las semillas que nosotros tenemos, cuanto la gracia, la lluvia que las fecunda. No tenemos que mirar las semillas que tenemos en las manos, sino la fecundidad que viene de Dios Nuestro Señor. Es una ley fundamental de la Cuaresma el aprender a recibir en nuestro corazón la gracia de Dios, el esfuerzo que Dios está haciendo con cada uno de nosotros.

Jesucristo, en el Evangelio también nos da otro dinamismo muy importante de la Cuaresma, que es la respuesta de cada uno de nosotros a la gracia de Dios. No basta la acción de la gracia, porque la acción de la gracia no sustituye nuestra libertad, no sustituye el esfuerzo que tiene que brotar de uno mismo. Cristo nos pone guardia sobre la autosuficiencia, pero también sobre la pasividad. Nos dice que tenemos que aprender a vivir la recepción de la gracia en nosotros, sin autosuficiencia y pasividad.

Contra la autosuficiencia nos dice el Señor en el Evangelio: "No oréis como oran los paganos que piensan que con mucho hablar van a ser escuchados". Jesús nos dice: "tienen que permitir que su corazón se abra, que tu corazón sea el que habla a Dios Nuestro Señor. Porque Él, antes de que pidas algo, ya sabe que es lo que necesitas". Pero al mismo tiempo hay que cuidar la pasividad. A nosotros nos toca actuar, hacer las cosas, nos toca llevar las situaciones tal y como Dios nos lo va pidiendo. Esto es, quizá, un esfuerzo muy difícil, muy serio, pero nosotros tenemos que actuar a imitación de Dios Nuestro Señor. De Nuestro Padre que está en el Cielo. Este camino supone para todos nosotros la capacidad de ir trabajando apoyados en la oración.

Escuchábamos el Salmo que nos habla de dos tipos de personas: "Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos a sus oídos; contra el malvado, en cambio esta el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo". Si nosotros aprendiéramos a ver así todo el trabajo espiritual, del cual la Cuaresma es un momento muy privilegiado. Si aprendiéramos a ver todo esto como un trabajo que Dios va realizando en el alma y que al mismo tiempo va produciendo en nuestro interior un dinamismo de transformación, de confianza, de escucha de Dios, de camino de vida; un dinamismo de acercamiento a los demás, de perdón, de apertura del corazón. Si esto lo tuviésemos claro, también nosotros estaríamos realizando lo que dice el Salmo: "el Señor libra al justo de sus angustias".

¿Cuántas veces la angustia que hay en el alma, proviene, por encima de todo, de que nosotros queremos ser quien realiza las cosas, las situaciones y nos olvidamos de que no somos nosotros, sino Dios? ¿Pero cuántas veces también, la angustia viene al alma porque queremos dejarle todo a Dios, cuando a nosotros nos toca poner mucho de nuestra parte? Incluso, cuando a nosotros nos toca poner algo que nos arriesga, que nos compromete; algo que nos hace decir: ¿será así o no será así?, y sin embargo yo sé que tengo que hacerlo. Es la semilla que hay que sembrar.

Cuando el sembrador, tiene una semilla y la pone en el campo, no sabe qué va a pasar con ella. Se fía de la lluvia y de la nieve que le va a hacer fecundar. ¿Cuántas veces a nosotros nos podría pasar que tenemos la semilla pero preferimos no enterrarla, preferimos no fiarnos de la lluvia, porque si falla, qué hacemos?

Sin embargo Dios vuelve a repetir: "El Señor libra al justo de todas sus angustias" ¿Cuáles son las angustias? ¿De autosuficiencia? ¿De pasividad? ¿De miedo? Aprendamos en esta Cuaresma permitir que el Señor llegue a nuestro corazón y encuentre en él una tierra que es capaz de apoyarse plenamente en Dios, pero al mismo tiempo, capaz de arriesgarse por Dios Nuestro Señor.


Reflexiones acerca de la familia mexicana

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Pareciera que a lo largo de nuestras vidas no valoramos lo suficientemente aquellos temas cotidianos que sin embargo son fundamentales de entender y reflexionar. Por ejemplo, el correr de la sangre por las venas y arterias, el nacimiento de una flor, el salir y ocultarse del sol o que la familia es la célula básica de toda sociedad.

El inicio de este siglo se ha caracterizado por el cuestionamiento irreflexivo de lo que forma parte de la naturaleza de la persona. México no ha estado exento de esos debates.

El estudio sobre la familia realizado por el DIF que recopila datos entre 1990 y el año 2000, y que fue presentado el 24 de enero del 2006 en el marco de la próxima celebración del día de la familia, refleja que la familia es esa célula básica y centro de nuestra convivencia social, pues el 81% de los hogares siguen estando conformados por la familia tradicional.

Dado el contexto y evolución del entorno local y global, la familia enfrenta nuevos retos, los mismos que como humanidad debemos afrontar.

Esto no significa negar ni olvidar nuestra naturaleza, por el contrario implica fortalecerla aprovechando todas las cosas que este mundo -del cual formamos parte y en el cual participamos- nos presenta.

Chile y Argentina habían realizado ya en 1993 y el año 2000 respectivamente, un estudio profundo sobre la situación de la familia en dichos países. Tanto en Chile como en Argentina los estudios tuvieron una influencia decisiva en las políticas públicas y las leyes que buscan fortalecer a su sociedad.

EL VALOR DE LA FAMILIA MEXICANA.

El estudio sobre la familia mexicana nos dice que la familia nuclear en México está compuesta por 4.5 miembros en promedio, lo cual nos habla de que son padre, madre y entre dos y tres hijos por pareja.

El 81% de las familias están encabezadas por un hombre y el 19% por mujeres. Esto implica que el modelo tradicional de mamá, papá e hijos, sigue imperando en nuestra sociedad. Los hijos en un 80% viven en el pueblo o ciudad que sus padres, muestra fehaciente de la cohesión familiar.

La mitad de los hijos y una tercera parte de las hijas, se comunican al menos telefónicamente de forma diaria con sus padres.

Reafirmando el concepto de unidad y solidaridad familiar que existe en México, es notorio ver que el estudio refleja que hay un 59.5% de familias en las que conviven en la misma casa tres generaciones (abuelos, padres e hijos), un 32.7% de los hogares tienen convivencia de dos generaciones (padres e hijos) y en solo el 5.7% de las familias vive una generación.

"SOLIDARIDAD". Valor esencial de la familia mexicana.

La solidaridad se vive en la familia de acuerdo con las características naturales propias del hombre y la mujer. Las mujeres ayudan más que los hombres en tres de cinco situaciones graves mencionadas: la muerte de un pariente, una enfermedad grave y cuando hay problemas económicos serios. En casos de accidentes y de problemas de trabajo son los hombres los que más ayudan.

LOS RETOS DE LA FAMILIA MEXICANA

Así mismo el estudio muestra retos importantes para la familia, especialmente el creciente involucramiento de la mujer en el trabajo profesional pues hay que crear las condiciones necesarias para que sean compatibles la vocación de madre y la vocación de profesionista. En el campo, el 62.6% de las personas opinan que la mujer no debe trabajar fuera de casa mientras tiene niños pequeños, en la ciudad el 48% de las personas opinaron lo mismo… ¿cómo conciliar vida profesional y vida familiar? He aqui un gran reto.

En el año 2000 hubo 7 divorcios por cada 100 matrimonios. De las madres solas (5.2 millones), 44% son viudas, 25% separadas, 22% solteras y 9% divorciadas. Estas son mujeres que enfrentan el reto de ser papá y mamá a la vez, proveedoras y educadoras. Será fundamental crear políticas públicas que apoyen a éstas mujeres que en ocasiones desempeñan su papel con verdadero heroísmo y entrega por sus hijos.

La encuesta señala que los principales problemas que enfrenta la familia en México son:

Violencia intrafamiliar (15%), problemas económicos (10%), desintegración familiar (9%). La violencia no es solamente contra la mujer, en ocasiones es también contra los niños que lo recienten en su desarrollo personal. La desintegración familiar, coincide con el índice de divorcios que hay en México.

Un asunto sumamente preocupante, y que está ligado con una de las causas de conflicto en la familia mexicana (comunicación o convivencia), es que la mayor convivencia que tienen nuestras familias es alrededor de los alimentos acompañados por la t.v. (+ 80%) seguida de las salidas de paseo 71.2%

Este hecho no da espacio para un intercambio enriquecedor entre todos los miembros de la familia, que permita conocerse mutuamente para apoyarse y desarrollarse en un clima de armonía, paz y amor.

FORTALECIENDO A LA FAMILIA MEXICANA.

La mayor fortaleza de nuestra familia mexicana como hemos visto, es esa cohesión y solidaridad que existe entre todos sus miembros, los mexicanos nacen, viven, crecen, se desarrollan y mueren en familia en su gran mayoría.

El reto está en lograr una mayor convivencia y comunicación para que juntos, en equipo y de manera solidaria se logren superar los conflictos naturales de una convivencia, así como lograr una incorporación de la mujer al campo laboral libre de sobresaltos y calificativos machistas, siendo ésta una oportunidad de oro para proyectar una mayor cohesión y compenetración entre los miembros de la familia y de las familias entre sí para consolidar el México del siglo XXI.

Un estudio realizado por el Consejo de la Comunicación, promotor del día de la familia, señala como prioridad en la sociedad mexicana, el tema de la comunicación en la familia. Por ello este año toda la reflexión del Día de la Familia (domingo 5 de marzo) gira en torno a éste tema. El reto es pues COMUNICACIÓN.

Por otro lado, es fundamental impulsar una "perspectiva de familia", es decir, que todas las políticas, leyes y planes de gobierno tomen como referente y eje central el tema del fortalecimiento y protección de la familia como eje central de la sociedad.

Las conclusiones expresadas por quienes estuvieron presentes en el evento en donde se presentó el Diagnóstico de la Familia Mexicana nos hacen reflexionar acerca de que tenemos un enorme deber de encontrar soluciones y ponerlas en práctica para fortalecer a la familia, sus haberes y sus valores.

Si México quiere ser grande debe comenzar por la base, es en la familia en donde se agregan los ingredientes más importantes (los valores) para que el resultado sean mejores personas: padres, ciudadanos, trabajadores, estudiantes, investigadores, políticos ó religiosos.

Si México busca ser competitivo y grande, debemos empezar por nuestra familia. Trabajemos por una familia en donde el principal valor que se fomente sea la Solidaridad.


Reflexiones de un enfermo en torno al dolor

Querien Vangal

El dolor es un misterio. Hay que acercarse a él de puntillas y sabiendo que, después de muchas palabras, el misterio seguirá estando ahí hasta que el mundo acabe. Tenemos que acercarnos con delicadeza, como un cirujano ante una herida. Y con realismo, sin que bellas consideraciones poéticas nos impidan ver su tremenda realidad.

La primera consideración que yo haría es la de la «cantidad» de dolor que hay en el mundo. Después de tantos siglos de ciencia, el hombre apenas ha logrado disminuir en unos pocos centímetros las montañas del dolor. Y en muchos aspectos la cantidad del dolor aumenta. Se preguntaba Péguy: ¿Creemos acaso que la Humanidad esta sufriendo cada vez menos? ¿Creéis que el padre que ve a su hijo enfermo hoy sufre menos que otro padre del siglo XVI? ¿Creéis que los hombres se van haciendo menos viejos que hace cuatro siglos? ¿Que la Humanidad tiene ahora menos capacidad para ser desgraciada?

LA MONTAÑA DEL DOLOR

Los medios de comunicación nos hacen comprender mejor el tamaño de esa montaña del dolor. El hombre del siglo XIV conocía el dolor de sus doscientos o de sus diez mil convecinos, pero no tenía ni idea de lo que se sufría en la nación vecina o en otros continentes. Hoy, afortunada o desgraciadamente, nos han abierto los ojos y sabemos el número de muertos o asesinados que hubo ayer. Sabemos que 40 millones de personas mueren de hambre al año. Y hoy se lucha más que nunca contra el dolor y la enfermedad... Pero no parece que la gran montaña del dolor disminuya. Cuando hemos derrotado una enfermedad, aparecen otras nuevas que ni sospechábamos (¿cómo olvidar el SIDA?) que toman el puesto de las derrotadas. En la España de hoy, y a esta misma hora, hay tres millones de españoles enfermos. Y diez millones pasan cada año por dolencias más o menos graves. Pero el resto de sus compatriotas (y de sus familiares) prefiere vivir como si estos enfermos no existieran. Se dedican a vivir sus vidas y piensan que ya se plantearán el problema cuando «les toque» a ellos.

Sabemos muy poco del dolor y menos aún de su porqué. ¿Por qué, si Dios es bueno, acepta que un muchacho se mate la víspera de su boda, dejando destruidos a los suyos? ¿Por qué sufren los niños inocentes? Nosotros, cristianos, debemos ser prudentes al responder a estas preguntas que destrozan el alma de media Humanidad. ¿Quién ignora que muchas crisis de fe se producen al encontrarse con el topetazo del dolor o de la muerte? ¿Cuántos millares de personas se vuelven hoy a Dios para gritarle por qué ha tolerado el dolor o la muerte de un ser querido?

Dar explicaciones a medias es contraproducente y sería preferible que, ante estos porqués, los cristianos empezásemos por confesar lo que decía Juan Pablo II en su encíclica sobre el dolor: El sentido del sufrimiento es un misterio, pues somos conscientes de la insuficiencia e inadecuación de nuestras explicaciones. Algunas respuestas pueden aclarar algo el problema y debemos usarlas, pero sabiendo siempre que nunca explicaremos el dolor de los inocentes.


TEORÍAS, NO

Una de esas respuestas parciales podía ser la que afirma que dedicarse a combatir el dolor es más importante y urgente que dedicarse a hacer teorías y responder porqués.

Hemos gastado más tiempo en preguntarnos por qué sufrimos que en combatir el sufrimiento. Por eso, ¡benditos los médicos, las enfermeras, cuantos se dedican a curar cuerpos o almas, cuantos luchan por disminuir el dolor en nuestro mundo!

El dolor es una herencia de todos los humanos, sin excepción. Un gran peligro del sufrimiento es que empieza convenciéndonos de que nosotros somos los únicos que sufrimos en el mundo o los que más sufrimos. Una de las caras más negras del dolor es que tiende a convertirnos en egoístas, que nos incita a mirar sólo hacia nosotros. Un dolor de muelas nos hace creemos la víctima número uno del mundo. Si en un telediario nos muestran miles de muertos, pensamos en ellos durante dos minutos; si nos duele el dedo meñique gastamos un día en autocompadecemos. Tendríamos que empezar por el descubrimiento del dolor de los demás para medir y situar el nuestro.

Es la humilde aceptación de que el hombre, todo hombre, es un ser incompleto y mutilado. Es el descubrimiento de que se puede ser feliz a pesar del dolor, pero es imposible vivir toda una vida sin él. El mayor descubrimiento, el que más me ha tranquilizado como hombre ha sido precisamente este sano realismo. Tratar de no mitificar mi enfermedad, no volverme contra Dios y contra la vida, como si yo fuera una víctima excepcional. Desde el primer momento me planteé la obligación de pensar que «yo no era un enfermo», sino «un señor que tiene un problema» como «todos» tiene sus problemas.

Cuando vas conociendo a los hombres, descubres que «todos» son mutilados de algo. Así pensé que a mí me faltaban los riñones o me sobraba un cáncer, pero que a los demás o les faltaba un brazo, o no tenían trabajo, o tenían un amor no correspondido, o un hijo muerto. Todos. ¿Qué derecho tenía yo, entonces, a quejarme de mis carencias, como si fueran las únicas del mundo? Sentirme especialmente desgraciado me parecía ingenuo y, sobre todo, indigno.


DEMASIADA RETÓRICA

La tercera gran respuesta es ver los aspectos positivos de la enfermedad. Quiero prevenir contra un gran error muy difundido entre personas de buena voluntad: la tendencia a ver en la enfermedad y el dolor algo objetivamente bueno. Creo que se ha hecho, especialmente entre los cristianos, mucha retórica sobre la bondad del dolor, con la que se confunden tres cosas: lo que es el dolor en sí; lo que se puede sacar del dolor; y aquello en lo que el dolor puede acabar convirtiéndose, con la gracia de Dios. Lo primero es y seguirá siendo horrible. Lo segundo y lo tercero pueden llegar a ser maravillosos.

Cristo mismo lo dejó bien claro en su vida: jamás ofreció florilegios sobre la angustia, no fue hacia el dolor como hacia un paraíso. Al contrario: se dedicó a combatir el dolor en los demás, y, en sí mismo, lo asumió con miedo, entró en él temblando, pidió, mendigó al Padre que le alejara de él y lo asumió porque era la voluntad de su Padre. Y entonces acabó convirtiendo el dolor en redención. Es mejor no echarle almíbar piadoso al dolor. Pero hay que decir sin ningún rodeo que en la mano del hombre está conseguir que ese dolor sea ruina o parto. El hombre no puede impedir su dolor, pero puede conseguir que no lo aniquile, e incluso lograr que ese dolor lo levante en vilo.

En lo humano y mucho más en lo sobrenatural, el dolor puede llegar a ser uno de los grandes motores del hombre. Luís Rosales afirmaba que «los hombres que no conocen el dolor son como iglesias sin bendecir».

El dolor es parte de nuestra condición humana; deuda de nuestra raza de seres atados al tiempo y a la fugitividad. No hay hombre sin dolor. Y no es que Dios «tolere» los dolores, es, simplemente, que Dios respeta la condición temporal del hombre, lo mismo que respeta que un círculo no pueda ser cuadrado. Lo que Dios sí nos da es la posibilidad de que ese dolor sea fructífero. Empezó haciéndolo fructífero él mismo en la Cruz y así creó esa misteriosa fraternidad de dolor de la que nosotros podemos participar.


VINAGRE, O VINO GENEROSO

El hombre tiene en sus manos esa opción de conseguir que su propio dolor y el de sus prójimos se conviertan en vinagre o en vino generoso. Yo he comprobado aquella frase de León Bloy que aseguraba que en el corazón del hombre hay muchas cavidades que desconocemos hasta que viene el dolor a descubrírnoslas. Así puedo afirmar que el dolor es, probablemente, lo mejor que me ha dado la vida y que, siendo en sí una experiencia peligrosa, se ha convertido más en un acicate que en un freno.

Pase lo que pase, a lo que tú no tienes derecho es a desperdiciar tu vida, a rebajarla, a creer que, porque estás enfermo, tienes ya una disculpa para no cumplir tu deber o para amargar a los que te rodean. Debes considerar la enfermedad como un handicap, como un «reto», como una nueva forma para testimoniar tu fe y realizar tu vida. Has de buscar todos los modos para sacar todo lo positivo que haya en la enfermedad y así rentabilizar más tu vida.

Lo verdaderamente grave de la enfermedad es cuando ésta se alarga y se alarga. Un dolor corto, por intenso que sea, no es difícil de sobrellevar. Lo verdaderamente difícil es cuando ese camino de la cruz dura años, y peor aún si se vive con poca o ninguna esperanza de curación en lo humano.

Sólo la gracia de Dios ha podido mantenerme alegre en estos años. Y confieso haberla experimentado casi como una mano que me acariciase. Dios no me ha fallado en momento alguno. Yo llamaría milagro al hecho de que en casi todas las horas oscuras siempre llegaba una carta, una llamada telefónica, un encuentro casual en una calle, que me ayudaba a recuperar la calma. Confieso con gozo que nunca me sentí tan querido como en estos años. Y subrayo esto porque sé muy bien que muchos otros enfermos no han tenido ni tienen en esto la suerte que yo tengo.

La verdadera enfermedad del mundo es la falta de amor, el egoísmo. ¡Tantos enfermos amargados porque no encontraron una mano comprensiva y amiga!

Es terrible que tenga que ser la muerte de los seres queridos la que nos descubra que hay que quererse deprisa, precisamente porque tenemos poco tiempo, porque la vida es corta ¡Ojalá no tengáis nunca que arrepentiros del amor que no habéis dado y que perdisteis!

La enfermedad es una gran bendición: cuando te sacude ya no puedes seguirte engañando a ti mismo, ves con claridad quién eras, quién eres.

Descubrí a su luz que en mi escala de valores real había un gran barullo y que no siempre coincidía con la escala que yo tenía en mis propósitos y deseos. ¡Cuántas veces el trabajo se montó por encima de la amistad! ¡Cuántos más espacios de mi tiempo dediqué al éxito profesional que a ver y charlar pausadamente con los míos! Aprendí también a aceptarme a mí mismo, a saber que en no pocas cosas fracasaría y no pasaría absolutamente nada, entendí incluso que uno no tiene corazón suficiente para responder a tanto amor como nos dan. Todo hombre es un mendigo y yo no lo sabía.

Entre estos descubrimientos estuvo el de los médicos, las enfermeras y los otros enfermos. Hasta hace algunos años apenas había tenido contactos con el mundo de los hospitales y tenía de sus habitantes ese barato concepto por el que, con tanta frecuencia acostumbramos a medir a los seres más por sus defectos que por sus virtudes. La enfermedad, al vivir horas y horas en los hospitales, me descubrió qué engañado estaba.


UN ABUSO DE CONFIANZA

La idea de que la enfermedad es «redentora» no es un tópico teológico, sino algo radicalmente verdadero. Dios espera de nosotros, no nuestro dolor, sino nuestro amor; pero es bien cierto que uno de los principales modos en que podemos demostrarle nuestro amor es uniéndonos apasionadamente a su Cruz y a su labor redentora. ¿Qué otras cosas tenemos, en definitiva, los hombres para aportar a su tarea?

Os confieso que jamás pido a Dios que me cure mi enfermedad. Me parecería un abuso de confianza; temo que, si me quitase Dios mi enfermedad, me estaría privando de una de las pocas cosas buenas que tengo: mi posibilidad de colaborar con él más íntimamente, más realmente. Le pido, sí, que me ayude a llevar la enfermedad con alegría; que la haga fructificar, que no la estropee yo por mi egoísmo.


Regeneración o Democracia

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Llegaron al liberalismo por dos caminos diferentes, como lo eran sus propios orígenes. Uno, había nacido en 1873, en Parras, Coahuila, y era el primogénito de una de las familias más ricas del país; el otro, nacido en 1874, era originario de San Antonio Eloxochitlán, Oaxaca, donde sus padres habían echado raíces después de la guerra contra el imperio.

Francisco I. Madero estudió en Francia y Estados Unidos, lugares donde conoció los aires del liberalismo político de finales del siglo XX. Ricardo Flores Magón ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y entre las aguas del positivismo porfiriano, navegaba su liberalismo como herencia familiar: su padre combatió con los liberales durante la guerra de Reforma, con los republicanos frente a la intervención francesa y al imperio de Maximiliano y finalmente se sumó a la revolución de Tuxtepec que llevó a Porfirio Díaz al poder en 1876. La amistad con Camilo Arriaga --hijo de Ponciano Arriaga, uno de los principales liberales de la generación de la Reforma--, permitió a Flores Magón adentrarse a la literatura política liberal, social y anarquista.

Al doblar el siglo, aún sin conocerse, Flores Magón y Madero compartían una idea común: la oposición contra el régimen de Porfirio Díaz. El oaxaqueño comenzó su crítica al sistema político porfirista, en 1900, a través de un periódico que con el tiempo se convertiría en un bastión opositor: Regeneración. Madero lo hizo en 1904, participando en la campaña local de Coahuila, postulando a un candidato opositor al candidato oficial para la gubernatura del estado, y al igual que Flores Magón, se valió de la palabra escrita para su primera despertar la conciencia cívica: fundó en San Pedro de las Colonias Coahuila, el periódico El Demócrata.

En 1900 comenzó a circular el periódico de oposición. Ambos inician la oposición contra la dictadura desde la trinchera de las ideas liberarles: es decir, la recuperación de los derechos políticos; elecciones libres, candidaturas independientes y no imposición.

Los nombres de ambos periódicos resultan por demás elocuentes. Curiosamente en ellos asomaba el futuro desencuentro. Flores Magón propondría una regeneración de la patria y de sus instituciones; Madero, por su parte, elegiría el camino de las leyes y las instituciones como fórmula para instaurar la democracia y transformar la realidad del país asolado por la dictadura. Regeneración y Democracia, dos visiones hacia un mismo fin, que terminaron enfrentadas entre sí.

Por su origen, por su formación intelectual y por su visión de la realidad mexicana, Madero y Flores Magón difícilmente podrían haber encontrado un punto de comunión en su lucha, no obstante que los dos se oponían a la dictadura porfirista.

Sólo en algunas cartas que cruzaron en los primeros meses de 1905, mantuvieron un tono cordial. Después dejaron de escribirse y lo que sabía uno del otro, era por terceras personas, por comentarios que vertían en su vasta correspondencia o a través de sus opiniones políticas publicadas en los periódicos de oposición que circulaban en los primeros años del siglo XX.

A principios de 1905, Ricardo Flores Magón se encontraba en Estados Unidos desde 1904, a donde había tenido que huir perseguido por la represión porfirista. Su estancia en San Luís Missouri, San Antonio, Texas y otras ciudades importantes, fue por demás un calvario, ante la escasez de recursos económicos, los Flores Magón y otros partidarios apenas sobrevivían. Madero decidió apoyar al político oaxaqueño y pagó por adelantado una serie de suscripciones anuales de Regeneración, y además ofreció su ayuda desinteresada porque consideraba que perseguían la misma causa.

Por entonces, Madero se encontraba imbuido por la pasión de los trabajos electorales que desarrollaba en la campaña de Coahuila; de ahí que entregó sin miramientos su ayuda a Flores Magón. Al final de una carta dirigida al político oaxaqueño, con gran optimismo por la causa liberal que aparentemente los dos defendían, Madero escribió: "Creemos que su Regeneración tendrá que conocer las Regeneraciones de la patria, inflamando a los mexicanos de noble indignación contra sus tiranos".


El liberal y el anarquista

A pesar de que hacia 1905, Ricardo Flores Magón y sus partidarios trabajaban para constituir la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, Ricardo transitaba rápidamente hacia la extrema izquierda, alejándose de los postulados del liberalismo político que tanto su padre, como los Arriaga o Madero, habían defendido o defendían como alternativa para México.

Como era de esperarse, el primer esfuerzo democrático de Madero se encontró de frente con la imposición del candidato oficial en Coahuila. Aún así, en el mes de diciembre la posibilidad de aprovechar la inercia de la campaña local y comenzar a fundar clubes, primero en Coahuila y luego en el resto del país para fundar un partido nacional que despertara el espíritu público. Sin embargo, a los pocos días cambió de opinión y decidió aplazar su lucha democrática para un momento más oportuno que, a su juicio, llegaría con las elecciones presidenciales en 1910.

Aunque entre las razones de su decisión seguramente gravitaba cierta presión familiar –la política opositora ponía en riesgo la fortuna familiar-, Madero encontró la justificación en la forma de ser del mexicano: "Después de reflexionar con calma, comprendí que nuestro carácter nacional no era para hacer una campaña tan larga, pues nosotros sólo procedemos y progresamos por impulsos. En tal virtud, me pareció conveniente esperar que se presentara una oportunidad favorable para emprender una enérgica campaña, que en poco tiempo pudiera darnos el triunfo deseado".

Ricardo Flores Magón no le vio sentido a la decisión de Madero. No creía en el camino institucional, ni en la formación de clubes ni en la participación política de la ciudadanía a largo plazo. Al respecto, escribió: "Los programas que encierran puramente puntos políticos deben ser vistos con desconfianza. La política está haciendo, mejor dicho, ha hecho bancarrota en todo el mundo. Se necesitan reformas sociales que mejoren las condiciones de los trabajadores. La Tierra no debe ser acaparada por unos cuantos mimados de la fortuna. ¿Hay algo de eso en los proyectos del señor Madero?"

Hasta oídos de Madero llegaron las críticas de Flores Magón, lo cual no dejó de sorprenderle, debido a que los dos partían de un objetivo común: combatir los excesos de la dictadura porfirista. Madero pensaba que no debía haber división entre liberales, sin darse cuenta, que Flores Magón había dejado atrás el liberalismo político para entregarse a la doctrina socialista y posteriormente, anarquista.

Sin embargo, Madero no quitaba el dedo del renglón. Era necesario "luchar valerosamente dentro del campo de la Democracia, aprovechando una oportunidad constitucional, serán las próximas elecciones presidenciales". Y por primera vez, rechazó abiertamente los métodos magonistas, a quienes veía como "unos periodistas sumamente exaltados y apasionados". El juicio de Madero no podía ser más certero: "Perseguimos el mismo ideal, aunque por caminos diferentes".

Al iniciar el año de 1906, desde el exilio, Flores Magón tenía decidido organizar un movimiento rebelde, basado en los postulados del programa del partido liberal, o plan de San Luís Missouri, que daría a conocer en julio de ese año. Su contenido era un amplio programa de reformas económicas y sociales, sin precedente en la historia de México, que suponían una transformación total del país y sus instituciones.

Su discurso, en esos primeros meses del año, se había radicalizado por completo:
"Queremos que haya en la patria un cambio radical en su modo de ser político y en su modo de ser social. Queremos una república dentro de la cual seamos libres y felices todos los mexicanos. Nunca hemos soñado con una evolución pacífica. Los intereses actualmente existentes se opondrán desesperadamente a toda libertad y a toda justicia y esa oposición de los elementos conservadores, al chocar con los principios liberales que sostenemos, producirá indefectiblemente la revolución. Necesitamos un programa que beneficie a todos los hombres. Por hoy, solamente gozan los ricos. Es necesario que por la revolución gocen los pobres. No debemos esperar nada de los ricos. Sólo el partido liberal podrá hacer la redención del pueblo".


Magonistas a las armas

Hacia la segunda mitad del año, los tambores de guerra se escuchaban en algunos puntos del país. Madero se mantenía al margen, pero no dejaba de considerar una locura recurrir a las armas en esos momentos. En agosto de 1906, escribió: "Si lo que persiguen es inflamar al país en una revolución, creo que no lo lograrán, pues por más que ellos digan, no hay ningún pretextos plausible para tomar tal determinación, y creo que en las actuales circunstancias sería antipatriótico tal proceder".

Flores Magón y su grupo comenzaron a conspirar, lograron juntar algunos recursos, comprar pocas armas y se dispusieron su levantamiento. El 26 de septiembre estalló una rebelión en Jiménez, Coahuila. Para Madero significó un despropósito. Consideró el levantamiento como descabellado, auguró que una revolución causaría mayores males al país y la sangre derramada significaría un sacrificio inútil. Deploraba que la gente tomara las armas engañada por "la Junta de San Luís, cuya exaltación y cuyas ambiciones bastardas son la causa de que tengamos que lamentar tan desagradables acontecimientos".

En los meses siguientes, varios miembros del partido liberal, trataron de convencer a Madero que apoyara económicamente la causa magonista. Sin embargo, la respuesta fue negativa. Madero expresó sus razones: "No estamos de acuerdo en los medios para remediar la situación; siempre he opinado que luchemos dentro de los límites de la ley en la próximas elecciones presidenciales, podemos ganar y entonces el país continuaría progresando con más rapidez, y el progreso no se limitaría a lo material como actualmente sucede, sino que también progresarían nuestras instituciones a medida que se educara el pueblo en las prácticas democráticas".

En 1908, dos nuevos levantamientos magonistas, uno en Las Vacas (hoy ciudad Acuña) y el otro en Biseca --ambos en Coahuila--, también fracasaron. Madero escribió: "Esos movimientos revolucionarios ha venido a demostrar que le país no quiere ya revoluciones, pues que éstas han sido acogidas con verdadera frialdad. No ha pasado igual con los movimientos democráticos, tuvieron el don de interesar a todo el pueblo".

El fracaso de los movimientos rebeldes magonistas, pero sobre todo, el tiempo le dieron la razón a Madero. Luego de la entrevista Díaz-Creelman en 1908, en la cual don Porfirio aseguró que se retiraría a la vida privada para las elecciones de 1910, el momento político "oportuno" del que habló Madero en 1905, había llegado.

La revolución de cada quien

Cuando Madero tomó la decisión de recurrir a las armas contra la dictadura, es porque llevaba 5 años confiando en la ley, en las instituciones y en el gobierno. Porque confiaba en que las autoridades respetarían las elecciones de 1910. Sin embargo, luego de agotar todos los caminos institucionales para instaurar la democracia, la cerrazón del gobierno lo arrojó a tomar la decisión de recurrir a las armas.

Sin embargo, a diferencia de las rebeliones magonistas de 1906 y 1908, la revolución maderista sí prendió en la conciencia nacional. Madero vio, o quiso ver, que todos los grupos en armas, estaban de acuerdo con su movimiento y a través de un conocido, envió el plan de San Luís Potosí, a los magonistas, expresándoles que en su programa estaban virtualmente contenidos los principios socialistas.

Aunque la posición de Flores Magón era absolutamente radical, en un sentido tenía razón su crítica hacia Madero. No creía que el establecimiento de un régimen democrático, por sí solo, sacaría al país de la desigualdad y la miseria.

Ricardo Flores Magón rechazó a todas luces, la revolución maderista. A sus ojos, Madero había logrado embaucar a muchos miembros del partido liberal para que se unieran a su causa, o bien, los había "deslumbrado con su riqueza". Decidieron sumarse a la revolución pero por su cuenta y ocupando el territorio de Baja California. Flores Magón definió el movimiento maderista como burgués. Como una revolución que defendía los intereses de los ricos, mientras que el Partido Liberal, defendía los de los pobres.

En palabras de Flores Magón, en 1911 su propia revolución "se trata de la lucha económica de toda una nación decidida a recuperar la tierra y de esta manera, conseguir su independencia económica. Es una lucha contra el poder del dinero, la lucha económica de un pueblo desheredado. Somos gente práctica, comprometidos tenazmente en las más prácticas de las tareas: recuperar la herencia natural de los desheredados. La revolución del Partido Liberal Mexicano no es política sino una verdadera revolución económica".


Una oportunidad para la democracia

El 28 de mayo de 1911, 7 días después de la firma de los tratados de ciudad Juárez que pusieron fin a la revolución maderista, un viejo miembro del partido liberal, L. Rivas Iruz, escribió una carta a Ricardo Flores Magón. En ella, reconocía virtudes y defectos en Madero, pero defendía la importancia de incorporarse a la lucha democrática a través de los cauces institucionales. La carta es un análisis crítico del momento, pero de gran claridad en cuanto a las ideas políticas.

"Debemos recordar –refiere el señor Rivas- que hace 12 o más años que usted señor Magón y otros ciudadanos, trabajamos por el liberalismo y preparamos el antiporfirismo, precursor del antirreeleccionismo triunfante. Que trabajamos mucho, abonamos el terreno, pero en nuestra época había trabajo en los talleres, había dinero en la Nación, y ni el santo padre, como dicen las viejecitas, hubiera podido iniciar una revolución. Vino la crisis, faltó el trabajo, se paralizaron los negocios, y el pueblo llegó a la desesperación.

"Usted y el Partido Liberal que organizó tuvieron y tienen aún infinidad de adeptos. Si usted regresa a México, abandonando de contado sus ideas socialistas (realmente inadaptables a nuestro medio por ahora y aun dentro de algunos miles de años), si usted regresa pronto a México, podremos organizar el gran partido liberal, de manera que fuésemos los que velásemos por el bien nacional.

"La revolución triunfó y le tocó en suerte a Madero aparecer como líder de ella por haberle puesto el cascabel al gato y seguramente ganará la presidencia, pero es preciso que no volvamos a las épocas de las unanimidades. Para eso podemos ponerle enfrente nuestro Partido Liberal, pero puro, el que preparó el antiporfirismo, triunfante bajo el nombre de maderista.

Recuerde usted que deseábamos que cayera Díaz y que quedara en su lugar aunque fuera un gendarme, pues cumplamos ya, hagámosle a Madero una oposición con talento dentro de la ley, que así él tomará siempre el camino recto, puesto que habrá hombres dignos que al atacarle o le harán aparecer méritos desconocidos o le corregirán defectos que se le vayan conociendo".

Como era de esperarse, dentro de la lógica anarquista que imperaba en Ricardo López Magón hacia 1911, acercarse a la vía institucional, representaba poco menos que una traición al pueblo. En su respuesta, Flores Magón escribió:

"Conozco bien al pueblo, he pasado hambres y sufrimientos por él. Conozco las leyes y cómo se aplican, con blandura para los ricos, con dureza para los pobres, por la sencilla razón de que el pobre no puede ser tratado como el rico, a quien siempre se le respeta. Quiero la igualdad, la verdadera igualdad; la económica, firme base de la libertad. Soy sincero. Es por el llamado pueblo bajo por el que lucho. Sólo sé que mi conciencia está tranquila porque trabajo por la verdadera humanidad doliente: la pobre, la desheredada. Además estoy convencido de que los gobiernos son opresores, desde el momento en que están instituidos para velar por los intereses de las clases privilegiadas. La revolución se prolongará durante varios años. Muchos gobernantes se sucederán uno a otro en el curso de unos cuantos meses hasta que la Revolución Social haya acumulado suficiente fuerza para triunfar".

Con esta respuesta Flores Magón aventuraba cuál sería el fin de su movimiento. La radicalización de su discurso lo fue alejando de la realidad política del país, pero sobre todo, de participar en la construcción del nuevo estado que surgiría del movimiento armado. En los siguientes años endureció a tal grado su posición política que se quedó solo. Tristemente, murió en la cárcel de Leavenworth, Kansas, el 20 de noviembre de 1922, paradójicamente, en la misma fecha que inició la revolución burguesa que tanto criticó.

Hoy, en la construcción del México para el siglo XXI, Madero sigue siendo un referente, en cambio Flores Magón, es tan sólo una referencia histórica para comprender un periodo del pasado mexicano.


Relato de una mamá adoptiva


Enrique Galván-Duque Tamborrel

Recuerdo que, en forma totalmente accidental y por demás agradable, tuve la oportunidad de escuchar un relato de la hija de una amiga de siempre de una de mis hermanas:

«Ha sido un día muy cansado, esta tarde festejamos los cumpleaños de mis dos hijas –de tres y un año– con una gran piñata. Ambas están ya acostadas y dormidas, soñando con su fiesta, pero la más feliz soy yo, pues adoro a mis hijas y verlas tan emocionadas me conmueve. Acudieron muchas de mis amigas de la facultad, todas con hijos pequeños, y también mamás de las compañeras del kinder de mi hija mayor, a las que sólo conocía de vista. Como siempre que una mamá conoce por primera vez a mi familia llega el momento en que se entera que mis hijas son adoptadas comenzando una serie de preguntas cargadas de muy diferente intención. Casi siempre quien acaba de descubrir que mis hijas son adoptivas las mira como si fuesen marcianas: "¿son adoptadas?", se pregunta pensando que es una broma. Quizá espera ver una niña negrita o con rasgos filipinos, recogida por compasión ante el anuncio de una agencia internacional que busca salvar a niños desvalidos o abandonados»

En estos años, he comprobado que la cultura de la adopción está muy poco desarrollada en este país. Normalmente por adopción imaginan a un matrimonio conmovido ante un bebé abandonado y que decide levantarlo de la calle o de un bote de basura..., ¡por lastima y compasión! La adopción es algo totalmente diferente. Se recoge un objeto o un perrito encontrado y se acepta por lástima, muchas veces sin importarte por qué ni quien lo ha abandonado. Aquí principalmente interviene el sentimiento, la compasión, la idea de remediar algo que está mal. Una acción que no se suele meditar ni razonar. Se trata de aportar una solución a una posible injusticia, para "sentirse mejor".

La adopción es algo más profundo, nace del alma, del corazón. Es el espíritu maternal de toda mujer quien exige al matrimonio la necesidad de tener un bebé en brazos al que amar, cuidar, educar y servir. No se trata de prolongar los apellidos, de sentirse acompañada, de auto realizarse, de garantizar el cuidado propio en la vejez..., todas esas razones descansan en el egoísmo, en mirarse a si misma. Un hijo no es una prolongación de la persona de la madre, sino un ser nuevo, diferente, autónomo, al que se desea amar plenamente, y se quiere educar y guiar para que sea libre y haga su propia vida.

Por supuesto que en una adopción se tiene presente la idea de acoger al desvalido y servir al necesitado, pero la razón principal será siempre el amor al hijo, amor que está presente desde hace muchos años, que se ha ido madurando poco a poco, que ha ido preparando a la pareja para ese encuentro. El hijo –biológico o adoptivo– no aparece de repente a la puerta de la casa, sino que es precedido de un largo proceso, de un auténtico embarazo en el interior de la mamá, en su pancita o en su corazón.

Continúa la amiga: «Todavía me duele profundamente el comentario de un conocido de nuestra familia. Mi primera hija estaba enferma y nosotros muy angustiados porque los doctores no podían bajarle la fiebre. Al vernos en ese estado, esa persona me dijo que me tranquilizase, pues ya sabíamos a donde podríamos acudir a pedir otro..., como si fuese cambiar de computadora... El hijo adoptivo es tu hijo, deseado, amado, esperado, suplicado tantas noches al Dios de la Vida. Unos aretes o una casa se cambian, un perro se sustituye..., tu hijo no puedes escogerlo, ni cambiarlo, ni nadie lo podrá suplir. Los nuevos hijos son eso, otros, estupendos, pero nunca un sustituto».

A mucha gente quizá nadie le ha explicado nunca que adoptar es otra forma de crear su propia familia. Otros están llenos de prejuicios y sinrazones, viven atados a sus esquemas sin posibilidad de cambio. Algunos, simplemente no quieren entenderlo...

Agregó la amiga: «Con curiosidad y cierta pena, la mamá que acaba de enterarse sobre mi familia, se acerca y –más o menos– me pregunta: "Perdón, me he enterado que tus hijas son adoptadas, ¡no lo puedo creer!, pero si son igualitas a tu marido... Pero ¿cómo fue?, ¿de repente?, ¡pobrecita tú!, ¿qué sentiste?"»


Reproducción humana

Querien Vangal

La reproducción humana artificial, llamada generalmente «asistida», goza ya de una amplia aceptación social. Su práctica es legal en varios países desde la última década del siglo pasado. Desde entonces los centros que ofrecen este «servicio» se han difundido prácticamente por toda la geografía mundial. No son pocos los niños que han llegado a nacer gracias a fecundaciones realizadas en los tubos de ensayo: los llamados bebés-probeta. El primero de ellos que se produjo en mundo ha cumplido más de un cuarto de siglo.

Da la impresión de que, por fin, la ciencia ha encontrado la manera de proporcionar hijos a quienes no los pueden tener y de eliminar así sufrimientos, sin perjudicar --según se dice-- a nadie. Eso es lo que mucha gente piensa. Y sobre la ola de esta opinión favorable, los gobiernos han llevado a los legislativos nuevas leyes de reproducción que promete mejorar las perspectivas de curación y de felicidad.

Sin embargo, las apariencias engañan. La opinión políticamente correcta no coincide, en este caso, como en tantos otros, con la opinión científica y éticamente bien fundada. Lo saben los católicos que conocen el Evangelio de la vida y sus implicaciones morales. Y lo saben también todas las personas que se han formado un juicio propio de acuerdo con los datos de la ciencia y los principios de la ética humanista y no siguiendo los eslóganes y las informaciones interesadas de la industria productora de niños y de los laboratorios de investigación biomédica. Todos ellos saben que, a pesar de ciertas apariencias y de los éxitos técnicos conseguidos, la producción de seres humanos en los laboratorios es una práctica que choca con la dignidad de la persona y que trae consigo numerosos abusos y atentados contra las vidas humanas incipientes, es decir, contra los hijos.


1. ¿Por qué es contraria a la dignidad de la persona la producción de seres humanos en los laboratorios?

Hablamos de la dignidad de la persona para expresar el valor incomparable de todo ser humano. Las personas valen por sí mismas; son insustituibles: no podemos ponderar su valor comparándolas con otras personas ni, mucho menos, con cosas. Por eso decimos que la persona es siempre sujeto, fin en sí mismo, y nunca objeto o medio para otro fin. A diferencia de las cosas, las personas no valen más unas que otras, porque el valor de cada una de ellas es, en cierto sentido, absoluto. Las personas, por tanto, no deben ser tratadas nunca como objetos de cálculo o como puros medios para algo. En cambio, los objetos o las cosas, que son intercambiables entre sí, pueden ser tratados como medios al servicio de los seres humanos.

Pues bien, la acción técnica de producir es apropiada para fabricar objetos, pero es completamente inapropiada para ser aplicada a las personas. Cuando se producen seres humanos en el laboratorio, se comete una injusticia con ellos, porque se les está tratando como si fueran cosas. La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados.

La procreación es un acto plenamente personal, es decir, que consiste sólo en la unión fecunda de los padres, que se entregan el uno al otro en cuerpo y alma. Por tratarse de una relación puramente personal -no instrumental- la procreación es conforme con la dignidad personal del niño procreado, que viene así al mundo como un don otorgado a la mutua entrega personal de los padres y no como un producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos.

Producir seres humanos en los laboratorios no es inmoral porque la técnica o lo artificial hayan de ser valorados negativamente. Al contrario, la técnica y el artificio son, en principio, buenos, como fruto del ingenio humano puesto al servicio del hombre. Toda la medicina es un arte o una técnica, en principio, espléndida. Pero llamar a un ser humano a la existencia es mucho más que un acto médico o un acto técnico. Producir seres humanos en el laboratorio es inmoral, porque la producción no es un acto personal como el requerido por la convocatoria de una nueva persona a la existencia. Es un acto técnico que trata objetivamente a los niños como si fueran cosas y no personas. «Una tal relación de dominio es en sí contraria a la dignidad e igualdad que debe ser común a padres e hijos» [1]. El grado de inmoralidad es mayor cuando los hijos son producidos quebrando la realidad del matrimonio o completamente al margen de ella.


2. ¿Por qué hay que tratar desde el primer momento al embrión con el respeto que merece todo ser humano?

La producción instrumental de seres humanos favorece una mentalidad cosificadora de los hijos. Han sido conseguidos como se consiguen las cosas y, casi sin quererlo, se comienza a pensar sobre ellos como si se tratara de algo que se encuentra ahí a disposición del productor para uno u otro fin.

De hecho, la industria productora de seres humanos ha dado lugar, por primera vez en la historia, a la acumulación en los centros de reproducción de un número incalculable de embriones humanos que no van a poder ser gestados por ninguna madre que les dé a luz. Entonces se piensa en la utilidad que puedan tener esos embriones. ¡Signo evidente de la ilicitud de la producción de seres humanos, que los trata como si fueran cosas! Si se respetara la norma básica que dice: «los niños no se producen, se procrean», no nos encontraríamos ante el problema ético y humano, prácticamente irresoluble, de tantos embriones congelados en masa para un destino incierto y, al cabo, casi siempre fatal. Tampoco se practicaría, como suele ser habitual, la llamada reducción embrionaria, es decir, la sustracción de embriones del útero materno cuando resulta que han anidado en él más de los «deseables», ni se desecharía a aquellos que son considerados inadecuados para su transferencia al seno de la madre.

Al embrión humano hay que tratarlo desde el primer momento de su existencia no como a una cosa, sino con el respeto que merece el ser humano. O ¿es que un individuo de la especie humana puede ser algo distinto de un ser humano al que asiste el inalienable derecho de ser tratado como tal?

El embrión es un individuo humano diverso de cualquier otro. Los gametos de la mujer y del varón son células de sus organismos respectivos. Pero cuando un gameto masculino y un gameto femenino se unen, en la fecundación, dando lugar al embrión, aparece una realidad distinta del organismo del padre y de la madre que constituye ya un organismo diverso, es decir, un nuevo cuerpo humano incipiente. Y «donde hay un cuerpo humano vivo, hay persona humana, y, por tanto, dignidad humana inviolable.»[2]

El Magisterio de la Iglesia enseña al respecto que «el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano a la vida.»[3]

El embrión humano merece, pues, el respeto debido a la persona humana, porque «no es una cosa ni un mero agregado de células vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano. Todos hemos sido también embriones.»[4]

3. ¿Por qué es infundada y engañosa la definición de «preembrión» que trae la Ley de Reproducción que se está tramitando?

La Ley de Reproducción de 1988 y la de 2003, ya hablaban de «preembrión», aunque sin definir lo que entendían por ello. La Ley que se está tramitando, en cambio, se atreve a decir, en la Exposición de motivos, que «define claramente el concepto de preembrión, entendiendo por tal al embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito desde que es fecundado hasta 14 días más tarde».

El preembrión -dice, pues, el texto legal- es un embrión de menos de catorce días. Pero ¿significa ese límite temporal que el embrión sería durante ese tiempo primero algo realmente previo a él mismo, como parece sugerirse con poca fortuna en esta definición? En realidad no hay base científica ni filosófica para poder afirmarlo.

Los científicos no son capaces de decir qué es lo que pasaría precisamente el día decimocuarto para justificar una especie de salto cualitativo en la realidad embrionaria. Se aduce que ése es más o menos el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también, que más o menos desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión, por haberse consolidado su implantación en la madre. Pero ni una cosa ni otra justifican que durante los primeros catorce días nos encontráramos con una fase «pre-humana» del desarrollo embrionario, durante la cual estaríamos excusados de tratar al embrión con el respeto debido a todo ser humano. Se puede afirmar que el embrión antes de la implantación en el útero es individual, pero divisible y, después, será ya individual e indivisible. Aun siendo todavía susceptible de división y menos viable que en fases posteriores, el embrión es, desde su comienzo en la fecundación, un cuerpo humano individual que ha iniciado ya un proceso de transformaciones en las que precisamente consiste su ciclo vital. Los cambios son más acelerados y profundos en los comienzos, como volverán a serlo también en las fases finales del ciclo, pero, se tratará siempre de un único proceso dotado de una continuidad fundamental, porque se trata del cuerpo de un mismo individuo o sujeto: en sus fases embrionaria, fetal, infantil, juvenil, adulta o anciana.

La definición legal de preembrión carece, pues, de apoyo científico y filosófico. De hecho, se trata de una ficción legal que, lamentablemente, tiende a sugerir que, aun después de la fecundación, habría en el desarrollo embrionario una fase no humana, durante la cual el embrión humano no merecería el respeto debido a los seres humanos. Prueba de ello es que el término preembrión está en la actualidad totalmente en desuso dentro de la literatura científica especializada [5].


4. La nueva Ley de Reproducción ¿autoriza la producción de embriones humanos también para la investigación y para la industria y no sólo para la reproducción?

Sobre la base de la ficción legal del «preembrión», la Ley de reproducción que se prepara en las Cortes priva al ser humano incipiente de la protección legal que una legislación justa le debería dar. Los derechos fundamentales de esos seres humanos, incluso el derecho a la vida, no son tutelados por esta Ley, que, por tanto, no puede ser calificada más que como gravemente injusta.

La Ley no pone límite eficaz alguno a la producción de embriones en los laboratorios. Eso significa que muchos de ellos serán destruidos enseguida y muchos otros serán congelados. No se da una respuesta ética real al problema de la acumulación de embriones humanos en los tanques de congelación de los laboratorios, los llamados «embriones sobrantes». Pero se facilita una salida falsa al problema abriendo, por así decir, la veda a la utilización de los embriones congelados para fines de investigación e incluso industriales.

En efecto, esta Ley, a diferencia de lo previsto por la Ley de 1988, que prohibía la producción de embriones humanos con un fin distinto que el de la reproducción, de hecho fomenta la producción de embriones con otros fines. Porque, además de no establecer límite eficaz ninguno a su producción, tampoco pone condición ninguna para su utilización como material de investigación, fuera del eventual consentimiento de los progenitores en algunos casos. Por ejemplo, al eliminar la obligación de congelar los embriones no implantados en el útero, podrán ser utilizados «en fresco» con este fin, es decir, inmediatamente después de haber sido producidos, con independencia de que estén vivos y de que sean viables. También se elimina la obligación, impuesta por la Ley de 1988, de demostrar que la investigación que se va a hacer con embriones humanos no pueda realizarse en modelos animales.

En definitiva: el embrión es considerado como un mero material biológico, un mero agregado de células sin dignidad humana. Y recibe una tutela legal menor de la que se les otorga a los embriones de ciertas especies animales protegidas.

Por eso, según el texto legal en preparación, tampoco se prohíbe «comerciar con preembriones o con sus células, así como su importación o exportación», ni «utilizar industrialmente preembriones, o sus células», ni «utilizar preembriones con fines cosméticos o semejantes». Todo esto constituían «faltas graves» en la Ley de 1988. En la actual desaparece esta tipificación, es decir, que todo ello pasa a ser algo permitido. Por otro lado, se permite expresamente la unión de células germinales humanas con las de animales, es decir, la creación de las llamadas «quimeras» o híbridos ínter específicos con la finalidad de ensayar con ellos.

5. El diagnóstico genético preimplantacional y la consiguiente selección de embriones sanos ¿es una técnica curativa o es, por el contrario, eugenésica? ¿Qué pasa con los llamados «bebés-medicamento»?

Al amparo de la Ley de 1988, ya era posible investigar qué embriones eran portadores de enfermedades hereditarias con el fin de desaconsejar su transferencia al útero materno para procrear. Con esta práctica, naturalmente, los embriones no son curados, sino desechados y eliminados. Sólo los eventualmente sanos son transferidos o congelados. Es decir, que se selecciona a los enfermos para la muerte y a los sanos para la vida o la congelación. El nombre que la ética reserva para esta práctica es: eugenesia.

La Ley que ahora se prepara legaliza nuevas formas de práctica de la eugenesia. Porque autoriza también expresamente este procedimiento «con fines terapéuticos para terceros». Es lo que a veces se llama la producción de «bebés-medicamento». Se trata de conseguir un niño que pueda actuar como «donante» compatible para curar a otro hermano suyo enfermo. Si inaceptable es ya el hecho de producir un niño, además, en este caso, como instrumento o medio en beneficio de otro, más grave es aún que todo ello se haga por el mismo procedimiento eugenésico antes descrito, es decir: eliminando a los embriones enfermos o no compatibles para conseguir el nacimiento de uno sano y compatible.

Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a los sanos. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos.


6. ¿Y la clonación de seres humanos? ¿La acepta ya la nueva Ley?

Cuando se conoció en 1997 que se había logrado producir una oveja clónica, casi todo el mundo reaccionó espantado ante la posibilidad de que esa técnica pudiera ser aplicada a los humanos. Porque se trata de producir mamíferos superiores por un método semejante a aquél por el que se reproducen algunos organismos inferiores de forma asexuada, es decir, por reduplicación de sí mismos. La oveja Dolly no tenía padres, porque era la réplica biológica casi exacta de otra oveja, en concreto, de aquélla de quien provenía el núcleo celular, con la correspondiente información genética, que se transfirió a un ovocito previamente liberado de su propio núcleo. Era un nuevo tipo de oveja que no era hija de nadie, sino copia de otra. ¿Se llegará a hacer lo mismo con los seres humanos?

Hemos de decir que, lamentablemente, el primer paso en esa dirección ha sido dado en el momento en que se ha comenzado a producir seres humanos en los laboratorios. El segundo, cuando las leyes que regulan esta producción, como la española de 1988, la han disociado completamente del matrimonio. No se respeta el derecho del niño a nacer de un padre y de una madre conocidos para él. Es más, para proteger el anonimato de los donantes de esperma, y eventualmente la independencia de la mujer sola que lo ha encargado para ella, la Ley prohíbe bajo graves sanciones que le sea revelada al niño producido en el laboratorio la identidad de su padre. Con estos dos pasos, la producción de niños va asociada ya al quebrantamiento lacerante de las relaciones familiares de paternidad/maternidad, de filiación y de fraternidad. Se producen niños a los que se conculcan sus derechos de filiación y de fraternidad. ¿Qué falta para que se dé un paso más y se llegue a producir niños clónicos, es decir, sin padre ni madre?

La Ley que se prepara en las Cortes apunta ya hacia lo que falta. Es cierto que, como Ley de Reproducción, no contempla la posibilidad de que lleguen a nacer niños clónicos, es decir, la llamada clonación reproductiva, pues la prohíbe expresamente. Pero, a diferencia de la Ley de 1988, no prohíbe la clonación «en cualquiera de sus variantes», sino tan sólo la mencionada clonación con fines reproductivos. Con lo cual, es claro que permite otras «variantes» de clonación, en concreto, la llamada «clonación terapéutica». Es lo que falta: ir acostumbrándose a que hay clonaciones de humanos que supuestamente son buenas. ¿Y qué cosa mejor que lo terapéutico, lo que cura? Será la anunciada Ley de Investigación Biomédica la que, al parecer, permitirá expresamente la clonación terapéutica y entonces, quiérase o no, se habrá dado el tercer paso y se habrá abierto la puerta también a la clonación reproductiva.

Porque la clonación llamada terapéutica, que esta Ley de Reproducción admite implícitamente, es ya una clonación de seres humanos. «Se trata, en efecto, de producir seres humanos clónicos a los que, además, no se les dejará nacer, sino que se les quitará la vida utilizándolos como material de ensayo científico a la búsqueda de posibles terapias futuras»[6]. Es decir, que la injusticia de la llamada «clonación terapéutica» es doble: primero producir embriones clónicos y luego utilizarlos como material para investigaciones biomédicas.

Quienes justifican la eliminación de embriones normales obtenidos por fecundación in vitro no tendrían por qué hacer un especial esfuerzo para justificar la investigación con embriones clónicos. Sin embargo, se preocupan de buscar un lenguaje que haga de esa práctica algo más aceptable por dos motivos. Primero, para tratar de hacer ver que es una práctica que no tendría nada que ver con la clonación, porque ésta es todavía una palabra «sucia», es decir, no de recibo para grandes mayorías. Y, segundo, para distanciarla de la polémica persistente en torno a la dignidad del embrión humano. Con la primera finalidad se trata de sustituir el término «clonación terapéutica» por el de «transferencia nuclear». Con la segunda finalidad se sustituye la expresión «embrión clónico» por otras, como «nuclóvulo», «clonote» u «ovocito activado». En el lenguaje se juega siempre la primera batalla.

Se dice que cuando el óvulo no ha sido fecundado por una célula germinal masculina, o espermatozoide, sino «activado» por la transferencia del núcleo de una célula somática cualquiera, el resultado no sería propiamente un embrión, sino otra cosa, a la que se le dan nombres como los citados. Pero ¿es que de los óvulos fecundados de esta manera -ciertamente extraña- no nacerían seres humanos clónicos? ¿Por qué, si no, se prohíbe la clonación reproductiva? ¿No es justamente para evitar el nacimiento de tales clones? Los capaces de iniciar el proceso que concluye en el nacimiento de seres humanos clónicos son, cualquiera que sea el nombre que se les dé, embriones humanos clónicos. Por tanto, no cabe duda de que la nueva Ley de Reproducción abre la puerta a la producción de seres humanos clónicos.


Conclusión

Ciertamente, aun en medio de todos los logros técnicos, el comienzo de la vida humana sigue y seguirá ligado a las relaciones sexuales entre el varón y la mujer, que al unirse en el abrazo conyugal perfeccionan su unión de vida y amor y, al mismo tiempo, generan a los hijos, que reciben como regalo del Cielo. La procreación implica, por tanto, las relaciones justas entre los esposos en la práctica ordenada de la sexualidad, es decir, de la castidad conyugal, por la que el impulso erótico queda asumido e integrado en el amor verdadero. Pero la procreación implica, al mismo tiempo, la práctica ordenada de las relaciones justas entre las generaciones, es decir, de la virtud de la piedad, que regula las relaciones adecuadas entre padres e hijos. La piedad paterno/materna promueve y cultiva los derechos de los hijos y no tolera su conculcación. Ante todo, el derecho fundamental a la vida; pero también, el derecho a nacer de padres conocidos y a poder cultivar con ellos y con los hermanos la vida de familia.

Son estos deberes de piedad y de justicia los que están primariamente en juego en la procreación y los que se quiebran en la producción de niños. La Iglesia, al denunciar como ilícitas las prácticas de la reproducción artificial y los graves abusos contra la vida y los derechos de los hijos que van aparejados a ellas, desea promover ante todo la piedad y la justicia entre las generaciones. Si insiste en estas enseñanzas, aun a costa de cierta impopularidad, y si condena con especial severidad las prácticas abortivas, es porque no puede desistir del grave deber de defender los derechos de cada persona allí donde ésta se encuentra más débil y menos capaz de defenderse por sí misma, en particular, el derecho a vivir. Los no nacidos no son capaces de organizarse para defender sus derechos, ni de reclamarlos ante los tribunales, ni de votar contra los partidos que promueven leyes que los conculcan. Pero una sociedad que no es justa con ellos, no puede ser una sociedad solidaria y con futuro. La llamada sociedad del bienestar no es realmente solidaria con los pueblos más pobres de la tierra porque ha dejado de serlo primero con sus propios hijos. Es una sociedad éticamente enferma, que porta en ella misma los gérmenes de su destrucción.

Sin embargo, ellos, los no nacidos, son objeto del designio amoroso de Dios. Por eso, en último término, son personas con un valor cuasi absoluto: «Antes de formarte en el seno materno, te conocía y antes de que salieras a la luz, te había consagrado» (Jer 1, 5). La Iglesia anunciará sin descanso el Evangelio de la vida, la buena noticia de que la vida de cada ser humano es sagrada y tiene futuro, porque Dios no se olvida de ninguna de sus criaturas. La piedad, la justicia y el amor a la vida humana son posibles.


Rescatemos el afecto

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Es inútil defender los afectos cuando se contraponen
las ideas. Un día u otro las ideas barren los afectos,
que languidecen sin una confianza del todo firme.

Hoy se predica que da igual "mujer con mujer" u "hombre con hombre", además de "hombre con mujer". Todas, dicen, son parejas. Se dice que da igual si la relación es estable o temporal o intercalada con otra o sólo un acontecimiento del momento. Todas, finalmente, son "relaciones intimas" y todo es lícito "si se quieren".

Antes por "amigos" se entendía llanamente como las personas cercanas con quienes uno comparte ideales, proyectos, los momentos buenos y las malas rachas. Ahora por "amigos", se llega a suponer gratuitamente, que comparten incluso la cama. "Nos vemos esta noche"… ¿Por qué a menudo se le añade mentalmente "después de las copas, en la habitación"?

Tal vez alquilar un piso con una compañera de clase, la chica se lo piensa dos veces, no sea que los vecinos se pongan a pensar mal. Vamos a vivir juntas… ¡para que nos salga más barato la renta, oigan, nada más!

Una sonrisa, una mirada de comprensión, suelen ser sencillos desbordamientos externos de aprecio, de ternura, de gratitud, de consuelo… Así como expresamos ese afecto hacia nuestras madres, nuestros padres o hermanos. Pero es una lástima que, cruzados los bordes del parentesco, también los gestos se vuelven ambiguos. Se tergiversan las intenciones, dando a todo al menos una sombra de erotización.

Está claro que incluso las muestras de afecto natural deben regirse con prudencia y mesura. La inocencia no es lo mismo que ingenuidad. Además, hay momentos que por cuidado de la dignidad de las personas y de la intimidad que expresan, merecen reservarse para la discreción del hogar conyugal. Pero, al revés, ya nos sentimos cohibidos para hacer en público incluso algo tan abierto y diáfano como posar una mano en el hombro del vecino –sea hombre o mujer—o platicar caminando juntos en la calle… con la propia madre.

Puede ser que cuando la sociedad tiene cada vez menos experiencia de vivir entre hermanos, es más difícil tratar a los amigos como hermanos. Puede ser que si la sociedad siempre está buscando una gratificación placentera, siempre la encontrará… donde no estaba la pondrá. Puede ser que nadie les diga a los jóvenes que pueden sentir simpatía por sus amigos sin que tenga nada que ver con el romance o replantearse su "orientación sexual".

Puede ser que si miráramos más hacia los ideales comunes, en vez de mirar siempre hacia nosotros mismos, redescubriríamos la camaradería, la colaboración, la lealtad, la solidaridad, la empatía desinteresadas.

De todas formas, no lo dudemos, todavía existe la amistad sin cláusulas de sexualidad. Rescatemos el afecto puro, sin mezclas ni rebajamientos. No toda sonrisa es una invitación sugestiva o un ceder. No toda mirada debe causar sonrojos. No todo abrazo es un buscar "algo más".

Que podamos volver a decir a nuestros amigos y a nuestras amigas, sin vergüenza ni explicaciones: "les quiero".

Resistencia civil

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La resistencia civil, fue, en muchos países la manifestación de lucha por la libertad y la democracia, en contra de los actos represivos injustos e ilegales de gobiernos autoritarios y dictatoriales.

Las acciones contra la legalidad, contra el orden, contra el voto mayoritario y democrático, no son resistencia civil.

Son actos de:

• Violencia.

• Provocaciones que buscan la acción del Estado para llamarlo represor.

• Violación de los derechos humanos de todos los demás.

• Protagonismo de resentidos.

• Manipulación de líderes que se creen iluminados.

• Delitos del fuero común.

• Presiones que dividen y frenan el desarrollo.

Los maestros de Oaxaca, que han utilizado la violencia, que han cometido delitos, no buscan un arreglo laboral, pues ese ya lo obtuvieron.

Tampoco se limitan a buscar la renuncia del Gobernador, sino que son el ensayo de lo que los radicales del PRD quieren hacer en diversos lugares del país. Están retando y provocando a la autoridad, para que la sociedad exija al Gobierno Federal su intervención a través de la PFP y de las fuerzas armadas y así lograr la imagen de ser reprimidos por un gobierno autoritario e intolerante.

Oaxaca, igual que las acciones de López Obrador son movimiento planeado para desestabilizar no son resistencia civil.

La resistencia civil, fue, en muchos países la manifestación de lucha por la libertad y la democracia, en contra de los actos represivos injustos e ilegales de gobiernos autoritarios y dictatoriales, enemigos de los derechos humanos, de la democracia y de las libertades. La resistencia civil coadyuvó en varias naciones a la viabilidad política de la transición hasta llegar a la democracia.

Las acciones contra la legalidad, contra el orden, contra el voto mayoritario y democrático, NO SON RESISTENCIA CIVIL, SON ACTOS DE VIOLENCIA, SON PROVOCACIONES QUE BUSCAN LA ACCION DEL ESTADO PARA LLAMARLO REPRESOR, SON VIOLACION DE LOS DERECHOS HUMANOS DE TODOS LOS DEMAS, SON PROTAGONISMO DE RESEWNTIDOS, SON MANIPULACION DE LIDERES QUE SE CREEN ILUMINADOS, SON DELITOS DEL FUERO COMUN, SON PRESIONES QUE DIVIDEN Y FRENAN EL DESARROLLO

Los maestros de Oaxaca, que han utilizado la violencia, que han cometido delitos, no buscan un arreglo laboral, pues ese ya lo obtuvieron. Tampoco se limitan a buscar la renuncia del Gobernador, sino que son el ensayo de lo que los radicales del PRD quieren hacer en diversos lugares del país. Deliberadamente están violando la ley y rompiendo el orden, están retando y provocando a la autoridad, para que la sociedad exija al Gobierno Federal su intervención a través de la PFP y de las fuerzas armadas y así lograr la imagen de ser reprimidos por un gobierno autoritario e intolerante.

Así lo planearon con los mineros en SICARSA, así lo intentaron en Atenco, y así lo están haciendo en Oaxaca y seguramente en breve veremos a López Obrador hacer causa común con ellos.

La sociedad en general pensamos que este Gobierno ha sido un tanto débil para hacer valer la ley y por ello no se hizo el aeropuerto internacional. Sin embargo, seguramente tendrá que actuar para preservar el orden y asegurar el respeto a la población Y los radicales se presentarán como víctimas.


Revolución sexual

Querien Vangal

A la hora de estudiar los cambios recientes en los comportamientos humanos, la expresión "revolución sexual" es un lugar común. Ocurre como cuando nos referimos a la revolución industrial para entender los grandes cambios sociales de los últimos doscientos años: sabemos a qué se refiere pero no disponemos de esquemas analíticos lo suficientemente aceptados por la jerga de la calle como para discernir sus elementos constitutivos. Por ello los expertos en sociología industrial, de la empresa o del trabajo, hablan más propiamente de tres revoluciones industriales: la productiva, la técnica, y la informática. Nosotros al hablar de sexualidad tendremos que hacer lo mismo con la idea de dotarnos de elementos de análisis que nos ayuden a entender mejor la realidad. No es que la realidad esté en sí mismo dividida, pero la distinción y diferenciación entre las tres revoluciones sexuales que explicamos a continuación nos sirve para entender mejor el proceso de cambio social que ha tenido lugar en los últimos cincuenta años.

Una revolución es un proceso acelerado de cambio concentrado en el tiempo. La revolución más profunda y estudiada hasta la fecha ha sido la revolución industrial. Sin embargo estamos ahora inmersos en un proceso revolucionario todavía más importante si cabe. Al hablar de revolución sexual nos estamos refiriendo al mayor cambio en los estilos de vida de la gente que ha tenido lugar en la historia conocida. Por ello, el tema que tratamos aquí es de primordial importancia...

Los estudiosos de la revolución industrial, para entender y hacer entender un proceso tan complejo, dividían el fenómeno y hablaban de una primera, de una segunda, y de una tercera revolución industrial, que vendrían representadas respectivamente por la máquina de vapor, la organización industrial de la producción, y la informática. Aquí hacemos lo mismo con la revolución sexual y hablaremos de tres revoluciones para tratar así de entender mejor los cambios y apreciar el proceso en toda su complejidad. El siglo XX empieza con una gran revolución, la industrial, y acaba con otra, la sexual. El cambio ha sido y es espectacular. La revolución sexual está, sin embargo, poco estudiada. Por eso para entender qué es lo que ha pasado y está pasando y las implicaciones de las nuevas actitudes respecto a la procreación humana aparecidas en la segunda mitad del siglo XX, trataremos de acompañar la descripción analítica de las tres revoluciones sexuales con unas palabras clave y una datación concreta. Recordamos, sin embargo, que la distinción es una necesidad explicativa. Hablamos de un mismo proceso, simultáneo e interrelacionado, que separamos y diseccionamos para entenderlo mejor.

La primera revolución sexual es la consecuencia social del desarrollo de la farmacología contraceptiva que se implanta a finales de los años 60 y que de hecho divide la sexualidad en dos campos estancos. Por un lado está la capacidad de engendrar, y por otro, completamente separado, la capacidad de gozar de placeres específicos. Separamos sexo y procreación. Esto, en definitiva, supone un punto de partida nuevo en la historia de la sexualidad y de la cultura de los comportamientos: ya nada es como ha sido desde el principio. La palabra clave aquí es "píldora". La píldora anticonceptiva es de hecho el invento técnico que de manera más radical ha cambiado la vida de las personas desde que tenemos memoria histórica.

La segunda revolución sexual se inicia, como muy bien muestra el famoso Janus Report de 1993, en los años 80, y supone la aceptación paulatina y el reconocimiento de comportamientos catalogados como "desviados" desde tiempo inmemorial. La palabra clave aquí es "homosexualidad", aunque no nos refiramos exclusivamente a ello. El hecho más singular de esta segunda revolución es la paulatina aceptación social de las relaciones homosexuales, pero en general podemos referirnos a la comprensión más o menos generalizada del sexo como algo que pertenece en exclusiva al que lo tiene y que puede hacer con ello lo que quiera. Razón o sinrazón por la cual se implementan medidas legales cada vez menos definidoras como el derecho a las operaciones de cambio de sexo dentro de la sanidad pública en algunos países.

La tercera revolución sexual tiene lugar con el cambio de siglo. Este tercer paso abre ciertamente unas perspectivas inimaginables hace solo unos años. Nosotros podemos atisbar aquí un posible fin del sexo. La palabra clave aquí es "Reprogenética". Con las nuevas tecnologías genéticas aplicadas a la reproducción humana, nos referimos específicamente al dominio efectivo de dos procesos: el de la clonación y el del placer sexual. La fecundación in Vitro fue el prólogo de la clonación y la clonación es el adiós a la ma/paternidad. Con el dominio de la técnica el mercado se hace cargo de la reproducción social (la Reprogenética) y el laboratorio sustituye a la cama de matrimonio. Las características de la prole serán diseñadas en un laboratorio y encarnadas sin sexo: recuérdese que Dolly, la oveja clónica, nace del concurso de tres ovejas hembras solo. Y el placer, por otro lado, puede procurarse también sin sexo. Los mecanismos artificiales de excitación sexual son ya lo suficientemente sofisticados como para gozar solo y sin compañía, bien a través de viagras virtuales o bien a través de la perfección de técnicas hipnóticas o nerviosas que envíen artificialmente al cerebro los mismos impulsos que envía el coito.

Estas tres revoluciones que, como hemos dicho, marcan el cambio más importante operado en la historia de la humanidad por lo que se refiere a los estilos de vida de la gente, paradójicamente están huérfanas de estudio. Consecuentemente, la sexualidad, que debería de constituir uno de los pilares formativos del sistema educativo, se trata en las escuelas, colegios y en la universidad solo marginalmente y a menudo de manera harto frívola y, además, peligrosamente.

La verdad es que en estos momentos detectamos como una queja social ante tantos despropósitos. Sorda, pero latente en lo profundo del entramado social. Queja que pretende salir a la luz publica y esta siendo callada por los medios por ser calificada de políticamente incorrecta".

La terminología del lenguaje es una manifestación del consenso para la degradación de las costumbres: Se tiende a diseccionar al ser humano hablando de sexo en vez de persona sexuada; de relaciones intercorporales, en vez de relaciones interpersonales; del placer como fin, en lugar de cómo medio; interrupción del embarazo, por aborto; preembrión por embrión. Se habla de normalidad basándose en datos estadísticos, en vez de estudiar la naturaleza humana.

La degradación de valores en materia de sexualidad lleva a graves deterioros morales que afectan no solo a la persona sino también a la convivencia ya que crece el egoísmo terminado por considerar a las personas como objetos de deseo, se utilizan para satisfacción de las tendencias hedonistas.

Citaremos un ejemplo muy de actualidad. Se habla en México del maltrato femenino y se da como responsable al "machismo". ¿Como se explica pues que según los organismos internacionales, estudiosos de la materia, nos diga que ocupamos uno de los primeros lugares en el contexto mundial, sin embargo hay países con fama de muy "civilizados", y que deberían haber superado ese "machismo hispánico", que nos llevan delantera en asesinatos de mujeres por violencia doméstica? ¿No será que existen otras razones? ¿No será más bien ese maltrato femenino consecuencia del proselitismo hedonista y del abandono de los principios morales -léase Religión-?

Hoy el "raro" no es el homosexual o el promiscuo, por citar solo dos desviaciones sexuales, sino quien defiende que todo hombre es portador de una dignidad y que debe dirigir su vida hacia el respeto de sí mismo y de sus semejantes.

El sexo es constitutivo de la persona y no un atributo. El pertenecer a uno u otro sexo (varón o mujer, no hay mas) informa todos los aspectos de nuestra vida.

Es en la pubertad cuando los cambios somáticos y fisiológicos acontecen. Por ello debemos llevar a los adolescentes a una madurez psíquica, con hábitos de orden, responsabilidad, autonomía a fin de evitar el desfase en su desarrollo psicológico y físico.

Hay que hablarles del amor y del Amor, que nos hace coparticipes de los planes de Dios para la Creación. Enseñarles que el hombre es lo que ama, no quien lo ama, luego según donde pongamos nuestro corazón eso seremos.

Hablémosles de esa persona que no conocen pero que vale la pena guardarse. El verdadero amor sabe esperar, es paciente. Paciencia es amor en el tiempo.

Que para no vulnerar la propia dignidad y la del otro hay que aceptar de forma total a la persona a la que se unirán, con sus potencialidades, incluida la generativa y esta en la relación conyugal, que es la única que no es sólo sexual. Sólo en ella se superan los egoísmos buscando el bien del otro y de los hijos. En ella se aprende a conjugar el: Yo, Tú, Nosotros. Y no olvidemos que la educación en la sexualidad de los hijos empieza con el noviazgo de los padres.


Ridículo "Apejado"

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hay diferentes maneras de hacer el ridículo, casi todas ellas exploradas con anterioridad, pero la de López Obrador el sábado 16 de septiembre en el Zócalo capitalino rebasa, con mucho, a la de varios de sus numerosos antecesores en la vida política nacional.

La llamada Convención Nacional Democrática, en principio de cuentas no era ninguna de las tres cosas: no era una convención porque no había delegados representativos: cualquiera que se presentara como delegado, aunque fuera de sí mismo, era inmediatamente registrado y ahí quedaron en la portada de los periódicos los payasos con sus gafetes de delegados; no era nacional, porque en el resto del país, fuera de la Ciudad de México (donde el clientelismo y la manipulación del gobierno local operan ya fuera de toda discreción), la CND y el lopezobradorismo simplemente son una historia lejana e incomprensible; y mucho menos era democrática: en realidad, fue un acto de corte, diseño y concepto fascistoide, donde no se permitió a nadie discutir nada; donde las resoluciones fueron entregadas a los asistentes antes de que comenzara el mitin, en el cual en apenas 28 minutos se aprobó todo lo que propuso López Obrador, incluido el nombramiento de "! presidente legítimo" (un paso golpista más que lo acerca, como siempre ocurre con este personaje, al autoritarismo de derecha); incluso los pocos que se atrevieron a intentar votar a mano alzada en contra de esa designación fueron intimidados para que olvidaran esa pretensión; se montó (en forma particularmente cobarde y con pleno respaldo de López Obrador) una campaña de insultos para Cuauhtémoc Cárdenas y cualquier disidente.

López Obrador no recuerda a ningún líder de izquierda conocido, pero sí a viejos y nuevos líderes fascistas o neofascistas. A Michelángelo Bovero, por ejemplo, en el excelente ensayo que publicó hace un par de semanas en Excélsior, su forma de no aceptar la derrota le recuerda a Silvio Berlusconi. Agrega Bovero que "no siempre, aun cuando sea formalmente legítima, una protesta tiene motivaciones y fines aceptables desde un punto de vista democrático. A veces puede representar un peligro para la salud de la democracia... la decisión de una multitud que responde a las preguntas del líder con un sí o un no, que aprueba levantando la mano, no es una decisión democrática. Es más bien equiparable a la aclamación, que constituye (según decía Bobbio) precisamente la antítesis de la democracia... a quien conoce la historia del siglo XX italiano la imagen de una multitud que responde '¡¡¡sí!!!' a la pregunta del líder, evoca terribles recuerdos". En otras palabras: a Bovero la ! forma de hacer política de López Obrador le recuerda a Mussolini y cuando veíamos el sábado a Elena Poniatowska llamando "líder" a López Obrador y olvidando cualquier sentido crítico con respecto al movimiento del que forma parte, nos recordaba a un Charles Maurras tropicalizado.

El fascismo, dice el maestro de Bovero, Norberto Bobbio, en su Diccionario político, "es una ideología de crisis" y nace como respuesta a "la falta de integración, bajo diversos aspectos, entre muchos individuos y los modelos institucionales constituidos". Cuando nos preguntamos cuál es el sentido de esta movilización post 2 de julio del lopezobradorismo, de las asambleas informativas, los plantones, la CND, la autodesignación como "presidente legítimo", la respuesta que tenemos de algunos dirigentes del movimiento es que, si no realizan esas acciones, desaparecerían de la opinión publicada, lo cual es falso: si López Obrador hubiera aceptado el resultado electoral pero hubiera exigido toda una agenda de reformas políticas y sociales al próximo gobierno, sin duda estaría en los medios, hubiera mantenido o aumentado su popularidad y hubiera contribuido a la consolidación democrática, pero hizo todo lo contrario y ha perdido presencia en los medios y popularidad, al tiempo que se ha colocado como enemigo de las instituciones democráticas. Sin embargo, la respuesta está en el propio Mussolini, convencido de que "la primacía le corresponde a la acción, aun cuando esté equivocada. Lo negativo, el eterno inmóvil, es condenación. Yo estoy de parte del movimiento. Yo soy un marchista". ¿Y las marchas desde Tabasco, las marchas capitalinas, el plantón, no convierten al autoproclamado presidente legítimo también en un marchista, no está dando primacía al movimiento y a la acción por encima de la razón?

El concepto de movimiento es clave para estas formas políticas que en América Latina han tenido exponentes tan destacados como Juan Perón o Getulio Vargas en la posguerra o Hugo Chávez en la actualidad. Por eso el partido del que surge el líder debe disolverse en el movimiento. Por eso el Frente que se integró el sábado tiene como objetivo diluir en él al PRD, porque el partido se convierte en un estorbo para el liderazgo unipersonal: así ocurrió con todos esos movimientos similares, del pasado o del presente. Giran política e ideológicamente sólo en torno al líder, no admiten disidencias ni debates. Perón, Vargas, Chávez, Castro, desaparecieron o se enfrentaron a los grupos o partidos políticos organizados que los llevaron al poder y crearon su propio movimiento, con indefiniciones tan grandes, tan amplias, que permiten cualquier maroma política del líder. Decía Mussolini: "Los prejuicios son mallas de hierro o de oropel. No tenemos el prejuicio republicano ni el monárquico, no tenemos el prejuicio católico, socialista o antisocialista. Somos cuestionadores, activistas, realizadores".

El objetivo primero, por lo tanto, es desaparecer al Partido de la Revolución Democrática y diluirlo en el Frente. ¿Y qué mejor demostración para ello que los acompañantes de López Obrador en el templete del Zócalo el sábado?, ¿cuántos dirigentes de izquierda, del perredismo real, estaban allí avalando su futura liquidación?


Romper las cadenas del pecado

Querien Vangal

El pecado narcotiza. No resulta fácil luchar contra la tentación. Resulta muy fácil abrir, poco a poco, la puerta al pecado, pactar con el mal, rendirse a lo que pide la carne, el demonio, el mundo.

Pecados de egoísmo y de pereza, pecados de avaricia y de lujuria, pecados de deslealtad y de injusticia. El corazón tiene tantas grietas, tantas debilidades, tantos deseos innobles.

El pecado, una vez aceptado plenamente, narcotiza. Como el alcohol, como la droga. En la lucidez, muchos borrachos afirman querer salir del vicio. Pero cuando han abierto la botella, cuando han tomado los primeros vasos, las razones pierden su fuerza, los amigos no consiguen hacerse oír, el esposo o la esposa, los hijos y los familiares dejan de ser importantes...

Tener una caída es triste y doloroso, pero podemos levantarnos. En cambio, pactar con el pecado arruina el corazón y la conciencia, aprisiona con cadenas pesadas como el plomo, narcotiza. Porque uno ve que pasan días, semanas y meses sin grandes desajustes. Porque uno ve que sigue gozando de salud y de alegría. Porque uno continúa en el puesto de trabajo, entre los suyos, sin que nadie perciba heridas profundas o deformaciones monstruosas.

En realidad, de modo silencioso pero no por ello menos grave, el pecado hecho parte de mi vida corroe y destruye. Así es la injusticia, a pesar del dinero que uno pueda ganar tan fácilmente. Así es la mentira, aunque uno salga airoso ante el jefe de trabajo o los miembros de la familia. Así es la sensualidad, aunque uno diga sentirse feliz cuando cede al desenfreno de la carne y disfruta de los goces de un cuerpo aparentemente sano, abierto a los mil placeres de la vida.

El pecado mata poco a poco, como el alcohol, como la droga. Uno sigue allí, en medio de aplausos y disfrutes, sin darse cuenta del daño que hace a los suyos y a sí mismo. Sin darse cuenta, sobre todo, que hay un Dios que nos quiere buenos, que desea para nosotros caminos de amor y de esperanza, que espera todavía que usemos bien este tiempo y esta vida que Él nos dio para que sirviésemos a quienes viven a nuestro lado.

Es posible romper las cadenas del pecado desde la experiencia del amor. Sentir que Dios no guarda rencores eternos, descubrir que nos tiende una y mil veces su mano amiga, sentir su abrazo bondadoso que busca librarnos de lodos asfixiantes y mezquinos.

Dios espera hoy que rompa con ese vicio, con esa gula, con esa sed de odio, con ese afán de riquezas egoístas. Dios quiere que viva según el agua transparente y fresca que nos predicó su Hijo amado, que nos enseñó en bienaventuranzas benditas, que nos plasmó en mandamientos que orientan al bien y a la dicha eterna.

Dios espera, respetuoso, un gesto, un nuevo intento, un propósito sincero, una confesión profunda, un llanto silencioso y bueno. Como el de una pecadora que tocó los pies del Maestro mientras los lavaba con sus lágrimas. Poco a poco, con mucho cariño, porque sabía que eran los pies de Alguien que la amaba con locura...


Roque González Garza

Enrique Galván Duque Tamborrel

Orgulloso, Roque González Garza, general villista, envió un telegrama a todos los gobernadores, comandantes y generales de la república, sin imaginar que aquel cargo sería el más humillante de su carrera:

"Tengo el honor de comunicar que la Soberana Convención Revolucionaria designóme para ejercer el poder ejecutivo de la república. Obedeció tal resolución, a la ingente necesidad de salvaguardar al país y de calmar el espíritu público conturbado por la infidencia del presidente provisional Eulalio Gutiérrez, quien abandonó la capital so pretexto de inseguridades imaginarias".

Las supuestas "inseguridades imaginarias" pronto se hicieron realidad en su persona. Ninguneado por el ejército del sur, olvidado por los villistas y bajo la amenaza de las tropas de Álvaro Obregón, cuánto debió añorar la vida política de otros tiempos, en que sin portar la investidura presidencial gozaba del respeto de sus correligionarios. Indudablemente se lo había ganado. Su filiación maderista era la mejor de sus cartas credenciales. González Garza había acompañado a don Francisco desde 1909, y como otros de sus partidarios se unió a la revolución de 1910. Durante la lucha, Madero lo nombró su ayudante, y en mayo de 1911 disparó su máuser contra los federales en la última batalla de la revolución: Ciudad Juárez.

En 1912 ocupó una curul en la XXVI Legislatura -primera en ser elegida a través del sufragio libre, luego de 34 años de dictadura porfiriana. Desde la tribuna del Congreso y como miembro del bloque renovador defendió las iniciativas de ley presentadas por el presidente Madero, criticadas severamente --en ocasiones sin fundamento-- por diputados que tan sólo unos años antes aplaudían sin chistar a don Porfirio.

Al enterarse de la traición de Huerta, apenas tuvo tiempo de tomar el fusil, desempolvar sus cananas e incorporarse a las filas de la División del Norte. Pronto se ganó la confianza de Pancho Villa. Cuando el temible general desconoció la autoridad de Carranza --luego de que unidos habían derrotado a Huerta--, Roque fue nombrado representante personal del centauro del norte en la Convención Revolucionaria de Aguascalientes y preparó el esperado encuentro entre Villa y Zapata, efectuado en Xochimilco el 4 de diciembre de 1914, sin saber que la nueva alianza significaría su perdición al ocupar la silla presidencial.

Con la salida intempestiva del ex presidente Eulalio Gutiérrez de la capital del país en enero de 1915, la Convención revolucionaria no quiso tomar otro riesgo y le entregó el poder ejecutivo a Roque pero sólo nominalmente; todas las decisiones del nuevo presidente debían contar con la aprobación previa de la Convención. Pero además, ejercería el poder con "la soga al cuello": en cualquier momento podía ser destituido por violar un acuerdo de la asamblea o alguno de los principios del Plan de Ayala. "Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes" debió pensar el infortunado presidente al momento de asumir la máxima magistratura del país y visualizar en toda su dimensión que los zapatistas comenzaban a superar en número a sus "gloriosos" aliados villistas dentro de la Asamblea. En poco tiempo, la Convención no tendría más voto que el de la revolución del sur.

La suerte se negaba a sonreírle. Casi al instante de asumir el poder comenzó a recibir amenazas de muerte. El 25 de enero de 1915, la sección segunda del Departamento de Venganzas de la Asociación de la Mano Negra --constituida para defender a la "sociedad honrada"--, le envió una circular que decía: "El C. General Roque González Garza, titulado presidente de la llamada Soberana Convención Revolucionaria, queda por medio del presente oficio sentenciado a sufrir la pena de muerte por ser adlatore incondicional del plagiario Doroteo Arango... por haber sido instrumento servil de la defección de muchos Jefes, que desconocieron al C. Venustiano Carranza, y hoy se hace llamar bombásticamente encargado del Poder Ejecutivo, no siendo más que un politicastro intrigante, huelepedos del bandido Zapata y su horda de degenerados y hoy con sus barbas de ermitaño quiere causar respeto y temor por sus disposiciones de fusilar a todo mundo".

Por la propia violencia de la revolución, el presidente sabía que gobernaba tan sólo el terreno donde pisaba. En pocos días le volvió a llover en su milpa. Las tropas de Obregón avanzaron sobre la ciudad de México y tuvo que trasladarse a Cuernavaca. El futuro era sombrío: para nadie era desconocido que en Morelos "hasta las piedras son zapatistas". Con Zapata haciendo su revolución desde el cuartel en Tlaltizapán y Villa preparándose para dar la batalla en el Bajío --ajeno a las circunstancias que padecía su fiel colaborador--, la escasa autoridad que aún conservaba el presidente, desapareció: el zapatismo se había devorado a la Convención.

El gobierno se mantuvo sólo un mes en Cuernavaca y regresó a la capital en marzo de 1915. El presidente abrigó nuevas esperanzas; esperaba actuar con más independencia y lograr la reconciliación de todos los grupos en pugna, incluyendo a los carrancistas. Sus proyectos pronto se esfumaron: la imposición de tres prominentes pero intransigentes generales zapatistas en cargos estratégicos --Francisco Pacheco en el ministerio de guerra; Gildardo Magaña en el gobierno del Distrito Federal y Amador Salazar como Jefe de la Guarnición de la Plaza-- sumieron al presidente en la más profunda inactividad. Ante tal situación, intentó dejar el cargo en el mes de marzo, pero fue hasta junio cuando le fue aceptada la renuncia.

Roque González Garza dejó el poder y regresó a lado de Villa. Con las derrotas de la División del Norte en 1915, partió al exilio y volvió a México hasta 1920, cuando del villismo y del zapatismo sólo quedaba el amargo recuerdo.


Salpicones de la revolución maderista

Enrique Galván-Duque Tamborrel

A casi un mes de comenzada la revolución, el pesimismo se apoderó de Gustavo Madero, hermano del jefe de la revolución. Gustavo se encontraba en Nueva York como agente financiero y hombre de confianza de Francisco Ignacio, pero conocía las noticias de que el movimiento no tenía la fuerza que esperaban. Sabía por su familia que su hermano había ingresado a territorio nacional el 20 de noviembre de 1910 para encabezar la insurrección, pero al encontrarse tan sólo con unos cuantos hombres --insuficientes para dar un golpe militar--, desconsolado, regresó a territorio estadounidense en espera de los acontecimientos y con la posibilidad, real, de reconocer el fracaso de su rebelión.

Tan sombrío era el ambiente para los hermanos Madero, que incluso Gustavo ya pensaba en el futuro al lado de su familia: "Con el fracaso de la revolución y los cargos directos o indirectos que nos hace el gobierno, es imposible que piense volver al país por ahora, pues sería irme a entregar a una muerte segura, según los procedimientos que se usan en nuestro desgraciado país".

Entonces le planteó a su esposa Carolina, la posibilidad de residir en Nueva York y abrir un negocio de exportaciones, o viajar para Argentina "con la seguridad de que la fortuna que se me ha escapado de las manos en México, podría hacerla en cualesquiera de los países centro o sudamericanos… Quiero hacer fortuna pero sin exponer más tu tranquilidad y felicidad. Quiero, si es posible, reponerte todo el tiempo que mis negocios te han robado y estar a tu lado lo más que pueda, para poder disfrutar de nuestra felicidad con tranquilidad".

Sin embargo, la revolución estaba en marcha. Grupos rebeldes surgían cotidianamente en Chihuahua, Durango, Coahuila y Zacatecas en espera de unificar fuerzas y recibir apoyo de la dirigencia del movimiento. En enero de 1911, Gustavo --uno poco más optimista--, se trasladó a Washington para conseguir un empréstito con el cual pudiera comprar armas y pertrechos de guerra. Un mes después, el 14 de febrero, Francisco I. Madero cruzó la frontera poniéndose finalmente al frente de la revolución.

Carolina sacó provecho de su situación en San Antonio. Aprovechó su cercanía con las hermanas de Gustavo, con Sara Pérez, su concuña, y con sus suegros --todos estaban al tanto de las operaciones revolucionarias dentro y fuera del país-- y se convirtió en la mejor informadora de su esposo.

A fines de febrero le escribió a Gustavo comentándole de una proposición de armisticio que había tenido lugar en Corpus Christi, Texas. Hasta esa población habían viajado sus tíos Ernesto Madero, Evaristo Madero hijo y su primo Rafael Hernández --opuestos a la revolución--, acompañados por un español que por sus buenas relaciones con el dictador podía servir de mediador. Por parte de los revolucionarios se presentaron Francisco Madero padre, y Alfonso Madero. Más que una proposición oficial, el encuentro parecía un "asunto de familia" --como lo criticaron algunos intelectuales maderistas--.

La intención del encuentro era persuadir a los rebeldes de poner fin a las hostilidades y buscar una amnistía general. "Entre las proposiciones que traen --escribió Carolina--, lo que he podido averiguar es que Limantour sea vicepresidente, Ernesto ministro de Fomento y que, antes de ningún arreglo, depongan las armas. Creo que a Pancho piensan despacharlo al extranjero, y que la familia Madero gozará de todas las consideraciones y ocupará los principales puestos".

Más que una negociación, la propuesta de los tíos y el primo de Madero, parecía una ingenua recomendación para deponer las armas, donde el gobierno llevaría las de ganar y los revolucionarios obtenían tan sólo el ofrecimiento de ser tratados "con todas las consideraciones". Por razones obvias, las conversaciones fracasaron, y Gustavo, se indignó con sus familiares.

Aunque la revolución continuaba su curso, el gobierno mexicano sabía que al interior de la familia Madero había divisiones. Los magros resultados alcanzados hasta entonces en los campos de batalla pronosticaban una larga y agotadora lucha. Bajo este panorama, algunos miembros de la familia deseaban un rápido acuerdo de paz a fin de evitar que sus negocios, empresas e inversiones comenzaran a padecer los estragos de la guerra civil. Si bien, don Francisco Madero padre apoyaba a su hijo, en los primeros días de marzo era uno de los más interesados en poner fin al conflicto.

El gobierno porfirista aprovechó las relaciones que José Yves Limantour, su ministro más importante, tenía con algunos miembros de la familia Madero y viajó a Nueva York para tratar de llegar a un acuerdo de paz. Las conversaciones se realizaron en el hotel Astor. Por parte de los revolucionarios asistieron, Francisco Madero padre, el doctor Francisco Vázquez Gómez y Gustavo Madero.

Limantour se comportó como todo un gentleman. Su trato fue serio pero cordial. Se le veía confiado y dispuesto a cooperar. Algo de soberbia, sin embargo, asomaba en su actitud. Sabía que de su habilidad para negociar dependía también su futuro político y sobre todo la posibilidad de llegar a la presidencia, la cual le había negado el dictador desde principios del siglo XX. Nada de patriótico había en su posición. En medio de la vorágine revolucionaria y ante la posibilidad de que el régimen porfirista cayera --lo cual, ciertamente, se veía lejano--, quería garantizar una posición adecuada, llegado el caso, dentro del nuevo gobierno.

De la reunión en Nueva York surgieron algunas propuestas como el anuncio de las negociaciones de paz; amnistía a los revolucionarios, suspensión de las hostilidades, la renuncia de Corral, el establecimiento del principio "no reelección"' y el retiro de cuatro ministros y de diez gobernadores para ser sustituidos por anti-reeleccionistas que no hubieran participado en el movimiento armado. Sin embargo, en ningún momento se mencionó la renuncia de Porfirio Díaz.

Las negociaciones de paz no llevaron a ningún lado y la revolución continuó en pie de guerra. Ni Gustavo ni su padre y mucho menos el doctor Vázquez Gómez tenían poder para negociar y en última instancia quien tomaba las decisiones era el jefe de la revolución, Francisco I. Madero. Esta situación resultó conveniente para Gustavo, quien por encima de las consideraciones de su padre, o de la conservadora posición de sus familiares, tenía en claro que no debían ceder un ápice al gobierno.

A sus ojos, la revolución no podía pactar con el régimen mientras no alcanzaran la victoria definitiva. "He creído y creo todavía --comentó-- que el anciano tirano nunca ha cumplido sus ofrecimientos y nunca lo hará. ¿Cómo vamos a transar con un tirano como Díaz, después de haber ganado la partida? ¿Quién nos garantiza que Díaz no tratará de engañarnos haciéndonos concesiones y luego mandándonos asesinar uno por uno?"

Las pláticas con Limantour, sin embargo, favorecían a la revolución. Así lo consideró Gustavo pues les permitía "ganar tiempo y que cesen las persecuciones tanto a nosotros como a nuestros amigos, pues es lógico suponer que, estando en pláticas para llevar adelante tal o cual arreglo, mucho cuidado tendrán de darnos un golpe que vendría a romper las negociaciones".

Necesitaba tiempo, el suficiente para lograr un empréstito. No tenía otra encomienda. De ahí su desinterés manifiesto por las conversaciones de paz con gente del gobierno porfirista de quienes desconfiaba plenamente. La revolución dependía de sus habilidades de negociador. Y mientras los dimes y diretes invadían el campo de la política y los fuegos de los cañones hacían lo propio en los campos de batalla, el empresario llevado a la política movió contactos, se entrevistó con importantes inversionistas y gastó su fortuna.

En mayo de 1911, a unos días de la toma de Ciudad Juárez --batalla que determinó la caída del dictador-- y en medio de un nuevo armisticio pactado para negociar la paz, Gustavo escribió: "Hoy resolvimos definitivamente pedir la renuncia de Díaz como condición para la paz, y como sabemos que no accederá nos estamos preparando para la guerra, pues probablemente habrá necesidad de atacar Juárez".

Por entonces Gustavo negociaba ya el empréstito. Confidencialmente obtuvo un importante préstamo que significó --en términos del apoyo material que recibieron los revolucionarios--, la puntilla final del régimen porfirista. El día 9, los petroleros de la Standard Oil entregaron una buena cantidad de dólares a los revolucionarios. Al día siguiente, ya sin problemas financieros, la revolución se apoderó de Ciudad Juárez y el 25 de mayo, Porfirio Díaz estaba presentando su renuncia.




Saltar al vacío

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Cada vez que veía fotos de hombres lanzándose desde un avión, el joven sentía la necesidad interior de estar entre ellos. Quería ser paracaidista.

-¿Por qué ellos sí y yo no? -se decía.

Lo primero que hizo fue conseguir un instructivo sobre diversos tipos de paracaídas. Después inició y concluyó un estudio comparativo de aviones modernos. Como se dio cuenta de que ignoraba muchas cosas, decidió estudiar también un master en caída de cuerpos, atracción de masas y fricción. Concluyó su preparación con un año de estudios meteorológicos y movimientos de corrientes de aire.

Por fin, cuando se sintió preparado, eligió cuidadosamente el avión. Era un bimotor que aún seguía en uso y tenía buen aspecto.

Al despegar le dijo al piloto que se dirigiera al punto que, ya antes, le había señalado en el mapa con una regla y un compás. El momento se acercaba y al elevarse el avión, el joven sentía más y más el vértigo entusiasmante de volar.

Por fin, cuando se encontraban a la altura perfecta se levantó del asiento, abrió la escotilla y sintió el viento helado en la cara. Permaneció allí unos instantes llenando los pulmones con el puro azul del cielo...

Pero no saltó.

Cerró la escotilla y mandó aterrizar. Había olvidado que para saltar hace falta una cosa más. Ser un valiente.

Lamentablemente hay quienes se pasan la vida preparándose para orar; buscan métodos de oración novedosos y consejeros de todo tipo pero, llegado el momento, no hablan con Dios. Y es que para hablar con Dios hay que ejercitar la fe y olvidan que para vivir de fe hace falta... ser un valiente; o sea, pedirla.


Si Dios había sido juarista en la guerra de Reforma --como señalaban algunos por la buena suerte que lo acompañó--, los hados mostraron su clara filiación liberal con la derrota del segundo imperio. El Benemérito había sorteado ambos obstáculos sin un sólo rasguño. Se cumplía poco más de un mes de la muerte de Maximiliano y la diosa fortuna se presentó ante don Benito para ofrecerle la seductora oportunidad de acabar con el último de sus enemigos.

El 30 de julio de 1867 el bergantín Juárez atracó en Veracruz con un prisionero que valía su peso en oro, mas en manos de don Benito no valía ni un centavo: Antonio López de Santa Anna. El caudillo jalapeño regresaba a México con lo que traía puesto, ni más ni menos. De sus antiguas propiedades --Manga de Clavo y El Lencero-- sólo guardaba recuerdos. Al ser derrotado y exiliado por la revolución de Ayutla en 1855, uno de los primeros actos de gobierno de Comonfort fue incautar los bienes del once veces presidente de la república, que pasaron a manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para luego ser rematados.

Sin recursos ni amigos zalameros, sin las viejas glorias de antaño y más desprestigiado que un partidario del imperio, Santa Anna se dispuso a enfrentar en absoluta soledad el peso de la ley. Su vida, ciertamente, no valía ni un centavo.

¡Qué de historias podría contar El Lencero! Correrías, aventuras pasionales, bodas, peleas de gallos, conspiraciones y gran variedad de triquiñuelas. Durante tres años, don Antonio hizo de todo en lo que fue su refugio personal, arena para peleas de gallos, cuartel general y por momentos hasta "casa chica" --aunque la hacienda tenía una extensión de casi dos mil hectáreas.

Santa Anna compró la propiedad el 27 de mayo de 1842 por la cantidad de 50 mil pesos. Por entonces Manga de Clavo era su hacienda preferida, pero Inés de la Paz García, su primera esposa, se había apropiado lentamente de ella. Acostumbrada al ir y venir de su marido, doña Inés optó por establecerse definitivamente --o al menos la mayor parte del tiempo-- en la hacienda veracruzana. Al iniciar la década de 1840 la señora de Santa Anna era la verdadera dueña y disponía a sus anchas de peones y recursos de Manga de Clavo.

Don Antonio dejó hacer a su mujer cuanto quiso. Sabía que su esposa gozaba del respeto de la sociedad, que jamás dio pie al escándalo --a pesar de las aventuras galantes del jalapeño-- y era buena madre. Sin embargo, el caudillo le había perdido el interés, sobre todo a partir de que la religiosidad de doña Inés se transformó en simple y llana mocha, por lo que cualquier insinuación o intento de seducción del marido le resultaba de mal gusto y pecaminoso.

Fiel a su costumbre, Santa Anna posó los ojos en otra mujer para darle cauce a su pasión y comenzó a cortejar a la joven y atractiva Dolores Tosta. Pero si Manga de Clavo era territorio perdido, don Antonio necesitaba un lugar donde colgar su hamaca para mecerse apaciblemente; un sitio que le sirviera de refugio a la hora de abandonar el poder, propicio para la seducción y, por si fuera poco, que no se encontrara alejado ni de Veracruz ni de la ciudad de México. Se decidió entonces por El Lencero.

Una vez en manos de Juárez, los días de Santa Anna estaban irremediablemente contados. Como huésped nada distinguido del heroico puerto, "su alteza serenísima" fue conducido a la tristemente célebre prisión de San Juan de Ulúa, donde "los cerrojos de una fétida mazmorra guardaron mi persona" --escribiría tiempo después el viejo caudillo.

Su buena estrella se eclipsaba. Al menos en ese julio de 1867, cuando regresó a México prisionero, la estrella de don Benito era la única que brillaba en el firmamento de la patria. Ni tardo ni perezoso, Juárez ordenó que don Antonio fuese juzgado por la ley del 25 de enero de 1862 que condujo al patíbulo a Maximiliano, Miramón y Mejía y que seguramente llevaría por el mismo sendero a Santa Anna.

Lo más doloroso de su prisión no eran los gruesos muros que apenas dejaban entrar la luz a las tinajas, o la excesiva humedad que todo lo pudría. Ni siquiera las elevadas temperaturas --a las cuales se acostumbró en Manga de Clavo-- le hacían mella. Para Santa Anna el peor de los castigos era el olvido. Deseaba salir de aquel trance para recuperar la gloria de otros tiempos y, de paso, sus haciendas.

El Lencero se halla a nueve kilómetros de Jalapa, sobre el antiguo camino a Veracruz. Hacia 1525 Juan Lencero --uno de los hombres de Cortés--, recibió una merced real para establecer una posada que diera alojamiento a los viajeros. Su ubicación era inmejorable, se encontraba en el punto exacto donde las altas temperaturas de la región costera se transformaban en clima templado.

El negocio de don Juan prosperó rápidamente y en unos años diversificó sus actividades. Al mesón se sumaron la cría de ganado, la reparación de carruajes, el servicio de cambio de cabalgaduras para los viajeros, alfarería, hilados y tejidos y el cultivo de algodón, henequén y caña de azúcar. En los siglos siguientes a su construcción, la propiedad fue adquirida por la Compañía de Jesús y vio sus mejores años como hacienda. Su posición geográfica la convirtió en bastión y sitio estratégico durante la guerra de independencia.

Cuando Santa Anna la adquirió en 1842, El Lencero continuaba siendo paso obligado de viajeros y comerciantes que marchaban a la ciudad de México o retornaban al puerto. En no escasas ocasiones, don Antonio mandó cobrar impuestos por derecho de tránsito, argumentando que la cuota garantizaba la seguridad del camino. Esos recursos le permitieron extender el área de la hacienda nada más en doscientos por ciento.

Su nueva hacienda era, sin duda, un paraíso "absolutamente plácido, con una entrada bordeada por laureles y jacarandas". En alguna ocasión se le escuchó comentar a la marquesa Calderón de la Barca que su jardín era el más hermoso que había visto en su vida. La casa estaba edificada sobre una terraza natural, refrescada con la inmensa sombra de una vieja higuera --junto a la cual mandó construir un palenque para sus peleas de gallos, donde solía desplumar a los oponentes.

El sendero que conducía a la entrada principal estaba flanqueado por laureles de la India y una capilla virreinal con su curato --conocida como casa de las monjas--. A la belleza colonial del lugar se agregaba un hermoso lago donde las aves retozaban alegremente.

Santa Anna ocupaba la planta alta de la casa. Curiosamente sus ayudantes y el servicio doméstico podían advertir la presencia del caudillo: la prótesis de madera colocada en lugar de la pierna que perdiera durante la guerra de los pasteles de 1838, lo delataba. No le gustaba recibir muchas visitas, pero le complacía entrevistarse con las comisiones procedentes de la ciudad de México que llegaban a suplicarle su regreso al poder.

El general, sin embargo, manejaba sus propios tiempos; nada le apuraba. Como siempre, dejaba que los partidos hicieran añicos a su vicepresidente para luego hacer acto de presencia como el único hombre capaz de calmar las turbulentas aguas de la pasión política. Mientras llegaba el momento, pasaba largas horas tirado en su hamaca, observando el lago, disfrutando de la fresca sombra de la higuera, bordando sueños de grandeza, dando órdenes a sus hombres y, sobre todo, imaginándose entre los brazos y el ardiente cuerpo de la sensual Dolores, su nuevo amor.

Santa Anna sólo dejaba las largas horas de profunda reflexión para presidir las peleas de gallos --la gran pasión de su vida-- en las que nunca salía derrotado; si perdía, arrebataba. Al caer la tarde, cuando los gritos de "¡cierren las puertas!" se disipaban, un sereno recorría la hacienda para iluminar los senderos con lámparas de aceite.

En el interior de la casa la escena se repetía cotidianamente: el candelabro --cuyo movimiento dependía de poleas--, era descendido. Una vez en el suelo uno de los mozos se encargaba de encender sus luces; terminada la cuidadosa operación, lo volvían a su posición original. Al llegar la hora de dormir, y a falta de mujer, la mismísima Patria recibía a Santa Anna en su habitación: en la cabecera de la cama de latón estaba plasmado el escudo nacional, con el águila perennemente devorando a la serpiente.

Por encima de las pingues ganancias que le representaba El Lencero, el general siempre encontró en su hacienda su propia identidad. Su origen jalapeño y su carácter veracruzano se fundían en aquellos árboles, en el hermoso lago, en su clima inconsistente como lo era el propio Santa Anna. No era fortuito que abandonara una y otra vez el poder para refugiarse, literalmente, en sus haciendas. La estela de la gloria lo seguía hasta su refugio y guarida. Por momentos aquel paraje se convertía en la capital del país, lugar que los políticos de la capital visitaban con frecuencia para obtener la venia de "su alteza serenísima".

El amor no tardó en llegar a la hacienda El Lencero. Dos años después de haber comprado la extensa propiedad, el 22 de agosto de 1844, falleció doña Inés de la Paz García, dejando al pobre general viudo y desconsolado. Tan triste se hallaba el caudillo jalapeño que sólo pudo hallar consuelo contrayendo nupcias nuevamente, 41 días después del deceso de doña Inés.

Curioso enlace. Asolado por la gripa Santa Anna decidió no asistir a su boda con Dolores Tosta; en su lugar envió a un amigo como representante y la ceremonia fue realizada por poder --aunque no la luna de miel--. Quitado de la pena, don Antonio esperó tendido en la hamaca la llegada de su nueva y flamante esposa.

Para demostrarle su amor a Doloritas --como cariñosamente la llamaba--, mandó reconstruir el frente de la vieja capilla, las columnas y el campanario en estilo grecorromano, y aunque rompió con el estilo colonial original, nadie prestó mayor atención. La gran fiesta organizada para los novios --en la que sirvieron decenas de platillos, vino, aguardiente y pulque y hubo peleas de gallos-- dejó grato recuerdo en los moradores de la hacienda.

Manga de Clavo pronto asumió un lugar secundario --nada que recordara a Inés permitió Dolores-- y El Lencero se convirtió por un corto tiempo en el centro de operaciones de Santa Anna. A principios de 1845 otra vuelta en la rueda de la fortuna de la política mexicana envió al caudillo al exilio con todo y esposa.

Preso en San Juan de Ulúa, Santa Anna suspiraba por el tiempo pasado. Los recuerdos venían a su mente una y otra vez en tanto esperaba el fallo en su contra. Si bien Juárez --a quien don Antonio desterró años atrás-- era un "idólatra de la ley", también era cierto que su interpretación era tan laxa que siempre se salía con la suya. El viejo general sabía cómo se las gastaba el indio oaxaqueño con sus enemigos políticos y entregó una protesta fundada en la incorrecta aplicación de la ley, "que no conozco --apuntó-- pero sospecho que se intenta algo en mi daño".

El juicio se llevó poco más de dos meses y el 7 de octubre de 1867 se dictó sentencia. A Juárez se le descompuso el rostro cuando le notificaron que los jueces habían impuesto a Santa Anna la pena de ocho años de destierro y no la muerte. Encolerizado, don Benito decidió desquitarse con los jueces y los envió a descansar, durante seis meses a las húmedas tinajas San Juan de Ulúa para que en ese lugar aprendieran de leyes.

Lejos de México, don Antonio se vanagloriaba de su última victoria. Jamás recuperaría El Lencero o Manga de Clavo, sin embargo, salvó la vida. Como a menudo ocurrió en su larga biografía, una vez más había logrado seducir a la diosa fortuna.


Sebastián Lerdo de Tejada

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Tenía una inteligencia por demás extraordinaria y una preparación intelectual tan amplia que estaba por encima de toda la generación liberal. Según sus contemporáneos sólo un hombre gozó de una mente tan brillante y despejada como la suya: Melchor Ocampo. Y sin embargo, sus cualidades convergían de manera natural en un defecto que, al asumir la presidencia, le impidió gobernar con lucidez: la soberbia.

"No creía necesitar de nadie para la acción --escribió Justo Sierra--; todos los hombres le eran iguales, todos eran para él instrumentos fácilmente manejables con el señuelo del interés; no creía necesitar de consejo, no deliberaba, se informaba negligentemente y decidía sin elementos suficientes muchas veces".

Desde su juventud y como estudiante había mostrado sus dotes intelectuales. Estudió en el Seminario de Puebla donde cursó latín, filosofía y teología pero antes que por Dios, optó por la carrera de las leyes y marchó a la ciudad de México para estudiar jurisprudencia en el Colegio de San Ildefonso. Recibió su título en 1851 y un año después, el joven abogado de veintinueve años de edad fue nombrado rector de San Ildefonso.

Su ascenso en la vida política nacional tampoco fue culpa del azar. Y aunque durante la guerra de Reforma rechazó al gobierno conservador asentado en la ciudad de México, extrañamente no se entregó por completo a la causa de los liberales ni se mantuvo cerca del presidente Benito Juárez. Prefirió exiliarse dentro de los antiguos muros de San Ildefonso y combinar la rectoría del colegio con el estudio, la reflexión y sus negocios como abogado.

Quizá fueron los años que necesitaba para madurar sus ideas políticas, porque al consumarse el triunfo de los liberales en 1861 y con la intervención francesa en ciernes, despertó el estadista. "En política, como en todos los negocios de la vida --solía decir--, los términos medios son por lo general los peores; hay que decidirse por cualquiera de los extremos". Si Juárez encarnó a la República, Lerdo fue su alma. La tenaz resistencia del gobierno mexicano que llegó hasta Paso del Norte, no se entiende sin aquellos dos hombres.

Desde el ministerio de Relaciones Exteriores --que por años fue también el centro de la política interior-- don Sebastián no permitió a Juárez ceder un ápice. Si alguna duda llegó a tener don Benito sobre la suerte que debían correr Maximiliano, Miramón y Mejía; si se conmovió frente a las peticiones de indulto o vaciló ante las súplicas de las esposas y futuras viudas, Lerdo estuvo ahí --frío e impasible ante los asuntos de la nación-- para no dar un paso atrás.

"El perdón de Maximiliano pudiera ser muy funesto al país --expresó Lerdo--. Es preciso que la existencia de México, como Nación independiente, no la dejemos al libre arbitrio de los gobiernos de Europa... Cerca de cincuenta años hace que México viene ensayando un sistema de perdón, de lenidad, y los frutos de esa conducta han sido la anarquía entre nosotros y el desprestigio en el exterior".

Con la misma frialdad y en su carácter de ministro del gobierno, impidió la entrega del cadáver hasta que se presentase una solicitud oficial del gobierno austriaco y de la familia del extinto archiduque pidiendo la entrega del cuerpo. "El gobierno debía ser inexorable --señaló--, porque era necesario, como un escarmiento a la Europa, que el castigo fuera terrible, como terribles habían sido los ultrajes inferidos a la majestad de la nación". El muerto finalmente se fue de México cinco meses después de la ejecución.

Durante los primeros años de la República Restaurada, don Sebastián siguió dentro del gabinete del presidente Juárez. Lo apoyó en su reelección, en el proyecto para crear el senado, en la mano dura que por momentos aplicó en algunos estados de la federación y cerró filas con el presidente para afrontar la primera rebelión de Díaz en 1871. Ese mismo año alcanzó la presidencia de la Suprema Corte de Justicia. La repentina muerte de don Benito, ocurrida el 18 de julio de 1872, lo llevó a la presidencia y la realización de nuevas elecciones le otorgaron el poder constitucionalmente.

Bajo su gestión, el gobierno terminó con la violenta campaña de Nayarit que culminó con la muerte del caudillo indígena Manuel Lozada; estableció el Senado e inauguró el ferrocarril a Veracruz. Sus logros, sin embargo, pronto fueron olvidados. La claridad e inteligencia con que había actuado como ministro de Juárez desaparecieron bajo su premisa de "los extremos", llevando el credo liberal a límites que ni siquiera el propio don Benito --por sentido de la oportunidad y de la política-- había tocado: elevó a rango constitucional las leyes de Reforma (1873), decretó la supresión de la orden de las Hermanas de la Caridad y la expulsión de varios jesuitas por supuestas conspiraciones en contra del gobierno. Como era de esperarse una ola de indignación recorrió el país entero.

"Todo el elemento femenino de la sociedad --escribió Sierra--, que había aplaudido en el advenimiento del señor Lerdo el reinado de la gente decente, volvió la espalda al presidente y comenzó con implacable tenacidad esa guerra sorda de los salones y las cocinas, que ataca y enmohece los más íntimos resortes gubernamentales"

Con buena parte de los grupos políticos en su contra, su reelección en 1876 era impensable. Aún así, el gobierno se empecinó en llevarla a feliz término y el fraude fue descarado. Sus extremos habían roto la legalidad. Porfirio Díaz se levantó en armas y Jesús María Iglesias, presidente de la Suprema Corte y viejo amigo de Lerdo, desconoció la reelección presidencial. El 20 de noviembre de 1876, dejó la presidencia y marchó a los Estados Unidos para residir en Nueva York los últimos años de su vida.

Había sido un hombre para aconsejar al poder, para ilustrarlo, para iluminarlo, no para ejercerlo. "De temperamento profundamente conservador y autoritario --concluye Sierra--, irónicamente ajeno a toda creencia, aunque tenía la religión de la patria, que consideraba en buena parte como obra suya, el presidente Lerdo era un gran señor, capaz de hacer cosas admirables junto a un gobernante de carácter soberano".




Secarse las lágrimas del pasado

Querien Vangal

Hay una canción preciosa de Juan Manuel Serrat que habla de una experiencia creo que común a toda persona con un poco de sensibilidad: la de la añoranza de los tiempos pasados, que de repente irrumpen en nuestra vida enganchados en pequeños detalles insignificantes, ante los cuales pasamos todos los días sin que nos digan nada, pero que un día, sin saber cómo ni porqué, son capaces de hacernos volver al pasado por unos instante y revivir unos momentos dulces que nunca volverán. Me permito el lujo de copiar algunos de esas estrofas tan simples como profundas y cargadas de vida:

"Uno se cree que los mató el tiempo y la ausencia,

pero su tren vendió boleto de ida vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas

Que nos dejó un tiempo de rosas,

En un rincón, en un papel o en un cajón.

Son las que nos hacen llorar cuando nadie nos ve".

¿Quien no ha sucumbido alguna vez ante un inesperado aroma que nos transporta a lo olores de nuestra niñez y juventud? ¿Quién no se ha emocionado alguna vez ante la letra o la música de una vieja canción que automáticamente nos hace pensar en los tiempos en los que no era tan vieja y a los momentos intensos bañados por ella? ¿O quien no se ha sorprendido abriendo una vieja caja de cartón o un viejo baúl, ante cien formas distintas de recuerdos prendidos en trozos de papel o de tela, en viejos juguetes, fotos o prendas de personas ya desaparecidas...?

Esta experiencia está cargada a la vez de una doble sensación: por una lado la recuperación agradable y placentera de un pasado, de unos momentos felices generalmente ligados a nuestra niñez o adolescencia, el agradecimiento por aquellos momentos y la constatación de que el tiempo transcurrido nos une a ellos.

No cabe la menor duda de que en un principio este suspiro del corazón pinta una leve sonrisa en nuestros labios, pero una sonrisa que es rápidamente apagada por la segunda y terrible experiencia, la de constatar que esos tiempos felices del pasado nunca volverán, la de caer en la cuenta de lo dramática y cruel que es la vida, que como un río incapaz de volver sobre su curso y abocado inexorablemente a morir en el mar del olvido, transcurre sin vuelta atrás.

Por un momento nos cautivó, nos dejó jugar de nuevo a ser niños, cerrar los ojos y viajar en el tiempo disfrutando del paisaje. Pero cuando los ojos se vuelven a abrir la realidad nos golpea con una agresividad brutal, pues ese viaje es sólo un espejismo que nos deja con lágrimas en los ojos y con el corazón lleno de melancolía.

He de confesar que durante mucho tiempo me hice el hombre duro y fuerte, incluso me atreví a dar consejo a aquel que sufría esta experiencia. Por mi trabajo me he visto abocado muchas veces a acompañar los momentos emocionalmente más intensos de la vida de las personas: el amanecer de una vida, el amor, la experiencia del dolor y de la muerte... Sólo cuando quedé al margen de esa "profesión" aparecieron en mi vida esos viejos fantasmas, caí en la cuenta de que el viejo Moisés también estaba en el desierto y de que él, al igual que su pueblo, también añoraba las cebollas de Egipto; tal vez no lo aparentara ni lo dijera, salvo en lo secreto de su oración, cuando a solas clamaba a Yahvé en lo alto de la montaña, sin dar pie a que su pueblo tuviera ni la más mínima sombra de sospecha de que su líder y jefe espiritual también suspiraba por el pasado como ellos. ¿Qué clase de líder sería? ¿Quién podría confiar en él?

Frente a esta experiencia también cabe dos opciones distintas que parecen claras: una sería la de tratar de volver atrás en el tiempo y si no es posible revivirlo, al menos intentar recuperar sus recuerdos creando otros nuevos lo más parecidos posibles. Sería algo así como dejar de caminar, buscar en el desierto el oasis o el paisaje que más recuerde a Egipto e instalarse en él para rehacer la vida.

La otra alternativa requiere algo de más fe, pues supone saber secarse las lágrimas del pasado, es más, convertirlas en lágrimas de agradecimiento, y seguir caminando únicamente apoyado en la promesa de una nueva tierra en la que no hay más garantía que una creencia y un camino que en si mismo está cargado de lecciones y de vida.

Parece claro que la única vía posible para recuperar la felicidad es la segunda, sin duda también la más difícil. Dejar pasar el tiempo de la tempestad es todo un arte que ha de hacerse con una entrega total, con absoluto abandono, lo cual no es difícil cuando nos vemos derrotados, hundidos, desesperados.

El sufrimiento sólo aparece mientras quedan restos de prepotencia en nosotros, mientras que nuestro orgullo no se ha agotado, pero cuando se ha llegado a este punto uno descubre misteriosamente que sólo queda la esperanza. Algunos se resisten a llamarla así y prefieren ver en este momento una proyección de nuestros sueños que no por consoladores son verdaderos, algo así como un autoengaño. Esa no es mi experiencia y es así que la ofrezco como un verdadero tesoro.

Si bien en nuestra vida hay problemas que nos llevan al fracaso, en nuestro espíritu no ocurre lo mismo y uno siempre puede abrirse a la dicha de ver como nuestros ojos se cierran mirando a lo alto, a un futuro en el que se cree por que se intuye, casi se palpa.

Moisés murió sin ver la tierra prometida pero consciente de que su pueblo entraría en ella y de que él también lo haría en el corazón de cada uno de sus hermanos. Es este un concepto precioso que en estos tiempos de individualismo no se valora lo suficiente. Me refiero al hecho de que somos PUEBLO, asamblea, de que nadie sufre ni goza solo y que el mayor de los desastres sobreviene cuando se trata de experimentar esta experiencia al margen de la familia en la que estamos entroncados, de los nuestros.

Ahora bien, qué hay cuando se entrega la vida sin sombra de futuro, cuando se cierra los ojos en el más absoluto de los fracasos. Dios no está ausente en esta experiencia. Cuando el desastre se escribe con mayúsculas y es definitivo todavía hay que guardarse una sonrisa para llevárnosla con nosotros, pues para Dios NADA hay que sea imposible. El que crea, que entregue su vida con confianza.


Quizás sea natural que después de una elección presidencial tan cerrada como la que presenciamos hace apenas unas semanas, se generen algunos rumores sobre el procesamiento y la comunicación de los resultados electorales, que a fuerza de repetirse se convierten en dichos, y que terminan por ostentarse como argumentos.

Pero varios de estos argumentos no tienen sustento en la evidencia empírica. Unos más generalizan a partir de incidentes aislados. Otros simplemente revelan desconocimiento de las regulaciones electorales y de los acuerdos que el IFE suscribió con los partidos políticos.

Finalmente, encontramos argumentos lógicamente defectuosos o que se desprenden de premisas falsas o, cuando menos, endebles. A continuación comento algunos argumentos que considero falaces, pero que al parecer han sido admitidos ya como verdaderos en el imaginario colectivo de un grupo de ciudadanos.

PRIMERA FALACIA.- El IFE actuó sin transparencia, al no dar a conocer los resultados del Conteo Rápido la noche del 2 de julio.

Comentario. El Conteo Rápido no es el conteo de todos los votos, sino una estimación de la tendencia electoral basada en los votos emitidos en un conjunto de casillas. Estas estimaciones —aun las más poderosas— siempre tienen márgenes de error. Por lo tanto, en caso de que la elección arroje resultados muy cerrados, tales márgenes impiden pronosticar con plena certeza cuál será el candidato ganador. Esto fue lo que sucedió la noche del 2 de julio: tal como se tenía previsto en un acuerdo avalado por los partidos políticos, el Consejero Presidente del IFE no difundió los rangos de votación, dada la estrechísima diferencia entre los dos candidatos punteros. Una vez que este funcionario recibió el informe sobre los resultados del Conteo Rápido, redactado por un Comité Técnico Asesor, se limitó a transmitir las conclusiones a las que habían arribado los expertos. Después de mencionar que no era posible saber cuál candidato había obtenido el porcentaje más alto de la votación, el Consejero Presidente señaló que los resultados finales (no definitivos) de la elección se darían a conocer al concluir los cómputos distritales. Se ha criticado la decisión de no dar a conocer esa noche cuál era el candidato que iba adelante en los rangos de votación, pero ese anuncio hubiera sido descalificado de inmediato por los demás candidatos e, incluso, se hubiera corrido el riesgo de que los resultados finales colocaran en primer lugar a un candidato distinto del sugerido por los rangos previamente. En este caso, acotar la incertidumbre que se generó esa noche era imposible pues el Conteo Rápido —poderoso instrumento en elecciones pasadas— resultó insuficiente para un escenario como el que se presentó ese día.

SEGUNDA FALACIA.- Ciertos comportamientos de los resultados que arrojó el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), demuestran que tal programa fue manipulado para favorecer a uno de los candidatos.

Comentario. A diferencia del Conteo Rápido, el PREP no señala tendencias sino que da a conocer al público la votación que arrojan las actas, casilla por casilla, conforme los paquetes electorales llegan a las oficinas de los Consejos Distritales. Se ha difundido la creencia equivocada de que este flujo de información debe mostrar, en el tiempo, un comportamiento aleatorio. Sin embargo, en la captura de los datos intervienen varios factores que impiden que tal flujo se comporte de ese modo: los tiempos diferenciados de traslado de cada paquete electoral, las distancias entre las casillas y las oficinas de cada consejo distrital, la disponibilidad o carencia de medios de comunicación, los tres husos horarios vigentes en el país durante la jornada electoral, entre otros. Dado el comportamiento no aleatorio que muestra el flujo informativo del PREP, se ha difundido también la tesis errónea de que el PREP posiblemente haya utilizado un algoritmo (es decir, un conjunto definido de operaciones) para sumar y restar votos a ambos candidatos de manera arbitraria. Entre otras acciones, lo anterior supondría la participación deliberada en un fraude por parte de los 300 Centros de Acopio y Transmisión de Datos (es decir, de los 4,104 empleados que trabajaron en ellos), y la inclusión de tal procedimiento en el código fuente del programa. Tal manipulación de la información parece prácticamente imposible dado el diseño del PREP y las mejoras tecnológicas que experimentó para estas elecciones. Para garantizar alta seguridad, el PREP utilizó terminales de captura como las que se utilizan para las transacciones bancarias. Además, para minimizar los errores en el registro de datos, las actas fueron capturadas dos veces y cotejadas posteriormente contra las propias actas por una tercera persona a través de un voucher o comprobante de registro de datos. Finalmente, se ha dicho falsamente que justo antes de que se diera el cruce entre las líneas de preferencia de los dos candidatos punteros, el IFE detuvo el suministro de información del PREP durante casi una hora. Tal afirmación es insostenible frente a la evidencia: el flujo de información del PREP siempre fue continuo; el tiempo máximo entre dos actualizaciones fue de trece minutos.

TERCERA FALACIA.- Durante la operación del PREP, el IFE "perdió" o "desapareció" tres millones de votos.

Comentario. En ningún momento sucedió algo así. Alrededor de 2.6 millones (2,581,226) de votos se ubicaron en el archivo de actas con inconsistencias, el cual llegó a congregar 11,184 de tales actas —colocadas ahí conforme a criterios que acordaron los partidos y las coaliciones el 10 de febrero pasado. Cuando los votos de estas actas fueron agregados a los resultados finales del PREP, estos resultados no se revirtieron, aunque la distancia entre los dos primeros lugares pasó de 1.04 por ciento al 0.62 por ciento. La página electrónica del PREP incluyó un hipervínculo para consultar este archivo, al cual la ciudadanía y los partidos políticos tuvieron acceso en todo momento. Por lo que toca a los partidos políticos, hay registros en las bitácoras electrónicas de que consultaron dicho archivo a lo largo de la operación del PREP. Ahora bien, por lo que toca a la ciudadanía, la información publicada en la página electrónica del PREP debió ser más abundante y clara en el sentido de que el total de casillas procesadas no incluía aquellas cuyas actas se encontraban en el archivo de las inconsistentes. Conclusión: ningún voto se "perdió" o "desapareció" durante el acopio de datos que realizó el PREP. En estos momentos, los consejos distritales y las Fuerzas Armadas tienen bajo su resguardo los paquetes electorales con las actas de casilla y las boletas de cada uno de los votantes, las cuales fueron contabilizadas en los cómputos distritales.

CUARTA FALACIA.- El IFE no actuó con transparencia, al negarse a contar voto por voto, casilla por casilla.

Comentario. En cada casilla, los ciudadanos realizaron el conteo voto por voto en presencia de los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. Los resultados se asentaron en las actas correspondientes. Por ley, durante el cómputo distrital se abren los paquetes electorales para extraer el sobre con el expediente de casilla y cotejarlo con los resultados de las actas del PREP en poder del presidente del consejo distrital. También, durante el cómputo distrital, el IFE está facultado para abrir únicamente aquellos sobres que contienen las boletas en los casos en que el acta del PREP no coincida con el acta del expediente de casilla; cuando se detecten alteraciones evidentes en las actas; cuando no exista el acta en el expediente de la casilla; cuando el Presidente del Consejo Distrital no tenga en su poder dicha acta; y cuando existan errores evidentes en el llenado de las actas. En caso de que los sobres que contienen las boletas se abran sin una justificación legal, podría propiciarse la anulación de la votación en la casilla. Los cómputos distritales de la elección presidencial que iniciaron el 5 de julio se llevaron a cabo ininterrumpidamente en sesiones públicas en las que se abrieron 2,873 paquetes electorales y los sobres con las boletas en presencia de los consejeros distritales, los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. En conjunto, este ejercicio dio como resultado que a todos los partidos políticos o coaliciones se les restaran votos (un total de 64,026) lo que ajustó a la alza los porcentajes del PAN (con un .025 por ciento), de la Coalición por el Bien de Todos (con un .020 por ciento) y de Alternativa Socialdemócrata y Campesina (con un .002 por ciento).

QUINTA FALACIA.- El IFE abrió paquetes electorales de manera ilegal después de que concluyeron los cómputos distritales.

Comentario. Como ha ocurrido en los procesos electorales anteriores, después de que concluyen las sesiones de los cómputos distritales, los consejos distritales deben obtener de los paquetes electorales los documentos necesarios para integrar los expedientes que, por ley, se tienen que presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y se dejan intactos los sobres sellados con los votos. Entre los documentos que requiere el Tribunal Electoral están las hojas de incidentes, los escritos de protesta y las actas de casilla.

SEXTA FALACIA.- El IFE evadió su responsabilidad y le transfirió el conflicto al TEPJF.

Comentario. El IFE se apega a lo que establece la ley para la declaración de validez de las elecciones del 2 de julio. Como parte del proceso electoral, los partidos tienen el derecho de presentar impugnaciones, y el TEPJF es la instancia responsable de resolverlas. En esta etapa, al IFE le corresponde proporcionar al tribunal la información que requiera para emitir los fallos correspondientes. La tarea del IFE no ha terminado. Conforme a lo establecido en la ley, una vez resueltos los juicios de inconformidad, diferentes instancias son las encargadas de declarar la validez para cada elección: la declaración de validez de la elección presidencial le corresponderá al TEPJF; los Consejos Distritales declararán la validez de la elección de diputados por mayoría relativa; los Consejos Locales declararán la validez de la elección de senadores por mayoría relativa; y al Consejo General le corresponderá la asignación de diputados y senadores elegidos por el principio de representación proporcional.

Como se ve, cualquier persona mínimamente razonable entiende que esas seis falacias, esgrimidas por López Obrador y sus paniaguados, son invenciones desesperadas por querer ganar una elección en la mesa y no en las urnas. El Peje no cede porque quiere ganar a toda costa, o sea quiere arrebatar lo que creía suyo y no quiere entender que no lo es. Quiere seguir el procedimiento que siguieron el fascismo de Mussolini en Italia, el nazismo de Hitler en Alemania y el comunismo de Stalin en la Unión Soviética: lavarle la mente a la gente atraída por el influjo de las demagógicas ofertas que, como letanía, ha dicho desde que era candidato para el Gobierno del Distrito Federal. Dentro de su paranoia él se cree el ungido y no acepta la realidad. Ha llegado al grado de ostentarse ya como presidente.


Si Dios quiere...


Enrique Galván-Duque Tamborrel

En otros tiempos se repetía, casi como un estribillo, la frase "si Dios quiere". Quizá alguno la usaba tantas veces que hizo que perdiese su sentido, que dejase de significar algo concreto.

Hoy en día resulta extraño escuchar a alguien que añada, al inicio o al final de su discurso, la vieja frase. Esto nos permite usarla con más atención, con más conciencia, dándole todo su significado.

¿Qué significa decir "si Dios quiere"? Por un lado, significa un reconocimiento: la historia del universo no está sometida a un destino ciego ni a un indeterminismo absoluto. Detrás de una estrella enana, de un cometa, de un planeta, de una explosión solar y de una tormenta de granizo se esconde un designio maravilloso, estupendo, lleno de misterios pero no por eso menos emocionante. Se esconde el proyecto de un Dios que es amor, que hace todo por el bien, que ama a cada uno de sus hijos y que se manifiesta, cada día, en las mil hermosuras de la creación.

Por otro lado, significa una aceptación del propio lugar en este universo de bellezas y de fuerzas no siempre controlables por el ser humano. Es cierto que la técnica ha logrado usar (a veces, mal usar o abusar) miles de realidades que hasta hace pocos siglos eran casi desconocidas. El uso industrial del petróleo, el aprovechamiento de la fuerza del viento, la manipulación (llena de peligros) de la energía nuclear, son algunos de esos ejemplos. Si, además, nos asomamos al mundo de la medicina, ¡cuántas enfermedades antes incurables tienen ahora un tratamiento adecuado!

Sin embargo, y a pesar de tantos progresos, mil variables escapan a nuestro control, mil sorpresas nos dicen que la vida no es algo sometible por entero a los instrumentos de los laboratorios más perfectos.

El "si Dios quiere" no es sólo reconocer ese indeterminismo que nos inquieta (a veces, que nos alegra: aquella enfermedad para la ciencia incurable, nos sorprende con una curación inesperada); es, sobre todo, reconocer que incluso en los mismos progresos de la ciencia se esconde siempre el proyecto de un Dios bueno.

"Si Dios quiere" hoy iré al trabajo, tendré un poco de buena comida en mi mesa, funcionará la computadora, no habrá cortes de corriente eléctrica, y podré visitar por la tarde a un amigo enfermo. "Si Dios quiere" hoy podré rezar y cantar un poco el amor de ese Dios que sueña en mí y al cual un día (el día que Dios quiera) podré ver cara a cara. "Si Dios quiere" llegará esa lluvia que deseamos desde hace meses, o brillará un sol que esperan miles de campesinos para los últimos trabajos antes de la cosecha.

"Si Dios quiere", pondré a trabajar esa libertad que Él me ha dado con tanto amor, para que hoy, al menos hoy, un hombre o una mujer puedan sentir que el amor es más fuerte que la muerte, gracias a un gesto mío de generosidad, de perdón, de cariño sincero y fresco...


Si fuéramos buenos

Querien Vangal

Si fuéramos buenos, querríamos estar siempre últimos, y no primeros. Rogaríamos no ser invitados al escenario, ni a tomar el micrófono, ni a estar bajo el haz de los reflectores del mundo.


Si fuéramos buenos, disputaríamos dar lo mejor, y no recibir lo mejor. Insistiríamos ante quienes nos rodean, con fuerza y convicción, en que nos permitan darles lo mejor que tenemos, rechazando lo bueno que ellos nos ofrecen, para que sean ellos quienes lo disfrutan.


Si fuéramos buenos, no pensaríamos mal de los demás, sino que buscaríamos todo el tiempo la forma de comprender los actos de nuestros hermanos, como surgidos de una buena intención.


Si fuéramos buenos, viviríamos la vida con optimismo y esperanza, confiados en que dada día es un regalo maravilloso e irrepetible. Sin lugar para la depresión o las tristezas no justificadas, iluminaríamos el mundo con nuestras alegres miradas.


Si fuéramos buenos, nos alegraríamos infinitamente de todo lo bueno que les ocurre a los demás, sin hacer comparaciones con lo que nosotros somos o tenemos.


Si fuéramos buenos, daríamos gracias cada día a Dios por todo lo que El no nos da, porque ésta es Su forma de invitarnos a compartir Su Cruz.


Si fuéramos buenos, obedeceríamos con alegría a quienes Dios pone en nuestro camino como guías, sean nuestros padres, jefes, o nuestros maestros.


Si fuéramos buenos, buscaríamos por todos los medios no utilizar palabras que puedan herir a los demás, suavizando nuestro lenguaje hasta hacerlo un medio de transmitir hasta la noticia más dura, con ternura y sinceridad.


Si fuéramos buenos, no dejaríamos de hacer aquellas cosas que nos duelan, pero que por amor y justicia corresponden ser hechas.


Si fuéramos buenos, no sentiríamos vergüenza de dar testimonio de ser hijos de Dios, de amarlo por sobre todas las cosas, supeditando todos los actos de nuestra vida a Su Voluntad.


Si fuéramos buenos, seríamos verdaderos paladines en la defensa de la verdad, de la justicia, y de la búsqueda del camino de la luz.


Si fuéramos buenos, no dejaríamos sin ayuda a ese niño que hoy nos pidió dinero en la calle.


Si fuéramos buenos, le diríamos a nuestro padre y a nuestra madre que los amamos, que los necesitamos, y que el mundo no sería el mismo sin ellos.


Si fuéramos buenos, escucharíamos a nuestros hijos cuando nos dicen que nos aman, que nos necesitan, aunque lo hagan con palabras que no comprendemos totalmente.


Si fuéramos buenos, amaríamos la vida que Dios nos da, y la defenderíamos a muerte. Millones de niños abortados tendrían un ejército de mujeres y hombres dispuestos a luchar hasta detener esta matanza.


Si fuéramos buenos, daríamos el ciento por uno en retribución, por cada don que Dios nos da.


Si fuéramos buenos, veríamos en cada paso de nuestra vida, una oportunidad de ver la Mano de Dios obrando a nuestro alrededor. Y dejaríamos que sea El el que guíe nuestro camino.


Si fuéramos buenos, amaríamos...


Si no fuera pecado, ¿lo haría?

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Una "buena tentación" es aquella que repite una y otra vez: "si me sigues, si cedes sólo por esta vez, si dejas el rigorismo, si te permites este pecadillo, ganarás mucho y perderás muy poco". Ganar mucho dinero con una trampilla, o lograr un rato de diversión pecaminosa después de una semana de tensiones en el trabajo o en la familia, o conseguir un buen contrato a base de calumniar a un amigo, o...

A veces evitamos ese pecado sólo porque la conciencia nos pone ante nuestros ojos esa frase decisiva: "No lo hagas, es pecado".

Sí, ya sé que es pecado, respondemos. Pero, si no fuera pecado, ¿lo haría?

Formular esta pregunta es señal, seguramente, de que no comprendemos la maldad que hay detrás de esa tentación. La vemos tan apetecible, tan fácil, tan a la mano, tan "buena", que... Pero es pecado, nos dijeron en la catequesis, leímos en un libro, nos recordó un amigo sacerdote...

Hemos de comprender que algo es pecado no sólo porque un día Dios dijo: "Esto está mal: no lo hagas". En realidad, si algo está mal (y Dios, porque nos ama, nos lo recuerda) es porque con esa acción ofendemos a Dios, dañamos al prójimo y nos degradamos a nosotros mismos. O, como decía santo Tomás de Aquino (siglo XIII), "ofendemos a Dios sólo cuando actuamos contra nuestro propio bien" ("Summa Contra Gentiles", III, cap. 122).

El pecado no es, por lo tanto, como algunas normas de tráfico. Cuando busco un lugar para dejar el coche y veo la señal "prohibido aparcar", es posible que me enfade, que no esté de acuerdo con el alcalde o con la policía. Dejar el coche ahí, en ese lugar concreto, quizá no molesta a nadie. Sé que está prohibido, pero si no estuviese prohibido, allí aparcaría... Incluso con la total certeza de que no causaría daño a nadie.

En otras ocasiones, en cambio, la misma señal de tráfico vale no sólo porque la pusieron allí, sino porque descubro que es justo, es bueno, no aparcar en ese lugar. Incluso habrá momentos en los que llegaré a una calle donde me gustaría aparcar, donde no hay señal alguna (¡está permitido aparcar allí!), pero no aparcaría porque me doy cuenta de lo mucho que perjudicaría a otras personas si lo hiciera.

El pecado es parecido al segundo ejemplo. No depende de la imaginación de Dios o de algún capricho del catequista o del sacerdote. Si la Iglesia nos enseña que el robo es pecado, o el adulterio, o la calumnia, o el masturbarse, o el aborto, es porque en cada uno de esos actos perdemos algo de nuestra vocación al bien, al amor, a la justicia.

No es correcto, por lo tanto, pensar: "si esto no fuera pecado, lo haría". Porque si algo es malo, lo es siempre. Porque, además, mi condición de hombre y de cristiano me recuerdan que no vivo para seguir mis caprichos y buscar maneras para que las normas no me impidan realizar lo que me gustaría hacer ahora, sino que vivo para amar y hacer el bien, a todos y en todo. Por eso no quiero saltarme aquellos mandamientos que me apartan del mal para invitarme a hacer el bien.

Nos será más fácil superar la tentación del "si esto no fuera pecado..." cuando profundicemos y conozcamos más a fondo el porqué de los mandamientos, el sentido de cada norma ética, el bien que ganamos cuando queremos ser honestos. Los mandamientos no son imposiciones arbitrarias, sino señales que nos indican dónde está el bien y el mal, qué nos ayuda a vivir en amistad con Dios y con nuestros hermanos, y qué actos hieren esa amistad.

Por ejemplo, si no robo, aunque tenga que esperar más años para comprarme un coche nuevo, viviré con la conciencia más tranquila y en mayor paz con quienes viven a mi lado. Porque habré respetado el derecho de otro a un dinero que es suyo, que merece tener, que no puedo apropiarme sin dañarle y sin herir mi conciencia.

Lo mismo vale para los demás casos: el mal de cada acto pecaminoso es tan grave que destruye riquezas de la propia vida y de la vida de los demás, y por lo mismo es muy bueno no ceder nunca a la voz insidiosa de una tentación que me presenta como fácil y posible algo malo.

Pensemos, además, en positivo: cuando digo no a un pecado, entonces mi corazón está (al menos, debería estar) más dispuesto a hacer más cosas buenas, a vivir más a fondo mi condición de soltero o de casado, de padre o de hijo, de estudiante o de trabajador, de amigo o de ciudadano honrado.

Por eso, vale la pena quitarse de la cabeza esa insinuación que no viene de Dios, sino del propio egoísmo: "Si no fuera pecado..." Habría que sustituirla por esta otra: "Porque sé que es pecado, centraré mi mirada en el mucho bien que puedo llevar a cabo por otros caminos santos y buenos".

De este modo, creceremos cada día en nuestra condición cristiana, viviremos como hijos que están a gusto en casa, con su Padre de los cielos, con tantos hermanos que también quieren ser justos y difundir amor para con todos. Aunque ahora tengamos que luchar enérgicamente contra una tentación fácil, aunque tal vez pensemos que estamos "perdiendo" una ocasión única.

Es muchísimo lo que gano si conservo mi espíritu abierto para amar, para ser bueno, para estar muy cerca de ese Dios que tanto ha sufrido por hacer más bueno mi corazón cristiano...


¡Sí, ahí está Dios!

Querien Vangal

Siempre que hablamos de Dios lo hacemos con un gran amor --no digamos ya con un gran respeto--, y siempre tratamos de crecer en la fe, en la confianza y en el amor de ese Dios que nos ama y que nos espera.

Cualquiera diría que esto es muy fácil, y, sin embargo, todos tenemos la experiencia --porque lo oímos mil veces-- de que muchos, cuando sufren algo que les parece injusto, tienen miedo a Dios y dudan de todo: dudan de que Dios exista, dudan de que les ame, y dudan de que Dios les reserve algún bien, y se preguntan:
- Si Dios existe, si Dios me ama, ¿por qué Dios no me escucha? ¿Por qué ha de mandarme este sufrimiento? ¿Por qué tiene que venirme este mal?
Esta queja la oímos muchas veces. Pero, ¿no es cierto que Dios nunca está más cerca de nosotros que cuando sufrimos, como el papá y la mamá sobre el niñito que se ha agravado?...

Se cuenta muchas veces lo que ocurrió en el más terrible campo de concentración y de exterminio de la Segunda Guerra Mundial. Estaban formados todos los prisioneros ante un espectáculo macabro, contemplando al compañero colgado en la horca. En medio del silencio aterrador, se levanta una voz estremecedora:
-- ¿Y dónde está Dios? Ante este grito de un descreído, se alza la voz de un creyente, mientras su dedo señala al que cuelga del patíbulo: -- ¡Dios está ahí! Cierto. Allí estaba Dios, allí estaba Jesucristo, que extendía a aquel campo de la muerte su propia muerte en la cruz. Porque Dios estaba junto a la horca y las cámaras de gas para salvar a las víctimas inocentes, como estaba en el Calvario esperando que Jesús muriese y fuera sepultado, para resucitarlo después con gloria.

Dios no quiere nuestros males. Dios pedirá cuentas a los causantes del dolor ajeno. Dios nos librará definitivamente un día de todo lo que ahora nos atormenta.
Si tenemos estas convicciones, la prueba se convierte en resignación cristiana y en mérito ante Dios.

Ciertamente, que el dolor es un misterio. ¿Por qué Dios permite el mal? No lo sabremos nunca en este mundo. En este mundo estamos viendo el tapiz o el bordado al revés: todo son hilos que se entrecruzan en un desorden feo y sin ninguna dirección fija. Habrá que mirarlo por el otro lado para asombrarnos de la obra de arte que allí se esconde.

Únicamente en la vida futura entenderemos el dolor de este mundo, cuando veamos que esas pruebas han sido el camino --angustioso, pero seguro-- por el que Dios nos ha llevado a la salvación.

La gran respuesta a nuestra pregunta la tenemos en Jesucristo clavado en la cruz. Inocente como Jesús, ninguno. ¿Y por qué Jesús ha tenido que sufrir como nadie en este mundo?

Cuando parece que Dios se ha escondido en nuestra vida es precisamente cuando nos mira con más amor. Está detrás de las cortinas de la ventana mirando cómo caminamos por la calle del mundo; nosotros no lo vemos, pero a Él no se le escapa ninguno de nuestros movimientos.

No entendemos su Providencia, pero sabemos besar su mano amorosa cuando nos permite algún mal. La palabra de Job es una de las más repetidas de toda la Biblia:
- Si recibimos los bienes de la mano de Dios, ¿por qué no vamos a recibir los males? Males que no nos vienen de la mano de Dios, pero que son permitidos por Dios para nuestro bien.

Le preguntaron un día a Teresita: - ¿Has tenido que sufrir hoy también muchos dolores? -- Sí, pero porque los quiero. Yo quiero todo lo que me envía Dios.

En esta respuesta de la querida Santa está la clave que resuelve todo el problema. Para ella, nos se trataba solamente de resignación y de simple aceptación. Era más. Era querer lo que Dios quería, haciendo de las dos voluntades una sola. Esto es el colmo de la virtud cristiana. Esto es lo que hacen tantos hermanos nuestros, de quienes decimos que están en lo más alto de la santidad.

El mal, por otra parte, no puede triunfar. Dios le tiene puesto un límite del cual no pasará. Dios no quiere que nuestra vida sea un fracaso. Si permite la tempestad es para dar después la bonanza. Si consiente que los ojos derramen lágrimas, es para convertirlas después en júbilo y alegría.

Dios siempre hace brotar una rosa en medio de las espinas. El dolor entonces, sostenido con valentía, se convierte en la elegancia de la vida.

Un sabio escritor nos lo dice bellamente: -- El dolor, para los que viven en el Espíritu, se convierte en el más recio hilo telefónico, por el cual transmitimos a Dios un himno de amor, como el más hermoso saludo que los hijos pueden dirigir a su Padre, inspirado por el Espíritu Santo.

Hay que repetirse constantemente ese eslogan tan conocido: ¡Dios me ama!
El día en que nos convencemos de ello, y sabemos vivir la realidad que entraña, ese día se ha encontrado la clave misteriosa de la felicidad verdadera....


Síndrome del complot

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El presidente Evo Morales denunció una conspiración en su contra de algunas "transnacionales" a las que no identificó y llamó a los sectores sociales que apoyaron su elección a movilizarse para defender los cambios que inició su gobierno, según informes de prensa.

"Ya hay algunas conspiraciones de algunas transnacionales. Ya tuvimos reuniones con el alto mando militar en las que nos daban información de cómo están preparando eso", dijo el mandatario el lunes por la tarde durante una reunión con dirigentes campesinos de La Paz, según informó el diario La Prensa.

En el encuentro también estuvo el vicepresidente Álvaro García Linera, un intelectual de clase media, quien lanzó un discurso en el mismo tono del Presidente.

Llamó a la unidad de los sectores sociales porque "los oligarcas quieren hacer daño al gobierno del hermano Evo Morales". "Hay que movilizarse contra los que quieren hacer daño porque van a presionar las petroleras, los gringos", dijo.

El senador de oposición Tito Hoz de Vila calificó como "un absurdo" las denuncias de complot.

El ministro de Hidrocarburos, Andrés Solís, antiguo militante marxista, dijo ayer respecto a las denuncias de Morales que en su criterio ellas responden a "un concepto de tipo general", pero que la relación del gobierno con algunas transnacionales petroleras va por buen camino.

"Estoy sorprendido por el grado de compresión que hay en varias empresas que yo pensaba iban a tener una actitud ante Bolivia y no la tienen", dijo el funcionario, encargado de renegociar los contratos con las empresas para que el Estado obtenga más impuestos y un mayor control sobre la industria, según una ley promulgada previo a la asunción de Morales, el 22 de enero.

En tanto, el representante del combativo sindicato de maestros de La Paz, René Pardo, criticó lo dicho por el mandatario señalando que sus denuncias son un "espantapájaros".

"Es una situación burda, un pretexto muy evidente", dijo Pardo, quien es miembro de la cúpula del magisterio de tendencia trotskista, que reprocha a Morales el adscribir supuestamente a una izquierda "reformista" y no "revolucionaria".

"En lo concerniente al golpe de Estado yo creo que sólo quieren tapar con una cortina de humo, toda vez que todas las petroleras, el imperialismo, puedan dormir tranquilos porque finalmente no se les está afectando casi en nada", agregó.

Por su lado, el viceministro de Gobierno (Interior), Rafael Puente, dijo que su despacho iniciará una investigación cuando Morales "lo instruya". "Pero todavía no hay nada".

"Son sospechas generales que puede tener cualquier ciudadano a partir de lo que significa para las transnacionales la política decidida del gobierno... queremos tener socios pero no jefes. A partir de esto cabe suponer que hay peligros, pero todavía no hay datos concretos", declaró a la prensa.

En una de sus primeras reuniones, Morales llamó a los líderes campesinos a movilizarse "para nacionalizar [los hidrocarburos]" porque en su criterio hay que tener en cuenta dos cosas: "Llegar al gobierno y tener el poder".

"Tenemos el gobierno, pero nos falta, no hemos ganado el poder político, por eso tenemos que trabajar con todos los sectores", agregó al advertir que la nacionalización de los hidrocarburos será una de las tareas más difíciles de su administración. Durante su campaña electoral y tras su contundente victoria en las urnas, en diciembre, el primer presidente indígena en la historia de Bolivia ha venido repitiendo que nacionalizará la propiedad de los recursos hidro-carburíferos sin afectar los bienes de las compañías.

La tarea inmediata, según García Linera, es "dejar sin aire a los adversarios". "No hay que dejarlos respirar para dar el segundo paso que es la Asamblea Constituyente. La lucha no ha terminado", afirmó.

Señaló que la ley de convocatoria a esa asamblea que comenzará a deliberar desde agosto, deberá ser aprobada por el Congreso "hasta fines de febrero o la primera semana de marzo" porque si no "corre el riesgo de fracasar". Morales también advirtió con una movilización en las calles si el Congreso traba la ley de convocatoria.

Su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), no tiene dos tercios de votos del Congreso necesarios para convocar a la Constituyente, que, en criterio de Morales, deberá "refundar una nueva Bolivia".

Por aquello del "complot" , cualquier parecido de Fidel Castro, Andrés Manuel López Obrador, Hugo Chávez y Evo Morales es mera coincidencia.


Solidaridad

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Octubre es el mes de la solidaridad y como parte de la campaña por la paz ya se ha recorrido lo indispensable de la confianza para creer unos en los otros, lo trascendente de la unidad para luchar juntos por un objetivo común. Es ahora tiempo de focalizarnos en la solidaridad. Estos tres elementos son indispensables para la consecución de la paz que tanto necesita y anhela nuestra Patria… ¿pero cómo definir solidaridad?

"Ningún hombre es una isla, entero en si mismo, cada hombre es un trozo de Continente, una parte del todo, si el mar arrastra un trozo de tierra, Europa sería la que lo ha perdido como si fuera un promontorio; como si fuera una propiedad de tus amigos o tuya propia. La muerte de cualquier hombre me afecta porque estoy involucrado con la humanidad y por lo tanto, nunca trates de saber por quien doblan las campanas: doblan por ti" (John Danne)

"Es en las pequeñas cosas de la vida diaria, que con mayor frecuencia se descubre el carácter verdadero de un hombre; y es en los pequeños incidentes que algunas veces pasan inadvertidos para los historiadores oficiales, que se encuentra la verdadera manifestación del alma de una nación… la historia puede manipularse (y se ha hecho), para servir a la intención particular del escritor o de sus patrocinadores…Pero los pequeños incidentes a los que nos referimos, los "imponderables" del alma nacional, permanecen como guía segura para la comprensión de un pueblo. Son como faro luminoso que puede suprimirse durante un tiempo pero que jamás puede ser extinguido totalmente". Esta cita es de un boletín informativo de la Comunidad Polaca en México del 5 de mayo de 1959, y podemos aplicarlo de manera textual a lo que ha vivido el pueblo mexicano.

Después de vivir como colonia de España, llega la independencia, la división entre conservadores y liberales, la manipulación de la historia y de sus protagonistas, obedeciendo a intereses de muchos de los que nos gobernaron por más de 70 años. México a través de su historia, pero especialmente en el periodo de la "dictadura democrática" del PRI, ha cultivado dos manifestaciones "culturales":

1. Una cultura del conflicto, en donde siempre ha habido ganadores y perdedores, buenos y malos, héroes y villanos, católicos y no católicos, derecha e izquierda, conservadores y liberales…

2. Una cultura de dependencia, en donde "el responsable único de mi bienestar y el bien común, es el gobierno en turno". Papá gobierno por arte de magia debería mejorar la economía, salarios, problemas, pobreza. El ciudadano solo "espera" a que "llegue el cambio".

En el nuevo México que estamos viviendo a partir de la alternancia, el primer cambio que debemos realizar es romper estos dos círculos viciosos que no permiten que el tan anhelado "cambio" llegue. ¿Cómo?... Para que México cambie, primero debemos cambiar nosotros, ¿Qué no acaso México está formado por mexicanos? ¿Y no eres tu acaso un mexicano?... si tu cambias, México cambiará. Pero, ¿en qué sentido debemos cambiar?

En la Polonia comunista, había un chiste que expresaba lo que se vivía en la vida diaria: "¿Cuánto suman 2+2? Pregunta el jefe del partido comunista, ¿Cuánto le gustaría a usted que sumaran? Responde el obrero".

Por ello, Solidaridad promovía "para que Polonia sea Polonia 2+2 deben siempre sumar 4" y reafianzando este principio, Tadeusz Styczen dice: "los seres humanos solo pueden ser libres en la verdad y la medida de la verdad es la realidad".

Solidaridad surgió en 1980, después de la visita en extremo fructífera del flamante Papa Juan Pablo II quien volvió a despertar la conciencia de cada polaco sobre su dignidad y capacidad, y sobre su herencia histórica llena de grandes conflictos pero también de grandes hombres. De esta manera, cada polaco estuvo dispuesto a defender a su Patria, como lo hicieron sus antecesores; sin violencia, buscando una renovación moral del país que los llevaría apoyados en el Sindicato Solidaridad a una renovación social, política y económica.

En Solidaridad participaron intelectuales, artistas, obreros, agricultores, católicos y no católicos, pues la esencia de Solidaridad era la unión de todo el pueblo polaco contra la injusticia.

Solidaridad fue definido como "un bosque inmenso plantado por conciencias que han despertado" (Josef Tischner), también se decía que los polacos habían recuperado la propiedad privada de sus lenguas. A su vez, George Weigel dice que "Solidaridad era vista como un movimiento social multitudinario y único, cuya mejor descripción era Una cruzada civil por la regeneración nacional", todo ello por medio de una paz que venció a la violencia pues disipó la mentira del yugo comunista.

México no vive en un régimen comunista, pero sí en un sistema económico, político y social deshumanizado, materialista, individualista y pragmático, que no nos ha permitido hacer realidad el Bien Común.

Todos pensamos que con la alternancia en el poder, se resolverían nuestros problemas y carencias, y la realidad ha demostrado que no fue suficiente.

Es ahora el pueblo, la sociedad, cada persona, quienes debemos unirnos bajo un lema común: solidaridad, para lograr el Bien Común de todos y cada uno de los mexicanos, despertando ese bosque de conciencias y cambiando la cultura de conflicto por una de comunión, y la cultura de dependencia por otra de interdependencia, en pocas palabras, desarrollando una auténtica cultura de la solidaridad.

"Todos los pensamientos de solidaridad, incluso el de amarse mutuamente
tienen su fundamento aquí: la dignidad humana, que es una posesión compartida por la humanidad, una posesión de la que todos tenemos una parte y en la que todos tenemos responsabilidad. Todos nos hallamos unidos en un grupo común que hace imposible
que no nos veamos afectados por la suerte de los demás" Ágil Aarvik

Si tu cambias, México cambia, si tu actúas, México se transforma, si tu influyes, estás sembrando el futuro de México

Cuando Lech Walesa ganó el Premio Nobel de la Paz en 1983, dijo al centro de Información Británico para asuntos poloneses: "no nos engañemos, ninguno de nosotros podrá sacar de la crisis al país por sí mismo sin el apoyo de la sociedad. Debemos lograr un acuerdo antes o después".

¿Estás dispuesto a influir YA, cambiando TÚ? y con ese testimonio luchar A FAVOR de un México más SOLIDARIO. Hoy es la oportunidad, enseña a tus hijos el valor de la reconciliación. Este proceso electoral nos dejó divididos como sociedad. HOY ES EL MOMENTO de reunificarnos, de encontrar puntos en común y de ver hacia delante con la frente en alto y las manos juntas, como equipo, unidos, México necesita de nuestra solidaridad y nuestro próximo Presidente también. México nos necesita en PAZ, por eso:


¿Sólo para ancianos?

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hace unos días, un amigo, algunos años más joven que yo, me platicó lo siguiente: "Llegué un par de minutos antes de que empezara la misa de una y media en una parroquia de aquella ciudad. Entré. Me encontré con un nutrido grupo de hombres y mujeres en callada piedad; desde mi punto de vista, muy mayores. Sólo desentonábamos una mamá, su inquieto bebé que desde un carrito azul se esforzaba por dejar claro que estaba presente, y yo."

Es posible que llegados a este punto a alguien se le ocurra comentar que a la iglesia sólo van los viejos porque no tienen nada que hacer, porque no saben cómo administrar su aburrimiento, porque comienzan a temer irracionalmente el después de la muerte...

Pero dudo mucho que esos pensamientos reflejen la realidad...

Son ellos quizá los que asisten a la iglesia más libremente... Algunos están ahí después de haberlo probado todo en la vida (excepto a Dios) y finalmente han descubierto en Él una felicidad que sabe a eternidad.

Otros vuelven con lágrimas en los ojos después de haber malgastado la fortuna lejos de la casa del Padre. Otros nunca se marcharon; han estado ahí todo el tiempo porque desde siempre Dios ha fundamentado su plenitud humana y su realización como personas...

Qué historias detrás de cada uno de ellos, qué itinerarios, qué depósitos de experiencias, qué caminos, qué sedimentos de vivencias multicolores, qué pluralidad de modos de vida...

Sí, ellos vislumbran una eternidad ya cercana... Pero ésa es una eternidad que a todos nos aguarda. No sólo a ellos. Ninguno de nosotros sabemos ni el día ni la hora. Es un misterio que ningún científico, ninguna técnica, ninguna ideología han podido explicar ni descifrar: simplemente porque no les compete...

Unos con bastón, otros con temblores, otros no pueden ya arrodillarse, otros hacen su mayor esfuerzo por realizar un gesto de adoración en la consagración, ese momento en el que un trozo de pan y unas gotas de vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Cómo debería interpelarnos su religiosidad, cómo deberíamos acordarnos de que la vida es breve, de que tarde o temprano esa vida llegará a su fin, de que nuestra juventud y nuestros proyectos pasarán más rápido de lo que nos imaginamos, de que al final de la vida lo único que va a quedar será lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres, de que entonces muchas cosas se habrán ya evaporado porque realmente no eran importantes a pesar de los muchos años y años que hayamos dedicado a acariciarlas: dígase salud, dinero...

Entre estas personas puede percibirse una fina sensibilidad hacia el mundo sobrenatural. Para algunos de ellos el hecho de conocer demasiado el mundo les ha dejado vacíos y les ha acercado al mundo espiritual, al de Dios, donde ni la polilla carcome ni la herrumbre corroe. No es que hayan dejado de amar su planeta, su terruño, sus seres queridos. Siguen siendo de este mundo. Tan de este mundo que una de las presentes venía de sus compras y había dejado recargadas sobre el muro un par de bolsas repletas, de las que sobresalía un frasco de detergente para pisos... Pero se han hecho más sensibles a una realidad que antes sólo conocían de lejos y que ahora, en cierto sentido, son capaces de tocarla.

También el sacerdote celebrante era anciano. Sobre la nariz llevaba una gasa blanca. Su dicción a veces se entrecortaba. Pero ese rostro parchado y esa voz quebrada traslucían una bondad acendrada y añeja fruto de muchos inviernos al servicio de Dios y de los hombres.

Cuenta Tatiana Góricheva ---una rusa ortodoxa conversa desde el ateísmo más militante--- que durante los años más represivos contra la religión por parte del gobierno soviético, agentes estatales "profetizaban" a un sacerdote ortodoxo más o menos en estos términos: dése cuenta que su Iglesia morirá pronto, basta que usted constate que actualmente a su iglesia sólo asisten unas cuantas viejas ignorantes; una vez que mueran esas ancianas usted se quedará sin trabajo y podremos dar el último adiós a su religión que quedará como reliquia de un pasado oscurantista y supersticioso.

Y lo curioso es que la URSS como sistema es ya una triste reliquia del pasado...

El bebé, como buen bebé, en algún momento de la misa lloró sonoramente... Y es muy posible que él, cuando alcance la edad de 80 años, allá por el año 2083, asista a la misa de una y media de esa parroquia; y quizá vendrá acompañado de alguno de sus inquietos nietos recostado en un carrito azul o amarillo o negro...

Junto a ese bebé yo también me sentí un poco intruso en tan madura asamblea. Pero al mismo tiempo me sentí en casa, en familia, como hermano pequeño en la fe. Esa fe que lleva trasmitiéndose dos mil años de generación en generación. Gracias, hermanas y hermanos mayores.


¿Somos sólo un puñado de células?

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El médico explicaba a los esposos algunos detalles de la fecundación in vitro. Les decía que había que provocar a través de diversas hormonas la estimulación ovárica; que se extraerían varios óvulos; que luego se tomaría el semen del esposo obtenido a través de una masturbación; que luego se haría la fecundación in vitro de varios de esos óvulos...

Al llegar a este punto, quiso aclarar que los óvulos fecundados, eran, durante los primeros días, sólo un puñado de células. A ese "algo" muchos lo llaman con el nombre de "pre-embrión", pues, dicen, todavía no sería ni embrión ni hijo.

De este modo, el médico intentaba tranquilizar a los esposos: no "fabricaba" hijos en el laboratorio, sino pre-embriones. Quizá uno o dos de ellos serían transferidos a las trompas de Falopio de la mujer, otros serían congelados, otros morirían o serían destruidos por ser de "baja calidad".

Lo que acabamos de presentar, si bien con algunas diferencias, ha ocurrido y es posible que ocurra más frecuentemente de lo que pensamos. Hay laboratorios que hablan de pre-embriones, y que explican que esos organismos pequeñísimos son simplemente un puñado de células que no merece ser valorado como si fuese un ser humano.

La realidad, sin embargo, no corresponde a lo que se dice en esos laboratorios. Nos bastaría con recordar lo que nos dice las ciencias biológicas: cuando un espermatozoide penetra en un óvulo, se desencadena toda una serie de reacciones y procesos que son señal del inicio de una nueva vida. Una vida que es distinta tanto de la madre como del padre. Una vida pequeña, sí, formada al inicio por una célula, luego por dos, luego por cuatro, etc.; pero vida con un sistema genético diferente, con una cierta autonomía, con una orientación hacia nuevas etapas de crecimiento.

Decir que "eso" sería simplemente un puñado de células es un error desde muchos puntos de vista. Pensemos, por ejemplo, en nuestros propios cuerpos. Podemos decir, con verdad, que estamos hechos de miles y miles de millones de células. A la vez, sabemos que nuestra unidad es algo más que la suma de todas esas células. Lo mismo ocurre tras la concepción: estamos ante un ser que tiene muy pocas células (al inicio solamente una). Su unidad y su identidad, sin embargo, no dependen del número de células, sino de algo distinto que explica cómo esas células se relacionan entre sí y se orientan hacia el desarrollo.

Es cierto, hay que recordarlo, que en los laboratorios es posible hacer cultivos de células humanas sin que tales cultivos sean un ser humano. En esos casos, sí estamos ante un "puñado de células", que muestran tener funciones y reacciones vitales pero no son individuos humanos, por la sencilla razón de que ni se estructuran ni se orientan hacia las estructuras y hacia el crecimiento que son propios de un individuo autónomo.

En cambio, los mal llamados pre-embriones son seres humanos porque tienen las señales propias de cualquier organismo viviente unitario: un código genético, unas reacciones químicas muy concretas, un desarrollo ordenado y por etapas, una interacción con el medio externo que explicará si puede sobrevivir o si morirá en pocos días.

Hemos de tener valor y mirar a esos embriones de laboratorio como lo que son: hijos. Merecen todo el amor y el respeto de sus padres, de los médicos, de la sociedad. Han sufrido una primera injusticia al ser concebidos en una probeta, fuera del lugar natural que merecen y que sería, para ellos, más seguro: el seno de sus madres. Pero a esa injusticia no podemos añadirle una nueva, más grave todavía: negarles su condición humana y tratarlos como si fuesen "un puñado de células".

Sólo si los miramos con honestidad, si les damos el nombre que merecen, seremos capaces de reconocer toda la serie de peligros y de amenazas a la vida que se producen desde el momento en el que se promueve la fecundación in vitro, una técnica llena de errores éticos y a la que no debería recurrir ninguna pareja de esposos.

Ante los problemas reales de la esterilidad, hay que promover con urgencia una cultura de la fecundidad que enseñe a conservar y vivir esta maravillosa dimensión del amor humano. Pero cuando sea imposible conseguir una concepción de modo natural, en el respeto que merece la vida del hijo y la dignidad de sus padres, entonces habría que descubrir nuevas dimensiones para la vida matrimonial, quizá a través de la adopción de algún niño abandonado o de otras formas de servicio a tantos miles de personas que desean un poco de cariño y de ayuda.

Ningún embrión puede ser visto simplemente como un "puñado de células". Cuando abramos los ojos a esta verdad, habremos dado un paso serio para promover una cultura de la verdad, que es el camino mejor para respetar y, sobre todo, para amar, a cada uno de nuestros hijos.


Sucedió en Ciudad Juárez

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La «Casa Gris»

Ciudad Juárez extendía su caserío en una llanura sobre la que los rayos del sol de verano reverberaban implacablemente, sin que siquiera las misérrimas aguas del río Bravo del Norte proporcionaran la menor frescura al ambiente caldeado. Y allí, junto a las arenosas orillas del enjuto río, en tierra mexicana y teniendo a la vista los pocos edificios altos de la ciudad, que se alargaba en barrios pueblerinos de trazos irregulares, Francisco Ignacio Madero estableció el cuartel general del Ejercito Libertador en dos cuartuchos de adobe, en cuya entrada flameaban unas pequeñas banderas de México.

La «Casa Gris» se llamó aquel recinto de adobe, envuelto en las tolvaneras del desierto, donde Madero ejecutó acciones definitivas para el porvenir de México, acompañado por su esposa Sara Pérez de Madero y por sus más fieles colaboradores: sus hermanos Raúl y Gustavo, los hermanos Roque y Federico González Garza, Abraham González, Ing. Manuel Bonilla, Pascual Orozco, Francisco Villa, José Garibaldi, Cástulo Herrera, Dr. Francisco Vázquez Gómez, taquígrafo Elías de los Ríos, Dr. Ignacio Fernández de Lara, y con ellos, José María Pino Suárez, llegado desde Mérida fiel al llamado de la Revolución, que iba a convertirlo pronto en el Vicepresidente legal, y también un hombre barbudo, alto y severo, que miraba con frialdad y fijeza a través de sus anteojos de oro, que había sido presidente municipal de su ciudad natal Cuatro Ciénegas, Coahuila, luego diputado federal y senador por Coahuila, pese a lo cual se mantuvo siempre en la línea revolucionaria, como lo demostraba con su presencia en la «Casa Gris» dispuesto a contribuir con su esfuerzo a dar vigencia a los principios de la Constitución. Ese hombre era Venustiano Carranza.

Villa, Raúl Madero, Garibaldi y Orozco empezaban a distribuir estratégicamente a sus hombres detrás de montículos de arena, y a arrastrar a los modestos cañoncitos, fabricados por ellos mismos, para instalarlos en las pequeñas alturas de aquella árida y desolada región. La caballería había sido dejada en la retaguardia, por haberlo dispuesto así el Estado Mayor del señor Madero, que juzgaron inapropiado el uso de caballos en las míseras goteras de la ciudad.

Madero, con su típica indumentaria de campaña, junto a su esposa Sara, vestida de negro, desde las puertas de la «Casa Gris» contemplaba con cierta tensión como su ejercito se iba desplegando en orden de batalla delante de una ciudad defendida precariamente por un menguado cuerpo de ejercito al mando del viejo general porfiriano: Juan Navarro, esto a pesar de que recién había llegado el Coronel Manuel Tamborrel Macias, enviado especialmente para fortificar la plaza, quien además de ser especialista en esa materia era un connotado artillero, pero la labor de éste estaba muy limitada por los escasos recursos de que disponía. La verdad fue que el gobierno federal inicialmente subestimó esta acción, que fue definitiva para el desarrollo de los acontecimientos inmediatos: la renuncia de Porfirio Díaz y el triunfo de la primera etapa de la Revolución, pero cuando quisieron rectificar ya era demasiado tarde. Cabe decir también que el Coronel Tamborrel fue enviado por consigna de algunos oficiales, jerárquicamente superiores, con el afán de desprestigiarlo por envidia y porque sabían, cosa que él nunca escondió, de su simpatía con las ideas de Madero, de quien era amigo personal. Lo que nunca evaluaron esos tortuosos oficiales es que Tamborrel era un militar de carrera con una recia formación que lo llevó a cumplir con intachable responsabilidad su misión, muriendo heroicamente en cumplimiento de su deber y con apego a su honor.

Por otra parte, la ciudad era como un polvorín, por hallarse en la misma frontera con los Estados Unidos, separada por un estrecho río de la ciudad de El Paso, Texas, en cuyas inmediaciones ya se avistaban las fuerzas estadounidenses resguardando la línea internacional.

Una rimbombante embajada

En aquellas dramáticas condiciones y al borde de una inminente batalla, la tarde del 21 de abril de 1911, cuando el señor Madero platicaba con Francisco Villa y con Pascual Orozco, que día a día, desde que fue sitiada Ciudad Juárez, lo importunaban con su belicosa impaciencia, deseosos de lanzarse al ataque de una vez por todas y apoderarse de la ciudad, vio venir hacia él, jadeantes, a dos hombres cuya indumentaria revelaba que no eran campesinos o gente del pueblo.

Eran el potentado y senador porfirista Oscar Braniff y el licenciado Toribio Esquivel Obregón, abogado de pueblo e individuo de mucha suficiencia que había sido antirreleccionista, separándose del partido poco después de a convención del Tívoli del Eliseo. Llegaban de Nueva York, en donde habían hablado con el doctor Francisco Vázquez Gómez, agente confidencial de la Revolución, parta proponerle, a nombre de Porfirio Díaz ---por más que no fuesen enviados oficiales suyos, sino simplemente oficiosos--- establecer un arreglo entre la Revolución y el Porfiriato, a fin de terminar las hostilidades.

El doctor Vázquez Gómez impuso su condición básica: la renuncia inmediata de Porfirio Díaz, lo que hizo desistir a Braniff y a Esquivel Obregón de seguir tratando con él. Por eso decidieron ir al propio Madero, alentados desde México por José Yves Limantour, que en aquellos críticos momentos se había convertido en la "eminencia gris" del régimen, sin que se ocultara su interés por transar con los revolucionarios, guiados por su afán de preservar los intereses financieros del Porfiriato.

Lo primero que Braniff y Esquivel Obregón propusieron a Francisco I. Madero fue la celebración de un armisticio a fin de entablar, durante el mismo, conversaciones de paz, pero a esto, el caudillo de la Revolución replicó que no se entendería con ellos si antes no renunciaba Porfirio Díaz, se le entregaba Ciudad Juárez y se designaba presidente interino a Francisco León de la Barra.

Braniff y Esquivel Obregón comunicaron por telégrafo a Limantour la decisión de Madero en estos términos: VENIMOS DE VER A MADERO punto AFIRMASE CONDICIONES PARA ARMISTICIO ENTREGA CIUDAD JUAREZ coma RENUNCIA DEL SEÑOR PRESIDENTE punto PRESIDENTE INTERINO DE LA BARRA punto MADERO MANIFIESTA QUE CON OTRAS CONDICIONES NO SERA OBEDECIDO POR LA REVOLUCION punto SUAPENDIDO ATAQUE CIUDAD JUAREZ HASTA MAÑANA punto ¿QUE HACEMOS? punto.

Limantour repuso: DESPUES DE ESPONTANEOS Y PATRIOTICOS ESFUERZOS DE USTEDES TAN MAL CORRESPONDIDOS POR REVOLUCIONARIOS coma NADA VEO QUE PUEDA HACERSE POR AHORA punto.

Y en efecto, nada se hizo por el momento sino exacerbar los ánimos de los dos bandos que se azuzaban desde las barricadas de Ciudad Juárez, y desde las trincheras de costales de arena con que Madero había mandado cercar la plaza.

Además la población civil de Ciudad Juárez, subestimada hasta entonces, empezaba a inquietarse cada vez más, día a día, con un ejército a sus puertas y otro adentro, a punto de entablar combate en un descuido, al tiempo que, desde El Paso, los estadounidenses amenazaban con intervenir con las armas para defender sus bienes y las vidas de sus conciudadanos en caso de que hubiese guerra en la misma línea divisoria internacional.

Ante estas circunstancias y después de haber estudiado concienzudamente el caso, Madero decidió aceptar con los emisarios del dictador, y para el efecto fueron girados los partes de guerra entre ambos bandos.

Para entonces el presidente Díaz, en uno de los pocos momentos lúcidos que tenía, dentro de la gravedad de los males que le aquejaban ---el mayor de los cuales era una persistente fluxión facial---, ordenó a Limantour que designara como representante personal ante los revolucionarios, y lo enviara a Ciudad Juárez para tratar oficialmente con ellos, al licenciado Francisco Carvajal, magistrado de la Suprema Corte de Justicia.

Llegó Carvajal al campamento de Madero, bien instruido por Limantour sobre lo que debía hacer, y se reanudaron con él las gestiones, en el curso de las cuales los revolucionarios exigieron nuevamente la renuncia de Porfirio Díaz y además: que se propusiera para cuatro secretarías de Estado y para gobernantes de catorce entidades federativas ---entre ellas las del norte--- a personas de procedencia netamente revolucionarias y también que se hiciera efectivo y consciente el voto público; que se diese libertad a los presos políticos y se suspendiera toda persecución política, y que se expidiera un decreto de amnistía para los revolucionarios, los cuales debían ser indemnizados.

Los representantes del Porfiriato se negaron a aceptar aquellas proposiciones, bien instruidos como estaban, desde México, por Limantour y por Jorge Vera Estañol ---a la sazón encargado de la cartera de Gobernación--- que diariamente celebraban consejo de ministros en la misma recamara donde el dictador seguía postrado atendido por sus médicos de cabecera. De aquella recamara, donde el César parecía agonizar, había partido esta orden para Carvajal: Deben desecharse completamente las exigencias relativas a composición del ministerio, pues es asunto en que el señor Presidente no puede admitir la ingerencia de nadie.

En la abundante correspondencia que se cruzó en aquellos días entre el licenciado Francisco Carvajal y José Yves Limantour, puede apreciarse cuál era el pensar de los porfiristas respecto a los pretendidos arreglos con los revolucionarios: Se aprueba actitud de usted al negarse a discutir renuncia del señor Presidente, pues es punto respecto al cual el Gobierno no puede admitir decorosamente que se le impongan condiciones… Preciso es que se convenzan los revolucionarios que la renuncia no puede ser materia de pacto y que deben atenerse a lo que el Presidente resuelva hacer sobre el particular…

Pero… hubo una tregua

Al amanecer el 5 de mayo de 1911, un alegre toque de diana despertó a las fuerzas maderistas que se hallaban acampadas enfrente de Ciudad Juárez. Y a poco, en perfecto orden de formación, desfilaron uniformadas de la mejor manera posible, delante de una mesa puesta a campo raso y desde la cual Francisco I. Madero y sus consejeros, entre ellos muy serios Venustiano Carranza y José María Pino Suárez, presidían la conmemoración del la batalla del 5 de mayo de 1862, fecha en que las tropas mexicanas se cubrieron de gloria al derrotar a las francesas, en la que paradójicamente participó destacadamente la persona a la que hoy combatían: el entonces coronel Porfirio Díaz Mori.

Madero había no querido dejar pasar inadvertida aquella fecha, que celebró modestamente pero con gran emotividad, para fortalecer el ánimo de los soldados. Un improvisado trompeta vació sus pulmones con los aires de una marcha de honor, y los músicos tocaron el Himno Nacional. Y como el punto está colmado de esperanzas, el momento tuvo caracteres de solemnidad. De no pocos ojos brotaron lágrimas de recuerdo. Madero, con la cabeza en alto, parecía como si lo aureolara la victoria.

A esa misma hora, más o menos, en la ciudad de México, después de que hubo terminado el desfile militar con que también se conmemoraba la batalla del Cinco de Mayo, el Presidente de la República mandó llamar a José Yves Limantour y se dolió con él profundamente de la alarmante situación en que se hallaban las fuerzas federales en la frontera, y de la ineficacia de los esfuerzos que se hacían para aumentar el ejercito. Le pidió que le redactara un proyecto de manifiesto a la Nación convocando al pueblo a tomar las armas en defensa del orden público, de las instituciones y del Gobierno establecido, en la inteligencia de que si la Nación no le dispensaba su confianza, como lo había hecho en otras ocasiones de su vida, dejaría la presidencia.

Limantour se dispuso a preparar el texto del manifiesto cuya parte sustancial se refería a la muy pensada renuncia. Para ello acudió a Rosendo Pineda, destacado "científico", quien redactó lo concerniente a la renuncia en estos términos: EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, QUE TIENE LA HONRA DE DIRIGIRSE AL PUEBLO MEXICANO EN ESTOS SOLEMNES MOMENTOS, SE RETIRARÁ, SÍ, DEL PODER, Y LO HARÁ EN FORMA DECOROSA QUE CONVIENE A LA NACIÓN, Y COMO CORRESPONDE A UN MANDATARIO QUE PODRÁ, SIN DUDA, HABER COMETIDO MUCHOS ERRORES, PERO QUE TAMBIÉN HA SABIDO DEFENDER A SU PATRIA Y SERVIRLA CON LEALTAD.

Como era lógico, el texto no agradó del todo a Porfirio Díaz, así que hubo de hacérsele una enmienda, referente, desde luego, a la temida renuncia, habiendo quedado definitivamente así: SE RETIRARA, SI, DEL PODER CUANDO SU CONCIENCIA LE DIGA QUE AL RETIRARSE NO ENTREGARA EL PAIS A LA ANARQUIA.

Y en tanto que el general Porfirio Díaz discutía con su conciencia cuál sería la hora apropiada para renunciar a la presidencia de la República, los revolucionarios, que tenían cercada a Ciudad Juárez, comenzaban a dudar de la seriedad y limpieza de propósitos de los emisarios del dictador, y como los cinco días del armisticio ya estaban vencidos, la situación se hizo insoportable.

Entre tanto, el calor agobiante embotaba a los guerrilleros que hacía más de quince días estaban apostados delante de Ciudad Juárez. A la inactividad se sumaba la falta de víveres y la reducida provisión de cartuchos, cosas que provocaban no pocas discusiones violentas entre los oficiales de Madero. Pesaba sobre las fuerzas revolucionarias una tensión evidente, que parecía resumirse y concentrarse en la figura del propio Madero, cuando iba y venía durante mucho rato frente a la «Casa Gris» con las manos a la espalda y mirando al suelo, como si su cabeza se doblara bajo el peso de enormes preocupaciones.

El jefe de la Revolución tenía motivos para estar preocupado y aun sentir un creciente malestar. Porque las gestiones de paz se prolongaban estérilmente, y al mismo tiempo sus propios correligionarios tenían dificultades para ponerse de acuerdo con los términos del convenio que se quería negociar con los porfiristas. Estos, por otra parte, habían demostrado que estaban dispuestos a impedir a toda costa que los revolucionarios llegasen a formar parte del gobierno, aun después de la renuncia de Porfirio Díaz.

Intransigencia

En una de aquellas noches de largas y tediosas conversaciones con Braniff, Esquivel Obregón y Carvajal, a las que asistían, asesorando a Francisco I. Madero, su padre Don Francisco, el doctor Francisco Vázquez Gómez, Venustiano Carranza y el licenciado José María Pino Suárez, Braniff se extendió sobre el peligro de la intervención estadounidense, la que indudablemente sobrevendría si los revolucionarios atacaban Ciudad Juárez, pues las balas lloverían también sobre El Paso, Texas, causando perjuicios a los ciudadanos del otro lado del río. Madero, alzando un pie sobre la silla y apoyándose sobre el respaldo de la misma, lo interrumpió con vehemencia diciéndole: "¿La intervención? ¡También combatiremos a los invasores! ¿Por ventura ha de permanecer el pueblo mexicano esclavizado por déspotas, hijos de su propio suelo, por temor de que vengan tiranos extranjeros a arrebatarle una libertad de que no disfruta, y una irrisoria soberanía? ¡Si los Estados Unidos intervienen, ustedes y no nosotros serán los culpables y los que habrán acarreado mal tan grande a la república, pues nosotros únicamente buscamos nuestra libertad, en tanto que ustedes se aferran en mantener al pueblo en la esclavitud!"

Alguien habló de la renuncia de los señores Díaz y Corral (Ramón Corral vicepresidente de la República) y de un gobierno mixto en que la Revolución estaría representada por cuatro ministros y catorce gobernadores; y de improviso, un hombre como de cincuenta años, que desde el principio de la reunión se había situado en un rincón del local donde la lámpara no alcanzaba a iluminar, irguió su talla, mostrando su rostro de enérgicas líneas ornado por una barba luenga y entrecana, y exclamó con vos poderosa: "Nosotros, los verdaderos exponentes de la voluntad del pueblo mexicano no podemos aceptar las renuncias de los señores Díaz y Corral porque, implícitamente, reconoceríamos la legitimidad de su gobierno, falseando así la base del Plan de San Luis Potosí. La Revolución es de principios; la Revolución no es personalista, y si sigue al señor Madero es porque enarboló la enseña de nuestros derechos; y si mañana, por desgracia, este lábaro santo cayera de sus manos, otras cien manos robustas se apresurarían a recogerlo. Así, nosotros no queremos ni ministros no gobernadores, sino que se cumpla la soberana voluntad de la Nación. ¡Revolución que transa es Revolución perdida! Las grandes victorias sociales sólo se llevarán a cabo por medio de victorias decisivas. Si nosotros no aprovechamos la oportunidad de entrar en la ciudad de México al frente de cien mil hombres y pretendemos encauzar la reforma por la senda de una ficticia legalidad, pronto perderemos nuestro prestigio y reaccionarán los amigos de la dictadura. Las revoluciones, para triunfar de modo definitivo, necesitan ser implacables. ¿Qué ganaremos con la retirada de los señores Díaz y Corral? Quedarán amigos en el poder, quedará el sistema corrompido que hoy combatimos; el interinato será una prolongación viciosa, anémica y estéril de la dictadura; al lado de esa rama podrida, el elemento sano de la Revolución se contaminaría; sobrevendrían días de lucha y miseria para la República; el pueblo nos maldecirá porque por un humanitarismo enfermizo, por ahorrar unas cuantas gotas de sangre culpable, habremos malogrado el fruto de tantos esfuerzos y de tantos sacrificios. Lo repito: ¡La Revolución que tranza se suicida!". El hombre que hablaba con tal vehemencia er4a Venustiano Carranza.

Un sordo malestar va invadiendo las filas de los jefes revolucionarios ante tantas discusiones y puntos de vista diferentes. Para evitar que ocurran rompimientos que serían de grandísimas consecuencias, y también a fin de no dar ocasión a que las tropas estadounidenses hagan violenta presión para impedir daños en su territorio, Francisco I. Madero decide la mañana del 7 de mayo levantar el campamento y retirarse de las inmediaciones de Ciudad Juárez, para dirigirse hacia el sur, tal vez a atacar la ciudad de Chihuahua.

«Don Francisco está a caballo. Doña Sara aborda un guayín; la acompaña el señor Pino Suárez. Don Abraham González también calza espuelas. El coronel Francisco Villa marchará a la vanguardia. Pascual Orozco levantará sus fuerzas que están frente a Juárez, y tiene órdenes de concentrarse en un punto y vigilar los movimientos del enemigo. José Garibaldi y Roque González Garza, se han adelantado al señor Madero para organizar la transportación de revolucionarios a bordo del ferrocarril. Los últimos en despedirse del presidente provisional son don Venustiano Carranza, quien dirigirá la revolución en Coahuila; Don Manuel Bonilla, comisionado del gobierno de Sinaloa y don José María Maytorena, quien tiene instrucciones para dar vuelos a la revuelta de Sonora»

Muy temprano aquel día, un ayudante personal del señor Madero había andado por el campamento repartiendo muchas provisiones entre la tropa y diciéndoles "que ya se podían todos ir cada quien a su casa, porque ya se había terminado la Revolución"

Extrañados y sorprendidos por lo que les acababan de informar, emprendieron la marcha, unos a caballo y otros a pie, siguiendo un camino paralelo a la línea divisoria. Habrían caminado unos diez kilómetros cuando fueron alcanzados por unos emisarios de Pancho Villa, que les instaba a regresar porque ya se iba a comenzar el ataque: "¡No se vayan compañeros, regresen, ya vamos a comenzar la pelea contra los pelones! ¡Villa nos llama, nos necesita; ahora si es la verdad, ya vamos a pelear!....

¿Qué había ocurrido? Que Madero, ya de salida, se enteró por los periódicos de El Paso, Texas, de que el presidente Díaz había publicado un manifiesto en el que hablaba de renunciar a la Presidencia de la República, lo que le hizo pensar que el camino se había allanado para el triunfo de la Revolución. Así pues, determinó volver a situarse frente a Ciudad Juárez a esperar que los emisarios de Porfirio Díaz vinieran con la noticia formal de la renuncia, y con la aceptación de las condiciones puestas por los revolucionarios para cesar con las hostilidades.

Pero los acontecimientos se precipitaron en forma inesperada, afirmando, hasta el final y como lo ha comentado un autor, que "la toma de Ciudad Juárez es un remedo de la legendaria captura de Troya por los griegos".

Y… se provoca la batalla

Mientras Emiliano Zapata y Ambrosio Figueroa extendían la Revolución por los estados de Morelos y Guerrero, en el norte del país, Madero había decidido abandonar el asedio a Ciudad Juárez, temeroso entre otras cosas, de provocar un conflicto internacional con los Estados Unidos que pudiera perjudicar la causa.

La población de Ciudad Juárez se agotó inquieta al difundirse la noticia de que las tropas de Francisco I. Madero, que habían iniciado la retirada 24 horas antes, después de veinte días de acecho, retornaban sorpresivamente volviendo a cercar la ciudad. La «Casa Gris», donde Madero se había entrevistado con los emisarios de Porfirio Díaz, volvió a servir de cuartel general al Ejercito Libertador.

Allí, rodeado de quienes más tarde serían los miembros de su gabinete y de los más valerosos jefes revolucionarios, Madero esperaba confirmar la noticia de la renuncia del dictador.

El destino que muchas veces lleva a los seres humanos a circunstancias imprevistas ---felices unas, amargas otras--- colocó entre las fuerzas maderistas, que asediaban la plaza de Ciudad Juárez, al licenciado José María Pino Suárez, y en las federales, que defendían la misma, al coronel Manuel Tamborrel Macías; ambos de mucho prestigio en sus respectivas profesiones. El primero era un connotado abogado muy versado en los problemas sociales de la Nación; y el segundo de mucho prestigio y largo historial como pundonoroso, valiente y, sobre todo, como conocedor de su profesión y la responsabilidad que ella conllevaba.

Fue el coronel Tamborrel un famoso artillero que en una ocasión asombró a los Estados Mayores de los principales ejércitos de Europa, por sus profundos conocimientos en la materia, triunfando con admirables tiros de precisión; y fue también maestro del Colegio Militar de Chapultepec. Siempre estuvo en contra de la podredumbre que se había creado bajo la sombra de Porfirio Díaz, pero siempre se mantuvo incólume su lealtad al Ejército y a las leyes constitucionales vigentes, ambas juramentadas como militar de carrera que era.

Por ese motivo, azuzado también por intrigas de su Estado Mayor, Porfirio Díaz le tenía animadversión y no perdía ocasión de postergarlo, encomendándole las peores comisiones de entonces, como la campaña del Yaqui o la guerra contra los mayas; así como las plazas más crueles ---secas, áridas y calientes. Todos estaban enterados de esa antipatía recíproca. Tamborrel trinaba pero aguantaba disciplinadamente, pues era un excelente soldado y tenía un elevado concepto del deber, del honor y del apellido que llevaba.

Cuando surgió Francisco I. Madero en el horizonte político de México, Tamborrel lo conoció y simpatizó con él y con sus ideales, lo cual, por sus principios no podía ser de otro modo, pero eso no le hizo variar su conducta en el aspecto militar y en el del deber. Los acontecimientos se dejaron venir, desencadenándose por todas partes, la Nación antera pedía un cambio.

Era ya un hecho, el triunfo de la Revolución se hacía sentir. Las fuerzas maderistas se dirigían a Ciudad Juárez, había que impedir que tomaran la plaza, porque de ello dependería la base de su aprovisionamiento. El Estado Mayor porfirista, con ojo certero pasó revista a los jefes de su ejército, todos más o menos buenos, pero era necesario que fuera definitivamente, excepcional, sobresaliente y, sobre todo buen artillero y fortificador, aspectos que entonces eran decisivos en la guerra, particularmente en el caso de Ciudad Juárez, por su posición y condiciones generales… y se pensó en Tamborrel… y allá lo mandaron ---hasta aquí todo bien, pero lo que no le dijeron es que contaría con escasos recursos y limitados efectivos, aspectos que cuando quisieron remediar era demasiado tarde. Gente que apreciaba y respetaba al coronel Tamborrel, comentaron posteriormente que lo mandaron con la traidora intención de alejarlo del centro por su posición incómoda para algunos superiores y subversivamente lo limitaron de recursos; no les importaba perder la plaza, cosa que tardíamente quisieron remediar, pero ya era demasiado tarde. ¡Cómo lo lamentaron después!

En síntesis, escogieron al mejor, pero como les estorbaba, lo limitaron de recursos y le importaba un comino perder la plaza, pero así mataban dos pájaros de un tiro: eliminaban al incómodo y se deshacían del "viejo senil" (Porfirio Díaz) para adueñarse del poder, pero "el tiro les alió por la culata" y, en esta ocasión, fracasaron en su intento. Sin embargo, cegados por su ambición y deseos de venganza, no cejaron en ponerle todo tipo de obstáculos al noble Madero y aproximadamente dos años después, apadrinaron al sicario Victoriano Huerta para lograr al fin treparse al poder, pero… ---el eterno pero--- no contaban con la astucia maléfica de Victoriano que acabó por dejarlos fuera de la jugada, cosa que tampoco le valió al sicario porque, en menos de dos años, pagaría su maldita osadía. La historia mexicana lamentablemente está plagada de ese tipo de acciones, en las que las bajas pasiones humanas prevalecen sobre la responsabilidad, el deber y el honor.

Y así fue que algunos sobrevivientes de esos malditos supieron treparse al carro de la triunfante Revolución y con el tiempo fueron apareciendo en la escena política para hacer de las suyas. Triste México en el que acaban gobernando los malos y, cuando surge alguien bueno, responsable y noble, se lo acaban como alimañas sedientas de sangre sana.

En Ciudad Juárez, el coronel Manuel Tamborrel Macías se encontró con el general Juan Navarro, buen militar, pero ya sugestionado, pesimista y desmoralizado. Tamborrel lo inyectó de ánimo, tomó providencias, con los escasos recursos con los que contaba fortificó cuanto y como pudo, disciplinó a la tropa y no paró hasta que todo estuvo listo conforme a sus deseos.

Pero resultó que Porfirio Díaz ---siguen las intrigas---, seguramente mal informado y aconsejado, a la mera hora desconfió de Tamborrel, pero como ya no había tiempo de sustituirlo, le dirigió un mensaje que fue muy conocido, en el que le decía: "Confío en su honor de militar y en sus conocimientos". Tamborrel le contestó: "Gracias, conozco perfectamente cual es mi deber, no necesito que nadie me lo recuerde".

Mientras tanto, las tropas maderistas se habían acercado a Ciudad Juárez y la rodeaban hasta donde era posible. Los jefes revolucionarios constantemente visitaban la vecina ciudad de El Paso, Texas, en donde también era frecuentemente estuvieran Navarro y Tamborrel. Allí se encontraban con recelo, algunos se saludaban con respeto y hasta charlaban. En dos o tres ocasiones se encontraron los parientes políticos: el Lic. José María Pino Suárez y el coronel Manuel Tamborrel Macías, el primero de las fuerzas maderistas y primo hermano de Clementina Suárez de Tamborrel, y el segundo del ejército federal y primo hermano de José Tamborrel Siqueiros, esposo de Clementina. Cada uno en campo opuesto, cada uno luchando por su deber, marcados por las circunstancias y su destino.

Un día, ya en vísperas del primer ataque, se encontraron el señor Madero y el coronel Tamborrel, se conocían bien y se saludaron con respeto. Tamborrel le dijo: "Simpatizo con su causa, pero mi deber de soldado es combatirlo…. En mis circunstancias ya no tengo tiempo para otra cosa… Aquí amigos, allá enemigos y, desgraciadamente, mortales". Se abrazaron, se despidieron y mutuamente se desearon suerte.

Cierto descontento, provocado por falta de acción y dilaciones de las pláticas de paz, comenzó a cundir entre las tropas maderistas. La gran mayoría estimaba, y lo decía en voz alta, que el jefe Madero, con su ingénita bondad, estaba siendo víctima de las artimañas del gobierno de México. Por doquiera se hablaba de la proximidad del general Antonio Rábago con fuertes contingentes militares, por lo que no pensaban en otra cosa sino en combatir.

A raíz del pactado armisticio confidencial del 22 de abril de 1911, los señores Francisco I. Madero y Oscar Braniff habían proporcionado de su peculio algunos miles de dólares para adquirir comestibles y alguno vestuario para las tropas, habiendo conseguido a la vez que el general Navarro permitiera que esos elementos pasaran por el puente internacional. Pero, como era de esperarse, esas provisiones se agotaron rápidamente. La disciplina de un conglomerado armado de carácter netamente revolucionario, laxa ya de por si, tiende a relajarse cuando se lo somete a un periodo de expectación demasiado prolongado… Garibaldi, Villa, José de la Luz Blanco y otros jefes, eran de parecer que la plaza se tomara sin mayores dificultades, no obstante que la suponían en mejores condiciones de defensa de lo que en realidad disponía. El armisticio confidencial terminó el 6 de mayo de 1911.

Madero volvió a caer en la indecisión, al mismo tiempo que seguía negándose a atacar la plaza sitiada. Así llegó el 8 de mayo: al mediodía mandó buscar urgentemente a Pascual Orozco y a Francisco Villa, para no perderlos de vista, pues sabía muy bien hasta donde podía llevarlos su impetuosidad y arrojo; pero ni Orozco ni Villa aparecieron por ningún parte. A esa hora ambos se hallaban muy cerca de las fortificaciones de Ciudad Juárez, decididos a hacer algo en firme; Villa mandó llamar a dos muchachos que andaban por ahí y les dijo: "Muchachitos, acérquense a los "pelones" lo más que puedan y dispárenles unos cuantos tiros, y luego se regresan al campamento". Así lo hicieron los dos muchachos, pero sólo uno regresó, el otro fue alcanzado por las balas federales.

A esa misma hora, por otro rumbo, varios hombres de Pascual Orozco, que andaban dispersos, se acercaron a unas huertas de la ciudad como para cortar fruta, aunque sólo lo hicieron para estar más cerca de los federales y poder gritarles insultos y amenazas, lo que provocó un tiroteo inmediato por ambas partes.

Al anochecer, Orozco y Villa llegaron a la «Casa Gris» y Madero les preguntó:

--- ¿Qué sucede?

--- Nada ---repuso Villa--- que ya están tiroteando algunos soldados.

--- A ver qué se hace, hay que retirar a esa gente inmediatamente ---dispuso Madero.

--- Muy bien señor presidente, como usted lo ordene ---responden Villa y Orozco, retirándose en el acto dizque a cumplir la orden de Madero, pero en realidad lo que hicieron fue mandar más gente para azuzar a los demás para que arreciaran el fuego.

Cuando Madero, en su desesperación porque no se cumplían sus órdenes, se fue a buscar a Villa y Orozco, en cuanto los encontró les preguntó, con tono que ya a las claras demostraba disgusto:

--- ¿Qué pasa, por fin retiran o no retiran a la gente?

--- Señor presidente, la retirada yo no es posible, los ánimos entre la tropa ya están exaltados y no quieren más que pelear ---le contestaron resueltamente Orozco y Villa.

El señor Madero permaneció serio, como si estuviera ajeno a toda decisión, y luego les contesta:

--- Pues si es así, ¡Qué le vamos hacer!

Serían las tres de la mañana, cuando Villa citó a junta a los jefes que estaban bajo su mando. Allí, en la penumbra de la madrugada, les da las últimas y terminantes instrucciones:

--- Amiguitos: la plaza de Ciudad Juárez debe estar en poder de la Revolución. Yo sé que está muy bien defendida, pero no tanto como para que con un poco de voluntad y audacia no lo podamos rendir. Compañeros, si somos capaces del arrojo que debe tener todo jefe leal que sabe cumplir con su deber, no nos va a ser muy difícil. El enemigo no tiene tantas ganas de morir, como nosotros de dar batalla, que será decisiva para el triunfo de nuestra causa. Todo está en entrar duro y parejo. Sobre todo cuiden de que no decaiga el ánimo de la tropa, ¿Entendidos?

Entre tanto, los coroneles maderistas Marcelo Caraveo y Agustín Estrada habían detenido en Bauche, Chihuahua, cerca de Ciudad Juárez, al general Rábago, quien se acercaba con una columna militar para auxiliar a la ciudad sitiada. Empezaban los combates, se desató el furor de unos y otros. Los maderistas avanzaban, las fortificaciones que coronel Tamborrel levantara para defender la ciudad eran derribadas por el ímpetu y decisión de los revolucionarios.

Desde la «Casa Gris», Madero contemplaba angustiosamente cómo la línea de fuego se iba extendiendo en torno a la ciudad. Enterado de que los federales acababan de dar muerte al emisario de paz que había enviado al general Navarro, dio la orden de entrar en batalla y mandó al coronel José de la Luz Blanco a que reforzara con todos sus hombres a Villa y Orozco.

Por fin entraron en la plaza, Tamborrel la defendía con coraje, como tigre acorralado; primero con artillería, después con ametralladora y, por último, ya herido y moribundo, con su pistola, que disparó ya estando completamente ciego por causa de una granada que le estalló cerca. Ahí quedó tirado en la calle, detrás de un poste. De ahí fue levantado.

--- ¡Arriba, muchachos, que ya se comienza a mirar el grano del rifle! ¡Adelante, muchachos, que ya mero se nos hace! ---les gritaba Pancho Villa a sus huestes que no dejaban de repetir ellos también: ¡Viva la Revolución! ¡Abajo el mal gobierno!

A poco, el coronel Francisco Villa se presentó ante Madero y le dijo:

--- El general Juan Navarro con sus oficiales y todas sus fuerzas están en poder de la Revolución y a disposición de usted. La plaza de Ciudad Juárez se ha rendido ante las armas de la Revolución. Si usted gusta señor Madero, ya nos podemos ir a la ciudad.

--- ¿Qué me estás diciendo Pancho? ---replicó Madero.

--- Que Ciudad Juárez está a disposición de usted, que ya es nuestra. ---concluyó Villa.

Francisco Madero, profundamente emocionado, estrechó en un fuete abrazo al rudo francisco Villa. Después de setenta y dos horas de intensos y sangrientos combates, Ciudad Juárez cayó en poder de la Revolución el 10 de mayo de 1911. Fue el hecho de armas más significativo en la primera etapa de aquel movimiento libertario social de México.

El señor Madero ordenó que los funerales del coronel Manuel Tamborrel Macías se hicieran como correspondía a su graduación y a la heroica forma en que había sucumbido. El general e ingeniero Pascual Ortiz Rubio, revolucionario y expresidente de la República, en su obra "La Revolución de 1910", dice: "Se verificaron con pompa los funerales del coronel Manuel Tamborrel Macías, que murió como un valiente. Le hicieron los honores una compañía de infantes revolucionarios y un escuadrón de caballería, a las inmediatas órdenes de los jefes prisioneros. Al descender el cuerpo en su sepultura se hizo una descarga de fusilería y los tambores batieron marcha de honor"

Esta noble actitud del señor Madero causó desagrado de muchos revolucionarios que no encontraban razón para proceder así con un hombre que había sido su enemigo, que les había causado muchas bajas y que les había dado mucho quehacer. En cuanto al general Navarro, que fue hecho prisionero, el señor Madero personalmente lo ayudó a cruzar el río Bravo y pasar a los Estados Unidos, poniéndolo a salvo, en un sitio seguro, en lugar de fusilarlo como lo hubiera hecho cualquier otro de los jefes revolucionarios. Madero, todo generosidad y nobleza, era incapaz de hacer una cosa así, todos comentaban que si el resultado hubiera sido al revés, y el señor Madero hubiera caído prisionero, el general Navarro no hubiera titubeado en fusilarlo inmediatamente. A este comentario, Madero siempre contestaba: "No porque otro sea asesino yo lo voy a ser"

Todos los gestos de nobleza del señor Madero herían y molestaban a los sanguinarios de la Revolución ---desgraciadamente proliferaron y mucho daño le hicieron a ésta---, que todo querían arreglar destruyendo y matando sin piedad. La formidable y ejemplar actitud del señor Madero para con el general Navarro y el coronel Tamborrel colmó la sed de sangre y venganza a ultranza; no pudieron soportar los honores militares en el sepelio de Tamborrel, acto que fue, según ellos, una vergonzosa humillación. Lo de salvar a Navarro lo consideraron una imperdonable tontería. Los más disgustados eran Pascual Orozco y Francisco Villa, quienes después de buscarse para comentar lo sucedido y dizque sus consecuencias, resolvieron dar un paso lamentable pero que fue a la postre aleccionador.

Relucen las pistolas

El edificio de la Aduana de Ciudad Juárez se había convertido en el cuartel general del presidente provisional de México, cargo que tenía el señor Madero desde que el Plan de San Luis recibió la adhesión del pueblo mexicano; y contando ya como capital improvisada a Ciudad Juárez, procedió a nombrar su gabinete en la forma siguiente: ministro de Relaciones Exteriores: Francisco Vázquez Gómez; de Hacienda: Gustavo A. Madero; de Guerra: Venustiano Carranza; de Gobernación: Federico González Garza; de Justicia: José María Pino Suárez y de Comunicaciones: Manuel Bonilla.

Aún humeaban los fusiles con que se había ganado la plaza, cuando, el 13 de mayo de 1911, sábado, un incidente que casi se convierte en motín, interrumpió la buena armonía de los jefes revolucionarios y mostró ingratas aristas en el carácter de algunos de ellos, Pero dejemos que sea Juan Sánchez Azcona, secretario particular del señor Madero, nos platique el episodio y sus derivaciones:

"Ese día iba yo acompañado de mi hijo Juan. Al llegar a la Jefatura nos sorprendió encontrar a su puerta gran hacinamiento de gente. El portal de la entrada estaba resguardado por Juan Dosal y sus hombres. Abrimos paso entre la muchedumbre para llegar a ese lugar, y alguien nos dijo: 'Pasa algo grave; el presidente y el general Orozco tienen una gran disputa'. El mayor Dosal nos franqueó la entrada y al llegar al salón de juntas, oímos grandes clamores y vimos con sorpresa que un grupo de hombres se debatía forcejeando desesperadamente: Orozco con el brazo izquierdo tenía enlazado a Madero, mientras que en su diestra mano empuñaba una pistola; Madero exclamaba: 'Yo soy el presidente' y Orozco rugía; 'Pero no sale usted señor Madero, no sale usted…' Don Abraham Gonzáles y Gustavo A. Madero, éste también con pistola en mano, trataban de separar a madero y Orozco; y así, forcejeando, Madero, completamente inerme, con la fuerza de sus músculos logró llegar hasta la puerta, la traspuso pasando frente a Dosal que permaneció atónito y salió hasta la calle. Nadie más que ellos dos pudieron salir. Estaban en la Jefatura todos los miembros del gabinete (con excepción del Dr. Vázquez Gómez y de don Venustiano Carranza). Juan Dosal y sus hombres nos interceptaron el paso diciendo: 'Nadie sale….' Oímos gritos de las tropas que clamaban a Pascual Orozco… Pino Suárez trepó sobre las sillas para ver u oír que acontecía. Se había hecho un gran silencio, y Madero, desde lo alto de un automóvil, arengaba a las tropas, más de cien hombres, casi todos de las fuerzas de Orozco.

Madero gritó: 'Aquí estoy, matadme si queréis… O conmigo o contra Orozco ¿Quién es el Presidente de la República?...'

El general Garibaldi gritó: '¡Viva Madero!' y toda la tropa secundó el grito, que fue repetido muchas veces, Orozco parecía anonadado. Entretanto, Villa se acercaba al coche y decía conmovido al Presidente provisional: 'Ajusíleme usted Madero, castígueme, castígueme…' Y Madero, que había recobrado su sonrisa habitual: 'Qué te he de fusilar, si eres un bravo…' Y a Orozco: 'General todo ha pasado… Venga a tratar conmigo serenamente, dígame.'

Orozco expresó que no creía justo que las tropas sufrieran penalidades. Enérgicamente contestó Madero que la penuria de las tropas no era tanta como Orozco la presentaba, desde el momento en que había víveres en los almacenes, y que muy pronto quedaría resuelta la inmediata situación económica, con el funcionamiento de la Aduana; que, por lo demás, ningún caso estaba dispuesto a someterse a la fuerza bruta.

Despidiese Orozco, al parecer calmado; Madero acordó lo más urgente con nosotros, y en seguida se marchó a poner a salvo al general Navarro, porque, después de lo acontecido, era de temerse algún atentado en su contra.

Desde aquel momento data el 'maderísmo' de Pancho Villa, que perduró hasta su muerte, no obstante que estuvo preso durante la presidencia constitucional de Madero. Días después del motín, villa nos decía a Pino Suárez, a Bonilla y a mí: 'Cuabdo pienso en el mal que quise hacer al señor Madero, me siento el corazón entre dos piedras'"

Con respeto a la situación del exdefensor de Ciudad Juárez, el general Juan Navarro, a quien se decía que Orozco y Villa insistían en hacer fusilar, acusándolo, juntamente con el coronel Caraveo, de haber ametrallado en un panteón a los prisioneros y heridos revolucionarios que capturó en la batalla de Mal Paso, un boletín que hizo imprimir Madero aquel mismo 13 de mayo, volviendo a enseñar su nobleza y humanismo, decía lo siguiente: "Como supe que algunos soldados mal aconsejados, trataban de infligir alguna ofensa al general Juan Navarro, lo tomé bajo mi custodia, desde un principio, en mi propia casa; pero, como no podía estar siempre a su lado, con lo que pasó, concebí temores de que en mi ausencia podría ser molestado. Para evitarlo, lo conduje en persona a un lugar apropiado para que pudiera cruzar el río y refugiarse en el lado americano, en donde continúa siendo mi prisionero de guerra, bajo su palabra de honor.

En honor de Orozco debo decir que él mismo propuso que podríamos hacerlo de este modo desde un principio, y el mismo Villa, cuando le comuniqué mi propósito de garantizar la vida de Navarro, me dijo que obrara como quisiera, con lo cual quedaría conforme, En consecuencia, no es verdad, como se asegura, que mis oficiales o soldados me hayan exigido la vida del prisionero, pues así como son valientes en el combate, son generosos en la victoria"

Esta fue la versión oficial de ese histórico episodio. Con esto volvió a demostrar el señor don Francisco I. Madero su calidad de hombre probo, noble y humano. De los hombres cuya presencia en el mundo contrarresta tanta ignominia. Seres excepcionales a quienes la única forma de eliminarlos es asesinándolos, como asesinaron a Jesucristo. Los matan físicamente pero nunca a su espíritu ni a sus enseñanzas que prevalecen eternamente para bien de la humanidad.

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Suicidio

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La vida es un don tan grande y tan lleno de posibilidades que todos la aprecian como un gran tesoro. La misma naturaleza ha dotado al hombre de un fuerte instinto para no perderla: el instinto de conservación.


I. Definición

Es la destrucción de la propia vida, directamente procurada, ya sea por medio de una acción o a través de una omisión voluntaria.


II.- Un poco de historia y estadísticas

En Grecia y en Roma el suicidio era en realidad ejecución por propia mano de una pena de muerte decretada ya por la autoridad, ya fuera ésta justa o injusta. En algunas culturas, por ejemplo la japonesa, el suicidio se entendía como el único medio digno del hombre para superar una situación en la que su honor había quedad o herido. En la época del Romanticismo, siglo XIX, se hizo célebre el suicidio por razones de amor no correspondido o imposible.

En general, en épocas pasadas la mayoría de los suicidios estaban motivados, más que por un odio a la vida o deseo de la muerte, por un impulso de encontrar una solución rápida a un problema ético que no había sido enfocado de una manera justa.

Estadísticamente está comprobado que el número de suicidios ha aumentado de forma espectacular en el siglo XX y de modo especial en la segunda mitad. Existe también una cierta correlación entre sociedades industrializadas y alto número de suicidios en las ciudades -y más en las grandes ciudades- que en los ambientes rurales.

Calculando sobre la población mundial, se dan aproximadamente diez suicidios por cada 100.000 habitantes (es decir, el 0.1 por 1.000). Según una tendencia estadística comprobada en los últimos años, en Europa la mayor frecuencia de suicidios se da en Hungría, Austria, Checoslovaquia, Alemania Occidental, Finlandia, Dinamarca y Suecia, con una oscilación desde 34 por cada 100.000 habitantes a 23. En España, como media, el índice supera un poco el 5 por cada 100.000 habitantes.

Otras comprobaciones estadísticas:

La mujer se suicida menos que el hombre; el índice de suicidios femeninos no llega a la mitad de los masculinos.

El mayor número de suicidios se da entre personas ancianas o acercándose a la ancianidad (entre sesenta y sesenta y nueve años en general).

En algunas sociedades de las que se tienen datos concretos --por ejemplo en los Estados Unidos-- se aprecia un crecimiento en el número de suicidios de jóvenes. Así se pasa -para las personas comprendidas entre los quince y veinticuatro años- de un índice de 6.5 por 100.000 en 1900 a un índice de 19 en 1971.


III. Causas del suicidio

No es cierto, hablando en general, que el suicidio depende del tipo de régimen político. Se dan indistintamente en países con régimen comunista y en los países democráticos. Está comprobado que más de la mitad de los suicidios siguen o son la culminación de un estado de depresión psíquica. Habría que dilucidar las causas de esa depresión: vivimos en un ambiente cultural difundido, en donde la sociedad no ofrece normas, ideales u objetivos dignos de trabajar por ellos. En pocas palabras, los suicidios aumentarían en aquellas sociedades en las que falta un claro sentido de la vida.

En aquellas sociedades en las que los hombres tienen un profundo sentido de la religiosidad están mucho menos expuestas al suicidio. Pero donde hay un ambiente materialista de la vida es más propicio para el aumento de los suicidios: al difundirse como ideal humano el hombre que triunfa siempre, el que tiene suficientes medios económicos y puede dar cumplimiento también a las diversas apetencias sexuales, la frustración en estos campos -sea en el período juvenil o en la ancianidad- puede hacer nacer la idea de que se está de sobra.

En cambio, cuando la vida no se limita a simples horizontes materiales, es decir, cuando existe un proyecto ético de vida en el que entran realidades espirituales, la persona encuentra siempre el sentido de su existencia. La razón principal de este hecho consiste en que el materialismo está estrechamente relacionado con el egoísmo: se quiere tener, poseer para la propia y exclusiva satisfacción. En el caso de los bienes espirituales se da otra lógica: así, la amistad, la solidaridad, la cooperación no pueden basarse en el egoísmo; hacen que la persona salga fuera, y precisamente para dar a los demás lo mejor de sí misma. Este sentido de donación se conecta, en sus raíces más profundas, con el don de la vida, cuyo autor es Dios. De este modo, una existencia auténticamente religiosa (no rutinaria, no exterior, nacida de la convicción) encuentra siempre el sentido de la vida, su inmenso valor. Por eso, está comprobado que el suicidio se da en personas que no tienen un profundo sentido espiritual de la existencia.

IV. Juicio ético

La ley moral natural, esa que tenemos impresa en nuestra conciencia y en nuestro corazón y puesta por Dios desde que nacemos, descubre por sí sola la ilicitud del suicidio. El único dueño de la vida es Dios, que la da a cada hombre para que pueda conocerle y darle culto, sirviendo así a todos los demás hombres, ya que la persona es social por naturaleza. Ninguna vida humana es inútil o poco importante. Por tanto, con el suicidio se atenta contra un derecho divino.

El suicidio se opone de forma clara al instinto de conservación, es decir, a un legítimo amor propio que está en la naturaleza humana y que le mueve a permanecer en el ser, para su bien y para el bien de los demás. Hasta tal punto es esto que la mayoría de los suicidios son achacables a condiciones patológicas, aunque, también en muchos casos, originados por una previa ausencia de sensibilidad moral, de interés real y positivo por el trabajo y por los demás hombres.

El suicidio de personas que tienen familia (padres, marido o mujer, hijos) es también un acto de injusticia respecto a esos parientes.

La responsabilidad por el aumento de los suicidios --sin quitar la personal que exista en cada caso-- está en cierto modo repartida entre los que componen la sociedad. En efecto, todas las opiniones y prácticas que llevan implícitas una falta de respeto a la vida (aborto, eutanasia) crean un ambiente social en el que es más fácil el suicidio. Lo mismo puede decirse de las opiniones vertidas en la prensa, el cine, la literatura, etc., que presentan el suicidio como "una salida digna" y "más humana" que el trabajo de afrontar con entereza las indudables dificultades de la vida.

Si se comete con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo. La cooperación voluntaria al suicidio es contraria a la ley moral.

Trastornos psíquicos graves, angustias, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.

Hay que despertar mucho la confianza en Dios en esas personas que sufren estas tentaciones de suicidio, ayudarles a valorar el don de la vida, el sentido del sufrimiento, y estar muy cerca de estas personas con el aliento y la oración.


Tabasco,
"Banco central" del mundo prehispano

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El cacao, su principal riqueza, era aceptada por todas las culturas de la época como moneda

El cacao alcanzó en las culturas prehispánicas un valor monetario tan importante que Tabasco tenía una especie de "banco central" en sus cultivos,

Las culturas antiguas adoptaron el cacao como moneda de curso legal en todas sus transacciones comerciales y al ser Tabasco la cuna de esta semilla, representaba "el Fort Knox del mundo prehispánico", dijo Andrade en un encuentro de esta semana con dirigentes deportivos.

El nombre de Fort Knox empleado por Andrade alude al lugar de Texas en el cual los estadounidenses guardan sus reservas de oro, que en México sería el equivalente al banco central que administra las reservas monetarias del país.

Con esta perspectiva, los campos sembrados de cacao de la cultura olmeca en Tabasco eran entonces la reserva de una moneda que tenía una gran aceptación en todas las culturas que ocuparon la parte mexicana de Mesoamérica.

Actualmente, Tabasco produce unas 1,550 toneladas de cacao y su principal zona de cultivos todavía es Comalcalco, que se consideraba en la antigüedad como la frontera comercial entre las culturas maya y azteca.

Andrade dijo que el proceso mediante el cual esta semilla adquiría un valor equivalente al oro comenzaba con la cosecha.

El cacique lideraba una ceremonia religiosa para otorgarle el valor económico a la semilla, que se difundía por todos los rincones conocidos para que se aceptara en todas las transacciones.

En la economía moderna, la decisión que tomaba el "tascob" (cacique) se podría considerar de forma parecida al establecimiento de una paridad monetaria, o a las altas y bajas de las tasas de interés del banco central, según el gobernador.

Cacique presidente

"Entonces, si Tabasco era el banco central, el cacique, al que todos llamaban "tascob", venía a ser el presidente del banco central", este estado, también rico en petróleo y agua.

Las crónicas de la vida prehispánica reflejan la importancia que tenían las semillas de cacao en las compras y transacciones que los antiguos mexicanos hacían en los mercados ("tianguis", en lengua nahua).

Sólo los reyes tenían el derecho y la técnica para convertir el cacao en chocolate y tomarlo en sus ceremonias religiosas.

Tabasco, situado en las costas del golfo de México, también es reconocido como el primer sitio al que llegó el conquistador español Hernán Cortés, aunque volvió a hacerse a la mar para desembarcar y fundar la ciudad de Veracruz.

Cortés llegó a tierras de Tabasco en 1519, por la desembocadura del río Usumacinta, también conocido como Grijalva, y allí fue recibido por el cacique, quien le obsequió a la Malinche para que le sirviera de intérprete.

De la unión de Cortés con la Malinche nació el primer mestizo en México y esto hace que el mestizaje también tenga origen tabasqueño, como el cacao, añadió el gobernador.

En este entorno de conquista y origen de un nuevo mundo, el cacao comenzó su transformación de moneda de cambio en el mundo antiguo a la bebida espumosa y dulce que los monjes hicieron popular en Europa.

Hernán Cortés recibió el chocolate de manos de Moctezuma a su llegada a la gran Tenochtitlán (centro actual de la Ciudad de México), ya que el emperador azteca consideraba al jefe español la reencarnación del dios de la etnia mexica Quetzalcóatl.


También en Los Angeles hace aire

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hace unos días me desayuné con una noticia que obviamente me hizo pensar sobre nuestro país. Resulta que en Los Angeles, California, Estados Unidos, la deserción escolar se ha ido incrementando notoriamente en los últimos años. Decía la noticia:

"Activan plan contra deserción escolar.- Se controlará asistencia a clases y progresos académicos de los alumnos de secundaria"

De cada mil alumnos que comienzan la enseñanza secundaria en algún plantel público del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), 246 deciden abandonar sus estudios antes de cumplir los cuatro años del ciclo escolar.

Con casi un 25% de deserción y con los estudiantes latinos liderando las cifras de ausentismo, las autoridades educativas han anunciado la puesta en marcha de un plan de urgencia para evitar que cada vez más alumnos dejen las clases.

Entre los estudiantes latinos, el 39% de los que comienzan la educación secundaria no la terminan, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard.

"Cada estudiante tiene una razón diferente para abandonar la escuela, porque no se sienten lo suficientemente preparados, porque tengan dificultades con los maestros y las clases, o porque tengan problemas familiares o sociales. Incluso a veces puede ser una combinación de todo", dijo a La Opinión Bob Collins, jefe de Instrucción de Secundaria del LAUSD.

El programa, que centrará sus esfuerzos tanto en quienes se ausentan de las clases como en los alumnos que pudieran correr el mismo riesgo, comenzará a funcionar con el inicio del curso 2006-07, aunque algunos puntos del plan lo harán durante la próxima primavera.

Seguimiento

El principal esbozo del programa establece que todas las secundarias tengan un sistema computarizado para seguir el progreso académico y la asistencia a clases de cada uno de sus estudiantes.

Hasta el momento, 107 secundarias cuentan ya con este sistema que contabiliza la asistencia de los alumnos a la escuela, y que permite no sólo tener informados regularmente a los padres sobre el progreso de sus hijos sino notificarles cuando un estudiante no haya ido a clase.

"Éste es sólo el comienzo. Queremos evitar la deserción escolar y crear un nuevo espíritu con los estudiantes, los profesores y los padres, donde se tiene que abrir mucho más el diálogo" consideró Roy Romer, superintendente del distrito, quien además calificó la situación del ausentismo como "crítica".

El programa de intervención destinará entre 9 y 12 millones de dólares para añadir a las escuelas intermedias y secundarias a 140 consejeros que ayuden a mejorar el rendimiento de los alumnos, y también para que ofrezcan servicios de apoyo a los considerados "estudiantes en riesgo" que pudieran abandonar sus estudios.

De acuerdo con Collins, entre el 20% y el 25% de los jóvenes que cursan algún grado de la intermedia enfrentan problemas que más tarde pudieran derivar en la decisión de no volver a las clases durante la preparatoria. Sobre este aspecto, el sistema identificará a los alumnos que potencialmente pudieran correr tales riesgos basado en criterios como los logros académicos, las calificaciones y la asistencia a clases.

"El problema de la deserción es algo que hemos discutido largamente en la junta directiva del distrito y somos conscientes de que para aumentar el número de graduaciones hay que empezar por evitar el ausentismo escolar", señaló Marlene Canter, presidenta de la junta del LAUSD.

El abandono de los estudios es uno de los principales factores que incide en los bajos índices de graduación en secundaria. Durante el curso 2003-04, sólo el 65.7% de los alumnos consiguió su título de secundaria, incluso cuando no era obligatorio superar el examen de salida (CASHEE).

Refuerzo académico

El plan de intervención crea también un curso de "Preparación en álgebra" en el octavo grado, ya que muchos estudiantes pasan de curso sin conocer los conceptos fundamentales en esta materia.

"El álgebra es el mayor problema. Los estudiantes que llegan al octavo grado no están listos para tomar estas clases", indicó Julie Korenstein, miembro de la junta directiva del LAUSD. Los alumnos que terminen el séptimo grado sin haber obtenido buenas calificaciones en matemática deberán tomar el curso preparatorio el siguiente año.

"Además vamos a implementar los esfuerzos del plan 'A to G' si queremos tener a los estudiantes en las aulas, pero sobre todo debemos lograr que cuando estén en clase se sientan felices de estar ahí por los resultados que hayan obtenido", añadió Korenstein, refiriéndose a la urgencia de seguir elevando el rendimiento de los estudiantes.

De igual forma, todos los alumnos que no hayan demostrado progreso académico entre los grados 6 y 8 deberán asistir a programas extraescolares, e incluso se pondrá en marcha un programa puente durante las épocas de verano para que los estudiantes no sufran el cambio entre los diferentes ciclos escolares.

Entre tanto, los miembros directivos del LAUSD continúan analizando las mejoras que puedan ayudar a reforzar el plan con el que se pretende disminuir el ausentismo escolar, y donde también se habla de reducir en cinco el número de estudiantes por cada aula. Aunque todavía no se conocen todos los detalles de esta propuesta, implicaría buscar nuevos espacios disponibles y gastar siete millones de dólares para contratar a maestros adicionales.


¿También los ricos se salvan?

Querien Vangal


Marcos 10, 17-30


En aquel tiempo, cuando Jesús se ponía ya en camino, se le acercó corriendo un hombre y arrodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» El, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!» Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.» Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?» Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios.» Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.» Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.


Reflexión

Esta pregunta parece superflua o tonta, pero no lo es tanto. Al menos, a juzgar por las palabras de nuestro Señor: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de los cielos!". Los mismos discípulos se quedaron extrañados al oírle expresarse así. Y Jesús, con su conducta habitual, en vez de apaciguar el tono de sus sentencias, lo hace todavía más rotundo: "Sí, hijos, más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de Dios". Los discípulos se espantaron aún más –nos refiere san Marcos— y comentaban: "Entonces, ¿quién puede salvarse?".

Hace no mucho tiempo algunos teólogos católicos, así llamados de la "teología de la liberación", trataron de manipular el mensaje de Cristo –sobre todo en los países de América Latina— diciendo que la Iglesia debía ocuparse sólo de los pobres y marginados; e, inspirándose en la filosofía marxista, preconizaban la lucha de clases dentro de la misma Iglesia. ¡Qué aberración! Y, tristemente, todavía hay muchos sectores eclesiásticos que siguen pensando y opinando lo mismo….

Sin embargo, hay que hablar con la verdad del Evangelio: nuestro Señor nunca condenó la riqueza ni los bienes terrenos por sí mismos. Es más, entre sus amigos y discípulos se encontraban José de Arimatea y Nicodemo, que eran hombres ricos; Jesús se hospedó en la casa de Zaqueo y de Simón el fariseo, que también tenían grandes riquezas; entre sus apóstoles se contaba uno que había sido publicano, o sea, recaudador de impuestos. Y además, aceptaba en su compañía a "algunas mujeres que le asistían y le ayudaban con sus bienes" –nos refiere san Lucas—. Lo que nuestro Señor condena es, pues, el apego desordenado a las riquezas y a los bienes terrenos, el "hacer depender de ellos la propia vida" y el "acumular tesoros sólo para sí mismos" (cfr. Lc 12, 13-21).

Y es que el apego desmedido al dinero lleva al hombre a la avaricia y a la más completa ceguera hasta el punto de olvidar lo más importante en la vida: "¡Necio! –llamó nuestro Señor en una de sus parábolas a un avaro—; esta misma noche te van a reclamar el alma. Todo lo que has acumulado, ¿para quién será?" (Lc 12, 20). La avaricia hace mucho más difícil la entrada al Reino de Dios no por las riquezas en sí mismas, sino porque se convierten en una idolatría. Por eso dijo Jesús que "no se puede servir a dos señores, porque se ama a uno y desprecia al otro; no se puede amar a Dios y al dinero" (Mt 6, 24). Y esto fue lo que le ocurrió al joven rico del evangelio. Y eso fue también lo que le pasó a Judas Iscariote, que entregó a Cristo por treinta miserables monedas de plata.

Pero está claro que tanto los ricos como los pobres son hijos de Dios, y tanto unos como otros pueden ser no sólo buenos cristianos, sino también santos. Ha habido muchos reyes y reinas, príncipes y nobles que han sido ejemplos preclaros de virtud y de santidad, y sus riquezas no les han impedido su camino hacia Dios. Allí están san Enrique, san Luis de Francia, santa Isabel de Hungría, santa Brígida de Suecia, san Francisco de Borja, santa Margarita de Escocia, san Wenceslao, san Casimiro y miles más.

Las riquezas son algo accidental, y deben ser un medio más para vivir y para servir mejor a Dios y al prójimo. Cuando el dinero no se usa para eso, es entonces cuando comienzan los problemas… y ahora sí nuestro Señor condena. De aquí nace la prepotencia, la soberbia, la avaricia desenfrenada, el maquiavelismo, la injusticia diabólica y la corrupción de muchos ricos y poderosos de la tierra que sólo se sirven a sí mismos y a sus propios intereses… Es entonces cuando la riqueza se convierte en un gravísimo peligro y un obstáculo para la propia salvación. Y así se cumple la palabra del Señor: "es más fácil a un camello entrar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de los cielos".

Lo importante es, pues, cómo usamos de los bienes: si le damos gracias a Dios porque nos da elementos para vivir y descansar, y con ellos ayudamos a nuestros semejantes, o si sólo nos servimos a nosotros mismos y a nuestros caprichos. Pero, ¡atención!, no hay que ayudar a los demás sólo con las migajas que nos sobran y que caen de nuestra mesa, sino con verdadera generosidad. Sólo así vamos por el recto camino.


¿Te encontrarás un día entre los grandes?

Querien Vangal

Fiesta de muchos, de muchos valientes, de muchos que ganaron a pulso un galardón eterno.

¡Cuántos son! ¡Qué buenos son! ¡Cómo quisieras ser como ellos! Pero del quisiera al quiero, media un trecho muy grande.

Quisieras ser escritor, quisieras hablar con gracia, quisieras hablar por televisión, quisieras... Por ahí andan millones llevando durante toda la vida sus quisieras en sus pupilas y en su imaginación, y los entierran así, con sus quisieras y unas palabras de tierra.

¡Cuánto quisieras tú encontrarte un día en esa fila de bienaventurados que van llenando los escaños de la gloria! ¿Será tan difícil obtener el boleto? ¿En este momento cómo andarán tus ganancias? ¿Te encontrarás un día entre los grandes?

Son de todas las edades, de todos los tiempos, y aún no concluyen las entradas; entre las que faltan está la tuya. Todavía hay tiempo de ganar un lugar, tu lugar, tu escaño vacío que te espera.

Ser santo fue desde tu infancia un sueño dorado y en tu edad madura es un sueño que no ha muerto, sigue siendo tu meta primera: A veces parece que muere, cuando te revuelcas en tu sangre con el ánimo destrozado, pero te levantas muchas veces, todas las que es necesario, y lo vuelves a intentar. Mientras duren los días, la esperanza está abierta y se puede.


Vivir con tanta intensidad la Solemnidad de Todos los Santos, así como también el día de mañana, Conmemoración de los Difuntos. Estos dos días engloban en sí de modo muy especial la fe en la "vida eterna" (últimas palabras del Credo apostólico). Si bien estos dos días enfocan ante los ojos de nuestra alma lo ineludible de la muerte, dan también al mismo tiempo testimonio de la vida. El hombre que está "condenado a muerte", según las leyes de la naturaleza, el hombre que vive con la perspectiva de la aniquilación de su cuerpo, este hombre desarrolla su existencia al mismo tiempo con perspectivas de vida futura y está llamado a la gloria.La Solemnidad de Todos los Santos pone ante los ojos de nuestra fe a los que han alcanzado ya la plenitud de su llamada a la unión con Dios. El día de la Conmemoración de los Difuntos hace converger nuestros pensamientos en quienes, después de dejar este mundo, en la expiación esperan alcanzar la plenitud de amor que requiere la unión con Dios. Se trata de dos días grandes en la Iglesia que "prolonga su vida" de cierta manera en sus santos y en todos los que se han preparado a esa vida sirviendo a la verdad y al amor.
Por ello los primeros días de noviembre la Iglesia se une de modo especial a su Redentor, que nos ha introducido en la realidad misma de esa vida a través de su Muerte y Resurrección. Al mismo tiempo ha hecho de nosotros "un reino de sacerdotes" para su Padre.

Por ello, a nuestra oración común uniré una intención especial por las vocaciones sacerdotales en la Iglesia de todo el mundo. Me dirijo a Cristo para que llame a muchos jóvenes y les diga: "Ven y sígueme". Y pido a los jóvenes que no se opongan, que no contesten "no". A todos ruego que oren y colaboren en favor de las vocaciones. La mies es grande. La festividad de Todos los Santos nos dice precisamente que la mies es abundante. No la mies de la muerte, sino la de la salvación; no la mies del mundo que pasa, sino la mies de Cristo que perdura a través de los siglos. (SS Juan Pablo II, 1 de noviembre 1978. Solemnidad de todos los santos)


Tener conciencia de nuestra debilidad

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Creo que muchas veces nuestro problema de conversión del corazón, que nos lleva a una falta de identidad, no es otro sino esa especie como de ligereza, de superficialidad con la que, al ver las situaciones que estamos viviendo, pensamos que al fin y al cabo no pasa nada. Sin embargo, puediera ser que, cuando quisiéramos arreglar las cosas, ya no haya posibilidades de hacerlo.

Cuántas veces vivimos con una superficialidad que nos impide entrar en nuestro interior y darnos cuenta de la gravedad de algunos comportamientos, de algunas actitudes que estamos tomando, o darnos cuenta de la seriedad de algunos movimientos interiores que estamos consintiendo; con lo que nosotros estamos aceptando una forma de vida que puede llegar a apartarnos realmente de Dios, que pueden llegar a endurecer nuestro corazón e impedir que el corazón se convierta y llegue a darse a Dios nuestro Señor.

Cuántas veces este problema sucede en las almas, y cómo, cuando nosotros lo captamos, podríamos decir simplemente: "total es sin importancia, no pasa nada". Sin embargo, es como si el soldado que estuviese vigilando en su puesto de guardia oyese un ruido y dijese: "no es nada." Pero, ¿qué pasaría si detrás de ese ruido estuviese alguien?

Ahora bien, para vigilar, no basta no ser indiferentes. Para vigilar auténticamente, es muy importante que nos demos cuenta tanto de la profundidad como de la debilidad del alma. Tenemos que darnos cuenta de que no tenemos garantizada la vida. ¿Quién de nosotros puede poner una mano en el fuego por la propia seguridad, o por la propia salvación? San Pablo dice: "Quién está de pie, tenga cuidado, no sea que caiga".

Tenemos que ser conscientes de que solamente un alma que se sabe herida, es un alma capaz verdaderamente de vigilar, porque entonces va a tener una especie como de instinto interior que le va a ir llevando a no dejar pasar las cosas sin revisarlas antes. Es como cuando estamos enfermos y no podemos tomar algún tipo de comida, antes de comer algo nos fijamos qué ingredientes tiene esa comida, no vaya a hacer que nos haga daño. ¿Por qué en el espíritu a veces nos sentimos tan fuertes, cuando realmente somos tan débiles?

Sin embargo, esa debilidad no nos debe llevar a una actitud de temor ante la vida, a una angustia interior insoportable. Porque si nos damos cuenta de que lo único que puede sostener nuestra vida, lo único que puede hacernos profundizar realmente en nuestra existencia no es otra cosa sino el amor de Dios, el anhelo de Dios, el deseo de Dios, eso mismo nos llevaría a una auténtica conversión del corazón, a un grandísimo amor a Él.

¿Hay en mi alma ese anhelo de Dios nuestro Señor? ¿Hay en mi alma ese ardiente fuego por amar a Dios, por hacer que Dios realmente sea lo primero en mi vida? Éste es el camino de conversión, es la forma de ver el camino de la salvación. No nos quedemos simplemente en los comportamientos externos.

La Cuaresma, más que un comportamiento externo, tiene que ser un llegar al fondo de nosotros mismos; la mortificación corporal debe dar frutos espirituales.

Vamos a pedirle a Jesucristo en la Eucaristía, que así como Él se nos da en ese don, nos conceda poseer una gran profundidad en nuestra vida para poder tener conciencia de nuestra debilidad, y, sobre todo, nos conceda un gran anhelo de vivir a su lado, porque si algún día en ese camino de conversión del corazón, por ligereza o por superficialidad, caemos, si tenemos el anhelo de amar a Dios, tenemos la certeza de que tarde o temprano, de una forma u otra, acabaremos amando.


Tu actitud es más importante que los hechos

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Las actitudes son más importantes que los hechos. La forma de reaccionar frente a la vida puede transformar dicha vida. El afrontar los problemas sanamente puede convertirlos en soluciones.

Dar razón para vivir, para sufrir y aún para morir, porque hasta el dolor y la muerte pueden aceptarse por una motivación tan formidable como es el amor. "Se es fiel sólo por amor, se es auténticamente feliz sólo en el amor, se es idéntico sólo amando". El amor es la respuesta, es el por qué, es la primera y la última palabra.

Todavía tenemos derecho de sonreír, de esperar, de amar, de ser felices. Los que se hunden en el pesimismo alegan sus razones, razones que no quieren cambiar. Pero el amor es más grande. Y cualquier ser humano, si quiere, puede amar, y así redimirse. Dios es amor. El hombre debe hacer un esfuerzo gigantesco por arrancarse lo inhumano: el odio, la desesperación, el egoísmo brutal, la envidia diabólica, el materialismo seductor. Y debe, por otra parte, luchar por revestirse de lo divino. Lo divino es el amor.

Reto a cualquier indiferente, a cualquier amargado y cansado de vivir a que ame un solo día con todas sus fuerzas a Dios, a su familia, a su prójimo y aún a los animales, plantas y cosas. Si le va bien, que lo practique durante una semana. Si la semana se le vuelve celestial, que se decida a amar toda la vida. Al fin y al cabo la felicidad total y eterna del cielo consistirá en amar y ser amado infinitamente y para siempre.



Un Año nuevo, no es cualquier cosa


Enrique Galván-Duque Tamborrel


Empezar un nuevo año, como si fuera cualquier cosa, es una enorme torpeza. Un año de vida es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.

¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar? Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentirás. Si hoy sientes esa llamada a querer ser otro, a ser distinto, atrápala con fuerza y hazla realidad.

El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de la vida, porque el que se proponga convertir éste en su mejor año, lo puede lograr.

El año nuevo es una oportunidad más para transformar la vida, el hogar, el trabajo en algo distinto. «Quiero algo diferente, voy a comenzar bien; así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca. Éste va a ser distinto, quiero que así sea; es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder.

Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve».

¿Quién es capaz de decir?: "Desde hoy, desde este primer día, todo será distinto" En mi hogar me voy a arrancar ese egoísmo que tantos males provoca; voy a estrenar un nuevo amor a mi cónyuge y a mi familia; seré mejor padre o madre. Seré también distinto en mi trabajo, no porque vaya a cambiar de trabajo, sino de humor. En él incluso voy a desempolvar mi fe, esa fe arrumbada y llena de polvo; voy a poner un poco más de oración, de cielo azul, de aire puro en mi jornada diaria. Ya me harté de vivir como he vivido, de ser egoísta, tracalero, injusto. Otro estilo de vida, otra forma de ser. ¿Por qué no intentarlo?"

En los ratos más negros y amargos, llenos de culpa, piensas: «¿Por qué no acabar con todo? Pero en esos mismos momentos se puede pensar otra cosa: ¿Por qué no comenzar de nuevo?».

Algunos ven que su vida pasada ha sido gris, vulgar y mediocre, y su gran argumento y razón para desesperarse es: «He sido un Don Nadie, ¿qué puedo hacer ya?» Pero otros sacan de ahí mismo el gran argumento, la gran razón para el cambio radical positivo: «No me resigno a ser vulgar; quiero resucitar a una vida mejor, quiero luchar, voy a trabajar, quiero volver a empezar».

Un año recién salido de las manos del autor de la vida es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él? El año pasado ¿no te gustó?, ¿no diste la medida? Con éste ¿qué vas a hacer? Un nuevo año recién iniciado: todo comienza, si tú quieres; todo vuelve a empezar...

Yo me uno a los grandes insatisfechos, a los que reniegan de la mediocridad, a los que, aún conscientes de sus debilidades, confían y luchan por una vida mejor.

Todos desean a los demás y a sí mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo. Prefiero ser de los segundos.


Un día sin mexicanos

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La reforma migratoria podría llevar la economía de Estados Unidos en la dirección equivocada. Imagínense, si todas las personas indocumentadas que trabajan en ese país desaparecieran, ¿quién llenaría sus puestos?

Cuando los trabajos de fabricación dejaron aquel país y se trasladaron a México, muchas personas se quejaron: "Malo. Injusto". Decían que el gobierno de EU había regalado sus trabajos. Se culpaba al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) y al presidente Clinton. Una década después del TLC, los fabricantes se han trasladado a Asia, donde los costos laborales son aún más bajos.

Son los pagos miserables que perciben los empleados, no el Departamento de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) de Estados Unidos ni desacuerdos, los que hacen más atractiva a Asia que a México.

Hoy se culpa a China e India. Los fabricantes dejan al país del norte por una simple razón: pueden llevar sus productos a consumidores estadounidenses a un costo más bajo.

Miles de negocios en todo Estados Unidos proveen servicios a consumidores usando la mano de obra indocumentada. ¿Por qué? La misma razón: pueden ofrecer sus productos y servicios a los consumidores a menor costo.

La verdad es que si todas las personas indocumentadas fuesen deportadas, ciertas industrias sufrirían tremendos reveses.

Piensen en los negocios que contratan a personas indocumentadas. Tendrían que contratar a otras personas para que llenaran esos puestos. ¿A quién contratarían? Son trabajos que requieren que las personas laboren largas y duras horas en el calor, frío y lluvia. No se trata de empleos encantadores, de altos salarios.

¿Cuántas personas que están "legalmente" en Estados Unidos quieren esos trabajos? La economía de nuestros vecinos del norte necesita a esos trabajadores.

Si desaparecieran las personas indocumentadas, los empleadores se verían forzados a subir los salarios para estos mismos puestos. No tendrían otra opción. Para compensar este gasto extra, necesitarían después subir los precios de bienes y servicios que venden a sus clientes. Los estadounidenses necesitarían pagar más por las cosas que compran.

El precio de una casa nueva sería más alto. Los alimentos costarían más. El desayuno, almuerzo y cena serían más costosos, al igual que los locales de oficina. ¿Es esto lo que quiere realmente los estadounidenses?

La reforma migratoria podría afectar negativamente a la economía. Nadie sabe cuánta gente indocumentada hay en Estados Unidos. Lo que sí sabemos es que una economía prospera cuando la gente gasta.

Si suben los precios de las cosas básicas, la gente no gasta tanto. Si todas las compras se detienen, la economía deja de moverse. Un día sin mexicanos podría ser causa de temor.


Un diagnóstico tardío y la falta de fármacos socavan la lucha contra el sida

Querien Vangal

El tratamiento con antirretrovirales de alta actividad (TARGA) consigue la mejoría de pacientes con sida, incluso aunque se encuentren en países con pocos recursos. Según un estudio publicado en 'The Lancet' la diferencia que tienen estos enfermos con aquellos que viven en países ricos es que la mortalidad al inicio de la terapia es más alta.

Un equipo de la Universidad de Berna, Suiza, ha llevado a cabo un estudio en el que han comparado la evolución de pacientes recién diagnosticados en función del nivel económico del país. Así se analizaron los datos de personas seropositivas de África, Asia y Suramérica junto con los de enfermos de Europa Occidental, Canadá y Estados Unidos.

Las diferencias principales al inicio del estudio entre los dos grupos eran que los pacientes de los países más pobres eran diagnosticados más tarde, cuando la enfermedad estaba más avanzada, y por tanto su estado de salud era peor. Además presentaban otras enfermedades como tuberculosis, infecciones bacterianas o por hongos.

En cuanto al tratamiento recibido, en los países pobres el inicio de la terapia se hacía con un inhibidor de la transcriptaza inversa análogo de nucleósido, mientras que en las zonas con más ingresos los pacientes recibían un inhibidor de la proteasa.

Durante los primeros meses de tratamiento, la mortalidad fue mayor entre los pacientes de estados con pocos ingresos en comparación con aquellos que vivían en países desarrollados. Según los autores del estudio, sólo una parte de esas muertes puede explicarse por un peor estado inmunológico y un estado clínico más avanzado al inicio de la terapia. Otros factores como enfermedades añadidas podrían haber participado en el aumento de la mortalidad.

Además, insisten en que "incluso en los primeros meses del TARGA, la mortalidad fue menor que la registrada previamente en pacientes no tratados, lo que sugiere un efecto beneficioso temprano del tratamiento".

A ese dato hay que añadir que tras seis meses del inicio de la terapia, el aumento en el número medio de CD4 (células defensivas) y el porcentaje de pacientes cuya carga viral estaba por debajo de las 500 copias (un dato de mejoría) eran similares entre los pacientes de diferentes países.

Otro dato que detectaron los investigadores fue que la mortalidad era mayor en aquellos programas que tenían algún servicio privatizado. Según otros estudios, estas políticas pueden promover un uso inadecuado de los fármacos. Finalmente los autores recomiendan que el tratamiento antirretroviral se inicie antes de que otras enfermedades se desarrollen y que se acompañe de unos servicios de apoyo para realizar un seguimiento adecuado de los pacientes.

Producto Rojo

Un editorial, publicado también en 'The Lancet', explica que se siguen necesitando nuevas estrategias para financiar las terapias antirretrovirales en los países con menos recursos. El objetivo que se marcó la Organización Mundial de Salud (OMS) de tres millones de personas con tratamiento en 2005 no se ha logrado, ya que en junio de ese año tan sólo un millón recibía estos medicamentos.

No obstante, uno de los Objetivos del Milenio es poner fin a la epidemia en 2015. Para conseguir esto, el editorial aboga por continuar con las donaciones que gobiernos y fundaciones están haciendo y por poner en marcha otros sistemas de recaudación de fondos.

Una de las nuevas estrategias es la que anunció el pasado enero la estrella musical Bono: el 'Producto Rojo'. American Express prometió que al menos un 1% de cada libra que se pague con su tarjeta iría destinado al Fondo Global para la Lucha contra el Sida. Se espera que en los próximos meses diferentes empresas se unan a este proyecto como lo han hecho ya el diseñador Giorgio Armani o Nike.

Otra iniciativa es la del gobierno francés que ha impuesto una tasa en los vuelos de aerolíneas francesas para aumentar el dinero que va destinado a la lucha contra el sida.

Problemas de registro

Sin embargo, y como apunta el editorial, todavía existen otros problemas, además del económico, en la lucha contra esta epidemia. Una es la denuncia realizada el pasado diciembre por Médicos Sin Fronteras en la que criticaban la escasez de tenofovir, un fármaco de primera línea en los países desarrollados, en numerosos lugares del Tercer mundo debido a retrasos en el registro de las nuevas marcas.

Los retrasos en ese registro pueden deberse a la burocracia de las autoridades de esos países, que tienen el poder de acelerar el registro de medicamentos esenciales que, de otra manera, puede tardar años. Sin embargo, como denuncia esta ONG no se puede culpar por entero a esos gobiernos.

"Las compañías consiguen una buena publicidad cada vez que anuncian descuentos para los países pobres, pero sus intenciones dan marcha atrás ante la falta de un compromiso adecuado para hacer llegar los fármacos disponibles"


Un momento de serenidad

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Llegué al Soconusco chiapaneco en tiempo de lluvias. Nunca había visto caer tanta agua en tan poco tiempo, así que enseguida comenté a todos mi asombro ante los torrentes que pasaban ante nosotros deslavando los campos y convirtiendo los caminos en auténticos ríos.

Sin embargo las montañas y los valles estaban muertos y parecían amasados de fango y tristeza. No pude ocultar por más tiempo mi perplejidad:

-- ¿Por qué no están verdes los valles y las montañas si cae tanta agua?

Y uno de los más ancianos me dio una palmada en la espalda y me dijo:

-- El agua es muy buena, pero ahora es violenta. Espera y verás.

Esperar no fue fácil. Los truenos estallaban por las noches con tal ímpetu como si una manada de bisontes galopara por el tejado. Fuera sólo había agua y más agua. Pero, como dijo el anciano, era un agua voraz, más insoportable para los campos que el sol del desierto... pero era agua, sólo agua.

A los pocos días amainó el temporal y, al pasar la época de lluvias, una gran serenidad se adueñó del clima. El sol salía y se ocultaba trazando en el cielo un recorrido limpio de nubes. Así, en medio de la calma y de la paz, la región floreció y se convirtió en un vergel como nunca antes había visto.

Nuestra alma no necesita sólo agua, sino la serenidad y la paz que da el silencio. Nada florecerá en quien no vive en paz.


Un nuevo día
 
Querien Vangal
 
Cada nuevo día es un regalo y una oportunidad para superarse, para recomenzar nuestra lucha, para rectificar, para ser felices...
 
Junto al sol las esperanzas de un nuevo día brillan al amanecer.
 
Un nuevo día, una nueva oportunidad para hacer historia. Escribe la historia de tu vida con palabras de amor.
 
Un nuevo día, hoy tienes la oportunidad de ser mejor. Lo que hoy hagas que sea mejor de lo que ayer hiciste, para superarlo mañana.
 
Un nuevo día, para olvidarse del conformismo y no pensar que ya lo hemos dado todo en la vida. Si piensas que ya lo has dado todo, solamente te estás negando la oportunidad de ser mejor.
 
Piensa a cada momento que todo lo que hagas puede ser aún mejor, y tu espíritu de lucha te impulsará en este nuevo día por el sendero del éxito y la felicidad.
 
Un nuevo día, donde el éxito toca a tu puerta. No olvides que el éxito no es una casualidad sino la recompensa para quien lo buscó y luchó por él....
 
 Ø Para quien al caer supo levantarse,
 Ø Para quien necesitó ayuda y supo pedirla,
 Ø Para quien cuando se sintió solo buscó compañía,
 Ø Para quien cuando tuvo duda buscó a un consejero,
 Ø Para quien antes de buscar ser entendido pudo entender,
 Ø Para quien estuvo dispuesto a empezar en cualquier momento,
 Ø Para quien comprendió que el amor es la fiel recompensa de amar.


Un nuevo día, Señor

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Un día más, Señor.

Un día que me regalas para intentar ser mejor, para parecerme un poco más a Ti.

¡Pero cuesta tanto! No hace falta que Te lo diga, de sobras me conoces, pues soy hijo Tuyo.

Las dificultades son muchas, la cruz -por pequeña que sea- me pesa horrores. Sin Ti no puedo con ella, no hay manera. Me lastran los egoísmos, las mentiras, los desplantes. Y no paro de quejarme, o de intentar mirar hacia otra parte. Como si la cosa no fuera conmigo. Como si la cosa no fuera Contigo.

Pero las peores dificultades son las mías propias, las que nacen de mi corazón mezquino. Me hago el sordo a Tu voz, renuncio infinidad de veces a la felicidad de Tu presencia. Y me paso horas sin hablarte, incluso días, ensimismado en mis caprichos, en lo cómodo de una actitud mediocre.

Aunque sé que estás ahí, a mi lado, mientras trabajo, escribo o barro la cocina. Y ya ves, no tengo tiempo para Ti. No tengo tiempo para Ti, que eres el que me das el tiempo y me ofreces la eternidad.

Mira, he aquí un nuevo día. Un día luminoso de gracia, y de trabajo. Sé que podría ser mi último día. Enséñame a distinguir lo importante de lo superfluo, la verdadera alegría de la carcajada vacía. Te ofrezco hasta mi desdén, si lo hubiera, o mi torpe silencio. Para que Tú lo transformes en diálogo amoroso. Contigo y con los demás. Y así las horas de este día estén cuajadas de plusvalía divina.

Que Tu Corazón sea el mío. Alúmbrame con la claridad de Tu Amor. A pesar de las contrariedades y de la sequedad, de la enfermedad o de la incomprensión.

Úneme a Ti a lo largo de la jornada. Uno Contigo, con mi familia, con mis amigos. Unidad de ternura infinita. Porque esta luz de la mañana --estallido de Tu gloria-- me indica que lo único sensato en esta vida es querer ser Tú, a pesar mío.

Señor, me siento urgido a mirarte más de cerca. Me siento urgido a derramar por las calles y las grandes avenidas Tu bendición y Tu sonrisa. Me siento urgido a convocar a todos los poetas del mundo para que canten Tu misterio. Me siento urgido, en definitiva, a ser mejor hijo, a entregarme del todo. Mudo de asombro. Con la constancia del amor.

¿Para qué quiero mi inteligencia si no es para conocerte? ¿Para qué quiero mi corazón si no es para amarte? Sé que Te sirves de mi propia debilidad para fortalecerme.

Ayúdame más, ayúdame a profundizar en el abismo de Tu misericordia mientras voy en el autobús o leo el periódico o juego con mis hijos. Ayúdame a mirarte en todas las cosas a lo largo del día.

Siempre de la mano de María, que es Madre Tuya y es Madre mía.


Un nuevo siglo, nuevas esperanzas

Enrique Galván-Duque Tamborrel

"¿A dónde irán los siglos que se mueren? ¿Para qué mediremos el tiempo, si no admite mesura?", escribió Federico Gamboa en su Diario, en vísperas del siglo XX. Como cada cien años, gran controversia suscitaba el tratar de precisar si el nuevo siglo escribiría su propia historia a partir del primer segundo del 1 de enero de 1900 o un año después, al despuntar 1901. Y con las opiniones siempre divididas el siglo XX vio su alumbramiento dos años seguidos, al consumirse 1899 y 1900.

1899 había sido particularmente difícil. El Calendario del más antiguo Galván daba cuenta de los siniestros del último año. Durante el mes de enero la república había sido sacudida por un fortísimo temblor de casi dos minutos de duración. Marzo fue iluminado por la tremenda explosión de un depósito de dinamita y Junio presenció el desbordamiento del Río Bravo. En los tres casos, decenas de víctimas clamaron ayuda a la nación entera.

Las terribles tragedias pronto quedaron en el olvido y en los meses previos a la llegada del siglo XX, la política dio rienda suelta a sus mexicanísimas pasiones. Año preelectoral, 1899 fue testigo de una "cargada" sui generis. Sin partido oficial, la prensa montó el tinglado y de manera casi unánime otorgó su apoyo al viejo Porfirio Díaz. La Palabra Libre, El Cosmopolita, El Reproductor, El Imparcial y otros diarios dedicaron sus primeras planas de los últimos días de diciembre al "héroe de la Paz, el Orden y el Progreso" y se pronunciaron en favor de una nueva reelección. El Liberal, por su parte, prefirió postular al general Bernardo Reyes para la silla presidencial. "Ficción democrática" le llamaron algunos.

Con la política gravitando en el ambiente, la clases rectoras del país tuvieron la feliz ocurrencia de proponer una alianza entre partidos. Buscaban someter al Congreso una iniciativa para reformar la Constitución y otorgarle la presidencia vitalicia a don Porfirio. El intento fracasó por el antagonismo natural entre liberales y conservadores, "diferencias de fondo", dijeron. Y pese a las fracturas que evidenciaba el grupo liberal hacia su interior, el 27 de diciembre de 1899, La Palabra Libre publicó una declaración que continuaría vigente cien años después: "Porque el partido cualesquiera que sean sus diferencias hoy, como en los días de prueba, está uniforme y unido en esta sola aspiración: sostener los principios fundamentales de su credo político, encarnados en la magna Constitución".

"Mal empieza la semana para quien ahorcan en lunes", debieron pensar los miembros del nuevo Ayuntamiento de la ciudad de México. Su futuro se tornaba tan oscuro como la última noche del siglo XIX. Y más con la nota publicada por El Liberal, el 31 de diciembre: "En el año que hoy acaba no se hizo absolutamente nada de provecho en bien de la ciudad. Por el contrario, se cometieron torpezas y desaciertos a granel. Es imprescindible analizar las necesidades de una capital cada día más populosa, atender a sus exigencias crecientes, en suma, urge que el nuevo Ayuntamiento corresponda a la confianza que en él se ha depositado no que haga lo que el saliente, disparate sobre disparate":

El cambio de siglo no despertó el interés de la sociedad mexicana sino hasta los primeros días de diciembre de 1899. Junto con las fiestas y preparativos para despedirlo, no podían faltar el llanto, las depresiones, la reflexión profunda, el balance anual y los actos de contrición. Atrás quedaban las tragedias, las ambiciones políticas y la vida cotidiana. Atrás quedaba para siempre "el siglo de las luces". Por un segundo la sociedad mexicana se reflejó en las ilusiones y esperanzas que traía consigo el tránsito hacia el nuevo siglo. Indudablemente, la nueva centuria se presentaba promisoria:

"Para que México siga su avance en el siglo XX –señalaba un editorial de El Popular-, falta que el gobierno se ponga a la altura del esfuerzo y del avance del pueblo, multiplicando las escuelas, abriendo paso a la justicia que hoy sirve al poderoso; extirpando el caciquismo; dejando al pueblo el libre ejercicio de los derechos democráticos para que el poder quede en manos de hombres ilustrados, probos, patriotas y progresistas. Y México, fortalecido por la instrucción, la justicia y la aptitud para el trabajo, llegará a la cima de su engrandecimiento".


Un Peje y sus falacias

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Quizás sea natural que después de una elección presidencial tan cerrada como la que presenciamos hace apenas unas semanas, se generen algunos rumores sobre el procesamiento y la comunicación de los resultados electorales, que a fuerza de repetirse se convierten en dichos, y que terminan por ostentarse como argumentos.

Pero varios de estos argumentos no tienen sustento en la evidencia empírica. Unos más generalizan a partir de incidentes aislados. Otros simplemente revelan desconocimiento de las regulaciones electorales y de los acuerdos que el IFE suscribió con los partidos políticos.

Finalmente, encontramos argumentos lógicamente defectuosos o que se desprenden de premisas falsas o, cuando menos, endebles. A continuación comento algunos argumentos que considero falaces, pero que al parecer han sido admitidos ya como verdaderos en el imaginario colectivo de un grupo de ciudadanos.

PRIMERA FALACIA.- El IFE actuó sin transparencia, al no dar a conocer los resultados del Conteo Rápido la noche del 2 de julio.

Comentario. El Conteo Rápido no es el conteo de todos los votos, sino una estimación de la tendencia electoral basada en los votos emitidos en un conjunto de casillas. Estas estimaciones —aun las más poderosas— siempre tienen márgenes de error. Por lo tanto, en caso de que la elección arroje resultados muy cerrados, tales márgenes impiden pronosticar con plena certeza cuál será el candidato ganador. Esto fue lo que sucedió la noche del 2 de julio: tal como se tenía previsto en un acuerdo avalado por los partidos políticos, el Consejero Presidente del IFE no difundió los rangos de votación, dada la estrechísima diferencia entre los dos candidatos punteros. Una vez que este funcionario recibió el informe sobre los resultados del Conteo Rápido, redactado por un Comité Técnico Asesor, se limitó a transmitir las conclusiones a las que habían arribado los expertos. Después de mencionar que no era posible saber cuál candidato había obtenido el porcentaje más alto de la votación, el Consejero Presidente señaló que los resultados finales (no definitivos) de la elección se darían a conocer al concluir los cómputos distritales. Se ha criticado la decisión de no dar a conocer esa noche cuál era el candidato que iba adelante en los rangos de votación, pero ese anuncio hubiera sido descalificado de inmediato por los demás candidatos e, incluso, se hubiera corrido el riesgo de que los resultados finales colocaran en primer lugar a un candidato distinto del sugerido por los rangos previamente. En este caso, acotar la incertidumbre que se generó esa noche era imposible pues el Conteo Rápido —poderoso instrumento en elecciones pasadas— resultó insuficiente para un escenario como el que se presentó ese día.

SEGUNDA FALACIA.- Ciertos comportamientos de los resultados que arrojó el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), demuestran que tal programa fue manipulado para favorecer a uno de los candidatos.

Comentario. A diferencia del Conteo Rápido, el PREP no señala tendencias sino que da a conocer al público la votación que arrojan las actas, casilla por casilla, conforme los paquetes electorales llegan a las oficinas de los Consejos Distritales. Se ha difundido la creencia equivocada de que este flujo de información debe mostrar, en el tiempo, un comportamiento aleatorio. Sin embargo, en la captura de los datos intervienen varios factores que impiden que tal flujo se comporte de ese modo: los tiempos diferenciados de traslado de cada paquete electoral, las distancias entre las casillas y las oficinas de cada consejo distrital, la disponibilidad o carencia de medios de comunicación, los tres husos horarios vigentes en el país durante la jornada electoral, entre otros. Dado el comportamiento no aleatorio que muestra el flujo informativo del PREP, se ha difundido también la tesis errónea de que el PREP posiblemente haya utilizado un algoritmo (es decir, un conjunto definido de operaciones) para sumar y restar votos a ambos candidatos de manera arbitraria. Entre otras acciones, lo anterior supondría la participación deliberada en un fraude por parte de los 300 Centros de Acopio y Transmisión de Datos (es decir, de los 4,104 empleados que trabajaron en ellos), y la inclusión de tal procedimiento en el código fuente del programa. Tal manipulación de la información parece prácticamente imposible dado el diseño del PREP y las mejoras tecnológicas que experimentó para estas elecciones. Para garantizar alta seguridad, el PREP utilizó terminales de captura como las que se utilizan para las transacciones bancarias. Además, para minimizar los errores en el registro de datos, las actas fueron capturadas dos veces y cotejadas posteriormente contra las propias actas por una tercera persona a través de un voucher o comprobante de registro de datos. Finalmente, se ha dicho falsamente que justo antes de que se diera el cruce entre las líneas de preferencia de los dos candidatos punteros, el IFE detuvo el suministro de información del PREP durante casi una hora. Tal afirmación es insostenible frente a la evidencia: el flujo de información del PREP siempre fue continuo; el tiempo máximo entre dos actualizaciones fue de trece minutos.

TERCERA FALACIA.- Durante la operación del PREP, el IFE "perdió" o "desapareció" tres millones de votos.

Comentario. En ningún momento sucedió algo así. Alrededor de 2.6 millones (2,581,226) de votos se ubicaron en el archivo de actas con inconsistencias, el cual llegó a congregar 11,184 de tales actas —colocadas ahí conforme a criterios que acordaron los partidos y las coaliciones el 10 de febrero pasado. Cuando los votos de estas actas fueron agregados a los resultados finales del PREP, estos resultados no se revirtieron, aunque la distancia entre los dos primeros lugares pasó de 1.04 por ciento al 0.62 por ciento. La página electrónica del PREP incluyó un hipervínculo para consultar este archivo, al cual la ciudadanía y los partidos políticos tuvieron acceso en todo momento. Por lo que toca a los partidos políticos, hay registros en las bitácoras electrónicas de que consultaron dicho archivo a lo largo de la operación del PREP. Ahora bien, por lo que toca a la ciudadanía, la información publicada en la página electrónica del PREP debió ser más abundante y clara en el sentido de que el total de casillas procesadas no incluía aquellas cuyas actas se encontraban en el archivo de las inconsistentes. Conclusión: ningún voto se "perdió" o "desapareció" durante el acopio de datos que realizó el PREP. En estos momentos, los consejos distritales y las Fuerzas Armadas tienen bajo su resguardo los paquetes electorales con las actas de casilla y las boletas de cada uno de los votantes, las cuales fueron contabilizadas en los cómputos distritales.

CUARTA FALACIA.- El IFE no actuó con transparencia, al negarse a contar voto por voto, casilla por casilla.

Comentario. En cada casilla, los ciudadanos realizaron el conteo voto por voto en presencia de los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. Los resultados se asentaron en las actas correspondientes. Por ley, durante el cómputo distrital se abren los paquetes electorales para extraer el sobre con el expediente de casilla y cotejarlo con los resultados de las actas del PREP en poder del presidente del consejo distrital. También, durante el cómputo distrital, el IFE está facultado para abrir únicamente aquellos sobres que contienen las boletas en los casos en que el acta del PREP no coincida con el acta del expediente de casilla; cuando se detecten alteraciones evidentes en las actas; cuando no exista el acta en el expediente de la casilla; cuando el Presidente del Consejo Distrital no tenga en su poder dicha acta; y cuando existan errores evidentes en el llenado de las actas. En caso de que los sobres que contienen las boletas se abran sin una justificación legal, podría propiciarse la anulación de la votación en la casilla. Los cómputos distritales de la elección presidencial que iniciaron el 5 de julio se llevaron a cabo ininterrumpidamente en sesiones públicas en las que se abrieron 2,873 paquetes electorales y los sobres con las boletas en presencia de los consejeros distritales, los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. En conjunto, este ejercicio dio como resultado que a todos los partidos políticos o coaliciones se les restaran votos (un total de 64,026) lo que ajustó a la alza los porcentajes del PAN (con un .025 por ciento), de la Coalición por el Bien de Todos (con un .020 por ciento) y de Alternativa Socialdemócrata y Campesina (con un .002 por ciento).

QUINTA FALACIA.- El IFE abrió paquetes electorales de manera ilegal después de que concluyeron los cómputos distritales.

Comentario. Como ha ocurrido en los procesos electorales anteriores, después de que concluyen las sesiones de los cómputos distritales, los consejos distritales deben obtener de los paquetes electorales los documentos necesarios para integrar los expedientes que, por ley, se tienen que presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y se dejan intactos los sobres sellados con los votos. Entre los documentos que requiere el Tribunal Electoral están las hojas de incidentes, los escritos de protesta y las actas de casilla.

SEXTA FALACIA.- El IFE evadió su responsabilidad y le transfirió el conflicto al TEPJF.

Comentario. El IFE se apega a lo que establece la ley para la declaración de validez de las elecciones del 2 de julio. Como parte del proceso electoral, los partidos tienen el derecho de presentar impugnaciones, y el TEPJF es la instancia responsable de resolverlas. En esta etapa, al IFE le corresponde proporcionar al tribunal la información que requiera para emitir los fallos correspondientes. La tarea del IFE no ha terminado. Conforme a lo establecido en la ley, una vez resueltos los juicios de inconformidad, diferentes instancias son las encargadas de declarar la validez para cada elección: la declaración de validez de la elección presidencial le corresponderá al TEPJF; los Consejos Distritales declararán la validez de la elección de diputados por mayoría relativa; los Consejos Locales declararán la validez de la elección de senadores por mayoría relativa; y al Consejo General le corresponderá la asignación de diputados y senadores elegidos por el principio de representación proporcional.

Como se ve, cualquier persona mínimamente razonable entiende que esas seis falacias, esgrimidas por López Obrador y sus paniaguados, son invenciones desesperadas por querer ganar una elección en la mesa y no en las urnas. El Peje no cede porque quiere ganar a toda costa, o sea quiere arrebatar lo que creía suyo y no quiere entender que no lo es. Quiere seguir el procedimiento que siguieron el fascismo de Mussolini en Italia, el nazismo de Hitler en Alemania y el comunismo de Stalin en la Unión Soviética: lavarle la mente a la gente atraída por el influjo de las demagógicas ofertas que, como letanía, ha dicho desde que era candidato para el Gobierno del Distrito Federal. Dentro de su paranoia él se cree el ungido y no acepta la realidad. Ha llegado al grado de ostentarse ya como presidente.


Un tal Maximiliano en México

Querien Vangal

Criado en el seno de una de las familias más antiguas entre las casas gobernantes de Europa, Maximiliano fue educado como príncipe. Desde muy joven adquirió responsabilidades en la marina austríaca, y fue gobernador en el norte de Italia, donde quedó en evidencia ante los ojos de su familia por profesar ideas liberales. Decidió casarse para obtener recursos que le permitieran pagar las deudas adquiridas por un tren de vida ostentoso y disipado. Sus asesores rastrearon a varias princesas prometedoras, hasta que encontró a Carlota de Bélgica. Bella, inteligente y rica, Carlota era ambiciosa y no soportaba la antipatía con que la familia de su esposo trataba al joven matrimonio. Cuando desde Francia llegaron emisarios para ofrecer a Maximiliano la corona de México, Carlota apoyó calurosamente la propuesta.

Algunos conservadores monárquicos, cómodamente apoltronados en las cortes europeas, como Hidalgo, Gutiérrez de Estrada y Almonte, tuvieron la torpe idea de ofrecer el trono de México a cualquier potencia europea que deseara intervenir en tierras mexicanas para echar a los liberales del poder. Estos siempre habían contado con el apoyo de los Estados Unidos, país al que admiraban y del cual se consideraban aliados y amigos. Los conservadores no olvidaban que Juárez, el presidente liberal, había pactado con Estados Unidos el Tratado Mac Lane-Ocampo, que convertía a México en un virtual protectorado norteamericano. Sin embargo, la mayoría de los conservadores eran republicanos, no monárquicos, y veían con repugnancia tanto la intervención norteamericana como la europea. Cuando Juárez decretó la suspensión del pago de la deuda externa, Francia vio su oportunidad para imponer a un príncipe en el trono de México.

Desde el principio el Emperador Napoleón III de Francia vio en la aventura mexicana una oportunidad para ganar fama y dinero. Su ejército echó a Juárez del poder, instaló a Maximiliano y celebró con el nuevo emperador una serie de acuerdos tendientes a asegurar sus ganancias. Maximiliano intentó gobernar en un país quebrado, sin viabilidad económica.

Gastó los escasos ingresos del Imperio en fiestas, bailes y banquetes. Invitó a Juárez a ser su primer ministro, lo elogió y aceptó la gran parte del partido liberal a integrarse a su gobierno. Para pasmo de sus ingenuos patrocinadores, los conservadores monárquicos, Maximiliano y Carlota eran liberales anticlericales, confirmaron la obra legislativa de los liberales jacobinos y se enemistaron con la jerarquía católica mexicana. Carlota era fría y desdeñosa con los mexicanos, a los que no podía ocultar su desprecio. Maximiliano por el contrario no cesaba de mostrarse entusiasmado con su nueva patria, se vestía de charro y cortejaba a las indias. Firmó una ley que condenaba a muerte a los guerrilleros combatientes contra su Imperio. Cuando finalmente lo Estados Unidos acabaron su guerra civil, dirigieron su atención al vecino país del sur. Bastaron unos insolentes comunicados dirigidos a Francia, para que Napoleón diera por terminado su trato con Maximiliano. Los franceses se fueron de México, y los norteamericanos mandaron ayuda a las guerrillas juaristas que recuperaron en poco tiempo todo el territorio nacional. Maximiliano fue capturado y ejecutado en la ciudad de Querétaro en 1867. Con su muerte quedó sepultado todo proyecto político en México que no fuera republicano, federal y pronortemericano. La intervención francesa tuvo el efecto inesperado de convertir a los liberales en defensores de la independencia nacional, y de convertir a su ideario político, faccioso y parcial, en la única opción válida durante decenios en la escena política mexicana.

Gracias al principito que vino a México a jugar a ser rey, los liberales consolidaron su ideología y la institucionalizaron en un sistema político antidemocrático que fue llevado hasta sus últimas consecuencias por Porfirio Díaz, heredero y continuador de Benito Juárez.


Un triunfo para las instituciones

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Con la resolución unánime por la que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación aprobó el dictamen del cómputo final y la declaración de validez de la elección presidencial y la consecuente entrega de la constancia de Presidente electo a Felipe Calderón Hinojosa, se pone fin al proceso electoral 2006. Los mexicanos debemos festejar que las diferencias jurídico-electorales entre los contendientes se resolvieron por la vía de la legalidad y por los cauces institucionales.

Gracias a que hoy contamos con instituciones sólidas como el IFE y el Tribunal Electoral, que mostraron actuar con profesionalismo, imparcialidad y en estricto apego a la ley, podemos tener la certeza de que nuestros votos contaron, que las elecciones fueron válidas y que tendremos un Presidente legítimo para el período 2006-2012.

Aún quedan conflictos políticos por resolver, pero la legalidad de la elección ya no puede ponerse en duda. Así lo decidieron los propios partidos políticos cuando, al aprobar las leyes electorales que nos rigen, apostaron por la vía jurídica para resolver sus diferencias electorales y optaron porque existiera un Tribunal Electoral, ajeno a las exigencias de cualquier partido, para poner fin a los conflictos postelectorales.

Con base en criterios objetivos utilizados durante los diez años de experiencia del Tribunal, mismos que se han aplicado con independencia de favorecer o perjudicar a cualquier partido político o candidato, los Magistrados analizaron detalladamente cada uno de los hechos denunciados y las pruebas ofrecidas en las impugnaciones. Incluso, con una actitud garantista y antiformalista, se superó el rigorismo jurídico tradicional para atender todas las peticiones de la Coalición por el Bien de Todos.

Después de este análisis exhaustivo, la Sala Superior resolvió declarar la validez de la elección presidencial por haberse observado los principios constitucionales para que la elección sea considerada libre, auténtica y legítima. El Tribunal estimó que, en la gran mayoría de los casos, las irregularidades no quedaron demostradas ante la ausencia de pruebas suficientes. Tampoco quedó acreditado que las irregularidades fueran lo suficientemente graves y determinantes para afectar los resultados de la elección o que tuvieran un impacto en los electores que hubiera podido cambiar el sentido de su voto.

De esta forma, se procedió conforme a la ley a expedir la constancia de Presidente electo a favor de Felipe Calderón Hinojosa, por haber obtenido 233,831 votos más que Andrés Manuel López Obrador.

Como lo señalaron los Magistrados durante la sesión del pasado 5 de septiembre, en toda democracia la diferencia de un voto es suficiente para garantizar el triunfo y dar legitimidad al ganador. El Tribunal ha resuelto en distintos casos que un voto de diferencia cambia el resultado y esto ha beneficiado o perjudicado a todos los partidos por igual.

En el dictamen sobre el cómputo final y la declaración de validez de la elección presidencial, que aparece publicado en la página de Internet del Tribunal, en ánimo de garantizar absoluta transparencia, se explican detalladamente los argumentos jurídicos en virtud de los cuales se desestimaron los argumentos de la Coalición y se consideró que las irregularidades aducidas no fueron lo suficientemente graves como para afectar los resultados de la elección.

Por lo que respecta a la petición de la Coalición de volver a contar los votos en la totalidad de las casillas electorales, los Magistrados puntualizaron que el Tribunal solo puede resolver conforme a lo alegado en juicio por las partes, de lo contrario, incurre en responsabilidad por actuar fuera de la ley. Por lo tanto, en lugar de solo haberse inconformado por el 35% de las casillas, consintiendo los resultados en más de 80 mil, se tendrían que haber impugnado todos los distritos para que el Tribunal contara con elementos para tomar esta decisión.

Las resoluciones jurisdiccionales, independientemente de los resultados de las elecciones, deben adoptarse por criterios estrictamente jurídicos. La presión política, la percepción ciudadana o a cualquier interés particular, no pueden estar por encima de la aplicación de la ley.

El Tribunal calificó como irregularidades algunas conductas cometidas por los partidos, empresarios y funcionarios públicos en el proceso electoral; sin embargo, estimó que no fueron determinantes como para alterar los resultados de la votación. La determinancia no es un criterio subjetivo, el Tribunal en distintas resoluciones y criterios de jurisprudencia ha establecido elementos objetivos para resolver si una conducta puede afectar de manera sustancial la libertad del sufragio.

Por lo tanto, para que pueda anularse la voluntad ciudadana, el Tribunal ha considerado que las violaciones deben de ser graves y generalizadas, es decir, que se haya afectado sustancialmente alguno de los principios rectores del proceso, de modo tal, que de no haberse realizado estas conductas, el resultado de la votación habría sido distinto.

Además las irregularidades deben quedar debidamente probadas, de lo contrario, el criterio es preservar los votos que hayan expresado válidamente la mayoría de los electores, porque el derecho constitucional al sufragio no debe ser viciado por las irregularidades e imperfecciones menores que sean insuficientes para acarrear la máxima sanción de anular una elección.

Así por ejemplo, al resolver sobre el uso de la propaganda negra por parte de los partidos políticos, la Sala Superior estimó que este tipo de publicidad afecta las bases con las que se debe desarrollar un proceso electoral democrático, porque demerita la imagen de las opciones políticas y reduce la posibilidad de que los candidatos se den a conocer por sus propuestas; sin embargo, de las pruebas aportadas por la Coalición, no encontró elementos con los que se pudiera apreciar que la voluntad ciudadana fue afectada de forma determinante por la propaganda negra o que se modificó la predisposición de los electores para votar en un sentido distinto.

La Sala Superior también consideró que la publicidad propagandística no es el único factor que influye en la voluntad del ciudadano. En el caso del candidato de la Coalición, se estimó que pudo haber influido negativamente en su contra el no haber asistido al primer debate organizado por el IFE o haberse expresado de forma irrespetuosa contra las instituciones o contra el Presidente. Esto pudo acreditarse con las encuestas que mostraron la disminución de las preferencias electorales a raíz de estas conductas, lo que no ocurrió en el caso de la propaganda negra.

Además, el Tribunal señaló que un partido o candidato no puede quejarse de imputaciones difamatorias o calumniosas de sus adversarios, cuando él mismo las haya realizado. Si lo hace, no se vulnera el principio de equidad.

Otro ejemplo sobre la forma en que se valoró el criterio de la determinancia, se encuentra en las consideraciones sobre las declaraciones del Presidente Fox durante el proceso electoral.

La Sala Superior estimó que si bien es cierto que la realización de declaraciones en contra o a favor de un candidato o partido, por cualquier funcionario público, es reprochable en cualquier etapa del proceso, esto no significa que el solo hecho de hacerlas afecte de manera grave la libertad del sufragio.

De las notas de distintos periódicos aportadas como prueba por la Coalición, se desprende que el Ejecutivo hizo distintas declaraciones en un ambiente de confrontación personal con Andrés Manuel López Obrador, mucho antes de que iniciar el proceso electoral, lo que produjo un constante intercambio de críticas y roces. Esto no es solo propio de los procesos electorales sino de cualquier sistema democrático plural, donde es normal que la oposición ataque al Presidente y que éste responda para defenderse. Por lo tanto, se aprecia una corresponsabilidad de ambas partes, lo que debe tomarse en cuenta para evaluar su influencia sobre el proceso electoral.

Además, la mayoría de las declaraciones del Presidente se hicieron de forma indirecta y metafórica, su extensión es breve, se presentaron en forma circunstancial a las ceremonias a las cuales asistía, en meses previos a la jornada electoral y solamente se hicieron en ocasiones aisladas. Aunado a lo anterior, el impacto sobre los electores se vio disminuido porque el Ejecutivo cumplió con el Acuerdo sobre la tregua navideña y con el Acuerdo de Neutralidad por el que suspendió la difusión de obra pública 45 días antes de la elección y la propaganda institucional conforme a lo acordado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Sin duda este proceso electoral nos deja grandes enseñanzas. Como lo señalaron los Magistrados del Tribunal en la sesión de calificación de los comicios, las elecciones adolecen de la falibilidad de la condición humana y por lo tanto, son perfectibles. El siguiente paso para seguir avanzando por el camino de la democracia, se encuentra en impulsar las reformas políticas y electorales que requiere nuestro sistema jurídico y cuya urgencia ha quedado en evidencia.

Corresponde primordialmente a los legisladores de todos los partidos el responder ante la ciudadanía que los ha elegido, asumiendo con responsabilidad esta tarea. La vía, una vez más, está en las instituciones. El Congreso de la Unión tendrá que presentar, analizar y aprobar las reformas necesarias. El mayor reto estará en la construcción de acuerdos para definir los términos de las modificaciones a la Constitución y a las leyes electorales; una vez promulgadas, estas serán las reglas del juego para los siguientes procesos electorales.

Los Magistrados del Tribunal Electoral fueron enfáticos al señalar que el orden constitucional y legal que regula la materia electoral es plenamente conocido por los partidos políticos, no sólo por contar con abogados y juristas especialistas en la materia, sino con legisladores que participaron en la elaboración de la ley. Con base en estas reglas los partidos estuvieron de acuerdo en competir en la pasada elección presidencial. En sus manos se encuentra ahora el aprobar las reformas que se requieren para generar mejores condiciones de competencia y demostrar su verdadero compromiso con México y con la democracia.

Los Magistrados del Tribunal Electoral fueron enfáticos al señalar que el orden constitucional y legal que regula la materia electoral es plenamente conocido por los partidos políticos, no sólo por contar con abogados y juristas especialistas en la materia, sino con legisladores que participaron en la elaboración de la ley. Con base en estas reglas los partidos estuvieron de acuerdo en competir en la pasada elección presidencial. En sus manos se encuentra ahora el aprobar las reformas que se requieren para generar mejores condiciones de competencia y demostrar su verdadero compromiso con México y con la democracia.

 UNA ENTREVISTA AL MALIGNO
 
Querien Vangal
  
DECIMO ENCUENTRO:
 
"Este es el último encuentro al cual soy obligado a tener contigo... 
Pero esto no quiere decir que no pueda haber cualquier otro decidido por mi propia iniciativa y sin ciertas cautelas impuestas por aquella odiosa tirana... Te podré siempre coger por sorpresa y cuando menos te lo esperes... Tienes ya demasiadas cosas que pagarme... No creas que he olvidado las rociadas de agua bendita que me has tirado encima para alejarme de aquél tal..."
Este discurso explotó de improviso y amenazante, sin los acostumbrados Signos premonitorios, mientras --ni que lo hubiera hecho aposta-- estaba leyendo un pequeño libro llamado L'Era del diávolo de un autor alemán, Antonio Bohm.
El tono de mi interlocutor era, como siempre, fuerte y arrogante; también esta vez hablaba con aire de gran señor que dispone de todo, aunque es apenas el miserable ejecutor de cuanto le es permitido. «Es el último encuentro, has dicho, y espero que sea en verdad así» 
Mientras agradezco a Ella que ha estado siempre cercana a mí, como lo estará también en los encuentros por sorpresa con que amenazas prepararme. Para decirte la verdad, tenía ya demasiado con tus fanfarronadas y con todas tus bravuconadas con las que pretendes hacer temblar al mundo... también creo, y ya te lo he dicho, que el Señor podrá permitir un tiempo grande de prueba para su Iglesia... Pero sucederá todo bajo su dirección y para librarnos de la suciedad que has acumulado en ella... Serás, también esta vez, su encargado de limpieza... Si habrá víctimas, como es previsible, servirán para hacer más bella y más santa a su Iglesia."
"Eres demasiado irónico y seguro, tú... espera a que sucedan los hechos. ¡Estoy preparando cosas terribles! ¡Escenas de destrucción y de sangre jamás vistas! Sobre los pináculos de vuestras Iglesias, en vez de la cruz, ondeará mi estandarte. "
"Ya nos lo han predicho también esto almas inspiradas. Pero quizás será tu último desfile como "príncipe de este mundo". Después intervendrá Él y todo se derrumbará sobre ti y sobre tus secuaces."
"Te equivocas. Sin embargo, empieza mi época. Triunfará mí poder de destrucción. Me presentaré a los hombres sin máscara; me presentará tal como soy, para que todos tiemblen ante mi presencia".
 
 "¡Que va, bufón! Ni siquiera tú, como tantas otras veces, crees en lo que estás diciendo. Tú sabes bien quien es Dios. Tú sabes que Él no abandonará jamás a la humanidad a tus diseños grandiosos de destrucción. Te permitirá solamente aquello que servirá para castigarla por sus traiciones, y purificarla de sus culpas en las que tú la has metido, pero no más de esto..."
"¡Ilusiónate, ilusiónate!... La humanidad se está preparando por si misma, gracias a mis inventos ya mis iniciativas, a este suicidio universal. La bomba de cobalto, la de uranio, los productos radioactivos de la energía atómica, pulverizarán todo, en pocos instantes; todo germen de vida será destruido..."
«Así tú reinarás sobre un inmenso cementerio, serás el rey de los muertos; mientras el nuestro es el Dios de los vivos; por eso os deja vivir también a vosotros, ángeles rebeldes... Os deja porque debéis ser los testigos de su triunfo sobre vuestra loca rebelión... Os deja para que nos contempléis durante toda la eternidad a nosotros los hombres, --una naturaleza inferior a la vuestra pero Divinamente transfigurada por la gracia de Cristo-- gozando de la bienaventuranza que vosotros perdisteis para siempre."
"Este cambio os quema por la eternidad. Expulsados de la Civitas Dei, habéis trabajado duro para construir la civitas diaboli, una efímera construcción de papel pisoteado. Puestos en fuga por Cristo, os habéis dado un Anticristo, una caricatura del Hijo de Dios para destruir sus obras e imitar de manera ridícula su potencia".
"¿Por qué no dices antagonista?"...
 "¡Te daría demasiado honor! Antagonista es aquel que lucha con su adversario combatiendo a cara descubierta. Tú, con Él, ni siquiera se te ocurre, porque sabes que es infinitamente más fuerte. Sin embargo, con nosotros tienes que recurrir al engaño, a la mentira; con los ingenuos te presentas como una superpotencia; con los inteligentes intentas borrar tus huellas, necesitas trabajar de incógnito, recurres a la astucia de no hacernos creer el ser maléfico que en verdad eres. Todo lo que consigue hacerte pasar desapercibido, lo pones en marcha recurriendo a mil astucias. También has logrado persuadir a las inteligencias más vigilantes para que no vean nada de malo en todo lo que el hombre puede hacer. El delito se manifiesta mediante un dinamismo progresivo. El psicoanálisis, presenta el pecado como una enfermedad, librando aparentemente al hombre de toda responsabilidad. Los escrúpulos de una conciencia turbada por las culpas intentan camuflarse como residuos de tabú provenientes de viejas prohibiciones no motivadas. Por otra parte, para convencer a los hombres de tu poder absoluto utilizas la propaganda del terror".
 
 "Me doy cuenta, en todo este discurso tuyo, que te crees un especialista de bagatelas demonológicas con el añadido de que ni siquiera te percatas de las tonterías que tu presunción te hace decir".
"Quizás no logro decir todo sobre tu ser y tu naturaleza; pero tú sabes que te conozco bastante. Sé que para comprender tu obrar maligno tengo que recurrir a tu origen y a tu naturaleza, tal como nos son presentadas en la Sagrada Escritura, especialmente en el Evangelio, y en la tradición cristiana.  Estas son para mí las únicas fuentes fidedignas: Las únicas para comprender el origen del mal; eras una criatura predilecta de Dios y has llegado a ser un rebelde; eras un ser de luz y ahora eres espíritu de las tinieblas. Esto eres tú. 
Puedes camuflarte con todas las artimañas. Tus características son éstas: Una criatura perdida para siempre, un ser sin redención".
"¿Has dicho todo?". 
 "Creo, sin embargo, haber dicho demasiado poco. Ni me importa saber más. Tengo suficiente para odiarte y estar en guardia contra todas tus tretas. Y sobre todo para orar, orar mucho por todos los que ceden a tus engaños. Pero en esto sé que no estoy solo. Están conmigo millones de almas que luchan contra ti.  Está con nosotros Jesús. Está también su Madre Bendita".
"Tenemos, sobre todo, en nuestra mano la facultad de renovar cada día el sacrificio redentor de Cristo: Basta esto sólo para destruir totalmente tu efímera potencia. Basta una Misa para arrebatarte millones de almas".
"Siempre las mismas tonterías. No me has permitido decirte todo lo que quería. Hablarán los hechos, te lo repito. "
Ya te lo he dicho: No te tengo miedo. Está con nosotros Él, que es más 
 Fuerte que tú, y sólo para tu mayor castigo no te destruye totalmente. Si nos tocará sufrir, lo bendeciremos. A cambio de los sufrimientos de aquí, Él nos prepara un premio que te hará temblar de envidia. Para ti será sólo el peso de tu condenación, el fuego inextinguible de tu orgullo y al final de los tiempos la trágica imposibilidad de poder continuar haciéndonos el mal y la envidia torturadora al sabernos bienaventurados para siempre en el paraíso, por ti perdido".

 CONCLUSION:
 
En la conclusión de este acontecimiento sucedió un hecho insólito. 
 Llevaba ya varios días con mi ánimo en la necesidad de ir a dar gracias a la Virgen ante su imagen en la que había experimentado el impulso para escribir estos "encuentros" y por haberlos podido realizar con Su protección, que me puso a seguro de cualquier posible superioridad del Enemigo. Así es que una tarde fui a la iglesia donde aquella querida imagen es venerada en Roma y arrodillado a sus pies comencé a darle las gracias.
A los pocos minutos, proveniente de la primera fila de los bancos, donde estaba también ella orando, se me acercó la muchacha de la vez pasada... Me impresionaron también ahora sus ojos luminosísimos y dulces y su sonrisa excepcionalmente encantadora.
"Eh, ¿ha quedado contento de haber obedecido?".
 "Perdón, señora..."
"No, señorita".
"Podría decirme, señorita, ¿quién es Vd?
 "Mi nombre no importa, déjelo así le ruego que no le busque. Le digo que estoy contenta de que Vd haya obedecido".
 "Se ve que está muy interesada en este asunto".
"Sí, muchísimo. Ahora se lo digo." 
Entonces cogí una silla que tenía cerca y me senté a su lado, en un ángulo apartado, y ella comenzó a hablar con voz baja y calmadamente me dijo:
-- Quería decirle que ha hecho mucho bien al escribir esa entrevista.
 -- Comprendo que pocos le creerán, pero es necesario no callar El enemigo recurre a todo tipo de argucias para no hacerse descubrir. Quiere trabajar escondido. Y lo logra.  Ustedes, los sacerdotes, deben desenmascararle. El Señor les concedió contra el demonio un poder especial del que no son conscientes… Él tiene un miedo terrible de ustedes, sacerdotes. Por eso les odia más que a los demás, les rodea, les tienta y les hace caer. Son muchas las víctimas que va haciendo entre ustedes.
Y pensar que son muchos los sacerdotes que no creen en su presencia, ni en sus obras. Hablan de él por diversión, por burla, y no piensan que se trata de su enemigo capital. 
¡Es una situación triste! Vd. No se preocupe de lo que digan sobre lo que ha escrito. Déjeles reír. Muchos son instrumentos suyos y no se dan cuenta.
Obedecen sus órdenes pero Dios les observa. ¡Si viese qué horror, qué repugnancia dan ciertas almas de sacerdotes, llenos de orgullo, de impureza, de rebeldía y sembradores de escándalos! Si Dios les concediera ver su alma, aunque solo fuese por un instante y mirarse al espejo! ¡Se han dejado arruinar por su enemigo y no creen en él! ¡Dios mío, qué horror! 
"Usted confíe su escrito a manos de Ella y no se preocupe. La gracia de Dios podrá servirse de estas páginas para iluminar tantas almas Y esto tiene un gran mérito. Dios le bendiga".
-- "Muchos me ridiculizarán". 
 -- "No le preocupe",
Aquí la muchacha, con la cara de nuevo sonriente, se levantó, hizo una genuflexión hacia el altar, me saludó y se fue.
Me quedé con la impresión de haberme encontrado con una de aquellas almas escondidas, pero muy queridas por Dios. No es una persona creada por mi fantasía. Está viva y es verdadera.
 
  
Querien Vangal
2006


Una piedra y sus dolores

Querien Vangal

Una piedrecilla reposaba en el fondo del arroyo. Al llegar la primavera, con las lluvias, la corriente se dirigió a ella y le dijo:
-- ¡Si quieres te llevo al mar!

La piedra hizo algunos movimientos de resistencia tratando de agarrarse al fondo y contestó a la corriente con aire indiferente:
-- ¡El mar!... ¡El mar no existe! Sólo existe el arroyo, las piedras y las vacas que nos pasan por encima de vez en cuando. Sigues tan idealista como siempre... ¡el mar!

Pero la corriente volvió a susurrar:
-- "Deja que te lleve... al mar, deja que te lleve."

Y la piedra contestó, dejándose arrastrar:
-- Bueno, vamos --porque en el fondo le gustaba la aventura. Era una piedra volcánica, con algunas estrías claras de las que estaba muy orgullosa.

A pesar de viajar a merced de la corriente solía hacer comentarios autoritarios para sentir que la dominaba.
-- ¡Mira! --dijo una vez con cierto acento despectivo-- ¡Ya hemos pasado varios recodos y el mar no está! ¡Déjame aquí!, estoy cansada de rebotar entre las peñas del cauce.
-- Deja que te lleve... --respondía suavemente la corriente.

La piedra pasó por aguas ennegrecidas y dijo:
-- ¿A dónde me has traído, sinvergüenza? ¿Esto es el mar? ¡Prefiero que me pisen las vacas!

Pero la corriente ya no respondía y tan sólo aumentaba la velocidad.
-- ¡Para ya! --gritó la piedra chocando contra otros guijarros-- ¡Vas a destruirme! ¿Es que no te das cuenta? ¡No quiero ir al mar!... ¡Odio el mar!

La corriente la arrastró con gran vehemencia haciendo sentir un gran vértigo a la piedra, que en el colmo de su furia gritó:
--¡También te...!

Pero no pudo seguir porque estaba cayendo por una enorme cascada. Y ya en el fondo añadió casi sin fuerzas:
-- También te odio a ti, Arroyo... no vale la pena perder mis esquirlas por ese sueño que llamas mar. Juegas conmigo sin sentido.

Pasaron a gran velocidad entre muchos rápidos. Luego siguieron por remansos tranquilos, llenos de algas y de líquenes.


La piedra ya no decía nada. Se había abandonado a la corriente. Tenía la superficie cubierta de grietas y casi no se reconocía a sí misma. Todo le dolía.

Atrás quedaron diversas orillas, bosques y aldeas. A la piedra sólo le quedaba el silencio, la corriente y el recuerdo de los golpes recibidos en una tractoría desgraciada. Pero lo peor era el silencio.

De repente escuchó otra voz. Era una voz muy distinta; grande, cautivadora y muy azul:
-- Por fin has llegado, piedra mía --dijo el mar.

Y mientras caía dulcemente entre espléndidos corales, la piedra giró sobre sí misma varias veces, como murmurando:
-- ¡Gracias arroyo, gracias corriente... os amo!... todo ha valido la pena

Quizás también tú descubrirás al final que era ÉL quien te esperaba tras cada recodo...


Valentín, Santo

Patrono de los Enamorados
Febrero 14

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hay que remontarse al año 270. Con tu corazón de enamorado, te es fácil entusiasmarte con la vida de tu patrono. Si para las diversas realidades de la vida existe un patrono, no podía faltar uno para lo más bello de la creación: el amor humano entre hombre y mujer.

El emperador Claudio II, llevado de su ira contra los cristianos, dictó una orden mediante la cual todos tenían que adorar a las 12 divinidades del Imperio. Quien no lo hiciera, sufriría el martirio.

Tan bruto era este mal emperador que llegó hasta prohibir lo más natural que existe en el mundo: el amor entre los humanos. No quería bodas sino soldados para defender los espacios amplios de su imperio. Nada de casados. Quería solteros y sólo solteros.

Ante estas circunstancias inhumanas, Valentín, obispo de Interamma, no tuvo miedo en confesarse creyente, y es más, se entregó por entero a las parejas. Las visitaba en secreto para casarlos lejos de la mirada de los crueles súbditos del emperador.

La voz de Valentín corría como el viento por las orillas del Tibet y de las colinas romas. Los jóvenes, valientes y decididos a formar una familia, acudían a él para recibir el sacramento. Les hablaba, les escribía cartas de amor y con su simpatía y su bella juventud, se traía de calle a todos los enamorados.

Claudio II y su policía vigilaban sus andanzas. Y, enterados de que era creyente en Cristo, le mandó llamar para que adorase a los dioses falsos romanos. Al negarse, le envió al martirio lento: paliza, pedradas y decapitación.

Mientras estuvo en la cárcel esperando su muerte, el carcelero se dio cuenta de sus buenas cualidades. Le presentó a su hija Julia ciega de nacimiento. Valentín le enseñó las primeras letras, los rudimentos del saber y, por supuesto, le habló de Dios. Veía el mundo bello que le presenta el apuesto joven. Le dijo a la niña que orase a Dios para que le diese la vista. En un momento determinado, le cogió la mano a Valentín y le dijo: ¡"Yo creo, yo creo!" La luz de la prisión le entró por sus inocentes y maravillosos ojos. El, viéndola feliz, le dijo que mantuviera su fe por encima de todo. A continuación, tal día como hoy, 14 de febrero del año 270, fue martirizado y enterrado en la que es iglesia de santa Práxedes, cerca del Coliseo, aunque hoy están en la basílica que lleva su nombre en la Via Flaminia. Tal día como hoy, la iglesia se llena de parejas, todas aquellas que se casarán el año siguiente. Por esta razón es patrono de los enamorados, un patronazgo popular en todo el mundo cristiano. Desde entonces, los romeros que entran en Roma, se dirigen a la Basílica de san Valentín para orar ante su tumba y que les conceda una buena "Valentina o Valentín". Este día pasó con la expansión del cristianismo a otros lugares cuyas fiestas de primavera --paganas-- pasaron a tener el sello cristiano.

La joven Julia, agradecida y enamorada del santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy – ya se sabe- el árbol de almendras es símbolo de amor y amistad duraderos.

Hoy, en los albores de las primeras flores de la estación primaveral, todos los enamorados se mandan misivas, se hacen multitud de regalos comprados –-muchas veces en los templos del consumo-- y no en el supermercado del corazón.

Aunque sean los enamorados los que principalmente celebran este día, sin embargo hoy en día se festeja también a todos aquellos que comparten la amistad, ya sea maestros, parientes, compañeros de trabajo y todo el que siente, tenga la edad que tenga, el olor del amor que, como flor de primavera, nunca debe perder su agradable perfume. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad!


Videojuegos: entretenimiento sano, instrumento educativo... o lo contrario.

Enrique Galván-Duque Tamborrel

En 1961, un joven alumno del MIT llamado Steve Russell creó con otros colegas el primer videojuego de la historia: "Spacewar". Poco después, Nollan Bushnell, alumno de ingeniería en la Universidad de Utah, fascinado por el invento, realizó junto con su compañero Ted Dabney una adaptación para que pudiera usarse en un televisor. En 1972, Bushnell y Dabney fundaron la empresa Atari para comercializar videojuegos con destino a bares y salones recreativos; su primer gran éxito fue "Pong", que era lo que su nombre medio indica (no pudieron llamarlo "Ping Pong" porque esta marca ya estaba registrada). En 1975 vendieron 100.000 unidades.

Seguramente, ninguno de esos pioneros imaginaba el fuerte impacto que iban a producir en el futuro. En 1992, la industria del videojuego superó la recaudación de las salas de cine en Estados Unidos: 5.304 millones de dólares frente a 4.870 millones. En 2003, según informes de aDeSe (Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento), la base instalada de consolas de última generación era de 95 millones en Norteamérica, 61 millones en Europa y 44 millones en Asia. Ese mismo año las ventas mundiales alcanzaron los 24.000 millones de euros. En España, donde hay unos 8,5 millones de usuarios, las ventas de videojuegos alcanzaron 790 millones de euros el año pasado, cien millones más que las de entradas de cine.

Competidores de la tele

Las ventas de videojuegos superan a la taquilla del cine porque el precio de los primeros es muy superior al de las entradas; sin embargo, el público de las películas es mucho mayor que el de los videojuegos. El medio al que los videojuegos hacen verdadera competencia es la televisión. Según un estudio, publicado el año pasado, de la Universidad Estatal de Michigan entre escolares y estudiantes universitarios de EE.UU., algunos chicos (no chicas) ya emplean más tiempo en videojuegos que en ver la tele. Los que más juegan son los de 13-14 años: 23 horas semanales ellos y 12 horas ellas (todavía hay muchos menos videojuegos para el gusto femenino). En comparación, una encuesta de la Kaiser Family Foundation, hecha pública en marzo pasado, estima una media de 22,75 horas semanales de televisión para los niños y niñas norteamericanos de 11-14 años.

En cualquier caso, la encuesta Kaiser detecta que el tiempo dedicado por los niños a los videojuegos se ha doblado de 1999 a 2004, mientras que el uso de la televisión se queda estancado. Hay abundante literatura sobre los efectos de la televisión en los niños. Ahora muchos se preguntan si los peligros atribuidos a la tele se extienden también a los videojuegos. Otra cuestión interesante es si, puesto que los videojuegos parecen reducir el consumo de televisión, no serán una buena alternativa para los chicos.


Educar en el uso de los videojuegos

Los videojuegos suponen una nueva forma de concebir el entretenimiento, en un "entorno" de gran atractivo visual donde el usuario pasa de mero espectador a protagonista de la acción. La imagen, el sonido e incluso las sensaciones pasan a ser "interactivas" y cobran vida en este nuevo "mundo digital".

Los padres que se preguntan por los perjuicios o beneficios que los videojuegos puedan tener para sus hijos cuentan con algunas pistas. Eusebio Mejías, director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, afirma en "Diario Médico" (26-04-2005): "Un uso razonable de los videojuegos sirve para la estimulación de determinadas funciones psicomotrices y de agilidad de reflejos". Pero también advierte: "No cabe duda de que si el usuario permanece seis horas delante de un ordenador, va a tener problemas posturales, ergonómicos y de la vista".

Otro temor es que la afición a los videojuegos lleve a una especie de aislamiento. En efecto, Mejías señala que este tipo de entretenimiento implica poca interacción social y presenta el riesgo de que ocupe demasiado tiempo en la niñez o la adolescencia, que son etapas de desarrollo. Además, hay juegos de contenidos nocivos.

Pero no hay por qué recelar "a priori" de los videojuegos, ni asustarse de que el niño dedique demasiado tiempo al principio, señalaba hace tres años Juan Alberto Estallo, psicólogo del Instituto Municipal de Psiquiatría de Barcelona: "Hay estudios que muestran que al entrar en contacto por primera vez con los videojuegos el chico experimenta un periodo de unas cinco semanas de uso indiscriminado, tras las cuales inevitablemente disminuye hasta estabilizarse al llegar al tercer mes" ("Diario Médico", 15-03-2002). En suma, Mejías aboga por educar en el uso de los videojuegos, lo que exige conocerlos. "Los padres suelen ser ajenos a este mundo y no debería ser así; igual que van al cine con sus hijos, deben jugar a la consola con ellos".


Mirar la calificación

Además de estas orientaciones generales, los padres tienen a su disposición otras más precisas. Al igual que otros medios de diversión, el videojuego se encuentra regulado por edades según la temática. La industria europea del "software" de entretenimiento ha elaborado el código de autorregulación PEGI (Pan European Game Information: www.pegi.info), que establece una clasificación por edades para videojuegos. PEGI es válido en 16 países europeos: Noruega, Suiza y todos los que formaban la Unión Europea antes de la última ampliación, excepto Alemania.

Así, antes de comprar cualquier juego, es importante comprobar la calificación por edades (3+, 7+, 12+, 16+ o 18+), bien visible en un cuadro de fondo negro.

También se debe observar los iconos que, si es el caso, indican contenidos específicos. Corresponden a seis categorías: "violencia", "lenguaje soez", "miedo" (el juego puede asustar a los pequeños), "sexo", "drogas" y "discriminación" (racismo, por ejemplo).

La calificación por edades depende de los contenidos específicos. Por ejemplo, en un juego para niños mayores de 3 años solo se admite "alguna violencia en un contexto cómico"; uno de la categoría siguiente (mayores de 7 años) puede incluir "violencia ocasional hacia personajes fantásticos no realistas", "imágenes o sonidos que puedan producir miedo a los chicos pequeños" o "desnudez en un contexto no sexual". Huelga precisar qué puede haber en un juego para mayores de 18 años.

Pero ningún sistema de calificación puede sustituir el criterio de los padres. Por eso, a la hora de elegir un videojuego, como a la hora de elegir una película, debemos tener en cuenta varios factores que realmente plasmen nuestros intereses, nuestras necesidades o las del otro (en caso de tratarse de un regalo), y sobre todo utilizar el sentido común. Hay que leer detenidamente los argumentos, ver las imágenes del juego y observar su calificación por edades. En el caso de un niño, tan importante como seleccionar el juego adecuado es establecer unos tiempos de uso y jugar con él. Todo esto puede llegar a formar parte de su educación.


Géneros y argumentos

Después de ver la calificación, el siguiente paso para seleccionar un videojuego es estudiar su temática. Y la temática se encuentra agrupada en géneros, que pueden llegar a combinarse entre sí. Así como las obras cinematográficas se dividen en ciencia ficción, comedia, drama, terror, aventuras... en los videojuegos también hay distintos géneros que centran el interés de un público determinado u otro.

La "acción" es uno de los temas preferidos por los usuarios. Para comprender mejor la acción, e incluso el resto de géneros, conviene atender a los tres estilos de visualización comúnmente utilizados en los videojuegos. Los más populares son "primera persona", "tercera persona" y "perspectiva cenital". Gracias a los avances tecnológicos, la compleja matemática necesaria para "dibujar" escenarios tridimensionales en "tiempo real" (procesamiento de una escena en el acto, en el momento en que el usuario sitúa su ángulo de visión) es hoy un hecho que nos aproxima cada vez más a la "realidad virtual".

Los juegos de "acción en primera persona" sitúan el ángulo de visión del usuario en la misma perspectiva que tiene el protagonista: es decir, literalmente "miramos a través de sus ojos". Los juegos de esta clase transmiten la historia con enorme veracidad, proporcionando las sensaciones necesarias para crear una inmersión del usuario en el argumento.

Dados estos matices, su público suele ser adulto. Normalmente, esta "representación realista" no es apropiada para los más pequeños de la casa. Uno de los ejemplos más actuales y populares es "Doom 3", juego de acción en primera persona orientado hacia el "terror". Su "atmósfera" permite al usuario "sentir" el miedo a lo desconocido, a lo que acecha tras la oscuridad de un rincón. Mientras camina por una zona con escasa luz, el movimiento de la "linterna" que lleva en la mano crea sombras en el escenario, que en algunos momentos resulta espeluznante: sangre por las paredes, gritos de "dolor" que llegan a sus oídos, respiraciones entrecortadas... toda la maquinaria propia de las películas de terror al servicio del "entretenimiento" digital. Este título está destinado a personas mayores de 18 años, que saben discernir entre realidad y ficción y que gustan de la ciencia-ficción y el terror. Otro título muy conocido es "Soldier of Fortune", también reservado a mayores.

Los juegos de "acción en primera persona" suelen estar más presentes en los PC que en las consolas, aunque últimamente éstas comienzan a ofrecer más títulos de ese estilo.


La acción, un clásico

La "acción en tercera persona" sitúa el ángulo de visión del usuario detrás del protagonista. Esta técnica, muy empleada en el género "aventura", suele tener mucha presencia en las consolas. Uno de los referentes de la acción más actual es "Max Payne" (16+), aunque su contenido de corte violento lo aleja del público infantil. Encontramos dentro de este género juegos que no deben utilizar niños, como "Grand Theft Auto: San Andreas", "The Suffering", "Psi Ops"...

La "perspectiva cenital", situada por encima del protagonista, es más propia de los juegos de estrategia, gracias a la posibilidad de abarcar mayor visualización del espacio para gestionar mejor los recursos. En algunas ocasiones este modo de visualización se utiliza en la acción.

El "Arcade" es el más antiguo referente de la acción que existe en el mundo de los videojuegos. Básicamente enfoca el entretenimiento en la sencillez frente a la complejidad. Trata "ligeramente" (a modo de "excusa") todos los géneros posibles, decantándose más por la acción que por el argumento. Su temática suele ser apta para todas las edades, pero siempre hay que examinar el argumento y las imágenes que lo acompañen. Entre los clásicos encontramos "PAC-Man", "Bomber-Man", "Arkanoid"...


Aventuras digitales

La "aventura" es otro de los géneros que más seguidores tiene y uno donde suelen confluir otros más, creando híbridos que son del gusto del mercado actual. Representando el rol de un protagonista determinado, la historia y la recreación de escenarios son los puntos fundamentales de estos juegos. Es importante leer el argumento y ver imágenes del mismo para hacerse una idea exacta de la edad apropiada, puesto que hay diversos títulos para el público adulto ("Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude", "StillLife", "Silent Hill", etc.). Encontramos historias entrañables como "Monkey Island", "Loom", "Day of the Tentacle", que sentaron las bases del género y que actualmente han quedado relegadas al pasado.


La mezcla de géneros puebla la aventura, es difícil encontrar un juego que utilice exclusivamente los recursos de la aventura. Suelen manejarse "puzzles" de lógica, que ayudan a descubrir un secreto que nos permita avanzar. Normalmente plantean problemas a los cuales se les puede dar solución utilizando ciertos objetos o manteniendo "conversaciones" con los personajes del juego.
Algunos referentes actuales son "Adventures of Sherlock Holmes: The Silver Earring" (7+), "Broken Sword" (12+), "Beyond Good and Evil" (7+)...

El "rol" es otro interesante género, muy presente en todo el mundo, que sitúa al usuario en "la piel" del protagonista de la historia. A lo largo de ella, irán creciendo la experiencia y demás características que conformen al personaje. Es uno de los géneros más de moda en los "juegos multijugador masivos", donde miles de personas se conectan por Internet a un "mundo persistente" donde manejar su personaje y desarrollar sus habilidades. El género cambia mucho según se juegue individual o colectivamente. Aunque en principio resulte inofensivo, la experiencia "multijugador" puede diferir bastante, en función de las personas con las que se juegue. Su temática está orientada a un público maduro, ya que su dependencia de Internet así lo obliga, o bajo supervisión parental.


Para todos los públicos

Los juegos "deportivos" normalmente son aptos para todos los públicos. Crear una alineación excelente y "participar" en un partido de fútbol, o en unas olimpiadas, e incluso mejorar nuestro "par" en el golf son solo algunas de las inmensas posibilidades que ofrece este género. A fecha de hoy resuenan títulos como "Pro Evolution Soccer", "FIFA Football 2005", "NBA Live 2005", "Virtual Tennis"...

Otro de los principales géneros es la "simulación". Siempre que se nombra, la mayoría de la gente piensa en simuladores de vuelo, de trenes, de submarinos... pero en este género se abarcan numerosas facetas, incluso la vida misma. Los simuladores de "máquinas" están más preparados para la gente adulta, por su complejidad más que por su calificación moral, salvo los automovilísticos. A veces, a medio camino entre la acción y el "Arcade", los simuladores de conducción suelen ser totalmente aptos para todos los públicos. Entre los mayores exponentes se encuentran "Gran Turismo" (3+), "Pro Race Driver" (12+) o "Need For Speed" (12+), por citar algunos ejemplos.

Existe una "nueva" modalidad llamada "simulador social", íntimamente relacionada con la estrategia. Normalmente trata de poner a disposición del usuario las acciones cotidianas de un personaje que se relaciona con el medio en que se encuentra. Puede interactuar con la "sociedad" de diversas formas. Aunque a simple vista estos juegos parecen aptos para todas las edades, suelen "esconder" temáticas bastante adultas que pueden pasar inadvertidas pero que de hecho están presentes en la mayoría de ellos. "Los Sims" o "Los Sims 2" (7+) incluyen bastante contenido "adulto" en el trasiego de la vida cotidiana de un "Sim". Otros, como "Singles" o "Seven Sins", son claramente explícitos y totalmente inadecuados para los niños.


Estrategia

Terminamos abordando el género de la "estrategia", que también abarca una amplia gama de edades. Suelen tener un alto componente educativo, puesto que se basan en la gestión de recursos (humanos y materiales) para la consecución de un objetivo. Algunos son de tema bélico, por lo que pueden no ser apropiados para los más pequeños.

Una novedad en este género, muy elogiada por la crítica, es el juego español "Imperial Glory" (12+), que promete ser un éxito de ventas. Otros buenos juegos de estrategia son "Age of Empires III: Age of Discovery", cualquier versión de "SimCity" (de los pocos no bélicos que gustan a grandes y pequeños), "RailRoad Tycoon 3" (gestión ferroviaria), "Roller Coaster Tycoon 3" (gestión de parques de atracciones). Mi preferido es "Black & White" (12+), pero no es en absoluto infantil, entre otras razones por su contenido de "encarnar una deidad".


Viento favorable

Enrique Galván-Duque Tamborrel

"Ningún viento es favorable a quien desconoce a qué puerto se dirige", decía Séneca.

Existe el peligro de ir por la vida sin tener clara la meta, sin saber a qué puerto vamos.

Es verdad que muchas veces apuntamos hacia metas provisionales, hacia pequeñas escalas en el camino de la vida. Este año orientamos nuestro esfuerzo en terminar bien los estudios universitarios. Luego iremos en busca de un trabajo, de una casa, de un esposo o esposa, de una familia. Más adelante, trabajaremos por aquello que pueda ser mejor para los hijos.

En algunos "momentos intermedios" nos dedicaremos a buscar una medicina, a pedir consejo a un amigo, a comprar un televisor o un libro, a realizar un viaje de descanso... Metas intermedias, provisionales. Etapas de un camino mucho más serio que nos lleva hacia el puerto definitivo.

Podemos preguntarnos: ¿existe ese puerto último, una meta que explica todas las demás, después de la cual ya no quedan más etapas por recorrer? Alguno dirá que no hay puertos definitivos, y optará por vivir al día. Sin orden, sin brújula, sin esfuerzo por llevar a cabo conquistas para su vida profesional o familiar. Otros preferirán ir de etapa en etapa. Lo que llegue a ocurrir al final, cuando ya no queden páginas por escribir, no lo sabemos, o tal vez será un simple desaparecer, como niebla ante el viento tibio de la mañana.

Los cristianos sabemos cuál es nuestro destino, cuál es la meta que nos espera. Cristo mismo lo dijo: ha ido al Padre para prepararnos un lugar, para organizar la bienvenida más hermosa, más completa en la Patria verdadera.

Con la mirada en el cielo, seguimos en este variado viaje de la vida. Con sus vientos, con sus tormentas, con sus olas, con sus días, con sus noches, con sus alegrías, con sus tristezas. Para los que aman a Dios, todo lleva a la meta, todo viento es favorable, toda prueba es un escalón más hacia el cielo.

El puerto sigue abierto, la travesía continúa. No siempre es fácil vivir de esperanza, ni mantener la nave intacta. Pero entre nosotros sigue Jesús, el Galileo. Tal vez dormido y silencioso, pero fiel y sereno, como el verdadero Señor de nuestra historia. La fe que llevamos dentro, nos invita a amar, nos impulsa con el soplo impetuoso del Espíritu. Vamos a casa, vamos al cielo, vamos al abrazo eterno del Padre bueno.


Vigilarán promesas de candidatos en México

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Los tres principales candidatos a la presidencia de México son examinados con lupa por un centenar de expertos en diversas materias académicas, quienes se encargan de comprobar la coherencia de sus declaraciones y promesas públicas.

A través de www.lupaciudadana.com.mx, gestionada desde la revista de crítica y análisis Letras libres que dirige el historiador Enrique Krauze, los internautas acceden a un registro de todos los discursos de los aspirantes.

El registro incluye al oficialista Felipe Calderón (Partido Acción Nacional, PAN), el veterano político Roberto Madrazo (Partido Revolucionario Institucional, PRI) y el centro-izquierdista Andrés Manuel López Obrador (Partido de la Revolución Democrática, PRD).

"La palabra política está muy devaluada" en un país que además no tiene memoria, dijo el coordinador del proyecto, Fernando García.

Las campañas electorales en México han estado teñidas de promesas difíciles de cumplir en pos del voto fácil, como resolver problemas endémicos con sólo llegar al poder.

Es el caso de la promesa del presidente Vicente Fox, quien como candidato dijo que resolvería en "15 minutos" el conflicto en Chiapas, donde se alzó en armas la guerrilla zapatista en defensa de los indígenas.

Cada promesa electoral registrada en la Lupa Ciudadana se acompaña de varios análisis políticos y lingüísticos a cargo de especialistas, y a cada propuesta se le asigna además un índice de fiabilidad que determina si es viable.

El promedio de todas estas calificaciones determina la credibilidad que merece el político, según la Lupa Ciudadana.

Actualmente, el candidato mejor valorado en este sentido es López Obrador, con seis sobre una escala de 10, mientras que Madrazo y Calderón se hallan empatados a cuatro.

La experiencia profesional y académica de los analistas que colaboran con la página remite a disciplinas como economía, educación, salud, seguridad pública, energía, campo, justicia y vivienda, principalmente.

Las declaraciones de los candidatos llegan a la Web a través de un acuerdo con Radio Fórmula.

Asimismo, una agencia de prensa envía a la página digital todas las entrevistas con los candidatos aparecidas en los medios de comunicación.

Una tercera fuente de información son los propios partidos políticos, a los que Lupa Ciudadana prefiere "no acudir" porque "son parte interesada".

Los representantes de Lupa ciudadana proclaman su independencia respecto a cualquier opción política y exigen cuentas a los responsables políticos, económicos y sociales por sus actuaciones.


Viva la familia

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La más antigua de todas las sociedades
y la única natural es la familia,

El pasado 5 de marzo se celebró el día de la familia, y la pregunta es: ¿hicimos un verdadero esfuerzo por mejorar lo que se ve como una de sus principales áreas de oportunidad, la comunicación? Pero como ese tipo de celebraciones deben de perdurar, acerquémonos a nuestra familia celebremos todo el año, dándonos tiempo para platicar, para entendernos y para vivir la subsidiaridad, la solidaridad y el bien común.

Mucho se ha hablado de que la familia es la célula básica de la sociedad, tanto se ha hablado que a veces lo repetimos sin reflexión. También se habla mucho de familias disfuncionales y el maltrato que algunos niños sufren de sus padres, así como familias incompletas y verdaderas tragedias.


El reciente estudio sobre la familia realizado por el DIF, nos hace ver que lejos de ser una institución que pueda estar en crisis, la familia mexicana es el centro y la fortaleza que ha resistido muchos embates y problemas tanto sociales como económicos que hemos vivido en nuestro país. La familia mexicana está más fuerte que nunca, sin duda con áreas de oportunidad, pero también con una gran proyección para ser el gran valor y la principal razón de fuerza y unión de todos los que vivimos en este país.

Hagamos un análisis detallado de nosotros mismos que hemos nacido en una familia que nos ha acogido de la mejor forma posible. En principio cuando fuimos una idea, después, en el momento mismo en el que uno de millones de espermatozoides fecunda al óvulo y comienza de inmediato nuestra vida. En ese momento nos convertimos en una realidad viable y que comenzará a enfrentar retos para poder alimentarnos anidarnos y después crecer. Para nuestros padres, comenzamos a ser una felicidad y un plan de vida.

Así después de nueve meses, vemos por primera vez la luz, nuestro primer gran encuentro con la luz es la cara de nuestra madre y nuestro padre y sus voces que alguna vez escuchamos en la oscuridad húmeda, en el vientre de nuestra madre.


Es desde ese primer momento que comenzamos a vivir experiencias segundo a segundo, minuto a minuto, hora con hora, día con día y año tras año. Así es como comenzamos a vivir la subsidiaridad, es decir nuestros padres se encargarán de alimentarnos y de ayudarnos a sobrevivir, llevarnos y traernos a muchos lugares, enseñarnos a gatear y posteriormente a caminar. Ésta subsidiaridad se ve clara al momento de caminar, damos nuestros primeros pasos ayudados de la mano de nuestros padres, luego damos uno o dos solos y nos ayudan a no caer y así sucesivamente hasta que somos plenamente autosuficientes.


Esta subsidiaridad es un valor que se aprende a vivir en familia y que bien vivida es un valor fundamental para vivir en sociedad. Así el menos favorecido deberá ser apoyado por el más favorecido, por simple gratitud con la vida.

Mas adelante en nuestro paso por la vida en una familia nos podemos encontrar con la grata sorpresa de que no voy a estar solo, sino que mis padres decidieron traer al mundo a otro ser humano. Es a partir del segundo, tercero y cuarto hijo que la familia comienza a vivir una realidad de comunidad, además de vivir la subsidiaridad siempre con el más pequeño o indefenso también comenzaremos a vivir la Solidaridad entre los que ya pueden ser autosuficientes, una solidaridad que va desde el apoyo moral, hasta el apoyo económico, pasando por la ayuda en el aprendizaje y en el desarrollo personal.


La Solidaridad es el principal valor que hace grande a una nación, esa solidaridad que se aprende en familia es el pegamento social, es aquel que nos permite convivir armónicamente (entendiendo cada rol) pensando en los demás, es darnos cuenta que al decidir algo, esa decisión impactará en los demás.

Finalmente en la familia es donde se entiende con más claridad el bien común, ahí donde tener una casa ordenada, el alimento y los medios de subsistencia, así como una relación amable, el diálogo y la confianza se convierten en el bien común de esa pequeña comunidad.


Por eso es que es un país sólido es aquel que cuida a la familia, la familia es la comunidad básica natural y elemental que hoy sufre embates desde muchos frentes que la ponen en peligro y que le impiden cumplir con su misión de formadora de seres humanos cívicos y éticos.


Hoy más que nunca los que formamos parte o encabezamos una familia debemos asumir esa gran responsabilidad de cuidarla y atenderla, de reflexionar sobre cómo mejorar y cómo cumplir con su vocación de formadores de mujeres y hombres. Es la fuerza de la familia la que nos permitirá ver un México y un planeta con futuro.


Vivamos de acuerdo a nuestra fe

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La fe es una costumbre adquirida, y una especie de instinto
intelectual que pesa sobre nosotros, nos constriñe y,
en cierto sentido, determina un sentimiento de obligación.

Según los datos estadísticos que reporta el INEGI, en nuestro país el 95% de la población somos cristianos, y cabe la pregunta, ¿será cierto eso cuando vemos a diestra y siniestra agresiones, secuestros, robos, pornografía, narcotráfico y delincuencia organizada –ofensa y daño en todos sentidos del ser humano al ser humano? Hablamos de Cristo de dientes para afuera, pero lo que menos nos importa es vivir de acuerdo con las enseñanzas que El nos legó.

Constantemente, Jesucristo nuestro Señor, empuja nuestras vidas y nos invita de una forma muy insistente a la coherencia entre nuestras obras y nuestros pensamientos; a la coherencia entre nuestro interior y nuestro exterior. Constantemente nos inquieta para que surja en nosotros la pregunta sobre si estamos viviendo congruentemente lo que Él nos ha enseñado.

Jesucristo sabe que las mayores insatisfacciones de nuestra vida acaban naciendo de nuestras incoherencias, de nuestras incongruencias. Por eso Jesucristo, cuando hablaba a la gente que vivía con Él, les decía que hicieran lo que los fariseos les decían, pero que no imitaran sus obras. Es decir, que no vivieran con una ruptura entre lo que era su fe, lo que eran sus pensamientos y las obras que realizaban; que hicieran siempre el esfuerzo por unificar, por integrar lo que tenían en su corazón con lo que llevaban a cabo.

Esto es una de las grandes ilusiones de las personas, porque yo creo que no hay nadie en el mundo que quisiera vivir con incongruencia interior, con fractura interior. Sin embargo, a la hora de la hora, cuando empezamos a comparar nuestra vida con lo que sentimos por dentro, acabamos por quedarnos, a lo mejor, hasta desilusionados de nosotros mismos. Entonces, el camino de Cuaresma se convierte en un camino de recomposición de fracturas, de integración de nuestra personalidad, de modo que todo lo que nosotros hagamos y vivamos esté perfectamente dentro de lo que Jesucristo nos va pidiendo, aun cuando lo que nos pida pueda parecernos contradictorio, opuesto a nuestros intereses personales.

Jesús nos dice: "El que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido". ¡Qué curioso, porque esto parecería ser la contraposición a lo que nosotros generalmente tendemos, a lo que estamos acostumbrados a ver! Los hombres que quieren sobresalir ante los demás, tienen que hacerse buena propaganda, tienen que ponerse bien delante de todos para ser enaltecidos. Por el contrario, el que se esfuerza por hacerse chiquito, acaba siendo pisado por todos los demás. ¿Cómo es posible, entonces, que Jesucristo nos diga esto? Jesucristo nos dice esto porque busca dar primacía a lo que realmente vale, y no le importa dejar en segundo lugar lo que vale menos. Jesucristo busca dar primacía al hecho de que el hombre tiene que poner en primer lugar en su corazón a Dios nuestro Señor, y no alguna otra cosa. Cuando Jesús nos dice que a nadie llamemos ni guía, ni padre, ni maestro, en el fondo, a lo que se refiere es a que aprendamos a poner sólo a Cristo como primer lugar en nuestro corazón. Sólo a Cristo como el que va marcando auténticamente las prioridades de nuestra existencia.

Cristo es consciente de que si nosotros no somos capaces de hacer esto y vamos poniendo otras prioridades, sean circunstancias, sean cosas o sean personas, al final lo que nos acaba pasando es que nos contradecimos a nosotros mismos y aparece en nuestro interior la amargura.

Éste es un criterio que todos nosotros tenemos que aprender a purificar, es un criterio que todos tenemos que aprender a exigir en nuestro interior una y otra vez, porque habitualmente, cuando juzgamos las situaciones, cuando vemos lo que nos rodea, cuando juzgamos a las personas, podemos asignarles lugares que no les corresponden en nuestro corazón. El primer lugar sólo pertenece a Dios nuestro Señor. Podemos olvidar que el primer escalón de toda la vida sólo pertenece a Dios. Esto es lo que Dios nuestro Señor reclama, y lo reclama una y otra vez.

Cuando el profeta Isaías, en nombre de Dios, pide a los príncipes de la tierra que dejen de hacer el mal, podría parecer que simplemente les está llamando a que efectúen una auténtica justicia social: "Dejen de hacer el mal, aparten de mi vista sus malas acciones, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda". ¿Somos conscientes de que lo que verdaderamente Dios nos está pidiendo es que todos los hombres de la tierra seamos capaces de poner en primer lugar a Dios nuestro Señor y después todo lo demás, en el orden que tengan que venir según la vocación y el estado al cual hemos sido llamados?
Si cometemos esa primera injusticia, si a Dios no le damos el primer lugar de nuestra vida, estamos llenando de injusticia también los restantes estados. Estamos cometiendo una injusticia con todo lo que viene detrás. Estaremos cometiendo una injusticia con la familia, con la sociedad, con todos los que nos rodean y con nosotros mismos.

¿No nos pasará, muchas veces, que el deterioro de nuestras relaciones humanas nace de que en nosotros existe la primera injusticia, que es la injusticia con Dios nuestro Señor? ¿No nos podrá pasar que estemos buscando arreglar las cosas con los hombres y nos estemos olvidando de arreglarlas con Dios? A lo mejor, el lugar que Dios ocupa en nuestra vida, no es el lugar que le corresponde en justicia.

¿Cómo queremos ser justos con las criaturas —que son deficientes, que tienen miserias, que tienen caídas, que tienen problemas—, si no somos capaces de ser justos con el Creador, que es el único que no tiene ninguna deficiencia, que es el único capaz de llenar plenamente el corazón humano?

Claro que esto requiere que nuestra mente y nuestra inteligencia estén constantemente en purificación, para discernir con exactitud quién es el primero en nuestra vida; para que nuestra inteligencia y nuestra mente, purificadas a través del examen de conciencia, sean capaces de atreverse a llamar por su nombre lo que ocupa un espacio que no debe ocupar y colocarlo en su lugar.

Si lográramos esta purificación de nuestra inteligencia y de nuestra mente, qué distintas serían nuestras relaciones con las personas, porque entonces les daríamos su auténtico lugar, les daríamos el lugar que en justicia les corresponde y nos daríamos a nosotros también el lugar que nos corresponde en justicia.

Hagamos de la Cuaresma un camino en el cual vamos limando y purificando constantemente, en esa penitencia de la mente, nuestras vidas: lo que nosotros pensamos, nuestras intenciones, lo que nosotros buscamos. Porque entonces, como dice el profeta Isaías: "[Todo aquello] que es rojo como la sangre, podrá quedar blanco como la nieve. [Todo aquello] que es encendido como la púrpura, podrá quedar como blanca lana. Si somos dóciles y obedecemos, comeremos de los frutos de la tierra".

Si nosotros somos capaces de discernir nuestro corazón, de purificar nuestra inteligencia, de ser justos en todos los ámbitos de nuestra existencia, tendremos fruto. "Pero si se obstinan en la rebeldía la espada los devorará". Es decir, la enemistad, el odio, el rencor, el vivir sin justicia auténtica, nos acabará devorando a nosotros mismos, perjudicándonos a nosotros mismos.

Jesucristo sigue insistiendo en que seamos capaces de ser congruentes con lo que somos; congruentes con lo que Dios es para nosotros y congruentes con lo que los demás son para con nosotros. En esa justicia, en la que tenemos que vivir, es donde está la realización perfecta de nuestra existencia, es donde se encuentra el auténtico camino de nuestra realización.

Pidámosle al Señor, como una auténtica gracia de la Cuaresma, el vivir de acuerdo a la justicia: con Dios, con los demás y con nosotros mismos.


Vivir con la muerte como hermana

Querien Vangal

Hay quienes sufren cada vez que viajan en carretera o en avión. En esos momentos se sienten sumamente frágiles, vulnerables. Basta un pinchazo en una rueda, un golpe de sueño, una avería en los motores, y cambia toda una existencia, o llega, inesperada, la temida muerte.

Estos temores pueden crear angustias patológicas, pero bien aprovechados pueden ayudarnos a recordar lo frágil que es la vida humana.

Basta un hueso en la garganta, un golpe de aire frío tras un partido de fútbol, un resbalón en la escalera, una teja que se desprenda desde el techo, para que los proyectos más elevados, los sueños más queridos, queden encerrados en un cuerpo que otros miran llenos de compasión y de nostalgia.

Es bueno hacer, con cierta frecuencia, un sencillo, un breve ejercicio: pensar en la muerte, en mi muerte. Quizá cuando me acuesto, en esos momentos en los que recordamos las aventuras del día o programamos lo que será el mañana, podemos pensar: ¿y si fuese mi última noche?

No podemos hacer esta reflexión solos, como si nadie nos amase. Nuestra vida interesa a tantas personas, algunas que conocemos, otras que nos necesitan y nos esperan sin que quizá nos demos cuenta. Interesa, de modo especial, a Dios, que sueña en vernos felices, en que seamos buenos, en que le amemos y que amemos al hermano.

Pensar en la muerte ante los ojos de Dios. Su mirada, esta noche, es más profunda, más intensa. Me ve. ¿Cómo me siento ante su amor, su misericordia, su respeto? Me dio la vida sin pedirla, me ha mantenido en ella en esa caída aparatosa, en esas fiebres desconocidas, en esa curva inesperada que puso a prueba nuestros reflejos. Me ha dado los años que puedo contar hasta este momento, con las oportunidades de dar, con las invitaciones a servir, con las caricias que me brindó a través de las manos de mis padres, con la ayuda que me ofreció con ese amigo fiel que me sacó de apuros.

El sueño va cerrando los párpados. La habitación, a oscuras, susurra silencios imprevistos. Tal vez, sobre mi frente, se posarán unos labios para desearme buenas noches.

Todo termina. Si Dios quiere, pronto nos veremos, me dirá lo mucho que me quiso, me abrazará como el Padre que espera al hijo que más de una vez se alejó de casa entristecido.

Quizá todo termine... O quizá, de repente, suene la alarma y salte la luz del techo. Inicia un nuevo día. Dios me da 24 horas para darle gracias y para prepararme a su encuentro.

Voluntad y libertad orientadas a Dios

Enrique Galván-Duque Tamborrel

"Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron". En estas palabras con las cuales Jesucristo cierra la acción de los viñadores sobre el hijo y, sobre todo, lo que el dueño de la viña había proyectado respecto a este terreno, también está encerrando qué es lo que sucede en los corazones de los viñadores.

Los viñadores homicidas no solamente es una parábola de la crueldad de los hombres para con Dios y para lo que el Señor nos va pidiendo a todos nosotros, sino que también es un reclamo al corazón del hombre, a nuestra libertad y a nuestra voluntad para que también nos preguntemos si en nosotros puede haber esta misma intención de homicidio.

Nos podría sonar como algo extraño, algo lejano, algo apartado de nosotros, pero tenemos que cuestionarnos con mucha claridad para ver si efectivamente esta voluntad de no darle a Dios lo que de Dios es, es algo alejado de nosotros, o si por el contrario, es voluntad nuestra el dar siempre a Dios lo que de Dios es.

Todo el problema de estos viñadores homicidas no nace de una crueldad con respecto a los enviados; porque los viñadores homicidas son conscientes de que los enviados no son sino una parte del contrato que se había hecho con el dueño de la viña. El problema de los viñadores homicidas es que quieren quedarse con la herencia. Una voluntad torcida, una voluntad totalmente pervertida es la que va a hacer que los viñadores se conviertan de arrendatarios en homicidas.

Que no nos suene muy lejano esto, que no nos suene muy apartado de nosotros, que por el contrario, sea para nosotros una pregunta: ¿En qué nos va convirtiendo nuestra voluntad?, ¿qué es lo que va haciendo de nosotros?, ¿qué es lo que va realizando en nuestra vida? Ése es el punto más importante, el punto más serio en el cual nuestra existencia puede torcerse o encaminarse hacia Dios nuestro Señor.
¿Nuestra voluntad y nuestra libertad hacia dónde y hacia qué están orientadas? ¿Hacia dónde estamos orientando nuestra voluntad? ¿Hacia lo que Dios quiere, hacia el ser capaces de dar los frutos que Dios nos está pidiendo? ¿O estamos orientando nuestra voluntad hacia el quedarnos injustamente con la herencia? Es una disyuntiva que se nos presenta todos los días y que va forjando nuestra personalidad, porque de esa disyuntiva va a acabar dependiendo el que nosotros vivamos de una forma coherente o incoherente con lo que Dios nuestro Señor nos va pidiendo.

Cuántas veces —y de esto somos generalmente muy conscientes—, Dios nuestro Señor pide ciertos cambios de comportamiento en nuestra alma, que son los frutos. Cuántas veces, Dios nuestro Señor pide que le devolvamos en la medida en la que Él nos ha dado.

Y si Dios fue el que hizo todo: Él es el que cavó, rodeó la cerca, construyó la torre y plantó la viña, a nosotros nos toca simplemente trabajar la viña del Señor. Si a Dios no le regresamos lo que nos dio, estamos como esos viñadores: quedándonos o queriéndonos quedar con la herencia. Lo cual, a la hora de la hora, no es sino un deseo en sí mismo frustrado, vano e inútil.

Está en nuestra voluntad el decidirnos por dar a Dios lo que es de Dios o quedarnos nosotros con lo que es de Dios. Para eso tenemos que estar revisando constantemente nuestra voluntad; revisando si nuestras obras, nuestras reacciones, nuestros deseos, son auténticamente cristianos, o si por el contrario, son simplemente manifestaciones de un deseo que quizá no está todavía orientado a Dios nuestro Señor.

Los viñadores habían trabajado no para el dueño de la viña, sino para ellos mismos. A los viñadores no les importaba el fruto del dueño de la viña, les importaba el fruto para ellos. Nuestra vida, ¿para qué trabaja?

Cuando se nos presentan cuestionamientos, preguntas, inquietudes, ¿a quién le damos los frutos? ¿A Dios? ¿O se los damos a nuestro egoísmo, a nuestro afán de autonomía o a nuestro afán de manejar las cosas como a nosotros nos gusta manejarlas?

Ciertamente que nos damos cuenta de que no está bien. No es que nuestra inteligencia se ciegue, pero nuestra voluntad pasa por alto todo esto. Como la voluntad de los viñadores pasó por alto el hecho de que el hijo era el dueño de la herencia. Esa frase tan llena de cinismo: "Venid, éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia", encierra muchas veces el mecanismo de nuestra voluntad que, iluminada por la inteligencia, descubre perfectamente a quién le pertenecen las cosas, de quién es la vida, de quién es el tiempo, de quién son nuestras cualidades. Descubre perfectamente que determinada reacción no es todo lo cristiana que debería ser; descubre perfectamente que determinado comportamiento no está respondiendo adecuadamente a lo que Dios le pide, pero usa este mismo mecanismo: "Éste es el heredero. Vamos a matarlo y a quedarnos con la herencia".

Esto es pavoroso cuando aparece en el alma, porque indica la absoluta perversión de la voluntad. Cómo nos puede extrañar después, que en nuestra vida haya comportamientos negativos, comportamientos que difieren de la voluntad de Dios, cuando ese mecanismo está funcionando con una relativa frecuencia en nosotros; cuando nuestra voluntad no ha sido capaz de purificarse para ser capaz de romper, de quebrar ese mecanismo en nuestra alma; cuando cada vez que vemos al heredero lo queremos matar para quedarnos con la herencia.

Tenemos que ser muy inteligentes para descubrir en nuestra voluntad que ese mecanismo está funcionando. Pero tenemos que ser también muy firmes y constantes en nuestra purificación personal para ir eliminando, una y otra vez, ese mecanismo de nuestra voluntad. Mecanismo que nos lleva siempre, y de una manera ineludible, a la más tremenda de las desgracias, que es perdernos a nosotros mismos.

"Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores". Para lo que tú existes como viñador es para trabajar el viñedo. Y Dios quitará el viñedo a esos viñadores. ¡Qué tremendo es correr en vano! ¡Qué tremendo es vivir en vano! ¡Qué tremendo es ver pasar los días, pasar los años, ver cómo el calendario va corriendo por nuestra vida y no haber todavía dejado de correr en vano!

Ojalá que esta Cuaresma sea para nosotros un momento de particular iluminación por parte del Espíritu Santo para que, efectivamente, descubramos dónde y en qué estamos corriendo en vano, dónde y en qué nuestra voluntad todavía no es capaz de superar el mecanismo de viñador homicida. ¿Por qué, cuando vemos perfectamente quién es el heredero, en nuestro interior todavía aparece el interés por arrebatarle la herencia y quedarnos nosotros con ella? Como cristianos, como miembros de la Iglesia no podemos seguir jugando con el Dueño de la viña.

¡Qué importante es que nos iluminemos para poder iluminar; que nos aclaremos para poder aclarar; que nos purifiquemos para poder purificar! Hagamos de esta Cuaresma un camino de conversión y de orientación de nuestra voluntad hacia Dios nuestro Señor para que Él y solamente Él, sea el que se lleve los frutos de nuestra viña.


Vulnerabilidad de países pobres al cambio climático

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El vicepresidente del Banco Mundial, Ian Johnson, afirmó en Londres la importancia de que el mundo rico ayude a los países en desarrollo a crecer económicamente, pero de modo compatible con el medio ambiente.

"Los países pobres son especialmente vulnerables" al calentamiento del planeta y "las poblaciones más pobres de esos países" lo son todavía más, señaló Johnson en el inicio de un diálogo internacional entre legisladores y representantes del mundo empresarial sobre el cambio climático.

Dirigiéndose a la reunión en teleconferenecia, la ministra británica del Medio Ambiente, Margaret Beckett, se refirió a los países emergentes como México, Brasil y China, y dijo que sus emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán de modo dramático en los próximos años.

Hay que reconocer su derecho a crecer y desarrollarse, pero los países del G-8 (los más industrializados) tienen también la responsabilidad de ayudarlos a minimizar el impacto de ese crecimiento en el clima mundial, explicó Beckett.

El vicepresidente del BM señaló en posterior conferencia de prensa que su institución ha utilizado un instrumento para el Medio Ambiente Global creado en los años 90 para, combinando donaciones y préstamos, ayudar a financiar la adquisición de nuevas tecnologías de generación de energía eólica y similares.

"Nuestro desafío actual es ampliar su alcance conforme crecen las economías emergentes", agregó Johnson, según el cual "si no nos enfrentamos al problema [del medio ambiente] millones de habitantes del mundo en desarrollo correrán grave peligro".

En un descanso de la reunión, el brasileño Otaviano Canuto, director ejecutivo del Banco Mundial, explicó que su país ha desarrollado tecnologías limpias y combustibles alternativos como el etanol capaces de sustituir con ventaja al petróleo.

"Colombia y República Dominicana lo están utilizando ya", señaló Canuto, quien explicó que la tecnología brasileña puede tener valor para otras regiones y dijo que sería difícil que el resto del mundo apostase por Brasil como único productor de la materia prima.

Brasil debe estar interesado en que salgan otros productores, como es ya Tailandia, por ejemplo.

"Otro aspecto de la lucha contra el efecto invernadero del que puede beneficiarse también América Latina es el mercado de certificados de emisiones de carbono", dijo Canuto, según el cual dos de los tres mayores vendedores de las mismas son Brasil y Chile.

Esas son oportunidades que se le ofrecen a América Latina, dijo Canuto, según el cual lo importante es que los países se organicen para hacer viable la utilización de biocombustible


Y pensé que Dios sería...

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Vi los giros de un águila en el cielo: energía, altura, atrevimiento, grandeza. Y pensé que Dios sería sublime, solemne, majestuoso, soberanamente libre.

Vi la filigrana de una flor exótica, los insectos tan variados que en ella paseaban, la delicadeza de sus estambres y el color violáceo de sus pétalos. Y pensé que Dios sería artista, lleno de fantasía, delicadeza y buen gusto.

Vi el caminar sereno de un anciano, sus ojos pequeños, su mirada profunda, su bastón tembloroso y las caricias con las que recibía a uno de sus nietos. Y pensé que Dios sería sabio y cariñoso, sincero y asequible, bueno como un Padre.

Vi un hombre que tramaba nuevos males. Con su libertad ha escogido matar, despiadadamente, a hombres y mujeres desprevenidos. Y pensé que Dios había arriesgado mucho al dar la libertad a quienes son capaces del mal casi sin límites, de egoísmos atroces, de venganzas despiadadas.

Vi una enfermera que humedecía con ternura los labios de una anciana moribunda. Y pensé que Dios no se equivocó al hacernos libres: simplemente puso en nuestras manos posibilidades de amor y de servicio con quienes sufren y lloran a mi lado.

Vi un sacerdote que repartía, generosamente, el Cuerpo de Cristo. Sin distinguir si se acercaban pobres o ricos, ancianos o niños, hombres o mujeres, pecadores o santos. Y pensé que Dios sería asequible como un pedazo de pan, dispuesto a darse a todos, deseoso de repartir gracia y vida a quienes lo acogen con fe y lo aman como hijos perdonados.

Vi un Evangelio y empecé a leer palabras de esperanza y de vida. Me hablaban de misericordia, de una alegría inmensa por los pecadores que dejan de vivir como errabundos, de un Jesús Hijo y hermano que busca la oveja perdida. Y pensé que Dios sería un Padre loco de amor, porque prefirió dejar morir al Hijo antes de enviar azufre y fuego para destruir a quienes vivimos en pecado.

Vi una noche llena de estrellas que temblaban encima de un viejo cementerio. En las tumbas, cruces de madera, de mármol o de cemento querían levantarse al cielo, recoger aquellos restos, invitar al visitante a soñar en la patria verdadera, conquistada con la Sangre de un Cordero. Y pensé que Dios me ama como nadie, me espera con anhelos de encuentro, me tiende una mano taladrada para que pueda subir, poco a poco, hacia un abrazo eterno. Que Dios sería misericordia infinita, amor completo, locura de entrega, caridad tierna y fresca como rocío mañanero...


«Yo quiero a mi Chole»

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Sólo cuando se ve a un personaje grosero y vulgar
que hace las delicias de la gente que se cree distinguida,
es cuando se impone esta idea de la ramplonería general.

La posición asumida por Andrés Manuel López Obrador y sus paniaguados del todo o nada, y condicionar a que se cumpla su capricho porque si no amenaza a estorbar al gobierno legítimamente constituido, aparte de ser una posición enfermiza es un delito de lesa Patria, pues es dañar a la nación con todos los agravantes.

Después de inconformarse con la decisión del primer árbitro (IFE) --cuestión a la que está en todo su derecho--, acusando a diestra y siniestra a todo el que se le oponga de corrupto, ahora está empecinado en que Calderón esté acepte el recuento del 100% de los votos a pesar de que éste le ha contestado una y mil veces que eso no está en sus manos, hay una ley y la ley es la ley, además de que en apego a ella es como debe de actuar el árbitro final (TRIFE).

Pero Andrés Manuel es como Gabino Barrera que no entendía razones y sigue con su: "yo quiero a mi Chole", en alusión de aquella vieja película de Cantinflas "El siete machos" –Al "Siete Machos" (Cantinflas) le dan un brebaje embrujado que hace que el personaje lo único que puede decir para todo es "Yo quiero a mi Chole"--. Esa necesidad o capricho –llámesele como se quiera—es una enfermedad, y así como se le dice a una persona "estás enfermo de gripe o cualquier otra cosa" y no se ofende porque no es motivo de ello, alguien le dijo que estaba esquizofrénico, porque esos son síntomas de esquizofrenia, y se sintió atacado. Acusando precisamente con esta reacción que si está enfermo.

Lo preocupante es que muchos de sus seguidores lo hacen con verdadera e irracional obsesión y, con la actitud de su "Führer", prometen ser una verdadero obstáculo para el futuro gobierno que seguramente –espero-- no va a ser encabezado por él. Realmente el futuro para México es incierto, sin embargo tengo fe en que finalmente se imponga la razón, pues sería lamentable que prevaleciera nuestro sino: la desunión, esta maldición que ha impedido, desde que somos independientes, que México dé el estirón. ¿Qué hubiera sido de nuestro país si los mexicanos hubiéramos sido unidos?, ¿Será que nunca lo podremos ser?

Hace como dos años, Vicente Fox presentó ante el Congreso de la Unión una iniciativa con varias reformas electorales, entre ellas la de la segunda vuelta –entre los dos punteros-- en las elecciones para presidente, pero para variar la echaron al cojón del olvido. Si se hubiera –el eterno "si mi tía tuviera ruedas"—aprobado todos los dimes y diretes actuales no tendrían razón de ser. Lo que si cabe, como ejercicio político-mental, es imaginarse quien ganaría la segunda vuelta. ¿Usted a quien le iría?

Mi inolvidable compañero, colega y amigo Heberto Castillo Martínez me comentó, unos meses antes de que fuera senador, que su gran temor era de que a su partido (PRD) se le fuera a identificar como un partido rijoso e irracional, ¿se cumpliría su temor?

Hace aproximadamente siete años, cuando los partidos políticos estaban inmersos en el proceso para escoger su candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal, algunos de los pretensos en el PRD vetaron a López Obrador por no cumplir con el requisito de cinco años de residencia en el D.F., después se desistieron y Andrés Manuel fue candidato. Posteriormente, tanto Santiago Creel y Jesús Silva Herzog, candidatos por el PAN y PRI respectivamente, también dieron su anuencia y Andrés Manuel López Obrador fue candidato por el PRD, y de ahí para adelante. Lo importante hacer notar en esto es que un ciudadano, político o no, pero ciudadano al fin, puede cambiar a su voluntad y conveniencia lo establecido legalmente (ley vigente). Ahora Andrés Manuel y sus paniaguados pretenden obrar del mismo modo, que Felipe Calderón de su anuencia para cambiar un procedimiento legalmente establecido, a pesar de que éste le ha contestado reiteradamente que la decisión la tiene el TRIFE y no él. ¡Ah!, pero el señor Andrés dice: "Yo quiero a mi Chole". Total, como decía mi compadre Dimas: "Siempre que sucede lo mismo pasa igual".

Lo más importante, México, nuestro país, la tierra que nos vio nacer, donde crecimos, jugamos, estudiamos, aprendimos, maduramos, trabajamos, nos casamos, nacieron nuestros hijos y nietos, en fin, NUESTRA PATRIA, está estancada y lo seguirá si no nos damos cuenta de que sólo unidos y con trabajo tesonero podemos sacarla adelante, del cielo no nos va a caer nada, de esto podemos estar seguros. Ya basta de buscar a quien echarle la culpa, ni Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo o Fox la tienen, los únicos culpables somos nosotros los mexicanos. Ya basta de corrupción y de importamadrismo, vamos a unirnos y a trabajar, sólo así podremos hacer de nuestra Patria lo que en el fondo todos queremos que sea.

«In auribus insipientium ne loquaris: qui despicient doctrinam eloquii tui» --"No hables a las orejas de los necios, porque despreciarán la doctrina de tus palabras"


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