domingo, 17 de octubre de 2010

Antología E.G.D.T. 2006 (i) - Volímen III

Ignacio Torres Adalid

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

No tuvo otra alternativa que dejar atrás su emporio con todo y sus sueños, construidos durante treinta y seis años. Si los vendavales que soplaban sobre los llanos de Apan no lograron perturbar la vida cotidiana de su hacienda, los vientos revolucionarios acabaron con su próspera historia. Antes de abandonar México en 1914, don Ignacio Torres Adalid volcó la mirada por última vez sobre San Antonio Ometusco, su amada hacienda transformada por la revolución en un sangriento campo de batalla.

En Cuba, don Ignacio se dispuso a bienmorir. El calor tropical de La Habana fue un fiel compañero durante sus últimos meses de vida. Los olores propios de la costa lo acariciaban día tras día. Hacia 1914 había alcanzado los ochenta años de edad y comenzó a repasar los hechos de su vida. Durante su estancia en la isla caribeña lo que más extrañaba eran las cabalgatas que emprendía para recorrer sus propiedades, vigilar los cultivos, supervisar la producción de pulque, de cuyo sabor se llenaba. Los peones llegaron a ver a su patrón asombrosamente angustiado al encontrar un maguey en malas condiciones. "Lo tomaba entre sus manos —escribió Mario Ramírez Rancaño—, le hablaba y acariciaba como si se tratara de un hijo enfermo o lo envolvía en su pañuelo y con gran ternura buscaba un nuevo lugar donde plantarlo". Era tal la fascinación por sus haciendas pulqueras, que en varias ocasiones se le escuchó referirse con orgullo a los magueyes como "mis vacas verdes".

Don Ignacio había logrado que San Antonio Ometusco fuera la hacienda pulquera más importante y próspera del porfiriato. De sus barricas salieron millones de pesos "acumulados con puntillosa honradez y un trabajo tesonero —escribió Federico Gamboa—, que administra y aumenta sin ayuda de apoderados ni socios". Aficionado al juego, al buen vivir y al derroche durante su juventud, al llegar a la madurez se entregó por completo al trabajo. Su carácter irascible y violento le permitió poner orden en la administración de sus haciendas y negocios, pero en el ambiente social de la ciudad de México mostraba un rostro diferente: el de la asistencia. "Es de suyo caritativo y generoso —continúa Gamboa—; mantiene con decoro y sin humillaciones a incontables familias; costea entierros de dependientes y menesterosos; educa y sostiene a huérfanos sin amparo; en una palabra, los centavos que iracundo pelea en juzgados y en sus cuentas con inquilinos, medieros, deudores y arrendatarios, él los cambia por pesos duros que liberal y cristianamente derrama entre los necesitados."

Asiduo visitante al Jockey Club, al hipódromo de Peralvillo, a la ópera y al teatro, don Ignacio gozó sin límites las mieles de la dictadura y se ganó el reconocimiento de propios y extraños. Si San Antonio Ometusco fue un modelo entre las haciendas de su época, su "espléndida morada" en la ciudad de México —edificada en la avenida Juárez— y la quinta de campo construida en Calvario 206, Tacubaya, causaron la admiración de sus contemporáneos. Al menos desde 1891, ambas propiedades contaban con número telefónico.

Pero como el lujo y la riqueza no podían hacerle compañía en su tránsito al más allá —y sin haber podido engendrar familia propia al lado de Juana Rivas, muerta en 1899—, don Ignacio decidió generosamente dejar su fortuna a la beneficencia privada. Quiso asegurarse, sin embargo, de que San Antonio Ometusco continuara en poder de la estirpe Torres Adalid, para lo cual, por la vía testamentaria, ofreció la portentosa construcción a Javier Torres Rivas, su sobrino, por la cantidad de dos millones de pesos. De no hacerse efectivo el testamento, la hacienda pasaría también a la beneficencia privada, en esos momentos en que el país era víctima de la lucha de facciones.

 

* * *

Rondaba el sobrino los cuarenta y cinco años cuando se enteró de la muerte de Ignacio Torres Adalid, que había fallecido el 23 de septiembre de 1914 en La Habana. A los pocos días Javier Torres Rivas fue notificado de que tenía seis meses para hacer efectivo el testamento adquiriendo San Antonio Ometusco. La tarea se antojaba imposible para Javier Torres Rivas. Parte importante de las propiedades de la familia —sobre todo las haciendas— se encontraba en manos de los "consusuñaslitas", como se conocía al ejército de Carranza luego de que al ocupar la ciudad de México en septiembre, acuñaran un nuevo verbo sinónimo de robar: carrancear.

Don Javier, sin embargo, no se arredró. A pesar de su pasado porfirista — ¿quién no lo tenía?— había sido diputado en la XXVI legislatura del Congreso —elegida libremente en 1912—. Su comportamiento frente al golpe de estado huertista en febrero de 1913 había sido intachable, pues al presentarse en la tribuna del Congreso las renuncias de Madero y Pino Suárez, Torres Rivas votó en contra de su aprobación. Ese hecho fue suficiente para que Carranza autorizara en septiembre de 1914 la devolución y el respeto irrestricto a las propiedades de la familia Torres Adalid, entre las cuales se encontraba San Antonio Ometusco.

"He tenido a bien acordar —estableció Carranza—, con las facultades extraordinarias de que me hallo investido como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista que todas las autoridades Civiles y Militares den al expresado señor Torres Rivas, a su familia y a sus intereses, toda clase de garantías y seguridades, y muy especialmente, que la hacienda de Ometusco y su Rancho anexo de Santa Inés, no sean intervenidos ni confiscados ni en sentido alguno se cause daño o perjuicio en esas propiedades, ni en sus llenos y aperos."

No existía impedimento alguno para que Javier Torres Rivas recuperase San Antonio y la uniera a San Miguel para unificar la legendaria hacienda de Ometusco, tal y como fue concebida en sus orígenes. Pero Torres Rivas no quiso hacerlo. Respetó la decisión de su tío Ignacio y dejó que San Antonio se convirtiera en patrimonio de la beneficencia privada. Fue el acto de nobleza de un hombre por cuyas venas corría casta e hidalguía. Era la herencia paterna que asomaba en Javier Torres Rivas pese a que había sido ocultada tras los muros de Ometusco como uno de los más escandalosos secretos de familia.

Durante los años de la intervención francesa y el imperio de Maximiliano, el conde Karl Khevenhüller, miembro del cuerpo austriaco de voluntarios, se enamoró perdidamente de una mujer prohibida: Leonor Rivas, casada con Javier Torres Adalid —hombre alrededor del cual corrían innumerables historias acerca de su sexualidad, pero sobre todo sobre su posible impotencia.

La joven esposa —de sólo dieciséis años— también sintió un deseo irrefrenable, una poderosa atracción por el austriaco. El amor les arrebató la razón, pero la guerra impedía cualquier otro acercamiento que no fuera el de las miradas y los mensajes. Una noche de junio de 1867, sin embargo, en la ciudad de México, cuando esta urbe se hallaba a punto de caer en manos del general Porfirio Díaz, el conde trepó hasta el balcón de Leonor huyendo de una partida de republicanos que intentaban aprehenderlo. Aquella noche, por única vez, la joven pareja se rindió a la pasión. El conde salió de la casa de la calle de San José (hoy Isabel la Católica) en la madrugada y a los pocos días dejó el país sin saber que su arrebato había dado frutos y su amada tendría un hijo suyo.

El marido aprovechó la situación para acallar los rumores sobre su impotencia y le dio sus apellidos al niño, pero repudió por el resto de sus días a Leonor. Todos en la familia supieron lo ocurrido y callaron. El propio Ignacio Torres Adalid supo conservar hasta su muerte el misterio del escabroso origen de su sobrino.

Enterado de lo sucedido, y sin posibilidad de acercarse a conocer a su hijo, Kevenhüller murió asolado por el recuerdo de su amor e infeliz por el abandono del pequeño. Paradójicamente, no tuvo descendencia con la mujer a la que desposó tiempo después de su paso por México. El conde nunca pudo ceder títulos, apellido y fortuna a su hijo, lo único que logró transmitirle mediante la sangre fue su reconocida nobleza. ¿Era Javier Torres Rivas hijo del conde Khevenhüler? Sólo las paredes de Ometusco —que con el tiempo dejó de ser patrimonio de los Torres Adalid— conocieron la verdad.

 

* * *

 

"Casi es imposible concebir soledad más completa que la de residir en una de estas haciendas, situadas en las grandes llanuras de Otumba y Apan." Tal fue la primera impresión de la marquesa Calderón de la Barca —esposa del embajador de España en México— cuando visitó la hacienda de Ometusco hacia 1840. Por entonces pertenecía el inmueble a la señora Josefa Adalid y su familia estaba por cumplir 200 años como dueña de la extensa hacienda. La soledad rodeaba el paisaje.

"Los órganos, el nopal y los magueyes sin número, constituyen la vegetación principal durante seis millas a la redonda —escribió la marquesa—. La hacienda misma, que es un hermoso y grande edificio, se encuentra solitaria y los vientos la azotan, después de soplar por encima de las magueyeras. Nos llamó la atención una bella capilla que no llegó a concluirse a causa de la muerte del esposo de la señora; su arquitectura es sencilla y elegante, sin pretensiones".

La hacienda de Ometusco era más que una simple construcción de piedra en medio de la nada. Como pocas haciendas, sus muros guardaban la memoria y el linaje de una sola familia. Para edificar su propia historia, el apellido Adalid había levantado aquellos patios y jardines, ventanas y paredes, desde mediados del siglo XVII. La fortuna de comerciantes, abogados y hacendados dejó su huella en ese lugar, a sólo 80 kilómetros de la ciudad de México. Ometusco guardaba, sin más, los secretos de familia atesorados a lo largo de siglos.

Hacia 1840 no había otro jardín que superase al de la hacienda de los Torres Adalid. "Hay en él senderos de grava y hermosos árboles, claros estanques y fuentes que chisporrotean, así como extraordinaria profusión de las más bellas flores, rosas, especialmente. Tiene un no sé qué de extremadamente oriental en su aspecto... Al pasar bajo los arcos que forman los rosales, veíamos brotar de cada mata un chorrito de agua que nos salpicaba con sus gotas; pero lo más lindo del jardín es un vasto estanque de agua transparente, rodeado de un edificio chinesco a cuyo alrededor corre un portal de pilares de piedra, sombreado por blancas cortinas. A lo largo del portal hay confortables sofás bien acojinados, y el propio portal termina en un gran cuarto destinado a vestirse después del baño. Le llaman 'jardín inglés', pero más bien debería decírsele veraniego de un sultán."

Hasta entonces la hacienda había permanecido intacta. Sin embargo, al dictar su testamento en 1846, doña Josefa Adalid viuda de Torres la dividió para heredarla a sus hijos. En 1860, luego del deceso de la propietaria, Ometusco se repartió. San Miguel fue entregada a Javier Torres Adalid —futuro partidario del Imperio—. En esa área se encontraba la parte más antigua de la hacienda, que fue conservada por la descendencia de don Javier hasta muy entrado el siglo XX.

La otra parte, llamada San Antonio, era un rancho valuado en aproximadamente 77 mil pesos y quedó en manos de José Torres Adalid. Diversas deudas, reveses económicos, los difíciles años de la guerra de Reforma y el Imperio, impidieron a José conservar la propiedad, por lo que decidió venderla a su hermano Ignacio, quien entró al quite en 1878, cuando los aires modernizadores del porfiriato comenzaban a soplar sobre los llanos de Apan.

Con las locomotoras recorriendo la república, el comercio floreciendo en importantes zonas del país y la seguridad de los caminos garantizada por la pax porfiriana, don Ignacio convirtió San Antonio Ometusco en una de las haciendas más ricas de México. Adquirió algunas de las propiedades contiguas y puso a pastar sus famosas vacas verdes, gracias a las cuales amasó una fortuna extraordinaria.

Y como no había obra económica que no estuviera acompañada por las nuevas concepciones artísticas y arquitectónicas del régimen, en poco tiempo la hacienda también fue reconocida como una obra de valores estéticos en medio de los llanos de Apan. "En la parte frontal [don Ignacio] construyó un parque dividido en dos por el camino de acceso a la casa principal, con un lago de cada lado —escribió Mario Ramírez Rancaño—. En uno de ellos puso cisnes blancos y en el otro negros. Los pisos de las avenidas eran de tezontle y abundaba toda clase de flores de ornato. En las gradas de la entrada del parque y de las habitaciones brillaban los pisos de mosaico. Para rematar, adquirió en Italia copias de famosas estatuas de bronce."

Al estallar la revolución, el porfiriato dejó de ser el sueño de unos pocos para convertirse en la pesadilla de toda la nación. La familia Torres Adalid había logrado sortear con bien la inestabilidad del siglo XIX, garantizar su posición durante la república restaurada —a pesar de su demostrada filiación imperialista— y colocarse inmejorablemente en la elite porfiriana, pero frente a la revolución nada pudo hacer. Las vacas verdes de San Antonio Ometusco se tiñeron de rojo con la sangre de los revolucionarios caídos en sus alrededores.

 


Ilusionados o Ilusos

Enrique Galván-Duque Tamborrel

"Sin ilusiones la humanidad moriría de desesperación o de aburrimiento", dijo Anatole France.

 

Todas las aventuras, los inventos, los hallazgos arqueológicos...se han llevado a cabo gracias a personas ilusionadas en la vida.  Acuérdense del alpinista Edmund Hillary, el neozelandés que escaló por vez primera la cima del Himalaya, clavando lleno de ilusión y sano orgullo su bandera nacional. La ilusión de los conquistadores españoles que se echaron a la suerte y se lanzaron a alta mar, conquistando México, Perú y las Américas, y llevando la fe cristiana, aunque a muchos les costó la vida. El bacilo de Koch, la penicilina de Fleming, la máquina a vapor de James Watt y Stephenson, el cine de los hermanos Lumiére, el submarino de Monturiol e Isaac Peral, el avión de los hermanos Whright...todos estos inventos se llevaron a cabo gracias a la ilusión de estos hombres. Sin ilusión no hay avances, ni progreso, ni heroísmo. Sin ilusión la humanidad muere de desesperación o de aburrimiento. La ilusión da ganas de vivir y nos hace crecer las alas de nuestra alma.

La ilusión empuja, arrastra, tira, fascina por su contenido y pone en marcha la motivación. Es como sentirse hipnotizado ante aquello que queremos conseguir.

¡Cuántas veces hemos oído de algún amigo que, con el rostro radiante, nos dice con palabras rotundas: "Estoy muy ilusionado"!

¿Qué podemos decir de la ilusión positiva, la que no deforma la realidad, como veremos después, sino que es el soporte de la acción, la energía emocional que nos mueve en pro de la consecución de nuestro proyecto?

No pocas veces la realidad cotidiana se nos presenta "gris", enormemente rutinaria, por seguir una pauta marcada y, por tanto, desprovista de incentivos. Es verdad que cada día nos vemos obligados a realizar una serie de tareas que son más o menos iguales; pero detengámonos y pensemos:

1) ¿Por qué, en vez de mantener fija nuestra vista en el componente negro del gris, no impregnamos mucho más nuestra mirada del componente blanco?

2) Aunque desempeñemos todos los días las mismas tareas, no quiere decir que tengamos que realizarlas de la misma manera. Podemos hacer intervenir a nuestra fantasía, de manera que demos calor y alegría a lo que es rutinario y repetitivo.

3) Por otra parte, siendo el hombre ser inacabado y continuo proyecto, siempre es posible diseñar proyectos que se salgan de lo cotidiano, que sean asequibles y nos motiven.

Tanto si nos ocupamos en las tareas necesarias del cotidiano vivir, como si proyectamos cosas nuevas, debemos vivir con ilusión y realizando un constante ejercicio de esperanza. Un buen resultado se obtiene haciendo bien lo que debemos hacer, con ilusión positiva, fundada en la percepción real de las cosas.

1. El ilusionado nada tiene que ver con el iluso

El iluso distorsiona la realidad, huye de su compromiso con la realidad, se cruza de brazos y no actúa. El iluso es el que se deja engañar. Es el que vive sólo de ensueño, de utopías, de quimeras, de fantasías o de mitos, pero nada hace por llevar algo a la práctica. El iluso sueña, pero nunca se despierta para poner en práctica ese dulce y heroico sueño. }

De hecho sólo hasta 1982 el diccionario de la Real Academia española recogió el término ilusión como algo positivo: "Ilusión es esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Viva complacencia en una persona, cosa, tarea".

El hombre ilusionado goza de un sentimiento vital generador de optimismo, sabe canalizar todas sus energías hacia el logro de objetivos futuros. Al hombre ilusionado no le asusta el futuro, porque se proyecta hacia él con esperanza. Ve el mundo con verdadera simpatía y lo que no puede comprender ni dominar lo eleva hasta el plano de la esperanza o de la certeza. El hombre ilusionado pone en práctica sus grandes sueños, con motivación, con voluntad, con sacrificio.

El hombre ilusionado sabe ver el lado positivo y aprovechable de la realidad. Todo hombre con ilusión es un hombre creador. El hombre con ilusión es lo contrario del nihilista: éste se angustia y el ilusionado se entusiasma. El nihilista niega los valores; el optimista los afirma, proclama y realiza. El nihilista considera inútil cuanto existe; el ilusionado exhibe un ánimo mezcla de entusiasmo y de devoción por el mundo y por la vida. El nihilista ataca a los valores; el pasota (nihilista sin causa) es indiferente ante ellos. La persona ilusionada y entusiasta se abre por completo a todo lo que signifique valor, venga de donde venga.

La ilusión es, por tanto, el ingrediente que mueve toda vocación y el carácter proyectivo de la trayectoria personal.

Tener ilusión es estar vivo y coleando, programar objetivos, soñar con sacar lo mejor de uno, crecerse ante las dificultades y llegar a esa cima que de joven uno se planteó.

2. La ilusión no es...

·  Hipervaloración: Hay gente que en el sentimiento de la propia valía personal cae en hipertrofia o exageración de sí mismo. Se trata de la hipervaloración de sí mismo, que hace del individuo un iluso, orgulloso y soberbio que desprecia a los demás. Es la megalomanía, que adopta una actitud rígida, dogmática y distante. Me estoy refiriendo a las conocidas actitudes del presuntuoso, jactancioso y engreído que cree saberlo todo.

·  Narcisismo: la actitud del narcisista es la vanidad. El vanidoso no se mueve por más objetivo que por el de hacerse reconocer y estimar por los demás. El orgulloso mira a los demás por encima del hombre, "desde arriba"; el vanidoso los mira como un espejo en el que ve reflejados sus méritos a través de la aprobación y admiración.

Unos y otros, orgullosos y vanidosos, aunque parezcan moverse por la ilusión y el entusiasmo, en realidad sólo lo hacen por los delirios de su propia grandeza y por su egoísmo.

3. En busca de la ilusión...

Quien ha experimentado una vez la ilusión, hace lo posible por volver a encontrarla en su vida. Los beneficios que nos reporta estar ilusionados, son tan grandes que cuando se pierde ilusión entramos en un estado de desgana, de apatía, que nos hace infelices, desgraciados. Trastornos psicológicos como la depresión se caracterizan precisamente por la falta de ilusión y de esperanza, por la desconfianza en la vida y en uno mismo.

Por eso, una buena forma de prevenir la tristeza, la depresión, consiste en dotarse de una dosis de ilusión, de optimismo, que nos permita enfrentarnos a la vida, ver en ella los aspectos más positivos y trabajar para superar las dificultades con confianza y seguridad. La ilusión constituye la dimensión esencial del porvenir. No su contenido, pero sí su envoltura. Con ella, con la ilusión, podemos sostenerle la mirada a la vida, abrir los ojos y soñar, pero sabiendo que hay que pelear a fondo para que esos sueños se hagan realidad.

Esta no es una tarea fácil. Determinadas circunstancias de la vida no nos facilitan ilusionarnos. Por eso, ante la vorágine de los tiempos que nos ha tocado vivir, es menester ir tejiendo ilusiones que se sitúen en nuestro horizonte como imanes que nos atraen hacia un campo magnético. Es necesario hacer todo lo posible por recuperar la sonrisa, por confeccionar nuevos planes y apostar por ellos, por tender a la felicidad, que es inherente al ser humano.

La ilusión es, por tanto, señal de un funcionamiento psicológico sano y maduro que se manifiesta en tres aspectos:

1) Una capacidad de conocer sus dones y limitaciones pero no por ello afligirse. Una persona así está más capacitada para emprender cualquier acción. Por ello, en la búsqueda de la ilusión, la persona debe empezar por trabajar aquellos aspectos que están relacionados con la visión que tiene de sí misma.

2) Una capacidad para madurar y crecer plenamente como persona: está convencida de que puede evolucionar, convertirse en la persona que desea ser. Por eso, tiene sus propios proyectos y se esfuerza por acercarse a ellos. Sabe que en la vida no sólo tiene que trabajar, comer y dormir, sino que todo lo que hace está dentro de un plan de acción que le permite ser ella misma, lo que desea ser.

3) Una capacidad para ser independiente y no necesitar el continuo apoyo de los demás: hay personas que sólo son capaces de ilusionarse ante los proyectos o ideas de los demás. Esto proporciona una gran inseguridad, pues se vive pendiente de los estados de ánimo, inquietudes y necesidades de los otros. Son como personas-remolque, que sólo se mueven si hay un vehículo que tira de ellas. La verdadera ilusión es la que sale de nuestro interior; la que nos empuja hacia lo que nosotros queremos conseguir.

4. Los tres planos de la ilusión

La ilusión, como otros valores e ideales, ocupa todo nuestro ser. Para entender un poco mejor su funcionamiento vamos a desgranarla en tres planos fundamentales: el afectivo-emocional (lo que se siente), el cognitivo o intelectivo (lo que se piensa) y el conductual u operativo (lo que se hace).

Plano afectivo-emocional: la persona ilusionada vive en un estado de buen humor, de simpatía, de alegría contagiosa. Es capaz de transmitir a los demás la ilusión que experimenta a través de sus gestos y de sus palabras. Posiblemente, la ilusión es tal que no se da cuenta de cuál es la causa de todo lo que siente e incluso es capaz de mantenerla, aunque le cuenten malas noticias.

Plano cognitivo e intelectivo: nuestros pensamientos juegan un importante papel en nuestro estado de ánimo. A través de los pensamientos podemos planificar, organizar nuestro tiempo y canalizar nuestras energías para ponerlas al servicio de lo que queremos conseguir.

Plano conductual u operativo: nada tendría sentido, si nos quedásemos en el plano de los sentimientos o de las ideas; eso sería se iluso. Nuestros sentimientos y emociones pueden controlarnos, pero esto no significa que no podamos dominarlos mediante una acción adecuada. Con un acto de voluntad podemos directamente pasar a acciones claramente positivas, euforizantes, de ilusión, alegría y esperanza.

Pero, ¿cómo lograr un estado de ilusión cuando nos sentimos apresados en sentimientos negativos? Existen unas estrategias que nos permiten superar el mal humor o la tristeza cotidiana. Hay quienes recomiendan silbar una alegre tonadilla o pensar en las cosas favoritas de uno. Esto eleva el estado de ánimo. Leer libros que eleven nuestra capacidad de aliento y entusiasmo. Virgilio tiene una frase muy estimulante: "Puedo, porque creo poder", es decir, podemos porque estamos convencidos de que podemos, con la ayuda de Dios.

 

 

Conclusión

La primera ilusión que deberíamos proponernos es la de trabajar sin prisa, con el alma, dando lo mejor que uno posee. Gozar con la tarea que se tiene entre manos, amando el trabajo bien hecho. De esta manera, uno se va haciendo dueño de su propia trayectoria a pesar de los mil avatares y circunstancias que la van bombardeando.

Hay que saber vivir sacándole el máximo jugo a la vida. En eso estriba la felicidad, que será el próximo tema que trataremos. Felicidad e ilusión forman un binomio inseparable. Inyectar ilusión en el proyecto de uno es revitalizarlo, darle energía, pulirlo, adecentarlo, vacunarlo contra ese enemigo que es la monotonía y el desgaste de todo lo que tocamos. Con la ilusión, cualquier naufragio o desventura o contrariedad, resulta positivo, enseña una lección concreta de la que cabe aprender algo, pues, aunque nos cuesta creerlo, el sufrimiento es necesario para la maduración de la personalidad. Es casi su mejor cabalgadura.

No podemos pensar que la vida es toda rectilínea. No. La vida es continua y discontinua, lineal y ondulante, transparente y opaca, lúcida y tenebrosa.

Ilusión es despertar cada mañana con ansias renovadas y superar las adversidades. Ilusión es encontrar el viento de la mañana fresco y de cara, ver con nuevos ojos las mismas cosas y a las personas que nos rodean, trepar por enredaderas que ascienden buscando las cumbres en donde la adversidad se disuelve, igual que lo hacen las nieves en los riscos de las peñas escarpadas.

Si los años arrugan la cara, el carecer de ilusiones arruga el alma y uno se vuelve viejo. La juventud no depende de los años, sino de la frescura y lozanía de los planes por cumplir y las metas por rebasar. La ilusión es uno de los sentimientos más fértiles para avanzar, adelantarse y sobrevivir. Anticipación, futuro, expectativa, esperanza...La vida pidiendo paso, abriéndose camino entre masas de hechos. Una persona con ilusión está siempre vibrando y se eleva por encima de las realidades por difíciles que éstas sean.

La ilusión, pues, es alegoría gozosa vertebrada de desafíos, profecía que precede a la conquista, alegría de ser capaz de levantar los ojos y mirar por encima. Como dice Julián Marías, estar ilusionados es en algún modo desvivirse, verbo privativo y reflexivo a la vez: "Desvivirse es la forma suprema del interés, veo en él el correlato de la ilusión". En pocas palabras, tener ilusión es ser uno mismo. Tener ilusión es patrocinar la alegría.


INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS PARA LA FAMILIA Juan Pablo II, México.

 

Querien Vangal

 

 

La mayoría de las culturas coinciden en identificar a la familia como el organismo más importante en el desarrollo de la sociedad. Al ser la familia una Institución sumamente compleja, requiere de un proceso de retroalimentación y estudio permanente que le recuerde constantemente su esencia y constitución.

La familia representa una riqueza singular para el hombre, ya que es el lugar natural para la transmisión y defensa de la vida, así como la primera escuela donde se aprenden los valores universales y trascendentes, indispensables para la construcción de una sociedad donde reine la justicia, el amor y la paz.

Es evidente que la sociedad en general está experimentando un grave proceso de deshumanización y destrucción de los vínculos familiares, lo cual ha desvirtuado su orden y funcionalidad. Este fenómeno obedece en definitiva a un olvido de los valores fundamentales de la familia, los cuales tienen su origen en el dinamismo de la persona humana.

De entre las amenazas que atentan contra la familia, destacan: la corrupción de la mujer y de lo auténticamente femenino, el desprecio por la vida humana como un don de Dios en todas sus circunstancias y etapas, la falta de fidelidad en los matrimonios y el fomento de la promiscuidad, la constante manipulación de los medios masivos de comunicación a la que se ve sometida la familia. Esto en conjunto con los ataques de diversas instituciones y organismos no gubernamentales –nacionales e internacionales- que estratégicamente buscan un cambio ideológico, legislativo y cultural destruyendo el núcleo familiar y los valores que caracterizan a la familia, son algunas de las amenazas que atentan y destruyen a la persona, a la familia y, por ende, a la sociedad.

Por todo lo anterior, cada vez se hace más necesario que la institución familiar, patrimonio del que depende el porvenir de la humanidad, sea salvaguardada por profesionistas dedicados a este objetivo.

El Instituto Superior de Estudios para la Familia nace con la finalidad de formar profesionistas líderes, mediante el estudio sólido y multidisciplinar de aquellas ciencias que colaboran al desarrollo y fundamentación del matrimonio y la familia. Profesionistas capaces de influir positivamente en sectores estratégicos de la sociedad, orientando y transformando las estructuras conforme a los valores universales y trascendentes de la familia.

Para lograr este objetivo el Instituto ofrece diversos programas: Licenciatura en Ciencias de la Familia, Maestría en Ciencias de la Familia, Maestría en Psicoterapia de Pareja y diversos diplomados en temas de familia.

A partir del 2002, y con el afán de ofrecer y llevar sus programas a todos los países de habla hispana, el Instituto pone a su disposición el estudio de la Maestría en Ciencias de la Familia en línea (por Internet). Esta Maestría abarca las siguientes áreas de estudio: filosófica, teológica, psicológica, pedagógica, jurídica y médica. Ciencias todas desde las que se aborda la temática familiar integralmente.

Interesantes estadísticas en la población de Estados Unidos

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hay 44.7 millones de hispanos en la nación del norte

Estudio asegura que crecieron 452% en los últimos 40 años y que son el 15% de la población

En 1966 los latinos en Estados Unidos eran 8.5 millones, sólo el 4% de los habitantes del país, mientras que los afroamericanos constituían el 11% de la población, es decir, 22.3 millones.

A 40 años de distancia, tiempo en que la población del país ha crecido en 100 millones, de acuerdo con un estudio dado a conocer el martes por el Pew Hispanic Center, los latinos han alcanzado ya el 15% del total de habitantes.

De esos 100 millones del crecimiento de la población, que se refiere al resultado de nacimientos y defunciones, inmigración y emigración; 36 millones fueron latinos, 34 millones blancos, 16 millones afroamericanos y 13 millones asiáticos y de las islas del Pacífico.

Con 44.7 millones de habitantes en la actualidad, según cifras de este centro de investigación, los latinos se han convertido en el grupo étnico de mayor crecimiento en el país, superando a la población total de afroamericanos que alcanzó los 38.7 millones.

La población total del país alcanzó la cifra de los 200 millones a mediados de la década de 1960. En aquel entonces el 84% eran blancos, 11% negros, 4% latinos y 1% asiáticos y de las islas del Pacífico.

El Pew Hispanic Center indica en su reporte que diversos factores han determinado este cambio demográfico, entre ellos las leyes de inmigración de 1965, 1986 y 1990, así como a la mejor calidad de vida y la disminución de los niveles de fertilidad en ciertos grupos étnicos.

La inmigración de Latinoamérica y los altos niveles de fertilidad entre las mujeres latinas fueron los principales factores del incremento, destaca el estudio.

La población blanca o anglosajona creció de 167.2 millones a 201 millones, lo que representa el menor crecimiento en cuanto a porcentaje dentro de su propio grupo étnico, que es sólo del 20%. Mientras tanto, quienes más crecieron como grupo étnico fueron los asiáticos y de las islas del Pacífico, de 1.5 millones a 14.3 millones, eso es un crecimiento del 850%. Los latinos tuvieron un crecimiento del 425% y los negros del 73%.

De los 100 millones de nuevos habitantes en las últimas cuatro décadas, más de 55 millones fueron inmigrantes y sus hijos nacidos aquí, de los cuales 29 millones fueron latinos, 12 millones asiáticos e isleños, 10 millones blancos y cuatro millones afroamericanos.

Del total de crecimiento de la población en los últimos 40 años, casi 35 millones fueron por la inmigración y casi 21 millones nacieron aquí y son hijos de esos inmigrantes.

Sergio Baraona director de participación cívica del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), comentó que el crecimiento de la población latina ha sido uno de los más rápidos, lo cual implica que hay muchos latinos de segunda y tercera generación y ello crea desafíos en cuanto a la integración cultural y social de este grupo a la estructura del país.

"Esto nos pone en diferentes direcciones y desafíos, si están los programas aptos para absorber esta población, si hay programas de salud para proteger a estos nuevos ciudadanos, y si estas familias están teniendo acceso a servicios sociales, educación, vivienda y trabajo", opinó.

De acuerdo con Baraona, quien participó en diciembre de 2005 en un estudio con Gilberto Cárdenas, de la Universidad de Notre Dame; el poder adquisitivo de los latinos para ese momento era de 686 mil millones de dólares.

"Eso indica que el poder de compra de los latinos es importante y eso pone a la comunidad latina en otra perspectiva, de manera tal que negocios y toda la economía del país puede beneficiarse", señaló.

"Otro dato interesante", agregó, "es que la población se está integrando políticamente a la sociedad, hay muchos puestos políticos ocupados por latinos".

Earl Ofari Hutchinson, activista de la comunidad negra en Los Ángeles, dijo que los datos de este reporte no le sorprenden, ya que los patrones familiares entre latinos y afroamericanos son muy diferentes.

Las familias afroamericanas suelen tener menos hijos y no son inmigrantes en gran medida, dijo Hutchinson, mientras que los latinos tienen familias numerosas, ya sea por razones culturales o religiosas, además de que son el grupo étnico de mayor inmigración al país por las condiciones de vida en sus países de origen.

 


Invertir en la educación de los hijos

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

En los tiempos que vivimos cualquier oportunidad es buena para comprar la primera fruslería que se pone a nuestro alcance. Se tenga más o menos dinero. Da igual. Con préstamo o sin préstamo. A plazos o al contado. El caso es hacer nuestro el capricho. Da lo mismo su grado de trivialidad. Si me apetece no me lo puedo negar. Mío hasta la tumba. Y si la conciencia repiquetea en nuestra alma, nos reconforta pensar que sólo se vive una vez, que bastantes padecimientos sufrimos, o cualquier otra majadería por el estilo. Y así se nos va pasando la vida, entre sacadineros de la más variada estirpe y necedades sin cuento.

 

Sin embargo nuestra cicatería presupuestaria adquiere proporciones de escándalo precisamente cuando atañe a asuntos realmente importantes. Por ejemplo la educación de nuestros hijos. Es curioso. Somos capaces del sacrificio más extravagante por ellos, ¿no es verdad? Como el de esos juguetes incomprensibles que se ven por todas partes, o esas abracadabrantes actividades extraescolares, o viajes a Estados Unidos e Inglaterra (el inglés es ya casi una religión). Pero a la hora de elegir colegio parece como si nos diera un poco igual o se nos encogiera lo que entendemos por sacrificio. Y priman factores como la proximidad a casa, las perfectas instalaciones deportivas o -entonces sí- un precio prudente.

 

Podemos pensar que la formación más importante se da en casa. Y es cierto. Pero habría que cerciorarse de si es verdad que en casa nos ocupamos de nuestros hijos y no los dejamos al albur del ordenador, de la televisión o de terceras personas. Es decir, si actuamos como padres responsables. ¿Hablamos con nuestros hijos dedicándoles el preciado tesoro de nuestro tiempo?, ¿les ayudamos a resolver sus dudas (y no sólo las académicas) anticipándonos a sus problemas?, ¿jugamos con ellos a los indios, al ajedrez o al escondite?, ¿rezamos en familia?

 

Los hijos son nuestro mejor negocio. Y a los negocios hay que dedicarles tiempo, ganas, y una constante inversión. Si queremos creer en su rentabilidad por supuesto. ¿Qué es lo más importante? No todo en la vida es una batalla competitiva. Hay que trascender lo académico, buscando desde su excelencia una coherente formación humana, una educación fundamentada en una jerarquía de valores y de virtudes humanas y espirituales. Porque mejorar la sociedad comienza por elegir para nuestros hijos un colegio donde se les ayude a ir adquiriendo un fuerte sentido de la solidaridad cristiana, donde se les encauce hacia una perspectiva de la futura profesión como actitud de servicio a los demás. Lo que siempre se ha entendido como vocación. Esa es la verdadera madurez.

 

Como padres deseamos lo mejor para nuestros hijos. En definitiva, queremos que sean felices. Pero la felicidad no es una dimensión que se mida en sofisticación o dinero.

Investigan el déjà-vu

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

 

La mayoría de las personas ha tenido alguna vez la sensación de déjà vu: esa impresión de haber vivido con anterioridad una situación presente.  Pero para algunos, la ilusión de lo ya visto o ya vivido es constante, y por tanto un mal crónico.

 

Un equipo de expertos de la universidad de Leeds, en Reino Unido, inició un estudio del fenómeno tras ser inspirados por un paciente que llegó convencido de que ya había asistido al funeral de su amigo --todavía vivito y coleando--.

 

La hipótesis de los investigadores es que la sensación extrema de déjà-vu es causada por un error en el procesamiento de la memoria.

 

El paciente que desencadenó el interés en este estudio fue referido a la clínica de memoria de la universidad de Leeds por su médico de familia. Pero inicialmente rehusó consultar a los expertos porque estaba convencido -equivocadamente- de que ya había estado allí.

 

El individuo incluso "recordaba" detalles específicos sobre la hora y el lugar donde presuntamente había conocido al médico.

 

El paciente, que tenía más de 80 años y padecía demencia senil, también describía cómo todos los programas de televisión eran repetidos, e insistía en que cada vez que salía de su casa oía a un pájaro cantando siempre la misma canción desde el mismo árbol.

 

Falla en el circuito de la memoria.- La publicidad que atrajo el curioso caso hizo que otros 10 pacientes con síntomas similares dieran a conocer su problema. La mayoría eran más jóvenes que la del primer anciano.

 

Todos ellos habían sufrido algún tipo de lesión en la cabeza o padecían de dolor crónico, dos factores que, según los expertos, probablemente están relacionados con la impresión de déjà-vu.

 

El doctor Chris Moulin, líder de la investigación, considera que los enfermos crónicos de déjà-vu se sienten abrumados por la sensación, que incluso llega a causar depresión.

 

Moulin espera que el estudio de estos casos ayude a entender el funcionamiento de la memoria.

"Creemos que el síntoma está causado por un fallo en el lóbulo temporal, donde el circuito desencadenado cuando alguien recuerda algo funciona mal", explicó.

 

El doctor sugirió que, en una persona con déjà-vu crónico, este circuito o es hiperactivo o está permanentemente activo, de ahí que cree recuerdos donde no los hay.

 

"Los enfermos crónicos de déjà-vu necesitan tener el consuelo de que no están solos, y nosotros necesitamos su ayuda para aprender más sobre quién padece (la enfermedad), qué la causa y por qué", concluyó Moulin.

 


Investigan longevidad de hispanos en EU

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La 'paradoja' abre una serie de cuestiones que causan verdadera intriga en expertos

La comunidad médica estadounidense ha decidido de una vez por todas desentrañar el enigma de la llamada "paradoja hispana", las razones por las que los hispanos que viven en EU son más longevos que los blancos no hispanos.

La "paradoja" ha abierto una serie de cuestiones que causan verdadera intriga en los expertos en salud pública de EU, entre ellas, ¿cuál es la razón de que los hispanos, pese al "menor acceso al cuidado de la salud", muestren tasas de mortandad más bajas que los no hispanos?

Así lo plantea el doctor Neil Schneiderman, psicólogo de la Universidad de Miami (UM), quien dirige un ambicioso estudio nacional que, durante seis años, profundizará en éste y en otros interrogantes vinculados a la salud de la comunidad latina.

Sabemos que las "expectativas de vida" de una persona están relacionadas con sus "ingresos económicos, educación y acceso al cuidado de la salud", explicó Schneiderman, y señaló que todos ellos son factores que colocan en "desventaja" a los hispanos.

Según el psicólogo, el 32% de los latinos que residen en EU carece de seguro médico, frente al 11% de los blancos no hispanos.

No obstante, la tasa de mortandad de los hispanos es un 22% menor que la de los anglos y, si comparamos las cifras en Florida, el índice se sitúa entonces un 20% por debajo del que presenta la comunidad blanca no hispana.

A juicio de Schneiderman, aspectos culturales como la primacía de "la familia sobre el individuo", la "empatía" entre los hispanos —que les lleva a tocarse a menudo, algo contrario a las pautas de conducta anglo— y la "sociabilidad" pueden ser factores que favorezcan una vida más larga.

La "paradoja hispana", sin duda, existe, opinó el jefe del departamento de psicología de la UM, y, aunque "las razones no están claras", sostuvo, puede deberse más que a un factor aislado a la interacción de varios de ellos.

Afirmó que no es concluyente la teoría que explica la "paradoja" con el argumento de que ésta se debe simplemente al "efecto del inmigrante saludable" (los más saludables y jóvenes son los que cruzan la frontera).

Asimismo, tildó de simplificación la tesis que defiende que la minoría hispana es la de menor tasa de mortandad porque no se registra el verdadero número de muertes, ya que, según esta teoría, bastantes hispanos de edad avanzada regresan a morir a sus países de origen.

No podía resultar más acertado el momento para realizar esta investigación, ya que los hispanos son hoy la minoría de mayor y más rápido crecimiento, dijo Frank Penedo, profesor asociado de psicología también de la UM.

El "Estudio de Salud de la Comunidad Hispana" pondrá especial atención además en la dieta alimentaria latina y en factores socioculturales como la "red de apoyo familiar y social y el estilo de vida", indicó Penedo.

Estoy de acuerdo, aseveró, en que es una suma de factores la que determina la llamada "paradoja hispana" y, gracias a este estudio, vamos a disponer "por primera vez" de un conocimiento exhaustivo de "cómo interactúan las diferentes variables".

Además, resaltó, la metodología que sigue el estudio (a los participantes se les somete a continuos exámenes médicos) nos ayudará a comprender "por qué los hispanos padecen menos de cáncer y de enfermedades cardiovasculares" que los blancos no hispanos.

Pero no todos los parámetros de salud reflejan una situación favorable para la comunidad hispana en Estados Unidos; así, el índice de latinos que padecen de sida, diabetes u obesidad es superior al de los blancos no hispanos.

Nuestro objetivo es establecer conclusiones sobre "el estado de salud de la comunidad hispana y analizar y comparar los factores de riesgo de los diferentes subgrupos de esta comunidad", señaló Schneiderman.

El estudio epidemiológico, el primero de su tipo que se realiza en EU, con un costo de 10 millones de dólares, examinará en cuatro centros médicos y durante seis años consecutivos el estado de salud de 16 mil voluntarios de origen hispano.

Cada uno de los hospitales analizará el estado de salud de cuatro mil participantes en el estudio.

Las ciudades donde se ubican los centros son: San Diego (donde se tomará en cuenta a la población de origen mexicano); Nueva York (principalmente puertorriqueños); Chicago (comunidad de origen mexicano, centro y sudamericano) y Miami (un 50% de origen cubano y un 20% centro y sudamericano).

 


Jesús: mi modelo

 

Querien Vangal

 

 

He meditado mis rasgos y me he dado cuenta que éstos son muy diferentes a los tuyos. Por eso he levantado la mirada hacia Ti, para que motive mi fe y la lleve a la perfección (Hb 12,2). Yo soy uno de aquellos que no te han visto y, sin embargo, te aman y creen en Ti. Por eso siento ¡una tremenda alegría! (1Pe 1,8), la cual no podría expresar con palabras.

Aquí estoy Señor, dispuesto a seguirte, para ir a anunciarte a otros (Jn 1,40). Dame la fuerza necesaria para poder proclamar tu Buena Noticia a los pobres, como Tú dijiste de Ti mismo (Lc 4, 18).

Aunque no he estado contigo desde el principio, quiero hablar en tu favor. "Lo que he visto y oído" sobre Ti quiero darlo a conocer a los demás (1Jn 1,3).

Dame la oportunidad de tener tu pensamiento (1 Cor 2, 16). Dame la gracia de sentir con tus sentimientos (Rom 15,3), de actuar con los sentimientos de tu corazón, para amar como Tú amas al Padre (Jn 14,31) y así como nos amas a cada uno de nosotros, hasta el extremo (Jn 13,1).

Nadie más ha tenido mayor amor que Tú. Tú mismo dijiste: "No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos" (Jn 15, 13) y Tu diste la vida por tus amigos, muriendo en una cruz (Fil 2,8). Dame las fuerzas necesarias para entregar mi vida, en el día a día (Lc 9,23), actuando en lo posible, con tu misma disposición, tomando la condición de servidor (Fil 2,7). No haciendo las cosas para recibir alabanzas o por vanagloria, porque esto no me serviría de nada (1 Cor 13,3), sino estimando y tratando a los demás como superiores a mí (Fil 2,3-4).

Enséñame el modo de tratar a los amigos, como Tú trataste a los discípulos, yo quiero tratar a mis amigos con la delicadeza que Tú trataste a los tuyos (Jn 21,14-15), por ejemplo: preparándoles comida en el lago de Tiberíades (Jn 21,9-13) o lavándoles los pies (Jn 13,4.5). Enséñame a amar, para poder poner en práctica tu mandamiento sobre el amor (Jn 15,17), porque si yo no tengo amor, nada soy (cfr. 1 Cor 13). Yo quiero estar afianzado en el amor (Col 2,2).

En el trato con los demás quiero estar lleno de bondad y amor y deseos de servirles siempre (Mc 10,43), siguiendo tu ejemplo, que viniste para servir (Mt 20,28). Quiero ser atento y acogedor con los demás (Rom 15,7; Lc 9,10).

Permíteme un amplio conocimiento sobre la vida humana, para que mis prédicas, mis discursos y mis escritos estén al alcance de los humildes y sencillos, aquellos que Tú tanto amas. Dame esa vida abundante que Tú viniste a traer (Jn 10, 10) y dame la gracia para yo poderla compartir con los demás.

Que yo pueda ser como Tú, que vas sembrando amistad con todos (Jn 15,15), especialmente con tus amigos predilectos (Jn 13,23) o aquella familia de Betania (Lázaro, Marta y María) que Tu querías mucho (Jn 11,5) y llenando de alegría con tu presencia una fiesta familiar (Jn 2, 1-11).

Te pido, Señor Jesús, que me enseñes a mirar con cariño y ternura, como Tú miraste a Pedro cuando lo llamaste (Jn 1,42; Mt 16,18; Mc 1,17) o para levantarlo (Lc 22,61) o la mirada que le diste al joven rico, aquel que no quiso seguirte (Mc 21,10) o como levantaste los ojos para fijarte compasivamente en aquella muchedumbre que venía hacia Ti (Mc 3,34; 5,31; 10,23; 6,34; Mt 14,14; Jn 6,5). También enojado y con ira cuando miras a los insinceros (Mc 3,5) o cuando pronunciaste las maldiciones sobre los ricos, los poderosos y los satisfechos (Lc 6,24-26). Quiero aprender de Ti, siguiendo tu ejemplo, de total entrega de amor al Padre y a los seres humanos, especialmente a los pobres, sintiéndome puesto contigo, cerca de Ti y enviado por Ti (Mc 3,14).

Si, Señor, llamado por ti para estar contigo y para enviarme a predicar con poder. Quiero ser enviado para ir y producir mucho fruto que permanezca, porque "en esto ha sido glorificado mi Padre: en que den fruto y sean mis discípulos" (Jn 15, 16).

Señor, enséñame a orar, como Juan enseñó a sus discípulos (Mc 11, 1), porque estoy conciente como nos enseño nuestro fundador: "Hay que orar, orar más, orar mejor, orar siempre y no cansarse nunca de orar".

Dame esa gracia, también a mi Congregación, la gracia de tener tu mismo pensamiento y sentimientos, para poder proceder de acuerdo a tu espíritu.

Quiero identificarme contigo, con tu Evangelio, tus bienaventuranzas (Mt 5, 2-12; Lc 6, 20-26), tu servicio a los pobres y necesitados, como lo soñó nuestro fundador, Alfonso María de Ligorio: Vivir la alegría de la pobreza. "Les recomiendo, la alegría de la pobreza –decía San Alfonso-, para que cada uno se contente con lo necesario, como limosna recibida del Creador".

Ayúdame a tener respeto absoluto a la grandeza del pobre, como nos dijo San Alfonso: "En las misiones procuremos por todos los medios ser corteses con quienes nos acogen. Hablemos con gran respeto y sin herir a nadie, pues a todos hay que tratar con amor y mansedumbre, pero más todavía a la gente popular".

Te estoy pidiendo mucho, no te me vayas a cansar, esta es la última petición, enséñame a dar gratuitamente aquello que gratuitamente yo he recibido (Mt 10,8).

 

Amigo lector: si por suerte te gusta este artículo, como lo espero, te pido por favor, me encomiendes a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, para que ella me ayude a poner en práctica estos mis deseos. Pide para mí esta gracia, que yo te prometo pedirla también para ti y darte mi bendición, sea quien sea que me haga este favor.


José Vasconcelos

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

"El maestro ha hablado, hay que creer". Esa era la máxima que se repetía entre los seguidores del otrora candidato presidencial. Su convicción democrática había quedado sepultada por los acontecimientos; el México posrevolucionario no era un lugar donde pudieran echar raíces los principios del liberalismo político, la confianza en la ley o en la fortaleza en las instituciones. No mientras no se rechazara "la más bochornosa de las imposiciones electorales".

 

El 17 de noviembre de 1929 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales extraordinarias, organizadas por el presidente interino Emilio Portes Gil, luego del asesinato del presidente electo Álvaro Obregón. En un escandaloso fraude --el primero en la historia del partido oficial (PNR)--, donde salieron a relucir las ametralladoras, el robo de urnas, la intimidación y asesinato de los partidarios del candidato de oposición, y toda clase de artimañas, el candidato oficial, Pascual Ortiz Rubio obtuvo el triunfo sobre su oponente José Vasconcelos.

 

Parecía increíble la derrota del otrora creador de la Secretaría de Educación Pública; a todas luces, buena parte de la población lo conocía. Su trayectoria era larga y había estado en la primera fila de los acontecimientos nacionales desde 1910. Maderista de primera generación, fue uno de los hombres leales que acompañaron a Madero en los aciagos días de la Decena Trágica; luego del asesinato del presidente demócrata, Vasconcelos se unió a la revolución constitucionalista; cuestionó el autoritarismo y la autoproclamación de Carranza y se sumó al gobierno de la Convención Revolucionaria surgido en octubre de 1914. La derrota de los convencionistas lo llevó al exilio del cual fue rescatado hacia mediados de 1920 para ocupar la rectoría de la Universidad, lugar desde donde creó la Secretaría de Educación Pública.

 

A pesar de ser un intelectual, conocido escritor, hombre de pensamiento universal, durante la campaña de 1929 logró ganarse el reconocimiento de la clase media, de los estudiantes y de algunos sectores populares.

 

Pascual Ortiz Rubio, candidato oficial, había regresado de una larga estancia en el extranjero como abanderado de su partido para la campaña electoral, pero frente a la opinión pública, era poco más que un ilustre desconocido. De hecho, Ortiz Rubio alcanzó la candidatura de su partido, a través de un fraude interno con el que le fue arrebatado el cargo a Aarón Sáenz, que parecía ser el candidato natural del PNR. Pronto comenzaron a circular las bromas en torno a Ortiz Rubio a quien le llamaban "el nopalito, quesque por baboso" u Ortiz Burro. Un verso vasconcelista era aún más inmisericorde: "Si es usted un animal/ vote usted por don Pascual/ si son puros sus anhelos/ vote usted por Vasconcelos".

 

Vasconcelos recorrió el país, emulando la forma como Madero había realizado su campaña electoral en 1910. El domingo de ramos de ese año, el otrora secretario hizo su entrada triunfal a la ciudad de México y organizó un tumultuoso mitin en la plaza de Santo Domingo, donde se presentó, sin tapujos, como el nuevo Quetzalcóatl frente al Huitzilopochtli representado por la revolución institucionalizada que había acabado con los principios revolucionarios.

 

Los discursos, la lucha partidista y el entusiasmo de los jóvenes fueron insuficientes para detener la maquinaria revolucionaria. El 17 de noviembre se consumó el fraude. Al otro día, los periódicos críticos como El Universal, anunciaron a 8 columnas: "Sangrientas elecciones", los periódicos oficialistas en cambio, dieron la victoria a Ortiz Rubio con una ventaja que ya hubiera querido Madero en las elecciones que lo llevaron a la presidencia en 1911.

 

Con las pruebas en la mano, Vasconcelos denunció la jornada; muchos de sus partidarios fueron golpeados, sin embargo, los resultados no se modificaron. Desesperado, el 1 de diciembre de ese año, José Vasconcelos dio a conocer el plan de Guaymas, en el que se proclamaba presidente electo, desconocía a las autoridades establecidas y convocaba a la revolución. No obstante todas las razones que le asistían a Vasconcelos para proclamar su revolución, en sus palabras, en su discurso, en sus formas y en su actitud, asomaba algo más que una convicción por la justicia, la igualdad o la democracia, asomaban los aires mesiánicos que han acompañado a gran parte de los protagonistas de la historia mexicana.

 

Antonieta Rivas Mercado, mujer que había entregado no sólo su pasión y su fortuna a la causa democrática que representaba Vasconcelos, sino también su corazón al candidato, pudo tomar distancia y criticar el rumbo que tomaba el otrora secretario de educación. No sin preocupación, Antonieta escribió:

 

"El acto de Vasconcelos me parece una locura: y yo le había mandado decir que no comprendía que buscara una victoria, imposible y vana, en el terreno político, --que su misión (para México y para toda la América) estaba en otra parte--. Pero él se ha rodeado de partidarios, cuya exaltación mesiánica ha debido ganarle. He recibido cartas embriagadas, que no lo llaman de otro modo más que 'nuestro Mahatma', y a toda pregunta sobre su programa político responden con: 'El Maestro ha hablado. Hay que creer.' Tengo la idea de que Vasconcelos mismo cree en su misión mística, que ahora él, antes que huir, buscaría el martirio. Y sin duda, en efecto, su memoria se volvería legendaria rápidamente".

 

Tras casi 20 años de violencia ininterrumpida, la sociedad se pronunció a favor de la paz y el movimiento vasconcelista fracasó por completo. Uno que otro general intentó secundarlo pero terminaron frente al paredón. Frente a los hechos consumados, Vasconcelos partió a un largo exilio que duraría casi 10 años, y el partido oficial no volvió a soltar el poder hasta el año 2000. Hasta el día de su muerte --30 de junio de 1959--, Vasconcelos sostuvo que él era el presidente electo de México.



 


Juan Hernández

Querien Vangal

Muchos se preguntan ¿Dónde está y por qué se fue Juan Hernández?  Mucho se especuló en los medios que lo despidieron por incompetente o que se distanció del Presidente por diferencias con Marta Sahagún.  Ni una cosa ni la otra, la realidad es que, como ciudadano y nativo de los Estados Unidos pero con reconocidas raíces mexicanas, lo jaló más su  vocación netamente académica y el importante trabajo que en su país desarrolla –estando en México, en su oficina de Los Pinos, se sentía encajonado-- en esa área en pro de los migrantes latinoamericanos, principalmente de los mexicanos.  

 

Además de ser poeta y académico, de haber dirigido la Oficina de Mexicanos en el Extranjero, de fundar el Centro para Estudios de México y Estados Unidos en la Universidad de Texas, de estar considerado por la revista Fortune como una de las "personas más inteligentes" y de ser uno de los "cien latinos con mayor influencia", según la publicación Hispanic Business, el doctor Juan Hernández viene a ser un optimista incorregible.

 

Este optimismo lo lleva a pensar que, dentro del actual debate migratorio que se escenifica en el Senado de Estados Unidos, hay una luz de esperanza para los 11 millones de indocumentados que viven en este país.

 

Hernández, quien acaba de publicar el libro The New American Pioneers. Why Are We Afraid of Mexican Immigrants?, en el que examina las enormes contribuciones de los inmigrantes mexicanos a este país, explica así las razones de su optimismo.

 

"Es un hecho que en el actual debate migratorio hay dos corrientes: una que pretende cerrar las fronteras y criminalizar a quienes llegan a este país sin documentos y a quienes los ayudan".

 

"Y otra que dice: un momento, ésta no es la esencia de Estados Unidos, nosotros somos un país de inmigrantes y esto es lo que nos ha hecho fuertes, tenemos que encontrar la forma de legalizar a estas personas", me dijo durante su reciente visita a LA.

 

Esta última tendencia —según Hernández— va ganando terreno. Varias encuestas prueban que el académico está en lo correcto.

 

Una de las encuestas, dada a conocer por The Field Poll la mes pasado, indica que el 47% de los californianos considera que los inmigrantes benefician a la economía, contra un 45% que piensa que son perjudiciales y un 8% que no contestó.

 

Lo más llamativo de esta encuesta es que hace 12 años, en 1994, arrojó resultados muy distintos. En aquel año —cuando Pete Wilson gobernaba el estado—, el 67% de los encuestados opinó que los indocumentados eran negativos y sólo un 26% dijo que eran beneficiosos para la economía.

 

A juicio del académico, hijo de un abogado mexicano y una pintora estadounidense, los inmigrantes son el ingrediente fundamental para la vitalidad económica del país, pues le ofrecen sangre joven, le ayudan a proteger su sistema de pensiones, a mantener baja la inflación y a luchar contra la pobreza.

 

Contra la creencia de que ya hay demasiados inmigrantes en este país, Hernández puntualiza que en realidad EU no está superpoblado. "Estamos creciendo sólo al 1% y la mitad de ese crecimiento proviene de la migración".

 

"Si deseamos seguir con el dinamismo económico que tenemos, forzosamente vamos a seguir necesitando de los migrantes", apunta.

 

El libro de Hernández —basado en estadísticas, investigaciones de instituciones de prestigio y testimonios de inmigrantes— es sin duda un aporte de suma importancia para terminar con la idea equivocada de que la inmigración es una amenaza para la estabilidad y desarrollo de este país.

 


Apuntes de Querien Vangal

Juan Pablo II

 

 

A un año del primer aniversario del fallecimiento de Juan Pablo II y en conmemoración del día de la vida, celebrado en nuestro país y el mundo el pasado 25 de marzo, presentamos un homenaje a ese formidable y apasionado defensor de la vida que fue Karol Wojtyla.

 

La vida para Juan Pablo II

 

La defensa de la vida era una cuestión de coherencia para Juan Pablo II, concebía la vida como una realidad unitaria, que contempla cuerpo y espíritu, y la cual empieza temporalmente en la concepción y puede alcanzar su plena realización en la eternidad.

Contrario a lo que muchos de sus críticos decían, la postura de Juan Pablo II no se basaba en posiciones dogmáticas, sino en una visión antropológica realista, basada en la filosofía, la cual <<contribuye directamente a formular la pregunta sobre el sentido de la vida y a trazar la respuesta>>
1, la razón al igual que la fe, tiene su fundamento en la verdad, en cuyo servicio, testimonio y defensa empeñó su vida.

La experiencia diaria muestra la existencia de una realidad de fondo común a todos los seres humanos, gracias a la cual pueden reconocerse como tales. Es necesario hacer referencia siempre a "la naturaleza propia y originaria del hombre, a la naturaleza de la persona humana, que es la persona misma en la unidad de alma y cuerpo; en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y biológico, así como de todas las demás características específicas, necesarias para alcanzar su fin"

Esta naturaleza peculiar funda los derechos de todo individuo humano, que tiene dignidad de persona desde el momento de su concepción. Esta dignidad objetiva, que tiene su origen en Dios creador, se basa en la espiritualidad que es propia del alma, pero se extiende también a su corporeidad, que es uno de sus componentes esenciales. Nadie puede quitarla, más aún, todos la deben respetar en sí y en los demás. Es una dignidad igual en todos, y permanece intacta en cada estadio de la vida humana individual.


Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política. >>
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El valor de la vida para Juan Pablo II además de las implicaciones morales y espirituales que conlleva, tiene una dimensión social. Para el Papa, el derecho a la vida es el fundamento de la sociedad humana. Una sociedad que está en contra de la vida se vuelve contra sí misma y pone en riesgo no sólo la existencia de sus miembros más débiles, sino de toda la comunidad.

 

Las amenazas a la vida

 

Juan Pablo II, no dejaba de reconocer viejas amenazas a la vida como el hambre, las enfermedades endémicas y las guerras, y nuevos peligros, como los homicidios, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; a los que habría que sumar las violaciones a la integridad de la persona humana, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, los intentos de coacción psicológica; y todo aquello que ofende a la dignidad humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos arbitrarios, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; y las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables.

<<Por desgracia, este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien agrandando. Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias.>>

En ese sentido, quizá la preocupación más grande para Juan Pablo II, era la profunda crisis de la cultura contemporánea, la cual, lejos de rechazar o cuestionar las prácticas contrarias a la vida, las justifica e incluso las promueve, interpretando erróneamente a esos delitos como expresiones legítimas de la libertad individual, que deben de ser reconocidas y protegidas como verdaderos derechos por parte del Estado.


<< ¿Dónde están las raíces de una contradicción tan sorprendente? Podemos encontrarlas en valoraciones generales de orden cultural o moral, [...] que sólo reconoce como titular de derechos a quien se presenta con plena o, al menos, incipiente autonomía y sale de situaciones de total dependencia de los demás [...] se debe señalar aquella lógica que tiende a identificar la dignidad personal con la capacidad de comunicación verbal y explícita y, en todo caso, experimentable. Está claro que, con estos presupuestos, no hay espacio en el mundo para quien, como el que ha de nacer o el moribundo, es un sujeto constitutivamente débil, que parece sometido en todo al cuidado de otras personas, dependiendo radicalmente de ellas, y que sólo sabe comunicarse mediante el lenguaje mudo de una profunda simbiosis de afectos. Es, por tanto, la fuerza que se hace criterio de opción y acción en las relaciones interpersonales y en la convivencia social. Pero esto es exactamente lo contrario de cuanto ha querido afirmar históricamente el Estado de derecho, como comunidad en la que a las «razones de la fuerza» sustituye la «fuerza de la razón»
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Es cuando la autoridad política se transforma en un Estado Tirano, que traiciona sus mismas bases, ya que en nombre de la "justicia" comete la más injusta de las discriminaciones, declarando que hay personas que son dignas de ser defendidas y otras a las que se les niega el estatuto de dignas:


<<Reivindicar el derecho al aborto, al infanticidio, a la eutanasia, y reconocerlo legalmente, significa atribuir a la libertad humana un significado perverso e inicuo: el de un poder absoluto sobre los demás y contra los demás. >>

Se vive como si Dios no existiera, y en ese eclipse del sentido de Dios se llega a un eclipse del hombre, el cual le conduce inevitablemente al materialismo práctico, en el que proliferan el individualismo, el utilitarismo y el hedonismo. En ese contexto, el hombre se olvida del ser y el tener se vuelve el valor predominante y se pierde el sentido unitario de la persona.


Bajo esta visión materialista, las relaciones interpersonales se empobrecen: En el plano personal, el cuerpo se convierte en mero instrumento de goce y eficiencia, trayendo como una de sus consecuencias que la sexualidad se instrumentalice y despersonalice, desligándola de sus significados unitivo y procreativo, así, la procreación se vuelve algo negativo y el hijo se convierte en enemigo. En el plano de las relaciones humanas, el respeto, la gratuidad y el servicio, que deberían de ser los criterios propios del respeto a la dignidad de la persona, son sustituidos por criterios de la eficiencia, funcionalidad y utilidad. Bajo estos criterios, los más afectados son los más débiles, los no nacidos, los enfermos, los ancianos. Se ejerce una supremacía, casi despótica, del más fuerte sobre el más débil.

 

Signos de esperanza y fe en Dios

 

A pesar de las amenazas descritas, Juan Pablo II no pierde la esperanza, que tiene su fundamento en el misterio de la encarnación y resurrección de Cristo. Con esa seguridad, afirma que por designio divino, la vida vencerá. Por otro lado, menciona una serie de signos positivos que se están gestando en la sociedad actual:

 

 

Por un lado, la generosa responsabilidad de los esposos que saben acoger a sus hijos como <<el don más excelente del matrimonio>> por otro lado, las numerosas familias e instituciones que acogen a niños abandonados, minusválidos, ancianos, a madres tentadas a recurrir al aborto o que ayudan a familias que se encuentran en dificultades. Por otro lado, la medicina sigue encontrando curas para enfermedades que antes no tenían remedio, a la par que grupos de personas llevan los últimos avances de la ciencia a comunidades marginadas. Como consecuencia de los continuos ataques a la vida, han surgido numerosos movimientos e iniciativas sociales para defender sin violencia la vida y para crear conciencia del valor de la vida; otro signo de esperanza es una sensibilidad cada vez más contraria a la guerra, así como una aversión cada vez más difundida en la opinión pública a la pena de muerte. Finalmente, la discusión de temas relacionados con la calidad de vida y la ecología han permitido que a través de la Bioética se tiendan puentes de dialogo entre creyentes y no creyentes y practicantes de diferentes religiones.


Para Juan Pablo II, la evidencia más grande del valor de la vida humana es la encarnación del Hijo de Dios  ¡Qué grande es el valor de la vida humana si el Hijo de Dios la ha asumido y ha hecho de ella el lugar donde se realiza la salvación para toda la humanidad!

 

La vida es sagrada

 

Aún antes del misterio de Jesús, recuerda que la vida del hombre proviene de Dios, su único dueño, por lo que el hombre no puede disponer de ella, mandato divino reflejado el mandamiento <<no matarás>>, pero no sólo eso, desde la creación, Dios se la confió al hombre para que fuera su soberano y la poblara « Y Dios los bendijo, y les dijo Dios: "Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra"»9. En ese sentido, cada hijo es una colaboración y participación del hombre y la mujer en la obra creadora de Dios.

<<La decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin, ni como medio para un fin bueno. En efecto, es una desobediencia grave a la ley moral, más aún, a Dios mismo, su autor y garante; y contradice las virtudes fundamentales de la justicia y de la caridad. [...] Cada ser humano inocente es absolutamente igual a todos los demás en el derecho a la vida. Esta igualdad es la base de toda auténtica relación social que, para ser verdadera, debe fundamentarse sobre la verdad y la justicia, reconociendo y tutelando a cada hombre y a cada mujer como persona y no como una cosa de la que se puede disponer. Ante la norma moral que prohíbe la eliminación directa de un ser humano inocente « no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales».

Al respecto, Juan Pablo II denuncia el crimen abominable del aborto, el cual, aún considerando las circunstancias dramáticas y dolorosas de la madre <<jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente>>11. En este crimen participan también el padre, igualmente, los médicos y personal sanitario, que se ponen al servicio de la muerte, legisladores, instituciones de salud y organizaciones.

Mención especial hace de la pretendida justificación del aborto que sostiene que el fruto de la concepción no puede ser considerado como una vida humana sino hasta después de un cierto número de días, << En realidad, « desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre... la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar12»>>. Así, desde el momento de su concepción, el ser humano debe ser respetado y se le deben de reconocer sus derechos, empezando por el derecho a la vida.


El reconocimiento al estatuto personal del ser humano desde el momento de la concepción permite valorar moralmente los experimentos científicos con embriones humanos, los cuales, independientemente de sus fines, que pueden ser en sí mismos legítimos, deben ser condenados. Bajo esa perspectiva, tampoco se puede considerar como "material biológico" a los embriones producto de la fecundación <<in vitro>>.

Igualmente, se deben analizar las técnicas de diagnóstico prenatal, las cuales son lícitas si no afectan al embrión y buscan facilitar una terapia precoz, sin embargo, cuando se pone en riesgo la vida del embrión, o cuando son puestas al servicio de la eugenesia, buscando impedir el nacimiento de niños con anomalías, deben de ser condenadas.

En el extremo contrario de la vida, se encuentra la eutanasia, la cual, para definirla correctamente, <<se debe entender una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. « La eutanasia se sitúa, pues, en el nivel de las intenciones o de los métodos usados »>>. Afirma por otro lado, que ésta se debe de distinguir del <<ensañamiento terapéutico>>, a través del cual se pretende, por medios desproporcionados o extraordinarios mantener con vida a una persona. Ante la presencia de una enfermedad, recomienda los <<cuidados paliativos>> que permiten mitigar el dolor, con la condición de que no se le prive al moribundo de la conciencia propia sin un motivo grave.


La eutanasia conlleva, <<según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio>>
13, situación que es moralmente grave, ya que nadie es dueño ni de su propia vida, ni la de los demás. En un contexto cultural en que este tipo de actos se pretenden justificar, y aún, legalizar, la postura de Juan Pablo II es clara: << Así pues, el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia. [...] En el caso pues de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a ella, «ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto».

 

Por una nueva cultura de la vida

 

La exhortación de Juan Pablo II es clara se debe celebrar y anunciar la buena nueva de la vida:

 

<<la vida humana, don precioso de Dios, es sagrada e inviolable, y por esto, en particular, son absolutamente inaceptables el aborto procurado y la eutanasia; la vida del hombre no sólo no debe ser suprimida, sino que debe ser protegida con todo cuidado amoroso; la vida encuentra su sentido en el amor recibido y dado, en cuyo horizonte hallan su plena verdad la sexualidad y la procreación humana; en este amor incluso el sufrimiento y la muerte tienen un sentido y, aun permaneciendo el misterio que los envuelve, pueden llegar a ser acontecimientos de salvación; el respeto de la vida exige que la ciencia y la técnica estén siempre ordenadas al hombre y a su desarrollo integral; toda la sociedad debe respetar, defender y promover la dignidad de cada persona humana, en todo momento y condición de su vida.>>


Ese mensaje se deberá de llevar a cabo a través del diálogo personal, a través de cada actividad educativa, sin importar la impopularidad o la hostilidad de quienes se empeñan en difundir la <<cultura de la muerte>>, para éste fin, <<urge ante todo cultivar, en nosotros y en los demás, una mirada contemplativa. Esta nace de la fe en el Dios de la vida, que ha creado a cada hombre haciéndolo como un prodigio (cf. Sal 139138, 14). Es la mirada de quien ve la vida en su profundidad, percibiendo sus dimensiones de gratuidad, belleza, invitación a la libertad y a la responsabilidad. >>

Juan Pablo II invita a todos a contemplar y reconocer el don de la vida en la vida cotidiana, a través de la entrega total de sí mismo a los demás. Mención especial hace, del testimonio silencioso y elocuente de las madres que están dispuestas a afrontar cualquier sacrificio por sus hijos, de las personas que donan sus órganos según criterios éticos aceptables de quienes están dispuestos a servir a los demás a través de instituciones de ayuda para formar a esposos en métodos naturales, de asistencia a enfermos terminales, de recuperación de drogadictos, de atención y acogida a enfermos de SIDA, cooperativas de solidaridad para discapacitados, etc.


En su visión no podía dejar de mencionar a la familia, <<santuario de la vida>>, la cual debe de ser protegida de los ataques a los que está expuesta, el papel de la familia en la formación de una cultura de la vida es determinante e insustituible.

Ese cambio en la sociedad, tiene una serie de pasos e involucra a varios actores:

<<El primer paso fundamental para realizar este cambio cultural consiste en la formación de la conciencia moral sobre el valor inconmensurable e inviolable de toda vida humana. Es de suma importancia redescubrir el nexo inseparable entre vida y libertad. [...] No menos decisivo en la formación de la conciencia es el descubrimiento del vínculo constitutivo entre la libertad y la verdad. >>

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Una vez formada la conciencia moral, se debe de enseñar y formar a todos, especialmente a los esposos, para que encuentren sentido en el designio que Dios les dio de servicio a la vida y hace una llamada apremiante a las mujeres, para que den testimonio del significado del amor auténtico –como la entrega de uno mismo-, experiencia que favorece la maternidad, a través de la cual pueden vivir el misterio de la vida que madura en su seno. Otros actores a los que llama son a los intelectuales, medios de comunicación y a las mismas madres que han optado por el aborto. Su invitación no es sólo para los creyentes, ya que en eso se juega la suerte de la humanidad.

 

Conclusión

 

La vida misma de Juan Pablo II fue un testimonio de amor y defensa de la vida, no exenta de dolor y sufrimiento. Desde la pérdida de sus padres y hermano cuando era joven, hasta el doloroso ejercicio de amor a la vida en sus últimos años, Juan Pablo II nos enseñó que la vida es un don divino. Sus últimas palabras en ésta tierra nos muestran su confianza de haber vivido plenamente y de haber cumplido su labor en éste mundo. Estaba listo para continuar viviendo eternamente al lado del Padre: "Dejadme ir a la casa del Padre".

 


La actitud y una leyenda China


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Hace mucho tiempo, una joven llamada Lili se casó y fue a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba.  Los meses pasaron y Lili y su suegra cada vez discutían más y peleaban.

De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Lili, no soportando más vivir con la suegra, decidió tomar una decisión y visitar a un amigo de su padre.

Después de oírla, el tomó un paquete de hierbas y le dijo: "No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas.  Deberás darle varias hierbas que irán lentamente envenenando a tu suegra.  Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida.  Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable.
No discutas, ayúdala a resolver sus problemas.  Recuerda tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones".

Lili respondió: "Sí, Sr. Huang, haré todo lo que el señor me pida".

Lili quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especialmente tratada a su suegra.

Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Lili había controlado su temperamento y casi nunca la aborrecía.

En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar con ella.  Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija. 

Un día Lili fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra.  Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di".

El Sr. Huang sonrió y señaló con la cabeza: Lili no tienes por qué preocuparte. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y substituido por el amor que pasaste a darle a ella".

En la China existe una regla que dice: "La persona que ama a los otros, también será amada"  La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas lo que les damos y por eso ten cuidado!!! Acuérdate siempre: "El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria, por eso ten cuidado con lo que plantas"

Un día, hace varios años, la esposa de un muy querido amigo me comentó:

"Esta leyenda china me ha recordado cómo mi suegra se oponía al noviazgo de mi hoy esposo y yo. En esos momentos yo decidí seguir a Jesús y entregarme a Él por completo.  Sin recurrir a ninguna hierba (como en esta leyenda), sólo a la siembra del Señor en mi corazón, ella fue cambiando hasta llegar un día a decirme ella, que yo era la hija que nunca tuvo. ¿Qué le parece? Fui novia de mi esposo por 6 años y tenemos 21 años de casada.  Hoy en día la tenemos en el hospital, en cuidados intensivos, ya que hace unos días le dio un infarto cerebral. No puede hablar, el lado derecho de su cuerpo quedó paralizado y como es asmática y cardiaca hay que tener mucho cuidado.  Te puedo decir que he llorado varias veces de verla de esa manera y no paro de suplicarle a Dios que le dé otra oportunidad para que sane su alma. Si después, se la tiene que llevar, no importa, pero que se la lleve cuando ella va a estar al lado de Él, de otra manera que la deje otro tiempo entre nosotros. Ayúdame a suplicarle lo mismo a Dios.  Con sus defectos y virtudes ha sido una mujer extraordinaria.  Aprendí, poco a poco, a comprender por qué ella actuaba como actuaba.  Ella de niña no tuvo la dicha que tuve yo, de recibir mucho amor y cariño y eso la hacía a ella ser una persona dura con la gente.
Muchas veces su corazón sentía de una manera, pero su boca expresaba lo contrario.  La leyenda me cae como anillo al dedo".




 




La "ceguera" del amor

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Una frase repetida mil veces llena a fijarse en los corazones como una verdad inconmovible. También cuando esa frase encierra una inexactitud, un error o una mentira.

"El amor es ciego". Lo repetimos una y otra vez. Pero más de uno ha alzado la voz, se ha rebelado contra estas cuatro sencillas palabras.

André Frossard es uno de esos rebeldes. En su obra "Dios existe, yo me lo encontré" (p. 30), exclama: "¿Quién dijo que el amor es ciego? Es el único que ve bien: descubre bellezas donde nada ven otros".

En cada realidad, en cada rincón de nuestro mundo inquieto, hay mil bellezas escondidas. Muchos no las ven. Pasan (pasamos) con prisas entre los cipreses, los jilgueros y los ríos. Corremos por las calles sin fijarnos en las palomas o las nubes. Cerramos los ojos a tantos rostros que nos parecen indiferentes, fríos, fugaces, tal vez hostiles o apáticos.

"El amor descubre bellezas..." Desde el amor, una madre sabe lo hermoso que es ese hijo al que los profesores consideran un incorregible peligroso. O lo que vale ese otro hijo siempre enfermo, siempre pálido, incapaz de mantenerse en pie por esos dolores que son más profundos en la madre que en el hijo.

Desde el amor un hijo aprecia a sus padres ancianos. Aunque no puedan valerse por sí mismos, aunque las arrugas hayan deformado aquellos rostros siempre tan alegres, aunque las circunstancias de la vida hagan que el hijo y los padres vivan separados por mares, montañas y fronteras.

Desde el amor arranca esa "manía" o locura que permite el que un chico y una chica se amen para siempre, digan sí al matrimonio. Aunque algún observador externo no comprenda por qué se quieren, si él o ella parece tan feo, tan pobre o tan miserable... Los dos han descubierto tesoros escondidos, tesoros que valen por sí mismos, tesoros por lo que dejan todo para vivir con él, con ella, unidos siempre, sin reservas, sin miedos.

Desde el amor se comprende por qué Dios mira a los hombres y los trata con cariño. Por qué envía la lluvia sobre buenos y malos, por qué cuida de los niños y los ancianos, por qué ofrece una nueva oportunidad a ese pecador empedernido.

Quizá hoy nos hemos vuelto un poco ciegos, no porque "amamos demasiado", sino precisamente porque hemos dejado de amar. Necesitamos recuperar una vista que nos haga descubrir mil tesoros escondidos, que nos haga conocer al que vive a nuestro lado.

A ese, precisamente a ese, que parece tan molesto o tan herido. A ese que, bajo su imagen pobre o su carácter díscolo, esconde un corazón muy rico, que empezará a brillar si, con amor, es descubierto, es visto, y empieza también él a mirar a quien le trata con afecto. Con toda su riqueza eterna, con el cariño que sobre él vuelca, cada día, Dios que es siempre un Padre bueno. Tan bueno que, para alguno, parece un poco ciego, cuando en realidad es el que mejor ve, el que más conoce lo que hay allí, dentro, en lo más profundo de cada uno de sus hijos.


La ciudad de México en poder de los revolucionarios

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La vox populi solía decir que "la revolución, como Cronos, se comió a sus hijos". Nada más atinado que la sabiduría popular. La lucha armada comenzada en 1910, por momentos llegó a perder su verdadero sentido político y social, para dar paso tan sólo a las ambiciones personales. Lo que debía ser un medio, se convirtió en un fin: el poder.

La ciudad de México fue testigo del lento desgarramiento interno que sufrió la revolución hasta su definitiva escisión en 1914. Sus habitantes pudieron apreciarlo y lo padecieron. La capital del país, que durante el siglo XIX había sufrido los avatares de la política, volvió a ser víctima y corresponsable de algunos hechos de triste memoria en la historia mexicana como aclamar a los asesinos de Madero. De ese modo, los caudillos que victoriosos desfilaron por sus principales calles buscaron desagraviar a la nación entera, castigando a la ciudad capital de distintos modos.

No se recordaba otra manifestación tan espontánea y tumultuosa desde la entrada del ejército Trigarante a la ciudad de México en 1821. En tan sólo 6 meses, la revolución acaudillada por Francisco I. Madero había logrado derrocar a un régimen que tenía más de tres décadas de permanecer en el poder. Aun para los escépticos era innegable el carisma del "chaparrito" jefe de la revolución. Ese 7 de junio de 1911, día en que debía llegar a la Ciudad de México, un terrible terremoto azotó a la capital produciendo severos daños y muchas víctimas. Pronto comenzó a circular un verso por las calles metropolitanas: "el día que Madero llegó, hasta la tierra tembló". Nada eclipsó, sin embargo, la entrada triunfal de Madero".

Esa misma multitud que mostraba su entrega total al "apóstol de la democracia", sellaría su destino dos años después frente a los revolucionarios norteños, al permanecer impasible ante los arteros asesinados de Madero y Pino Suárez. Más aún, los habitantes de la ciudad de México se atrevieron a vitorear a Félix Díaz y a Victoriano Huerta durante el desfile que se organizó una vez consumado el golpe de estado en febrero de 1913.

Los caudillos revolucionarios no perdonarían a la ciudad de México de tan oprobiosa y cobarde actitud. Pero entre ellos existía además un sentimiento de rechazo hacia la capital, hacia la centralización. La mayoría de los caudillos eran originarios de los estados de Coahuila, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León o Durango. Salvo en el terreno político, en el cual no había más voluntad que la del gran elector Porfirio Díaz, en otros ámbitos de su vida cotidiana, los estados norteños --algunos más desarrollados que otros--, habían aprendido a contar con sus propios recursos y esfuerzos, y por momentos desarrollaron cierta autonomía, sobre todo en el terreno de la mentalidad, frente al poder central.

La ciudad de México representaba lo contrario. Era la antítesis. Por ello, al sobrevenir las ocupaciones revolucionarias de 1914 y 1915, la capital tenía que responder por dos cargos: el asesinato de Madero y la excesiva centralización que definitivamente había trastocado la vida política de los norteños. Era el centro del país, el sitio donde se había roto el orden constitucional para perjuicio de los estados de la Federación, el genuino federalismo no funcionaba.

La toma de Zacatecas por la división del Norte, en junio de 1914, apresuró la caída de Huerta, quien renunció a la presidencia el 15 de julio. La famosa batalla franqueó el acceso a la ciudad de México, pero Carranza, cuyas relaciones con Villa estaban cerca de la ruptura definitiva, no quiso que el Centauro avanzara hasta la capital de la república e impidió su movilización cortando el abastecimiento de carbón para sus locomotoras.

Obregón, por entonces favorito de Carranza, avanzó hacia el centro del país y en los primeros días de agosto estableció su cuartel general en Teoloyucan, en el estado de México, para pactar con las autoridades capitalinas la entrega de la ciudad de México y la rendición del ejército federal.

Durante la ofensiva final hacia la capital, Carranza, Obregón y algunos otros militares lanzaron amenazas contra la ciudad de México y sus habitantes. El 4 de junio de 1914, Obregón publicó un manifiesto que decía: "¡Paso al Ejército Constitucionalista! ¿A dónde van nuestros victoriosos clamores? A la tristemente célebre ciudad de México, adonde muy pronto llegaremos triunfantes, para hacer sentir al asesino el peso de sus crímenes, con el elocuente mensaje de nuestros cañones". Algunas semanas después, cuando se preparaba la ocupación de la ciudad de México por las tropas constitucionalistas, Carranza comentó: "Todo el país está hecho pedazos y sus pobres habitantes han sufrido lo indecible con la revuelta, sólo la ciudad de México nada ha perdido, y sin embargo, es siempre cuna de todos los cuartelazos y todas las revoluciones, justo es que pague esta vez sus faltas y la vamos a castigar duramente, igual que a todos los que ayudaron a Huerta".

La realidad dejó atrás la retórica revolucionaria: Carranza y Obregón trataron con benevolencia a la ciudad de México. La firma de los tratados de Teoloyucan permitió la ocupación pacífica de la capital y por primera vez, Obregón paladeó el reconocimiento público, alcanzando un instante de gloria en una metrópoli que generalmente se avenía con el triunfador. El invicto general aceptó el reconocimiento público, después de todo, la ciudad de México representaba la cuna del poder.

En sus memorias tituladas Ocho mil kilómetros en campaña, Obregón se refirió a su entrada el 15 de agosto de 1914: "El entusiasmo demostrado por las clases populares a nuestra llegada a la capital, alcanzó su máximo, habiendo tenido nuestra columna que emplear más de tres hora en desfilar desde el Monumento a la Independencia hasta el Palacio Nacional, frente a la plaza de la Constitución que es una distancia de tres kilómetros aproximadamente, debido a la aglomeración de la gente que entorpecía completamente nuestra marcha".

En su fría descripción, Obregón no comentó que el clamor popular lo sedujo para salir al balcón a dirigir unas palabras al pueblo que se aglutinaba frente al viejo palacio de los virreyes. El general sonorense recomendó al pueblo mexicano gran cordura y lo invitó a colaborar con la revolución "a establecer en nuestra patria un gobierno perfectamente constituido".

El único reproche público que Obregón hizo a los habitantes de la ciudad de México fue el 17 de agosto. El general acudió al panteón Francés a rendirle honores a Madero. Fue su primer discurso formal y en él lanzó la primera piedra al reconocer en una mujer, el valor que les faltó a todos los hombres de la ciudad capital. Esa mujer había rechazado públicamente el cuartelazo de Huerta. El sonorense claramente dijo que en México no había habido más que un hombre, y ése, era una mujer: "Pero reconociendo el valor donde éste exista, entrego esta arma a esta valerosa mujer (la señorita María Arias), un arma que me ha servido para defender la causa del pueblo y que aquí en México sólo puede ser confiada a la mano de las mujeres".

La entrada de Carranza a la capital el 20 de agosto, cambió la situación por completo. Finalmente, el primer jefe de la revolución era él y no Obregón y de acuerdo con su plan de Guadalupe le correspondía ocupar la presidencia de México, al menos temporalmente.

Carranza decidió castigar a la capital del país de una manera muy singular: permitiendo que sus hombres se apropiaran de las casas de los principales enemigos de la revolución. Obregón se alojó en la mansión de doña Lorenza Braniff, en el paseo de la Reforma; el general Pablo González lo hizo en la de Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz; el general Lucio Blanco ocupó la "casa de los héroes", así llamada la mansión de la familia Casasús.

"Había sido costumbre de la mayoría de los jefes constitucionalistas --escribió el general Juan Barragán-- a guisa de represalias, ocupar como cuarteles generales, las mejores residencias de los acaudalados provincianos a los que se consideraba enemigos de la revolución… ¿por qué iba a hacerse una excepción con los políticos aristócratas de la ciudad de México, los que más habían ayudado o fomentado, o por lo menos, aplaudido al asesino del presidente Madero?".

Los revolucionarios nada respetaron y el paseo de la Reforma se convirtió en un chiquero. Las casas fueron saqueadas, las cavas rápidamente consumidas, las bibliotecas desmembradas, los muebles robados. Para los habitantes de la ciudad de México, difícil era creer que ese grupo de hombres pudiera restablecer el orden constitucional si sólo se sometían al mandato de sus ambiciones y su personal concepto de la justicia. Lo que para los propios constitucionalistas parecía legítimo y justo, para algunos intelectuales de la misma época, también revolucionarios, era tan sólo vandalismo y latrocinio. El primer jefe Carranza no robaba pero dejaba que sus hombres se entregaran al saqueo:

"De Carranza --escribió Martín Luís Guzmán--, la voz del pueblo hizo carrancear, y a carrancear y robar los convirtió en sinónimos. En el carrancismo, a no dudarlo, obraba el imperativo profundo del robo, pero del robo universal y trascendente, del robo que era, por una parte, medio rápido e impune de apropiarse de las cosas, y por la otra, deporte favorito, travesura risueña, juego y, además, arma para herir en lo más hondo a los enemigos, o a quienes se suponía enemigos, y a sus parientes y amigos próximos. El carrancismo fue un intento de exterminio de los contrarios impulsado por resortes cleptomaníacos".

José Vasconcelos también dejó testimonio de aquellos críticos días que padecieron la ciudad de México a manos de los "consusuñaslistas" como empezaron a llamar a los constitucionalistas. Era un hecho que la ciudad de México sufría del embate del vandalismo revolucionario:

"No sólo la humillación sufrió la capital; también, como todas las otras ciudades del país, estuvo sometida al saqueo. Todas las casas ricas fueron ocupadas por los militares al capricho de cada cual y de acuerdo con denuncias sin comprobar o sólo porque atraían la codicia de cualquier coronel. Todo se perdió por la apatía y la cobardía de Carranza, pues hubiera sido mejor un decreto de confiscaciones, francamente ejecutadas, que la tolerancia culpable con que se permitió la prolongada sustracción de toda clase de objetos".

En nombre de la justicia, pero con mano justiciera; en nombre del pueblo, pero sin el pueblo, en nombre del bien de la Patria, pero lacerándola, los revolucionarios trastornaron la vida cotidiana de la ciudad de México. La capital de la república no fue respetada porque a juicio de los propios sonorenses, ésta no había tenido la dignidad suficiente para enfrentar la usurpación y eso la condenó.

 


La ciudad de México y los vaivenes de la política

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

"Nunca se había visto en Méjico una columna de diez y seis mil hombres..." anotó Lucas Alamán en su Historia de Méjico, recordando aquel 27 de septiembre de 1821, día en que el Ejército Trigarante desfilaba triunfal por las calles de la ciudad de México. La otrora capital de Nueva España daba la bienvenida al libertador don Agustín de Iturbide, entregándose incondicionalmente al caudillo consumador de la independencia. Nadie en esos momentos se habría percatado de que en medio la columna militar, marchaba modestamente el veterano insurgente, Vicente Guerrero. Poco importaba; nada opacaría el júbilo y el entusiasmo popular volcado unánimemente en las calles. Ese día, la ciudad de los Palacios se vistió de tres colores "y la alegría era casi universal".

¿Qué es lo que verdaderamente celebraban los habitantes de la ciudad de México? ¿La culminación de once años de guerra que habían asolado al país? ¿Al caudillo Iturbide "objeto entonces del amor y admiración de todos"?, ¿el nacimiento de la nación mexicana? Los motivos eran muchos: la paz, el héroe, la nueva nación, la independencia; todo era motivo de fiesta. En la ciudad de México, las clases sociales parecían haberse fundido en una sola para celebrar la independencia y rendir honores a Iturbide. El mismo caudillo había proclamado que todos los habitantes de la antigua Nueva España, serían iguales y reconocidos bajo el gentilicio de "americanos". Al menos por un día, las diferencias sociales desaparecieron, todos eran uno. Años después, Alamán recordaría ese día como a ningún otro:

"Puede decirse que este ha sido en todo el largo curso de una revolución de cuarenta años, el único día de puro entusiasmo y de gozo sin mezcla de recuerdos tristes o de anuncios de nuevas desgracias, que han disfrutado los mexicanos... y la esperanza halagüeña de grandezas y prosperidades sin término, ensanchaban los ánimos y hacían latir de placer los corazones"

El entusiasmo se extendería por varios meses y el 18 de mayo de 1822 se repetiría la escena: la ciudad de México volvería a rendir tributo a Iturbide ungiéndolo con el poder. El sargento Pío Marcha, seguido por militares y buena parte del pueblo recorrió las calles de la ciudad proclamando a don Agustín, Emperador de México. El 21 de julio se llevó acabo la fastuosa coronación: obispos, diputados, ministros, nobles, familias distinguidas y tomaron sus lugares en una Catedral engalanada de oro y plata, luces y flores. Afuera, en las calles, el pueblo compartía el júbilo general: música, cohetones, disparos de fusil y el repique constante de las campanas lo motivaban a aclamar a su nuevo Emperador.

A partir de aquella fecha, la heterogénea sociedad capitalina viviría, festejaría y padecería los avatares de las luchas políticas, las invasiones extranjeras y los pronunciamientos cotidianos. Su comportamiento frente a los vencedores que desfilaron una y otra vez por las calles de la ciudad fue por momentos ambigua y desconcertante pero la mayoría de las veces se definió por el apoyo incondicional al triunfador. Caudillos militares, presidentes civiles y hasta un par de emperadores fueron vitoreados al entrar a la noble y leal ciudad de México, a donde llegaban para ocupar el lugar que alguna vez fuera de los tlatoanis, virreyes y desde 1821 el de los gobernantes de un país que iniciaba el largo y penoso proceso de consolidar su independencia. La ocupación de la ciudad de México tenía un sólo significado: el poder.

 

* * *

Con la consumación de la Independencia la estratificación social no había sufrido cambios sustanciales. De hecho, la sociedad estaba tan polarizada como en el periodo colonial. A los ojos de los extranjeros resultaba evidente "ese sorprendente y asqueroso contraste entre el esplendor de los ricos y la escuálida penuria de los pobres".

Los criollos ocuparon la punta de la pirámide social. Después de todo, habían logrado la Independencia y no propiamente las clases populares. Hasta poco más de la mitad del siglo XIX, serían la clase rectora del país, pero su mayor problema fue la falta de experiencia para gobernar. Los españoles, peninsulares y el gobierno virreinal nunca permitieron su acceso a los cargos públicos de importancia. Al momento de arribar al poder, los criollos --federalistas y centralistas-- gobernaron buscando hacer triunfar alguno de los dos proyectos de nación, que si bien chocaban entre sí, ambos suponían la preservación de sus intereses de clase.

En la ciudad de México, las familias "de alcurnia", gozaban de una desahogada situación económica y se avenían desde luego a la propuesta centralista-conservadora. Paradójicamente, su posición política ante hechos consumados fue indefinida: si vitorear al triunfador garantizaba la salvaguarda de sus intereses, no lo dudarían dos veces y en su momento lo demostrarían.

El pueblo, arrastrado por la inercia de la política nacional muchas veces mostró su empatía con la posición asumida por el resto de la sociedad capitalina ante los caudillos victoriosos. Por eso se entregaron a Iturbide cuando consumó la Independencia y fue proclamado emperador, pero igualmente apoyaron y celebraron su abdicación y caída. ¿A qué se debía este fenómeno?

Las condiciones económicas en que se encontraba el pueblo crearon un terreno fértil para la manipulación y el levantamiento. La clase rectora de los criollos (clero, ejército, oligarquía) necesitaba de un hombre con el carisma necesario para gobernar, pero que además pudiera ganarse el apoyo de las clases menesterosas. De ese modo, las aspiraciones, valores, virtudes y necesidades de la sociedad se cristalizaron en un sólo hombre que logró seducir a todo un país durante la primera mitad del siglo XIX. Ese hombre era Santa Anna.

En aquellas primeras décadas de vida independiente, la ciudad de México bien pudo e llamarse "ciudad Pronunciamiento". Alamán llamó a ese periodo la "época de las revoluciones de Santa Anna". Gran cantidad de levantamientos iniciados en la ciudad de México o en otros estados del país, terminaban siendo encabezados por el general jalapeño, quien abanderaba cualquier causa, para luego hacer su entrada triunfal en la capital del país en medio del clamor popular.

Hacia 1840, durante su estancia en México, Madame Calderón de la Barca --esposa del embajador de España-- hizo un acertado recuento de todos los movimientos armados que se habían producido en México desde 1810. Sarcásticamente anotaba que cada pronunciamiento podía llegar a pronosticarse "como si se tratara de un eclipse de sol":

Todos los mexicanos... por debajo de los cuarenta... presenciaron la revolución de Dolores en 1810, su continuación por Morelos..., la revolución de Iturbide en 1821; el grito de Libertad que en 1822 dieron los generales "beneméritos de la patria", Santa Anna y Victoria; el establecimiento del sistema federal en 1824; la horrible revolución de la Acordada en 1828, en la cual la ciudad de México fue saqueada; la adopción del sistema central en 1836, y la última revolución de los federalistas en 1840.

Salvo el motín de la Acordada en 1828, la ciudad de México generalmente era respetada. Quizá por eso la sociedad capitalina se entregaba con tanta facilidad al caudillo, después de todo, sabían que el dominio de la ciudad era sinónimo del poder y desde esa lógica, nadie se atrevería a atentar contra ella.

Entre Santa Anna y la ciudad de México hubo un particular entendimiento que por momentos llegó al exceso. Durante la guerra de los pasteles en 1838, el caudillo que años antes había "batido en Tampico al orgullo español", acudió al llamado de las armas para hacer frente al enemigo extranjero y ante el fuego de metralla, tuvo la fortuna de cambiar una pierna por el reconocimiento de sus conciudadanos. Al menos por algún tiempo, Santa Anna logró ascender hasta el altar de la Patria y la ciudad de México así lo reconoció:

El pie que cayó cortado por la metralla francesa en Veracruz, ha sido desenterrado de Manga de Clavo. Una comitiva de todos los ministros, todos los estados mayores, todas las tropas, los niños de las escuelas, la artillería, los cadetes del Colegio Militar, las músicas y curiosos de todas las clases sociales, lleva los venerables trozos de canilla y demás huesos al cementerio de Santa Paula. Un orador declara que el nombre de Santa Anna durará hasta el día en que el sol se apague y las estrellas y los planetas vuelvan al caso donde durmieron antes.

Tiempo después, esa misma multitud exhumó su pierna y la arrastró por la ciudad de México, luego lo perdonó y volvió a vitorearlo, más tarde lo reconoció como "Alteza Serenísima", finalmente lo despidió para siempre, y todo en diecisiete años. Así acabó su romance con la ciudad de México.

 

* * *

De 1847 a 1867 México se transformó radicalmente. Tras dos años de guerra con Estados Unidos, en 1848 México perdió la mitad de su territorio y en 1853 poco más de cien mil kilómetros más que completaron el despojo. Santa Anna, "su Alteza Serenísima", desapareció de la escena política (1855). Se firmó una nueva Constitución (1857) que dio origen a la Guerra de Reforma (1858-1861) y al enfrentamiento definitivo entre liberales y conservadores. Se dictaron las leyes de Reforma (1859) y luego de varios años, la República triunfó sobre la intervención francesa, se desintegró el segundo imperio con todo y Maximiliano y de paso acabó con los conservadores (1861-1867). Durante esos años ejércitos extranjeros, miles de hombres, conservadores y liberales, militares, presidentes y hasta una pareja de emperadores entraron y salieron de la ciudad de México.

Ante la invasión norteamericana los habitantes de la capital del país mostraron actitudes diferentes y contradictorias, vergonzosas y heroicas.

En plena campaña militar, cuando Santa Anna trataba de organizar el ejército para iniciar sus operaciones desde San Luis Potosí, estalló la revuelta de los Polkos (1847) en pleno corazón del país: la Guardia nacional que se había constituido en la capital y estaba compuesta básicamente por la gente acomodada de la ciudad, se levantó en armas contra el gobierno mexicano por querer intervenir los bienes del Clero para financiar la guerra. Santa Anna regresó a la capital y el problema fue resuelto sin derramar una gota de sangre, pero se perdieron tiempo y recursos. Quedaba demostrado que la guerra con el extranjero no era un asunto de interés nacional.

Cuando los norteamericanos izaron el pabellón de las barras y las estrellas sobre Palacio Nacional, el 14 de septiembre de 1847, una parte de la sociedad capitalina finalmente reaccionó a "la indolencia" mostrada en los días anteriores. Escenas de verdadero heroísmo se vivieron frente a la Alameda Central: los civiles intentaron detener el avance norteamericano disparando desde sus ventanas, azoteas y balcones. Dos días duró la resistencia hasta que el Ayuntamiento publicó una proclama donde invitaba al pueblo a que abandonase su actitud belicosa debido a que no se esperaba ningún socorro y las represalias podrían ser enormes. Por aquella resistencia, el general Scott impuso a la ciudad la multa de 150,000 pesos, que pagó el Ayuntamiento.

Pero aún en medio de la resistencia capitalina hubo actitudes bochornosas, inexplicables ante el marco general de los acontecimientos, como lo refiere un testigo de la ocupación: "vergonzoso es en verdad que en aquellos días solemnes, en medio del entusiasmo del pueblo, y cuando no debía haber mostrado nadie a los ojos del mundo deseo de paz a los enemigos, se vieran colocados en casi todos los balcones, banderas blancas en las casas de los mexicanos... a fin de evitar el saqueo de sus efectos".

 

* * *

"Deberíamos quemarla", dijo en alguna ocasión Zaragoza, refiriéndose a la ciudad de Puebla cuando disponía su defensa en 1862. Extremadamente conservadores, los poblanos no habían disparado un solo tiro contra los norteamericanos permitiendo la ocupación pacífica de la plaza en 1847. Ese 1862, cuando los franceses se avistaban a unas cuantas leguas de la ciudad de los ángeles, los poblanos esperaban ansiosos su llegada. ¿Era un retrato de la ciudad de México? No del todo, Puebla definió su posición y optó por los conservadores; la ciudad de México no, oscilaba entre una y otra posición y sólo se definía ante la victoria.

El 11 de enero de 1861, Juárez hacía su entrada triunfal a la ciudad de México y el recibimiento fue --según crónicas de la época--, "una verdadera marcha triunfal", apoteósico, voluntario, espontáneo y libre. Tres años después, mientras Juárez, en su austero carruaje iniciaba su peregrinaje por el norte del país, llevando consigo los poderes de la República, Maximiliano y Carlota entraban a la ciudad de México (12 de junio de 1864), "cuyas solemnes fiestas celebraban el advenimiento al trono de su nuevo Emperador... Las calles, las puertas de las casas, los balcones y... todos los edificios de la capital rebosaban de gente". Tres años más y el 15 de julio de 1867, Juárez regresó a la capital del país y desde el balcón principal del Palacio Nacional "presenció los repiques, las salvas de artillería y las aclamaciones de una multitud bulliciosa y entusiasta que celebraba de manera tan digna la reivindicación del derecho y el triunfo de la patria y de la libertad". ¿A quién vitoreaba la ciudad de México?

Porfirio Díaz comprendió muy bien la relación que existía entre la ciudad de México y el poder que detentaba quien tuviera su dominio. Y en junio de 1867, algunas semanas antes de que Juárez hiciera su entrada triunfal, cuidó todas las formas necesarias para ocupar con su ejército, la capital de la República, pacíficamente, sin derramar sangre alguna. Sabía que no tendría una fastuosa recepción como Juárez, pero sembraba lo que cosecharía años más tarde: la gratitud de los habitantes de la ciudad de México por haber evitado los excesos de toda ocupación mal planeada. El general oaxaqueño no tomó represalias contra los imperialistas: "el resultado se reflejó en una entrada que pareció el regreso de una parada militar en tiempo de paz... ni un tiro, ni siquiera un grito sedicioso... fue la visión del porvenir".

Y el porvenir llamaba al general Díaz a ser el hombre que transformara por completo al país e hiciera de la ciudad de México el verdadero centro del poder.

 


La ciudad ocupada

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Para septiembre de 1914, la escisión revolucionaria era casi un hecho. Tratando de mediar entre Carranza y Villa, Obregón estuvo a punto de ser fusilado por el Centauro del Norte. Se propuso entonces un último intento para solucionar los conflictos entre las distintas facciones y fue convocada una convención revolucionaria que inició sus trabajos en la ciudad de México. Desde luego, Villa y Zapata temían el "madruguete" en la capital del país, territorio ocupado por Carranza.

A petición de algunos generales "neutrales", la Convención se trasladó a la ciudad de Aguascalientes, donde Carranza fue cesado en sus funciones de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y encargado del poder ejecutivo y el general Eulalio Gutiérrez fue designado presidente provisional. Era el 30 de octubre de 1914.

Carranza, Obregón y algunos otros generales se movilizaron hacia Veracruz para reorganizar sus fuerzas y esperar los movimientos de la Convención. Por su parte, el presidente Eulalio Gutiérrez avanzó hacia la ciudad de México. En ella se reunirían por primera vez, Villa y Zapata.

A fines del mes de noviembre, los últimos contingentes constitucionalistas abandonaron la capital del país y los primeros batallones zapatistas comenzaron la ocupación de la gran ciudad. Sus habitantes estaban verdaderamente atemorizados. Si con los constitucionalistas les había ido mal, qué podían esperar de los villistas y zapatistas, y peor aún, de sus jefes. Villa tenía la fama de asesino y Zapata era conocido por la prensa capitalina como el "Atila del Sur".

Paradójicamente, la ocupación zapatista fue muy ordenada y tranquila. La mayoría de los campesinos nunca habían estado en una ciudad como la capital del país y la recorrieron con mucha precaución, estaban impresionados y se veían incómodos. "por no conocer cuál era el papel que debían desempeñar --escribió John Womack, biógrafo de Zapata--, no saquearon ni practicaron el pillaje, sino que, como niños perdidos, vagaron por las calles, tocando las puertas y pidiendo comida. Una noche oyeron mucho ruido y sonar de campanas en la calle, de un camión de bomberos y sus tripulantes. Les pareció que el extraño aparato era artillería enemiga y dispararon contra él, matando a doce bomberos".

El propio Zapata tuvo un comportamiento diferente al de Carranza. No sintiéndose tranquilo en la ciudad de México, se hospedó en un modesto hotel junto a la estación del ferrocarril que iba hacia Cuautla. El 4 de diciembre, los dos caudillos más populares de la revolución, Villa y Zapata, se reunieron en Xochimilco, un agente estadounidense atestiguó el encuentro:

"Villa era alto, robusto, pesaba cerca de 90 kilos, tenía una tez casi enrojecida como la de un alemán, se cubría con un saracof, ibas vestido de un grueso suéter marrón, pantalones de montar de color caqui y botas pesadas de jinete. Junto a él, Zapata parecía ser natural de otro país. Mucho más bajo que Villa, no debía pesar los 70 kilos, era un hombre de piel oscura y rostro delgado, cuyo inmenso sombrero a veces echaba tal sombra sobre sus ojos que no se le podían ver… vestía una corta chaquetilla negra, un largo paliacate de seda de color azul pálido… Vestía pantalones apretados negros, de corte mexicano, con botones de plata cosidos en el borde de cada pierna".

Dos días después, el 6 de diciembre, los dos ejércitos hicieron su entrada triunfal en la ciudad de México y desfilaron por sus principales calles. Algo más de 50 mil hombres se concentraron en Chapultepec y a las 11 de la mañana avanzaron por Paseo de la Reforma. A la vanguardia iba un pelotón de caballería formado por fuerzas de la División del Norte y del Ejército Libertador del Sur, en seguida venían a caballo Villa y Zapata, el primero "con flamante uniforme azul oscuro y gorra bordada" y el segundo de "charro". En un momento del trayecto, Villa perdió su kepí, que cayó al suelo, y Zapata, mostrando sus grandes dotes de charro, sin bajarse del caballo y todavía en movimiento, se agachó y recogió la prenda, entregándosela al Centauro del norte. La apoteósica jornada culminó cuando Villa, acompañado por Zapata, se sentó en la silla presidencial y sonriente se tomó la foto que pasaría a la posteridad, mientras el Caudillo del Sur, veía receloso a la cámara.

La presencia de Villa en la ciudad de México tuvo sus momentos anecdóticos. Al igual que Obregón, fue al panteón Francés a rendirle honores a Madero. El centauro lloró amargamente frente a la tumba del "apóstol de la democracia" y siendo realmente sincero su cariño hacia don Panchito, decidió cambiar el nombre de la calle de San Francisco por el de Francisco I. Madero, jurando que mataría a quien se atrevería a cambiarlo nuevamente.

Sin embargo, no todo fue anécdota. La ciudad no pudo escapar a la zozobra que provocaban 50 mil hombres en la capital. Una vez entrados en confianza, villistas y zapatistas hicieron de las suyas. Vasconcelos escribió: "La permanencia de Villa en la capital acarreaba desprestigio y escándalo. Sus oficiales se presentaban en los restaurantes más concurridos, bebían, comían y firmaban vales en vez de pagar. Lo que nosotros ahorrábamos en un mes, Villa y su gente lo gastaban en una noche de orgías".

El alcohol hizo estragos entre villistas y zapatistas que por cualquier razón terminaban dándose de balazos. Hubo casos en que generales de ambos bandos intercambiaban hombres con alguna cuenta pendiente dentro de sus filas y los fusilaban sin miramientos. Ni Villa ni Zapata respetaron la autoridad del presidente Eulalio Gutiérrez ni de sus ministros. Vasconcelos, por ejemplo, estuvo a punto de perder la vida al proteger la propiedad conocida como el Molino de las Rosas, perteneciente al hijo de Porfirio Díaz.

"La vida diaria de los habitantes de la ciudad llegó a volverse insoportable cuando, además de las pugnas entre villistas y zapatistas, otros elementos contribuyeron a amargársela: la escasez de artículos de primera necesidad, el aumento de precios, lo corto de los salarios, la abundancia del papel moneda y su poco poder adquisitivo. La miseria y el hambre provocaron saqueos, asaltos, huelgas, manifestaciones y la contrapartida de los tiroteos de la policía para restablecer el orden".

Esos difíciles meses para la capital de país, fueron los únicos en que la sociedad pagó su indiferencia y falta de politización. El asesinato de Madero no sólo significó la pérdida de una vida humana, sino el abierto rechazo a los principios democráticos que había tratado de instaurar en México. No existía la posibilidad del perdón.

 


La Convención de Aguascalientes

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La nación parecía desgarrarse irremediablemente. La violencia revolucionaria había tomado vida propia y se escuchaban los clarines llamando nuevamente a la guerra. Las carabinas 30-30 ya no apuntaban sobre las fuerzas porfiristas o los "pelones" de Victoriano Huerta, estaban listas para disparar sobre la propia revolución. La lucha por el poder estaba desatada. Una última esperanza para la paz se abrió en la ciudad de Aguascalientes en octubre de 1914.

Lugar equidistante al océano Pacífico y al Golfo de México, ubicado en la meseta central, al norte de las tierras fértiles del Bajío y al sur de los desiertos norteños, la ciudad de Aguascalientes se presentaba como un lugar neutral dentro del conflicto revolucionario. La ciudad de México estaba ocupada por las fuerzas de Carranza y el norte estaba en manos de Villa. El primer Jefe había convocado a los revolucionarios a la capital del país, pero sólo a quienes lo apoyaban. Ni esperanzas de que Villa o Zapata con sus fuerzas, asistieran a la capital, temían una traición.

El general Álvaro Obregón, propuso un lugar donde todos los jefes revolucionarios pudieran sentirse confiados. Aguascalientes, siempre generosa, podía ser la mejor sede. Los accesos en todas direcciones, a través del ferrocarril, eran inmejorables. La hospitalidad de su gente, y su ánimo pacifista, podían garantizar la tranquilidad mientras se realizaran las sesiones. La propuesta fue bien recibida y la mayor parte de los caudillos marcharon a Aguascalientes a dirimir sus diferencias.

Un teatro para la historia

Los vientos porfirianos que soplaban sobre el país en los últimos años del siglo XIX, permitieron pensar en algo más que no fueran tan sólo revueltas, golpes de estado y guerras con el exterior. Debido a su posición geográfica, y gracias al impulso que otorgó el porfiriato al ferrocarril, Aguascalientes se convirtió en una ciudad importante por donde fluía el comercio del centro al norte del país.

La paz, la estabilidad política y la prosperidad económica del país se derramaron en Aguascalientes y sus gobernantes pronto se preocuparon por el arte, la cultura y los espectáculos. Al comenzar la década de 1880, las autoridades estatales autorizaron al ingeniero José Noriega a diseñar lo que debía ser el primer teatro principal de la ciudad de Aguascalientes.

El predio destinado para la nueva obra se encuentra a un costado de la catedral dentro de la Plaza de la Patria (así llamada actualmente). El espacio había sido ocupado por la casa cural, por un mesón y finalmente por una alhóndiga que para fines del siglo XIX estaba totalmente abandonada. Las obras iniciaron en 1883, bajo la administración del gobernador Rafael Arellano, y concluyeron el 25 de agosto de 1885, fecha en que fue inaugurado el teatro Morelos por el gobernador Francisco Gómez Hornedo. Lo más selecto de la sociedad se reunió para ver, aquella noche especial, la puesta en escena de la obra La muerte civil.

Durante los siguientes años el teatro Morelos se convirtió en punto de encuentro. En su foro se presentaron obras teatrales, operetas, comedias populares, conciertos. Familias enteras abarrotaban sus butacas; esposos y enamorados, suspiraban con las obras de amor, los niños disfrutaban también con alguna puesta en escena. Sin embargo, el mejor momento del teatro sobrevino al doblar el siglo, cuando llegó a la ciudad un invento que cambiaría al mundo: el cinematógrafo.

A partir de entonces, el teatro Morelos fue adaptado para recibir en su seno una de las primeras salas cinematográficas. Gente de todos los estratos sociales solía asistir para maravillarse frente a la realidad reproducida en la pantalla; escenas de otras ciudades del país y del mundo; imágenes del presidente Porfirio Díaz, inauguraciones, paseos dominicales. Todos los temas causaban expectación.

Hasta 1914, en plena revolución, la administración del teatro Morelos estuvo en manos del gobierno del estado, sin embargo, dada la caótica situación del país, fue imposible sostenerlo. Las autoridades decidieron venderlo al empresario Federico Bouvi. El destino y la historia le tenían apartado un lugar al teatro Morelos. En octubre de 1914, los revolucionarios decidieron ocupar el recinto para llevar a cabo las sesiones de la Soberana Convención Revolucionaria y decidir el futuro de la nación.

¿La patria es primero?

El 10 de octubre de 1914, en el teatro Morelos todos los caudillos de la revolución se llenaron de patria. Para sellar el pacto que debía surgir de las sesiones, antes de iniciar los trabajos de la convención revolucionaria cada uno de los principales jefes --Villa, Obregón, Ángeles, Villarreal, entre otros-- pasaron al estrado y depositaron su firma sobre alguna de las franjas de la bandera nacional -como si con ello quisieran invocar a la Patria para atestiguar la trascendencia del momento. Había iniciado la Convención Revolucionaria.

Indudablemente, la Convención de Aguascalientes era soberana; la justificación fue redactada por el intelectual maderista José Vasconcelos y existía una clara legitimidad reconocida por todos los actores políticos del momento. Aunque el plan de Guadalupe, el cual dio forma a la revolución Constitucionalista contra la dictadura de Victoriano Huerta, señalaba que al triunfo del movimiento, Carranza asumiría interinamente la presidencia y convocaría a elecciones, las diferencias entre los propios revolucionarios impidieron que Carranza gobernara, de ahí la necesidad de convocar a una convención para elegir a un presidente que le diera estabilidad a la república.

Gran expectación y temor causó la presencia de los revolucionarios en Aguascalientes. Si la ciudadanía había logrado sortear los violentos días de la revolución contra Victoriano Huerta, la gente no estaba tan segura de salir bien librada de aquel difícil trance. No era para menos, en ningún otro momento de la historia de Aguascalientes, como en aquellos meses de octubre y noviembre de 1914, se podían contar tantas armas listas para ser disparadas.

Las mujeres temían salir de sus hogares, niños y ancianos procuraban no probar su suerte con algún soldado ebrio, las cantinas y salones se mostraban abarrotados. Cientos de soldados ocupaban las calles, se asoleaban en las plazas y jardines esperando órdenes de sus superiores. Algunos ejércitos se encontraban en las afueras de la ciudad, listas para movilizarse. Los principales caudillos no se sentían más seguros.

Era tal el nerviosismo y la amenaza latente, que en una de las sesiones, más que hablar del bien del país, se discutió la necesidad de que la "neutralización" de la plaza de Aguascalientes fuera efectiva, ya que varios delegados habían estado a punto de ser asesinados por otros revolucionarios. En otro momento, durante el receso de una de las sesiones, al no muy brillante dueño del teatro Morelos se le ocurrió proyectar una película de la reciente revolución, donde aparecía Venustiano Carranza. La respuesta no se hizo esperar, los contrarios al primer jefe dispararon sobre la pantalla dejándola como coladera.

Con el ambiente impregnado del más puro patriotismo, el arribo de la delegación zapatista llevó la pasión al límite de la violencia. Al tomar la tribuna, el conocido intelectual Antonio Díaz Soto y Gama tocó una de las fibras más sensibles de los mexicanos, su respeto a la bandera nacional: "Aquí venimos honradamente, pero creo que la palabra de honor vale más que la firma estampada en ese estandarte, ese estandarte que al fin de cuentas no es más que el triunfo de la reacción clerical encabezada por Iturbide... Señores, jamás firmaré sobre esta bandera. Estamos aquí haciendo una gran revolución que va expresamente contra la mentira histórica, y hay que exponer la mentira histórica que está en esta bandera".

Enardecido, Soto y Gama tomó la enseña tricolor y se dispuso a romperla frente a todos. El teatro Morelos, abarrotado, retumbaba. La respuesta fue unánime. Los revolucionarios desenfundaron sus armas y cortaron cartucho. La muerte parecía dispuesta a izar la enseña patria sobre el cadáver del zapatista.

Frente a cientos de pistolas y carabinas que le apuntaban, Soto y Gama apenas tuvo tiempo de reaccionar, y sus palabras, que habían comenzado en el rojo más profundo, pasaron al verde y terminaron en el blanco. "Si bien es una bandera de la reacción, el pabellón se santificó con los triunfos de la República contra la intervención francesa". Y ya sin dudas sobre la legitimidad de la bandera --y con su vida a salvo--, Soto y Gama también se inclinó, como el resto de los revolucionarios, ante sus tres colores para estampar su firma.

Nada impidió que las suspicacias y la desconfianza prevalecieran durante las semanas que duró la Convención Revolucionaria. Para nadie era un secreto que la paz se alejaba del teatro Morelos. El encuentro de revolucionarios en Aguascalientes sólo era el preludio del desencuentro definitivo.

En los primeros días de noviembre, la Convención designó presidente de la república al general Eulalio Gutiérrez. En sentido estricto, todos los participantes se habían comprometido a respetar los acuerdos que surgieran de la Convención, sin embargo, Carranza los desconoció, nuevamente se proclamó presidente, y marchó a Veracruz a establecer su gobierno mientras se preparaba para la guerra apoyado por Álvaro Obregón.

Apoyado por Villa y Zapata, el presidente Eulalio Gutiérrez y otros revolucionarios tomaron rumbo a la ciudad de México. Aguascalientes finalmente recuperó su tranquilidad, sólo para perderla al siguiente año, cuando la revolución comenzó a devorarse a sí misma, y el centro del país se convirtió en el escenario donde debían enfrentarse las dos fuerzas más poderosas: la División del norte al mando de Pancho Villa contra el Ejército del noroeste comandado por Álvaro Obregón. Se aproximaban los años más desgarradores del siglo XX mexicano.



 


La educación en México

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Diagnóstico

 

Después de la publicación de la Evaluación del Logro Académico de los Centros Escolares (ENLACE), no podemos negar que algunos resultados son francamente desalentadores:

Ø 7 de cada 10 niños que terminan primaria tienen niveles de elemental e insuficiente en matemáticas y español.

Ø 6 de cada 10 alumnos que concluyen la secundaria no cuentan con conocimientos básicos en matemáticas y 4 de cada 10 tienen niveles de elemental e insuficiente en español.

Si bien es cierto que algunos analistas consideran que el diagnóstico que se realizó es el punto de partida para ver cuál es el desempeño educativo en el país, habida cuenta que anteriormente no se tenía un instrumento que nos permitiera comparar si estábamos mejorando o empeorando, la conclusión no puede ser otra que el nuestro es un país con profundas carencias educativas, las cuales se pueden reflejar en diversos aspectos de la sociedad, como la falta de competitividad de nuestra planta productiva a nivel nacional o la incapacidad de obtener empleos bien remunerados a nivel personal, situaciones que eventualmente se pueden reflejar en desempleo.  

 

 

Es de llamar la atención que el diagnóstico de la SEP, coincide con el reporte de la OCDE "Education at a glance 2006", con lo que se confirma el rezago educativo que ha venido arrastrando nuestro país a lo largo de varias décadas. Estos resultados son relevantes si consideramos que son esos países contra los que competimos o nos asociamos en el contexto global:

Aunque México y otros países han incrementado el número de alumnos que ingresan a educación terciaria (preparatoria), sólo la mitad de ellos tiene el nivel para alcanzar un lugar en educación superior, contrario al 80% de los estudiantes en países como Irlanda, Japón y Corea.

Ø El nivel en matemáticas del 75% estudiantes de 15 años de México es insuficiente para resolver problemas del mundo real. Además, se encontró que un bajo nivel en matemáticas está relacionado con un bajo nivel en lectura.

Ø El gasto anual promedio per cápita en educación primaria a terciaria en nuestro país es cercana a US$2000. mientras que en promedio, en la OCDE gastan más de US$7600. en promedio por estudiante.

En países como Japón, Corea y México cada maestro atiende en promedio a 30 niños, mientras que en países como Dinamarca, Islandia, Suiza y Rusia, menos de 20.

El promedio de años que han estudiado los adultos en nuestro país es cercano a 9 años, sólo por arriba de Portugal. En promedio, los países miembros a este organismo tienen una educación promedio en adultos de casi 12 años.

México es el país con peores evaluaciones en matemáticas y es el país que tiene el mayor número de estudiantes con el nivel más bajo en esta materia (cerca del 40%).

De acuerdo al estudio, el número de horas que se dedica a los estudiantes por año en México es de las más altas (1047 horas), en comparación con el promedio de 704 horas de la organización y de las 534 horas en Japón.

En promedio, en México se tiene una computadora para cada 10 estudiantes, mientras que en Estados Unidos o Australia, es una por cada 3 estudiantes.

Ese mismo estudio, analiza el impacto de la educación en el desarrollo de los países:

El beneficio estimado en el desempeño económico a largo plazo de cada país por cada año que se aumenta la educación es de un incremento de entre 3 y 6%.

De acuerdo a análisis realizados por la OCDE, se ha demostrado que por lo menos la mitad del crecimiento del Producto Interno Bruto de la mayoría de los países de la organización se debe a incrementos en la productividad.

Se tienen indicadores que una relación directa entre la salud mental y física y la educación.

Implicaciones

El problema de la educación en nuestro país no es nuevo, ya desde los tiempos de Don José Vasconcelos la necesidad de educar a los niños y jóvenes de nuestro país era evidente. Si bien es cierto que ha habido algunos avances, si nos comparamos con nuestros principales socios y competidores comerciales, debemos de reconocer que aún queda mucho por hacer.

De acuerdo al documento "100 acciones para los primeros 100 días de gobierno" del presidente electo Felipe Calderón, se realizarán los siguientes aspectos:

Becas Educativas. Se reasignarán los recursos presupuestales a fin de incrementar el presupuesto destinado a becas en beneficio de más de 7.5 millones de niños.

Programa Escuelas Seguras. Con la participación de maestros, padres de familia y la comunidad, se presentará el programa para garantizar escuelas seguras, sin drogas y violencia, en las primarias y secundarias ubicadas en las ciudades con mayores índices de delincuencia y drogadicción infantil y juvenil.

Fondo de Financiamiento Educativo. Se diseñara y negociará con los municipios y los estados un Fondo de Financiamiento Educativo para la Educación Básica, con recursos de la federación, de los estados, de los municipios y de la sociedad, que podría llegar inicialmente a un monto de 10 mil millones de pesos anuales. Este fondo se canalizará para atender las necesidades de infraestructura que tienen nueve de cada 10 escuelas, el mantenimiento de inmuebles y la dotación de materiales educativos.

Opción de horarios extendidos en escuelas. Se diseñara el esquema piloto de horarios extendidos para dar la opción, para las madres que así lo deseen, para que sus hijos permanezcan en la escuela hasta las 5 de la tarde.

Fortalecer la educación física y artística. Se diseñará el programa para organizar las materias a fin de que durante 4 horas a la semana los estudiantes de educación básica practiquen deporte y desarrollen su capacidad artística.

Ampliar la cobertura de la educación superior. Se diseñará el programa para aumentar, de manera sustentable, la matrícula, e iniciar la ruta que nos permita llegar a una cobertura del 35% para el 2012.

Garantizar Calidad en Educación Superior. Se promoverá una Ley de Coordinación de la Educación Superior que unifique los criterios para el otorgamiento del Registro de Validez de Estudios (RVOE) a las universidades particulares con el fin de detener la proliferación de instituciones de educación superior de mala calidad en el país.

Las acciones anteriores atacan el corto plazo, sin embargo, se debe de entender que el proceso educativo de las personas, y por ende, de la sociedad siempre debe ser visto como un proyecto de largo plazo. El problema va más allá de los recursos, e implica la competencia de diversos actores:

Los maestros, que más allá de los grotescos ejemplos que nos han dado los miembros del sindicato de Oaxaca, siguen siendo un factor fundamental en la educación. El ser maestro, más que un trabajo es una vocación. Esto no impide que lícitamente busquen mejorar sus condiciones de vida, para lo cual valdría la pena considerar ligar la mejora en sus prestaciones al desempeño académico y al aprendizaje de sus alumnos.

Los padres de familia, son parte fundamental del aprovechamiento académico y de la formación integral de sus hijos. Ciertamente, las condiciones actuales de vida, han dificultado la comunicación entre padres e hijos, sin embargo, el proceso de aprendizaje de los estudiantes se vería muy beneficiado con el apoyo y ayuda de los padres.

Las autoridades educativas, buscando actualizar los planes de estudio de manera que verdaderamente ayuden a la formación integral de los estudiantes. Durante los primeros años de enseñanza, se despierta el interés de los alumnos mediante actividades motivadoras que cumplen una función importante en el desarrollo psicológico general, sin embargo, conforme avanza el tiempo, los contenidos se vuelven más académicos y formalistas y menos atractivos para los alumnos, por lo que con el paso del tiempo el interés en la escuela decae.

Las instituciones de educación superior, buscando tener una mayor integración con la planta productiva... En países en los que se tiene una mayor vinculación entre la academia y la industria se han logrado tener los mayores índices de crecimiento.

Los estudiantes, para lo cual será fundamental que vean a la educación no como una obligación sino como una oportunidad para ser mejores personas.

 

En una sociedad del conocimiento como la que vivimos, la educación es el único medio por el cual las personas y las naciones podrán contar con los medios para competir y sobrevivir. En un discurso que Juan Pablo II dictó a los participantes en el Simposio Europeo Sobre el Tema "Los Desafíos de la Educación", se resumen algunas pautas para enfrentar la educación:

«En todos los lugares donde viven los estudiantes, la educación debe permitirles convertirse cada día más en hombres y mujeres, "ser" cada vez más y no sólo "tener" cada vez más. La formación escolar es uno de los aspectos de la educación, pero no puede reducirse a ella. Debe reforzarse sin cesar el nexo esencial entre todos los aspectos de la educación. La unidad de la actividad educativa llevará a una unidad cada vez mayor de la personalidad y de la vida de los adolescentes. Conviene que todos -padres, profesores, educadores y equipos de capellanía- se movilicen y trabajen juntos en favor de los jóvenes. También han de recordar que deben sostener lo que enseñan con el testimonio de su vida. En efecto, los jóvenes son sensibles al testimonio de los adultos, que para ellos son modelos. La familia sigue siendo el lugar primordial de la educación».

 

 

 


La estrategia mediática del PRD

 

Querien Vangal

 

El fenómeno mediático de López Obrador.-

 

Para un gran número de analistas, Andrés Manuel López Obrador ha representado un fenómeno de comunicación: líder de masas, criticado por su oratoria, ganador de casi todas la batallas en los medios en los que ha participado, representa para algunos segmentos de la población un líder cuya palabra es más cierta que la evidencia y cuyos llamados son ley para ponerse en acción.

 

Después del pasado dos de julio y a pesar de haber participado en las elecciones más transparentes y concurridas de la historia, López Obrador está convocando a un sector de la sociedad a defender un supuesto triunfo, situación que pone en entredicho su compromiso, refrendado varias veces ante los medios de comunicación que respetaría los resultados del IFE, fueran los que fueran.

 

El candidato de la Coalición por el Bien de Todos inició el periodo electoral como el aspirante con mayores probabilidades de ganar la Presidencia, sin embargo, al avanzar la contienda electoral, al ver que las tendencias evidenciaban unas elecciones muy cerradas, López Obrador y sus colaboradores empezaron a sembrar algunos elementos de duda en la opinión pública que le podrían servir de justificante para desconocer los resultados en caso de no ganar las elecciones, como finalmente sucedió.

 

Así, López Obrador anunció en la Asamblea que convocó para el 8 de julio en el Zócalo de la Ciudad de México que las pasadas elecciones del dos de julio fueron fraudulentas.

 

Cómo estructura sus mensajes el PRD  (La  creación de mitos).

 

 

El elemento fundamental de sus mensajes es la simplicidad: Se trata de ideas que son fácilmente comunicables y que se pueden englobar en una frase corta de pocas palabras, estas ideas simples se pueden estructurar de manera que unas ideas refuerzan a otras: el complot, elección de Estado, guerra sucia, Hildebrando, inconsistencias en el PREP, contar voto por voto... Fraude.

 

Es importante mencionar que los mensajes emitidos deben de tener un elemento que sea percibido por la sociedad como una verdad, por ejemplo, el argumento del complot funcionó aprovechando una serie de percepciones muy arraigadas en la opinión pública como la impopularidad de Salinas de Gortari, el distanciamiento de López Obrador con el Presidente Fox y la idea, aún presente en nuestra sociedad de que el Jefe del Ejecutivo tiene poderes casi omnímodos en el país.

 

Otro elemento de la estrategia mediática de este partido, es apelar al sentimiento de las personas, la creación de un vínculo emocional le permite a López Obrador persuadir a sus seguidores de creer cualquier cosa que diga, aún y cuando contradiga evidencias como las de Bejarano o Ponce, o lograr el convencimiento de que efectivamente era víctima de un complot, aunque jamás pudo presentar evidencia contundente.

 

Para que el mecanismo funcione, las ideas deben de tener un periodo de maduración en la opinión pública, lo cual implica que algún líder de opinión o algún medio de a conocer o publique alguna sospecha o irregularidad sobre algún asunto. Por ejemplo, Proceso o la Jornada (puede ser cualquier otro medio) dan a conocer supuestas irregularidades en la conformación del padrón algunos días antes de las elecciones. En la mayoría de los casos, la información publicada proviene de fuentes confidenciales, situación que es muy conveniente, ya que apelando al derecho de los periodistas a proteger a quienes les proveen información, no se puede corroborar la veracidad de la versión de lo publicado con la persona que generó la información, además de que la autoridad competente no puede iniciar ninguna investigación simplemente por publicaciones en la prensa.

 

Existe después, un periodo de expectación: se hace el anuncio de que existe algún secreto que se quería ocultar, una confabulación, algún arreglo oculto, no explica nada, simplemente comenta que más tarde ampliará los datos, por lo que normalmente pasan varios días en los que va dando a conocer sus "pruebas", entre ellas, algunas de las ideas que previamente sembraron en algunas fuentes. Como ocurrió en el caso de los video-escándalos, una vez que dio el mensaje de que existía un complot en su contra, López Obrador mencionó que daría a conocer los detalles más adelante, los días que dejó pasar para dar los pormenores de la confabulación que se estaba maquinando en su contra, en los que hacía referencia a alguna nota publicada en algún medio afín, algún nuevo detalle para corroborar sus dichos, le permitieron tener a los medios de comunicación a la expectativa y a su servicio, repitiendo una y otra vez los argumentos que iba liberando a cuenta gotas.

 

Una vez que se ha hecho el anuncio, de manera simultánea, un número importante de miembros del partido replican el mensaje, atendiendo a los medios de comunicación que quieren participar de la noticia, así, el presidente del partido, coordinadores de campaña, voceros del candidato, voceros del PRD, y funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México, aprovechan cuanto espacio mediático se les abre para dar a conocer las ideas que quieren posicionar en la opinión pública.

 

Más adelante existe una etapa de reforzamiento, a través de la cual, y aún sin necesidad de haber comprobado su dicho, manejan las ideas que lanzaron a la opinión pública como verdades absolutas, como hechos ya comprobados e indiscutibles, estos conceptos le servirán en el futuro para apoyar algún nuevo posicionamiento, el mito estará creado.

 

¿Qué podemos esperar?

 

 

El mecanismo de comunicación de López Obrador ya está funcionando, en múltiples foros tanto el ex candidato como los miembros del PRD han cuestionado las imprecisiones del PREP, situación que fue reforzada por la eminente impericia de los funcionarios del IFE, que se empeñaron en basar su comunicación únicamente en aspectos legales y técnicos, situación que fue tergiversada de tal manera por el PRD que le ha permitido dar a conocer a la opinión pública que existen "motivos" para pensar que la elección fue manipulada, como si los votos no hubieran estado ya contados desde el pasado domingo y como si no se hubiera dicho hasta el cansancio que sólo hasta hacer el cotejo de las actas en los distritos se podría nombrar a quien tenía más votos, como sucedió hasta la tarde del 6 de julio.

 

El argumento principal del equipo de López Obrador está basado en un hecho real: existieron algunas diferencias entre la información presentada en el PREP en algunas actas; el siguiente paso consistirá en tratar de presentar esos datos puntuales como "evidencia" de que esos errores fueron generalizados, así, el PRD que no quiso confiar en los resultados del conteo rápido que realizó el IFE porque se trataba de un ejercicio estadístico basado en una muestra de aproximadamente 5% del universo y una confiabilidad de más del 99%, pretenderá descalificar un proceso del cual fue testigo todo el país con una muestra que tendrá -en el mejor de los casos- 100 irregularidades cuya fuente es un sistema que desde el principio se dijo que sólo presentaba INFORMACIÓN PRELIMINAR. Esa "evidencia" que presentó en su Asamblea en el Zócalo, lo mismo que la promesa de ofrecer posteriormente más "evidencias", le permitirá a López Obrador mantener la atención de los medios de comunicación por algunos días más, dándole oportunidad a los miembros de su equipo de replicarla en todos los foros a los que tengan acceso.

 

El objetivo del PRD para esta última etapa del proceso electoral será posicionar en la mente de la sociedad, o por lo menos en la de sus seguidores, que existió un fraude en las elecciones más transparentes de la historia de nuestro país. Si bien aún no podemos anticipar cuál será el resultado de su intento, no debemos de olvidar que un gran número de sus simpatizantes cree ciegamente en lo que dice, al final, a nosotros nos corresponderá juzgar si le creeremos a las instituciones que creamos y a los ciudadanos que participaron en el proceso electoral o le creeremos a una persona que constantemente ha demostrado no ser capaz de respetar la ley y cumplir su palabra.

 

Algunas teorías para tratar de explicar el fenómeno mediático de López Obrador

 

 

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, un mito es una historia ficticia que condensa alguna realidad humana de significación universal.1. Los mitos son parte de la cultura de las sociedades y ofrecen a sus miembros un marco de referencia para entender la realidad.

 

Existen algunas características de los mitos, la primera de las cuales es que nos refieren a una realidad humana cuyo significado es aceptado por la mayoría. En el caso que nos compete, nos referimos a la aceptación de la mentira y la simulación, la cual fue identificada por Octavio Paz como parte de la condición del mexicano:

"La simulación, que no acude a nuestra pasividad sino que exige una invención activa y que se recrea a sí misma a cada instante, es una de nuestras formas de conducta habituales. Mentimos por placer y fantasía, sí, como todos los pueblos imaginativos, pero también para ocultarnos y ponernos al abrigo de intrusos. La mentira posee una importancia decisiva en nuestra vida cotidiana, en la política, el amor, la amistad. Con ella no pretendemos nada más engañar a los demás, sino a nosotros mismos. De ahí su fertilidad y lo que distingue a nuestras mentiras de las groseras invenciones de otros pueblos, La mentira es un juego trágico, en el que arriesgamos parte de nuestro ser. Por eso es estéril su denuncia". (Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad)

 

Para el PRD, la teoría del complot ha funcionado porque se refiere a un juego de simulación y mentira, no importa si quien lo dice es quien está simulando y mintiendo, a final de cuentas, se trata de una condición que hemos vivido y con la cual nos podemos identificar.

 

De acuerdo a Howard Gardner, el liderazgo se presenta en la identificación de la mente de los líderes con sus seguidores a través de historias, para este autor, el líder no sólo tiene que ser un excelente contador de historias, sino que él mismo debe de representarlas y debe de ser capaz de comunicarlas de forma sencilla, de forma que puedan ser entiendas por la mayoría de los públicos. Un ejemplo fue el caso del desafuero. La historia de López Obrador, fue eficaz porque supo comunicar a su público que era víctima de una injusticia. Está por demás decir que al finalizar el malhadado proceso, su popularidad había crecido de manera muy importante.

 

Finalmente, no podemos negar que a pesar de que la estrategia de medios del PRD ha sido muy exitosa, está basada en un dicho que se le atribuye al tristemente recordado propagandista del Tercer Reich, Joseph Goebbels: "la propaganda solo tiene un objeto: conquistar a las masas, cualquier medio que promueve este esfuerzo es bueno, cualquier medio que lo obstaculiza es malo".

 

 




La familia, patrimonio de la humanidad


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Valencia, centra aún más nuestra mirada y desvelos en esta institución que es clave para la sociedad y para el mundo. Ahora es un tiempo especialmente oportuno para realizar algo que decía Juan Pablo II: "Es preciso redescubrir la verdad, la bondad y la belleza de la institución matrimonial que, al ser obra de Dios mismo a través de la naturaleza humana y de la libertad del consentimiento de los cónyuges, permanece como realidad personal indisoluble, como vínculo de justicia y amor, unido desde siempre al designio de la salvación y elevado en la plenitud de los tiempos a la dignidad de sacramento cristiano. Esta es la realidad que la Iglesia y el mundo deben favorecer. Este es el verdadero favor del matrimonio."

 

Estas palabras pertenecen a su discurso del año 2004 a la Rota Romana. El parlamento del Papa está dedicado principalmente al favor iuris de que goza el matrimonio, de manera que en la duda se ha de estar por la validez del mismo, a menos que se demuestre lo contrario.

 

Pero el Pontífice --prácticamente al final de su discurso, del que son las palabras iniciales de este artículo-- fue mucho más allá de la mera consideración jurídica, a la vez que le aportaba una enérgica y profunda apoyatura. Para estar a favor del matrimonio es necesario descubrir su verdad, su bondad y su belleza. El Papa invita a buscar la raíz de la institución matrimonial para darle todo el valor que tiene y salvarla de frivolidades, consideraciones parciales o superficiales.

 

Tan claro tenía Juan Pablo II el valor de la familia nacida del matrimonio, que repitió en múltiples ocasiones palabras como éstas: "¡El futuro de la humanidad se construye en la familia! Por consiguiente es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia". Desde luego no se cumple ese fin cuando se ponen en marcha iniciativas legales con las que sucede lo mismo que cuando se fabrica moneda falsa: se devalúa la moneda verdadera y se pone en peligro todo el sistema económico. Pretender equiparar al matrimonio otras realidades completamente ajenas a esta institución milenaria --desde que el mundo es mundo-- es introducir un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social. Triste privilegio este de ser adelantados en la disgregación de la más antigua y entrañable organización de la humanidad.

 

Esta pretensión no pasaría por cabeza alguna si tratamos de redescubrir la verdad, la bondad y la belleza de la institución matrimonial. Las realidades que contienen esas características suelen ser declaradas patrimonio de la humanidad, con el fin de que se custodien, no se deterioren, ni varíen su esencia. ¿No merece la familia milenaria ser patrimonio de la humanidad para que preservemos su intrínseca naturaleza?

 

Escribí estas palabras en "Las Provincias" el 25 de octubre de 2004. Poco más de un año después, Benedicto XVI sostenía ante un numeroso grupo de obispos americanos: "vuestro deber de pastores es presentar en toda su riqueza el valor extraordinario del matrimonio que, como institución natural, es patrimonio de la humanidad". No busco una vanidad tonta; solo quiero expresar la alegría de que se ha cumplido con creces aquel deseo al proclamarlo el líder primero de la humanidad.

 

Benedicto XVI, en su todavía corto pontificado, ha hablado repetidas veces de la institución matrimonial. Por ejemplo, en un discurso a un congreso de la diócesis de Roma -con una orientación muy semejante a la que tendrá el Encuentro de Valencia: transmisión de la fe en la familia-, el Papa afirmaba: "El presupuesto por el que hay que comenzar (...) sigue siendo siempre el significado que el matrimonio y la familia tienen en el designio de Dios, creador y salvador". Por eso añade inmediatamente que el matrimonio y la familia no son algo casual, ni fruto de situaciones coyunturales variables. "La justa relación entre el hombre y la mujer -dice- hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo puede encontrar su respuesta a partir de éste". No valen superficialidades ni encuestas. Es necesario ahondar gozosamente en algo más profundo y esponjante cuando se descubre a fondo: ¿quién soy yo?, lo que conduce --sigo atendiendo al citado discurso-- a otro interrogante: ¿Existe Dios? ¿Quién es Dios? Ya hablaba el Papa allí de amor, como en su primera encíclica: Dios existe y es amor, por lo que la vocación al amor --inseparable de su semejanza con Dios por la inteligencia, la voluntad, y los afectos-- es lo que hace al hombre auténtica imagen de Dios: "se hace semejante a Dios en la medida en que se convierte en alguien que ama".

 

Amar supone la entrega total de los esposos, con sus peculiares notas de exclusividad, fidelidad, permanencia en el tiempo y apertura a la vida, diría Benedicto XVI en otro discurso del pasado diciembre. Amar exige entrega, donación y, por tanto, un ejercicio de la libertad que no es el que muchos consideran: bien en la falta de un compromiso cerrado o, aún más simplemente, en gozar de la vida. "La verdadera expresión de la libertad --vuelvo al discurso de Roma-- es, por el contrario, la capacidad de decidirse por un don definitivo, en el que la libertad, entregándose, vuelve a encontrarse plenamente a sí misma". Con otras palabras: compromisos hondos y serios; al contrario, ese otro uso ligero de la libertad es el que empobrece al ser humano. Hablando a los jóvenes, el pasado mes de agosto, el Papa aseveraba que "la libertad no quiere decir gozar de la vida, considerarse absolutamente autónomo, sino orientarse según la medida de la verdad y del bien, para llegar a ser, de esta manera, nosotros mismos, verdaderos y buenos".

 

Por tanto, la libertad que busca amar en el matrimonio no puede ser mezquina, miedosa o empequeñecedora, como en ningún tipo de amor, pero con las peculiaridades de este gran sacramento, como lo llamó San Pablo. En esta comunidad de vida y amor se verifica, de modo muy claro, que también el cuerpo del hombre y de la mujer no son sólo algo biológico, sino expresión y cumplimiento de nuestra humanidad. Esto sirve para cualquier estado, pero en el matrimonio significa que la sexualidad ha de integrarse de tal modo que se abra a la vida, sea parte de un verdadero amor y exija la fidelidad y perseverancia hasta que la muerte separe a los cónyuges.

 

Esta apertura a la vida, si Dios quiere, proporciona los hijos, agranda la familia y abre un nuevo capítulo al amor, a la entrega --que es gozo y también es dolor-- para criarlos, educarlos, encauzarlos, etc. etc. Esto daría lugar a nuevos aspectos de intensa humanidad: la formación de los padres para alimentar y educar a sus hijos según sus convicciones, el ejercicio sin trabas del derecho a la creación de centros educativos, con un Estado subsidiario y no detentador primero del derecho a educar, políticas familiares generosas, transmisión de la fe en la familia, etc. Una palabra sobre este tema: transmitir la fe es comunicar conocimientos, pero sobre todo vida: de piedad, sacramental, de conducta cristiana manifestada en el ejercicio de las virtudes; enseñanza de una libertad responsable, apertura a la vocación que Dios dé a los hijos, fomento de la misma, y alegría cuando exige más desprendimiento, etc.

 

Ayudarían a pensar estas palabras de Ortega y Gasset: "El hijo no es del padre ni es de la madre; es unión de ambos personificada y es afán de perfección modelada en carne y alma". Así cada hijo es un don de Dios que excede con mucho cualquier tarea de índole natural que se pueda realizar. Pienso que sólo aquello que es plenamente sagrado puede superarlo. Participar en el poder creador de Dios es una parte importantísima de la verdad y belleza de la familia. También cuando los hijos no vienen, porque puede volcarse toda la fuerza de amor conyugal en la adopción y en las muy variadas formas de darse a los demás. En cambio, "el egoísmo, en cualquiera de sus formas, se opone a ese amor de Dios que debe imperar en nuestra vida", decía san Josemaría. También dan para pensar estas palabras de Guerrazzi en su Epistolario: "El matrimonio es el sepulcro del amor; pero del amor loco, del amor sensual".

 

Afirmaba Lacordaire que "la sociedad no es más que el desarrollo de la familia; si el hombre sale corrompido de la familia, corrompido entrará en la sociedad". Es cierto que el hombre es libre y puede degenerarse teniendo una familia llena de valores, pero no es menos cierto que sería más difícil. Una familia que lucha por la fidelidad, que se esfuerza porque haya comprensión, cariño y perdón entre sus miembros, que sabe poner en marcha la generosidad, libertad y responsabilidad de todos; que evita el consumismo y aprende a valorar lo que tiene sin buscarlo desmedidamente; una familia así es un tesoro social.

 

Una consideración final para los que piensan que a veces el amor se termina. Sólo la falta de abnegación, el pensar en uno mismo, la deficiencia de tolerancia y de espíritu de servicio, el egoísmo en una palabra, son quienes destruyen el cariño. Así expresaba san Josemaría estas ideas: "Pobre concepto tiene del matrimonio --que es un sacramento, un ideal y una vocación-- el que piensa que el amor se acaba cuando empiezan las penas y los contratiempos, que la vida lleva siempre consigo. Es entonces cuando el cariño se enrecia. Las torrenteras de las penas y las contrariedades no son capaces de anegar el verdadero amor: une más el sacrificio generosamente compartido".


La familia de hoy

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La más antigua de todas las sociedades
  y la única natural es la familia

 

La familia de hoy afronta una serie de retos nunca antes vistos. Algunos cuestionan la naturaleza de la misma con temas que tienen una gran consecuencia y trascendencia social.

 

Cómo está constituida una familia natural y cuál es el papel de la familia en la formación de las personas y por ende en la formación de los futuros ciudadanos y sociedades. Las respuestas a estas preguntas son definitorias del rumbo que sigan las civilizaciones actuales.

 

En las diferentes visiones que se han conceptuado de familia encontramos, como una de las definiciones mejor logradas, la que propusieron 40 ONG's en España en 1995: "la familia y la persona humana, caminan indisolublemente unidas, la familia, antes que lugar de íntima convivencia, antes que organismo nuclear de la sociedad, antes que forma celular tributaria de un modelo socioeconómico, es la revelación al hombre de la identidad del hombre. Es el primero, el más fundamental, el más específico, el más real y concreto encuentro humano del hombre".

           

Todos hemos vivido en familia, y a través de esa convivencia hemos aprendido qué es la familia. Es el lugar donde se ama (o se debería amar) a la persona desnuda de forma absoluta, radical, incondicional, se le ama, por ser él, por ser ella, y por lo mismo, es en la familia, donde la educación y la formación inciden de manera más directa en cada una de las personas que la integran. Mamá, papá e hijos, cada uno aporta a la familia su ser. Es en la familia donde el trabajo en equipo y con una meta de servicio se aprende, pues no se convive por un convencionalismo o por una visión o necesidad de corto plazo, sino para que todos y cada uno de sus miembros alcancen su desarrollo personal al máximo grado y con ello sean felices.

 

"Los derechos de la familia surgen de modo natural, de un fondo propio, autónomo, de poder" (Pedro Juan Viladrich, La familia soberana). Pero no cualquier convivencia humana puede ser considerada como familia. "Sólo la familia, fundada en el matrimonio, es la que contiene un propio y específico poder soberano, esto es, un patrimonio innato de derechos fundamentales y un poder real de articular humanizadoramente a la persona concreta y a la sociedad entera". (Pedro Juan Viladrich, La familia soberana).

 

La familia no puede ser redefinida. De manera natural la familia ha sido, es y será el fundamento y la célula de las sociedades. Sin embargo, debe encontrar la mejor manera de consolidarse y responder a los nuevos retos que se presentan en la sociedad contemporánea y globalizada. La familia es el núcleo de cualquier otra forma de convivencia humana, si ésta es fuerte y sólida, el resto de las formas de organización social también lo serán. Si en la familia hay personas comprometidas con principios éticos y con valores, las estructuras sociales también funcionarán bajo esos parámetros.

 

Es por ello que hoy, para fortalecer a un Estado, a un país y a la humanidad, hay que fortalecer a la familia. Citamos nuevamente el documento de las 40 ONG´S realizado en España (1995): "en la adaptación a los cambios, la familia deberá mantener su propia identidad, como aquel hábitat amoroso y solidario donde cada ser humano nace, crece y es acompañado hasta la muerte, precisa y exclusivamente por ser, de manera incondicional, una irrepetible persona.

 

Un espacio primario de convivencia humana, cuya seguridad y permanencia se articulen sobre la fuerza unitiva y generadora de la relación interpersonal entre el hombre y la mujer, unidos en matrimonio, de forma integrada y plena, tanto en los aspectos afectivos y sexuales, cuanto en los demás aspectos humanos, abiertos al servicio de la procreación, crianza y educación de los hijos, constituyendo un ámbito de convivencia íntima y de transmisión de valores entre todos sus miembros, frente a los riesgos de masificación y despersonalización de la vida moderna".

 

Frente a una realidad evidente como lo es el hecho de que la familia es la célula de la sociedad, diversas instituciones internacionales y grupos sociales se han abocado a abrir espacios donde se estudie a fondo a la familia, su naturaleza, las amenazas que debe afrontar, las políticas públicas para apoyarla y su incidencia en todos los ámbitos para el desenvolvimiento de un país y del mundo entero. Juan Pablo II convencido de la trascendencia de esto apoyó los Encuentros mundiales de las Familias y nombró a la ciudad de Valencia, España, como sede de la quinta edición.

 

V ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS.

 

Del 1 al 9 de julio se llevó a cabo el V Encuentro Mundial de las Familias. "El hombre se ha convertido en imagen y semejanza de Dios, no sólo a través de la propia humanidad, sino también a través de la comunión de las personas que el varón y la mujer forman desde el principio. Se convierten en imagen de Dios, no tanto en el momento de la soledad, cuanto en el momento de la comunión". Juan Pablo II

 

Benedicto XVI fue quien asistió al Encuentro agendado por su predecesor como una señal irrefutable de la importancia que le da a la realidad de la "familia".

 

El arzobispo de Valencia, Monseñor Agustín García-Gasco, consideró como ejemplar la colaboración entre las instituciones valencianas (más de 10,000 voluntarios) para la visita del Papa Benedicto XVI a la ciudad, para presidir el V Encuentro Mundial de las Familias (EMF). "La suma para el bien común ha permitido un "servicio para toda la sociedad". El arzobispo ha expresado su "gozo" y "alegría" por el desarrollo de los actos del EMF y el trabajo de los medios de comunicación que han retransmitido las celebraciones"

 

 

QUÉ SUCEDIÓ EN EL ENCUENTRO

 

Durante el Encuentro se llevaron a cabo tres congresos paralelos, el primero fue un Congreso Teológico Pastoral, que abordó temas relacionados con la familia, reflexionó cómo fortalecer el ámbito familiar y tuvo participación de teólogos, expertos en educación, pastoral familiar, medios de comunicación, movimientos eclesiales, psicólogos entre otros. Resaltó la presencia del Emmo. y Rvdmo. Card. Alfonso López Trujillo - Presidente del Pontificio Consejo para la Familia y del Emmo. y Rvdmo. Card. Stanislaw Dziwisz - Arzobispo de Cracovia, Polonia, y muchos personajes de gran envergadura y autoridades en el tema de familia.

 

Al mismo tiempo se realizó el Congreso para los hijos, en el que participaron jóvenes entre 16 y 25 años para analizar los problemas que se les presentan y ofrecer alternativas cristianas a la cultura del ocio y del tiempo libre. Por las tardes se llevó a cabo también el Congreso dirigido a los mayores, para apoyar la actividad tan esencial e insustituible que desarrollan en el seno de sus familias.

 

Durante el encuentro, participaron muchas personas del Foro Mundial de las Familias, el cual es un organismo consultor de la Asamblea General de Naciones Unidas, catalizador de la presencia pública de la familia en la sociedad, con presencia en medios de comunicación y partidos políticos. Se trata de una confederación de asociaciones familiares de carácter civil con más de 5000 asociaciones agrupadas en 117 federaciones, 19 confederaciones y otras entidades.

 

El nuevo Foro Mundial de la Familia es una red de asociaciones implantadas en los cinco continentes y comprometidas en defensa y promoción del matrimonio, los derechos de los niños y los valores familiares. El primer acto del nuevo Foro Mundial será aprobar un manifiesto dirigido a todas las autoridades del mundo en defensa de la familia.

 

El vicepresidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco dejó en claro el mensaje más importante del encuentro, en otras épocas demasiado obvio y hoy en discusión permanente: el matrimonio formado entre un hombre y una mujer es "la institución específica que más aporta a la sociedad". También explicó que el Foro Mundial de la Familia nació "como una iniciativa para defender el matrimonio y los derechos de los niños". A raíz de este hecho se creó una red virtual de contactos de más de mil asociaciones que ahora representan a más de 30 millones de personas" de todo el mundo.

 

RESUMEN DEL MENSAJE DE BENEDICTO XVI DURANTE EL ENCUENTRO

 

"La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua" Dijo Benedicto XVI, en su discurso del 8 de julio en Valencia ante cientos de miles de asistentes al Encuentro Mundial.

"Los desafíos de la sociedad actual, marcada por la dispersión que se genera sobre todo en el ámbito urbano, hacen necesario garantizar que la familia no esté sola. Un pequeño núcleo familiar, puede encontrar obstáculos difíciles de superar si se encuentra aislado del resto de sus parientes y amistades. Por ello, la comunidad eclesial tiene la responsabilidad de ofrecer acompañamiento, estímulo y alimento espiritual que fortalezca la cohesión familiar, sobre todo en las pruebas o momentos críticos".

 

"Junto con la transmisión de la fe y del amor del Señor, una de las tareas más grandes de la familia, es la de formar personas libres y responsables. Por ello los padres han de ir devolviendo a sus hijos la libertad de la cual durante algún tiempo son tutores. Si éstos ven que sus padres y en general los adultos que les rodean, viven la vida con alegría y entusiasmo, incluso a pesar de las dificultades, crecerá en ellos más fácilmente el gozo profundo de vivir que les ayudará a superar con acierto los posibles obstáculos y contrariedades que conlleva la vida humana".

 

"Invito a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armonía aseguran al hombre, a la familia, centro neurálgico de la sociedad, como recuerda la Santa Sede en la Carta de los Derechos de la Familia… la familia es una escuela de humanización del hombre, para que crezca hasta hacerse verdaderamente hombre".

 

 "La fe y la ética cristiana, no pretenden ahogar el amor, sino hacerlo más sano, fuerte y realmente libre. Para ello el amor humano necesita ser purificado y madurar, para ser plenamente humano y principio de una alegría verdadera y duradera".

 

"Los abuelos son los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memorias y riqueza de las familias… Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe ante la cercanía de la muerte".

 

 


La familia ejército

 

Querien Vangal

 

Esta familia esta basada en la disciplina castrense. Muchos piensan que lo importante en la vida es la disciplina y por lo tanto adoptan este modelo de familia. Como una consecuencia de esto, los personajes de esta familia tienen comportamientos muy militares, así por ejemplo: el padre es todo un general y la madre una coronela. Son duros como todo buen militar. No hay duda, en esta familia se cumplen órdenes. La levantada es a las cinco de la mañana después de un toque de clarín. Hay un buen rato de gimnasia, todo es marchando, todo es con una fila y en orden y sin chistar.

Los que vieron en cine la historia de la familia Trapp podrán hacerse una mejor idea. Esa película musical fue muy famosa: se conoció como La Novicia Rebelde o The Sound of Music.

La disciplina.- Está muy bien la disciplina, es algo positivo y que hace mucha falta y más en este país en donde hay tanta flojera, en donde todos parecemos estar hechos de plastilina. No es criticable desde ningún punto de vista la disciplina, pero debe tener ese toque familiar en donde unos padres enseñan a unos hijos a ser hombres y mujeres civiles en su gran mayoría. Esta disciplina debe llevar algunos ingredientes que no son, ni deben ser, de lo que más se encuentra en un cuartel, flexibilidad y cariño.

Sería un desorden encontrar a un coronel repartiendo teteros a sus soldados y no duraría mucho quien hiciera eso en el cuartel. Es entendible que un militar lo haga en su casa y que ese hombre duro tenga cariño y amor a su esposa y a sus hijos. Recuerdo uno que llegó a ser ministro de Defensa y se derretía con los cariños de su pequeña hija quien, a pesar de su reciedumbre, lo manejaba con el dedo meñique. Este era un hombre a quien respetaban los soldados y lo respetaban por su condiciones profesionales.

Sigamos... La disciplina es buena pero no todos respondemos a órdenes del tipo militar. Muchos hijos entienden más con un beso o un abrazo. Hay otros que sí necesitan tranca y que sí se les puede aplicar el duro sistema militar.

Las normas familiares.- Toda organización debe tener unas normas mínimas de comportamiento, debe haber una estructura que permita a los miembros de esa organización entender cómo se debe funcionar para que no existan inconvenientes que impidan el buen funcionamiento de la organización.

Las normas deben incluir los horarios que se tienen para una vida familiar normal, a que horas son las comidas, horas máximas de entrada a la casa, que permisos no se dan por ningún motivo etc. Ellas también están en muchas casas acompañadas por los encargos. Estos son, las diferentes tareas que todos los de la casa hacen y con ello prestan un servicio a los demás.

Hay normas en la familia tipo ejército familia y esto es muy bueno pues para poder progresar debe haber una organización. Así cómo en el mundo empresarial debe haber claridad de una misión y se debe tener una visión, también en lo personal son necesarias la visión y la misión.

Recordar las diferencias.- Pero de nuevo, lo que es necesario en el cuartel, no necesariamente es bueno o se debe aplicar igual en una casa normal y corriente. En un buen hogar debe existir ese trato personal, no uniformado, para cada uno de esos seres irrepetibles que lo conforman. La ropa no debe ser igual, en el ejército si debe serlo. En el hogar debe existir la posibilidad de que los hijos aprendan a tomar decisiones y el primer campo en donde pueden hacerlo sin que eso produzca traumatismos es con la forma que cada quien tenga de vestirse, dentro de lo normal. La forma de vestirse es parte de la individualidad y hace parte de la personalidad.

La obediencia.- En la familia tipo ejército, normalmente se obedece por miedo y esto no está bien pues los hijos deben obedecer por un proceso de liderazgo, por que se dan cuenta que se les dice lo que es conveniente para ellos; se obedece por prestigio, por que el papá y la mamá dan ejemplo de lo que ordenan. Un papá complicado con la comida no puede esperar que el hijo no lo sea. Lo mismo un papá que no sea sobrio difícilmente puede pedirle a un hijo que lo sea. Normalmente los vicios se inducen con el ejemplo así como también las virtudes lo hacen.

La obediencia es fruto de la autoridad y esta tiene algunos componentes, y uno de esos componentes es el prestigio. Este prestigio es el resultado de un esfuerzo de muchos años para alcanzar alguna meta no importa que no se llegue, pero los hijos siempre están analizando, consciente o inconscientemente, están "midiéndole el aceite" a sus padres, a su comportamiento y a su lucha personal, a su coherencia entre lo que piensa, dice y hace. Y ahí sale otra de las condiciones necesarias para poder gobernar: la coherencia. Se necesita primero ser pensante y tener claridad, y saber mostrar el camino debido. Uno de los defectos que ataca esta coherencia es el comportamiento esquizofrénico.

Esquizofrenia.- El comportamiento esquizofrénico es importante conocerlo y desterrarlo. "Creo una cosa, digo otra cosa y hago otra cosa". "Enseño, pero no vivo lo que enseño"; "exijo, pero ni yo lo cumplo". Es importante que se diga lo que se piensa y que se haga lo que se dice, en forma coherente y que además se sepa pasar del deseo al hecho.

Nos quedamos en decretos y... buscamos la trampa para burlar la ley. No se actúa en conciencia, pues eso incomoda y más bien se actúa en derecho aunque la ley de turno sea una ley torcida. Hacemos que la conciencia se duerma y que no moleste.

Visión y misión.- Antes hablábamos de la visión y la misión. Los papás no podemos darle a los hijos una visión y una misión para la vida si nosotros no la tenemos. Sin visión de futuro y sin misión no se llega a ninguna parte. Es fundamental saber para qué estamos en este mundo y que aspiramos a ser en el corto, mediano y largo plazo. Todos los caminos son malos cuando no se sabe cual es la meta.

Se necesita tener criterios claros y estos criterios son el resultado de conocer bien unos principios que se han aceptado y que se han valorado y como consecuencia se han convertido en valores pues valen realmente.

...Sigamos con la obediencia.- Las órdenes dependen también de un proceso de comunicación, si este falla la orden nunca será acatada. Cuando uno da una orden debe cerciorarse que esa orden fue entendida, por lo tanto hay que preguntarle al otro qué fue lo que entendió. Esto sirve además para hacer más firme y racional la orden no fruto del desespero o de la ofuscación.

En este punto vemos la importancia de la paciencia y la serenidad. Los que nos obedecen deben, en lo posible, entender los motivos por los cuales se da una orden y comprenderla completamente. Cuando se tiene prestigio se gana confianza y muchas veces los hijos hacen caso aunque no entiendan el porqué de la orden por confianza en aquel que les dio la orden.

En las diferentes edades de los hijos la forma de recibir órdenes y de hacer caso son diferentes. Los más pequeños abren los ojos y en cierta forma "oyen" por los ojos, es decir que lo que han visto en nosotros muy fácilmente lo aceptan y por eso es tan importante el ejemplo. También, cuando están pequeños entienden "por la nalga" es decir que con una palmadita entienden lo que uno les pide y hacen caso. En la medida que vayan creciendo, que sean más cerebrales hay que darles razones. A los hijos no hay que pedirles que le obedezcan a uno "por que yo soy su papá", hay que explicar más. Así se van formando los criterios que es lo que debe acompañar a los hijos luego cuando ya sepan volar y emigren de la casa. Uno no podrá estar siempre con ellos dándoles órdenes ni supervisándoles.

Esta etapa es la apropiada para ir explicando y fundamentando principios, el código de comportamiento se va haciendo desde estos primeros años y por eso es tan importante gastarles tiempo para que aprendan qué es lo bueno y que es lo malo, el cómo deben obrar para ser gente de bien. También los buenos modales se empiezan a aprender en estas primeras etapas.

En la "familia - ejercito" el coronel le obedece al general y el soldado le obedece al coronel y se hace caso sin más. En una familia es diferente.

Hay valores militares como son: disciplina, orden, reciedumbre que son puntos muy positivos de la vida militar y que son importantes para nosotros y nuestros hijos pero como todas las virtudes, deben siempre estar acompañadas por el trato amable y cariñoso. Si nuestros hijos no aprenden a ser cariñosos en el hogar ¿donde lo van a aprender?

Definitivamente se obedece en esta caricatura que hemos llamado "familia - ejercito". Hay un sistema de espionaje y unos acusan a los otros, aparecen los sapos, las presiones y los sobornos (te quito el castigo si dices quién rompió el vidrio) para que canten los culpables y luego viene los castigos.... Los castigos son ejemplares... Por cosas pequeñas vienen castigos a veces exagerados.  En la familia ejército, los hijos se defienden de estos castigos y muchas veces se llegan a tener batallas campales en donde la madre los defiende pues deja a un lado el ser coronela y sale a flote el cariño materno.

Las comunicaciones de familia.- Antes del castigo ha habido una abundancia "de escasez" de diálogo, hay poco diálogo en este tipo de familia y mucha arenga. No hay comunicación. La imagen del padre está elevada y lejana y hay un respeto reverencial y de miedo hacia él. Por esa distancia existe otro punto: no se comparte casi entre padre e hijos y se crea como una separación de diálogo, entre los del estado mayor por un lado y entre los de la tropa por otro lado.

Este distanciamiento hay que evitarlo, el papá y la mamá deben ser los seres más cercanos para los hijos. Tristemente para muchos muchachos es más cercano su amigo de la casa de enseguida o el papá de su amigo. Si no existe un conducto de comunicación, un canal abierto al diálogo no se podrá ayudar cuando el muchacho o la niña lo necesiten. Este canal debe estar abierto 24 horas, 365 días al año y si el hijo no pregunta hay que inducirle las preguntas pertinentes en cada caso.

A los hijos hay que conversarles, hay que darles cuerda para que ellos hablen y seguro lo harán cuando se sientan en confianza. La confianza se gana con una vida coherente en donde se muestre a los hijos que a pesar de que los padres tenemos defectos luchamos por hacer las cosas bien. Para que exista esta comunicación, además, hay que tener una base de principios comunes y una disponibilidad de las personas que se van a comunicar. Cuando no existen esos padres cercanos los hijos parecen mudos, su vocabulario es mínimo y de palabras cariñosas, ni la muestra.

Valoro mucho a los militares pues son personas con grandes virtudes humanas y esas virtudes son la base de las virtudes sobrenaturales. Lo único es que siempre hay de distinguir entre batallón y hogar y aun los militares que son recios, fuertes, duros, etc. en su trabajo tienen que ser suaves, cariñosos, pacientes, etc. en su casa.


La familia "Light"

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La familia es un ecosistema natural para defensa de la vida humana y de la libertad

Una afirmación tan redonda merece un breve comentario:

Desde que el mundo es mundo, el Poder (adjetívese como mejor parezca: político, económico, etc.) siente la perversa tentación de influir en el modo de pensar de las personas y, si le es posible, de manipularlas.  Los medios de que dispone son cada día más eficaces, pues el Poder, como su propio nombre indica, puede una barbaridad: ¿será preciso insistir en las catástrofes encefálicas que se producen en un cerebro tipo estándar cuando se le aplica una dieta de 700 horas anuales de televisión?

El adoctrinamiento a que nos someten los poderosos ---jamás renuncian a tan abnegada tarea--- no se debe al amor que nos profesan.  En el mejor de los casos buscan sólo nuestro voto, y para hacerse con él, nada mejor que formar ciudadanos dóciles a la ideología dominante, enchufados a los electro-domesticadores que el Poder controla, para que nunca caigan en la tentación de pensar por cuenta propia.

Gracias a Dios, el Poder encuentra algunos obstáculos en su empeño domesticador. Y el primero es, precisamente, la familia.

Y es que Dios, Nuestro Señor, ha previsto que los individuos vengan al mundo en un medio natural, llamado "familia": un ecosistema fundado en el amor del hombre y de la mujer, que crea en torno a sí un ámbito de intimidad, necesario para el nacimiento y para la formación de los hijos.

Esa intimidad familiar es, hoy más que nunca, un reducto de libertad frente al totalitarismo. Es la capa de ozono que protege de los rayos del Poder, mucho más peligrosos que los ultravioleta.

Cuando una familia cumple con su misión, transmite convicciones y valores; educa en las virtudes; enseña a pensar, a luchar, a amar, a hablar con Dios, y defenderse de las influencias y agresiones externas. En resumen: vacuna a los espíritus contra los eslóganes y los tópicos, y proporciona a los hijos las armas imprescindibles para actuar libre y responsablemente.

A un Estado con tentaciones totalitarias, la familia le molesta. Prefiere entenderse directamente con individuos emancipados, "liberados" (las comillas que sean gordas, por favor) de cualquier influencia que no la del propio Poder.

Pero la familia existe, y su prestigio no decrece a pesar de los daños más o menos internacionales que se organizan en su contra. ¿Qué puede hacer entonces el Poder para entrar en saco en las mentes de los ciudadanos?

Su estrategia ha sido la de ir debilitando esa capa de ozono a que me refería antes, hasta conseguir que la familia quede reducida casi a una pura fachada, a una especie de residencia de individuos autónomos unidos por vagos sentimientos de afecto y por una nevera bien repleta.

Así nació La familia light: una institución propia de los países ricos, ya que los pobres no están en condiciones de permitirse tales lujos.

Describir en serio sus características nos llevaría demasiado espacio. Contémoslas, por tanto, en broma. Y, aunque no os sintáis aludidos por el retrato pensad que tal vez, alguno de estos rasgos formen parte de vuestra caricatura... o de la mía.

·  La familia light suele ser pequeña. Desde luego, hay muchos matrimonios estupendos con pocos hijos; pero nada como una familia numerosa para vacunarse definitivamente contra esa enfermedad.

·  La familia light gira en torno a tres electrodomésticos fundamentales: la nevera, la televisión (con vídeo juegos y DVD) y el equipo de sonido.

n  La nevera sirve para comer a la carta en cualquier momento del día o de la noche, sin someterse a horarios ni a dietas maternas. Es útil también para convivir lo menos posible con los demás y para tomarse una cerveza con alguna cosa delante de...

n  La televisión. Se enciende al amanecer y, gracias a la función del timer, se apaga sola cuando ya todos duermen. Hay tantas en la casa como habitaciones: la tele de la cocina sirve para ver a Arguiñano. La del comedor, para no correr el riesgo de hablar, si por casualidad, un día se reúne la familia entera.  La del salón es la del padre, que viene súper estresado del trabajo y necesita relajarse en su sillón con una película del canal plus. La de la salita es para la madre, que también tiene derecho a su culebrón cotidiano; y las de los dormitorios, como su propio nombre indica, sirven para dormir sin tener malos ni buenos pensamientos.

n  Los equipos de sonido (también llamados comecocos), o, en su defecto el walkman o el Pod, produce un delicioso efecto aislante: corta toda relación con los demás y, es perfectamente compatible con la consola de videojuegos, que es el hipnótico de los más jóvenes.

·  En la familia light existe una férrea autoridad para todo lo accesorio (la elección del coche, el lugar del veraneo) y una total anarquía para lo fundamental (asistencia a Misa, etc.).

·  Los miembros de una familia light nunca rezan juntos, tal vez porque se verían obligados a apagar la televisión. En realidad, la vida espiritual de cada uno es una cuestión tan íntima y profunda, que, para encontrarla, habría que hacer excavaciones.

·  En la familia light se habla mucho de sexo: el pudor está superado por completo, y todos tienen una exhaustiva información sexual (un buen manual de instrucciones, quiero decir). En cambio jamás se habla en serio de amor, de fecundidad, de fidelidad, de entrega... (¡Niño esas porquerías ni se nombran!) A la familia light sólo le interesa el sexo light.

·  También estas familias tienen sus tragedias, sus amarguras y disgustos. He aquí cuatro significativos ejemplos:



1. El "fracaso escolar" del niño. La culpa, por supuesto, es siempre del colegio, que se complace en producir traumas, probablemente irreversibles, en la autovaloración de la criatura.
2. La niña ha engordado y no tiene nada que ponerse para la fiesta de cumpleaños de Vanessa.
3. A Manolito se le ha ocurrido decir que quiere ser misionero en Uganda. "Nos acechan las sectas", comenta apesadumbrado el padre. Hay que tener presente que, en una familia light, la entrega a Dios se considera como una neurosis, tolerable sólo en las familias de los demás.

4. Al "Audi" de papá le han hecho un rascón en la popa y no se habla de otra cosa en tres días.

¿Y si el niño llega a casa al amanecer rezumando ginebra por las orejas? Entonces, sí; el padre de la familia light tomará una decisión firme: se esconderá debajo de la mesa camilla para no enterarse. "Cualquiera día de estos -se dirá preocupado- tengo que hablar seriamente con el chico".

·  En la familia light existe una discreta biblioteca y una nutridísima videoteca. El padre se ocupa de comprar, pero no de leer, los dos o tres libros más vendidos del mes, y siempre se encuentran también otros títulos tan sugerentes y profundos como "Cómo aprobar sin dar golpe"; "Como ganar la estima del jefe"; "Breve tratado de papiroflexia" o "Guía de Restaurantes y de Hoteles".

·  En la familia light todo es trivial salvo lo trivial. Todo es opinable, salvo el principio de la opinabilidad universal. Nadie tiene convicciones ni creencias, sino opiniones. En resumen: padecen un síndrome de inmunodeficiencia moral de difícil tratamiento y mal pronóstico, ya que se ven expuestos a todas las infecciones ideológicas de moda. A ellos no les preocupa. Lo único que les importa es la buena salud y conservar ese lustre sonrosado de los adolescentes de telefilme.

Una enfermedad tan grave no se cura con pomadas. Del aburguesamiento, de la tibieza no se sale poco a poco, como sin querer; es precisa una conversión, un cambio radical de actitud. Y de eso estamos hablando: de una mediocridad que igual puede afectar a las personas singulares que a las familias, a los matrimonios, a los hogares, cristianos o no.

--¿Entonces...?

Entonces hay que pedir al Señor que, cuanto antes, nos haga entender la seriedad del problema.

Que nadie se acostumbre a la tristeza del amor light y del egoísmo.

Que los padres quieran reaccionar, y reaccionen.

Que se reconstruya la capa de ozono, de la que hablaba antes, para que ni la voracidad del Poder ni el peso de las ideologías alteren este ecosistema de amor y libertad.

Y, sobre todo, que los más jóvenes vayan al matrimonio con ganas de aventura, dispuestos a entregarse, a formar una familia y a llenar su vida con esta empresa colosal que Dios les encomienda.





La familia mexicana

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Las familias son como los ejércitos: pueden
ponerse a salvo mediante un prudente
movimiento de despegue.

 

 

Mucho se ha hablado de que la familia es la célula básica de la sociedad, tanto se ha hablado que a veces lo repetimos sin reflexión. También se habla mucho de familias disfuncionales y el maltrato que algunos niños sufren de sus padres, así como familias incompletas y verdaderas tragedias.

 

El reciente estudio sobre la familia realizado por el DIF, nos hace ver que lejos de ser una institución que pueda estar en crisis, la familia mexicana es el centro y la fortaleza que ha resistido muchos embates y problemas tanto sociales como económicos que hemos vivido en nuestro país. La familia mexicana está más fuerte que nunca, sin duda con áreas de oportunidad, pero también con una gran proyección para ser el gran valor y la principal razón de fuerza y unión de todos los que vivimos en este país.                                                                                                            

 

Hagamos un análisis detallado de nosotros mismos que hemos nacido en una familia que nos ha acogido de la mejor forma posible. En principio cuando fuimos una idea, después, en el momento mismo en el que uno de millones de espermatozoides fecunda al óvulo y comienza de inmediato nuestra vida. En ese momento nos convertimos en una realidad viable y que comenzará a enfrentar retos para poder alimentarnos, anidarnos y después crecer. Para nuestros padres comenzamos a ser una felicidad y un plan de vida.

 

Así después de nueve meses, vemos por primera vez la luz, nuestro primer gran encuentro con la luz es la cara de nuestra madre y nuestro padre y sus voces que alguna vez escuchamos en la oscuridad húmeda, en el vientre de nuestra madre.


Es desde ese primer momento que comenzamos a vivir experiencias segundo a segundo, minuto a minuto, hora con hora, día con día y año tras año. Así es como comenzamos a vivir la subsidiaridad, es decir nuestros padres se encargarán de alimentarnos y de ayudarnos a sobrevivir, llevarnos y traernos a muchos lugares, enseñarnos a gatear y posteriormente a caminar. Ésta subsidiaridad se ve clara al momento de caminar, damos nuestros primeros pasos ayudados de la mano de nuestros padres, luego damos uno o dos pasos solos y nos ayudan a no caer y así sucesivamente hasta que somos plenamente autosuficientes.


Esta subsidiaridad es un valor que se aprende a vivir en familia y que bien vivida es un valor fundamental para vivir en sociedad. Así el menos favorecido deberá ser apoyado por el más favorecido, por simple gratitud con la vida.


Mas adelante en nuestro paso por la vida en una familia nos podemos encontrar con la grata sorpresa de que no voy a estar solo, sino que mis padres decidieron traer al mundo a otro ser humano. Es a partir del segundo, tercero y cuarto hijo que la familia comienza a vivir una realidad de comunidad, además de vivir la subsidiaridad siempre con el más pequeño o indefenso también comenzaremos a vivir la Solidaridad entre los que ya pueden ser autosuficientes, una solidaridad que va desde el apoyo moral, hasta el apoyo económico, pasando por la ayuda en el aprendizaje y en el desarrollo personal.


La Solidaridad es el principal valor que hace grande a una nación, esa solidaridad que se aprende en familia es el pegamento social, es aquel que nos permite convivir armónicamente (entendiendo cada rol) pensando en los demás, es darnos cuenta que al decidir algo, esa decisión impactará en los demás.


Finalmente en la familia es donde se entiende con más claridad el bien común, ahí donde tener una casa ordenada, el alimento y los medios de subsistencia, así como una relación amable, el diálogo y la confianza se convierten en el bien común de esa pequeña comunidad.


Por eso es que es un país sólido es aquel que cuida a la familia, la familia es la comunidad básica natural y elemental que hoy sufre embates desde muchos frentes que la ponen en peligro y que le impiden cumplir con su misión de formadora de seres humanos cívicos y éticos.


Hoy más que nunca los que formamos parte o encabezamos una familia debemos asumir esa gran responsabilidad de cuidarla y atenderla, de reflexionar sobre cómo mejorar y cómo cumplir con su vocación de formadores de mujeres y hombres. Es la fuerza de la familia la que nos permitirá ver un México y un planeta con futuro.

 

El pasado 5 de marzo celebramos el día de la familia, ojalá hayamos reflexionado para que hagamos un esfuerzo por mejorar lo que se ve como una de sus principales áreas de oportunidad, la comunicación. Acerquémonos a nuestra familia celebremos todo el año dándonos tiempo para platicar, para entendernos

 

 

 


La familia mexicana

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La población mexicana se agrupa en 20.6 millones de familias de las cuáles 15.3 millones son nucleares (padres e hijos en la misma casa) y 5.3 millones son extendidas (padres e hijos, abuelos, tíos, etc. En la misma casa).

 

Del total de estas familias el 81% son encabezadas por hombres y el 19% por mujeres, lo cuál denota la importancia de la figura paterna como líder en la gran mayoría de los hogares.

 

El promedio de hijos en las familias es de 2.4 hijos por pareja, y se puede observar una diferencia entre las familias monoparentales y las nucleares con hijos, ya que las primeras tienen en promedio 2.2 hijos y los segundos 2.6.

 

Cabe destacar que de las parejas que tienen hijos el 82.7% están casados y solo el 17.3% viven en unión libre. Esta cifra cambia cuando las parejas no tienen hijos, donde observamos que el 78.9% están casados y el 21.1% viven en unión libre. Estos datos pueden interpretar que, a pesar de la cultura individualista que se vive en el mundo, a los mexicanos nos sigue pareciendo importante comprometernos en pareja por medio del matrimonio.

 

 

Existen 3.8 millones de familias monoparentales en el país, de éstas el 88% son encabezadas por una mujer; entre 1990 y el año 2000 la cantidad de familias en esta categoría se incremento con una tasa del 3.2% anual. Las causas de que sean mujeres las que encabezan estas familias se distribuyen de la siguiente forma: 9% son mamás solteras, 34% enviudaron, 26% están separadas (aquellos que vivían en unión libre), 20% era casada (y no se ha divorciado) y el 10% es divorciada. De lo que se concluye que el 70% de las mujeres que se encuentran en esta situación se debe a situaciones de disolución conyugal o viudez.

 

Otro dato revelador es que el 48.5% de las personas que viven en familia son hijos, el 22% son jefes de familia y el 18% son cónyuges. Esto nos permite deducir que la edad en la que los hijos se van de su hogar ha aumentado, de hecho la edad promedio de los matrimonios oscila entre los 25 y 35 años de edad. El número de matrimonios creció 1% anual, por debajo incluso de la tasa de crecimiento poblacional.

 


La familia Serdán

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Aunque todo parecía marchar de acuerdo a lo planeado y la revolución en el país debía estallar el 20 de noviembre de 1910. En Puebla, la situación tomó un camino diferente. Para mala fortuna de Aquiles Serdán y sus seguidores, el 16 de noviembre, la revolución en Puebla sufrió su primer revés. Muy temprano llegó uno de tantos colaboradores de Aquiles para informarle que el jefe de policía, Miguel Cabrera comenzaba una serie de cateos para tratar de encontrar las armas de los futuros rebeldes.

Aquiles conocía bien al siniestro personaje. Era la mano derecha del gobernador Martínez y reconocido como un matón profesional. Cabrera había perseguido varias veces a Serdán y lo tenía bajo estricta vigilancia. En repetidas ocasiones cateó la casa de Santa Clara buscando un pretexto para encarcelarlo definitivamente. Si Aquiles era el símbolo del antirreeleccionismo en Puebla, Cabrera era su némesis, la imagen viva de la dictadura.

El 17 de noviembre, la familia Serdán recibió una nueva comunicación que puso los nervios de punta a todos sus integrantes: Cabrera preparaba otro cateo, pero esta vez en la casa de Aquiles Serdán en la casa de Santa Clara no. 4. Ya no había dudas, alguien había "soltado la sopa", voluntaria o involuntariamente. Por la mañana, Cabrera había telegrafiado al gobernador Mucio Martínez para informarle que de acuerdo con unos documentos que llegaron a su poder, un movimiento armado debía estallar el 20 de noviembre en todo el país.

El gobernador dejó los asuntos que atendía en Tehuacan y regresó de inmediato a la capital poblana. Al llegar, su primera orden fue tajante: Miguel Cabrera debía encabezar el cateo de la casa de los Serdán. Su deber era revisar cada centímetro cuadrado de la vieja construcción y no salir de ahí hasta que encontrara algo. Ya no había secretos. Aquiles y sus partidarios habían introducido armas y parque en los últimos días. La operación para atrapar a los sediciosos no podía fallar. Cabrera, gustoso, se dispuso a realizar el cateo.

En la casa de Santa Clara privaba la inquietud. Aquiles reunió a sus más cercanos colaboradores, a los más confiables. Gente cuyo rastro se perdió con el torbellino de la revolución: Rosendo Contreras, Manuel Paz y Puente, Vicente Reyes, Clotilde Torres, Manuel Méndez, Miguel Patiño, Fausto Nieto, Manuel Velásquez, Juan Sánchez, Carlos Corona, Andrés Cano, Miguel Cruz, Francisco Sánchez, Epigmenio Martínez, Luís Teysser.

Aquiles fue al grano. "¿Nos lanzamos mañana, aprovechando el cateo o aguardamos hasta el día 20?" Un largo y profundo silencio invadió la habitación donde se encontraban reunidos. La mayoría opinó que lo prudente era esperar hasta la fecha programada. Aquiles pensaba lo contrario y señaló: "¡De una vez que sea!", dejando en claro su postura. Los que le escucharon, reconocieron en aquella voz a su líder, a su caudillo y animados ante las difíciles circunstancias dijeron al unísono: -"¡Pues que sea!". -"¡Pues mañana estalla la Revolución!" -concluyó Aquiles Serdán.

Eran las primeras horas del 18 de noviembre y los maderistas encabezados por Serdán esperaban la presencia de Miguel Cabrera en cualquier momento. En la planta alta de la casa se preparaban bombas caseras. Cada hombre alistaba sus armas, engrasaban las pistolas, limpiaban las carabinas. A las 7:30, unos golpes en el portón acabaron con la tensa calma y larga espera. Aquiles ordenó al portero de la casa, de nombre Manuel, que abriera la puerta a los policías. Miguel Cabrera ingresó al zaguán empuñando su pistola. Se hacía acompañar por algunos soldados. Cuando volvió la vista hacia Aquiles Serdán, que llevaba en mano una carabina, no pudo ocultar su sorpresa. En su cara se dibujo el rostro de la muerte y la cobardía tomó forma en su semblante.

Un tiro salió de la pistola de Cabrera pero no acertó en el blanco. Aquiles apretó el gatillo y la bala se impactó en el pecho del Jefe de Policía cayendo muerto en el acto. Mientras varios policías salían corriendo dos intentaron aprehender a Serdán, uno fue muerto casi inmediatamente por los disparos de maderistas que habían observado todo. El otro, el mayor Fregoso, segundo de Cabrera, se vio amenazado por el arma que cargaba con valentía Carmen. El oficial pidió que no le disparara. "Pues déme su pistola", le respondió la hermana mayor de los Serdán sin dejar de apuntar.

El cuerpo sin vida de Cabrera yacía en el patio de la casa. Varios hombres se acercaron y comenzaron a golpearlo, a patearlo y a injuriarlo por todos los actos perpetrados durante su vida. Carmen intervino, alejando a los que intentaban hacer jirones el cadáver del policía. Entre varios tomaron el cuerpo unánime de Cabrera y lo arrojaron a la calle. Los rebeldes sabían que en cuestión de minutos estarían rodeados por las fuerzas federales y el cuerpo de rurales. Había comenzado la revolución mexicana en Puebla, dos días antes de lo previsto.

El asedio

La noticia de la muerte de Cabrera corrió como reguero de pólvora. Al conocer la noticia de la muerte de su gatillero, el gobernador envió tropas a la calle de Santa Clara para combatir a los rebeldes. Aquiles ordenó a todos los hombres que se aprestaran a la defensa. Armaron barricadas y trincheras con lo que pudieron. Entre hombres y mujeres sumaban dieciséis personas las que habían iniciado la revolución. Aquiles sabía que la situación era adversa pero esperaba que al conocerse lo sucedido en Santa Clara, iniciara la resistencia armada en otros puntos de la ciudad.

El gobernador Martínez, por su parte, se trasladó rápidamente al cuartel del batallón Zaragoza, donde dictó órdenes precisas para ir y acabar con la revuelta lo más pronto posible. Sólo había cincuenta hombres disponibles en el lugar, por lo que tuvo que mandar por más hombres al resto de los cuarteles de la ciudad. Los rurales también se unirían al ataque. El gobernador permanecería en el cuartel para cuidar el armamento y la entrada a la ciudad, pues se temía que alguna otra fuerza rebelde quisiera entrar para apoyar el levantamiento de los Serdán. No habían salido los soldados del batallón Zaragoza, cuando Joaquín Pita, jefe político en la ciudad, y sus hombres comenzaron a disparar contra la fachada de la casa de Santa Clara.

Aunque sabían que esa fuerza era infinitamente inferior a la que tendrían que enfrentar unos minutos más tarde, los revolucionarios iniciaron la defensa de sus posiciones. Desde el primer momento del combate, Máximo Serdán demostró ser un líder natural para las faenas de la guerra. Ubicado en la azotea, daba órdenes, se movía de un lado para el otro, apoyaba a sus compañeros y disparaba con certeza.

Aquiles y Carmen permanecieron dentro de la casa. Desde los balcones les tocó defender el frente. Joaquín Pita se dio cuenta que no se enfrentaba a unos simples revoltosos. La capacidad con la que encontraban el ángulo perfecto para dar un tiro mortal a cualquiera de sus soldados, le sorprendió. Apenas eran las 8 de la mañana.

Los habitantes de la ciudad fueron víctimas de la cobardía. Los disparos se escuchaban a varias cuadras de distancia. Puertas y ventanas de las casas vecinas fueron cerradas. Algunos curiosos intentaban aproximarse para ver de cerca, pero el fuego era tan nutrido que ponían en riesgo la vida. No había señales de apoyo a los revolucionarios. Parecía que el movimiento en Puebla dependía de 16 voluntades que resistirían hasta el último momento. La masacre estaba en marcha.

Desde la azotea de la casa, Máximo y sus compañeros presenciaron la llegada del grueso de las tropas federales. Lejos de amedrentarse continuaron disparando, trataban de economizar y tiraban cuando casi era imposible fallar. Las bombas fabricadas la noche anterior fueron lanzadas sobre los gendarmes.

Pita, el jefe político, se dio cuenta que se aproximaban los temibles rurales. Así que decidió esperar las órdenes que traía el general Valle, el mismo oficial que debía ser aprehendido por Serdán si el plan inicial hubiera resultado. Una vez reunidos, Valle ordenó a sus hombres ocupar el templo de San Cristóbal, tomar las alturas de las construcciones cercanas y prácticamente sitiar la casa de Santa Clara.

La batalla aumentaba de intensidad conforme transcurrían los minutos. Carmen sabía que no tenían mucho tiempo y en un arranque de valor, salió al balcón de la fachada principal y retando a la muerte comenzó a gritar a los ciudadanos: "¡Vengan, por ustedes lo hacemos; la libertad vale más que la vida;  viva la no reelección! ¡Aquí hay armas! ¡Viva la libertad! ¡Por ustedes lo hacen y no vienen a defender! ¡Viva Madero!" Su rostro estaba desencajado, los ojos parecían escupir fuego, pero su voz era firme. Las balas silbaban a su alrededor, rebotaban en los muros o hacían volar por los cielos decenas de astillas y vidrios de las ventanas rotas.

La imagen de Carmen era conmovedora. Asombró incluso a sus enemigos, pero sus gritos fueron insuficientes para sofocar la cobardía que corría por las venas de los habitantes de Puebla. Nadie acudió al llamado de la Patria. Frente a lo nutrido de la fusilería, Aquiles tomó el brazo de su hermano y la jaló hacia adentro de la casa. Carmen tomó nuevamente la carabina y siguió disparando junto a Aquiles. Un nuevo batallón se distribuyó en las cúpulas del templo de Santa Clara, exactamente frente a la casa. El resto de las tropas federales disparaban desde distintas posiciones.

El batallón Zaragoza se presentó en la escena del combate al mando del coronel Mauro Huerta a cuyo lado venía galopando el coronel Gaudencio de la Llave. Al avanzar por la calle fueron repelidos por una nutrida descarga que provocó varios muertos. El caballo del coronel cayó haciendo rodar a de la Llave varios metros. Estaba herido. La sangre le brotaba del estómago. Huerta se acercó para pedirle que se retirara. De la Llave no aceptó, no lo podía hacer hasta que los sublevados estuvieran acabados. Intentó levantarse y atacar, pero la herida era profunda y volvió a caer. Lo trasladaron rápidamente al cuartel para salvarle la vida. El batallón subió a la azotea del hotel Barcelona y desde ahí comenzaron su ataque.

A las nueve de la mañana, el combate era feroz. Los revolucionarios estaban totalmente rodeados. Desesperada, Carmen, intentaba encontrar una mínima señal de que otros grupos rebeldes estaban en pie de guerra en diferentes puntos de la ciudad. Desconcertada le comentó a su hermano: "¡Nos han dejado, Aquiles!". Pero el primer maderista de Puebla no perdía la esperanza ni la serenidad. Le pidió a su hermana que esperara, que tuviera confianza. Seguramente en esos momentos la Penitenciaría caía en manos de los rebeldes. Las explosiones provocadas por las bombas caseras --señal para que otros grupos entraran en acción-- continuaban haciendo su labor de exterminio. Pero nadie llegaba en su auxilio. Sus horas estaban contadas.

A las diez de la mañana, la casa había ya perdido todo rastro de su hermosura. La fachada parecía cedazo. Los muebles rotos, el magnífico espejo de una de las habitaciones había estallado en miles de pedazos. Parecía como si el combate se estuviera realizando dentro de la casa. Lejos habían quedado las tardes de comidas familiares, de alegrías y de ensueños. Pero no era momento de mirar a atrás. Nadie se acordaba ya de aquellos tiempos.

Minutos más tarde, Aquiles le pidió a Carmen que subiera a la azotea para repartir más parque. Las municiones comenzaban a escasear. La valiente mujer subió cubierta con cananas y cinturones llenos de balas calibre 30-30. La resistencia comenzaba a ceder. Carmen intentó alentar a los combatientes, pasó por alto los cadáveres de algunos correligionarios que habían caído en los momentos iniciales del combate.

Le tranquilizó ver a Máximo con el mismo ánimo dando órdenes. Una vez entregado el parque regresó a la planta alta de la casa para continuar con la defensa de su posición. No había dado el primer paso cuando sintió que una bala rozaba su cabello. Hasta entonces se dio cuenta de que le disparaban también a ella. Quiso voltear para ver de frente, a los ojos del hombre que le había disparado cuando sintió que una bala se incrustaba por la parte izquierda de su espalda y salía por la derecha. El golpe estuvo a punto de tirarla, pero se sobrepuso al instante. Después de mirar su vestido teñido con el profundo rojo de su sangre, logró voltear para ver al soldado que le había disparado. Levantó su carabina y le apuntó, estaba a punto de disparar pero en el último momento se arrepintió. "Esto no es por la Patria --contaría años después--, sino porque me pegaron y me duele".

Aquiles se impresionó al verla ensangrentada. Doña Carmen Alatriste, su madre comenzó a llorar y a gritar, pero logró controlarse. Tomó una sábana y la desgarró para improvisar una venda que tapara la herida de su hija. Aquiles trató de mantener la calma y sin dejar de disparar por la ventana, le preguntó si respiraba con dificultad a lo que Carmen respondió negativamente. "Entonces no es nada de importancia" respondió Aquiles como para tranquilizar a los presentes. Después de un respiro, Carmen se reincorporó a la batalla.

Los gritos e improperios de las tropas federales se escuchaban cada vez más cerca. Había pasado una hora desde que Carmen resultó herida. A sabiendas que los rebeldes de la azotea estaban próximos a sucumbir por falta de pertrechos de guerra, decidió hacer una nueva incursión para reabastecerlos. La escena que sus ojos vieron era verdaderamente dantesca. Casi todos sus correligionarios yacían muertos.

Desolada, levantó la cabeza hacia una cañería por la que había trepado Máximo que todavía con vida se encontraba acompañado por un señor de apellido Méndez, el cual estaba herido. Ambos seguían disparando. Con la fortuna en contra, el hermano menor cayó herido. Carmen le suplicó que bajara para atenderlo. Máximo no hizo caso, lo único que alcanzó a decir fue que podía seguir peleando, que necesitaba más parque.

La altura en la que se encontraban los combatientes heridos hacía más difícil el reabastecimiento de municiones. Máximo le dijo a Carmen que buscara una canasta y una cuerda para hacerle llegar el parque. La hermana bajo rápidamente a buscar los utensilios necesarios. Cuando se disponía a realizar la operación, escuchó voces desconocidas. Eran los federales que finalmente se habían apoderado de la azotea de la casa de los Serdán. En ese momento un escalofrío recorrió su corazón, sin ver el cadáver sabía que su hermano Máximo había muerto.

El dolor de su herida palideció ante la pena que sufrió al imaginar el cuerpo de Máximo atravesado por las balas de la dictadura. La joven mujer enloquecía de la rabia, el desconsuelo y la decepción. Puebla entera los había abandonado. El esfuerzo de más de dos años estaba por extinguirse a manos de los esbirros del gobernador. Ya era tarde para revertir el resultado del combate, incluso si en ese momento se hubieran aparecido otros rebeldes. Carmen observó a su hermano Aquiles disparando por la ventana. No había descansado un sólo momento desde el disparo que acabó con la vida de su rival Miguel Cabrera. Más aún, desde que se entregó, en cuerpo y alma a las ideas de libertad y justicia.

Dispuesta a combatir hasta el fin, Carmen empuñó nuevamente la carabina y arremetió contra los pelones. Su enojo era su mejor impulso para no cejar un instante. Parecía buscar la muerte. Se acercó a Aquiles y sin dejar de disparar le dijo: "Ya Máximo acabó... Los federales están en la azotea". Sólo en ese momento, Aquiles dejó de disparar. Su rostro se llenó de tristeza y desesperanza. Por primera vez se veía abatido. Con cuidado, tomó su carabina entre las dos manos, se acercó a un rincón de aquella habitación que había servido de bastión y depositó su arma.

Los soldados se acercaban. La mayoría había dejado de disparar al no escuchar respuesta de los sublevados. Carmen tampoco disparaba, al pendiente de lo que hacía Aquiles. Volteó hacia la calle y vio a los rurales acercarse, sabía que todavía podía matar a varios más, a todos si era necesario. Así se lo hizo saber a Aquiles.

Desconsolado, éste le preguntó:

-"¿Ves algún jefe con ellos?"

-"No, están solos", le respondió desconcertada su hermana.

-"Pues bien, esos hombres tienen madres, esposas, hijos o hermanas. Si yo supiera que con su muerte triunfaríamos, los mataría a todos, pero de cualquier forma estamos perdidos. Me voy a esconder y saldré cuando se organicen a la noche los nuestros".

A Carmen le costó mucho trabajo comprender lo que estaba escuchando. Se volvió hacia la ventana y comenzó a disparar otra vez. Veía de reojo, como Aquiles se acercaba a su madre y la abrazaba. El escritor Rómulo Velasco en su libro Aquiles Serdán, asegura que le dijo: "¡Lo que siento, es haber sacrificado a hombres de tanto valor por un pueblo tan desgraciado y cobarde!" Lentamente y con ternura, abrazó después a su esposa. Nadie lo quería pensar en ese momento, pero todos sabían que era una despedida quizá definitiva. Carmen alcanzó a decirle: -"Hermano, es mejor morir en el combate..."

Aquiles se negó. Consideró que si lograba escapar en los días siguientes podría reorganizar la revolución en el estado de tal forma que la muerte de su hermano y del resto de sus correligionarios no fuese en vano. También había una posibilidad de que las mujeres de la casa salvaran la vida, incluyendo Carmen, si la refriega terminaba ya. Aquiles tomó su revolver, guardó varios cartuchos y se dispuso a esconderse.

Para cuando Aquiles se retiró de su trinchera en aquella habitación, el tiempo de la batalla se había agotado. Carmen continuaba en pie de guerra en parte para cubrir a su hermano pero también para tratar de desahogar su furia. No se quería detener, no estaba lista para entregar el arma. Pero Filomena del Valle, su cuñada, la jaló de la falda. En ese momento se detuvo y se dio cuenta que todo había terminado. Los federales estaban ocupando la casa. No tardaron mucho en tirar a culatazos el zaguán de la casa. Al ingresar al patio, algunos soldados dispararon por precaución. El ruido de la fusilería que había estremecido a la ciudad de Puebla durante casi cuatro horas era sustituido por los gritos de algarabía de los vencedores.

El panorama era desolador. Los muros, las ventanas, los techos estaban destruidos casi por completos. La azotea y las calles estaban teñidas de rojo. Los muertos de ambos bandos mostraban la crudeza del combate. Dieciséis personas se habían enfrentado a cerca de mil soldados. Decenas de federales cayeron muertos con las primeras balas disparadas en la revolución.

Para cuando Joaquín Pita entró en la casa, Carmen, su madre y su cuñada estaban juntas en una recámara. Natalia Serdán viuda de Sevilla, había logrado escaparse con sus hijos por uno de los boquetes abierto durante la batalla. Al encontrarlas, Pita las miró por un instante. Las tres mostraban rastros de sangre y tierra, el cabello alborotado y sucio. Sus rostros no reflejaban temor ni mucho menos, tal vez encontró un poco de rencor y orgullo en sus miradas.

Pero buscaba a alguien más, y tras pedirle a sus hombres que bajaran las armas, preguntó por Aquiles: "¿Dónde está? Yo no asesino a los vencidos... Díganle que venga..." Las mujeres guardaron silencio un momento y luego respondieron que desconocían su paradero. Pita no les creyó. Ordenó a sus hombres que buscaran entre los cadáveres el de Aquiles Serdán. Luego de remover los cuerpos sin vida, regresaron para informarle que entre los muertos no se hallaba el del cabecilla poblano.

Joaquín Pita sospechaba que Aquiles se encontraba cerca. No habría dejado a su familia sola, luchando contra el ejército federal mientras escapaba. Si estuviera muerto, lo habrían encontrado entre la pila que ahora formaban los cuerpos de los revolucionarios. Se había escondido, sin duda, en algún lugar de la casa o en los alrededores, pero no podría llegar muy lejos. Pita no estaba dispuesta a permitirlo. Olvidando el tono cortés, ordenó a sus gendarmes que llevaran a las mujeres a la cárcel, empujando fuertemente a Filomena que casi cae al suelo.

Las tres mujeres fueron trasladadas a la Penitenciaría. Al llegar, doña Carmen Alatriste y Filomena del Valle fueron llevadas directamente a una de las celdas. Carmen Serdán, en cambio, fue conducida a la Sección Médica. Casi había olvidado la herida de bala que había formado una gran mancha de un color negruzco desagradable en el vestido. La trataron de curar pero Carmen no lo permitió. Con el mismo orgullo con el que su abuela había decidido no aceptar la pensión que tantos años atrás le ofreciera Maximiliano, estableció el fin de la discusión al señalar que se "curaría con saliva". Estaba malherida y ella lo sabía, pero no estaba dispuesta a aceptar nada de aquella gente. No probó bocado en los siguientes tres días.

Durante el cautiverio las tres mujeres hablaron poco. Se lamentaban en silencio del inútil derramamiento de sangre. Temían por la vida de Aquiles. Filomena intentaba reprimir los sollozos que le inundaban la garganta cuando recordaba al hombre que tanta felicidad le había dado. El dolor era mayor al pensar que quizá el bebé que llevaba en el vientre nacería huérfano.

El escondite

Tras la salida de las mujeres de la familia Serdán, el Jefe Político Joaquín Pita recorrió con calma la vieja casa. Observó minuciosamente cada espacio, cada rincón, cada una de las habitaciones esperando encontrar el escondite donde se hallaba Serdán. Se detuvo frente al espejo hecho pedazos que distorsionaba su figura.

Intentaba escuchar cualquier sonido extraño que delatara a su enemigo pero sólo percibía el murmullo de sus hombres comentando lo sucedido. Como aves de rapiña se apropiaron de cualquier objeto de valor que hubiera resistido el combate. El olor a pólvora aún llenaba el ambiente; decenas de papeles tapizaban el suelo. Después de varios minutos Joaquín Pita se retiró del lugar pero ordenó a un grupo de soldados que montaran guardia en "esta guarida de latrofacciosos".

Entre uno de esos soldados se encontraba Porfirio Pérez, incondicional de Pita. "Apuéstese usted en esta recámara --le dijo el Jefe Político antes de marcharse-- y no pestañee, mientras yo vigilo afuera con mis hombres. No creo que el pájaro haya volado todavía." Pérez entró al cuarto que antaño había sido del matrimonio Serdán. Observó con igual interés, los destrozos causados por la batalla y esperó. Las horas transcurrieron. El silencio se había apoderado lentamente de la casa, el sangriento día comenzaba también a morir. El cansancio comenzó a hacer mella en Pérez. Sentado en un catre, intentaba mantener los ojos abiertos, los sentidos agudos ante cualquier indicio, la pistola estaba lista en su mano para cualquier imprevisto, aunque para esas horas de la noche podía asegurar que se encontraba solo en la casa de los Serdán.

Desde que terminó el combate, Aquiles se había refugiado en un compartimiento que se encontraba en la planta baja de la casa. Apenas y cabía pero era suficiente para pasar desapercibido. La madera del piso hacía imperceptible el lugar donde se encontraba el hueco.

Sin embargo, con el paso de las horas, el cuerpo de Aquiles se fue entumiendo. Su escondite era demasiado frío y la baja temperatura del mes de noviembre calaba sus huesos. La paciencia no era virtud de Serdán. Lo había demostrado la noche en que convenció a sus partidarios de no esperar hasta el 20 de noviembre para iniciar la Revolución.

Solitario en su refugio trataba de no pensar en nada para no caer preso de la angustia. Pero una tras otra, las escenas de la batalla se repetían en su mente. Imaginaba a Máximo desangrado, a Carmen presa, a su mujer embarazada en una fría mazmorra y por supuesto a su madre. Algún movimiento en la habitación interrumpía sus divagaciones. Entonces sostenía la respiración esperando que no lo encontraran.

Involuntariamente le venía a la cabeza la imagen de su abuelo. Recordaba su historia, lo imaginaba parado orgulloso y recio frente al pelotón de fusilamiento. Comenzaba a pensar en el futuro de su esposa y de sus hijos. Ruidos al exterior de su escondite lo traían de vuelta a la realidad. Horas que parecían años. Casi había perdido el sentido del tiempo. Para su desgracia no podía imaginar siquiera la hora. Esperaba salir bien librado de aquel trance. Se dirigiría entonces a San Antonio a pedir instrucciones al señor Madero, no tenía miedo de perder la vida en la revolución.

Pasaron varias horas sin que escuchara pasos en las habitaciones de la casa. Dudó en salir. A ciegas verificó la carga de su pistola y los cartuchos que guardaba en el pantalón. Pensó en esperar un momento más, pero la oscuridad y el silencio no eran nada hospitalarios. El frío, además, le dificultaba la respiración y aumentaba el dolor de los huesos. De pronto le vino un ataque de tos que trató de ahogar poniéndose una mano en la boca. Sintió entonces, que el aire le faltaba, necesitaba toser otra vez y otra vez y otra vez. Necesitaba salir ya no aguantaba más. Movió con cuidado una pierna, los músculos le reclamaron tanta inmovilidad. Lo soportó. Abrió con cuidado las maderas que, ocultas bajo una pequeña alfombra, lo habían protegido por tantas horas. El piso de su recámara crujió por un momento.

El ruido despertó a Porfirio Pérez quien se apresuró a tomar la pistola que entre el leve sueño había dejado caer entre sus piernas. Se levantó y observó el movimiento de la alfombra que cubría parte del piso de la recámara. Un escalofrío recorrió su cuerpo. No sin dificultad, Aquiles se asomó. De pronto un sonido fuerte recorrió cada una de las habitaciones. El disparo había sido certero. El cuerpo de Aquiles Serdán cayó sin vida en el mismo sitio que había sido su refugio. El reloj marcaba las dos de la mañana del 19 de noviembre de 1910.

Doña Carmen Alatriste, Filomena del Valle y Carmen Serdán esperaban en sus celdas. Al tercer día, su celador llegó para informarles que las iban a interrogar. Salieron las tres en fila, al pasar por el patio de la prisión, el gendarme ordenó voltearan a su derecha. Carmen Serdán, en franca rebeldía volteó hacia la izquierda. Doña Carmen ni siquiera movió una pestaña. Filomena, en cambio obedeció. Se quedó pasmada ante lo que sus ojos veían. No aguantó el dolor y sin darse cuenta, se desvaneció. Los cuerpos de Aquiles y Máximo Serdán se encontraban en exhibición en la Penitenciaría. Días después fueron llevados a recorrer las calles de Puebla para demostrar lo que les pasaba a los revoltosos. A pesar del fracaso de Serdán, dos días después comenzó el movimiento revolucionario, que ya nadie pudo detener.

 


La funesta mediocridad


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La edad moderna representa el triunfo
de la mediocridad colectiva

 

La mediocridad es una constante en el diario vivir de la mayoría. Aquí y en Constantinopla. Pero ya que no me consta cómo es la mediocridad que constantinopoliza a los constantinopolitanos (y no es trabalenguas), me refiero expresamente a la mediocridad que nos envuelve a todos ---yo mismo incluido, por supuesto---, y que pareciera hacer parte de nuestra idiosincrasia.

 

No se trata, ojalá así fuera, de la "áurea mediocritas" (la dulce mediocridad) del poeta Horacio, o sea, esa dorada medianía y saludable moderación que nace del principio de que la virtud está en el medio, sino de la mediocridad en el sentido peyorativo de la palabra, que es como siempre se ha entendido.  Basta mirar la gente, examinar sus caras y sus andares, someter a escrutinio sus actitudes, el resultado de sus trabajos, y ahí está en un rincón, como un gato adormilado, la mediocridad.

 

Indisciplina personal y social. Atonía vital. Indefinición, desgana, falta de vigor.  Hacer las cosas a medias, al ahí se va.  O dejar las cosas a medio hacer, que no es lo mismo. Atávica resignación. No exigirse. Cumplir por cumplir. La perfección es un embeleco.

 

Entusiasmos fáciles y extemporáneos, de un día. Mejor no menearlo. ¿Adónde va Vicente? Adonde va la gente.

 

Con pocas excepciones, que confirman la regla, es aterradora la mediocridad circundante. Los jóvenes se encuentran instalados en una desesperante medianía que a la larga terminará acompañándolos en todas las épocas de la vida.  Sin ideales, con una rebeldía adormecida por el "rock" y las modas gringas o el "Slang" advenedizos.

 

Sin sentido de patria. ¿Patria? Y eso qué es. Sufriendo a regañadientes un bachillerato que apenas los barniza con una cultura impersonal y vaga, para luego rodar por la pendiente imparable de una existencia desleída en el desencanto.

 

Universitarios por inercia.  Profesionales porque no hay otro camino que escoger. A la postre, ya hechos humo los sueños y las ilusiones, anclados irremediablemente en la mediocridad. Trabajando para justificar un sueldo; mientras menos exigidos, mejor.

 

Cobrando para mercar.  Mercando para no morirse de hambre, aunque el alma se esté muriendo de tedio. O de risa. Envejeciendo prematuramente para que nos jubilen o porque ya nos jubilaron. Pareciera que los únicos que toman la cosa en serio, hasta el fondo, sin mediocridades, son los niños. Y los muertos, claro.

 

Asfixiante mediocridad en los puestos públicos.  Burocracia, papeleos, demoras, incumplimiento, corrupción.  Puestos públicos para ocupar, no para hacer algo. Puestos honoríficos para figurar, para hacer una "carrera fulgurante".  La efectividad, la eficiencia, es lo de menos.  Eso sí, hay que ser ejecutivos.  Mucho ruido y pocas nueces.  Venga la semana entrante.  El doctor está en junta.  Llame más tarde o, si ni siquiera contesta la operadora (¡manes del progreso!), resígnese a escuchar en la línea telefónica la misma musiquita y los persistentes mensajes institucionales o de una publicidad subrepticia que acaban produciendo el efecto contrario del buscado.

 

¿Control de calidad? Eso es en teoría, en los títulos de los libros de mercadeo y administración, en la voz dolarizada de los expertos traídos de Estados Unidos a dar conferencias.  No, mijo, haga lo que pueda, termine eso como sea, lo importante es cumplir a como dé. Tape y coma callado. Que se quejen después, que vengan los reclamos cuando ya no hay nada que hacer. No importa, para eso están la justicia y los fallos sempiternamente inconclusos. La mediocridad no admite escrúpulos, téngalo como una norma. Ni tampoco remordimientos. Después de todo, la desfachatez de los mediocres que mandan, producen y conducen, cuenta para sus desafueros con la resignación de los mediocres que tienen que obedecer, consumir productos y dejarse guiar como borregos. No se olvide: perro no come perro. Mediocre no come mediocre.

 

Mediocridad rampante y mediocridad envolvente. Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta. No se apure. Nada de eso de que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Para el mediocre es distinto: lo que puedas hacer hoy, déjalo para mañana o… para otro día.  Ya habrá tiempo.  Tranquilo, no se preocupe. No, hombre, no es para tanto. Y quedamos agotados de tanto hacer nada. Entiéndase bien: no es no hacer nada, sino hacer nada, en positivo, a ciencia y conciencia. Y para resarcirse de esa dejadez que ocasiona la mediocridad, pues hay que descansar, dormir hasta tarde, tomar vacaciones largas. Tampoco se va a matar uno, ¿no? ¡Que viva eso que llaman mediocridad!  Con razón estamos como estamos.


La gente se muere de tristeza

 

Querien Vangal

 

Generalmente, quien está triste es que piensa en sí mismo

 

Hay una gran insatisfacción en la gente porque muchos desean ser alguien en la vida, desean hacer algo grande, desean ser felices y valer para algo, pero sienten que siguen siendo mediocres, que sueñan en lo grande, pero realizan lo vulgar, lo pequeño.

Piensan que la felicidad es muy raquítica y además pasajera, y poco profunda. Sienten que no sirven para nada, y así abunda el tipo insatisfecho, harto, hastiado. Yo quiero más, mucho más, no puedo seguir igual, si mi vida va a ser como hasta hoy, ya me harté, no la quiero.

Hay gente enferma del espíritu, enferma de gravedad, gente que se cree incurable. Hay enfermedades crónicas, habituales, por las constantes recaídas en el vicio, en el pecado, en la mediocridad.

Hay gente desengañada de si misma; han intentado tantas veces cambiar y no lo han logrado que piensan no tener remedio. Podríamos decir, "intenta otra vez, aun no lo has intentado con todas tus fuerzas".

Cuentan de Gengis kan, el gran conquistador de China, que después de una gran derrota, estaba en su tienda mirando con los ojos al horizonte, y por el hilo de la tienda, subía una hormiguita tratando de llegar a la cima; al no conseguirlo, caía una y otra vez al suelo, pero volvía a intentarlo y así la décima vez, logró por fin su objetivo, que era llegar a la cima de la tienda. Gengis kan, aprendió la lección de la hormiguita, volvió a intentarlo y se hizo el conquistador de China.

Estoy desengañado de Dios. Si piensas así, es que no lo conoces. Puedes estar desengañado de los demás, de la vida, pero no de Dios. ¿Sabías tú, que la vida sonríe, a quien sonríe a la vida? Los años insatisfechos por la vaciedad de la vida, por esa mediocridad que les produce nauseas, son una insatisfacción muy aprovechable. Malo si estuvieras tranquilo. De una gran insatisfacción pueden surgir grandes cosas.

Los hay atormentados, por dudas, por remordimientos, por el egoísmo, por miedo a la vida. Los hay temerosos de enfrentarse a Dios y reconocer que han sido hipócritas, cuentistas, habladores. Tienen miedo de enfrentarse a si mismos, de ver su vida manchada, mediocre, vacía. Ellos que se tienen en un concepto tan alto, que son admirados, tienen que reconocer que son tan miserables y pequeños.

Puede el hombre sentirse enfermo, desengañado, insatisfecho, atormentado, temeroso, pero no importa, repito, no importa si quiere cambiar. El día que un hombre desea cambiar, desea con toda su alma un cambio radical en su vida, es un gran día, y ese gran día puede llegar en cualquier momento.

 

Vacío, rencor, tristeza, desesperanza, son los virus que están enfermando y matando, más que el cáncer y el sida, a los jóvenes y hombres de nuestro tiempo.

 


La Guardia Suiza

 

Antero Duks

 

 

El ejército más fotografiado del mundo consiste en 110 soldados voluntarios, la mayoría suizos de lengua alemana. Su vistoso uniforme «renacentista» luce estos días si cabe con mayor esplendor para celebrar su quinto centenario al servicio del Papa.

 

El ejército más pequeño y más famoso del mundo festeja sus 500 años al servicio del Papa, que ahora es casi un «compatriota» pues la mayoría de los 110 soldados son suizos de lengua alemana. Las fiestas comenzaron el domingo 22 de enero, conmemorarán la llegada del primer contingente en 1506, y concluirán por todo lo alto el 6 de mayo, fecha tradicional del Juramento de los nuevos soldados.

 

Aunque los turistas no lo sepan, una antigua alabarda bien manejada es un arma formidable, y en menos de un segundo, un soldado que presta guardia de honor en una ceremonia pontificia puede pasar a la acción de modo contundente. Por la noche, los guardias suizos llevan la pistola reglamentaria bajo el uniforme azul, y siempre tienen los fusiles de asalto al alcance de la mano.

 

El muchachote inmóvil que soporta estoicamente miles de fotografías en el Portón de Bronce o el Arco de las Campanas realiza regularmente ejercicios de tiro y ha seguido cursos de defensa antiterrorista. Los servicios de honor con el vistoso uniforme «renacentista» -atribuido popularmente a Miguel Ángel pero diseñado en realidad por el comandante Jules Repond en 1914- y el casco español del siglo XVI, constituyen tan sólo la parte visible de su tarea. La más importante es proteger el Palacio Apostólico y la persona del Papa.

 

La seguridad en torno al Papa está formada por tres anillos concéntricos y una red de apoyos externos que incluye los mejores servicios secretos del mundo y los mejores especialistas, incluidos expertos españoles en desactivación de explosivos.

 

El anillo exterior es la Comisaría de Policía italiana encargada del perímetro de la Ciudad del Vaticano y de la Plaza de San Pedro, donde hay siempre agentes de uniforme y muchos otros de paisano. El 13 de mayo de 1981 no lograron impedir que Ali Agca disparase contra el Papa. Pero dos segundos más tarde, tanto el vicecomandante de la Guardia Suiza, Alois Estermann, como el comisario jefe, Francesco Pasanisi, estaban ya a bordo del «Jeep» blanco sosteniendo al Pontífice malherido y protegiéndole con sus cuerpos frente a otros posibles disparos.

 

Estermann ascendió a comandante de la Guardia Suiza, pero murió asesinado en 1988, en su propia casa y junto con su mujer, por uno de sus soldados, que sufría problemas mentales y se suicidó después de matarles. Fue el momento más duro en la historia del Cuerpo, no por el número de víctimas -pues en 1527 murieron 147 resistiendo el asalto de los soldados de Carlos V-, sino por la ignominia de tener un asesino en las propias filas.

 

Pocos días después de aquella tragedia, el Vaticano llamó como vicecomandante a Elmar Theodor Maeder, jurista y oficial del ejército suizo, actual comandante de una fuerza de 22 oficiales y 88 alabarderos. Tanto Maeder como otros quince oficiales están casados, y viven con su familia en la casa-cuartel del Vaticano. En cambio, como soldados se admite tan solo a hombres solteros, de 19 a 30 años de edad, que midan más de 1,74 metros, sean suizos de religión católica y estén dispuestos a una vida muy dura durante dos años por 1.300 euros al mes. Naturalmente, en Roma hacen fácilmente amistades y, según el comandante, «el año pasado se casaron cuatro. Tres con chicas italianas y uno con una chica polaca que vino al Jubileo». Mientras permanezcan solteros pueden reengancharse y, en cinco años, ascender a oficiales.

 

Las cuatro puertas del Vaticano

 

La Guardia Suiza controla las cuatro puertas del Vaticano: la del Santo Oficio, el Arco de las Campanas, el Portón de Bronce y la Puerta de Santa Ana, donde tiene su cuartel. Dentro del pequeño Estado, la mayor parte del «territorio» está a cargo del Cuerpo de Vigilancia Vaticano, que cuenta con 130 agentes -en su mayoría italianos procedentes de la Policía o los Carabinieri- distribuidos en los Jardines, el helipuerto, los Museos Vaticanos y otros lugares que requieren vigilancia especial. Pero el cometido principal del «commendatore» Camillo Cibin -un venerable señor de pelo blanco que camina a dos pasos del Santo Padre o del «papamóvil»- es la «protección cercana» en los encuentros multitudinarios y en los viajes.

 

Dentro del segundo anillo formado por el Cuerpo de Vigilancia Vaticano hay un tercero: la Guardia Suiza, que protege el Palacio Apostólico y la persona del Papa. El Cuerpo de Vigilancia Vaticano obedece al «gobernador» del pequeño Estado, el cardenal americano Edmud Casimir Szoka. En cambio, la Guardia Suiza está a las órdenes del cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, el colaborador más directo del Papa.

 

 


La horrible palabra dogma

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Es bastante típico de nuestra época confusa, llena de fuegos fatuos irreflexivos, el hecho de que la palabra dogma se haya convertido para muchos casi casi en un improperio. Se habla de postura dogmática y con ello se quiere decir postura ergotista. Se califica a una persona de dogmática y con ello se pretende expresar que es un testarudo obstinado. Se proclama con indignación que en la época actual no queda ya lugar para dogmas. Pero el mayor reproche va dirigido a las iglesias, acusándolas de dogmatismo extremado en sus doctrinas.

 

El maestro que nos enseña que dos por dos son cuatro nos está enseñando un dogma, un dogma aritmético. Naturalmente soy muy libre de desconfiar de él considerándole un testarudo obstinado y ergotista. Pero si quiero llegar a algún resultado en aritmética, no tendré más remedio que aceptar su dogma globalmente. Claro que en este caso resulta fácil de comprobar. En otros terrenos es a veces más difícil.

 

Pero el concepto de dogma no queda agotado con la traducción de la palabra griega. Un dogma es un artículo de fe o de doctrina, que es obligatorio aceptar si se desea pertenecer al credo o doctrina correspondiente, y la aceptación del dogma o de los dogmas es lo que constituye la calidad de socio. Y no existe ninguna doctrina -tanto si es religiosa como política o científica- que no tenga dogmas: No existe, ni puede tampoco existir, pues la falta de dogmas sería la libertad sin límites, y la libertad sin límites es la anarquía, es decir, lo contrario de una doctrina. Toda doctrina establece límites. El liberal tiene que creer en los principios del liberalismo, pues de lo contrario no será liberal. El cristiano, cualquiera que sea su confesión, deberá creer en Cristo, pues de lo contrario no será cristiano.

 

Los cristianos, los judíos y los mahometanos creen en el dogma: «NO hay más que un solo Dios». Quien cree en quince dioses o en dos o en setecientos, no podrá ser ni cristiano, ni judío, ni mahometano. En todas las doctrinas existen cuestiones facultativas, que pueden aceptarse, pero que no es obligatorio aceptar. Los dogmas son simplemente aquellas cosas que estamos obligados a aceptar si queremos «pertenecer a ello», son el hueso duro del fruto y sin él no puede haber fruto.

 

La sangre es líquida, los tendones y músculos son elásticos, los tejidos son blandos, pero los huesos tienen que ser duros, si queremos caminar derechos.


La imparable globalización

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Terminó un año más, pero como lo han sido en años anteriores, siguió latente ---tal parece que lo seguirá siendo "per secuola secuolorum"--- el tema de la globalización.  A este se le atribuyen ---por sistema, aunque irrazonablemente--- todos los males del mundo ---hay que echarle a alguien o algo de la falla ---falla de los humanos al fin--- en la distribución de la riqueza.

 

Haciendo un análisis congruentemente razonado, debemos ser honestos y asegurar que la globalización no es responsable de la distribución del ingreso. Hemos visto que en un siglo ha aumentado la desigualdad de los países, de 1-10 hasta 1-75, cifra esta que se da en la actualidad.

 

Agrava este escenario el aumento de la propensión a sufrir crisis financieras globales y la inestabilidad geopolítica.  También la casi nula solución de la pobreza extrema en algunos lugares del mundo y el aumento del relajamiento de los estándares medio-ambientales y laborales.

 

Pero estos hechos han ocurrido paralelos a la globalización, y ésta no es la responsable de la distribución –buena o mala—del ingreso.

 

La globalización ha ayudado mucho, por ejemplo, en la reducción de la pobreza por medio del crecimiento.  El aumento de los recursos conlleva al crecimiento de las posibilidades de distribuir.

 

Desde hace un siglo, la pobreza extrema se redujo en el mundo; hace un siglo era de 80% y en la actualidad es de 20%.  En gran parte ha sido posible gracias a que países como China, India, Singapur y Corea se han subido a la globalización. 

 

Así mismo, los estándares del medio ambiente y de relaciones laborales no se han afectado por causa de la globalización.  La sociedad civil tiene un rol fundamental en estos ámbitos como controlador y elemento de presión.

 

Otro beneficio, ha sido el aumento de los ingresos, que, aunque desiguales, son reales.  Se ha disminuido el trabajo infantil como consecuencia de los mayores ingresos.  En el ínterin ganamos todos.

 

¿Qué quedó por hacer?  Estas son las tareas a futuro para que la globalización sea más equitativa:

§  Mejorar las oportunidades de competencia.

§  Reglas parejas para todos.

§  Aumentar la eficiencia de la gestión pública.

§  Mejorar las oportunidades para los grupos más desposeídos --el sistema económico no lo hará automáticamente.

§  Brindar mayores y mejores oportunidades al capital humano, con mayores ventajas sociales.

 

De igual manera, es importante fomentar las destrezas flexibles, la capacitación, la educación --el problema actual es mejorar su calidad más que la cobertura, ya que mejorando aquella se mejora ésta--; y velar por impacto de los avances tecnológicos, ya que estos son muy sesgados respecto del capital humano.

 

Por último, hay que promover los buenos gobiernos corporativos, para que todos tengamos acceso a los beneficios.

 


La importancia de las empresas globales

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El modelo de las maquiladoras, las que fueron la joya de la corona del empuje de la producción de México, se agotó, y lo que ahora necesita el país es la generación de empresas globales, planteó Kenichi Ohmae, consultor de McKinsey & Company.

El también considerado gurú sobre China y reconocido guía en dirección de empresas de Japón, dijo que las maquiladoras son un proceso de producción para empresas extranjeras y que si México busca pasar de un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de cinco mil a 10 mil dólares, debe crear otros motores de crecimiento.

"Lo que necesitan los mexicanos es una empresa globalizadora, una empresa que tenga el potencial de volverse regionalmente global, lo que significa que los clientes de todo el mundo van a ir a buscar esa marca, ese servicio o ese producto", dijo.

Ohmae expuso que el potencial para globalizarse como empresa es rarísimo en México, porque el país ha tenido gran éxito con la fórmula de las maquiladoras y porque abrió la economía sin capacitar a las compañías para que su marca tenga un dominio dentro del mercado mundial.

Puso como ejemplo que cuando Japón rebasó un PIB per cápita de cinco mil ya contaba con empresas como Toyota, Honda, Nissan, Toshiba y Mitsubishi.

"Teníamos nosotros más de cien marcas conocidas a nivel mundial cuando Japón contaba con un ingreso per cápita como el de México. Esto le permitió después dar el brinco a 30 mil dólares per cápita", dijo.

Ohmae recomendó que México podría aprender de Corea del Sur, que realizó una reforma educativa, imparte sus clases en inglés y tiene la penetración más grande en banda ancha en el mundo. O de Taiwán, que cuenta con empresas globales, como podría ser en semiconductores, y su población habla tres idiomas: mandarín, japonés e inglés.

El especialista también sugirió que México se enfoque en elevar la competitividad de no más de tres sectores productivos con los cuales busque ser identificado en el mundo, así como dar una alta prioridad al sistema educativo.

En México, un 50% de las exportaciones se realiza por las maquiladoras, un porcentaje que en China llega al 60%, aunque el país asiático las llama zonas libres de impuestos.

"Todo el mundo copió a las maquiladoras. Fue una fórmula exitosa, pero en México las maquiladoras se olvidaron de que tenían que desarrollar empresas y llevarlas fuera del país", dijo Ohmae

Según él, las maquilas mexicanas dan una ventaja del 5% o el 10% para vender al mercado estadounidense, y eso no es un obstáculo que no puedan superar otros países asiáticos.

"A menos que México tenga su propio motor que le permita realmente abarcar y llegar a los usuarios finales del mercado, los mexicanos no van a poder llegar a los 10 mil dólares de PIB per cápita".

Frenan empleos

La industria maquiladora de México experimenta un severo proceso de ajuste, con resultados duales: aún no ha recuperado los empleos netos perdidos desde finales de 2000, pero ha reactivado sus exportaciones y, más importante aún, su valor agregado.

"La industria maquiladora ha trabajado, como ningún otro sector, con el gobierno para incrementar su competitividad", afirmó Enrique Castro, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación (CNIME).

En 2000, las maquilas emplearon en promedio anual a 1.19 millones de trabajadores, una fuerza laboral que fue menguada desde finales de ese año con la emigración de empresas que requerían mano de obra intensiva y barata, yéndose en gran medida a China y Centroamérica.

Cinco años después, el personal ocupado por las maquiladoras era de 1.16 millones, sin poder crecer con tasas positivas frente a su máximo histórico.

En cambio, en 2005, las exportaciones realizadas por las empresas maquiladoras llegaron a 96,756 millones de dólares, con una balanza comercial favorable (valor agregado) de 21,627 millones, lo que representó crecimientos de un 21.8% en ambos casos.

Estos resultados han sido posibles porque las maquiladoras se están enfocando más en procesos de producción de mayor valor agregado, con el uso de nuevas tecnologías y una participación creciente en servicios.

"La posición geográfica de México es una ventaja comparativa que sólo puede hacerse competitiva mediante el diseño de cadenas de valor que nos permitan llegar más rápido y mejor que los demás", dijo Rocío Ruiz, subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía.

Las empresas más competitivas están eliminando los procesos que no agregan valor y buscando integrar toda la cadena productiva, de modo que cada eslabón debe desarrollar la actividad que agrega valor.

La ventaja geográfica de México fue destacada recientemente en un estudio que realizó y publicó la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de México (OCDE).

 


La libertad profunda del corazón

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Una persona es autónoma si actúa sin que nadie le estorbe, sin ser obligada a nada, sin tener que escoger lo que otros impongan. Una persona es autónoma si cada uno de sus actos dependen directamente de ella, nacen de su corazón y de su cabeza, sin condicionamientos, sin límites.

Definir así la autonomía es como decir que nadie es autónomo, pues todos estamos atados de mil maneras a las cosas, a los vientos, a los ojos y a los pensamientos que nos rodean y nos agobian cada día. No podemos caminar sin el aire y el suelo, ni vivir sin frijoles, ni amar sin esa mano que nos acaricie. Nuestros sueños de un viaje al infinito, o al Himalaya, o al cine de la esquina, se estrellan ante la urgencia de pagar el alquiler del piso en que vivimos, o de arreglar un poco esa casita de madera que nos baña con los mil agujeros de su techo desgarrado.

A pesar de las ataduras, hay algo que nadie nos puede tocar. Nuestro corazón, nuestro espíritu: eso es nuestro. Nos pueden calumniar, nos pueden quitar la comida o la casa, nos pueden amenazar con una pistola. Pero nadie nos puede obligar a querer lo que odiamos ni a odiar lo que queremos con toda el alma y con toda la vida (una esposa o esposo, unos padres o unos hijos).

Los estorbos y las presiones son parte de la vida. Sólo desaparecerán cuando cese la ley de la gravedad y cuando los vecinos ni vean ni oigan ni digan nada a favor o en contra de lo que hacemos. O desaparecerán cuando también nosotros dejemos de vivir en ese suelo y nos encontremos, cara a cara, con el Dios que conoce nuestra historia y que respeta la opción por la que decidimos vivir para amar o para odiar...

La autonomía no está, por lo tanto, en el ideal de un mundo sin presiones ni dificultades. Está en nuestra capacidad de amar. Cuando más amamos, más libres somos, porque crecemos en lo más profundo de nuestro corazón, porque somos más grandes y más sinceros, porque superamos los aburrimientos de la vida con esa alegría con la que brillan los novios y esposos que se quieren de verdad.

Esperar a que nadie nos moleste ni nos diga qué está bien o qué está mal es soñar con un mundo que no existe. Existe este mundo, el del hoy. Mis defectos y cansancios me pesan y me atan, pero no pueden paralizarme. La idea que los demás tengan de mí quizá me aterre, pero soy mucho más de lo que piensen o digan mis familiares y amigos. Los ojos de Dios me llenan de consuelo: tal vez espera hoy, de lo profundo de mi corazón, un paso hacia adelante, un gesto de amor, la renuncia a un vicio y un beso sincero al esposo o la esposa, o a ese hijo pequeño que no acaba de integrarse en su escuela nueva.

Todo depende de mi corazón. Cada instante decido mi futuro. Soy libre incluso entre cadenas. Un condenado a muerte puede convertirse en un santo si lo quiere, mientras que un millonario "autónomo" puede pudrirse en medio de su riqueza. Valgo lo que quiero. Ahí está mi riqueza, mi verdadera autonomía. Hoy seré plenamente feliz y un poco bueno, si así lo quiero...

 


La luciérnaga y la serpiente
  
Querien Vangal
  
Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga; ésta huía rápido con miedo, de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir; Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada..... En el tercer día, ya sin fuerzas, la Luciérnaga paró y dijo a la serpiente;
 
 -- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
 
-- No acostumbro dar éste precedente a nadie, pero como te voy a devorar puedes preguntar.....
 
 -- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
 
-- No
  
-- ¿Yo te hice algún mal?
 
 -- No
 
-- Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo?
  
-- Porque no soporto verte brillar.....
 
 Comparto esta reflexión que me enviaron, y me llamó mucho la atención porque muchos de nosotros muchas veces nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?
 
 Sencillo, porque no soportan verte brillar. La envidia, para mí es el peor sentimiento que podemos tener... Envidiar al otro, sus logros, envidiar ver a otro brillar. Cuando esto nos pase, no dejemos de brillar, no dejemos de seguir siendo nosotros, de seguir haciendo lo mejor que sepamos hacer... De todas maneras, aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia permanecerá, pase lo que pase...
 

 


La mecha encendida

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Contrariamente a lo que esperaba Victoriano Huerta, la muerte de Madero --ocurrida alevosamente la noche del 22 de febrero de 1913-- no calmó las pasiones, al contrario, las desató. Ante los ojos del pueblo, la imagen del presidente asesinado alcanzó la santidad. Se hizo costumbre que la gente acudiera al cementerio a depositar sus ofrendas. Paradójico resultaba observar el sepulcro lleno de vida. La muerte nunca tuvo poder sobre esos dominios. Un retrato de don Francisco presidía el lugar. Inspirado en su mirada amable y llena de luz, el pueblo mezcló la devoción con la realidad y en las conversaciones comenzó a escucharse una palabra que era, al mismo tiempo, una profecía: "resurrección".

"Todos los días --escribió Armando González Garza-- van en peregrinación a la tumba de los mártires, centenares de gentes, predominando las humildes, a dejar flores y regar con lágrimas aquella ya santificada tierra. Además de flores coronas, cruces, muchos dejan pensamientos escritos que alguien está coleccionando".

La religiosidad popular fue una inmejorable pantalla para quienes consideraban que la mistificación de Madero debía dejarse para mejores tiempos y apostaban por la devoción cívica. Su bandera era el programa democrático del gobierno depuesto, no los rezos y las oraciones. Eran los viejos partidarios del maderismo que convocaban clandestinamente a las armas para enfrentar a la dictadura huertista.

A pesar de la tensa situación, los rumores de que en el norte se preparaba una revolución contra Huerta, reavivaron el espíritu cívico. Los temas políticos estaban a la orden del día. En los restaurantes, los cafés, en los intermedios de las funciones de teatro, en las reuniones familiares el tema recurrente era el futuro de la república bajo el régimen usurpador de Huerta. "Está sucediendo una cosa alarmante –-escribió Armando González Garza-- la guerra se ha metido en las conciencias; todos se están dando cuenta de que la paz de que tanto se blasona es como la de las prisiones, sin libertad, sin gusto y asfixiante".

El sepulcro de Madero adquirió un nuevo sentido: se convirtió en el bastión moral y político de la resistencia contra la nueva dictadura. Frente a él, los ánimos se exaltaban. Se llegó a decir que los guardias presidenciales conspiraban para asesinar a Huerta y habían jurado ante la tumba de Madero no descansar hasta vengar su muerte.

Se acercaba la Semana Santa de 1913 y las peregrinaciones a la célebre tumba aumentaban. "Por más que hacen los enemigos y la prensa --continúa González Garza-- no se puede desarraigar la creencia de que [Madero y Pino Suárez] fueron inicuamente asesinados... el amor, gratitud y veneración hacia esos mártires crecen día a día, para el Domingo de Resurrección se organiza una gran manifestación de unas mil damas. Se cree que por tratarse del bello sexo no la disolverán, pues la manifestaciones de obreros y gente humilde las han disuelto a caballazos y machetazos".

Las expectativas crecían y entre el pueblo, extrañamente, se esperaba el milagro de la resurrección. Con la semana mayor a unos días, el desolador ambiente que reinaba en la ciudad de México desde febrero parecía desaparecer ante la fe popular. A mediados de marzo, entre los adeptos al espiritismo corrió la buena nueva de que el espíritu de don Francisco se había manifestado en varios círculos:

"Ya desencarnado, no ha olvidado a su Patria --mencionaba una comunicación espiritista recibida en un círculo de la ciudad de México--, en todas sus comunicaciones se encuentra, como tema principal, su perdón noble y grande para los que cortaron esa existencia tan valiosa y que ofrecía tantas promesas para nuestra hermosa causa. Encarece con tanta energía como ternura que enviemos poderosos pensamientos de luz y amor para esos seres; que nos abstengamos de lanzar vibraciones de odio que repercutirían sobre nuestros hermanos todos, que la mejor manera de evitar estéril derramamiento de sangre, es enviar pensamientos de luz para esos pobres seres ofuscados, que son más dignos de lástima que de odio".

Según los rumores, Madero debía levantarse de entre los muertos el 23 de marzo de 1913. La fecha era significativa: se cumplía un mes exacto de su asesinato; sería domingo y en todos los rincones del país los creyentes preparaban las celebraciones para conmemorar la resurrección de Cristo.

A oídos de Victoriano Huerta llegaron noticias, comentarios y rumores sobre la resurrección de Madero y la devoción desatada por el ex presidente muerto. Estalló en cólera al escuchar "semejantes estupideces". No creía desde luego en la resurrección. Su ira provenía sobre todo al enterarse que "a los ojos del pueblo no era posible diferenciar a Judas Iscariote de Huerta". En un momento de lucidez –-generalmente se encontraba alcoholizado-- ordenó redoblar la vigilancia en el panteón Francés y sus alrededores, prohibiendo incluso manifestaciones multitudinarias frente al sepulcro del mártir.

Se acercaba el gran día. El sábado de Gloria --22 de marzo--, al cumplirse un mes del asesinato de Madero, cientos de personas desfilaron frente a su tumba. Un grupo de estudiantes coahuilenses colocaron una hermosa corona de pensamientos y siemprevivas en la tumba de don Francisco. Poco después, arribó un destacamento de soldados que a partir de ese momento impidió la entrada al cementerio. La razón era por demás evidente: Huerta "temía que sacaran el cadáver y luego se dijera que Madero... había resucitado".

Quizá el traidor de Victoriano no pudo conciliar el sueño la noche en que se cumplía un mes de los asesinatos. Por la mañana del domingo, uno de sus esbirros le informó que el panteón se encontraba "sin novedad". Respiró tranquilamente. Con la certeza de que Madero descansaba en paz, ordenó disminuir la vigilancia en el cementerio. El día entero hubo peregrinaciones hasta la última morada del apóstol. Obreros, mujeres y niños pasaron lista ante el sepulcro. "Las coronas son tantas --escribió González Garza-- que forman el más grande y bello de todos los monumentos que allí hay".

El sol se puso el domingo de Resurrección de 1913. Al caer la noche se respiraba paz; como si Madero hubiese realmente regresado de entre los muertos para restaurar la libertad de la Patria. Ese día, "los espíritus" abrieron una luz de esperanza para la república. La "resurrección" de Madero era un acto de fe, personal. Huerta lo desestimó. Desde el "más allá" el espíritu de Madero sonrió complacido. Ciertamente había resucitado en la conciencia nacional: tres días después estalló furiosa, la revolución constitucionalista.


La mejor ayuda que me puedes dar

 

Querien Vangal

 

 

En Persia se cuenta la historia del gran Manú, Shah Babas, en cuyos dominios no se ponía el sol, que reinó con todo esplendor, tenía fama de justo y le encantaba mezclarse con el pueblo, pasando desapercibido para compartir y dar solución a sus problemas.

En cierta ocasión, se vistió de pobre y al pasar por la cocina observó en un rincón una angosta puerta para él hasta entonces desconocida. Descendió el largo, lóbrego y húmedo trecho de escaleras que conducía a un sótano, de reducidas dimensiones y calor asfixiante, en el que un carbonero sentado en un montón de cenizas, atendía la caldera de palacio. El Manú se sentó a su lado y comenzó a hablar. Llegó la hora de comer y el fogonero sacó un sucio pan moreno y áspero y una jarra de agua. Se sentaron a comer y beber. El Shah se fue, pero continuó visitándolo con frecuencia, movido por la compasión que sentía por aquel hombre solitario.

Amablemente le dio consejo y el pobre le abrió todo su corazón y amó a aquel amigo tan bondadoso y sabio pero tan pobre como él.  Finalmente, el Manú pensó: " Este hombre que vive permanentemente recluido en el sótano, cumpliendo de forma abnegada con su trabajo, con total aceptación de su destino y sin que una sola queja salga de sus labios, merece una gran recompensa. Le diré quién soy a ver qué presente me pide."

Le dijo pues:

-- Crees que soy pobre, pero soy tu Manú, el Shah Babas, pídeme lo que quieras.

 

El gobernante esperaba que le pidiera algo grande, pero el hombre se quedó sentado, inmóvil, petrificado, mirándolo con amor y asombro.

 

Entonces el Manú le dijo posando una mano sobre su hombro:

-- ¿No entiendes? Te puedo hacer rico y noble, puedo poner una ciudad en tus manos, te puedo hacer un gran gobernador: ¿No tienes nada que pedir?

 

El hombre respondió amablemente:

-- Sí, mi señor, he entendido. Más no entiendo cómo tu que gobiernas más de 3.000 por 10.000 mundos y varios soles, mandas sobre billones y trillones de seres y eres el encargado de crear un nuevo mundo para afrontar mejores tiempos, puedes haber salido de tu palacio y tu gloria para sentarte conmigo en este lóbrego cuchitril, comer mi tosca comida y preocuparte por si estoy feliz o apenado. Ni tú mismo me puedes dar nada más valioso. A otros les puedes otorgar ricos presentes, pero a mí me has dado a ti mismo; lo único que te puedo pedir es que nunca me quites este regalo de tu amistad y de tu amor".

La emoción que embargaba su espíritu enmudeció sus palabras y desde el fondo del corazón brotó un "gracias" e inclinándose en señal de respeto depositó a sus pies dos brillantes lagrimas.


A veces sentimos que lo que hacemos es una gota en el mar, pero el mar seria menos si le faltara esa gota. (Madre Teresa de Calcuta)


La muerte, maestra de vida II


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Nos vamos a fijar ahora en los efectos que produce la muerte. Recordemos serenamente, fríamente lo que hace con nosotros la muerte.

 

En primer lugar, la muerte te separa de todo, es un adiós a los honores, a la familia, a los amigos, amigas, a las riquezas, es un adiós a todo. Por eso, si un día tengo que separarme a la fuerza de todo, es absurdo apegarme desordenadamente a tantas cosas. Cuanto más apegado estés, más doloroso será el desgarrón. El ideal es vivir tan desprendido que, cuando llegue la muerte, tenga poco que hacer.

 

Pero lo más importante es que la muerte determina lo que será mi eternidad. Como el fotógrafo fija un momento concreto en una placa, así la muerte fija las posiciones del alma, y del lado que cayeres, izquierdo o derecho, así permanecerás toda la eternidad. Ya no se podrá cambiar nada.
Aunque hubiera una sola posibilidad entre cien de morir mal, habría que tener mucho cuidado.

 

Tratándose del asunto más importante de mi existencia, no puedo andar con probabilidades, sino con certezas. La máximas seguridades son pocas. Ninguno de nosotros está confirmado en gracia, ninguno de nosotros puede afirmar que no se perderá eternamente, ningún santo estuvo seguro de ello durante su vida. Mi situación a la hora de morir quedará eternamente fija, no podrá ya cambiar: me salvé, no me salvé. Será para siempre.

 

La muerte, en tercer lugar, cierra el tiempo de hacer méritos. Después que el árbitro toca para finalizar el encuentro de fútbol, no valen las jugadas ni los goles, se ganó o se perdió. Lo que señala el marcador es lo que queda. Si a la hora de mi muerte he ganado pocos méritos, con esos pocos méritos me quedaré para la eternidad. Quedará solo el lamentarse por no haber aprovechado mejor la vida, la única vida que tenía.

 

Tú te preparas para un examen, te arreglas para una fiesta. Para el momento del cual depende toda tu eternidad...¿te preparas? ¿Estás preparado en este momento? ¿Estás preparado siempre, o, al menos, casi siempre? ¿Podría morirme tranquilamente este día? Si no, ¿por qué? ¿Me siento preparado para dar ese paso? es decir, ¿he llenado mí vida hasta este momento?

 

Conviene no dejar pasar un solo día sin llenarlo de algo grande y bueno, de méritos, porque, de la misma manera que se me han ido de la mano tantos días vacíos o casi vacíos, se me irán en lo sucesivo, si es que no pongo un remedio eficaz.

 

Pero, "hay tiempo todavía, no hay por qué preocuparse ahora". Eso parecería lógico, el no preocuparse, si se supiera el día y la hora. Pero no lo sabes. ¿Quién te asegura que no anda lejos.?

 

"Ya me prepararé cuando llegue la hora..." Creo que esto es absurdo, porque hay muertes fulminantes, imprevistas, como la de los accidentes, las repentinas, etc. Hay muchas muertes en que el interesado ni se da cuenta. Y, aunque me quedase mucha vida por delante, y conociese el día de mí muerte, sería imperdonable y estúpido vivir de cualquier manera, porque sería echar a perder esa vida. ¿Qué caso tiene echar a perder toda la vida, menos los últimos días o momentos? ¿La vida es para eso?

 

Tenemos una eternidad para descansar y una vida bien breve para trabajar y hacer méritos. Anticipar las vacaciones no es bueno, porque salimos perdiendo. Si la muerte cierra el tiempo de merecer, entonces, mientras tenemos tiempo por delante, habrá que aprovecharlo y no dejarlo ir de las manos. ¡Qué poco apreciamos la vida!. Nos damos cuenta verdaderamente de lo que vale la vida en una enfermedad.

 

Dicen muchos que el tiempo es dinero. Que se queden con el dinero. Que es placer. Que aprovechen. Para otros el tiempo es Reino de Dios, es cielo, es eternidad feliz... ¿Qué escoges tú? ¿Qué es para ti la vida y el tiempo?

 

 

La vida, de la que tanto se habla, es uno de los dones que más se pisotean. Al ver cómo viven muchos hombres, uno debe creer que odian la vida y prefieren la muerte.


La muerte viaja en automóvil

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

El sarape era gris. El celador lo extendió sobre la tierra junto al automóvil Protos en uno de los patios de la Penitenciaría. Otro guardia abrió la portezuela y a pesar de la oscuridad, pudo observar los dos cuerpos inertes. Encima de Pino Suárez se divisaba el cadáver ensangrentado de Madero.

Los asesinos habían limpiado sus manos, tintas en sangre, con las fundas de los asientos del automóvil. Claramente se apreciaban sus huellas ante la luz emitida por la lámpara de aceite utilizada para facilitar el movimiento de los cuerpos. La siguiente escena fue macabra. Varios individuos, sacaron el cadáver de Madero y lo colocaron sobre el sarape gris que pronto se ennegreció. Hicieron lo mismo con el de Pino Suárez. Cavaron dos fosas que no alcanzaban ni siquiera el metro de profundidad y ambos cadáveres quedaron sepultados casi al ras del suelo. El sarape fue incinerado.

El Protos se alejó rápidamente de la penitenciaría con uno de los fanales roto y la linterna destrozada por las balas. Hacía varios minutos que el otro automóvil, un Peerles de alquiler, había hecho lo propio. Ambos vehículos se perdieron entre las sombras de la noche.

Los preparativos del crimen.- En septiembre de 1914, una vez consumado el triunfo de la revolución constitucionalista sobre la dictadura de Victoriano Huerta, los revolucionarios abrieron una exhaustiva investigación para encontrar a los autores intelectuales y materiales de los asesinatos de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez.

Dos hechos resultaron fundamentales para la reconstrucción de los crímenes: haber encontrado los automóviles en que fueron trasladados Madero y Pino Suárez a la penitenciaría de Lecumberri, donde cayeron asesinados, y haber encontrado a los choferes que condujeron los vehículos.

De acuerdo con diversas declaraciones, la forma como debían morir Madero y Pino Suárez fue discutida por los principales autores del golpe de estado: Victoriano Huerta, Félix Díaz, Cecilio Ocón, Aureliano Blanquet, Manuel Mondragón y el yerno de Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre. Los detalles se ultimaron durante la tarde del sábado 22 de febrero de 1913 y para construir una versión oficial de los asesinatos eran necesario el uso de dos automóviles.

Hacia 1913, la ciudad de México contaba con un millón de habitantes y poco más de 2,500 automóviles. Con excepción de las familias acomodadas que aún permanecían en México y que contaban con auto propio, la mayoría de los vehículos eran de alquiler. En la muerte de Madero y Pino Suárez estuvieron involucrados un auto de propiedad particular y otro de alquiler.

La tarde del 22 de febrero, Alberto Morphy, simpatizante de Félix Díaz, puso a disposición de Cecilio Ocón --otro de los protagonistas de la Decena Trágica y de la caída de Madero-- un automóvil de su propiedad, marca Protos Washington, número 931, motor P.E.S Gewgwittehk 105, Landalet, cuatro cilindros con 18 21 H.P. caballos de fuerza. El Protos era uno de los mejores automóviles del momento. Lo anunciaban como el "gran vencedor en la carrera México-Puebla de 1911" e incluso el auto presidencial era de esta marca.

Luego de llevar a Ocón a distintas direcciones para afinar los detalles del crimen, el Protos conducido por Ricardo Romero se dirigió a Palacio Nacional a fin de ponerse a las órdenes del mayor de rurales, Francisco Cárdenas. El automóvil ingresó al patio de honor y lo estacionó frente a la intendencia.

El chofer regresó con el Protos a casa de Morphy, pasadas las 2 de la mañana del 23 de febrero e indicó al mayordomo que nadie debía acercarse, y mucho menos tocar el automóvil. El vehículo mostraba varios impactos de bala y en el interior había rastros de sangre. En los días siguientes, el propio chofer se encargó de cambiar uno de los faros que también estaba roto por efecto de los disparos. El automóvil no volvió a circular hasta que fue descubierto y decomisado por los revolucionarios en septiembre de 1914.

El otro vehículo utilizado en la fatídica noche del 22 de febrero, era marca Peerles con número de motor 661, carrocería abierta y siete asientos. Pertenecía al negocio de alquiler de autos del inglés Frank Doughty, ubicado en el número 6 del callejón de López. El coche tenía el número 2263 y fue arrendado por instrucciones de Nacho de la Torre, yerno de don Porfirio. A diferencia de otras ocasiones, en que Nacho alquilaba un automóvil descapotado para sus paseos fuera de la ciudad, ese día solicitó uno con toldo, lo cual no dejó de extrañar. Cerca de las 8 de la noche, el chofer del negocio, Ricardo Hernández, recibió la indicación de presentarse en Palacio Nacional y ponerse a las órdenes del mayor Francisco Cárdenas. Minutos después, el Peerles se encontraba estacionado en el patio de honor, frente a la intendencia, detrás del automóvil Protos.

El chofer regresó el Peerles al sitio de alquiler entre las 5 y las 7 de la mañana del 23 de febrero. Su estado era deplorable: tenía seis agujeros de balas y las cubiertas de los asientos y respaldos manchados de sangre. Al verlo en esas condiciones, Frank Doughty reclamó una indemnización a Nacho de la Torre. El yerno de Porfirio Díaz le dijo que fuera a Palacio Nacional y ahí le pagarían. El nuevo gobierno, encabezado por Victoriano Huerta, se negó soltar un peso. Doughty insistió en repetidas ocasiones, hasta que el gobierno finalmente autorizó la compostura del auto y, gracias a la intervención de la legación inglesa, logró que le pagaran una indemnización de cuatro mil pesos. El auto volvió a circular meses después y en septiembre de 1914 fue reconocido por varios testigos.

El último viaje en auto.- Ricardo Romero y Ricardo Hernández enfrentaron la experiencia más aterradora de su vida aquella noche del 22 de febrero de 1913. Cerca de las 22. 30 horas, ambos choferes vieron salir de la intendencia del Palacio Nacional al ex-presidente y al ex-vicepresidente. El mayor Francisco Cárdenas ordenó a Madero que abordara el automóvil Protos; Pino Suárez, custodiado por el teniente Rafael Pimienta, subió al Peerles. Cerca de las 11 de la noche, los dos automóviles abandonaron Palacio Nacional, tomaron por la calle de Moneda y dieron vuelta en Ferrocarril de Cintura para llegar a la penitenciaría de Lecumberri.

Al llegar a la entrada principal, los automóviles se detuvieron y un oficial les indicó que debían ingresar por la parte posterior del edificio. Ni siquiera los fanales de los automóviles podían atravesar la oscuridad de la noche. Los llanos de San Lázaro eran literalmente una boca de lobo.

Los vehículos hicieron alto, uno detrás de otro. Cárdenas obligó a Madero a descender del auto y en ese instante, le disparó dos veces en la parte posterior de la cabeza. El cuerpo exánime de Madero cayó al piso lleno de sangre. Pino Suárez, que también había descendido del vehículo, al percatarse de la suerte de su amigo, intentó huir pidiendo auxilio. Rafael Pimienta tomó su carabina y con ayuda de varios hombres dispararon indiscriminadamente sobre el otrora vicepresidente, cayendo acribillado por los impactos de bala.

Consumado el crimen, el resto de los hombres cortaron cartucho y dispararon en repetidas ocasiones sobre los dos automóviles. Minutos más tarde, los vehículos se perdían en la noche, llevando consigo la huella del crimen. A la mañana siguiente, la versión oficial difundida por la prensa señalaba que Madero y Pino Suárez habían muerto cuando un grupo de partidarios intentó rescatarlos.

En septiembre de 1914, las autoridades revolucionarias se presentaron en el estacionamiento, propiedad del señor Agustín Escudero, lugar a donde habían sido llevados los dos automóviles después de ser decomisados. El Peerles color azul oscuro, no presentaba ningún rastro de lo ocurrido más de un año antes. La reparación había sido impecable, aunque se le habían colocado piezas de un Packard, como el radiador y las ruedas traseras.

Sin embargo, el automóvil Protos aún mostraba rastros de lo ocurrido. La carrocería estaba agujereada, tres tiros eran visibles en el costado izquierdo, uno más en el tablero, otro en el marco de la puerta que atravesaba la vestidura interior; dos orificios de bala se observaban en el lado derecho y en el forro paño verde oscuro, con cubrepolvo gris, aún eran evidentes las manchas de sangre. Indudablemente, una de las páginas más trágicas de la historia de México se había escrito sobre cuatro ruedas y cuatro cilindros.

 


La muerte, maestra de vida


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

No pretendemos asustar a nadie, al hablar de la muerte. Vamos a considerarla como maestra de vida, vamos a decirle que nos enseñe a vivir. Será una maestra severa, pero nos dice la verdad. Aunque sólo fuera para que no nos ocurra aquello de: cuando pude cambiar todo, arreglar todo, no quise hacerlo; y, ahora que quiero, ya no puedo".

 

Vivir como si fuera hoy el último día de mi vida, es una fantástica forma de vivir. A la luz de este último día debiéramos analizar todas las decisiones grandes y pequeñas de la vida. Ahora nos engañamos, hacemos cosas que no nos perdonaremos a la hora de la muerte. Simplemente analiza esto: Si hoy fuera el último día; ¿qué pensarías de muchas cosas que has hecho hasta el día de hoy? En ese último día pensarás de una forma tan radicalmente distinta del mundo, de Dios, de la eternidad, de los valores de esta vida.

 

Si nosotros no pensamos en la muerte, ella sí piensa en nosotros. Dios nos ha dado a cada uno un cierto número de años, y, desde el día que nacemos, comienza a caminar el reloj de nuestra vida, el que va a contar uno tras otro todos los días, el que se parará el último día, el de nuestra muerte. Este reloj está caminando en este momento. ¿Me encuentro en el comienzo, a la mitad, cerca del final? ¿Quizá he recorrido ya la mitad del camino?

 

Si alguna vez he visto morir a una persona, debo pensar que por ese trance tengo que pasar yo también. La muerte no respeta categorías de personas: mueren los reyes, los jefes de estado, los jóvenes, los ricos y los pobres. Como decía hermosamente el poeta latino Horacio: "La muerte golpea con el mismo pie las chozas de los pobres y los palacios de los ricos".

 

Hay una fecha en el calendario, que sólo Dios conoce, no la conocemos nosotros. La muerte no avisa, simplemente llega. Podemos morir en la cama, en la carretera, de una enfermedad..., algunos hemos tenido accidentes serios; pudimos habernos quedado ahí.

 

La muerte sorprende como ladrón, según la comparación puesta por el mismo Cristo hablando de la muerte. No es que nos pongamos pesimistas. Él quería que estuviéramos siempre preparados. Sus palabras exactas son: "Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora; a la hora que menos penséis, vendrá el Hijo del Hombre". El ladrón no pasa normalmente tarjeta de visita; llega cuando menos se piensa. Nadie de nosotros tenemos escrito en nuestra agenda: "Tal día es la fecha de mi muerte y la semana anterior debo arreglar todos mis asuntos, despedirme de mis familiares, para morir cristianamente".

Si somos jóvenes, estamos convencidos de que no moriremos en la juventud; nos sentimos con un gran optimismo vital: "No niego que voy a morir algún día, pero ese día está muy lejano". Si es uno mayor, suele contestar: "Me siento muy bien".

La experiencia nos demuestra que cada día mueren en el mundo alrededor de 200 mil personas. Entre ellos hay hombres y mujeres, jóvenes y viejos, y muchos niños. Ningún momento más inoportuno para la cita con la muerte que un viaje de bodas; y, sin embargo, varios han muerto así. Con 20 años en el corazón parece imposible morir, y sin embargo, se muere también a los 20 años. Recuerdo una persona que sacó su boleto de México a Monterrey y sólo caminó 15 Km.

Puesto que hemos de morir sin remedio, no luchemos contra la muerte sino a favor de la vida. Si hemos de morir, que sea de amor y no de hastío.


La música durante la Independencia y la Reforma

Enrique Galván-Duque Tamborrel

«La música es el corazón de la vida.  Por ella habla
el amor; sin ella no hay bien posible y con ella
todo es hermoso».-  
Franz Liszt

No se trata de entrar a fondo en los acontecimientos históricos que forjaron lo que hoy se llama México. Pero son éstos el apoyo indispensable, ya que no se puede desligar la creación artística de las circunstancias que la rodean.

Para cuando se tramaba comenzar la Guerra de Independencia, promovida por los mismos criollos al querer proteger sus propios intereses, una de las razones más importantes que los alentaban en hacer esta lucha, era que ya se podía pensar en México como una nación con sus propias características. Los mismos criollos no se sentían españoles puros, eran criollos, nacidos en México y en muchos de los casos personas que ni siquiera conocían España. De ahí la enorme necesidad de independizarse.

 

Hablar de una nueva nación implica una nueva cultura. En México convivían diversas culturas de todo el mundo, y como en este país todo se asimila y se reinventa al propio modo de ser, las expresiones sonoras de un pueblo que llevaba 300 años cocinándose y mezclándose entre razas y sonidos no se hicieron esperar: serían también la bandera de una nueva manera de ser y entender el mundo, la mestiza.

Diversas influencias culturales.- Si bien los géneros populares españoles dieron nombre y una fuerte influencia a la música, combinarla con el sentimiento indígena o negro o de otras culturas, más adelante daría a los sonidos del "nuevo mundo" rasgos muy particulares, cadencias nuevas, bailables distintos. Por ejemplo, de España llegaron las marchas y los jarabes, pero son totalmente distintos los compuestos por autores mexicanos.

Es importante mencionar que, en la medida que se tenía una mayor conciencia de ser mexicano, se hacían las guerras y se luchaba por un lugar en el mundo como nación, se incrementaba el repertorio y las manifestaciones musicales de diversas maneras y estilos, se forjaron los géneros que hoy componen el riquísimo mosaico de la música tradicional mexicana.

El arte ha sido elitista, más en lo que a razas se refiere; los años de la independencia eran muy ricos en expresiones musicales europeas que se reducían a satisfacer el gusto de las clases altas. Los indios y los negros, no eran el público habitual a la ópera y las salas de concierto y eso seguiría siendo hasta años muy recientes.

Pero los mexicanos de clases altas, criollos y mestizos, eran muy allegados a la música. Cabe destacar que era muy común que las familias "bonitas" se juntaran a ejecutar obras de moda por aquellos años, así que en sus casas no faltaba un piano y los miembros de las familias cantaban, eran intérpretes de varios instrumentos de orquesta. Las casas que vendían partituras de obras de los compositores de moda como Verdi, en esos años ganaban mucho dinero (no existían el radio y la televisión).

Los entretenimientos de la sociedad de la clase alta mexicana, incluían además el de reunirse por las tardes a interpretar música, ir a la ópera y a los conciertos, ya que en México se estrenaban, por increíble que parezca, a la par que en Europa las obras de los compositores más importantes de la época. Aquí se oía Mozart, Haydn, y los grandes como en sus lugares de origen.

Los compositores mexicanos imitaban lo que se hacía en Europa al pie de la letra, así es que si por muchos años destacó el estilo de Verdi, se encuentran en este país gran cantidad de obras escritas de ese modo. Pero no era en las salas de concierto ni entre los compositores que imitaban a los grandes europeos: donde se encontraba la expresión auténtica y original de estas tierras, era entre las clases bajas con los campesinos, mineros, ganaderos, y el pueblo en general irían —al no tener el compromiso de quedar bien con nadie— escribiendo la historia musical de México.

Es así como se puede comenzar a entender el panorama musical de este país, tan complejo. A México hay que mirarlo como un continente en sí mismo: varias culturas poblaban el país en sus años prehispánicos y cada cultura, si bien compartía una cosmovisión similar, las formas de expresarla eran muy distintas. Todo eso, al mezclarse con nuevas culturas que a su vez venían ya mezcladas como los españoles con los árabes y los judíos, darían nacimiento a una cantidad de expresiones tan compleja, que sólo tras varios años de dedicarse a escuchar y penetrar en los sonidos de México, se puede pensar que ya se conocen todas y eso estaría por verse. Siempre hay sorpresas.

Por un lado, los indígenas, variantes que van desde la ejecución de los viejos instrumentos sagrados como el huéhuetl o el teponaztli, hasta la reinvención de instrumentos de cuerda como la guitarra chamula o el violín tarahumara, pasando por una gran variedad de percusiones. El caso de las flautas es especial entre los pueblos indios, ya que hay una gran variedad de ellas y hay que destacar que no todas son de origen precolombino.

Los pueblos mestizos, darían también sus propias expresiones, con sus correspondientes instrumentos y bailables. Se pierde en la historia cómo se forjaron los primeros géneros mexicanos, los ya entonces llamados jarabes y sones, pero se sabe que fueron bandera de identidad en los años de independencia. Si bien el cura Hidalgo usó inteligentemente el estandarte de la virgen de Guadalupe para expresar una nueva manera de entender incluso la religión católica, a estos géneros les tocaría cumplir la misma función en el equivalente musical.

La música durante la Reforma.- Para mediados del siglo XIX había ya varios ejemplos de la música mexicana; y si bien Juárez y los liberales luchaban por no vivir bajo el mando de un extranjero, las manifestaciones culturales se forjaban más como propias, de ahí que incluso exista un cancionero de los años de la Intervención Francesa con una serie de canciones que ya definen un sello propio. Estas melodías, en su mayoría chuscas, platican los acontecimientos de la época y reflejan la opinión del pueblo. Tal vez hay quien recuerde aquello de "¡adiós, mamá Carlota; adiós, mi tierno amor!

Las marchas militares traídas también por los españoles, fructificarían en estas tierras y encontrarían nuevas maneras de ser en el modo de componer de los compositores de acá. Es el caso de Zaragoza, compuesta en el año de 1862 por Aniceto Ortega, músico hidalguense que hiciera esta obra conmemorando la derrota del ejército francés en la Batalla de Puebla. La tradición de las bandas de aliento, tan difundida en Europa y por supuesto en España, encontraría gran arraigo en este país. Entre las más famosas están las militares, como la de Artillería, que sería una de las primeras en grabar al comenzar el siglo XX.

Los jarabes y las orquestas típicas.-El jarabe se volvió pretexto para hablar de otras expresiones de la cultura mexicana, como es el caso de la gastronómica, Por ejemplo el "jarabe de chamistlán" (un pan) o el "jarabe del atole".

Se destacan los nombres de animales, artículos de uso cotidiano o flores: "El durazno", "La perica", "La pasadita", "La reata", etcétera. Así es como el jarabe se volvió parte de cada expresión, según su lugar: desde el norte hasta el sur y de oriente a occidente aunque, por supuesto, no es lo mismo pensar en una interpretación a la manera jarocha que la de un mariachi de Jalisco en sus versiones más antiguas y tradicionales.

Hay que destacar que una nueva manera de interpretar florecería a mediados del siglo XIX: eran las famosas orquestas típicas, compuestas principalmente por varios instrumentos de cuerda como: violines, salterios, mandolinas, bandolones, marimbas… Instrumentos que tuvieron gran arraigo en la cultura popular, y que bajo este formato incrementarían enormemente el repertorio de la música mexicana. Con los años llegarían los pasos dobles, las marchas, los valses, los danzones, las poleas, los chotises y otros géneros musicales que aún ponen a vibrar los corazones de los abuelos y los propios cuando llega la nostalgia de un México que crecía y se abría lugar en el escenario mundial.

A finales del siglo XIX, el músico José Antonio Gómez, bajo la influencia del vienés Henri Herz, quien tomara por costumbre refinar el jarabe, ligó una serie de piezas tradicionales en lo que más tarde habría de convertirse en el jarabe encadenado, estilo que permanece hasta la fecha, que tomaría características de música oficial y más tarde se llamaría "Aires Nacionales". Así se seguirían cocinando los géneros musicales de la reciente nación mexicana, entre luchas que definían una y otra manera de gobernar. Mientras tanto el pueblo se iba conociendo y reconociendo a través de los sonidos que reproducían con los instrumentos que se reinventaban a la manera de ser de los pueblos mexicanos.

Entre los ires y venires de las batallas, los intereses y acomodos, la gente se juntaba en cada pueblo o ciudad a crear las tradiciones que hoy en día conforman a uno de los países más ricos del mundo en cuanto a expresiones artísticas se refiere.

 

 

 

 


La Navidad y sus Tradiciones

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hagamos un poco de historia

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor.

Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad.

A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

Las Posadas

Origen de la tradición:

Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre.

Su origen se remonta a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a un esclavo en buenas condiciones y lo vestían con los ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban lavándolo. Salían con él a la ciudad y él iba cantando y bailando para ser reconocido como un dios. Las mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche, lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien.

Nueve días antes de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables del templo" y se humillaban ante él. Durante la ceremonia, le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él debía responder: "Que sea muy en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a media noche, después de honrarlo con música e incienso, lo tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Ese día en los templos se hacían grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que incluían ritos y bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas y sacrificios humanos en honor a él.

Durante el mes de diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por 4 días de ayuno y en las que se coronaba al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales. Esto es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En el gran templo ponían el estandarte del dios y le rendían culto.

El pueblo se congregaba en los patios de los templos, iluminados por enormes fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y al día siguiente, 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamada "tzoatl".

Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristiano, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús en su corazón el día de Navidad.

En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata.

En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas.

Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena, que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, simbolizando los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.

Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

 

Significado de la tradición:

Las posadas son un medio para preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo, y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús.

Algo que no debes olvidar

Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.

Cuida tu fe

Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo es un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo.

 


La Navidad y sus Tradiciones

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Hagamos un poco de historia

Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor.

Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad.

A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

Las Posadas

Origen de la tradición:

Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre.

Su origen se remonta a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a un esclavo en buenas condiciones y lo vestían con los ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban lavándolo. Salían con él a la ciudad y él iba cantando y bailando para ser reconocido como un dios. Las mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche, lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien.

Nueve días antes de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables del templo" y se humillaban ante él. Durante la ceremonia, le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él debía responder: "Que sea muy en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a media noche, después de honrarlo con música e incienso, lo tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Ese día en los templos se hacían grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que incluían ritos y bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas y sacrificios humanos en honor a él.

Durante el mes de diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por 4 días de ayuno y en las que se coronaba al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales. Esto es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En el gran templo ponían el estandarte del dios y le rendían culto.

El pueblo se congregaba en los patios de los templos, iluminados por enormes fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y al día siguiente, 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamada "tzoatl".

Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristiano, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús en su corazón el día de Navidad.

En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata.

En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas.

Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena, que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas se llevaban a cabo los nueve días previos a la Navidad, simbolizando los nueve meses de espera de María. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.

Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".

 

Significado de la tradición:

Las posadas son un medio para preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo, y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús.

Algo que no debes olvidar

Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.

Cuida tu fe

Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo es un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo.

 


La paciencia de Dios

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Buscar el poder es una tentación que continuamente asecha al ser humano. Tener fuerza, tener dinero, recibir aplausos. Luego, cuando todo está en nuestras manos, cuando las voluntades han sido sometidas (ilusionadas, engañadas, asustadas), llega la hora de iniciar la utopía, de construir el mundo perfecto.

Y ese "mundo perfecto" inicia precisamente con lágrimas, con dolor, con la opresión del enemigo, con las críticas malévolas, con ese clima de miedo que reina en los sistemas totalitarios (del pasado y del presente).

El fracaso de las utopías humanas nos hace desconfiados. Querríamos, entonces, que Dios actuase, que impusiese entre los hombres la justicia. Desearíamos que enviase desde el cielo un rayo de fuerza, que acabase con los criminales, los terroristas, los explotadores, los pedófilos, los violadores, los que controlan el mundo mientras se mantienen indiferentes ante el hambre de millones de niños, ante el drama del aborto, ante la opresión de los justos y los pobres.

Dios, en cambio, responde con su Hijo. Sin violencia, sin truenos, sin acabar con el malvado. Jesús predica un mensaje de paz, de perdón, de esperanza. Cuando llega la hora de la lucha suprema, se muestra débil, manso, humilde, como un cordero. Ante los que no comprenden al Padre viene criticado como un blasfemo. Lo atan como a un malhechor, lo condenan a la muerte que se aplica a los criminales. Jesús calla, y el Padre detiene legiones de ángeles que contemplan horrorizados la muerte del Justo y la victoria, aparente, del maligno.

Pero la redención no viene del poder, sino del amor y de la paciencia redentora de Dios. Nos lo recordaba el Papa Benedicto XVI en la homilía de inicio de Pontificado, el 24 de abril de 2005:

"No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: Él mismo es amor. ¡Cuántas veces desearíamos que Dios se mostrara más fuerte! Que actuara duramente, derrotara el mal y creara un mundo mejor. Todas las ideologías del poder se justifican así, justifican la destrucción de lo que se opondría al progreso y a la liberación de la humanidad. Nosotros sufrimos por la paciencia de Dios. Y, no obstante, todos necesitamos su paciencia. El Dios, que se ha hecho cordero, nos dice que el mundo se salva por el Crucificado y no por los crucificadores. El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres".

Estamos en el tiempo de la paciencia de Dios. Como cristianos podemos imitar su bondad, vivir en la confianza, aprender el arte difícil de la espera. Espera que significa renuncia a la venganza y perdón para con el enemigo.

No cambiaremos al mundo a base de golpes de violencia. La hora de la paciencia, la hora de la mansedumbre, es el único camino que nos acerca, de veras, a la construcción de un mundo nuevo. Un mundo en el que las lanzas se convertirán en azadas, los hombres ya no vivirán para el dinero, y el mensaje de Cristo llenará los corazones de esperanza y de mucho, mucho amor...


La paternidad

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel


Ser padre espanta al sujeto líquido,
porque es algo irreversible e implica compromiso.

 

 

Uno de los fenómenos más visibles en las sociedades tardomodernas es la disminución de la natalidad y la significativa reducción del número de hijos por pareja. Se pueden esgrimir muchas razones para explicar tal fenómeno, razones de tipo laboral, social, político, económico, pero también de índole axiológico.

Se ha transformado significativamente la pirámide tradicional de valores y el tener hijos ya no se interpreta como una bendición de Dios, sino más bien como una carga económica que, además de acarrear mucho gasto, limita significativamente el campo de desarrollo del ego.

En la cultura del yo, los hijos son casi un estorbo, un obstáculo a la plena realización del proyecto individual. Se ha separado abismalmente la dimensión sexual de la dimensión procreadora y el hijo ya no es el resultado del acto íntimo, sino la resultante de un cálculo de oportunidades.

Por ello, no es de extrañar que en las sociedades líquidas, se haya transformado significativamente el ejercicio y el sentido de la paternidad y se retrase cuanto más tiempo sea posible la llegada de los hijos. Antes de que lleguen, se pretende haber vivido mucho, porque la llegada de los pequeños se interpreta como una suerte de condena que, además, no tiene fecha de vencimiento.

En efecto, cuando uno asume la paternidad, no puede dar marcha atrás, ni desentenderse de tal vínculo. El ser padre sella el futuro personal. Cuando uno asume tal condición, será, para siempre más, padre y esta posibilidad aterra al sujeto líquido, pues no tiene reversibilidad alguna.

En términos puramente económicos, tener hijos no es rentable. Lo habría podido ser en otro tiempo, cuando los hijos colaboraban en las tareas domésticas, en el trabajo del campo, o en la tienda familiar, pero en las sociedades líquidas, los hijos sólo acarrean gastos que, además, crecen exponencialmente con la edad. Eso significa que, si el único criterio para llevar a cabo tal decisión se mueve dentro de los parámetros económicos, no hay futuro para las sociedades líquidas.

Aunque las políticas familiares fueran más generosas de lo que son en muchos países y se premiara el tener hijos; aún así, no compensaría la reducción de libertad individual que conlleva, ni los beneficios de la compra de determinados bienes de consumo.

En un mundo como el nuestro, que ya no es capaz de ofrecer caminos profesionales confiables ni empleos fijos, con gente que salta de un proyecto a otro y se gana la vida a medida que va cambiando, firmar una hipoteca con cuotas de valor desconocido y a perpetuidad implica exponerse a un nivel de riesgo atípicamente elevado a una prolífica fuente de miedos y ansiedades.

Uno tiende a pensarlo dos veces antes de firmar, y cuanto más se piensa, más evidentes se hacen los riesgos que implica, y no hay deliberación interna ni indagación espiritual que logre disipar esa sombra de duda que está condenada a contaminar cualquier alegría futura.

Algunos retrasan el ejercicio de la paternidad más allá de los cuarenta, después de haber realizado algunos sueños que sólo pueden llevarse a cabo sin la mochila de la prole.

Algunas mujeres optan por tener hijos después de la menstruación, a través de la fecundación artificial. Las biotecnologías abren la posibilidad a una maternidad a la carta, compatible con los intereses personales y las expectativas profesionales.

Armar una familiar es, para el ciudadano líquido, como arrojarse de cabeza en aguas inexploradas de profundidad impredecible. Tener que renunciar o posponer otros seductores placeres consumibles de un atractivo aún no experimentado, un sacrificio en franca contradicción con los hábitos de un prudente consumidor, no es su única consecuencia posible.

En nuestros tiempos, tener hijos es una decisión, y no un accidente, circunstancia que suma ansiedad a la situación. Tener o no tener hijos es probablemente la decisión con más consecuencias y de mayor alcance que pueda existir, y por lo tanto es la decisión más estresante y generadora de tensiones a la que uno pueda enfrentarse en el transcurso de su vida.

Muchos prefieren no tener hijos a tener que delegar totalmente su educación y su cuidado a otras personas por la imposible conciliación con la vida profesional. Otros no están dispuestos a asumir el sacrificio, la abnegación y la moral de la renuncia que conlleva, necesariamente, el tener hijos.

Estos valores son incompatibles con la moralidad líquida de nuestras sociedades occidentales. Desde el cinismo postmoderno, casi se considera una estupidez tener más de un hijo, se imputa a un error de cálculo. Los padres de familia numerosa casi tienen que justificarse, porque se sienten fiscalizados por sus coetáneos.

En lugar de causar admiración, la opción por tener más hijos de la regla normal, se interpreta como un modo de amargarse la vida, como una especie de masoquismo, que resulta un completo absurdo desde la moral líquida.

Tener hijos implica sopesar el bienestar de otro, más débil y dependiente, implica ir en contra de la propia comodidad. Significa hacerse cargo del otro, apropiarse hondamente del valor de la responsabilidad y dejar de vivir para uno mismo, para empezar a vivir por los otros, más aún, a desvivirse por los otros.

Tener hijos es, inevitablemente, hacerse mayor, llegar a la etapa de la madurez, salir, definitivamente, del codiciado estado de la juventud. Sin la lógica del don no puede ejercerse correctamente la paternidad, pues si uno no está dispuesto a dar lo que tiene, lo que gana y lo que es, a sus hijos, no puede desarrollar correctamente el oficio de la paternidad.

Cuando uno asume la paternidad, se percata que la autonomía de sus propias referencias se ve comprometida una y otra vez, año tras año, diariamente. Tener hijos significa, muy habitualmente, tener que reducir las ambiciones profesionales, ya que los encargados de juzgar el rendimiento profesional mirarán con recelo el menor signo de lealtades divididas.

Lo que es más doloroso para el ciudadano líquido es que tener hijos implica aceptar esa dependencia de lealtades divididas por un período de tiempo indefinido, y comprometerse irrevocablemente y con final abierto, un tipo de obligación que va en contra del germen mismo de la moderna política de vida líquida y que la mayoría de las personas evitan celosamente en todo otro aspecto de sus vidas.


La paz es el gran fruto de la unidad

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

O caminamos todos juntos hacia la paz,

 o nunca la encontraremos.

 Benjamín Franklin

 

 

Un mundo uniforme, en el cual todos pensáramos y viviéramos de la misma manera sería un mundo pobre, un mundo con carencia de ideas, de frutos, de formas, de esencia. Pero un mundo en el cual el ser humano vive en constante rechazo a las ideas, y sin respeto a las formas y las maneras de ser de los otros sería un mundo en guerra.

¿Dónde pues está el secreto? ¿Cómo puede hoy nuestro México conjugar la diversidad de corrientes, pensamientos, ideas con la paz que nos impulsará a la prosperidad y al desarrollo?

"Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad" (Juan Pablo II). Precisamente lo que nos une para lograr la paz, es esto que Juan Pablo II predicó a lo largo de toda su vida y ante los públicos más diversos: equidad, verdad, justicia y solidaridad.          

 

 

¿QUÉ ES LA UNIDAD?

La unidad es armonía entre los seres humanos que concentran su energía dirigiendo su pensamiento y sus acciones a aceptar, apreciar y valorar los puntos de vista y participaciones de otras personas, coincidiendo con ellas en lo esencial (una meta común con principios mínimos) y contribuyendo con ellas desde su perfil y con su trabajo permaneciendo leal a las otras personas y a la meta común que comparten.

Esta unidad se construye a partir de una visión compartida, de una esperanza común, un fin que va más allá de los intereses de grupo, una causa para el bien común. La unidad da sustento, fuerza y valor para hacer que lo imposible, se haga posible. Con unidad, lo imposible se vuelve posible, pues toda la fuerza y el empuje de un grupo de personas se concentra en lograrlo. Como dice Jean de la Fontaine "cualquier poder, si no se basa en la unión es débil".

La unidad se puede alcanzar si existe identidad de valores, si se comparten principios universales fundamentales, si estamos todos de acuerdo en que la dignidad de la persona humana es el fundamento de cualquier acción de gobierno, si estamos de acuerdo en que el desarrollo y progreso de México debe verse reflejado en la eliminación de la pobreza a través de la creación de más y mejores empleos para todos los mexicanos, si estamos de acuerdo en que la vida es el primero y más radical de los derechos humanos. Compartiendo valores y principios lograremos la unidad. La forma de hacerlos realidad será algo que podremos ir trabajando sobre el camino. Pero "sólo en un mundo de hombres sinceros, es posible la unión" Thomas Carlyle.

Lo más característico de la unidad es el RESPETO a todos y todas, el respeto a las diferencias porque se privilegia lo COMÚN y la meta antes que las divergencias o los intereses personales, porque la cooperación y el entusiasmo por alcanzar esa meta común crea un ambiente facilitador en el cual el diálogo, la negociación y la auténtica política puede ser llevada a la práctica con toda la fuerza, consistencia, eficacia y efectividad posible. La actitud de las personas ante la unidad es el diferenciador que permite lograr las metas.

 

¿Y LA PAZ?

La paz es para el mundo, lo que la levadura para la masa

 

Imaginemos que estamos en una junta de trabajo, imaginemos que en ella, el objetivo de cada persona es ver "quien quedará mejor con el jefe". El resultado será evidentemente un gran desorden, en la cual, el interés común (la buena marcha de la empresa) será dejada en último lugar y el interés personal de cada empleado, será la manzana de la discordia.

Para que haya una auténtica actitud que facilite la unidad es indispensable la claridad y la limpieza en las motivaciones e intenciones, mirar al interior para hacer congruente con lo que pienso, con lo que quiero, con lo que digo y con lo que hago. Si pienso que mi meta es México, lo que quiero debe ser México, lo que digo debe abonar a México y lo que hago debe hacer realidad ese trabajo por México. La congruencia interior se manifiesta así en el exterior y puede sintonizarse con otros que están haciendo lo mismo para crear armonía.

Volviendo al ejemplo de la junta. Si cada uno de los participantes tiene claro que la meta es la buena marcha de la empresa y que cada uno de ellos debe dar lo mejor de si para que ese objetivo común sea alcanzado, los temas abordados serán vistos con una perspectiva de unidad, de trabajo en equipo, de solidaridad que redundará en un ambiente de armonía y de paz. Como dice Juan Luís Vives: La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla.

Otra manera de ver esto es pensando en una orquesta, donde cada músico sabe tocar su parte de manera extraordinaria. Tienen dos caminos:

Cada músico se dedica a destacar su parte de la música, creando con ello un auténtico caos, en el cual las disonancias, los sonidos sin ritmo, sin melodía, sin cadencia, acabarán ahuyentando al público espectador.

Cada músico pone al servicio del arte todos sus conocimientos, su sensibilidad, su pasión, NO PARA LUCIR EL, NO PARA LOGRAR SUS PROPIOS INTERESES, sino para JUNTO CON los demás músicos, en UNIDAD con ellos, crear una obra de arte que hará disfrutar a los espectadores. "El desarrollo es el nuevo nombre de la paz" Juan Pablo II.

A medida que una persona descubre la riqueza, la trascendencia y lo inigualable del trabajo en unidad con otros -respetando su diversidad- se va creando y construyendo un compromiso personal más fuerte con esa meta, en la cual me doy cuenta, que al trabajar y vivir así, no solamente crezco yo como persona, sino que junto con aquellos con los cuales estoy colaborando, se están alcanzando las metas comunes y los objetivos que nos habíamos propuesto.

 

 

SI ES TAN INDISPENSABLE Y FRUCTÍFERA LA UNIDAD… ¿POR QUÉ NO SIEMPRE HAY UNIDAD?

Cuando no se comparten objetivos, valores y principios, y cuando no se comparte una meta común (aunque se diga que sí se comparte) necesariamente habrá falta de unidad, pues otros objetivos, valores y metas serán perseguidos por los miembros de una sociedad.

Al perseguir diversos objetivos con bases distintas, la descortesía, la grosería, la crítica, el control abrumador, la agresividad, la violencia, el enojo, destruirán la confianza y la unidad de un grupo hasta convertir en verdaderos enemigos o por lo menos contendientes a sus miembros. En contraste, la Madre Teresa de Calcuta decía que "la paz comienza con una sonrisa".

 

El herir a alguien, el insultar, el hacer sentir inferior a otro, son sonidos disonantes que en la ejecución de una obra de arte musical se escuchan fácilmente y rompen con la unidad existente. Entonces hay dos caminos: o trabajar para reconstruir esa unidad o ahondar esas diferencias.

Si la persona se diera cuenta de que el enemigo a vencer es la guerra, los conflictos, la discriminación, la pobreza, el hambre, la violación de derechos humanos, trabajaría mucho más en unidad. El problema es que se desgasta con luchas estériles contra aquellos con quienes debería hacer equipo para derrotar a los enemigos comunes.

 

 

LA FAMILIA, FORMADORA EN LA UNIDAD

Cada miembro de la familia se sentirá a gusto en su casa si es tenido en cuenta para cooperar y colaborar en las tareas que abonan en la meta común de una familia: el bien ser y bien estar de todos y cada uno de sus miembros.

Es en la familia, donde aprendemos que participar, colaborar y trabajar juntos UNIDOS por una meta común, reditúa en frutos que benefician a todos los que la conforman.

A partir de allí la persona se integra en otras comunidades, la escuela, el trabajo, el club, la colonia, la parroquia, y comienza a colaborar de la misma forma que lo hizo en su familia: buscando un objetivo común en unidad con el resto de los integrantes de esa comunidad. El fruto en todos y cada uno de los casos de trabajar en UNIDAD será la paz.

Por ello la familia es una escuela de unidad que fomenta la paz... Cuando no se fomentan éstos valores en la familia, desafortunadamente nos topamos con gente individualista que solamente ve por sus intereses, sus cotos de poder, su visión parcial y busca los puntos de conflicto en lugar de los puntos de unidad.

 

NUESTRO MÉXICO Y LA UNIDAD

Hoy México se encuentra en una coyuntura histórica. Tenemos dos alternativas, o encontramos nuestras coincidencias, o nos relacionamos con base en nuestras diferencias.

Nuestras diferencias pueden ser innumerables, desde el partido político con el cual simpatizamos, la forma en la que creemos que se debe llevar la economía, las finanzas, la educación, las relaciones internacionales, hasta los precios de la gasolina, de la canasta básica, de la luz…

Sin embargo, si nos ponemos a analizar cuidadosamente nuestras coincidencias son más, mucho más fuertes y contundentes. Todos queremos un México fuerte, que ocupe un lugar preponderante en el concierto de las naciones, que le de a todos los mexicanos la oportunidad de estudiar, de tener un trabajo digno, de salir de la pobreza. Todos anhelamos un México en el cual no haya violencia, que las instituciones prevalezcan. Nuestros símbolos: la bandera, el escudo y el himno nacional representan esos puntos en común que todos compartimos.

Por eso el llamado a la UNIDAD es hoy fundamental. Si tenemos unidad sin duda tendremos paz, si tenemos paz, México podrá tener un desarrollo firme, consistente y contundente. México podrá darle a todos y cada uno de sus hijos la vida que merecemos porque JUNTOS construiremos ese camino.

Es en la unidad y no en la división, como lograremos esas metas que tenemos. Es en la unidad y no en las marchas o en la manipulación, o en las dádivas corruptas como lograremos afianzar nuestros valores que nos distinguen como nación. Es en la unidad como TÚ podrás ver a cualquier otro mexicano a la cara, sin miedo, sin desconfianza y con la certeza de que alcanzaremos la meta propuesta.

Por otro lado el llamado es a los medios de comunicación para que fomentemos esta unidad que tanta falta nos hace: "La verdad y la solidaridad son dos elementos claves que permiten a los profesionales de los medios de comunicación, convertirse en promotores de la paz" (Juan Pablo II). Hagamos pues eco a éste llamado y construyamos juntos un México Unido para tener un México en Paz.

 

 

 

 

 


La película de nuestra vida


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Hace varios años estaba esperando en el aeropuerto de la ciudad de Oaxaca la salida de mi vuelo, cuando en punto de las ocho de la mañana un señor bien vestido, de alrededor de 50 años llegó a trabajar en la sala de espera en la cual yo estaba.  De una maleta sacó algunos tubos de aluminio, unas tablas de madera y lentamente con gran cuidado armó un pequeño mostrador, puso una manta al frente con publicidad, sacó varias camisetas, las puso encima del mostrador y él se colocó detrás.

 

Desde que llegó me llamó la atención la actitud de esta persona, aparentemente estaba cumpliendo con su trabajo; llegó temprano, bien vestido, sonreía tímidamente y señalaba las camisetas a las personas que pasaban cerca, cubrió su turno de trabajo, etc. sin embargo era tal su desgano, su poco interés y esfuerzo, su falta de actitud y entusiasmo, su apatía, que en las dos horas que estuvo ahí no entregó ninguna camiseta, a pesar de que estas eran gratis a cambio de una inscripción en un programa de millas de una línea aérea, durante estas dos horas, nadie se acerco a su puesto, las personas que lo veían no le hacían el menor caso, lo ignoraban, y muchas otras simplemente no se percataban de su presencia.

 

¿Qué estamos haciendo nosotros con nuestra vida? ¿Tenemos un plan de vida a seguir que nos ayude a manejar el destino de nuestra vida o la vida pasa día a día sin siquiera darnos cuenta? ¿Estamos simplemente presentes cumpliendo con nuestra tarea de vivir siendo un extra en la película de nuestra vida? ó ¿somos el protagonista, el personaje importante que responsablemente lleva las riendas y el control de cuanto sucede en la película?

 

La película de nuestra vida es muy corta y no sabemos cuando llegará el final. Si hoy Dios bajara del cielo y te dijera que la película se acabo; ¿Qué le responderías?
"Gracias Señor, llegas en excelente momento, estoy tranquilo, muy contento y satisfecho con lo que he hecho, con lo que he logrado, con la huella que he dejado, con las raíces que he echado, con las semillas que he sembrado, con el ejemplo de vida que he dado, con la congruencia con la que he vivido, con el esfuerzo que he puesto en mis actividades, con la actitud que he tenido ante las dificultades, con la honestidad con la que siempre realicé mi trabajo, con el amor que he recibido y compartido con los demás, con el uso que le di a los talentos que Tu me regalaste, he disfrutado mucho con mi familia y mis seres queridos todos y cada uno de los momentos que he vivido. Muchas gracias por todo Señor, cuando Tú quieras nos vamos".

 

O le dirías; "No Señor, por favor, aun no es tiempo, me falta mucho por hacer, aun no he logrado lo que quería, se que tengo capacidad de hacer mucho mas de lo que hasta ahora he hecho pero no he tenido el tiempo necesario, se que puedo hacer mi trabajo de manera mas honesta y profesional, no he disfrutado y amado a mis seres queridos, a mis hijos, a mi esposa, he desperdiciado mucho tiempo sin hacer nada, no he aprovechado y compartido con los demás todo cuanto me has dado, he sido muy injusto, he despreciado a mucha gente, he sido egoísta pensando solo en mi, tengo muchos planes para el futuro, ¡por favor Señor, dame otra oportunidad, dame aunque sea un poco mas de tiempo!"

 

La película de nuestra vida transcurre rápidamente, no sabemos cuanto falta para que acabe, pero podemos estar seguros de que se acabará repentinamente, en el momento menos esperado, tal vez hoy, mañana, el año que entra, nadie sabe.

 

Como todas las películas, la nuestra puede tener un final feliz o un final muy triste.


La piedra filosofal


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Cuando alguien preguntó a Kazantzaki por qué amaba tanto a San Francisco, respondió: «Lo amo porque su alma, a fuerza de amor, ha vencido a la realidad, lo que los hombres privados de alas llaman "la realidad": el hambre, el frío, la enfermedad, el desprecio, la injusticia, la fealdad, y ha logrado transformarla en un sueño alborozado, tangible, más verdadero que la misma verdad. San Francisco había encontrado el secreto que los alquimistas de la Edad Media buscaron en vano: el secreto para transformar el metal más vil en oro puro.

 

Para San Francisco, la "piedra filosofal" no era algo inaccesible, fuera del alcance del hombre; para encontrarla no era necesario quebrantar las leyes naturales: la piedra filosofal era su propio corazón. Así, por este milagro de alquimia mística, es como él ha sometido la realidad, liberado al hombre de la fatalidad y transformado en él toda carne en espíritu.  San Francisco es, a mi ver, el gran general que lleva las tropas humanas a la victoria más absoluta».

 

Hay, efectivamente, dos realidades: una efímera y otra eterna, superpuestas, yuxtapuestas. Y la mayor parte de los humanos sólo ven la más superficial.

 

Acercaos a un hospital.  Entrad en una sala con cinco enfermos afectados de la misma dolencia. Seguramente encontraréis a tres de ellos acorralados por su propia enfermedad.  A uno, resignado a ella.  A otro, sereno y quizá radiante. ¿Cómo? A fuerza de alma.

 

O preguntaos por qué, con el mismo sueldo, dos oficinistas uno vive feliz y sin apuros y al otro no le llega la respiración al cuello. Y es que, efectivamente, la piedra filosofal existe. No es un sueño romántico. Y es de fabricación casera. ¿Que cómo se fabrica? Cada uno debe encontrar su propia receta. Pero podrían servir algunos de estos consejos:


-- El primero y más importante es tener algún gran ideal para cuya consecución lleguen a importar bien poco los fracasos y las dificultades.


-- Tener fe en el futuro y confianza en la vida. Asumir cada día los problemas de hoy en lugar de ponerse a sufrir anticipadamente por los que podrían tal vez llegarnos mañana.

-- Tomar y vivir la decisión de pensar mucho más en lo positivo y bueno que tenemos que en las zonas negras que tendremos que cruzar. Hablar del bien; no revolver los residuos de los fracasos.

 

--  Creer descaradamente en el prójimo y preferir ser engañado una vez por él a pasamos toda la vida desconfiando de todos (con lo que seremos perpetuamente engañados).

-- Dedicarse más a los problemas del prójimo que a los propios. Así se curarán o mitigarán los dos.

-- Amar sin preguntarse si nos lo agradecerán. Estar seguros de que, a la larga, incluso en este mundo, el amor acaba funcionando y también nos querrán más de lo que merezcamos.

-- Despertarse cada mañana como recién nacidos. Colgar cada noche en el perchero las preocupaciones de ayer y dormir olvidándolas.


-- Sonreír, aunque no se tengan ganas. Sonreír, sobre todo, si un día se debe decir algo amargo.

-- Aprender de los niños, aprender de los santos.


-- Dar tiempo al tiempo, sabiendo que las frutas maduran lentamente.

 

-- No ser demasiado ambiciosos. Querer pocas cosas, pero quererlas apasionadamente.

-- Recordar al menos cuatro o cinco veces al día que tenemos alma y alimentarla tanto como al cuerpo por lo menos.


-- Hacer, si se puede, un trabajo que amemos. O si no, al menos, amar lo que tenemos que hacer.


-- Descubrir que casi siempre los disgustos que nos llevamos son mayores que los motivos que los causaron.

 

-- Creer en algo muy en serio. Luchar por ello. Seguir luchando cuando nos cansemos. Seguir de nuevo cuando nos cansemos de seguir.

 

-- Recordar que, al fin de cuentas, todos los trucos son trucos y sólo sirven para ir descubriendo que será la gracia de Dios la que nos hará felices, porque ésa y no otra es la piedra filosofal.


La píldora del optimismo

 

Querien Vangal

 

El desayuno estuvo frío. El día amaneció nublado. El coche no arrancó bien. Nos paró un policía. En el trabajo nos pusieron varias zancadillas. Y al llegar a casa la esposa o el esposo nos regañó porque hicimos un raspón en la mesa del abuelo...

 

Momentos malos todos los tenemos. Momentos peores también, pues a veces parece que todo lo malo viene junto, como si se tratase de una granizada de verano. Y entonces uno puede pensar que no está hecho para la vida, que nació en un día equivocado para una ciudad ingrata y entre hombres odiosos...

 

Puede ser que algún médico o empresa farmacéutica anuncie la existencia de "píldoras contra el pesimismo". Pero es seguro de que hay personas que resisten las pruebas más inimaginables con una sonrisa de esperanza, y otras que se deshinchan apenas se enfila en su jornada una piedrita en el zapato o una mancha de tinta en el traje. ¿Qué distingue a unos y a otros? Una dosis de optimismo, que es como el prisma que cambia los colores y encuentra luces donde antes sólo se veían tinieblas y amarguras.

 

Alguien dijo que un pesimista es un optimista bien informado. Podríamos invertir la frase y decir que un optimista es un pesimista bien informado... Y es que el sucederse en cascada de hechos que nos contrarían no debería quitarnos los ojos de tantos y tantos beneficios y alegrías que rodean nuestra existencia cotidiana.

 

Me ha regañado mi esposo o mi esposa. ¿Pero no es de verdad hermoso saber que nos sigue amando, a pesar de todo? El desayuno estuvo frío, ¡pero tuve algo para comer, mientras que otros...! El día amaneció gris como la muerte, pero detrás de las nubes brilla el sol de los caprichos y quemaduras de verano, y en la noche siguen tintineando, en giros misteriosos e imprecisos, miles de estrellas que ni siquiera ponemos vislumbrar con los mejores telescopios de Estados Unidos... Cada momento "oscuro" de nuestra vida no es sino el negativo de una fotografía hermosísima que va escribiendo cada aventura humana.

 

Ahora que vivimos en el mundo de la "medicina de los deseos", habrá quien anuncie algún día una esperada "píldora del optimismo". Mientras llegue al mercado, tenemos todos los días la posibilidad de descubrir, tras los pliegues del telón de la existencia, la luz y el amor que dan sentido al dolor, al cáncer, la traición y los impuestos. Dios sigue, entre bastidores, con un amor que ilumina todo con una luz nueva. Para eso, hace más de dos mil años, Cristo vino al mundo. Por eso, desde que murió en la cruz, el dolor ha empezado a ser fuente de vida. Esta verdad es la fuente del optimismo cristiano. ¿Nos hemos dejado entusiasmar por esta certeza?


La política del "No es pa'tanto"

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Después de que cientos de empresas comerciales del Centro del Distrito Federal tuvieron que cerrar o reducir drásticamente su personal, de que tras 47 días de plantones y campamentos miles de capitalinos perdieron sus empleos, de que de manera absolutamente arbitraria muchos trabajadores tuvieron que sacrificar horas de sueño y vida familiar para poder llegar a sus trabajos, después del daño ocasionado a importantes vías de comunicación, después de tantos perjuicios que tuvimos que soportar los capitalinos, las autoridades del Distrito Federal se atreven a criticar las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos del DF para restañar en lo posible los daños causados. Por ello las autoridades del Gobierno del DF se sienten agredidas.

 

Al respecto, el Secretario de Seguridad Pública capitalino expresó: "sabíamos que la CDHDF defendía en ocasiones a delincuentes pero no intereses políticos", al considerar que la recomendación16/2006 en contra del jefe de Gobierno, responde a interese políticos". Como si hacer agujeros en el arroyo de Reforma no fuera un delito tipificado como daños a las vías generales de comunicación, o como si no se hubiera atentado en contra de los intereses legítimos de quienes vivimos en la Ciudad de México.

 

Es impresionante que mientras en la realidad se utilizan recursos de la administración pública capitalina para favorecer descaradamente a un partido y en particular a una candidatura, en la mente de los funcionarios públicos locales de mayor rango se encuentre como idea central, no el interés público o el bien de la comunidad capitalina, como quedó demostrado con la protección que ofrecieron a los saboteadores del orden público, sino los intereses mezquinos de un líder que, cada vez con mayor claridad, demuestra su desprecio por las instituciones por las que luchamos los mexicanos durante muchas décadas.

 


La Reforma Electoral

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

 

La histórica elección del 2006 ha dejado grandes enseñanzas para la construcción de la democracia en nuestro país. En la medida en que los procesos electorales se han convertido en auténticas y competidas contiendas, se hace evidente la necesidad de regular las conductas que todavía se encuentran al margen de la ley, a fin de garantizar mayor transparencia y certeza en los ciudadanos sobre el ejercicio de su derecho al voto.

Los avances en el funcionamiento de las instituciones electorales son el resultado de un proceso gradual de reformas que obedecen a la pluralidad de nuestro sistema político y que parten de una premisa fundamental: las leyes son perfectibles y cuando son rebasadas por la realidad, contamos con vías institucionales para modificarlas.

Hace veinte años, la organización de las elecciones era controlada por el gobierno. Estaba a cargo de la Comisión Federal Electoral, presidida por el Secretario de Gobernación y la calificación de las elecciones recaía en el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados integrado mayoritariamente por legisladores del partido en el poder.

Con la reforma electoral de 1989-1990 y la expedición del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, la organización de las elecciones quedó en manos ciudadanas. No sólo se creó el Instituto Federal Electoral, sin el Registro Federal de Electores y el Tribunal Federal Electoral.

Las posteriores reformas de 1993 dieron mayor equilibrio al financiamiento de los partidos políticos, establecieron topes de gastos de campaña y prohibiciones sobre el financiamiento privado. Además se eliminó la autocalificación para diputados y senadores, quedando a cargo de los órganos electorales.

Los acontecimientos que se vivieron en México a principios de 1994 y la cercanía de las elecciones presidenciales, dieron origen al "Acuerdo para la Paz, la Justicia y Democracia" suscrito por ocho de los nueve partidos existentes, que se tradujo en nuevas propuestas de reformas electorales. Con ellas se fortaleció la labor ciudadana del IFE, se permitió que observadores nacionales y visitantes extranjeros vigilaran el proceso electoral y se incrementó el tiempo gratuito de los partidos en radio y televisión. También se creó la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales y se tipificaron 38 conductas ilícitas.

Estas reformas hicieron posible la organización de una elección presidencial transparente, pero todavía muy inequitativa. Con las reformas de 1996, se establecieron garantías de equidad para el acceso gratuito a la radio y la televisión; se incrementaron las atribuciones de fiscalización del IFE y se incorporó el Tribunal Electoral al Poder Judicial de la Federación.

 

Desde hace diez años, nuestro sistema jurídico-electoral no ha vuelto a sufrir reformas sustanciales, a pesar de la necesidad de adaptar las leyes a las nuevas condiciones democráticas del país. El proceso electoral 2006 se desarrolló dentro de un nivel de competencia inusitado. La competencia es positiva porque obliga a los contendientes a ser más perceptivos ante las necesidades de la población, los invita a acercarse a la gente y tratar de convencerlos con ideas y propuestas. Además obliga a que la conciliación, la inclusión, el respeto a la diversidad y la tolerancia, se conviertan en factores indispensables para poder gobernar.       

 

Sin embargo, las campañas de las que fuimos testigos nos muestran que todavía estamos muy lejos de vivir en una democracia avanzada. La organización de las elecciones tiene un costo altísimo; las precampañas no están reguladas; el financiamiento que se otorgan a los partidos políticos y los montos que se invierten en publicidad en medios son desproporcionados; el desvío de recursos públicos y la intervención de funcionarios para apoyar a candidatos y partidos se han incrementado en todos los niveles de gobierno.

Con la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por la que declaró la validez de la elección presidencial, se hizo aún más evidente la necesidad de una reforma electoral integral, así como la importancia de avanzar en las reformas a las instituciones y procesos políticos que requiere el país.

Aunque las irregularidades detectadas no fueron suficientes para imponer la máxima sanción de anular la elección; los Magistrados dejaron en claro que la difusión sistemática y continua de propaganda negativa afecta las bases sobre las que se construye un proceso comicial democrático; también reiteraron que ningún tercero puede contratar propaganda en radio y televisión a favor o en contra de algún partido político o candidato y que los funcionarios y recursos públicos deben mantenerse completamente al margen del proceso electoral.

Muchos son los retos que representa una reforma electoral integral, entre las reformas más urgentes destacan las siguientes:

 

 

1. Regulación del financiamiento público de los partidos políticos     

 

 

Los montos que han alcanzado los recursos públicos destinados anualmente a los partidos políticos se han incrementado de forma considerable. Mientras en 1991 se destinaron 108 millones de pesos y en 1994, 201.3 millones; después de las reformas de 1996 la cantidad se incrementó en 2,446 millones de pesos para las elecciones de 1997 y hasta 4,926 millones para el 2006. De no haber cambios legales, considerando el factor de la inflación, en el 2009 el financiamiento ordinario para los ochos partidos políticos nacionales alcanzará los 5,772 millones de pesos y para el 2012 rebasar los 6 mil millones.

De acuerdo con la última Encuesta Mundial sobre el Costo del Empadronamiento y las Elecciones, de mayo del 2006, las elecciones en México tienen un costo de cerca de 6 dólares por elector, mientras que en EUA es de 1 dólar, en el oeste de Europa es de 3 y en Chile, Costa Rica y Brasil, no superan los 2 dólares.

Estas cifras muestran la urgencia de reducir el financiamiento público a los partidos políticos, especialmente para las elecciones intermedias en que solo se renueva la Cámara de Diputados. Además, es necesario fortalecer las facultades de fiscalización y vigilancia del IFE sobre el uso que dan los partidos a los recursos públicos y sobre su situación patrimonial.

 

 

2. Regulación el acceso de los partidos políticos a los medios de comunicación:       

 

 

Durante el 2006, tan sólo por lo que se refiere a la elección de Presidente de la República, los partidos reportaron en sus Informes especiales que gastaron aproximadamente 1,120 millones de pesos en prensa, radio y televisión y propaganda en espectaculares, salas de cine y páginas de Internet.

La publicidad en radio y televisión no sólo representó el porcentaje más elevado de los gastos de los partidos durante la campaña, sino que fue motivo de mutuas acusaciones y conflictos por la falta de regulación sobre su contenido.

Una de las propuestas más aceptadas en torno a este tema, es la prohibición expresa a los partidos políticos de contratar spots en radio y televisión y dejar que sea el IFE el único que pueda hacerlo, asignado los tiempos de forma equitativa. También debe establecerse que la autoridad electoral revise previamente el contenido de los promocionales que los partidos transmitirán en radio y televisión, e imponer sanciones a la contratación de publicidad con fines políticos, por parte de terceros.

 

 

3. Regulación de campañas y precampañas:     

 

 

El desgaste y saturación que producen las prolongadas campañas en los candidatos y electores, pone de manifiesto la necesidad de reducir el tiempo de las campañas electorales y ordenar los calendarios electorales a nivel nacional. También se requiere regular las precampañas, establecer un tiempo determinado de duración, obligaciones a los partidos para rendir Informes y sanciones en caso de incumplimiento.

 

 

4. Transparencia de los partidos políticos          

 

 

La creciente competencia electoral impacta en la dinámica interna de los partidos políticos y los obliga a ser mucho más transparentes y democráticos en las decisiones que se adoptan hacia el interior. Establecer disposiciones que obliguen a los partidos a transparentar sus procesos internos de selección de candidatos y garantizar los derechos políticos de sus miembros, es una de las vías para lograrlo.

Sin duda son muchas las propuestas que deben considerase para una reforma electoral integral. Aún quedan diversos temas pendientes que también encuentran vinculación con la denominada reforma del Estado. Hoy contamos con un marco jurídico que se han traducido en elecciones libres y competidas, pero las nuevas condiciones democráticas no solo requieren de normas adecuadas, es indispensable un verdadero compromiso de todos los actores políticos para impulsar las modificaciones necesarias, pero sobre todo, para acatar y respetar puntualmente la ley, sin excepción alguna.

 

 

 


La Revolución de los espíritus

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La insurrección que recorría el norte del país a finales de 1910 no asustó a nadie. Por su comienzo incierto parecía condenada al fracaso y ante la distorsionada mirada del gobierno, el jefe de la insurrección era insignificante: lejos estaba de ser un pundonoroso militar y difícilmente se le podía considerar un caudillo.

Era tan solo un hombre de trato agradable, buen bailarín, algo excéntrico y como revolucionario, sorprendía su respeto por la vida humana. Su presencia física, ciertamente no le favorecía, alcanzaba apenas el metro 58 centímetros de estatura. Su nombre, ya entonces conocido, era Francisco I. Madero.

"El movimiento carece de importancia --declaró a la prensa José Y. Limantour--. El jefe de los revoltosos es un hacendado de Parras, a quien juzgo una persona de buena fe, pero un tanto desequilibrado. No hace mucho se creyó apóstol y se dio a predicar el Espiritismo; ahora, atendiendo al consejo del espíritu del gran Juárez, pretende derribar al Gobierno y reformar la sociedad".

El Ministro de Hacienda de Porfirio Díaz pasó por alto el sentido político o militar de la rebelión. Pero tocó las fibras sensibles de la personalidad de Madero incursionando en su historia íntima y arrojando una luz sobre el rostro desconocido del levantamiento: las motivaciones espiritistas de don Francisco. ¿Existieron realmente? ¿Influyeron en su decisión de recurrir a las armas?

La doctrina espiritista floreció plenamente en México en el último cuarto del Siglo 19. Provenía de Europa y encontró su mayor arraigo en los estados del norte de la República. A pocos extrañaba la fundación de círculos "espíritas", la publicación de periódicos y revistas especializadas --Alma, El Siglo Espírita, Helios, La Sombra de Hidalgo--, o la organización de Congresos Nacionales sobre espiritismo.

Como doctrina filosófica, gozó de buena aceptación en México hasta muy entrada la década de 1940. Francisco Ignacio Madero no fue la excepción. A través de la biblioteca de su padre conoció las bondades del espiritismo y desde mediados de la década de 1890, establecido en San Pedro de las Colonias, Coahuila, se dio a la tarea de difundir la doctrina. En su propia casa fundó y dirigió el Círculo de Estudios Psíquicos de San Pedro, a donde asistían vecinos y miembros de su familia.

En las tradicionales sesiones de miércoles y sábados, Don Panchito --como le llamaban cariñosamente-- desarrolló una facultad que le había sido revelada años atrás en un círculo de París: la de médium escribiente. Entre 1901 y 1908, Madero puso en práctica su "mediumnidad" y en trance escribió una serie de textos --los cuales han llegado hasta nuestros días-- considerados por quienes asistían a las sesiones y por el propio Madero, como verdaderos mensajes dictados por espíritus que transitaban por el espacio infinito.

Las comunicaciones espiritistas no tenían nada de sobrenatural. Eran al mismo tiempo una lección de moral y de civismo. De acuerdo con los dictados de la Providencia, Madero debía prepararse física y mentalmente para la misión que le deparaba el destino: liberar al país de la oprobiosa y decadente dictadura porfiriana. Comenzó entonces a disciplinar su cuerpo y a someter sus pasiones. Junto con la formación espiritual dedicó horas a su preparación cívica: leía historia de México, seguía paso a paso el desarrollo de la política nacional, practicaba oratoria y anotaba metódicamente, siempre en libretas foliadas, sus reflexiones sobre la situación del país.

En una comunicación del 30 de octubre de 1908 --día de su cumpleaños número treinta y cinco--, Madero parecía estar listo para emprender la lucha: "Querido hermano: Estás en condiciones de dirigir a los demás, de impulsar a tus conciudadanos por determinada vía cuyo fin verás con la clarividencia de los elegidos. Has sido elegido por tu Padre Celestial para cumplir una gran misión en la tierra. Sobre ti pesa una responsabilidad enorme. Has visto, gracias a la iluminación espiritual, el precipicio hacia donde se precipita tu patria; cobarde de ti si no la previenes. Has visto igualmente el camino que debe de seguir para salvarse: Desventurado de ti, si por tu debilidad, tu flaqueza, tu falta de energía no la guías valerosamente por ese camino. Querido hermano: has dado un gran paso en la vida de tu evolución de donde recibirás la fuerza necesaria para luchar y para vencer".

Dos meses después Madero prendió la mecha democrática que incendiaría al país entero: publicó su controvertido libro La sucesión presidencial en 1910. A partir de ese momento, nada volvería a ser igual.

¿Algo tenía de premonitorio el espiritismo de Francisco I. Madero? Quizá. Ciertos elementos de su biografía espírita permiten, a la distancia, descubrir importantes coincidencias para suponer aun años antes de la Revolución, un desenlace como el sucedido en noviembre de 1910. Hacia 1905, difícilmente se antojaba el estallamiento de una revolución formal contra el régimen de don Porfirio --aunque ciertamente hubo algunos brotes de violencia sofocados por el gobierno. Madero había participado sin éxito en la política local de Coahuila y la mayor parte de su tiempo lo empleaba en sus negocios particulares y en su formación espiritual. Espiritista comprometido, don Panchito solía utilizar el seudónimo "Arjuna" para firmar los artículos sobre doctrina espírita que publicaba en la revista --que él mismo editaba--, La Cruz Astral de San Pedro, Coahuila.

Arjuna es el nombre del personaje central del Baghavad-Gita --libro que forma parte de la magna obra de literatura hindú El Mahabharatta--. Es un noble señor que antes de entrar en combate pide al dios Krishna que lo auxilie en la batalla y le muestre a su enemigo. Arjuna se sorprende al ver que entre las tropas enemigas se divisan sus parientes y sus amigos. Su dolor es inmenso: en la guerra que se avecina se enfrentarán hermanos de raza. ¿Se veía Madero, desde 1905, en el papel de Arjuna dirigiendo una guerra civil?

De las decenas de comunicaciones espiritistas "recibidas" por Madero, destaca una: "Querido hermano: Te diré que nuestros esfuerzos están dando resultados admirables en toda la República. Defiende en tu libro (La sucesión presidencial) los intereses de ese pueblo desventurado. Todo esto, aunque doloroso, contribuye para preparar el desenlace del gran drama que se dará en el territorio nacional, el año de 1910". Casualmente, la comunicación estaba fechada en noviembre de 1908.

Dos años después, al comenzar a circular el famoso Plan de San Luís --que convocaba a la rebelión-- quienes pudieron leerlo, posiblemente soltaron una sonora carcajada. Algo de ingenuo parecía tener el documento revolucionario que notificaba al gobierno porfirista, la fecha, el día y la hora en que debía comenzar la Revolución: "He designado --señalaba Madero en el plan-- el Domingo 20 del entrante noviembre, para que de las seis de la tarde en adelante, todas las poblaciones de la República se levanten en armas".

Ningún otro plan revolucionario en toda la historia de México fijó con semejante precisión el inicio de un levantamiento armado. Sin olvidar la importancia de su contenido político y considerando que Madero seguía a pie juntillas los escritos espiritistas que por su mano "se escribían", se puede aventurar que el de San Luís es el único plan político de la historia mexicana con un elemento espiritista: la fecha, el día y la hora para iniciar la revuelta. Por lo demás, es un documento con pasiones muy humanas: el poder y la política.

Y sin embargo, la lectura de Madero con respecto a sus propias creencias fue diferente. En todo momento le otorgó un sentido cívico, no militar, a los términos "misión", "lucha", "batalla", "triunfo", "sacrificio" que leía en sus comunicaciones espiritistas. Por eso su cruzada enarbolaba la bandera de la democracia y esgrimía el respeto a la libertad. Entre sus alternativas difícilmente cabía la revolución. El espiritismo era pacifista por naturaleza. No contemplaba la destrucción, sino la permanente creación y evolución del espíritu. "Anhelamos que cese la guerra que ensangrienta esta bella porción del Universo" --le exigieron sus compañeros de la Confederación Espírita Mexicana en los meses más críticos del movimiento armado--. El 20 de noviembre de 1910, Francisco I. Madero violentó sus propias creencias y transitó de su espiritismo idealista al campo de la política real, donde se decidían verdaderamente los destinos de la nación. Por eso la revolución representó una tragedia personal, una derrota de la razón. Madero no estaba preparado para andar ese camino y su efímera victoria así lo demostró.

Las contradicciones políticas y sociales de un México dolorosamente desigual --verdaderas causas de la revolución-- rebasaron por completo las motivaciones personales de Madero. Con espiritismo o sin él, en 1910 el régimen porfiriano tenía contados sus días. No puede negarse, sin embargo, que su fervor por la doctrina espírita impulsó a Madero, de una manera u otra, a tomar decisiones que en el contexto general contribuyeron a desencadenar una de las transformaciones sociales más grandes de la historia de México.

Poco tiempo después del asesinato de Madero, en febrero de 1913, un espiritista escribió lo que podía ser, ciertamente, el espíritu de don Francisco: "Ya desencarnado, no ha olvidado a su Patria... se ha presentado en varios Círculos y en todas sus comunicaciones se encuentra, como tema principal, su perdón noble y grande para los que cortaron esa existencia tan valiosa y que ofrecía tantas promesas para nuestra hermosa causa. Encarece con tanta energía como ternura que enviemos poderosos pensamientos de luz y amor para esos seres; que nos abstengamos de lanzar vibraciones de odio que repercutirían sobre nuestros hermanos todos, que la mejor manera de evitar estéril derramamiento de sangre, es enviar pensamientos de luz para esos pobres seres ofuscados, que son más dignos de lástima que de odio".


La revolución que estalló en Puebla

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

"Nuestro candidato será --escribió Serdán a finales de marzo de 1910-- el que preste más garantías en respeto a nuestras leyes… pues como dijera el señor Francisco I. Madero, por malas que sean las leyes, siempre serán mejores que la voluntad de un hombre".

Aquiles Serdán colaboraba con la campaña antirreleccionista de Madero, desde 1909, en la ciudad de Puebla. Desde ahí participó en los trabajos de proselitismo que debían concluir en la Convención Nacional Antirreeleccionista, a realizarse en la ciudad de México en abril de 1910 y de donde saldría el candidato opositor a la presidencia. Como era de esperarse, Aquiles fue nombrado delegado. En su discurso de aceptación volvió a enarbolar la bandera del proletariado, de las clases menesterosas, del pueblo obrero como elemento fundamental para la reinvención de la Patria, para la reivindicación de sus derechos:

"Dicen que sois miserables, que sois viciosos, pero yo sé que sois moralizados puesto que para vosotros la patria se ha convertido en madrastra y, sin embargo, os preocupáis por sus destinos y trabajáis porque sea grande y digna. Aunque no somos intelectuales, aunque somos reclutas en el ejército que forma el Partido Antirreeleccionista, comprendemos los grandes compromisos contraídos por nosotros para con la posteridad, pero ese compromiso no quiere decir que sacrifiquemos nuestros ideales, sino que por el contrario nos obliga a trabajar por ellos, nos obliga a despertar, es decir, interesarnos por la política de la Patria y nos obliga a unirnos para combatir los males de que adolecemos".

Durante la Convención no hubo sorpresas. El 15 de abril de 1910, Francisco I. Madero fue designado candidato a la presidencia de la República por el partido Antirreeleccionista y el doctor Francisco Vázquez Gómez como vicepresidente.

Un mes después el candidato visitó Puebla. Su presencia en la heroica ciudad de Zaragoza fue para Serdán la apoteosis del antirreeleccionismo. Algunos días antes, le había escrito Madero: "Algunos de los miembros del Comité se oponen tenazmente a que vaya, porque creen que puede ser peligroso para nuestro Partido; pero yo estoy convencido de que esos peligros son imaginarios y estoy resuelto a ir".

Madero logró reunir cerca de veinte mil personas que retaron a la autoridad del gobernador y al jefe de policía. El mitin transcurrió en absoluta calma y por la tarde del 15 de mayo, Carmen organizó una recepción para don Francisco en la casa de la calle de Santa Clara donde vivían los Serdán. Decenas de personas acudieron a saludar personalmente a Madero, a transmitirle sus inquietudes, a expresarle su apoyo. La gente creía, verdaderamente creía, en la posibilidad del triunfo antirreeleccionista.

Don Porfirio no lo permitió. En junio de 1910 el viejo dictador ordenó detener la campaña electoral de Madero. En Monterrey fue aprehendido bajo los cargos más absurdos, como intentar obstruir la justicia. De inmediato fue trasladado a San Luís Potosí, ciudad en la que estuvo confinado los siguientes meses. En otros lugares del país sus correligionarios corrieron la misma suerte o en el mejor de los casos alcanzaron a huir del país.

El 26 de junio se consumó el fraude y las elecciones favorecieron la séptima reelección de Porfirio Díaz para el periodo 1910-1916. Mientras muchos maderistas se encontraban en diversas cárceles del país, la corte porfirista se dispuso a celebrar fastuosamente el centenario de la independencia de México como si hubiera sucedido.

Tres días más tarde, Serdán escribió al Club Antirreeleccionista Central informando del fraude y pidiendo instrucciones. "He de agradecer a usted se digne decirme qué actitud debemos tomar, pues sería muy difícil enumerar tantos abusos que se han cometido en el estado de Puebla con motivo de las elecciones. Los atropellos a la ley para llevar a efecto el fraude no tienen nombre con que poderse calificar; se quejan tanto que verdaderamente causan una profunda indignación los hechos relatados por nuestros correligionarios en diversas partes de la ciudad".

Ni siquiera tuvo tiempo de recibir instrucciones. La situación era verdaderamente caótica cuando Aquiles recibió el pitazo de que un juez poblano había girado instrucciones para ponerlo preso. La orden de aprehensión llegó desde la ciudad de México e incluso se envió su filiación: "estatura un metro setenta y dos centímetros, color blanco, pelo, cejas y bigotes castaños, barba rasurada y poblada, ojos cafés, complexión regular, calvo".

Serdán tuvo que esconderse en el interior de la casa de Santa Clara, en un hueco que hizo en la pared. El hoyo estaba cubierto por una cómoda y le sirvió de guarida una mañana de julio, cuando cuarenta policías entraron a catear su domicilio. Pasado el peligro, la familia Serdán se reunió para tomar decisiones drásticas. Aquiles no podía permanecer un minuto más en Puebla, era necesario ayudarlo a salir de la ciudad. Debía marchar a San Antonio, Texas, donde comenzaban a reunirse los exiliados maderistas.

Aquiles se escondió en una enorme caja que fue transportada por Carmen y su amigo Miguel Rosales. Lograron burlar la vigilancia y durante un par de semanas se ocultó en la propia casa de Rosales. Para la fuga definitiva, se quitó el bigote y se tiñó de rubio el escaso cabello que le quedaba, de modo que parecía un extranjero. Tomó el ferrocarril y días después telegrafió a Puebla diciendo: "Güera, llegó el güero sin novedad". Serdán estuvo en San Antonio desde agosto hasta finales de octubre de 1910. Sobrevivió en el exilio gracias al dinero que enviaba Madero para ayudar a los desterrados.

En los primeros días de octubre, Madero escapó de San Luís Potosí y huyó a Estados Unidos. Durante su cautiverio había tomado una decisión definitiva que cambiaría el curso de la historia. Estaba decidido a levantarse en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz.

El traje para la viuda

Cuando se vio en el espejo no pudo contener la risa. El vestido negro confeccionado por la casa "Joske Bros. Co." cubría completamente su cuerpo, del cuello a los pies. El velo negro de crespón mantenía oculto el rostro y los guantes del mismo color no dejaban ver las manos recias del zapatero. Lo único que lo delataba era la voz, sus grandes pies y la forma poco femenina de caminar. Aquiles no podía dejar de sonreír al verse con aquel curioso atuendo. Su buen humor rompía la tensión de los últimos días.

Madero había llegado a San Antonio a principios de octubre y en cuanto se instaló comenzó a presidir diversas reuniones con los otros exiliados. Los principales líderes de los movimientos locales lo acompañaban en el destierro: Juan Sánchez Azcona, Federico González Garza, Gustavo Madero, Camilo Arriaga, Roque Estrada, Luís Aguirre Benavides y por supuesto, Aquiles Serdán, entre muchos otros.

El cuartel general de los futuros revolucionarios se estableció en la casa Hutchins, donde se había instalado Madero con algunos de sus familiares. Durante las siguientes semanas fue el centro de operaciones. Cada exiliado tenía sus propias responsabilidades. Madero se encargaba de la compra y transporte de armas, otros planeaban la estrategia militar, algunos más escribían artículos para la prensa local tratando de justificar el movimiento que estaba por iniciar.

Entre el 20 y el 23 de octubre de 1910, Madero, Sánchez Azcona, Federico González Garza, Enrique Bordes Mangel y Roque Estrada se reunieron para darle forma a la idea revolucionaria. De las extenuantes sesiones nació un borrador de documento que fue discutido varios días más. Aquiles Serdán lo conoció en la casa de Fernández Arteaga.

Algunos maderistas señalaban que el documento debía contener reformas, un proyecto político integral y algunas iniciativas de leyes, que antes de iniciar la revolución se planteara un programa de gobierno. Sin embargo, durante la última sesión y para evitar mayor pérdida de tiempo, Madero fue muy claro: "Este no es un cuerpo de leyes, simplemente es un llamado a las armas; las reformas se realizarán a través del Congreso de la Unión".

La noche del 26 al 27 de octubre Madero aprobó la versión definitiva del plan revolucionario. A las dos de la mañana, Sánchez Azcona y Bordes Mangel salieron de la casa Hutchins con el documento en mano rumbo a la imprenta del Alamo donde ya los esperaba Paulino Martínez. Ellos mismos se encargaron de la impresión. "Afuera del local, Aquiles Serdán hacía guardia para evitar cualquier interrupción --escribió David Nathan Johnson--. Se imprimieron cinco mil copias en papel India que era muy ligero y manejable. Por la mañana Madero firmó cada una de las copias con su puño y letra.

El documento se dio a conocer con el nombre de Plan de San Luís. En sus líneas quedó establecido que todos los mexicanos debían tomar las armas a partir de las 6 de la tarde del domingo 20 de noviembre de 1910. Comenzó de inmediato la distribución y los preparativos finales. Cada uno de los exiliados debía regresar a su lugar de origen a informar a otros correligionarios lo que había dispuesto la junta revolucionaria en San Antonio. Ya nadie podía detener al movimiento armado.

A Madero le preocupó particularmente el regreso de Aquiles Serdán a Puebla. Prácticamente se había convertido en el enemigo público número uno del estado, su cabeza tenía precio y era fácil de identificar. "Decidimos entonces disfrazarlos de 'viuda' --escribió Juan Sánchez Azcona--. Pero una vez que Aquiles se probó [el vestido] comprendimos que el peligro no había desaparecido del todo, a pesar del disfraz, pues las manos, la voz y los pies delataban al varón. Para evitar siquiera a medias una emergencia, era preciso que alguien más acompañase a Aquiles en su peligroso viaje".

Y como una "viuda decente" no podía viajar sola, los revolucionarios decidieron que "doña" Aquiles fuese acompañada por dos "sobrinos" perfectamente enlutados que habían trabajado con Sánchez Azcona en su periódico México Nuevo. Así, dos jóvenes, uno llamado Fausto Nieto y el otro de apellido Horta escoltaron a Serdán hasta Puebla.

Momentos antes de partir, Aquiles bromeaba con su curioso atuendo. El 29 de octubre se despidió afectuosamente de las damas que le habían ayudado a vestirse y particularmente de doña Sara Pérez de Madero a quien le dijo con macabro optimismo: "Llevo aquí el traje para la viuda". Tres días después, don Francisco recibió la noticia de que Serdán había llegado con bien a Puebla dispuesto a encabezar el movimiento revolucionario en el estado. Faltaba poco menos de un mes para el inicio de la revolución, y la incertidumbre dejaba caer su sombra sobre Puebla.


La sandunga

Himno regional del Istmo de Tehuantepec

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Homenaje de amor y admiración a la mujer tehuana, La Sandunga es el canto sublime que acompaña a los pueblos del Istmo de Tehuantepec desde la cuna hasta la tumba. Por eso, cuando su compositor Máximo Ramón Ortiz murió, en 1855, se dice que los huertos de la región quedaron sin flores. Todos los habitantes del pueblo, desde el gañán de encallecidas manos hasta el cacique; desde el adolescente hasta el anciano; desde la mujer humilde hasta la dama encopetada, lloraron la muerte de quien supo captar la emoción colectiva de su raza en este son.

Sobre su origen se ha documentado en revistas y monografías de la región que se trata de un son derivado de un jaleo andaluz estrenado en el Teatro Nacional de México en diciembre de 1850, donde se cantó y se bailó. Al pasar por Oaxaca se convirtió en una danza habanera, género que estaba entonces de moda. El coronel Máximo Ramón Ortiz la escuchó y le adaptó unos versos que luego cantaba acompañado con su guitarra. Más tarde la trajo a Tehuantepec y la popularizó en fandangos y bailes.

"Máximo Ortiz tehuanizó ese jaleo andaluz, le dio carta de naturalización en el Istmo de Tehuantepec y es nuestra a tal grado La Sandunga, que ya la consideramos un himno, porque forma parte de nuestra cultura, de nuestra sangre, de nuestra vida ", expresa la profesora Margarita Toledo, estudiosa de las costumbres y tradiciones oaxaqueñas, además de ser nieta de una sobrina del autor de La Sandunga.

Fusilado en diciembre de 1855 siendo gobernador y comandante militar de Tehuantepec, que había sido erigido territorio independiente por Santa Anna, Máximo Ramón Ortiz solía cantar La Sandunga en sus correrías militares con un acompañamiento musical surgido de su intuición. El arreglo orquestal que conocemos hoy en día fue obra de Andrés Gutiérrez, director del Coro de la Catedral de Tehuantepec, conocido como André Saha, quien a decir del cronista Melesio Ortega Martínez, lo compuso luego de escuchar a los sacerdotes del convento dominico comentar: qué bonito bailan las tehuanas, parecen muchachas sandungueras.

Sandunga, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es una voz probablemente de origen gitano que significa gracia, donaire, salero. Con el paso del tiempo, dice la profesora Margarita Toledo, sandunga y tehuana se han convertido casi en sinónimos porque cuando la tehuana baila muestra altivez y gallardía, propias de la estirpe zapoteca.

"Porque las tehuanas somos zapotecas, y aunque La Sandunga y el traje que usamos tiene influencia española, nosotras seguimos siendo zapotecas porque conservamos nuestras tradiciones, hablamos nuestra lengua y nos sentimos orgullosas de nuestra raza", dice Margarita Toledo.

Explica que este son se compone de una parte lenta y otra más rápida, llamada zapateado, aunque se trata de un zapateado silencioso que es cuando el hombre hace un poco más de movimiento y la mujer sólo se deja admirar por su pareja que le rinde pleitesía porque baila en torno a ella que se deja querer y admirar.

José Vasconcelos describió así el ritual de La Sandunga en 1933: "Irrumpe un toque de corneta y en derredor la orquesta inicia, mantiene un contraste de ritmos violentos y desfallecimientos lánguidos. Mujeres ataviadas con enaguas y huipil bordados, comienzan el baile erguidas y voluptuosas, fusión inconsciente de altivez y de sensualidad. Los ritmos violentos les despiertan ardores de sol en canícula. Y los pasos lentos fingen dulzuras peligrosas de vena subterránea, de cenote maya que corre a muchos metros de profundidad, frío bajo las arenas calcinadas de la superficie".

La letra de La Sandunga ha sufrido modificaciones con el paso de los años, incluso, a decir de Rojas Petriz, se le han agregado versos para homenajear a su autor como aquel que dice: "Si Dios me diera licencia, ¡Ay mamá! por Dios, de abrir esta sepultura, cielos de mi corazón. Sacar a mis dos hermanos, ¡Ay Mamá! por Dios, Máximo Ramón , Ventura, Cielos de mi corazón".

También señala que la celebración del 150 aniversario de La Sandunga parte de la fecha en que el coronel Máximo Ramón Ortiz fue declarado gobernador de Tehuantepec por Antonio López de Santa Anna, el 29 de mayo de 1853. Con motivo del primer centenario del son istmeño, en 1953, un grupo de entusiastas tehuantepecanos conformaron un comité de festejos.

En aquélla ocasión, recuerda Margarita Toledo, fue invitada de honor su abuela Doña María Ortiz de García, sobrina nieta del Coronel Ortiz. A partir ese año se institucionalizó la celebración de la Vela Sandunga, fiesta de gran gala donde las tehuanas lucen sus mejores trajes y el oro relumbrante de sus joyas, que se realiza el último sábado de mayo de cada año.

Con motivo del 150 aniversario de La Sandunga, el Ayuntamiento de Santo Domingo Tehuantepec y el cuerpo de Xuaanas (ancianos que ostentan la autoridad moral) organizarán con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) un programa de festejos que iniciará del 29 de mayo al 1 de junio con la Grandiosa Vela Sandunga, en la explanada del palacio municipal de Tehuantepec.

A partir del lunes 26 de mayo, en la Casa de la Cultura localizada en el ex convento dominico y en la Catedral de Tehuantepec se ofrecerá una serie de conciertos con artistas del Conservatorio de Música de París. La pianista Natalia Golovchanskaya interpretará temas de Chopin, Beethoven, Shubert, Mozart y Lizt y acompañará a la soprano Celine Victores Benavente y el barítono Leonardo Valazza en conciertos de arias y música popular, para cerrar con la interpretación de La Sandunga.

 


La sociedad oaxaqueña y el gobernador

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

La movilización de opinión pública en contra de la violencia y  los delitos,  no fue para defender al gobernador Ulises Ruiz  a costa de lo que sea, sino para defender las instituciones, la legalidad, la democracia y la paz social y el derecho humano a dar y recibir una  educación de calidad.

Cientos de organizaciones de la sociedad civil exigieron al Secretario de Gobernación que pusiera orden en Oaxaca, que enviara a la Policía Federal Preventiva, en paralelo al proceso de negociación política, para defender a la población oaxaqueña de grupos violentos, de la manipulación política y de la amenaza a muchos maestros que siempre se han opuesto a los paros locos, que han querido continuar con su responsabilidad de dar clases, pero que unos cuantos líderes corruptos los amedrentan.

La exigencia cívica de dichas organizaciones no es servir de escudo para que Ulises Ruiz siga de gobernador, el compromiso de ellas es con México, Oaxaca y el bien común.  Cuando empezó el conflicto el gobernador tenía apoyo de gran parte de su partido y de organizaciones sociales de Oaxaca, que ahora están divididas porque muchos ya están de acuerdo en que deje la gubernatura, porque es parte del problema y no de la solución.  Indiscutiblemente su elección a la gobernatura del Estado fue legal, pero ha perdido legitimidad por tolerar corrupción y abusos.  México y el sistema político ya no son como antes.  La sociedad oaxaqueña ya quiere un cambio, es más, necesita un cambio trascendental: transparencia, respeto, diálogo, participación, gobernabilidad democrática, ética política y gobernantes con un alto espíritu de servicio.  Sinceramente, por lo que Ulises ha dicho y ha hecho y no por las acusaciones de terceros, la leal convicción de las diversas organizaciones es que Ulises debe dejar la gubernatura, sea mediante licencia o renuncia.

Así como los que pierden elecciones deben reconocer la derrota, los que pierden el apoyo político de la ciudadanía deben reconocer la realidad. Ulises Ruiz ya no puede gobernar. Por ello ha recurrido al Gobierno Federal para que lo salve, ha recurrido al PRI para que lo defienda. Con ello ha perjudicado a su propio partido y  al Gobierno Federal. Ulises Ruiz está provocando que los radicales y violentos de izquierda adoctrinen y manipulen a sectores sociales que ven en ellos un aliado. Diversos actores y problemas no resueltos han minado la institucionalidad del gobierno. Hay tensión que a todos perjudica.

No solo varios sectores están pidiendo su renuncia en Oaxaca, sino en todo el país hay la convicción de que la solución política de Oaxaca exige que Ulises Ruiz renuncie. Por dignidad, por respeto a la ciudadanía, por sensibilidad política, por el prestigio de su partido y por respeto a la opinión pública nacional, debe aceptar con honestidad que su gestión debe terminar y dar paso para que el Congreso de Oaxaca, con la autonomía que corresponde al Poder Legislativo, designe quien se quede en su lugar.

Las diversas organizaciones de referencia de ninguna manera apoyan incondicionalmente a la APPO, es más, están en contra de sus actos vandálicos que mucho han dañado a los oaxaqueños, pero si reconocen que en algunos puntos tienen razón, sobre todo lo que va en protesta de los vicios, productos de mal gobierno, que por décadas arrastra el Estado.




La tentación de los panes

 

Querien Vangal

 

 

La primera tentación de Cristo, tal cómo nos la narra el Evangelio es la tentación de los panes. Cristo ha ido a hacer ayuno, un ayuno que realmente le prepare para su misión. Cristo ha ido a ejercitarse, por así decir, al desierto, y el demonio le llega con la tentación de los panes, que no era otra cosa sino decirle: déjate de cosas raras, se más realista, baja un poquito a la vida cotidiana. Es decir, materialízate, no seas tan espiritual. Es una tentación, que nosotros podemos tener en nuestra vida cuando llegamos a perder toda dimensión sobrenatural de nuestro ser cristianos. Es la tentación del querer hacer las cosas sin preocuparme si le interesan o no a Dios. Tengo un problema, y me digo: lo arreglo porque lo arreglo, y a veces olvidamos de la dimensión sobrenatural que tienen las dificultades.

Cristo ayuna y siente hambre como nos dice el Evangelio, y Cristo tiene que transformar el hambre en una palanca espiritual, en un momento de crecimiento interior. Ahí Cristo es tentado para decirle: No busques eso, no hace falta ese tipo de cosas, mejor dedícate a comer, mejor dedícate a trabajar. Es la tentación de querer arreglar yo todos los problemas.

Hay situaciones en las que no queda otro remedio sino ofrecer al Señor la propia impotencia por el sacrificio personal; hay situaciones en las que no hay otra salida más que la de decir: aquí está la impotencia, podríamos decir la impotencia santificadora. Cuando en nuestro trabajo personal sentimos una lucha tremenda en el alma, un desgarrón interior por tratar de vivir con autenticidad la vida cristiana, en esos momentos en los que a veces el alma no puede hacer otra cosa sino simplemente sufrir y yo me quiero sacudir eso, y no acepto esa impotencia y no la quiero ver, y no quiero tener ese"sintió hambre" en la propia vida, es donde aparece la necesidad de acordarse de que Cristo dijo: No sólo de pan, no sólo de los éxitos, no sólo de los triunfos, no sólo de consuelos, no sólo de ayudas vive el hombre, sobre todo vive de la Palabra que sale de la boca de Dios.

Tenemos que aprender como lección básica de la vida a iluminar todas nuestras dificultades con la Palabra de Dios, sobre todo aquellas que no podemos resolver, porque a veces podríamos olvidar que Dios Nuestro Señor va a permitir muchas dificultades, muchas piedras en la vida precisamente para que recordemos que la Palabra de Dios es la fuente de nuestra vida espiritual. No los consuelos humanos, no los éxitos de los hombres. A veces Dios nos habla en la oscuridad, a veces en la luz, pero lo importante es la vida del Espíritu Santo en mi alma. En ocasiones puede venir la tentación de querer suplir con mi actividad la eficacia de la fe en Dios, y podríamos pensar que lo que hacemos es lo que Dios quiere, cuando en realidad lo que Dios quiere es que en esos momentos esta situación no vaya por donde tu estás pensando que debe de ir, Yo me pregunto: una dificultad, un problema ¿lo transformamos a base de fe en un reto que verdaderamente se convierta en eficacia para el reino de Cristo? No pretendamos arreglar los problemas por nosotros mismos, preguntemos a Dios. ¿Sé yo vencer con la Palabra de Dios? ¿O caigo en la tentación?

Después, dice el Evangelio, lo llevó a un monte alto donde se veía todos los reinos de la tierra. Cristo es tentado por segunda vez para que su misión se vea reconocida por los hombres para que obtenga un éxito humano y todos vean su poder. Sin embargo el poder que les es ofrecido no es el que tiene Dios sobre la Creación, sino es el poder que viene de haber vendido la propia conciencia y la propia vida al enemigo de Dios. "Todo esto lo tendrás si postrándote me adoras", no es el poder que nace de haber conquistado el reino de Cristo, es el poder que nace de haberse vendido. A veces este poder se puede meter sutilmente en el alma cuando pierdes tu conciencia en aras de un supuesto éxito. Es el poder que viene de haber puesto la propia vida en adoración a los que desvían de Dios el final total de las cosas, el uso de las criaturas para la propia gloria y no para la gloria de Dios. La tentación de querer usar las cosas para nuestra propia gloria y no para la gloria de Dios es sumamente peligrosa, porque además de que nuestro comportamiento puede ser incoherente son lo que Dios quiere para nosotros, lo primero que te desaparece es el sentido crítico ante las situaciones. ¿Por qué? Porque estas vendido a los criterios de la sensualidad, y quien está vendido no critica.

Cuando nuestra conciencia se vende, cuando nuestra inteligencia y nuestra voluntad se vende dejan de criticar y todo lo que les den les parece bueno. ¿A quién me estoy vendiendo? Cada uno recibe su vida, sus amistades, sus personas, su corazón, su conciencia. ¿Dónde me encuentro sin el suficiente sentido crítico, para salir de una situación cuando contradices mi identidad cristiana?, porque ahí me estoy vendiendo, ahí estoy postrándome a Satanás aunque sean cosas pequeñas. ¿Dónde me he encadenado? ¿Hay en mi vida alguna tentación que no sólo me despoja del necesario sentido crítico ante las situaciones para juzgarlas sólo y nada más según Dios, sino que acaban sometiendo mis criterios a los criterios del mundo y por lo tanto, acaba cuestionando los rasgos de mi identidad cristiana?

Cuántas veces cuando vienen las crisis a la fe son por esta tentación; cuando nos vienen los problemas de que si estaré bien donde estoy o estaría mejor en otra parte, es por venderse a una situación más cómoda, aun lugar que no te exija tanto, un lugar donde puedas adorarte a ti mismo. Es triste cuando uno lo descubre en su propia alma y es triste cuando uno lo descubre en el alma de los demás.

Muchas veces es imposible penetrar en el alma porque ha perdido toda brújula, ha perdido todo el sentido crítico, ha perdido la capacidad de romper con el dinamismo del egoísmo, de la soberbia, de la sensualidad. Cuántos cambios podríamos tener de los que pensamos que ya no tenemos vuelta.

Por último, el demonio lleva a Cristo. La tentación del templo es en la que Cristo desenmascara con la autenticidad de su vida, con la rectitud de intención, con la claridad de su conciencia la argucia del tentador. Esta tentación tiene un particular peligro. Los comentaristas que han siempre enfrentado esta tentación piensan: qué gracia tendría el de tirarse del pináculo del templo y que los ángeles te agarrasen. La idea central de esto es una exhibición milagrosa. Un señor se sube a la punta del templo y lo están viendo abajo, se tira y de pronto unos ángeles le cogen y lo depositaren el suelo. Todo mundo daría gloria a Dios, todos se convertirían inmediatamente. Es la tentación que tiene un particular delito porque ofrece la conciliación entre las pasiones humanas de mi yo con el servicio a Dios, con la gloria que se debe al Creador.

Esta tentación que podríamos llamar de orgullo militantes es quizá la más sutil de todas. Es también la tentación que Cristo desenmascara en los fariseos cuando les dice: "les gusta ser vistos y admirados de la gente y que la gente les llame maestros... cuando oren no lo hagan como los hipócritas que oran en medio de las plazas para ser vistos por la gente, cuando oren enciérrate que tu Padre que ve en lo secreto te recompensará". Con qué perspicacia Nuestro Señor conocía el corazón humano que se puede enredar perfectamente, incluso en medio de la vida de oración, con el propio orgullo y egoísmo. Revisemos bien nuestra conciencia para ver si esta tentación no se ha metido en nuestras vidas.

Recordemos que nuestra vida sólo tendrá un auténtico sentido cristiano en la medida en que aceptemos a Cristo vencedor de la tentación del pan, de los reinos y del templo.

 


La Teología no Teológica, Ambigüedades y Eufemismos

 

Querien Vangal

 

En ambientes como los descritos abunda lo que podríamos llamar teología no teológica. Puede un profesor de teología -se dicente «teólogo»- discurrir sobre temas teológicos y hablar de ellos con erudición y con terminología teológica y, sin embargo, no hacer realmente teología.

La teología es obra que la razón produce a la luz de la fe (ratio fide illustrata), y que «se apoya, como fundamento perdurable, en la Escritura unida a la Tradición» (Vat.II, Dei Verbum 24). Y «la Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia están unidos de tal modo que ninguno puede subsistir sin los otros» (ib. 10).

Pues bien, eso significa que cualquier «teología» que desarrolle su pensamiento al margen o en contra de Escritura, Tradición y Magisterio apostólico no es propiamente, para los católicos, teología. Es teodicea, teognosis, teología protestante -el libre examen luterano- o simplemente ideología. Incluso, quizá, la palabra gnosis sea la más indicada para referirse a esta pseudo-teología.

En todo caso, ¿por qué llamar teología a ciertos escritos sobre cristología, teología de la liberación, teología del matrimonio, Eucaristía, si en tantos graves aspectos enseñan tesis perfectamente contrarias a la enseñanza de la Biblia, de la Tradición y del Magisterio? Ese abuso del lenguaje no trae ventaja alguna.

Y la pregunta más grave: ¿por qué se tolera, y a veces se fomenta, la edición de esas obras ideológicas en colecciones católicas, y se permite su difusión en librerías que se dicen católicas?

Silenciamientos persistentes de ciertas verdades

«De la abundancia del corazón habla la boca» (Mt 12,34). Un silenciamiento sistemático y prolongado de una determinada verdad de la fe equivale en la práctica a su negación.

Un ejemplo, la verdad del infierno. Jesucristo conoce bien la posibilidad de una condenación eterna, y como ama mucho a los hombres y desea su salvación, en su evangelio «habla con frecuencia de "la gehena" y del "fuego que nunca se apaga"» (Catecismo 1034). Habla con mucha frecuencia. ¡Cómo no va a hacerlo!... Pues bien, hoy, al contrario, es frecuente el predicador que jamás, nunca, predica sobre el infierno. Habrá que pensar que no cree en él. O que si cree, y nunca lo menciona, es que no ama de verdad a los hombres.

Del mismo modo, si un párroco nunca habla de la necesidad de adorar a Cristo, presente en la Eucaristía, ni promueve jamás ese culto, es porque no cree en esa necesidad pastoral o quizá porque no cree en esa real Presencia sagrada.

«El justo vive de la fe... La fe es por la predicación, y la predicación por la palabra de Cristo» (Rm 1,17; 10,17). Si un sacerdote, por ejemplo, no tiene una fe suficientemente firme en la doctrina católica de la castidad conyugal, no podrá predicar sobre ella. Ahora bien, como el pueblo vive de la fe, y ésta se alimenta de la predicación, acabará el pueblo cristiano ignorando la verdad de la castidad conyugal. Y profanará la santidad del matrimonio sin mayores problemas de conciencia. Esto es evidente a priori, y también a posteriori.

 

 

 

Ambigüedades y eufemismos

La disidencia actual respecto a la doctrina de la Iglesia algunas veces es frontal, pero con más frecuencia se expresa en modos ambiguos, eufemísticos, indirectos, implícitos. Los ejemplos podrían multiplicarse.

En una Asamblea concreta de católicos, el Grupo B declara: «El Grupo se adhiere sin reservas a la Humanæ vitæ, pero cree que haría falta superar la dicotomía entre la rigidez de la ley y la ductilidad de la pastoral». Traducido: el Grupo no se adhiere a la encíclica aludida, o se adhiere con hartas reservas, y aconseja o exige que se ponga fin a la dura intransigencia de la doctrina conyugal católica.

Una cosa es lo que se dice, y otra lo que se quiere decir, que es lo que de hecho va a ser entendido por el oyente o lector.

Sobre el tema delicadísimo de la historicidad de los Evangelios un eminente exegeta, dice en una entrevista:

«Llegué a la conclusión de que, si bien los Evangelios no son históricos en el sentido moderno de la historia, sin embargo resulta imposible, sin ignorar una de evidencias, contradecir la verdad histórica del mensaje de Cristo».

Que el sentido de la historia no es el mismo en Jenofonte y en Toynbee, pongamos por caso, es una afirmación obvia. Ha de suponerse, pues, que lo que quiere decir este eclesiástico eminente no va por ahí. ¿No interpretarán los lectores, según eso, que a su entender los Evangelios no son históricos, aunque su mensaje sí lo es; que no son históricos los hechos que narran, o buena parte de ellos, sino el mensaje que por ellos se transmite?

El tal exegeta, pues, no tendrá razón para enojarse si muchos interpretan de este modo sus palabras, que serían ciertamente contrarias a la doctrina de la Iglesia, pues ésta «ha defendido siempre la historicidad de los Evangelios» (Vaticano II, Dei Verbum, 19; Catecismo 126; 514-515). No podrá alegar que sus palabras han sido objeto de una interpretación temeraria o abusiva.

En la antigüedad cristiana, los errores se proponen con ingenua claridad. No existiendo todavía un cuerpo doctrinal católico bien definido, hay una correspondencia patente entre lo que dicen quienes los difunden y lo que piensan.

A medida, por el contrario, que la doctrina católica se ha ido definiendo más y más, aquellos que contrarían la doctrina de la Iglesia -como los jansenistas o los modernistas- se han visto obligados a expresar su pensamiento con palabras más cautelosas y encubiertas. Hoy, pues, los errores rara vez son expresados en forma patente. Casi siempre se difunden a través de un lenguaje deliberadamente impreciso, ambiguo y eufemístico, en el que quizá podría ser aceptable lo que se dice, pero no lo que se quiere decir, que es lo realmente comunicado.

Después de todo, siempre, antes y ahora, los lobos se han vestido «con piel de oveja» (Mt 7,15). «Son falsos apóstoles, que proceden con engaño, haciéndose pasar por apóstoles de Cristo. Su táctica no debe sorprendernos, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz» (2Cor 11,13-14).

En los decenios postconciliares la autoridad de la Iglesia siempre ha estado atenta a enseñar la verdad y a refutar los errores con fuerza persuasiva -Mysterium fidei, Sacerdotalis cælibatus, Humanæ vitæ, etc.-.

Pero, los autores de los errores, mientras no se produce su pública y nominal reprobación, siguen difundiendo eficazmente sus errores, por luminosos que sean los documentos contemporáneos de la Iglesia, que afirman la verdad y niegan el error.

-El caso Marciano Vidal. Este profesor español redentorista (1937- ) publica su Moral de actitudes a partir de 1974, y la obra es pronto traducida al portugués (1975ss), al italiano (1976ss) y a otras lenguas (la edición italiana de 1994ss traduce la 8ª edición española). Desde hace muchos años, cualquier cristiano medianamente formado en teología entendía con toda facilidad que esa obra, con otras muchas del mismo autor, difundía enseñanzas claramente inconciliables con la doctrina moral católica.

El 15 de mayo de 2001 fue cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe comunica en una Notificación que esa obra y otras dos más examinadas «no pueden ser utilizadas para la formación teológica». En la Iglesia de habla hispana, es decir, en la mitad de la Iglesia, el texto de Moral aludido venía siendo uno de los más utilizados durante un cuarto de siglo.

La Moral de Marciano Vidal, afirma la Congregación de la Fe, no está enraizada en la Escritura: «no consigue conceder normatividad ética concreta a la revelación de Dios en Cristo». Es «una ética influida por la fe, pero se trata de un influjo débil». Atribuye «un papel insuficiente a la Tradición y al Magisterio moral de la Iglesia», adolece de una «concepción deficiente de la competencia moral del Magisterio eclesiástico». Su tendencia a usar «el método del conflicto de valores o de bienes» lo lleva «a tratar reductivamente algunos problemas», y «en el plano práctico, no se acepta la doctrina tradicional sobre las acciones intrínsecamente malas y sobre el valor absoluto de las normas que prohíben esas acciones».

Y estos planteamientos generales falsos conducen, lógicamente, a graves errores concretos acerca de los métodos interceptivos y anticonceptivos, la esterilización, la homosexualidad, la masturbación, la fecundación in vitro homóloga, la inseminación artificial y el aborto.

Esta obra y otras del mismo autor, con las de Häring, Curran, Forcano, Valsecchi, Hortelano, López Azpitarte, etc., son las que durante dos o tres decenios han creado en gran parte del pueblo católico, profesores, párrocos, confesores, grupos matrimoniales, seminarios y noviciados, una mentalidad moral no-católica.

-El caso Anthony de Mello. El 24 de junio de 1998 la Congregación para la Doctrina de la Fe publica una Notificación señalando los graves errores contenidos en varias de las obras del padre Anthony de Mello, S.J. (1931-1987). Este autor «es muy conocido debido a sus numerosas publicaciones, las cuales, traducidas a diversas lenguas, han alcanzado una notable difusión en muchos países». Sus obras, efectivamente, han sido ampliamente difundidas durante decenios entre los católicos de los más diversos ambientes y naciones.

Pues bien, la Congregación, en 1998, nos avisa que «sustituye la revelación acontecida en Cristo con una intuición de Dios sin forma ni imágenes, hasta llegar a hablar de Dios como de un vacío puro... Nada podría decirse sobre Dios... Este apofatismo radical lleva también a negar que la Biblia contenga afirmaciones válidas sobre Dios... Las religiones, incluido el Cristianismo, serían uno de los principales obstáculos para el descubrimiento de la verdad... A Jesús, del que se declara discípulo, lo considera un maestro al lado de los demás... La Iglesia, haciendo de la palabra de Dios en la Escritura un ídolo, habría terminado por expulsar a Dios del templo», etc.

La Editorial Sal Terræ ha seguido difundiendo las obras de Anthony de Mello, y en 2003 han publicado su Obra completa en dos preciosos tomos, 1603 pgs., en edición cuidada por el P. Jorge Miguel Castro Ferrer, S.J., con un amplio prólogo hagiográfico de Andrés Torres Queiruga, en el que cita a Hegel, Heidegger, Ricoeur, pero no menciona, ni siquiera de paso, la Notificación romana.

Esta obra podrá hallarse hoy en casi todas las librerías diocesanas y religiosas de lengua española.

¿Cómo podrá ahora remediarse el daño tan grande y extenso que esas obras -y tantas otras- han causado?


La «tercera edad» y la «cuarta edad»

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Las conquistas de la ciencia, y los correspondientes progresos de la medicina, han contribuido en forma decisiva, en los últimos decenios, a prolongar la duración media de la vida humana. La "tercera edad" abarca una parte considerable de la población mundial: se trata de personas que salen de los circuitos productivos, disponiendo aún de grandes recursos y de la capacidad de participar en el bien común.  A este grupo abundante de  "young old" ---"ancianos jóvenes", como definen los demógrafos según la nuevas categorías de la vejez a las personas de los 65 a los 75 años de edad---, se agrega el de los "oldest old"  ---"los ancianos más ancianos", que superan los 75 años---, la cuarta edad, cuyas filas están destinadas a aumentar siempre más. (1)

La prolongación de la vida media, por un lado, y la disminución, a veces dramática, de la natalidad, (2)  por el otro, han producido una transición demográfica sin precedentes, en la que la pirámide de las edades está completamente invertida respecto a como se presentaba no hace más de cincuenta años: crece constantemente el número de ancianos y disminuye constantemente el número de jóvenes.  El fenómeno, que comenzó durante los años sesenta en los países del hemisferio norte, llega ahora también a las naciones del hemisferio sur, donde el proceso de envejecimiento es aún más rápido.

Esta especie de "revolución silenciosa", que supera de lejos los datos demográficos, plantea problemas de orden social, económico, cultural, psicológico y espiritual cuyo alcance es objeto de una esmerada atención por parte de la Comunidad internacional.  Ya durante la Asamblea mundial sobre los problemas del envejecimiento de la población, convocada por las Naciones Unidas —y celebrada en Viena (Austria) del 26 de julio al 6 de agosto de 1982— se había elaborado un Plan internacional de acción que sigue siendo, aún hoy, un punto de referencia a nivel mundial.  Ulteriores estudios llevaron a la definición de dieciocho Principios de las Naciones Unidas para los ancianos ---repartidos en cinco grupos: independencia, participación, atención, realización personal y dignidad--- (3) y a la decisión de dedicar a los ancianos una Jornada mundial cuya fecha ha sido establecida el 1° de octubre de cada año.

La resolución de la ONU por la cual se declaró el año 1999 Año Internacional de los Ancianos, y la misma elección del tema:   "Hacia una sociedad para todas las edades", confirman ese interés.  "Una sociedad para todas las edades —afirmó el Secretario general Kofi Annan en su mensaje para la Jornada mundial de los ancianos 1998— es una sociedad que, lejos de hacer una caricatura de los ancianos presentándolos enfermos y jubilados, los considera más bien agentes y beneficiarios del desarrollo".  Una sociedad multigeneracional, pues, empeñada en crear condiciones de vida capaces de promover la realización del enorme potencial que tiene la tercera edad.

La Santa Sede —que aprecia el intento de establecer una organización social inspirada en la solidaridad, en la que las distintas generaciones, unidas, den su propia aportación— desea colaborar en el Año internacional de los ancianos, haciendo escuchar la voz de la Iglesia, tanto en el campo de la reflexión como en el de la acción.

Insiste en el respeto a la dignidad y a los derechos fundamentales de la persona anciana y, con la convicción de que los ancianos tienen aún mucho que dar a la vida social, desea que se afronte la cuestión con un gran sentido de responsabilidad por parte de todos: individuos, familias, asociaciones, gobiernos y organismos internacionales, según las competencias y deberes de cada cual y de acuerdo con el principio, tan importante, de subsidiariedad. Sólo así se podrá perseguir el objetivo de garantizar al anciano condiciones de vida siempre más humanas y dar valor a su papel insustituible en una sociedad en continua y rápida transformación económica y cultural. Sólo así se podrán emprender, en modo orgánico, iniciativas destinadas a influir en el orden socio-económico y educativo, con el objeto de que sean accesibles a todos los ciudadanos, sin discriminaciones, los recursos indispensables para satisfacer necesidades antiguas y nuevas, para garantizar la tutela efectiva de los derechos, y para dar nuevos motivos de esperanza y de confianza, de participación activa y de pertenencia, a los que han sido alejados de los circuitos de la convivencia humana.

La preocupación y el compromiso de las Iglesias en favor de los ancianos no son cosa nueva. Ellos han sido destinatarios de su misión y de su atención pastoral en el transcurso de los siglos y en las circunstancias más variadas. La « caritas » cristiana se ha hecho cargo de sus necesidades, suscitando distintas obras al servicio de los ancianos, sobre todo gracias a la iniciativa y a la solicitud de las congregaciones religiosas y de las asociaciones de laicos. Y el magisterio de la Iglesia, lejos de considerar la cuestión como un mero problema de asistencia y de beneficencia, ha insistido siempre en la importancia de valorizar a las personas de todas las edades, para que la riqueza humana y espiritual, así como la experiencia y la sabiduría acumuladas durante vidas enteras, no se dispersen. Confirmando lo anterior, Juan Pablo II, al dirigirse a unos ocho mil ancianos recibidos en audiencia el 23 de marzo de 1984, les decía: "No os dejéis sorprender por la tentación de la soledad interior. No obstante la complejidad de vuestros problemas [...], las fuerzas que progresivamente se debilitan, las deficiencias de las organizaciones sociales, los retrasos de la legislación oficial y las incomprensiones de una sociedad egoísta, no estáis ni debéis sentiros al margen de la vida de la Iglesia, o elementos pasivos en un mundo en excesivo movimiento, sino sujetos activos de un período humanamente y espiritualmente fecundo de la existencia humana. Tenéis todavía una misión por cumplir, una contribución para dar".

La situación actual —en no pocos sentidos inédita— interpela, en todo caso, a las Iglesias, a que emprendan una revisión de la pastoral de la tercera y la cuarta edad. La búsqueda de formas y métodos nuevos que correspondan mejor a sus necesidades y expectativas espirituales, y la elaboración de derroteros pastorales arraigados en la defensa de la vida, de su significado y de su destino, parecen ser, pues, condiciones imprescindibles para estimular a los ancianos a que den su propia aportación a la misión de las Iglesias y para ayudarles a lograr un especial beneficio espiritual gracias a su participación activa en la vida de la comunidad eclesial.

Este es, a grandes rasgos, el contexto en el cual se sitúa el presente documento del Pontificio Consejo para los Laicos.  Ha contribuido a su elaboración un grupo de trabajo constituido por representantes de varios Dicasterios de la Curia romana y de otras iglesias; han participado, además, responsables de movimientos y asociaciones eclesiales y de congregaciones religiosas que tienen una amplia experiencia del mundo de la tercera edad.  Al ponerlo a la disposición de las Conferencias episcopales, de los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos y asociaciones, jóvenes y adultos, y de los mismos ancianos, el Pontificio Consejo para los Laicos —designado como  "punto focal" de la coordinación de las actividades de la Santa Sede para el Año Internacional de los Ancianos— confía en que sirva de estímulo para la reflexión y el compromiso de todos y cada uno.

 

Notas

(1) La división « población » del Departamento de asuntos económico-sociales de las Naciones Unidas publicó, el 26 de octubre de 1998, una actualización de los cálculos y proyecciones en materia demográfica. En el capítulo dedicado al aumento del número de personas ancianas, resulta, entre otras cosas, que los 66 millones de personas de más de ochenta años de edad, presentes hoy en el mundo, están destinados a aumentar a 370 millones en el año 2050, cuando se contarán entre ellos 2,2 millones de centenarios.


(2) Los últimos estudios de las Naciones Unidas están modificando —tendiendo siempre a la baja— las previsiones sobre el aumento de la población en las próximas décadas. El FNUAP (Fondo de Población de las Naciones Unidas), en su informe sobre el estado de la población mundial de 1998, confirma esa parálisis demográfica. Sólo en un número muy reducido de países de África sigue siendo elevada la natalidad. En las otras partes —de Asia hasta América Latina— la tasa de natalidad va moderando el paso cada vez más.


(3) La aplicación de estos principios, la quinta revisión del Plan internacional de acción, así como la revisión de la estrategia adoptada en 1992 por la Asamblea de las Naciones Unidas, constituyen los  "Objetivos globales relativos al envejecimiento para el año 2001".


La unidad de México en sus símbolos

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

«Crecen con la  unión los pequeños imperios;
húndense con la discordia los mayores»

 

La historia de México está llena de altibajos donde el problema de la unidad siempre fue un factor clave para el logro de objetivos. Nuestro país es la suma de dos razas, de dos culturas, de dos visiones de la vida; por un lado los indígenas nativos de América y por otro los Europeos que llegaron a conquistar tierras para su rey. Hoy no podemos considerarnos ni uno ni otro, somos un pueblo distinto que recoge cosas buenas y malas de ambos mundos.

El primer "símbolo de unidad" que define al mexicano es indiscutiblemente la Virgen de Guadalupe ya que conjunta en su imagen a una mujer morena, lo cual causa simpatía a los indígenas al identificarla con una de sus diosas, y es aparte un milagro desde el punto de vista religioso, con lo que los españoles y criollos se sienten identificados; y para el mexicano un símbolo de esa maternidad tan arraigada que nos caracteriza. Durante muchos años utilizaron los sacerdotes esta imagen en su labor de evangelización por todo el continente durante la época de la colonia.

En 1821 el comandante de las fuerzas realistas Agustín de Iturbide se da un simbólico abrazo con Vicente Guerrero, general insurgente, fruto de esta unión se acuerda que la Nueva España debe liberarse de la madre patria y comenzar a escribir su historia como nación independiente. En ese histórico momento existe unidad y concordia en torno a la idea de "México". Sabemos que Iturbide mandó hacer una bandera "trigarante" que representaba las tres garantías (valga la redundancia) que ofrecía: Verde: Independencia de la patria mexicana, Blanco: Religión católica como la oficial del imperio, Rojo: Unión de las provincias que conformaban la incipiente nación mexicana.

La bandera trigarante fue sustituida el 2 de noviembre de 1821 por una bandera de franjas verticales de los mismos colores y el mismo orden, en medio de esta bandera aparece un águila coronada devorando una serpiente. Este escudo proviene de la historia indígena acerca de la fundación de Tenochtitlán, cuando los líderes aztecas ven un águila similar en un islote en el lago de Texcoco y deciden que ahí han de establecerse

El escudo con el águila fue utilizado por primera vez en un estandarte del General José María Morelos y Pavón.

En esta nueva bandera tricolor escudada por un águila volvemos a observar la unión de las dos culturas nombradas en el primer párrafo. La bandera tricolor se ha mantenido igual a lo largo de los años, lo único que ha cambiado es el escudo, al que se le desproveyó de la corona, se le colocaron dos ramas: una de laurel y la otra de encino, se puso al águila sobre un nopal y finalmente en vez de encontrarse de frente con las alas desplegadas se le colocó de perfil y apunto de emprender el vuelo. Los últimos cambios se realizaron en 1968 durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz.

Durante el siglo XIX México permaneció en una época de constantes guerras internas y de dos intervenciones extranjeras (Francia y Estados Unidos), todo debido a una constante lucha entre dos grupos: conservadores y liberales; dos proyectos de nación distintos diríamos hoy. Fue en esta época que encontramos a Antonio López de Santa Anna, un general que logró colarse hasta la presidencia de la República, muchos historiadores lo han juzgado como adicto al poder hasta el extremo de proclamarse "alteza serenísima", sin embargo no podemos negar que este caudillo llegó a ser el punto de unión entre conservadores y liberales por lo que alcanzó mucho poder.

Santa Anna, un tipo en mi opinión muy valiente pero bastante desconfiado, convenenciero, mujeriego y jugador (todo un prototipo de los malos políticos mexicanos), tuvo el gran acierto de mandar a hacer un concurso para darle a nuestro país un himno nacional con el afán de generar un sentimiento de unidad. Francisco González Bocanegra, poeta mexicano fue el creador de la letra y Jaime Nunó compositor español, aporto la melodía (sí, Jaime Nunó era español nacido en Gerona, España. González Bocanegra nació en la hermosa Zacatecas). El 16 de septiembre de 1854 se cantó por primera vez el himno en el teatro "Antonio López de Santa Anna" que posteriormente se llamó Teatro de la Ciudad de México.

Como dato curioso hay que resaltar que Santa Anna, además de ponerle su nombre al teatro, no pudo evitar la tentación de que le dedicaran de forma indirecta la IV Estrofa del himno que dice así: "Del guerrero inmortal de Zempoala te defienda la espada terrible, y sostiene su brazo invencible tu sagrado pendón tricolor; él será el feliz mexicano en la paz y en la guerra el caudillo, porque él supo sus armas de brillo circundar en los campos de honor". A Santa Anna se le llamaba el "guerrero de Zempoala" por una gran batalla que ganó en esa demarcación.

El orgullo de ser mexicano proviene de estar concientes de todo lo que este generoso suelo nos ha entregado y trabajar por el bien de nuestro país. Para esto es necesario que estemos todos unidos en la misma idea que unió a Iturbide y a Guerrero: "México".

 

 


La vida.- Querien Vangal
Para el que tiene un amigo, no existe la soledad.
 
Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
 
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas...
 
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
 
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...
 
Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...
 
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...
 
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
 
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
 
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
 
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
 
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las veamos.
 
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
 
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
 
Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...
 
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
 
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...
 
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
 
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
 
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
 
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en tí de lo que supones.
 
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.
 
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.
 
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo...
 
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
 
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
 
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
 
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
 
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
 
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.
 

La vida es demasiado breve para ser mediocre

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Que la vida es breve, lo sabemos todos; quizá los jóvenes se imaginan que sí es larga, pero a la medida que pasan los años va penetrando en la mente la irrefutable sensación de que los años pasan, vuelan y no retornan.

Cuando una persona es abuelo por primera vez, es agridulce sorpresa, dulce por el nieto, agrio por lo de abuelo; pero... no hay más remedio que aceptarlo.

Ante esta realidad de la brevedad de la vida, muchos toman sus precauciones, se apresuran desde la juventud a sacarle jugo a la vida; creen con fe ciega que esa es la mejor forma de aprovechar la juventud; y en realidad hacen una sola cosa, dedicar los primeros años de la vida a hacer infeliz el resto de ella, hacen alianza con el vicio: la botella, la droga, el sexo, uno de ellos o los tres a la vez..., mejor los tres que uno; se triplica el placer.

No es infrecuente en estos jóvenes la pereza y el abandono en el estudio, la ligereza e inmadurez en el amor con toda clase de experiencias y el abandono de los restos de fe y valores morales de la infancia. La "ley", es el "placer"; a más placer más vida. Si uno es avanzado en años suele apresurarse aun más que los jóvenes, porque piensa: 'Estoy haciéndome viejo y no he disfrutado lo suficiente; comamos y bebamos, que mañana moriremos', en el famoso adagio latino "Carpe diem": "Sácale jugo a la vida"... Y dicho y hecho, se dan prisa en apurar las copas, porque la fiesta se acaba.

Pero algunos piensan que la vida es demasiado breve para ser pequeña, para ser mediocre; ellos también tienen prisa, pero otra clase de prisa y afán, y por eso, desde la misma juventud ponen las bases para hacer constructivo el resto de esa vida. No esperan a ser adultos para sentar cabeza y así: Aprietan en el estudio, aunque les llamen mataditos; no juegan con el amor, porque saben que se queman; no dan un puntapié a sus valores morales, porque saben que los necesitan. Si al llegar a la madurez se percatan de que van rezagados, aprietan el paso porque les queda menos tiempo para hacer algo grande en este mundo.

Y si han llegado a la tercera edad, y ven su tarea bastante incumplida en esta vida, se apresuran a hacer y completar lo que no hicieron en la juventud y en la madurez, porque saben, porque ven que ya no tendrán más tiempo y que, ahora o nunca.

Cuando llegan al final de la vida lo que se dieron prisa en divertirse y nada más, y los que se dieron prisa en cumplir su misión, ambos, miran hacia atrás; uno para decirse a sí mismo: 'Más me valiera no haber nacido', el otro para decir: 'Valió la pena vivir'.

La vida es breve, para ti, para mí, para todos... ¿Cuál es tu prisa? ¿"Carpe diem" o "aprovecha el tiempo" porque la vida es demasiado breve para ser mediocre?

Si la vida es breve y además la maltratas, eres un pobre hombre. Se vive una vez, se cumplen quince años sólo una vez. Tú sabrás lo que haces con esa pequeña vida.


La vida más allá del Campeonato Mundial


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El paraíso perdido.- Recién llegado el ser humano a la vida creada por Dios, perdió por su propia libertad, la perpetua posibilidad de disfrutar su armonía con la naturaleza, gozar el amor humano, y vivir la gracia de su perfecta comunión con Dios, en consecuencia la humanidad asume el trabajo como una ocupación forzosa, vive los desastres del poder y la esclavitud, y ve que su vida diaria es una permanente rutina. Desde entonces era tras era, de edad en edad, y de tiempo en tiempo, expresa en memorables ocasiones, el anhelo de vivir de nuevo aquella felicidad; y uno de los medios que la naturaleza humana se da la licitud para "vivir como si" se estuviera inmerso en aquella felicidad extraviada, es el juego, y en el juego el deporte, dentro del deporte el fútbol, y gracias a éste la fiesta de su Copa Mundial.

 

El fútbol un fenómeno genuinamente humano.- Nadie se escapa de la gran fascinación que provoca el encuentro mundial de fútbol que tiene lugar en Alemania por estos días, tampoco sería de extrañarse por la forma como en el año 1978, cuando el mundo vivía un entusiasmo similar para presenciar el desarrollo de la XI Copa Mundial de Fútbol que tuvo lugar en Argentina, el entonces Obispo de Munich, Joseph Ratzinger abordó el tema en un mensaje radiofónico (1), que luego fue llevado como parte de un libro que recoge varios escritos del autor (2). En este breve comentario, el ahora Líder de la espiritualidad católica, se refirió al fútbol como un deporte que "se ha convertido en un acontecimiento universal que une a los hombres de todo el mundo por encima de las fronteras nacionales, con un mismo sentir, con idénticas ilusiones, temores, pasiones y alegrías. Todo esto nos revela que nos encontramos frente a un fenómeno genuinamente humano" (3).

 

Perspectiva teológica del deporte.- En virtud de ello no es de extrañarnos por la manera en que la teología contemporánea (4) viene abordando el tema global del deporte, que busca encontrar términos de referencias para entender no sólo su aspecto antropológico, sino también el sentido trascendente de esta actividad.

Ratzinger aporta, a la manera suya, una forma de abordar el tema de la fascinación por el fútbol, preguntando por su naturaleza lúdica que también vale para el fenómeno global del deporte: ¿Por qué el hombre se siente fascinado por este juego?, aunque no la descarta del todo, el actual Benedicto XVI, partió de una posible respuesta que consideró pesimista, puesto que ella diría algo así como que esa atracción por el juego es "una repetición más de lo que ya se experimentó en la antigua Roma: pan y circo; panem et circenses" ; no obstante la oscuridad de la posible respuesta, Ratzinger la toma en cuanta para elaborar una nueva cuestión: "¿y a qué se debe semejante fascinación, que lleva poner el juego junto al pan, y a darle la misma importancia?".

 

El fútbol como un anhelo del paraíso.- Es entonces cuando nuestro teólogo ofrece un horizonte de interpretación teológica del deporte, al iniciar su respuesta en estos términos: "aquel grito que pedía 'pan y juego' era la expresión del deseo de una vida paradisíaca. En este sentido, el juego se presenta como una especie de regreso al hogar primero, al paraíso; como una escapatoria de la existencia cotidiana, con su dureza esclavizante. Sin embargo el juego tiene, sobre todo en los niños, un sentido distinto: es un entrenamiento para la vida.".

 

En gran parte de los interpretes del juego, tales como en Hans/-George Gadamer (5), Johan Huizinga (6), Jean Duvignaud (7), Roger Callois (8), y también en Ortega y Gasset (9), subsiste la idea del juego como instante de libertad, placer y felicidad; pero conviene distinguir la perspectiva teológica de Ratzinger al resaltar la urgencia del juego, como expresión del "anhelo del paraíso". En el fútbol, en cuanto juego, el ser humano se permite ensayar la vida a la manera como fue creado por Dios y puesto en el Paraíso, ensayo que le permite autodisciplinarse, "le enseña a cooperar con los demás dentro de un equipo, mostrándole como enfrentarse con los otros de una forma noble".

 

Fascinación por el fútbol.- Ahí es donde, según Ratzinger, radica la fascinación por el fútbol, en el sustrato lúdico que retorna - decimos nosotros, ilusoriamente (10) - al Edén, en el espíritu de cooperación en equipo, en una confrontación noble ajustada a normas, y en el pacto por someterse a sus resultados.

 

También los espectadores participan de esa urgencia por jugar el juego de ver jugar, es decir del espectáculo, incorporado a la expresión "circo". En el, "Al contemplarlo, los hombres se identifican con ese juego, haciendo suyo ese espíritu de colaboración y de confrontación leal con los demás", el aficionado confiere a los jugadores el poder de ser representados para poner en escena instantes de paraíso.

 

El Pan y el juego como alimentos de vida.- ¿Y porqué el fútbol puede ser puesto al mismo nivel que el pan?, cabe la posibilidad de apreciar, siguiendo a Ratzinger, esa misma base lúdica del fútbol, para entender semejante correlación. Si bien el hombre necesita del Pan para vivir, "Al pensar detenidamente en todo esto, se plantea la posibilidad de aprender a vivir con el espíritu del juego, porque la libertad del hombre se alimenta también de reglas y de autodisciplina".

 

Como un juego; en el que se mezcla además del anhelo por el paraíso, la ilusión, fantasía, reglas, libertad, cooperación, confrontación, azar, y resultado; el entonces obispo de Munich, advertía en 1978, como hoy gran parte de sociólogos del deporte, que "Desde luego, la seriedad sombría del dinero, unida a los intereses mercantiles, pueden echar todo esto a perder".

 

Al respecto conviene decir que la actual industrialización de la fascinación por el juego, que vivirá gran parte de la humanidad contemporánea en los próximos días, a la manera del Campeonato Mundial de fútbol, rompe como si fuera una pompa de jabón, aquella frágil burbuja lúdica en que se expresa el anhelo del paraíso, con el inminente retorno a la dura realidad cotidiana que había suspendido por instantes, pero que de todos modos, en ella los hombre y mujeres aprenderán "a vivir con el espíritu del juego, porque la libertad del hombre se alimenta también de reglas y de autodisciplina"

 

Una nueva forma de entender la vida.- La alocución radial de Joseph Ratzinger, concluye proponiendo que, "la visión de un mundo que vibra con el juego debiera servirnos para algo más que para entretenernos, porque si fuéramos al fondo de la cuestión, el juego podría mostrarnos una nueva forma de entender la vida". Por esto puede decirse que, pese al sombrío trasfondo de su industrialización, esta fiesta universal del fútbol, es una de las pocas hermosas expresiones universales que ha podido construir y conservar la civilización, y que sería una postura acorde con ese fenómeno "genuinamente humano", la de marcar, como solía decir el Papa Juan XXIII del deporte, "serenos paréntesis" (11), entre la rigurosidad de la vida presente, para disfrutar de la fiesta y la alegría del juego de la Copa Mundial 2006. Ahora bien: Queda por preguntar:

 

La vida más allá del Campeonato Mundial.- ¿Cómo asignar un sentido teológico del deporte, para encontrar de manera definitiva ese paraíso, que se anhela en el juego, y ver una nueva forma de entender la vida, más allá de la victoria o la derrota deportiva? Sería una cuestión para los nuevos teólogos del deporte.


Lamentable realidad

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Hay dos géneros de corrupción: uno cuando el pueblo
no observa las leyes, y el otro cuando el pueblo es
corrompido por las leyes, mal incurable ya que radica
en el único remedio que el mal tendría.

 

 

Cada año se producen los indicadores con que los organismos internacionales van midiendo el comportamiento de los países en las diferentes áreas socio-económicas.  Así nos llegan las tristes ---para nosotros los mexicanos desde luego--- cifras de que en educación estamos en los últimos lugares y que en corrupción somos de los más destacados.  Dos áreas que están vinculadas.

En cuanto a la educación, los "especialistas" dicen que para superar el rezago se debe gastar cuando menos el 8% del PIB.  Los legisladores se agarran a las greñas por lo mismo, se hacen los ajustes al presupuesto nacional para dicho objeto, pero después de todo ese "bla, bla, bla" resulta que vamos de mal en peor.

Yo no soy "especialista", soy un ciudadano común y corriente, pero me atrevo a asegurar, sin temor a equivocarme, que así se gaste todo el oro del mundo, jamás saldremos adelante mientras tengamos, como actor principal, a ese gremio maldito que son los maestros de México dominando la escena como grandes y omnipotentes dueños de la educación en nuestro país.  El día que se cambie de raíz ese gremio, entonces, y sólo entonces, estaremos en condiciones de empezar a mejorar en ese rubro.

No dudo que en el seno de ese gremio haya gente buena, pero sus voces no se oyen, se mantienen sumisos, no se dan cuenta  que con su actitud se convierten en cómplices.

Ya se convirtió en costumbre ---maldita costumbre--- que año con año se paralizan las actividades educativas, así miles de niños, nuestros niños que son nuestro tesoro más preciado, pierden días y días sin escuela, y eso es un crimen de Lesa Patria. ¡AH!, pero los maestros (¿) siguen en "pie de lucha" tratando de acabar con el país, al fin ---dicen ellos--- es su derecho. Paros, plantones, marchas, bloqueos, ¡qué sé yo!, en donde se aprecian actitudes de salvajes, que más parecen orangutanes (con perdón de los orangutanes) que maestros.  Si esos salvajes son los mentores de nuestros niños y jóvenes estudiantes, pregunto ¿qué podemos esperar? Y estarán de acuerdo conmigo que, así se gaste lo que se gaste, todo se va a un pozo sin fondo.

Lejos está cuando el maestro era toda una institución, era un verdadero apóstol, qué esperanza que faltara un día a cumplir con su deber: enseñar a los niños.  El insigne prócer de la educación, el Maestro de América José Vasconcelos debe estar dándose vueltas en su tumba y llorando de tristeza.

Por otra parte, el cáncer de la sociedad mexicana: la corrupción ---hipervinculada con la educación--- nos está carcomiendo lenta pero inexorablemente, al grado de que ya se están corriendo apuestas con relación al vaticinio del tiempo que tardaremos en caducar.  Y esto no es exageración, en plan de ejercicio medite usted en los ámbitos en que esté metida, en mayor o menor grado, la corrupción; después haga usted una evaluación de cuantos habitantes están tocados por ese cáncer.

Sin temor a equivocarme, usted encontrará que la corrupción está metida en todo y que todos, sin excepción, estamos salpicados en mayor o menor grado.  Lo más común: mordidas, sobornos, adquisición de artículos piratas o de contrabando.  Dígame con absoluta franqueza: ¿Quién está libre de pecado?, ¿Usted cree que haya quien lance la primero piedra?   Y ya ni nos metamos a otros ámbitos, sobre todo el oficial, porque, aparte del asco que da hasta de escribirlo, necesitaríamos mucho espacio para hacerlo, y en esto incluyo a los líderes sindicales ---corruptos sin excepción--- y sus camarillas, que son los que mangonean a los sumisos y pasivos agremiados, ¿o no maestros?

A los que impacta más la deshonestidad e incompetencia de los maestros es obviamente a los que menos recursos tienen ---que son los más---, pues es precisamente ese sector el usuario preferente de la educación pública, en donde son amos y señores los citados "profesionistas".  El sector de la sociedad que puede pagar educación privada ---son los menos--- obviamente terminan mejor preparados y por lógica son los destinados a ocupar las mejores ofertas en el mercado del trabajo.  Pero a los maestros eso no les importa, ¡qué les va a importar!, a ellos lo único que les importa es holgazanear y hacer borlotes dizque para reclamar sus "derechos", ¡AH!, pero nunca hablan de obligaciones.

Mientras nosotros nos podrimos en esa nata hedionda que es la corrupción y nos rezagamos a pasos agigantados en educación, otros países que vivieron siglos de atraso, como China, la India y Sur-Corea nos rebasan veloces y nos dejan pero muy atrás.  O será que finalmente ya estamos viviendo nuestra caducidad.

 Ahora que andan en campaña los aspirantes a la silla presidencial afloran los discursos cargados de demagogia.  Ofrecen el oro y el moro sin sustento alguno, sus paniaguados los aplauden a rabiar, el pueblo canta: EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO, pero no se dan cuenta ---o no quieren darse cuenta— que ya estamos vencidos, ya depredamos a nuestro otrora rico país.  Al grito eufórico de SI SE PUEDE yo digo: SI, YA SE PUDO ACABAR CON TODO, triste realidad.

 

 

 

 


Las 8 precauciones para proteger tu matrimonio de la infidelidad

 

Querien Vangal

 

 

En un país como España, en que las rupturas aumentan un 10% cada año, más vale blindar nuestras relaciones con inteligencia y prevenir.

Cada vez es más evidente que nuestra sociedad es especialmente hostil contra el matrimonio. No basta con "quererse". La misma noción de fidelidad y compromiso es sacudida por las prácticas de nuestro entorno y por leyes en las que, como se ha señalado, estamos obligados a mantener nuestro móvil al menos 6 meses mientras que podemos divorciarnos a los 3 meses de casados.

En 2005 hubo en España casi 140.000 rupturas matrimoniales, entre divorcios y separaciones, un 10% más que en el año anterior. En 7 años, de seguir este ritmo, habrá el doble de rupturas.

Lo peor del divorcio es que, como el suicidio, es contagioso. Cuando se han divorciado ya un par de parientes, hermanos, primos cercanos, y nadie parece haberse muerto de ello, es fácil asumirlo como "otra opción". Una pareja joven en crisis cada vez tiene menos ejemplos a los que mirar, ejemplos de matrimonios jóvenes, firmes y alegres.

Peor aún, en nuestra sociedad apresurada hay pocos espacios y así ningún tiempo para compartir nuestra intimidad con nuestro cónyuge e incluso con algún amigo o pariente muy cercano. Por eso es especialmente peligroso cuando se presenta la ocasión con alguna persona que empieza a ocupar el espacio que debería ocupar nuestro cónyuge.

"Hay un papá de estar en casa en nuestro vecindario que se ha convertido en mi mejor amigo", le decía una joven madre a Jill Savage, fundadora de Hearts at Home, un servicio para animar a las madres que se quedan en casa a ser cada vez "más profesionales". Jill enseguida se preocupó mientras escuchaba a la entusiasmada madre.

"Vamos juntos con los niños al parque, a comprar, incluso cocinamos juntos una vez al mes; es un gran tipo", decía la mujer. "Es evidente que ella no tenía ni idea del peligro de esta situación aparentemente inofensiva", escribió luego Jill Savage en un artículo. "La historia es siempre la misma: el cónyuge infiel desarrolló una relación que empezó como una inocente amistad, con alguien al que poder hablar, alguien que le escuchaba, que se preocupaba".

En una sociedad especialmente hostil, es importante proteger el matrimonio con una atención especialmente fuerte. "Cada uno es tentado por sus propios deseos que le atraen y seducen; estos deseos, una vez concebidos, engendran el pecado, y el pecado, una vez crecido, engendra la muerte", cita Jill la Carta de Santiago 1, 14-15.

"Necesitamos plantar un seto de protección alrededor de nuestro matrimonio, es decir, tomar decisiones ya, por adelantado, que mantengan la tentación lejos y hagan del matrimonio una prioridad", recomienda Jill como asesora familiar y matrimonial. En concreto, ella recomienda 8 precauciones para proteger la relación.

 

Precaución 1: Elige sabiamente. Evita pasar tiempo innecesario con alguien del sexo opuesto. Por ejemplo, si buscas un entrenador personal en el gimnasio, elige mejor a alguien del mismo sexo que tú.

 

Precaución 2: Comparte sabiamente. Si un día te das cuenta de que estás compartiendo con alguien secretos e intimidades sobre ti y tu matrimonio que no ha compartido con tu esposo o que no lo haría, eso es una señal de alerta. Un lío emocional con alguien, incluso si no llega a ser sexual, también puede hacer mucho daño a la relación.

 

Precaución 3: Procura estar en sitios públicos. Haz el propósito de no citarte a solas con alguien del otro sexo. Si un compañero te invita a comer o a que le acompañes haz que venga una tercera persona. No titubees en explicarle, si hace falta, que así lo has acordado con tu cónyuge. Puede servir para dar ejemplo.

 

Precaución 4: No seas inocente. La mayor parte de la gente que termina teniendo un lío no quería tenerlo; la infidelidad empieza como una relación inocente que termina alcanzando una profundidad emocional que cruza la línea de la fidelidad.

 

Precaución 5: Aumenta tu inversión en hogar. Los matrimonios fuertes se consiguen pasando tiempo juntos, riendo juntos, jugando juntos. Si no tienes citas con tu pareja, planea ya citas para los meses que vienen y haz que pasar tiempo juntos sea una prioridad

 

Precaución 6: Presta atención a lo que piensas. Si todo el día estás pensando en los fallos de tu cónyuge, si el tiempo que dedicas a pensar en él o ella se centra en defectos y reproches, es fácil que cualquier otra persona pueda parecerte mejor y te atraiga. Haz una lista por escrito de los puntos fuertes que inicialmente te atrajeron de tu pareja. Aumenta el animar y apoyar y disminuye las críticas.

 

Precaución 7: No juegues a comparar. Todos tenemos malas costumbres, manías y errores. Es muy tramposo comparar a tu esposa o esposo con un nuevo conocido, porque al recién llegado no lo estamos viendo en el mundo real, en el mundo de compartir techo, cuidar niños a las tres de la mañana, cuadrar cuentas, etc...

 

Precaución 8: Busca ayuda. Buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad. Busca ayuda quien está dispuesta a presentar batalla, es un primer paso de fuerza. Un terapeuta familiar cristiano, un buen consejero, etc... te darán una perspectiva serena, valiosa, para establecer nuevas estrategias para proteger o defender o reconstruir tu matrimonio.


Las espinas del puercoespín....lastiman

 

Querien Vangal



Durante la Era Glacial, muchos animales morían por causa del frío.

Los Puercos Espín, percibiendo esta situación, acordaron vivir en grupo, así se daban abrigo y se protegían mutuamente.

Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente a aquellos que le brindaban calor. Y, por eso, se separaban unos de otros.

Pero volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: o desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos.

Con sabiduría, decidieron volver y vivir juntos. Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del otro y ¡sobrevivieron!!!



La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas (no existen), es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos.


Las fábulas Eduardo Galeano

Querien Vangal


Proverbios

Un viejo proverbio enseña que mejor que dar pescado es enseñar a pescar.

El obispo Pedro Casaldáliga, que no nació en América pero la conoce por dentro, dice que sí, que eso está muy bien, muy buena idea, pero ¿qué pasa si nos envenenan el río? ¿O si alguien compra el río, que era de todos, y nos prohíbe pescar? O sea: ¿qué pasa si pasa lo que está pasando?

La educación no alcanza.

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Armada mía

Juan Antonio Medina estaba sentado en su casa, viendo televisión.

La publicidad no le había merecido nunca una opinión muy favorable, que digamos; pero escuchó un anuncio que se abría con una frase que no estaba nada mal:

-- Mujer amada es mujer segura.

Las imágenes que seguían eran revólveres y pistolas de menudo tamaño, dagas de resorte, pulverizadores que dejaban al enemigo frito en el suelo y otros adminículos portátiles, de tamaño adecuado para la cartera de la dama en tiempos difíciles.

Entonces, Juan Antonio se dio cuenta de que había escuchado mal. El anuncio había dicho:

-- Mujer armada es mujer segura.

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La comunidad internacional

El pollo, el pato, el pavo, el faisán, la codorniz y la perdiz fueron convocados y viajaron hasta la cumbre.

El cocinero del rey les dio la bienvenida:

-- Os he llamado —explicó—- para que me digáis con qué salsa queréis ser comidos.

Una de las aves se atrevió a decir:

-- Yo no quiero ser comida de ninguna manera.

Y el cocinero puso las cosas en su lugar:

-- Eso está fuera de la cuestión.

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El experto internacional

Escuché esta historia en diversos lugares, atribuida a diferentes personas, por lo que sospecho que cualquier parecido con la realidad ha de ser mera coincidencia.

He aquí la versión que recibí en la Dominicana.

Piaban los niños y los pollitos alrededor de doña María de las Mercedes, quien, cloqueando, arrojaba granos de maíz a sus gallinas. En eso estaba ella, aquel día como todos los días, cuando un automóvil emergió, resplandeciente, desde una nube de polvo en el camino que venía de Santo Domingo.

Un señor de traje y corbata, maletín en mano, le preguntó:

-- Si yo le digo, exactamente, cuántas gallinas tiene, ¿usted me da una?

Ella hizo una mueca de conformidad.

Y acto seguido él encendió su computadora Pentium IV de l.5 GB, activó el GPS, se conectó por teléfono celular con el sistema de fotos satelitales y puso en funcionamiento el contador de pixels:

-- Usted tiene ciento treinta y dos gallinas.

Y atrapó una y la apretó entre los brazos.

Entonces, doña María de las Mercedes Holmes le preguntó:

-- Si yo le digo en qué trabaja usted, ¿me devuelve la gallina?

Él hizo una mueca de conformidad.

Y ella dijo:

-- Usted es un experto de una organización internacional.

Recuperó su gallina y explicó que era fácil, cualquiera se daba cuenta:

-- Usted vino sin que nadie lo llamara, se metió en mi gallinero sin pedir permiso, me dijo algo que yo ya sabía y me cobró por eso.

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Costumbres

Un candidato de las fuerzas de izquierda llegó al pueblo de San Ignacio, en Honduras, durante la campaña electoral de 1997.

El orador trepó a la escalera que hacía las veces de estrado y ante el escaso público proclamó que la izquierda no soborna al pueblo, no vende favores a cambio de votos:
-- ¡Nosotros no damos comida! ¡No damos empleos! ¡No damos dinero!

-- ¿Y qué mierda dan, entonces? preguntó un borrachito, recién despertado de su siesta bajo un árbol de la plaza.

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Tradiciones

La palabra y el acto no se habían encontrado nunca.

Cuando la palabra decía sí, el acto hacía no.

Cuando la palabra decía no, el acto hacía sí.

Cuando la palabra decía más o menos, el acto hacía menos o más.

Un día, la palabra y el acto se cruzaron en la calle.

Como no se conocían, no se reconocieron.

Como no se reconocieron, no se saludaron.

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Rumbos

Andaba yo perdido en las calles de Cádiz, por obra y gracia de mi agudo sentido de la desorientación, cuando un buen hombre me salvó.

Él me indicó cómo llegar al mercado viejo, y a cualquier otro destino en los caminos del mundo:

-- Tú haz lo que la calle te diga.

Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor de 'Las venas abiertas de América Latina' y 'Memorias del fuego'.


Las guerras internas

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

América Latina es la región de Sísifo, el personaje de la mitología griega que estaba condenado eternamente a subir una pesada roca hasta la cumbre de una montaña, a verla caer y a volver, así "per saecula saeculorum ".  Nosotros pertenecemos al mundo de la repetición, de las refundaciones.  Tenemos la costumbre maldita de partir de cero a cada rato.  Pereciera que México y Chile podrían ser la excepción, pero no hay que cantar victoria todavía.  Hemos sido buenos en épocas pasadas y ahora mismo para llegar al umbral del desarrollo, pero no hemos conseguido pasarlo.  En todo caso, llegar al umbral del progreso social, económico de todo orden, es quizás menos triste que llegar al desarrollo y empezar después a subdesarrollarse, como también ha ocurrido en nuestra complicada región.

El escritor chileno Jorge Edwards, de larga trayectoria y experiencia, cuenta que se ha asomado muchas veces al mundo brasileño.  Con buenos guías, con los mejores mentores, con explicaciones inmejorables.  Recientemente llegó de nuevo a la ciudad de Sao Paulo, después de largos años, y ya había estallado la guerra entre el crimen organizado, el llamado PCC, y la policía.   Sao Paulo es uno de los monstruos urbanos de la época moderna y la guerra siempre ocurrirá en otra parte. 

«En el viaje entre el aeropuerto internacional y la ciudad, aparte de un atasco monstruoso de tráfico, de las filas de vehículos detenidos en los grandes puentes, alcanzo a divisar una columna de humo negro en un lugar no demasiado lejano».  Le explicaron que era el efecto de una bomba incendiaria en un cuartel policial de los alrededores.  Se lo explicaron sin dramatizar demasiado, como si se tratara de un desastre natural, de una ventolera o de una tempestad eléctrica.

Cuenta que llegó a un hotel céntrico y salió a caminar un rato, de acuerdo con una antigua costumbre.  Pero pronto descubrió que la calle, a través de signos más bien imprecisos, lo invitaba a regresar a su refugio.  «Se puede uno alejar de los sujetos de aspecto peligroso y cruzar las esquinas con precauciones, pero si uno, por razones de seguridad personal, se ve en la necesidad de atravesar con las luces rojas, parece mejor abstenerse.  Regresé, pues, a paso de marcha, y me dediqué a recuperar el acento brasileño con sus inflexiones particulares, el "sotaque", en dos o tres programas de televisión».

«Había luchas campales, autobuses volcados e incendiados, presos que mostraban carteles subversivos y exhibían armas de fuego en las torres de las cárceles.  Las autoridades del estado y de la policía declaraban que todo estaba bajo control.  Los periodistas, por su lado, daban a veces la impresión de echarle leña al fuego.  A la mañana siguiente partí a la Universidad de Sao Paulo y no había el menor problema.

Apunta Edwards: «Con nuestra costumbre de ver a los estudiantes encapuchados que lanzan piedras y bombas molotov, como representantes de la mayor barbarie imaginable, el campus paulista era, por el contrario, el oasis perfecto.  Me hizo recordar algunos recintos universitarios de los Estados Unidos.  No era Yale ni Harvard, pero en más de algún sentido andaba cerca.  Y me permitió comprobar una vez más algo que he observado muchas veces y en diferentes épocas: que los brasileños saben mucho más del resto de América que nosotros de ellos.  En otras palabras, ellos saben al de nosotros y nosotros de ellos no sabemos nada».

Los brasileños convivieron con Alfonso Reyes, siguieron de cerca de Jorge Luís Borges, acogieron a Neruda en sus navegaciones y sus regresos.  Y han seguido esa historia hasta ahora.

Pablo Neruda solía decir algo más o menos divertido, pero en el fondo equivocado.  Decía que los poetas del Brasil eran "verdaderos sabios", insinuando que eso podía ser un inconveniente para escribir buena poesía.  Pero Goethe y Paul Valery también eran sabios, y en su época, a juzgar por el cúmulo de sus referencias clásicas, don Luís de Góngora también lo era, y Charles Baudelaire era un sabio a su extravagante modo.  Pero lo de Neruda era una anécdota y una broma, y lo decía sin mala sangre, con su sentido del humor habitual.  Y los brasileños, por su parte, se reían de buena gana.

«Salí en buenas condiciones de mi encuentro con los universitarios, profesores y alumnos, pero en la tarde ya no pude entrar al Instituto Cervantes, que me había invitado a dar una conferencia.  La gente había salido temprano de sus trabajos y había una cola de autobuses y automóviles que parecía detenida para la eternidad».

«Regresé a mi refugio, donde se realizaba un congreso, cuyo título, a esas alturas de la batalla de los suburbios, parecía irónico, "Democracia y Libertad", y me encerré a leer y descansar un rato.  Me asomé después por la ventana, desde mi piso 14, y me encontré con una ciudad de grandes rascacielos, de nubarrones negros y que se había quedado desierta: una ciudad electrizada y fantasmagórica, un escenario de teatro del futuro».

«En la televisión se hablaba de más de 40 policías muertos, de muertos del otro lado que ya pasaban de cien, de asaltos a cuarteles, a casas de funcionarios de los sistemas de seguridad, a depósitos de autobuses.  Y muchos de los entrevistados afirmaban con toda claridad que los policías estatales, en furiosa represalia, disparaban antes de hacer preguntas».

El viaje de Edwards de pocos días a Sao Paulo y Río de Janeiro fue intenso y muy interesante, lleno de episodios apasionantes e instructivos.  Para ser justo, debo decir que hubo muchos instantes de excitación, de asombro, y ninguno de verdadero miedo ni nada que se parezca.  La ciudad de Sao Paulo tiene alrededor de 22 millones de personas, el estado más de 40, y sus habitantes viven bajo la impresión constante de  que la extensión y la geografía constituyen el mejor resguardo.

«Los chilenos de épocas anteriores pensaban que en Chile nunca pasaba nada.  En Brasil siempre pasa algo, y mucho, pero en otra parte.  Hacia el final de los disturbios, por ejemplo, se supo que los presos de una cárcel habían degollado a un delincuente acusado de traición y habían exhibido su cabeza desde el techo, ensartada en una picota.  Pero, mientras esto ocurría, o quizás un poco rato más tarde, la sociedad paulista, los "gran finos", como antes se decía o se sigue diciendo, no estoy muy al tanto, bebían champaña de buena calidad en la inauguración de una extraordinaria muestra de Edgar Degas en el Museo de Arte Moderno».

En otras palabras, en uno de los techos del monstruo se podía leer una página de la Revolución Francesa y del Año del Terror; en otra parte, entre muros y terraplenes de arquitectura racional, se desarrollaba una escena del Proust de "El tiempo recobrado".

«Uno habla del presidente Lula en Chile y lo interpreta, quiéralo o no, con las coordenadas del presidencialismo y centralismo chilenos.  Pero quien llega Sao Paulo y a Río de Janeiro, y tiene la sensación inmediata de que el poder ejecutivo, Brasilia, la administración central del país, son entidades, fenómenos mucho muy lejanos»

Los detalles del estallido de la revuelta que empezaron a conocerse en México a los dos o tres días, para nosotros, para los equilibrados hábitos nuestros, parecían episodios dignos de la narrativa fantástica.

«El jefe de la facción criminal, de apodo "Marcola", es un hombre todavía joven, de más o menos buena figura, de leyenda donjuanesca, lo cual, desde luego, no le hace el menor daño, y que, por lo que se vio, dirige su organización desde la cárcel –también en Sao Paulo hace aire--  con la mayor eficacia.  Pocos días antes la policía había organizado una reunión reservada para discutir temas de seguridad.

En la citada reunión se había resuelto trasladar a Marcola a una calda bien vigilada y hacer algo parecido con los delincuentes principales.  Pues bien, la grabación de ese encuentro "privado" fue vendida al PCC por uno de los funcionarios encargados del audio en doscientos reales, equivalentes a unos mil pesos mexicanos.

Cuando el responsable del soborno fue interpelado, respondió que su sueldo mensual no era superior a los 600 dólares.  Estoy perfectamente justificado, pareció decir, y nadie se escandalizó más de la cuenta.

Otro detalle revelador fue la actitud del gobernador del estado.  En primera instancia, se opuso terminantemente a la intervención de las tropas federales.  En seguida, de acuerdo con testimonios concordantes, optó por negociar en secreto con las fuerzas del crimen.

Una de las concesiones que ellos solicitaban, al parecer, era contar en las cárceles con televisores de plasma para seguir el Campeonato Mundial que ya estaba próximo.  Ya ven ustedes.  No poder mirar una jugada de Ronaldo, un gol de Ronaldinho, en el país de Pelé, de los campeones múltiples, era un castigo no previsto por las leyes penales, de una crueldad probablemente innecesaria

Y como el gobernador del estado, Claudio Lembo, es de derecha, aliado del es gobernador y actual candidato presidencial Gerardo Alckmin, todos piensan que las violentas jornadas de Sao Paulo sirvieron para asegurar la próxima reelección de Ignacio "Lula" da Silva.

Era la "mayoría blanca perversa" enfrentada al "presidente obrero y padre de los pobres".  Así se dijo allá, al menos, y no estaría mal que comencemos a entender estas sutilezas.  Para entender el complicado universo latinoamericano de estos días.  De otra manera, las claves del rompecabezas regional, las salidas secretas del laberinto, nos fallan.

No cabe duda que, como bien apunta Edwards, estamos tan lejos geográficamente pero tan cerca en espíritu y costumbres.  Bien dicen los anglosajones que del Río Grande (Bravo) hasta la patagonia todos somos iguales.

 


"Las humanidades son totalmente prácticas"

Querien Vangal

 

 

¿Están en crisis las humanidades?

— Desde un punto de vista, la situación de las humanidades es mejor que nunca: hay más patrocinio para exposiciones, conciertos, investigación en historiología, lingüística, literatura, arte, arqueología... En todos los países existen ayudas gubernamentales para estas actividades. Además, se crean empresas que difunden a través de los medios de comunicación diferentes temas de valor humanístico. La educación también se beneficia, y actualmente recibe más dinero que nunca en la historia. Es obvio, por tanto, que los medios y las posibilidades de las humanidades son muy superiores en estos días que en cualquier otra época.

 

Las numerosas quejas que existen acerca de la decadencia de las humanidades, en consecuencia, no provienen de los escasos recursos, sino que tienen otro carácter. El principal problema es la falta de convicción y afición de los humanistas por su propia tarea: esto les hace incapaces de transmitir el saber humanístico, ya que no lo viven. Existen muchos humanistas que aspiran a encerrarse para investigar: se da una gran autosatisfacción con la propia tarea, en detrimento del amor al saber, que tiende, siempre, a transmitirse.

La tendencia actual al materialismo y la superficialidad, al "cortoplacismo" cobra mayor vigor por la falta de fuerza en la actividad humanística: no hay ejemplos que hagan cambiar esta actitud general.

¿Qué remedio propone?

— Los humanistas tienen que volver a creer en el hombre, recuperar la visión integradora característica de la concepción humanística. No se trata de una investigación sectorial, como la de las ciencias humanas, sino de una investigación parcial con la vista puesta en la totalidad. Es cierto que las ciencias humanas, bien hechas, son muy útiles, pero no es lo mismo que el espíritu humanístico, que se define por la búsqueda de la perfección humana, de la integración.

Siempre se han distinguido tres dimensiones fundamentales para la perfección del hombre: lo verdadero, lo bueno y lo bello. En el sistema educativo actual, sólo se cultiva la inteligencia, y no siempre bien. Los sentidos, sin embargo, están muy poco atendidos, tanto el sentido estético como el sentido ético, porque no se educa la voluntad. Son fallos de formación humanística muy graves. El modo de poner remedio a estos fallos pasa por tomarse en serio al hombre en su totalidad.

La segunda tarea que tienen los que se dedican a las humanidades es mostrar que son totalmente prácticas para el hombre: efectivamente, ante la sociedad no se hace visible su utilidad, que si bien no es productiva, sí que tiene un efecto más hondo y de mayor alcance, que influye y orienta las decisiones. La persona formada según el ideal de perfección humanístico está más capacitada para conseguir beneficios.

Tal vez para revitalizar las humanidades haya que cambiar las leyes de educación...

— Toda recuperación depende de que haya personas convencidas. Efectivamente, se puede legislar, pero, como ya dijo Horacio, de nada sirven las leyes sin las costumbres. Y sin hombres buenos, no hay costumbres buenas. La influencia de la legislación es menor de lo que creemos, y su efecto es mínimo.

Hay que favorecer la presencia influyente de las personas que creen en el valor de las humanidades y que saben: sólo ellos pueden hacer una transmisión vital del saber humanístico. Como he señalado, las leyes no logran nada, pero tampoco lo hacen los escritos: no consiguen mover como lo hace el ejemplo.

Este es otro error del humanismo contemporáneo: sobrevalorar lo escrito y minusvalorar el diálogo personal. Obviamente, se trata de un porcentaje: es necesario publicar, pero sin que se resienta por ello el diálogo. Además, cuando se publica mucho, como se hace ahora, es fácil que no todo tenga la profundidad y la calidad que se merece. Los humanistas, actualmente, ambicionan ante todo el reconocimiento público de sus escritos mediante premios y compensaciones económicas y se olvidan del consejo de Platón: es más importante escribir en las almas, mediante las ideas, el ejemplo y el trato.

¿Qué impronta social tiene el espíritu humanístico? ¿Cuál es su lugar?

— El espíritu humanístico es una visión amplia, que los gobiernos actuales no tienen. La verdadera política es un humanismo práctico: tradicionalmente se ha considerado un arte noble, la encarnación de una idea. Sin embargo, los políticos contemporáneos también han caído en el "cortoplacismo" y la superficialidad: no saben, y no pueden hacer un humanismo vivo.

Esta visión es integradora: procura colocar en su sitio cada actividad humana, cada saber, que sólo es verdadero en su sitio, orientado hacia el bien del hombre. La división entre ciencias y letras no corresponde al espíritu humanístico. El humanista ha de interesarse por las ciencias porque sabe cuál es su valía. Los científicos se quejan, con razón, de que los humanistas, que no saben de ciencia, les exigen saber de humanidades. Lógicamente, este conocimiento no tiene que ser exhaustivo, sino que tiene que dirigirse a lo fundamental y, sobre todo, a su apreciación como un saber humano. Es consecuente que el conocimiento científico-natural esté mal empleado, ya que los humanistas no han ayudado a dar la orientación precisa.

Hay que convencerse, y hacer saber, que el espíritu humanístico no es ornato del conocimiento, sino que es la savia.

 

 


Apuntes de Querien Vangal

 

Las mujeres representan el 51% de la población en México.

De acuerdo con resultados preliminares del II Conteo de Población y Vivienda 2005 del INEGI, la población que residía en el territorio mexicano, al 17 de octubre pasado, era de 103.1 millones de personas; de ellas, 53.0 millones son mujeres y 50.1 millones hombres, esto significa que en México hay 2.9 millones de mujeres más que hombres. En la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) realizada por el INEGI, el UNIFEM (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) y el Instituto Nacional de las Mujeres, sigue presentando un panorama oscuro para muchas mujeres.

 

 

El mayor problema que enfrenta la mujer mexicana es el de la violencia, 9 millones de mujeres la han sufrido.

Lo anterior queda al descubierto cuando los datos muestran que el mayor problema que enfrenta la mujer mexicana es la violencia pues poco más de 9 millones de mujeres de 15 años y más con pareja residente en el hogar sufren de violencia por parte de su compañero o esposo, lo que significa que aproximadamente una de cada dos mujeres que conviven con su cónyuge ha sido objeto de maltrato por parte de él.

La ENDIREH desglosa que de las mujeres que viven con su pareja en el mismo hogar, el 38.4% vivieron al menos una experiencia de violencia emocional, 29.3% de violencia económica, 9.3% de violencia física y 7.8% de violencia sexual. Considerando solamente a las mujeres que declararon haber sufrido algún incidente de violencia, se tiene que 29.5% declara padecer solamente violencia emocional.

 

Alrededor de una cuarta parte (26.3%) experimenta simultáneamente violencia emocional y económica. El 14.4% vive sólo violencia económica. El 8.8% padece una combinación de emocional, económica y física. El 6.3% declaró violencia emocional, económica y sexual, mientras que un 5.7% de las mujeres vive los cuatro tipos de violencia. Las mujeres más jóvenes, las que tienen al menos un hijo, las que tienen un nivel de escolaridad básico y las que viven en unión libre sufren en mayor medida actos de violencia por parte de su pareja.

Como consecuencia de la violencia, el 45.5% de las mujeres que la han vivido, han padecido tristeza, aflicción o depresión; 31.6% han tenido problemas nerviosos; 26.1% han sufrido angustia; 19.7% han mostrado falta de apetito; 18.6% han padecido insomnio y 14.2% han dejado de salir como resultado de los problemas con su esposo.

 

 

La mujer y su papel en México y en el mundo siguen avanzando
Hay áreas en las que la mujer ha ido obteniendo avances considerables, éstos son el trabajo, la educación y la participación política: 1. El 49.6% de las mexicanas desempeñan alguna actividad laboral remunerable. La ENDIREH reporta una preeminencia de 49.6% en las mujeres económicamente activas, esto quiere decir que realizan algún tipo de trabajo externo al hogar, en compatibilidad con éste. El 47.6% de las mujeres se dedican al trabajo en el hogar, y el 39.7% realizan otras actividades no económicas, como estudiar. Mientras tanto, según el INEGI en el año 2000 solo el 36.4% de las mujeres era económicamente activa.

 

2. Hoy el 27% de las mujeres mayores de 15 tienen estudios superiores a la secundaria. En 1970 el 4.9% de las mujeres tenía estudios superiores a secundaria, en 1995 el 20.5% y en 1997 el 20.2% 

 

3. Hoy en el Senado hay 15.6% de mujeres y 23.2% de diputadas. Los logros de las mujeres en espacios de participación política van creciendo. Hay que recordar que en 1952 solo el 0.6% de la Cámara de Diputados eran mujeres, en 1970 el 6.6%, En 1982 el 10.5%. En 1991 el 8.8% y en el año 2000 el 16%. Lo cual señala un crecimiento real de la participación en la política de las mujeres.

Lo importante es que la mujer se de cuenta del gran valor que tiene su aportación a la sociedad entendiendo su vocación. Esta mayor conquista de espacios los puede lograr sin necesidad de cuotas de género, sin "concesiones y regalos" para que pueda ocupar un puesto en la vida política, económica y social. La mujer debe continuar preparándose y exigiéndose al máximo para poder cumplir con su vocación y su esencia de ser mujer.

El hombre debe entender también la invaluable aportación que da la mujer a su entorno y en cualquier ámbito, para que comprendiendo esa participación cree junto con la mujer, y de forma complementaria, una nueva cultura de convivencia basada en la vocación de cada uno para enfrentar los nuevos retos de manera solidaria y en equipo.

El reto es que la mujer en mancuerna con el hombre, luche para tener los espacios necesarios para cumplir con su doble labor de madre y profesionista, a través de creación de esquemas de participación y trabajo que le permitan estar cerca de sus hijos, cuidarlos, educarlos y verlos crecer a la vez que aporta y se desarrolla en el trabajo profesional.
El reto también se encuentra en la creatividad y en una lucha con imaginación y no de confrontación. Como mujeres hay que exigir esquemas que hoy la tecnología nos permite implementar y como hombres promoverlos y apoyarlos: el trabajo desde casa, vía Internet o con guarderías dentro de las empresas.

El reto es que la mujer humanice su entorno con ese genio femenino que la caracteriza.

 


Lázaro Cárdenas del Río

El Tata de la Revolución

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Era michoacano, en una época que dominaron los sonorenses. Fue valiente y caballeroso en la guerra. Masón, anticatólico, un hombre de izquierda. Buscaba la reivindicación del campesino mexicano. Inició una política corporativista a gran escala para sustentar el poder de los gobiernos revolucionarios en México. Liquidó la propiedad latifundista de las haciendas, pero ató al ejidatario a la dependencia de la burocracia revolucionaria. Un político muy cercano a la gente sencilla. Un fundador del sistema político mexicano revolucionario, antidemocrático y corrupto. Lázaro Cárdenas, el Tata de la revolución.

 

Se inició muy joven en la revolución. Peleó contra los huertistas, villistas y zapatistas. Quedó a las órdenes del sonorense Plutarco Elías Calles. Luchó también contra bandidos comunes en su tierra, Michoacán. Estuvo a punto de capturar a Venustiano Carranza, pero un río crecido impidió que la muerte de don Venus se adjudicara a su persona. Fue nombrado gobernador de Michoacán. Sus prioridades eran dos: resolver el problema agrario e impulsar la educación. En su pensamiento ambas acciones iban de la mano: para él, la religión católica era responsable de la pobreza y la ignorancia de los mexicanos. Su solución era promover la colectivización de la tierra y desterrar la influencia católica de las escuelas. Para ello fundó la Confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo, una organización radical que fungió como su brazo político para implementar su programa agrario y educativo. Durante su gobierno michoacano recorrió incansablemente cada pueblo de su estado, y escuchó con paciencia lo que le decían las personas. Esta actitud, inédita en la mayoría de los políticos mexicanos, le granjeó un enorme respeto y afecto por parte de la gente sencilla. Creó "misiones culturales" con el propósito de "desfanatizar" y "desalcoholizar". Estas misiones usaban representaciones de teatro y enseñanza de algunos oficios para captar la atención de la gente. Fundó centros de enseñanza pedagógica para adoctrinar a los maestros en la ideología revolucionaria. Creó el Gran Rito Nacional, masonería un tanto distante de los ritos tradicionales, y procuró el acercamiento con los cristeros: en vez de la brutalidad, buscó el diálogo y la amnistía.

Fue presidente del Partido Nacional Revolucionario, Secretario de Gobernación y al fin, Presidente de la República. Su gira como candidato a la presidencia se caracterizó por su amplitud: siete meses, miles de kilómetros recorridos, y su cercanía con la gente. Llegando a la Presidencia echó del país al otrora Jefe Máximo de la Revolución, su amigo y antiguo jefe Plutarco Elías Calles. Dejó en claro que sus prioridades eran el reparto agrario a nivel nacional y una labor educativa que educara a las masas en el socialismo. Para romper la propiedad de las haciendas promovió la creación de ejidos, sin entregar la tierra a los campesinos, los cuales quedaron a merced de la burocracia agraria, a menudo corrupta e ineficiente. Para apuntalar su política generó un proceso de corporativismo controlado por el poder revolucionario, en el que los obreros y los campesinos se convirtieron en carne de cañón (y de urnas) del partido oficial. Al sobrevenir un conflicto laboral en el ámbito de las empresas extranjeras que explotaban el petróleo mexicano, Cárdenas las expropió. Al margen de los criterios económicos que aconsejaban o no dicha medida, lo cierto es que este gesto de soberanía frente al extranjero provocó un estallido de orgullo y satisfacción entre los mexicanos. Dada la terrible experiencia de México en materia de conflictos con el extranjero desde su independencia, los mexicanos percibieron la expropiación del petróleo como un episodio victorioso frente a la intervención extranjera. La segunda guerra mundial y la amistad de los Estados Unidos ayudaron a la conclusión favorable del conflicto petrolero.

Con la creación del Instituto Politécnico Nacional buscaba la formación de un profesionista técnico y vinculado con la transformación social de su país. Su pensamiento y acción revolucionaria alentaron el surgimiento de una oposición no revolucionaria que defendería la libertad política frente al control corporativista, la libertad económica frente al intervencionismo estatal, la libertad de conciencia frente a la ideología socialista: el Partido Acción Nacional.

Al dejar el poder siguió colaborando en puestos que le permitían estar en contacto con la gente de las comunidades rurales: Comisión de la cuenca del Tepalcatepetl, o la Mixteca oaxaqueña. Se dio tiempo para apoyar a Fidel Castro y su revolución cubana. Murió en 1970.

 

En un país como México, que llevó al poder a palurdos como Santa Anna, llenos de soberbia e ineptitud, la dignidad y respeto con que Cárdenas se acercó al pueblo de México es un valor que no se le puede regatear, al margen de que uno no comparta su ideología o su actividad política. Como a su antecesor por varios siglos, el obispo Vasco de Quiroga, la gente sencilla lo llamó, ironías de la vida, "Tata". "Padre".

 

 

 

 

 

 

Lee a Job

Querien Vangal

Ocurre que de pronto piensas que Dios te ha olvidado. Te asedian tantos problemas y no los puedes comprender. Quedas envuelto en un torbellino del que parece no existir una salida.

Recientemente pasé por algo parecido, y sentí una gran confusión. Procuraba estar tranquilo y confiar en Jesús.

Solía visitarlo en el Sagrario para quejarme... ¿Hasta cuando?...

Y oraba con el Salmo 6:
Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues si estás enojado.
Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme.
Aquí estoy sumamente perturbado, tú, Señor, ¿hasta cuando?...
Vuélvete a mí, Señor, salva mi vida, y líbrame por tu gran compasión.

 

Sentía entonces como si una voz interior me dijera: -Lee a Job.

-¿Job?- me dije extrañado.

Y fue lo que empecé a hacer, y lo que te recomiendo cuando no entiendas lo que te ocurre, y cuando sientas que no puedes más.

Mientras escribo, tengo frente a mí una Biblia. Está abierta en el libro de Job. Ahora se ha vuelto un amigo entrañable. Me ayudó a comprender las enseñanzas de Nuestro Señor. ¿Quiénes somos para quejarnos ante Dios? ¿Acaso pensamos ofrecer nuestros sufrimientos por la salvación de las almas? No somos dignos de nada. Todo es gracia de Dios. Job lo supo bien:

Reconozco que lo puedes todo, y que eres capaz de realizar todos tus proyectos. Hablé sin inteligencia de cosas que no conocía, de cosas extraordinarias, superiores a mí. Yo sólo te conocía de oídas; pero ahora te han visto mis ojos. Por eso retiro mis palabras y hago penitencia sobre el polvo y la ceniza.
(Job 42,2-6)

 

Comprendes de pronto lo pequeño e insignificante que eres ante la inmensidad y magnificencia de Dios.

Parece como si Dios mismo te llevara al límite, para probar tu fe, fortalecerla y hacerte comprender que sin él nada podemos.

Porque así como el oro se purifica en el fuego, así también los que agradan a Dios pasan por el crisol de la humillación. (Siracides 2,5)

 

A Él le agradan los hombres humildes, sencillos, rectos de corazón. Y nos enseña a ser como desea que seamos.

 


Lo que dura para siempre

 

Querien Vangal

 

 

¿Ves aquella estrella que brilla en lo más alto del cielo? Pues ya no existe. Quizá desapareció hace millones de años. Lo que ahora nos llega es la luz de un astro que fue muy hermoso, que pertenece al pasado, que ya no está en ningún sitio.

"¿Ya no existe? Pero si la vemos..." Tienes razón, pero hay cosas que vemos y que no existen, y hay cosas que no vemos pero que sí existen. Como las estrellas que ahora se forman en lugares muy lejanos de la tierra y que no han sido todavía observadas por los astrónomos, porque no ha llegado su luz hasta nosotros.

Los hombres somos así: nos gusta creer en aquello que vemos. A la vez, muchas veces no somos capaces de reconocer lo que no vemos.

Hay, además, realidades que son invisibles, pero más duraderas, más hermosas, más profundas, que las estrellas. O que el dinero, el poder, la belleza física, la fama, el placer.

El dinero se acaba, o se invierte mal. Incluso a veces nos arruina, pues nos permite dar rienda a caprichos que pueden destruirnos. El poder aguanta mientras uno está sano o tiene fuerza o tiene dinero o goza del apoyo de otros "poderosos" (tan débiles como uno, tan frágiles como una planta de trigo). La belleza se pierde: el o la modelo de hoy será mañana un recuerdo del pasado, quizá conservado en miles de fotografías, pero no por ello menos lleno de achaques y de penas.

La fama es igual: pasajera como el viento. Dura un tiempo, tal vez años. Luego, todo termina. Los aplausos cesan, las primeras páginas de los periódicos se fijan en otras caras, los comentarios miran a otro lado. El "famoso" queda arrinconado en las listas del olvido.

Y el placer, ¿hay algo más frágil que el placer? Hoy nos llenamos de emociones con un vaso de cerveza, con una aventura erótica barata, con el frenesí de la discoteca del fin de semana. Luego, un dolor de cabeza, un extraño sentimiento de vacío, la pena de no haber aprovechado el tiempo en otras cosas que "duran" más, en amores que sí valen la pena.

¿Hay algo que siempre dure, que no acabe? ¿Hay algo que sea más profundo que los placeres, más firme que la fama, más próspero que la riqueza, más brillante que las estrellas remotas?

En nuestros corazones descubrimos que late un espíritu, un alma inmortal. Capaz de conocer y de amar sin límites, capaz de darse y de imitar la vida del Dios que sabemos es bueno porque su esencia consiste en amar.

Hemos sido hechos más grandes que las estrellas, más ricos que el oro, más hermosos que la belleza de los campos, más profundos que las inmensidades del océano. Hemos sido hechos poco inferiores a los ángeles. Grandes porque en nosotros quedó impresa la imagen y semejanza de Dios. Grandes porque el Amor nos sacó de la nada y nos llamó a vivir cada día enamorados.

Las estrellas mueren poco a poco, quizá incluso tras millones de años de hermosura. Mi espíritu y el tuyo son indestructibles, llamados a vivir eternamente. Vale la pena cuidar ese tesoro recibido, vale la pena cualquier esfuerzo para llegar a la vida verdadera: la vida de quien se deja amar por Dios y ama con locura a sus hermanos.


LO QUE MÉXICO NECESITA

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Al Pueblo de México.

A los partidos políticos, autoridades electorales, Congreso, Poderes Judicial y Ejecutivo.

 

Nosotros los miembros de un foro apartidista de discusión política en Internet, ciudadanos mexicanos de todas las regiones del país, de diversas extracciones sociales y económicas y de muy variada forma de vida respetuosamente manifestamos:

 

Ø Que México es una sola nación y todos los mexicanos estamos unidos por lazos más fuertes que las ideologías y las corrientes políticas.

Ø Que los mexicanos no queremos que nos dividan y nos enfrenten. Que no necesitamos redentores ni salvadores y; sobre todo, que los mexicanos no necesitamos que nos defiendan ni de nosotros mismos ni de las fuerzas económicas, culturales y políticas que circulan por el mundo.

Ø Que somos un pueblo adulto, serio, responsable y consciente del momento histórico que vivimos y de las grandes y afrentosas diferencias que aún subsisten entre el nivel de vida de los mexicanos extremadamente ricos y los mexicanos extremadamente pobres en nuestro país.

Ø Que los mexicanos no queremos soluciones mágicas a nuestros problemas y que no "queremos que nos den ni que nos pongan donde hay". Solo pedimos que nos dejen trabajar.

Ø Que estamos decididos a terminar con estas injusticias y dar los pasos firmes y ordenados para que este país sea un país rico para todos y no solo para los muy ricos.

Ø Que creemos que la única forma de lograr este designio es creyendo y respetando las leyes, instituciones y procesos que nos han sido legados por dos siglos de lucha, con sus avances y retrocesos.

Ø Que sabemos que nuestro sistema no es perfecto pero estamos convencidos de que es perfectible siempre y cuando se mantenga la libertad, la autocrítica y el consenso como la única forma civilizada y constructiva de hacer que de las diferencias surjan los acuerdos y las coincidencias que nos permitan avanzar como nación ante el mundo.

Ø Que nos preocupa la polarización, la exageración y el engaño con el que sistemáticamente se nos ha venido tratando de dividir y de enfrentar.

Ø Que ya no estamos dispuestos a permitir que sean únicamente los actores políticos y las representaciones corporativistas de siempre quienes pretendan interpretar nuestro sentir y nuestro pensar y que no dejaremos que ya nadie use nuestras legítimas aspiraciones como bandera política para impulsar mezquinos intereses individuales o de grupo. 

 

Con estas preocupaciones en nuestras mentes y en nuestros corazones es que queremos manifestar lo siguiente:

 

 

México NO NECESITA más líderes políticos oportunistas, convenencieros y acomodaticios cuya ética y práctica política prima necesariamente los intereses de su grupo de apoyo en perjuicio del bien común de TODOS LOS MEXICANOS que supuestamente deberían de procurar en todo momento.

México NO NECESITA más representantes en el Congreso cuya agenda de corto plazo les dicta la conveniencia momentánea de bloquear iniciativas sólo para no tener que compartir el crédito de las reformas con algún partido opositor.

México NO NECESITA medios de comunicación que buscan más el escándalo y la confrontación que "hacen noticia" que la cobertura objetiva, descriptiva y explicativa de los sucesos políticos que supuestamente cubren.

 

México NO NECESITA sindicatos, grupos "de apoyo" y organizaciones no gubernamentales creadas ex profeso para servir de caja de resonancia a las irrazonables demandas antijurídicas de un grupo o partido político.

México NO NECESITA otra revolución para avanzar en el orden económico, cultural, social y político.

México NO NECESITA más desorden, parálisis y retraso con el consiguiente deterioro de las instituciones mientras el crimen organizado se fortalece y nuestros competidores en la economía mundial siguen su avance sin sobresaltos.

México NO NECESITA que lo salven ni que lo rescaten y; sobre todo, que los mexicanos no necesitamos que nos vengan a defender a los unos de los otros.

Es por esto que; de la manera más respetuosa le presentamos a la nación nuestra

 

Propuesta

 

 

Lo que México REALMENTE QUIERE Y NECESITA es renovar la confianza en sus instituciones que han sido irresponsablemente atacadas y lastimadas en su crédito público.

México NECESITA líderes políticos técnicamente capaces pero socialmente sensibles, íntegros, comprometidos con el país y con una visión de amplio espectro del alcance de los problemas del país y sus soluciones posibles buscando siempre y en todo momento el bien común por encima de los intereses de grupo o de clase sin importar cuales sean estos.

México NECESITA representantes en el Congreso informados, que entiendan realmente los problemas del país y que legislen con un sentido de responsabilidad histórica y conciencia de nación buscando que nuestro país avance por las vías del entendimiento, la concordia y la cooperación entre todos los actores y grupos sociales. 

Legisladores para quienes el beneficio de sus representados esté siempre por encima de las consignas de grupo o de partido; que voten por conciencia y no por conveniencia en las cámaras.

México NECESITA funcionarios públicos imbuidos con un decidido espíritu de servicio, para que verdaderamente sirvan con toda honestidad al pueblo en todo lo que sea inherente a su cargo.

México NECESITA medios de comunicación profesionales que desempeñen la función informativa con ética e imparcialidad pero que también entiendan la función formativa como gestores y amplificadores de opinión y el enorme poder que la tecnología moderna les otorga.  Medios para quienes el rating es solo un parámetro que nunca está por encima de su responsabilidad editorial y su espíritu crítico.  Medios para quienes la conveniencia política y el valor de los partidos y candidatos como clientes nunca están por encima de la responsabilidad que el pueblo de México hace implícita en sus concesiones de ser los guardianes incansables de nuestros procesos democráticos.

México NECESITA desarrollar una cultura comunitaria, democrática y participativa que termine con las prácticas de corrupción, nepotismo, corporativismo y simulación que han sido la constante en la gran mayoría de los sindicatos, organizaciones "populares", no gubernamentales y civiles.

México NECESITA una EVOLUCIÓN cultural, social y política que nos ponga al día en el concierto de las naciones.

México NECESITA una revolución en la educación, los sistemas de procuración y administración de la justicia, la cultura laboral, empresarial y cívica de la inmensa mayoría de los mexicanos. Que esta revolución tiene que ser pacífica, organizada y democrática para poder permear las instituciones y las estructuras formales de la sociedad y convertirse así en un modelo válido y práctico de vida y de nación.

México NECESITA curar las heridas que esta reciente polarización ha dejado en muchos de nuestros hermanos para poder todos juntos hacerle frente al crimen organizado y crear las condiciones que nos hagan más competitivos en la economía global.

Que LOS MEXICANOS NO NECESITAMOS VEJIGAS PARA NADAR, ni que nos vengan a dividir con el pretexto de defendernos.

Lo que los mexicanos queremos es VIVIR EN PAZ y crecer con armonía, justicia y generosidad para todos.

Es por ello que repudiamos cualquier intento de coaccionar a nuestras instituciones y violentar por ende los procesos democráticos.

Le pedimos a TODOS LOS PARTIDOS Y CANDIDATOS que terminen inmediatamente las confrontaciones estériles que nos dividen y nos debilitan y que inicien el proceso de diálogo, negociación y consenso que nos permita enfrentar unidos los enormes retos que el momento histórico nos exige a todos los mexicanos.

 

 

 


Lo sublime del perdón

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

El Santo Padre Juan Pablo II nos recordaba cómo algunos cristianos han abandonado la práctica de este sacramento debido al profundo sentido de justicia que cultivan en su interior y que les lleva a "probar un sentimiento de indignidad ante la grandeza del don recibido. En realidad tienen razón en sentirse indignos" (Carta a los sacerdotes con motivo del Jueves Santo, 15 de marzo de 2001, n.6).

Parecería que estas palabras son contradictorias. Por una parte afirmaba el Papa que es bueno sentirnos indignos; pero por otra parece que este sentimiento nos aparta de uno de los principales sacramentos.

En realidad la contradicción dependerá no del sentido de indignidad, que todos debemos experimentar, sino del fundamento de la indignidad. Nos hará mal si se funda en la justicia, en cambio será una ayuda si lo basamos en el amor. Me explicaré.

La sociedad actual ha desarrollado fuertemente el sentido de justicia. Hace unos meses comentaba con un amigo este hecho que, aunque positivo, no es suficiente para saciar al ser humano. Más aún, si permanecemos en la sola justicia el hombre se empobrece pues su anhelo más profundo no se limita en ser justo sino que va más allá, deseando amar y ser amado.

Uno de los síntomas de un matrimonio sano es cuando cada uno considera que recibe del otro más de lo que uno mismo merece, es decir, cuando uno se considera indigno de la persona amada. Cuando ambos se consideran indignos del otro es señal que su relación se basa en el amor y no en la justicia.

En efecto, considerarse, en cierta medida, indigno de la persona amada ayuda a valorar los dones que de ella se recibe y ayuda a superar el sentido de culpabilidad por los propios errores.

Si uno se considera indigno, valorará como algo gratuito y no merecido todo el cariño y entrega que de la persona amada recibe; en cambio, si uno se considera digno de tal amor, todos esos detalles serán recibidos como simple respuesta de justicia debida.

De igual modo, uno acepta los propios errores de modo diverso dependiendo de si se vive en una actitud de amor o simplemente de justicia. Si la relación se basa en la justicia, nacerá un sentido de culpabilidad que no sanará incluso si la otra parte perdona, pues nunca se merece el perdón.

Pero si la relación se basa en el amor, los fallos "lejos de deprimir el entusiasmo, le pondrá alas" (n. 9) para encontrar nuevos y mejores modos de manifestar el amor.

Algo similar nos ocurre cuando consideramos nuestros pecados de cara a la constante fidelidad de Dios. Si mi relación con el Señor se basa en la justicia siempre me sentiré culpable e indigno y su amor de Dios, en vez de ayudarme, me abrumará e, incluso, no aceptaré su perdón pues no me lo
merezco.

Pero todo es diverso si mi relación con Él se funda en el amor.

Cierto que probaremos, "como Pedro, el mismo sentimiento de indignidad ante la grandeza del don divino". Pero el amor será capaz de superar las consecuencias de mi indignidad. Llama la atención cómo Jesucristo no exige en primer lugar a Pedro que le pida perdón sino que se le ame: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que estos?" (Jn 21, 15) "Es sobre la base de este amor consciente de la propia fragilidad" que nacerá nuevamente la confianza y la entrega a la persona amada.

Pedro, lleno de amor por el Maestro, y viéndose incapaz de obtener fruto, confía plenamente en su palabra. La pesca milagrosa es muy significativa. Cristo no pide a Pedro algo nuevo o diverso de lo que había realizado antes. Le pido lo mismo, lanzar las redes como hizo en la noche, pero en esta ocasión fiándose de su palabra. "Jesús pide un acto de confianza en su palabra" (Jn. 7).

El cristiano que ama de verdad a Cristo, sabiéndose pecador e indigno, se acerca a la confesión. Sabe que por sí mismo no es capaz de cambiar, por eso se fía de Dios y de su perdón. Y regresa a su vida para lanzar nuevamente las redes con la seguridad de que la gracia alcanzada en la confesión iniciará a llenar sus redes de buenas obras. Cuando uno ama, el hecho de saberse indigno le impulsa a confiar en la persona amada, es decir, a fiarse plenamente de su amor.

Pedro, porque ama al Señor, aunque se sienta indigno, no sólo confía en Él, sino que "se siente en la necesidad de testimoniar y de irradiar su amor". De igual modo, el cristiano que se sabe indigno pero ama, es impulsado por el amor a entregarse con más ahínco a la persona que ama para demostrarle que aquel error o fallo no expresa realmente lo que su corazón siente por Él.

El cristiano es alguien que se sabe indigno de un Dios tan grande y por ello confía, ama y se entrega a Él.

Quien se confiesa es aquella persona que, consciente de su pecado, desea escuchar del Señor las palabras: 'lanza otra vez tus redes, pero en esta ocasión confiando en mí'.

Quien se confiesa es aquella persona que quiere decir a Dios: te amo, por eso, no tengas en cuanta mis pecados sino la fe y el amor de mi corazón.



Los errores aritméticos en la política

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

En los países subdesarrollados es muy común, por la tendencia demagógica de  muchos candidatos, pasar por alto no tan sólo cálculos actuariales para proyectar los ingresos o las repercusiones en el gasto de sus promesas, sino simples sumas aritméticas. Lo importante, dicen algunos candidatos, es ganar votos. Si ganamos, después vemos cómo nos las arreglamos. Promesas sin sustento y acusaciones sin respaldo son la constante de muchos candidatos en los procesos electorales en las democracias subdesarrolladas.

 

Pocos candidatos analizan racional y aritméticamente si lo que prometen es sustentable o lo que afirman tiene fundamento. En México uno de los candidatos sostiene que las empresas grandes no pagan impuestos y que los de menores ingresos son castigados por el fisco. Basta un simple análisis de los ingresos fiscales en México para comprobar que la mayoría de los impuestos provienen de las empresas medianas y grandes. No es posible aumentar los impuestos a ese sector sin provocar una mayor pérdida de competitividad internacional o migración de empresas a otros países. Ese candidato también sostiene que mediante la reducción de salarios a los altos funcionarios, que representan el 0.1 por ciento de las plazas del sector público, va a obtener ahorros para financiar programas de ayuda a los pobres.

 

Un simple ejercicio aritmético sobre el impacto de una drástica reducción de un 30 por ciento a los sueldos del presidente, secretarios, subsecretarios, directores y de cortar las pensiones a los expresidentes, muestra que los recursos provenientes de esos recortes en un año no alcanzarían ni para mantener 15 días la nómina de los maestros en el estado más pequeño del país. La mayoría del gasto en salarios se destina a personal de los servicios de salud (médicos y enfermeras), de educación (maestros), de seguridad (fuerzas armadas y policías) y administrativos (técnicos, secretarias y personal operativo).

 

Hay afirmaciones de candidatos que no tienen ningún sustento, pero que las lanzan para ganar votos, apostándole a la ignorancia o a la superficialidad en los juicios de muchos electores, aunque después se traduzcan en desequilibrios financieros o en promesas incumplidas.


Los indocumentados ya no vuelven

Enrique Galván-Duque Tamborrel

El precio y los riesgos de cruzar ilegalmente hacen que más inmigrantes elijan quedarse en el país, aunque no haya trabajo

 

Acres de viñedos sin hojas rodean a un pueblo del Valle de San Joaquín: las desnudas ramas son un desolador recordatorio de que en medio del invierno hay poco trabajo en el campo.

Tradicionalmente muchos de los migrantes que cruzaron la frontera como indocumentados para plantar y cosechar regresan a México cuando la niebla de invierno se extiende sobre la zona agrícola de California y vacían pueblos como Parlier.

Pero desde hace ya unos años la migración anual ha disminuido dramáticamente. Una vigilancia más estricta de las fronteras ha provocado el temor de capturas y persuadido a muchos migrantes a quedarse en EE.UU. aunque haya poco trabajo.

Jorge García, un joven de 26 años, salió del estado de Michoacán en México hace dos años para unirse a dos primos y un hermano que trabajaban los viñedos en este pueblo al sur de Fresno. Al igual que casi la mitad de hombres y mujeres que labran los campos de Estados Unidos, él se vino ilegalmente.

Esperaba volver a su casa en el invierno después de podar las parras de uvas. Hoy la fruta se ve escasa y hay poco trabajo para él.

"Irse a casa es muy caro y peligroso", dice.

García y otros como él escogieron vivir pobremente el invierno en lugar de confrontar el riesgo de ser capturados o bien exponerse a morir al tratar de regresar a Estados Unidos. Comparte una casa con amigos y familiares, y espera pasar el invierno haciendo pequeños trabajos en el pueblo.

Es difícil encontrar cifras confiables, pero un sondeo de enero de investigadores de la Universidad de California en San Diego muestra que el 37% de migrantes indocumentados que regresaban a México se ha quedado en Estados Unidos más tiempo del planeado. Cerca del 79% de los entrevistados dijeron conocer a alguien que se ha quedado en el país por la vigilancia más estricta de la frontera.

El 77.3% de los que regresaron a México el pasado invierno dijeron que han ido de regreso con menos frecuencia en los últimos cinco años porque se está volviendo más difícil evadir la Patrulla Fronteriza, muy caro el pago a los contrabandistas que ayudan a cruzar de regreso o bien demasiado peligroso, según el estudio de la universidad.

Otros estudios sugieren una tendencia. En 1998 cerca del 45% de los trabajadores agrícolas dijeron que habían salido fuera de EE.UU. el año anterior, de acuerdo al Sondeo Nacional de Trabajadores Agrícolas. Para 2002 las cifras bajaron a un 28%, de acuerdo a dicha encuesta.

La Patrulla de la Frontera incrementó la vigilancia después de los ataques terroristas de 2001, aprehendiendo 905,065 personas en 2003, 1'139,282 en 2004 y 1'171,305 el año pasado.

Un mayor número de agentes patrulleros a lo largo de los trechos más fáciles de cruzar ha empujado a los inmigrantes a áreas desérticas y montañosas. En el año fiscal de EE.UU. que terminó en septiembre hubo una marca récord de 415 víctimas que fallecieron tratando de cruzar la frontera, según la misma Patrulla Fronteriza. Es una cifra récord, superando la más alta anterior, de 383 muertos en 2000.

Algunos ejemplos de la caída del número de emigrantes que cruzan de regreso son dramáticos.

Del 24 de noviembre, 2003, al 11 de enero, 2004, 141,412 migrantes regresaron a México por Nogales, procedentes de Arizona, de acuerdo con las autoridades mexicanas. La cifra bajó a 61,981 entre noviembre 2004 y enero 2005. Pero entre el 1 de noviembre pasado al 14 de diciembre la cifra bajó a menos de 18 mil.

"Una vez que la gente logra entrar a EE.UU. ya no se va de regreso porque no se quieren arriesgar a ser detenidos", dice Rogelio Fernández, doctor y director asociado de la clínica Parlier que sirve a la mayoría de trabajadores del campo.

Phil Martin, economista laboral de la Universidad de California lo llama "la paradoja de una vigilancia más estricta".

"Lo que logra es que se quede más gente en el país", dice.

Otra señal de esta tendencia se ve en las escuelas públicas donde las matrículas bajan en el invierno.

En Parlier, por ejemplo, la población del distrito escolar se ha vuelto más estable en años recientes, una tendencia que se puede apreciar en los pueblos de la mayor parte del área agrícola de California.

De los 3,400 alumnos del distrito, 1,545 son hijos de migrantes, lo que significa que sus familiares se han movido fuera del distrito por lo menos una vez en los últimos tres años. La cifra es menor a los 1,621 estudiantes migrantes del período 2003-2004.

La vida puede ser difícil para quienes se quedan.

Un complejo habitacional de migrantes de 130 unidades donde un apartamento amueblado se renta a 10 dólares al día se cierra en otoño. El año pasado 15 de los 25 campamentos del estado se mantuvieron abiertos hasta un mes y medio más.

El de Parlier se mantuvo abierto hasta finales de octubre, un mes más tarde de lo programado. Con estos campamentos cerrados las opciones de vivienda asequibles son muy pocas.

Parlier es uno de los pueblos más pobres de California, donde muchos residentes dependen de trabajo agrícola de temporada y las personas ganan un ingreso promedio de 6,250 dólares por año. El Banco de Alimentos Comunitarios de Fresno que abastece al pueblo de vegetales, frutas y otros alimentos básicos una vez al mes, ha visto que la demanda ha subido en el Valle de San Joaquín, dice Sarah Reyes, jefa ejecutiva.

En 2004 el grupo distribuyó siete millones de libras de alimentos a los condados de Fresno, Kings y Madera. El año pasado, el total llegó a 8.4 millones de libras.

Los migrantes preferirían regresar a México donde tienen redes de seguridad, pero, "están atascados aquí, viviendo existencias muy necesitadas", dice Ron Strochlic, director ejecutivo del Instituto de California para los Estudios Rurales. "Ellos son más que un desgaste para el sistema que resulta en perjuicio para todos".

 


Los logros de Fox se reconocerán a futuro

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

En el balance final, Vicente Fox Quesada es un presidente aceptable, estimó el analista Macario Schettino Yañez, sobre todo en materia económica, lo que se demuestra con el acceso de la actividad crediticia de los mexicanos.

Prueba de ello es la construcción y adquisición de vivienda, que en promedio están consideradas más de 750 mil por año, por lo que al final de este sexenio se superarán los 3.5 millones, cifra indicada en el VI Informe de Gobierno del presidente Fox, destacó el también catedrático en el área económica.

Schettino Yañez resumió que el balance es positivo al hacer un análisis del contenido del último informe presidencial en materia económica. "No creo que su gestión se deba calificar como un fracaso ni tampoco como el peor presidente, como luego se dice en política".

Incluso el analista económico comentó: "No creo que se hubiera podido avanzar más dadas las circunstancias políticas que eran verdaderamente complicadas. Por ejemplo, con un PRI que no entendió que había perdido la Presidencia sino hasta hace dos meses".


Las cosas están mejor

Consultado por La Nación, el también investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, sostuvo que el trabajo realizado en el sector económico del país es percibido por los mexicanos como un factor indicativo de que las cosas están mejor.

Schettino Yañez hizo referencia al Indicador de Confianza del Consumidor que en el mes de agosto de este año reportó que la percepción de mejoría económica de parte de los mexicanos creció 10%, aunque admitió que la falla relevante en este sector ha sido la generación de empleos, ya que "se crearon muy pocos".

Destacó que esta situación seguirá y no debe de sorprender, "ya que la economía mexicana no es gran generadora de empleos, y nunca más lo será, es un problema tecnológico, los empleos se generan en las economías industriales, y en la actualidad la economía mundial se ha movido lejos de la economía industrial.

Ahora priva una de conocimiento, que no genera empleos sino oportunidades de valor". El analista fue más allá y dijo que de aprobarse las reformas estructurales, no se generarán empleos si no crecimiento económico, y que se abrirán espacios para que mucha gente participe de esta ventaja, bajo el entendido de que ya no serán fuentes de trabajo.

Política social y programas

En el rubro de la política social, hay puntos recuperables que permitieron mejorar la calidad de vida de los mexicanos como el programa Oportunidades que funcionó bien, calificó Macario Schettino.

"Hay que subrayar que este programa viene desde el sexenio del Gobierno de Zedillo, lo que significa que lleva muchos años funcionando y que hay continuidad", explicó.

Arranque Parejo en la Vida, programa enfocado a la atención y alimentación desde la gestación (en este periodo más de tres millones de niños fueron atendidos), también destaca entre los planes exitosos del Gobierno de Fox.

Asimismo, en materia de salud hay buenos resultados como el Seguro Popular "que es un esquema brillante. Entiendo que Felipe Calderón va a ampliar el seguro universal para los niños, conforme vayan naciendo y que aunque no es el tema es una buena idea", adelantó.

En opinión de Macario Schettino, el tema de los microcréditos y changarros no funcionó adecuadamente, sin embargo -comentó- estas son las mejores medidas para combatir la pobreza.

Al respecto, en el VI Informe de Gobierno se destaca que en el periodo de enero a julio de 2006 se otorgaron mil 15 millones de pesos en financiamiento para un total de 258 mil 47 microcréditos.

La meta al cierre del 2006 es canalizar dos mil 476 millones de pesos, en 645 mil 569 microcréditos.

"La estabilidad económica es algo que la ciudadanía percibe claramente, de ahí la popularidad de Vicente Fox, y estamos hablando de más de un 70% de la población que apoya su trabajo.

"Aunque podría decir que una cosa es la popularidad del Presidente y lo que percibe la gente y que entre sí no tienen relación, cierto es que la popularidad le beneficia", reflexionó.


Entorno político

Para Macario Schettino, el principal problema que ha tenido el presidente Vicente Fox es en el ámbito político y ahí es donde se genera la molestia de muchos de los que opinan, es decir, de quienes publican su opinión.

"Una buena parte de las críticas hacia el Primer Mandatario no son tanto por fallas de él sino por una falta de entendimiento de los opinadores y esto, ellos nunca lo van a aceptar", admitió el analista.

Hizo notar que -lo que él llama opinadores- se hicieron en el régimen autoritario y continúan interpretando al mundo en los mismos términos aprendidos.

Y es que si se hace una evaluación justa de cómo arrancó el Gobierno y cómo funciona "se vería que el mantener seis años al país funcionando y que hubieran avances en algunas áreas es muy significativo. Este sexenio inició en una situación difícil y a cualquiera le hubiera costado mucho trabajo", reconoció el economista.

 


Los niños vestidos de fiesta

 

Querien Vangal

 

Cualquier acontecimiento grande en la vida de un niño, lo debe ser también para sus padres; cuando un niño se machuca un dedo, ocurre un cataclismo para ese niño, cuando saca un diez en el colegio es un grandísimo acontecimiento.

Cuando hacen su primera comunión, también resulta una gran fiesta para ellos; en Mayo o en Junio es común ver en las Iglesias niños y niñas vestidos de fiesta, vestidos de gala, van a hacer su primera comunión. Van a recibir a Dios por primera vez, se han preparado durante muchos días. Vienen vestidos con un traje de fiesta, tienen el alma muy blanca y el corazón contento.

¿Están de fiesta los papás y los padrinos, la gente mayor? ¿Es también para ellos la Eucaristía una gran fiesta?

Tú también, si te recuerdas, un día te acercaste a recibir a Dios, y también llevabas un traje de fiesta y llevabas el alma limpia y feliz. Yo me acuerdo perfectamente, tenía ocho años, llevaba un traje muy lindo, y el corazón lleno de alegría. Yo también iba a recibir a Dios por primera vez. Recuerdo que ha sido uno de los días más felices de mi vida; pero con el paso del tiempo aquella amistad de niño puede haberse convertido en olvido e indiferencia. Me imagino los apuros de papás que no quieren, que no se animan a comulgar con sus hijos. Ellos se lo pierden.

La Eucaristía no es como esos juguetes de niño que quedan con el tiempo arrumbados en un rincón. El Dios de los niños es el Dios de los grandes, el Ser que hace feliz a un niño, puede hacer feliz el corazón de un hombre. Pero prefieres caminar por la vida sin Dios, y así te va.

Te quejas de que no eres feliz, de que no te sientes a gusto, de que no sabes qué hacer con tantos problemas, necesitas ayuda, ilusión, fuerzas para seguir adelante, buscas y buscas ayuda, respuestas, soluciones en muchas partes, pero pasas de largo ante la casa de Dios, no necesitas de Dios, no quieres saber nada de Él.

Hace mucho tiempo que no te importa la religión, tú te lo pierdes. ¿Sabías que la buena amistad con Dios mejora hasta la propia salud, que la conciencia turbia, sucia, produce enfermedades verdaderas en la psicología y aún en el mismo organismo?

Te conviene reencontrarte con aquel viejo amigo de la infancia; quizá en ese nuevo encuentro tengas que pedir perdón y remover algunas cosas que han atropellado aquella vieja amistad, pero no tengas miedo, ese viejo amigo es un gran amigo que sabe perdonar y olvidar.

El amigo que hace feliz a tu hijo en su primera comunión, puede hacerte feliz también a ti, pero tendrás que hacerte niño, tendrás que despojarte de muchos pecados, de muchas hipocresías, de muchas historias de adulto, hacerte niño; porque ese amigo, ese Rey dijo claramente: 'Si no os hacéis como niños, no entraréis en mi Reino'.

Tú también fuiste un niño o una niña vestida de fiesta el día de tu primera comunión, el día de tu inocencia, el día que se te podía mirar a los ojos sin ruborizarte.


Los ojos del amor

 

Querien Vangal

 

 

Cuando el amor o la traición forman parte de una historia es muy raro encontrar alguien que no quiera escucharla. Un dato interesante. Quizás el misionero que me precedió sabía bien esta ley y por ello pude encontrar varias historias escritas con letra descuidada sobre algunos trozos de papel.


La formación del primogénito del emperador era vastísima a pesar de su corta edad. No tenía nada de extraño, pues el instructor querido por su padre era el hombre más sabio e inteligente del imperio; un anciano al que todos respetaban (¡incluida la familia imperial!)


Todo el mundo conocía la curiosidad del pequeño emperador. Cuando ignoraba algo no había límite capaz de detenerle y era capaz de cualquier cosa para lograr sus objetivos. Un día el instructor leyó en voz alta una poesía de amor, decía así en uno de sus versos: "el amor se lee en la mirada"...


Cuando comenzó a atardecer el pequeño príncipe puso sobre sus hombros una capa raída, se descalzó y, burlando la guardia, comenzó a vagar por las calles de la ciudad vestido de mendigo. Buscaba dos enamorados para leer el amor en sus miradas. Poco tiempo después estaba de vuelta al palacio.


- ¡Los he visto! -dijo entusiasmado a su instructor.- ¡He visto dos verdaderos enamorados!


- Ah, ¿sí? -dijo el paciente instructor- Y ¿cómo los has reconocido?


- ¡Por la mirada... como tú me dijiste! ¡Se miraban intensamente a los ojos!


El instructor soltó una carcajada mientras volvía a ponerle la capa sobre los hombros y le acompañaba hasta la puerta ante la admiración de los soldados.


- Vuelve a la ciudad -dijo- y busca bien. Sabrás que están enamorados... si miran juntos en la misma dirección.


Los otros

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Los "demás" ejercen sobre cada uno una presión muy particular. Nos miran, piensan y dicen muchas cosas sobre lo que somos, queremos y hacemos. Tal vez algunas de sus afirmaciones sean verdaderas. Otras, más o menos aproximadas. Otras, completamente fuera de lugar y sin el menor respeto hacia la justicia y la verdad. Pero el hecho de que se diga de mí una cosa u otra, de que me piensen listo o tonto, ingenuo o hipócrita, trabajador o perezoso, influye no poco en lo que yo mismo pueda llegar a creer sobre mi propia personalidad.

Desde luego, son muy distintos los ojos de unos familiares que nos quieren de verdad, de los ojos de unos extraños que nos ven por la calle, o de los compañeros de trabajo que nos aprecian o que nos desprecian desde lo íntimo de su corazón. Quizá lo que piensan los que están a nuestro lado y nos conocen mejor nos marca de un modo profundo, hasta el punto de que nos sentiríamos extraños si hiciésemos algo que "desentonase" con el cuadro majestuoso o la caricatura grotesca que han dibujado nuestros "amigos" cuando nos ven, cuando piensan en nosotros.

A la vez, hay una voz mucho más profunda que nos juzga desde la mañana hasta la noche: la voz de la conciencia. Esta voz no deja de mirarnos ni en los lugares más escondidos, ni en las vacaciones más lejanas del hogar, ni en los pensamientos más profundos. Allí está esa presencia, esa compañía de un juicio que no deja lugar a dudas y que nos dice, simplemente, que hemos hecho algo bueno, o que en esta ocasión, como en muchas otras, nos hemos comportado miserablemente.

Por último, algunas veces nos encontramos con los ojos de Dios, con el eco misterioso de los silencios de Dios. No le oímos, quizá porque nuestro corazón está ocupado en otras mil cosas, pero dice sin hablar lo que resulta más importante para nosotros: que vivimos según su amor y sus deseos, o que hemos optado por recorrer el camino de la vida acompañados sólo por nuestro egoísmo y nuestros planes personales.

Es cierto que los otros pueden condicionar enormemente nuestras acciones. Es cierto también que a veces nuestra propia psicología nos frena y nos ata, hasta el punto de que nos hacemos incapaces de mil cosas que, de por sí, podríamos llevar a cabo sin mayores complicaciones. Pero es mucho más cierto que con el juicio de Dios, con su amor y su presencia, hasta el hombre más mediocre, hasta un criminal despreciado por todos en las tinieblas de una cárcel, puede iniciar una vida nueva. Porque si hay miradas que condicionan, que encadenan, también Dios tiene unos ojos que son capaces de romper con todos los esquemas y de iniciar heroísmos que jamás habríamos imaginado.

Nuestra vida continúa. Los relojes nos recuerdan nuestros compromisos. Nuestros amigos nos vuelven a etiquetar con los adjetivos de siempre. Nuestra psicología nos persigue, quizá con complejos que nos empequeñecen. Dios, en lo más profundo de la noche o en lo más esplendoroso de un día soleado, nos mira con cariño, y nos conoce a fondo. Sabe lo que podemos hacer si nos dejamos amar. Sabe que en cada uno se esconde una Juana de Arco, un Tomás Moro o un Martín de Porres. Y ese santo, héroe y mártir saldrá a la luz sólo si le damos una oportunidad, si rompemos esquemas y nos dejamos sorprender por el cariño de Dios que puede sacar hijos de Abrahán incluso de debajo de las piedras...


Los templarios: más allá de la leyenda

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Estas líneas quieren ofrecer una ágil presentación del proceso al que fueron sometidos los templarios en los primeros años del siglo XIV, proceso que culminó con la supresión de la Orden en una página dramática de la historia de la Iglesia. A través de los datos analizados quedan al descubierto mecanismos profundos del mal que destruyen corazones y que llevan a injusticias sin nombre, pero que no son capaces de aniquilar la bondad y el heroísmo de quienes son capaces de dar su vida por la verdad y la justicia.


A. La Orden del Temple

 

1. Los templarios surgieron a inicios del siglo XII, tras la conquista de numerosos lugares de Tierra Santa y de Jerusalén por parte de la I cruzada (1095-1099). Los cruzados organizaron un reino propio, en el que Balduino I fue declarado rey de Jerusalén (1100-1118). Con el nuevo rey, muchos cruzados decidieron quedarse en las zonas conquistadas para evitar que los sarracenos las conquistasen de nuevo.

Entre quienes se ofrecieron a permanecer en la zona, encontramos a Hugo (Hugues) de Payens, un caballero que deseaba unir en su vida dos ideales: los de la caballería y los de la vida monástica. Con 8 compañeros fundó en 1118 ó 1120, en la ciudad de Jerusalén, una Orden militar de caballeros (poco antes había sido fundada la primera, la Orden de San Juan de Jerusalén u hospitalarios).

Parece que se autodenominaron "pobres caballeros del Cristo", aunque también fueron conocidos con otros nombres: "Christi milites" (soldados de Cristo), "Milites Templi" (soldados del Templo, o del "Temple", como todavía hoy se les conoce).

Los templarios emitían, además de los tres votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia, un voto especial de defender y escoltar a los peregrinos y viajeros que se trasladaban en Tierra Santa. Les fue dado, como lugar de residencia, una parte del edificio que ocupaba el segundo rey de Jerusalén, Balduino II (1118-1131) que, según se creía, estaba situado donde había sido levantado el templo del rey Salomón.

2. La Orden de los templarios tuvo como insigne amigo y promotor a san Bernardo de Claraval, por cuyo influjo adoptó una regla similar a la benedictina. Consiguió pronto el reconocimiento pontificio por parte del Papa Inocencio II, con la bula "Omne datum optimum" del año 1139: desde ese momento los templarios dependían únicamente del Papa.

El hábito que les distinguía era blanco (como el usado por los cistercienses) con una visible cruz roja. Entre sus miembros, existía una especie de jerarquía. Estaban, por un lado, los caballeros, que solían ser nobles o de familia noble, y se dedicaban a las artes militares. Había también un grupo reducido de sacerdotes o capellanes, para las misas y demás celebraciones litúrgicas. Además, había un numeroso grupo de escuderos, normalmente de la clase media, y de hermanos legos, dedicados al servicio doméstico. La dirección suprema de la orden corría a cargo de un "gran maestre".

3. Durante los siguientes decenios, la Orden del Temple tuvo un amplio crecimiento y expansión. Había templarios en Tierra Santa, Chipre, Francia, los reinos de España, Italia, Inglaterra, Alemania. En el año 1300 se calcula que había unos 4000 caballeros de la Orden, a los que habría que sumar un buen número de servidores.

Los templarios habían conseguido una fama merecida, sobre todo por el valor mostrado en acciones de combate. Sus gestas fueron cantadas por la poesía medieval, lo cual muestra el aprecio que recibieron de sus contemporáneos. Una de las últimas hazañas militares por la que se les distingue fue la defensa de la postrera plaza cristiana en Tierra Santa, Tolemaida (San Juan de Acre), que cayó en 1291 bajo el ataque de un numeroso ejército sarraceno, y que implicó la muerte, entre tantos otros templarios, del gran maestre de la Orden, Guillermo de Beaujeu. Por sus conocidos gestos de heroísmo, el Papa Bonifacio VIII no dudó de hablar de los templarios como de "atletas del Señor" y de "guerreros intrépidos".

No faltaron, sin embargo, momentos de tensión y de lucha entre las Órdenes de caballería, en los que los templarios se mostraron inclinados más a defender sus propias ideas e intereses que a colaborar con los demás cristianos de Tierra Santa. Es triste tener que recordar que incluso hubo una sangrienta "guerra civil" entre los templarios y los hospitalarios, con miles de muertes por ambas partes, en la segunda mitad del siglo XIII.

Otro aspecto a destacar es que la Orden del Temple, nacida con sueños de pobreza, fue adquiriendo un importante poder económico. Los templarios llegaron a ser importantes prestamistas y acaudalados "banqueros", con lo que es comprensible que no faltasen envidias y críticas ante su ventajosa situación financiera.

4. La pérdida de Tolemaida (Acre) implicó el inicio de una nueva fase en la vida de la Orden. Si los templarios habían nacido en función de la defensa de Tierra Santa, tenían ahora que asumir nuevas tareas en la vida de la sociedad y de la Iglesia católica, y tal vez no tenían una clara idea de lo podían hacer por la cristiandad. Organizaron su cuartel general en la isla de Chipre, una especie de vanguardia cristiana en espera de la "reconquista" de Palestina; pero muchos templarios marcharon a vivir a Francia, una de las naciones que más vocaciones había dado a la Orden.

Su actividad como "banqueros" aumentó en esos años, y no faltaron voces malévolas que los acusaban de enriquecerse excesivamente. Pero algunos estudiosos afirman que no practicaban la usura, y ello explica que la gente recurriese a ellos con más confianza que respecto a otros que sí pedían intereses muy elevados por los préstamos. Otros expertos han mostrado que no eran tan ricos como se sigue repitiendo una y otra vez: según algunos estudios, tenían muchos menos bienes inmuebles que los poseídos por los "austeros" cistercienses...

5. En este nuevo contesto aumentaron las envidias, y no faltaron quienes empezaron a hacer circular dicherías o calumnias de diversa gravedad, en especial sobre los ritos secretos con los que eran admitidos los nuevos caballeros. Pero la fama y la integridad de los templarios era tan ampliamente reconocida, que esas primeras críticas no fueron prácticamente tenidas en consideración.


B. La preparación del drama

 

6. Los problemas inician a partir de la serie de intrigas, maquinaciones, calumnias, y, como veremos, abusos que llegaron hasta niveles de injusticia y violencia insospechados, por parte del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso (1268-1314), y de su fiel servidor y hábil jurista Guillermo (Guillaume) de Nogaret (ca. 1260-1313).

Felipe IV promovió una política de tipo absolutista y participó en numerosas guerras con momentos de victoria y con importantes derrotas. Para financiar sus enormes gastos militares no dudó en usar métodos "extraordinarios". Decidió imponer impuestos a los clérigos y controlar en parte los asuntos eclesiásticos, lo que le llevó a un fuerte enfrentamiento con el Papa de entonces, Bonifacio VIII (Benedicto Caetani o Gaetani, 1235-1303).

Felipe el Hermoso mostró su astucia y su malignidad en diversos momentos de su choque con el Papa. Por ejemplo, cuando Bonifacio VIII envió una bula, "Ausculta fili carissime" (5 de diciembre de 1301) para pedir al rey que se presentase en Roma y respondiese a diversas acusaciones de tiranía y de abuso sobre el clero, Felipe IV mandó quemar el texto papal y lo sustituyó por otro texto falso en el que hacía decir al Papa cosas absurdas que no había afirmado. De este modo, pretendía provocar una reacción de la gente y de parte del clero a su favor, como si fuese víctima de la "malignidad" de Bonifacio VIII.

El rey francés pudo contar, además, con aliados de peso en Italia: dos cardenales de la potente familia Colonna defendían la idea de que Bonifacio VIII era un Papa ilegítimo. Los cardenales Colonna fueron excomulgados, pero consiguieron huir a Francia para pedir la protección de Felipe IV, mientras que algunos de sus familiares en Italia continuaban sus intrigas contra el Papa.

7. En este contexto de tensiones se produjo la tristemente famosa afrenta de Anagni. Cuando el Papa se disponía a emanar, el 8 de septiembre de 1303, el decreto de excomunión contra el rey francés, el día anterior Guillermo de Nogaret consiguió entrar por la fuerza en la ciudad de Anagni (donde residía el Papa), con la ayuda de un grupo de mercenarios y el apoyo de la familia Colonna. Allí apresó al pontífice y buscó maneras de obligarle a la renuncia y a la convocatoria de un concilio. Sólo una revuelta popular de la gente de Anagni pudo liberar a Bonifacio VIII. Pero la salud del Papa quedó seriamente quebrantada: moría el 11 de octubre de ese mismo año.

8. Tras la muerte de Bonifacio VIII, los cardenales eligieron Papa a Nicolás (Niccolo) Boccasini (1240-1304), que tomó el nombre de Benedicto XI y sólo gobernó la Iglesia por un año (1303-1304). En ese breve tiempo hizo importantes concesiones a Felipe el Hermoso y absolvió a los Colonna, pero no a Nogaret, a quien mantuvo la excomunión por la afrenta de Anagni.

9. El cónclave de 1304-1305 fue especialmente difícil y largo, pues en él se enfrentaron, de una parte, los partidarios del rey de Francia y de la familia Colonna, y de otra, los defensores del legado de Bonifacio VIII. Al final, los cardenales eligieron a Bertrand de Got (ca. 1264-1314), arzobispo de Bordeaux, que se encontraba en esos momentos en Francia.

El nuevo Papa tomó el nombre de Clemente V y fue coronado en Lyon. Gobernó la Iglesia de 1305 a 1314. Aunque inicialmente mostró el deseo de partir hacia Italia, por diversos motivos fue posponiendo el viaje, hasta que al final fijó la residencia papal en Aviñón. De este modo, quedó expuesto notablemente a las intrigas del rey y de su fiel ministro Nogaret. Además, contribuyó a que la curia papal fuese cada vez más "francesa", al nombrar a numerosos cardenales de Francia.

Clemente V estaba aquejado por diversas enfermedades que limitaban no poco su servicio a la Iglesia. Era, además, un hombre muy apegado a su tierra y a su familia, a la que favoreció enormemente. También tenía no poco aprecio por el dinero: llegó a acumular más de 1 millón de florines, de los cuales una importante cantidad pasó a sus familiares, 200 mil florines fueron dedicados a obras pías, y sólo quedaron 70 mil florines para su sucesor.

Con los nombres de Felipe IV el Hermoso, Guillermo de Nogaret y Clemente V estamos ya ante los principales protagonistas de la condena de los templarios, que vamos a presentar en sus momentos más importantes. Conviene, antes de presentar la historia de una tragedia, hacer mención del "proceso" contra Bonifacio VIII, pues nos ayudará a comprender hasta qué punto el rey francés era capaz de inventar calumnias y de suscitar "testigos" en pos de sus ambiciones de poder y de venganza.

10. El "proceso" contra la persona del Papa Bonifacio VIII venía siendo organizado ya desde 1303, y llegó a tomar cuerpo a causa de las numerosas presiones y amenazas que ejercieron Felipe IV y Nogaret (que seguía excomulgado precisamente por haber encarcelado al Papa) sobre Clemente V. Éste intentó de diversos modos eludir el asunto, pues conocía la honradez de su predecesor. Al final accedió a escuchar a los acusadores que se presentasen contra Bonifacio VIII, y luego permitió que se abriese el proceso en Aviñón (1310).

Contra el Papa Caetani no sólo testimonió su agresor, Nogaret, sino una serie de personajes turbios, entre los que no faltaron monjes o sacerdotes indignos, que llegaron a inventar calumnias de lo más pintoresco y absurdo. Alguno acusó a Bonifacio VIII de hereje; otro, de haber asesinado al anterior Papa, Celestino V (ca. 1210-1296); otro, de no mirar a la hostia durante la consagración; otro, de haber dicho que la religión cristiana estaba llena de falsedades; otro, de proferir que las religiones judía, mahometana y cristiana eran invenciones humanas; otro, que no quiso recibir la Eucaristía antes de morir. No es difícil comprender que tal cúmulo de acusaciones, ofrecidas "espontáneamente" y con lujo de detalles, no podrían sino ser motivadas e incitadas por alguna mente resentida y perversa como la de Nogaret. No hay que olvidar esto, para comprender el tenor de las acusaciones y la astucia casi diabólica que se hizo patente en el esfuerzo por destruir a los templarios, también con la mano y la mente de aquel "fiel ministro" de Felipe IV.


C. Acusaciones y procesos contra los templarios

 

11. No creemos que la historia sea el resultado de fuerzas ciegas ni de factores anónimos que dirigen, como marionetas, a sus protagonistas. Esto se hace patente en el tema de la disolución de los templarios: el drama de esta Orden militar no acaeció como resultado de una fatalidad inevitable, sino como consecuencia de ambiciones profundas, de odios encendidos, de voluntades maquiavélicas, de miedos y de torturas usadas con astucia calculada hasta el detalle.

Conviene subrayar, como ya dijimos en el punto 4, que la identidad de los templarios estaba en parte en entredicho por la desaparición de los enclaves cristianos en Tierra Santa. Ello llevó, por ejemplo, a que uno de sus enemigos, Pedro Dubois, en una obra titulada "De recuperatione Terrae Sanctae" (1305-1307), propusiese la supresión de la Orden del Temple o su fusión con la Orden de San Juan. ¿Motivos? Pedro Dubois no señala ningún escándalo ni acusación como las que serán inventadas en Francia, sino simplemente señala que los templarios han perdido su razón de ser, pues no tienen peregrinos a los que escoltar...

12. El drama inicia, como ya insinuamos, con las ambiciones económicas, las envidias y los odios de Felipe IV el Hermoso. ¿De dónde nacieron estas actitudes? No es fácil saberlo, sobre todo si señalamos que los templarios (de origen francés) apoyaron al rey en sus disputas contra Bonifacio VIII, y que el mismo rey confirmó, el año 1304, todos los privilegios dados en Francia a la Orden militar.

Pudo haber influido en Felipe IV un hecho personal: en 1306, tras una sublevación ocurrida en París, el rey encontró protección segura al refugiarse en la fortaleza (el Templo) que tenían los templarios de la ciudad. Quizá este hecho hizo pensar al monarca en el "peligro" que implicaba la existencia de un grupo de hombres tan poderosos, y le llevó a poner en marcha la idea de destruirlos. Una vez más la historia muestra cómo la gratitud es una virtud muy extraña entre los hombres, pues el que los templarios hubiesen defendido y salvado la vida del rey debería haber sido un motivo suficiente para refrenar las ambiciones del monarca...

Hemos de recordar, además, que la Orden del Temple era famosa por sus riquezas, y que fungía en muchos lugares como si se tratase de una especie de "banco", capaz de dar préstamos, de custodiar bienes de valor, etc. Según parece, cuando Felipe el Hermoso estuvo en el Templo de París, fue llevado a contemplar el abundante tesoro custodiado por los templarios. La ambición se despierta de modo muy intenso a través de la vista, máxime cuando eran cuantiosas las deudas que agobiaban al rey francés.

13. Había que conseguir dinero, de modo rápido y sin intereses. Una primera acción de Felipe IV consistió en arrestar y exiliar a todos los judíos de su reino el 21 de julio de 1306, lo que le permitió apropiarse de todos sus bienes. Más tarde, en 1311, haría algo parecido con los mercaderes italianos. En 1307 les llegaba el turno a los templarios. Para acaparar sus riquezas, sin embargo, habría que anular su poder, su prestigio y, sobre todo, su dependencia directa del Papado.

14. La primera fase consistió en buscar y reunir acusaciones contra los templarios. Entre los primeros "testigos" encontramos a un personaje turbio, Esquiu de Floyran, que decía haber sido templario y que había cometido diversos delitos que le llevaron a la cárcel. Una vez en libertad, se dirigió primero a la corte del rey de Aragón, Jaime II, con una serie de graves acusaciones contra la Orden del Temple que habría obtenido, supuestamente, de un templario apóstata conocido en la cárcel. El rey aragonés no hizo ningún caso de estas acusaciones, y entonces Esquiu marchó a Francia. No es fácil imaginar que alguien dirigía los pasos y las acusaciones de este hombre, como antes alguien había coordinado e incitado a tantas personas, incluso eclesiásticos, a proferir acusaciones absurdas contra Bonifacio VIII...

Las calumnias de Esquiu fueron, obviamente, muy bien acogidas por Felipe el Hermoso, y no falta quien insinúa que detrás de Esquiu estaba la astucia y la imaginación de Guillermo de Nogaret. El rey pudo también "reunir informaciones" de algunos templarios que habían dejado la orden o habían sido expulsados por su mala conducta (lo cual ya los hace testigos poco fiables). Incluso el rey instigó a doce falsarios para entrar en la Orden y actuar como espías, para poder testificar así contra los templarios.

Felipe IV iba informando de las distintas críticas y acusaciones al Papa para preparar el terreno a la hora de presionarle a iniciar un proceso contra la Orden del Temple. Clemente V empezó a dudar de la inocencia de los templarios y llegó a pensar en la necesidad de una investigación, una idea que barruntaba ya en el verano de 1307.

15. Previamente, el rey había realizado una maniobra que resultó vital para su proyecto. El gran maestre de los templarios, Jacobo (Jacques) de Molay (ca. 1243-1314), residía en Chipre (que, como dijimos, esa la sede central de la Orden) y habría que atraerlo a Francia. El Papa lo llamó, quizá en parte con la idea de que había que analizar ciertos proyectos para preparar la conquista de Tierra Santa, quizá también para pedirle una defensa de la Orden. Jacobo no intuyó el peligro al que iba a exponerse, y partió hacia Francia con un nutrido grupo de caballeros. El rey, de manera cínica, lo agasajó grandemente en París, e incluso le permitió ser padrino de uno de sus hijos. La víctima había caído, sin saberlo, en una complejísima telaraña de la que sólo lograría librarse con la muerte.

Mientras, Felipe IV terminaba de mover las últimas piezas para que el plan fuese perfecto. Tenía como confesor a Guillermo Imbert, que era, además, el gran inquisidor del reino. Con su apoyo, en nombre de la Inquisición, el rey podía echar mano a los templarios bajo la falsa acusación de herejía, con lo que evitaba el problema de la invulnerabilidad de una Orden que dependía directamente del Papa.

16. Empieza el drama. El 22 de septiembre de 1307, el rey envía órdenes secretas para que la mañana del día 13 de octubre se proceda al arresto de los templarios presentes en su reino y a la incautación de todos sus bienes. La ejecución del mandato real cogió de sorpresa a Jacobo de Molay (que se encontraba en París, preparando un viaje a la corte papal para defender a la Orden de las acusaciones que corrían ya por todas partes) y a los más de 1000 templarios (tal vez 2000) residentes en Francia. Para tal arresto masivo, el rey contó con un eficaz ejército privado y una especie de policía, que ya habían mostrado su destreza a la hora de arrestar y expulsar a los judíos. La "conquista" de la fortaleza (el Templo) que los templarios tenían en París corrió a cargo del mismo Nogaret, que convirtió a aquel recinto en la cárcel de los que antes eran sus propietarios...

El golpe fue tan inesperado que el mismo Papa Clemente V tuvo que protestar ante el abuso real, con una carta fechada el 27 de octubre de ese mismo año 1307. Envió, además, a dos cardenales, Berenguer Fredol y Esteban de Siuzy, para conminar al rey a que pusiese en sus manos las personas y los bienes de los templarios. Veremos en seguida cómo maniobró el rey ante esta petición papal.

17. Antes de la llegada de los dos cardenales, el rey empezó a conseguir "resultados" muy favorables a sus planes. Los comisarios reales torturaban a los templarios y les obligaban a confesar sus delitos. Cuando éstos cedían psicológicamente, llamaban a los inquisidores que recogían las "confesiones" de los presuntos culpables. Muchos templarios sucumbieron y se acusaron de delitos contra la fe y contra la moral (normalmente de aquellos delitos sobre los que se les preguntaba según una lista previamente preparada por los inquisidores).

Jacobo de Molay, que tenía unos 64 años, cedió a la presión psicológica, si bien parece que no fue torturado físicamente. El 24 de octubre de 1307 declaró, ante el inquisidor Imbert y varios testigos, haber renegado de Cristo y haber escupido sobre la cruz. Más aún, envió una carta a todos los templarios de Francia para que confesasen, por mandato suyo, aquellos delitos de los que fuesen acusados. No es el momento de juzgar este gesto de debilidad. Quizá lo comprenderíamos mejor si dejásemos de pensar que los héroes son impasibles, cuando en realidad son tan humanos que también pueden tener sus momentos de flaqueza. Jacobo no soportó la presión psicológica y firmó una falsa confesión de delitos. Veremos que, en el decurso de los hechos, aumentará su entereza moral y llegará a dar, con su muerte, testimonio de amor a la verdad y de la inocencia de su Orden.

18. Los dos cardenales enviados por el Papa fueron recibido con bastante retraso. El rey los acogió con benevolencia. Renovó sus promesas, llenas de no poca hipocresía, de fidelidad a la Iglesia, y manifestó su disponibilidad de entregarles las personas de los templarios, pero sin liberar, por el momento, a ninguno. Poco tiempo después los cardenales consiguieron entrevistar a Jacobo de Molay y a varios templarios en la cárcel, y éstos hicieron sus primeras retractaciones.

El Papa, por su parte, estaba indignado por el papel que la Inquisición había jugado en Francia contra los templarios. Por eso, a inicios de 1308, suspendió de su cargo a Guillermo Imbert. Además, privó a la Inquisición francesa de competencias en el asunto de los templarios, y pasó el proceso a los tribunales diocesanos. Por desgracia, el Papa no mantuvo estos gestos de valor, pues más adelante, bajo las presiones del rey, confirmó a Imbert como juez para el caso de los templarios.

19. Mientras, Felipe IV había enviado una pregunta a la facultad teológica de París: ¿tenía el rey de Francia la facultad de apresar, juzgar y condenar a los herejes? La facultad le dio una respuesta negativa. Entonces empezó a promover, a través de Pedro Dubois (jurista francés rico en ardides y precursor de la "propaganda" panfletaria, al que ya mencionamos por un primer escrito contra los templarios), una serie de ataques contra Clemente V, al que acusaba de poca firmeza para gobernar la Iglesia y de haberse dejado sobornar por los templarios. En uno de sus escritos, Dubois le recuerda al rey cómo Moisés conminó a los israelitas para que asesinasen a los infieles del pueblo, sin pedir permiso a Aarón: también el rey podría actuar así, sin tener que avisar al Papa...

Para aumentar su presión sobre Clemente V, Felipe IV convocó los estados generales para el 5 de mayo de 1308, en la ciudad de Tours. Allí recibió un apoyo casi unánime: los templarios merecían la pena de muerte por ser herejes y por haber cometidos crímenes nefandos. Las calumnias y las presiones del rey habían logrado una nueva victoria, y todavía quedaba uno de los puntos más difíciles: doblegar la voluntad del Papa.

20. El rey quiso encontrarse con Clemente V en la ciudad de Poitiers (que fue durante bastante tiempo residencia provisional del Papa), de mayo a julio de 1308. El rey reconoció al Papa su competencia para juzgar a la Orden del Temple, si bien "se ofrecía", para "ayudar" al Papa, a mantener en arresto a la mayor parte de los templarios. Permitió, además, que un grupo de templarios, bien seleccionados, se presentasen ante el pontífice, al mismo tiempo que inventaba excusas absurdas para impedir que Jacobo de Molay y otros jefes insignes de la Orden pudiesen ser interrogados por el Papa. Los prisioneros seleccionados se acusaron de tales delitos y con tanto descaro que Clemente V quedó muy impresionado.

21. Fue entonces cuando el Papa se decidió del todo a iniciar el proceso, llevado a cabo en un doble binario. Por un lado, habría un proceso pontificio, en el que se analizasen los eventuales delitos de la Orden en su conjunto; por otro, los obispos realizarían procesos diocesanos para analizar los presuntos delitos de los templarios en cuanto personas particulares.

Además, y siempre bajo las presiones del rey, el 22 de noviembre de 1308 Clemente V pidió que fuesen arrestados y juzgados los templarios de las demás naciones cristianas, y que sus bienes pasasen bajo el control de la Iglesia. Aludiremos un poco más adelante a cómo fue acogida y aplicada la orden papal.

22. Hubo que esperar a noviembre de 1309 para que diese inicio el proceso pontificio contra la Orden del Temple. Fue llamado a declarar Jacobo de Molay. Después de unos momentos de vacilación, defendió públicamente la inocencia de la Orden, y declaró su fe católica, lo cual era una importante retractación pública de lo que había firmado bajo las presiones psicológicas durante los primeros meses. Las palabras de Molay debieron de sentar muy mal a uno de los personajes presentes en la comisión y que ya nos es suficientemente conocido: Nogaret. Con permiso del obispo que presidía el tribunal, Nogaret empezó a interrogar a Molay y éste le desmintió sus acusaciones llenas de veneno. Al final, Jacobo de Molay pidió que se le concediese la gracia de escuchar misa, lo cual no pediría alguien que fuese verdaderamente hereje...

Durante el proceso, otros caballeros templarios empezaron a retractar sus "autoacusaciones". Uno de ellos, Ponsard de Gisi, tuvo la osadía de exponer a qué torturas había sido sometido para ser obligado a declararse culpable:

"Tres meses antes de mi confesión me ataron las manos a la espalda tan apretadamente que saltaba la sangre por las uñas, y sujeto con una correa me metieron en una fosa. Si me vuelven a someter a tales torturas, yo negaré todo lo que ahora digo y diré todo lo que quieran. Estoy dispuesto a sufrir cualquier suplicio con tal de que sea breve; que me corten la cabeza o me hagan hervir por el honor de la Orden, pero yo no puedo soportar suplicios a fuego lento como los que he padecido en estos dos años de prisión".

23. Cada vez eran más los templarios que retractaban lo firmado bajo torturas y que se mostraban dispuestos a defender a su Orden. Entre febrero y abril de 1310, más de 500 templarios quisieron dar este paso y se ofrecieron para hablar ante los jueces en París. Muchos de ellos sabían a qué se estaban arriesgando: en aquel tiempo, el hereje que primero confesaba sus errores y luego se retractaba, podía ser condenado a la hoguera.

Ante tal multitud de hombres dispuestos a defender a la Orden, los jueces determinaron que los templarios escogiesen a algunos representantes que pudieran hablar en nombre de todos. Fueron elegidos Pedro de Bolonia (Pietro di Bologna) y otros tres templarios. El 1 de abril de 1310 entregaron un primer escrito de defensa, en el que negaban como absurdas las acusaciones, recordaban que muchos templarios habían confesado a causa de las torturas y del miedo a la muerte, y pedían, finalmente, lo siguiente:

"Imploramos la misericordia divina, que se haga justicia, puesto que ya por un tiempo excesivo hemos padecido una persecución injusta. Como cristianos fieles y fervorosos pedimos la recepción de los sacramentos de la Iglesia".

No faltaron, hay que reconocerlo, algunos ex-templarios que renovaron las acusaciones contra la Orden, así como otros prisioneros que ratificaron sus confesiones acusatorias. Pero las contradicciones sobre algunos puntos eran tan manifiestas que los jueces no consiguieron mucho de estas declaraciones negativas.

24. La valentía recobrada por las víctimas ponía al rey en graves problemas, y tuvo que pensar, con sus ministros, un golpe de mano que asustase a muchos y produjese un fuerte impacto en la "opinión pública". Para ello, el rey contó con la complacencia del nuevo arzobispo de Sens, Felipe (Philippe) de Marigny, hermano de uno de los ministros de Felipe IV, que tenía la competencia de juzgar a los templarios encarcelados en la zona de París. Preparó un tribunal eclesiástico apresurado para juzgar a algunos templarios que habían retractado las acusaciones anteriores. Los procuradores de los templarios, apenas conocieron la noticia, avisaron a la comisión pontificia de lo que estaba por ocurrir; incluso Pedro de Bolonia entregó un documento de apelación al Papa. Pero sus peticiones no fueron atendidas.

Así, el 11 de mayo de 1310, 54 templarios acusados como "relapsos" (es decir, acusados del "delito" de haberse retractado y de haber querido defender a la Orden ante una comisión pontificia que debería guardar secreto de sus interrogatorios), fueron condenados a muerte, sin que se les dejase ningún margen de defensa. Al día siguiente, 12 de mayo de 1310, los 54 condenados entonaron el "Te Deum" (himno de acción de gracias), antes de que el fuego los consumiese vivos.

Poco tiempo después, otros 15 templarios, en diversos lugares, fueron asesinados en la hoguera. En las cárceles, sea por las torturas, sea por la misma insalubridad de las prisiones, la muerte había causado ya no pocas víctimas entre los templarios que mendigaban un poco de justicia humana. A muchos de los que morían en las cárceles les fueron negados los sacramentos y la sepultura en un cementerio cristiano.

25. El rey imponía, de este modo, el sistema del terror. Muchos templarios dispuestos antes a retractarse dejaron ahora de hablar en favor de su Orden. Otros, como el mismo Pedro de Bolonia, escaparon, pues se dieron cuenta de que la maquinación contra la Orden era más poderosa que las más elementales normas de justicia, y que no había ningún margen de defensa equa. No faltaron algunos que continuaron en su empeño por defender al Temple. Como aquel templario que, el día 13 de mayo de 1310 (un día después de la muerte de sus 54 compañeros), se atrevió a declarar ante la comisión pontificia:

"Yo he confesado algunos artículos a causa de las torturas que me infligieron Guillermo de Marcilli y Hugo de la Celle, caballeros del rey, pero todos los errores atribuidos a la Orden son falsos. Al mirar ayer cómo eran conducidos a la hoguera 54 freyres por no reconocer sus supuestos crímenes, he pensado que yo no podré resistir al espanto del fuego. Lo confesaré todo si quieren, incluso que he matado a Cristo".

26. ¿Qué ocurría, mientras, en otras naciones? No nos detenemos ahora para hablar de lo que ocurrió en tantos lugares entre 1307 y 1312. Podemos decir, en modo de resumen, que hubo reyes, como Jaime II de Aragón y Eduardo II de Inglaterra, que inicialmente defendieron a los templarios por su fama y los nobles servicios prestados a los reinos cristianos. Pero cuando se hizo pública la orden papal de arrestar a los templarios y "poner a salvo" sus bienes, la catástrofe fue inevitable.

En algunos lugares, los templarios fueron sometidos a tormentos, pero ello no les llevó a declararse culpables, mientras que en otros, algunos de los torturados confesaron aquellos delitos que no habían cometido. Hubo también varios procesos diocesanos en los que se declaró la inocencia de los caballeros del Temple. No faltaron monarcas que aprovecharon la situación para expropiar a los templarios de sus bienes, a pesar del disgusto de Clemente V.

El caso de Aragón fue especialmente interesante, pues los templarios fueron declarados inocentes en el proceso inquisitorial. El rey, sin embargo, decidió apoderarse de sus bienes, y los templarios se alzaron en armas. Fue el único lugar donde ofrecieron una resistencia militar en toda regla. Jaime II tuvo que conquistar, uno por uno, los castillos de la Orden presentes en su reino.

En Portugal, en cambio, los templarios gozaron del favor del monarca reinante, don Diniz. Éste los tomó bajo su custodia y dejó que el proceso diocesano siguiese su curso normal. Terminadas las averiguaciones, los templarios fueron declarados inocentes, y el rey quiso "fundar" de nuevo a la Orden (ya suprimida por el Papa) con el nombre de Caballeros de Cristo. En Alemania los procesos canónicos mostraron también la inocencia de los templarios.

Es oportuno notar que en Chipre, la sede central de los templarios, fue organizado un proceso contra los miembros de la Orden (unos 180 en la isla). De entre ellos, muchos eran franceses y de otros lugares de Europa, y ninguno admitió conocer delito alguno de aquellos caballeros que habían sido antes compañeros en el Temple y que ahora confesaban culpas absurdas en las prisiones de Francia.


D. La disolución de la Orden del Temple

 

27. El golpe final contra los templarios sólo podía darlo el Papa, y Clemente V pensó hacerlo con el apoyo de un concilio. Así, se convocó el concilio de Vienne (1311-1312), que tenía ante sí tres asuntos centrales: el "problema" de los templarios, la organización de una cruzada en Tierra Santa, y la reforma de la Iglesia. Mientras se organizaba el concilio siguieron los interrogatorios individuales de templarios por parte del obispo de París, en los que los miembros de la Orden mostraron su debilidad con retractaciones y autoacusaciones que se sucedían continuamente.

Las presiones del rey, para proceder al concilio, eran muy fuertes, y supo combinarlas con una carta escondida que mostraba en los momentos difíciles: cuando intuía que el Papa podía tomar una actitud más favorable a los templarios, "resucitaba" el tema del proceso contra Bonifacio VIII (que había quedado un poco entre paréntesis) para dar a entender que si el Papa no accedía a los deseos del rey podría volver a encontrarse con nuevas presiones para juzgar la memoria del Papa Caetani, esta vez en un concilio universal.

Además, el tema de la cruzada influía no poco en Clemente V. En efecto, el Papa veía que al contentar a Felipe el Hermoso con la supresión de los templarios, podría facilitar luego el apoyo francés para encabezar un poderoso ejército al que se unieran los demás reyes cristianos.

28. El concilio inició el 16 de octubre de 1311. La curia papal había reunido un enorme material con las actas y procesos preparados en las comisiones pontificia y diocesanas. En una consulta secreta que se tuvo en diciembre de ese mismo año 1311, Clemente V preguntó si era conveniente dar opción de defensa a los templarios, y la mayor parte de los obispos respondió afirmativamente. Pero, como veremos, tal defensa no tuvo lugar, pues el concilio dejó de lado el proceso para "cerrar" el tema con una decisión más de oportunidad política que de respeto a la justicia.

En una comisión interna que se dedicó a analizar las actas, muchos hicieron notar que no cabía, en justicia, una condena contra la Orden del Temple. No faltaron voces prestigiosas, sin embargo, que se alzaron a favor de la supresión de los templarios.

Por su parte, el rey francés volvió a jugar la baza de la presión política: convocó unos nuevos estados generales en Lyon, en febrero de 1312, y volvió a hacer presentes los muchos crímenes cometidos por los templarios. Además, envió a Nogaret y a otros embajadores a la sede del concilio, Vienne, para ejercer una mayor presión sobre el Papa. Hizo llegar un poco más tarde una carta, fechada el 2 de marzo de 1312, donde pedía insistentemente a Clemente V que suprimiese a los templarios y diese sus bienes a otra orden. El 20 de marzo, el rey llegaba a la ciudad del concilio acompañado de un nutrido séquito.

29. Dos días después de la llegada de Felipe V, el Papa reunió un consistorio particular para dirimir la cuestión. La mayoría de los participantes votaron a favor de la supresión de los templarios, no por vía judicial (lo cual evitaba el hacer un juicio público en el que sería posible que los templarios se defendiesen) sino por vía "de provisión apostólica" (por una decisión administrativa).

El Papa quedó tranquilo. Preparó la bula "Vox in excelso" (que lleva la fecha de 22 de marzo de 1312), y la presentó al concilio el 3 de abril de 1312. El concilio no puso objeciones a la decisión papal. En la sesión solemne, junto al Papa, estaba sentado el rey francés: había triunfado, al menos a los ojos de quien ve la historia sólo como un conjunto de intrigas y maniobras humanas.

Los templarios fueron suprimidos, explicó el Papa, no como consecuencia de un juicio condenatorio, sino como provisión apostólica en virtud de los poderes papales. ¿Qué motivos se adujeron para tal decisión? El Papa reconoció que no había sido probada la culpabilidad de la Orden; pero, como la Orden se encontraba tan fuertemente difamada, y algunos de sus dirigentes habían dado confesión espontánea (así dijo Clemente V) de sus crímenes y delitos, ya no podía cumplir su fin propio (servir y defender la Tierra Santa), y era algo casi seguro que ya nadie querría ingresar en la misma.

Podemos decir, por tanto, que los templarios no fueron suprimidos en cuanto culpables: los delitos no habían sido suficientemente probados, ni eran válidas las declaraciones firmadas bajo las torturas, ni se había dado espacio a una defensa digna de tal nombre, ni se habían respetado numerosos aspectos necesarios para un mínimo respeto a la justicia. Fueron suprimidos simplemente porque así lo decidió un Papa sometido a la presión injusta de un rey ambicioso.

30. Quedaban dos asuntos pendientes en todo este largo proceso. El primero se refería a los bienes de los templarios. ¿Qué hacer con ellos? Felipe IV el Hermoso, a través de sus ministros, ya había echado mano a buena parte del tesoro de la Orden del Temple en París, pues desde 1307 mejoró notablemente su economía. Pero había que tomar una decisión que fuese aceptada por el Papa. Aunque el rey manifestaba su deseo de que los bienes fuesen entregados a una nueva Orden militar, el Papa determinó, con la bula "Ad providam Christi Vicarii" (2 de mayo de 1312) que los bienes confiscados (los que quedaban...) fuesen destinados a la Orden de San Juan de Jerusalén, menos aquellos bienes que se encontraban en los reinos hispánicos, sobre cuyo reparto hubo que esperar diversos años.

Según parece, el rey francés tenía planeado, con su fiel Nogaret, iniciar también un proceso contra los Hospitalarios, pero la muerte les detuvo en sus ambiciones. De todos modos, el rey se vio libre de sus no pequeñas deudas con los templarios, y recibió importantes sumas de dinero por diversos conceptos relacionados con el largo proceso, con lo que en parte su ambición quedó satisfecha.

31. El segundo asunto era más delicado. ¿Qué hacer con las personas de los templarios? Clemente V determinó, el 6 de mayo de 1312, que continuasen los procesos diocesanos, mientras que el juicio sobre el gran maestre y otros dirigentes de la Orden quedaría reservado al Papa (cosa que, en realidad, delegó a una comisión de eclesiásticos). Estableció asimismo que se asegurase la devolución de sus bienes a los templarios inocentes, y que fuesen tratados benignamente aquellos que confesasen sus culpas.

Los dirigentes de los templarios fueron juzgados por dos cardenales y el arzobispo de Sens, Felipe de Marigny (que ya conocemos por sus arbitrariedades), según una decisión del Papa en diciembre de 1313. El 18 de marzo de 1314, sin haber dejado espacio a la defensa de los acusados, se emitió la sentencia en una sesión pública que se tuvo en la misma París: cadena perpetua a los culpables. Jacobo de Molay y Godofredo (Geoffroy) de Charney (que era preceptor de Normandía), sin que nadie les preguntase, tomaron la palabra y declararon ante los presentes su inocencia.

"Nosotros no somos culpables de los crímenes que nos imputan; nuestro gran crimen consiste en haber traicionado, por miedo de la muerte, a nuestra Orden, que es inocente y santa; todas las acusaciones son absurdas, y falsas todas las confesiones".

Este gesto de valor impresionó profundamente a los presentes. Los jueces decidieron tener al día siguiente una nueva sesión para decidir qué hacer después de lo ocurrido. Pero la noticia llegó con rapidez al rey, que no quiso esperar más tiempo. Ordenó por su cuenta que los dos templarios fuesen quemados vivos ese mismo día. Jacobo de Molay y Godofredo de Charney morían bajo las llamas, pocas horas después, en una isla del río Sena. Algunos dice que Jacobo, antes de morir, pidió que le aflojasen las cadenas para poder unir sus manos como gesto de un caballero que quiere rezar a Dios. No se dio sepultura a los cuerpos de las víctimas: sus cenizas fueron arrojadas a las aguas del río, testigo mudo de una injusticia absurda.

La muerte nos iguala a todos. Pocos meses antes de la muerte de Jacobo de Molay, en 1313, Guillermo de Nogaret dejó este mundo para presentarse al juicio verdadero, el que se produce ante Dios. El Papa Clemente V, con el agravarse de sus enfermedades, quiso salir de Aviñón para dirigirse a su tierra natal, pero falleció antes de llegar a su meta, el 20 de abril de 1314. Felipe IV pudo saborear pocos meses su "victoria", pues moría en el otoño de ese mismo año.


E. Algunas reflexiones conclusivas

 

32. Los hechos presentados hasta ahora suscitan, en nosotros, reacciones vivas de dolor ante tal cúmulo de injusticias. Nos faltan, desde luego, elementos de contextualización de una época en la que las injerencias políticas en asuntos religiosos eran tristemente frecuentes, si es que no eran defendidas incluso a través de pseudo razonamientos teológicos o de escritores panfletarios. El mundo europeo vivía, además, unos momentos de convulsión, en el que las luchas internas entre los nobles de los reinos, entre las naciones y los pueblos, entre el papado y algunos monarcas, se combinaban con las presiones que, de diverso modo, ejercían algunos pueblos dominados principalmente por grupos musulmanes que querían conquistar nuevas tierras "cristianas".

Los sistemas jurídicos permitían, además, un complicado juego de interacciones entre tribunales eclesiásticos y tribunales civiles. El uso de la tortura, algo normal en los reinos medievales, era también admitido como "método" para obtener la confesión de culpables que no "serían capaces" de confesar sus delitos y herejías sin una presión "proporcionada" al grado de su nivel de perversiones.

Tenemos que reconocer, sin embargo, que la tortura era suficiente para amedrentar incluso a caballeros y soldados que se distinguían por su valor en la guerra, como lo habían sido los templarios. Pero un momento de miedo o de abatimiento no puede ser motivo suficiente para descalificar completamente a una persona. Jacobo de Molay y otros templarios firmaron, bajo tortura, confesiones de delitos falsos, y ello puede ser interpretado ciertamente como un gesto de debilidad. Pero la historia de cualquier caballero (de cualquier ser humano) no queda circunscrita sólo a una parte de su vida, por muy oscura y triste que pueda aparecer, sino que abarca la totalidad de sus gestos y el nivel de su adhesión sincera y perseverante a la fe y al amor.

Podemos recordar aquí lo que fue afirmado en un concilio provincial que tuvo lugar en Ravena, en junio de 1311 (es decir, en medio de la tempestad contra los templarios): debían ser considerados inocentes quienes, después de haber declarado su culpabilidad bajo torturas, luego se retractaban. Es, por tanto, legítimo decir que las autoacusaciones firmadas por los templarios tras las torturas no valen nada. Como hemos podido constatar, tristemente, en numerosos procesos organizados por los sistemas totalitarios del siglo XX, procesos en los que miles de inocentes se declaraban culpables de crímenes que nunca habían cometido.

Por lo mismo, Jacobo de Molay merece, como tantos otros templarios, un homenaje. Su último gesto de heroísmo le convierte en un auténtico testigo de la verdad y la justicia. La historia debe reconocer que se enfrentó a fuerzas poderosas y a intrigas profundas, capaces de destrozar, ayer como hoy, incluso a los temperamentos más robustos. Jacobo sucumbió al inicio de la prueba. Pero supo alzarse desde sus cenizas para defender, hasta el último gesto de su vida, la inocencia de la Orden del Temple.

33. Muy distinto, en cambio, debería ser nuestro juicio sobre el rey Felipe IV el Hermoso, un triste esclavo de su propio poder, un hombre capaz de ampararse hipócritamente en su "amor a la Iglesia" para destruir y aniquilar a inocentes a través del uso de todo tipo de argucias y de fechorías, con la mirada puesta solamente en sus ambiciones de grandeza y dinero; un tirano capaz de todo con tal de dar rienda suelta a odios profundos o a envidias despreciables.

34. Quedaría, ciertamente, ofrecer alguna reflexión sobre las numerosas y a veces absurdas leyendas que giran en torno a los templarios. Intentar una respuesta acerca de las mismas llevaría un trabajo arduo para ver cómo y por qué han sido inventadas, aceptadas y difundidas narraciones llenas de fantasía y errores que muestran muy poco sentido histórico y, en no pocas situaciones, mala fe y deseo de engañar al gran público.

Sería, sin embargo, una pérdida de tiempo luchar contra una nube de mentiras y calumnias. El camino más correcto a seguir, en el estudio de cualquier asunto del pasado, es confrontarse con los documentos y dejar de lado suposiciones que se difunden con facilidad pero que carecen de apoyos sólidos. Es lo que hemos pretendido con estas reflexiones que, desde luego, habrá que corregir si nuevos documentos auténticos (la misma historia nos ha mostrado que existen documentos falsos y que a veces tienen una acogida enorme) ofrezcan elementos de juicio que lleven a modificar lo que los estudiosos actuales nos dicen sobre el tema en cuestión.

En este sentido podemos señalar que, a inicios del año 2006, fue dado a la luz un documento encontrado en los archivos vaticanos en el que se recoge la absolución del Papa Clemente V a Jacobo de Molay y a los dirigentes de los templarios, documento que lleva la fecha de agosto de 1308 y que está firmado por varios cardenales. El documento puede ser visualizado en la página del Vaticano (cf. http://212.77.1.199/it/doc/1308.htm).

35. La historia de los templarios nos pone, como cada historia humana, ante el misterio del ser humano. Grande por ser amado por Dios, por haber recibido un alma inmortal, por haber sido redimido por Cristo. Pequeño por las heridas que el pecado original deja en todos. También en caballeros como los templarios, humillados ante la fuerza de un rey, sometidos ante un Papa que se vio aprisionado en un absurdo juego de intereses humanos, víctimas de la codicia de un rey asesino.

Los templarios fueron derrotados: dejaron de existir como institución al servicio de la Iglesia en su marcha temporal. Cuentan, sin embargo, con un lugar en el corazón de Dios según la medida de su amor y de su confianza en Cristo, Salvador del mundo y Señor de la historia, Juez que conoce los corazones y que descubre verdades que escapan a los ojos del más atento investigador, pero no de quien nos ha creado por amor y para el amor.




 

 



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