domingo, 17 de octubre de 2010

Antología E.G.D.T. 2006 - Tomo IV

Madero y Pino Suárez

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Los últimos rayos de luz asomaban por encima de los edificios y templos de la ciudad de México. Caía la noche del 24 de febrero de 1913 y la capital de la república comenzaba a recuperar su tranquilidad habitual después de los violentos combates de los últimos días. En el ambiente, sin embargo, aún se respiraba un macabro olor a muerte. Por la mañana, el pueblo reunido en el panteón Francés de La Piedad despidió a Francisco I. Madero asesinado junto con José María Pino Suárez, dos días antes.

La bandera de la traición ondeaba en el asta del Palacio Nacional y los sublevados, encabezados por Félix Díaz y Manuel Mondragón festinaban la caída del régimen maderista en compadrazgo con Victoriano Huerta, nombrado recientemente presidente de la república por un Congreso cobarde que vistió de legalidad el golpe de estado. El nuevo régimen se levantaba sobre los cadáveres de Francisco y Gustavo Madero y de José María Pino Suárez.

Hasta el Castillo de Chapultepec llegó la noticia del enfrentamiento ocurrido en las primeras horas del 9 de febrero de 1913. Un grupo de rebeldes encabezado por Bernardo Reyes, Félix Díaz y Manuel Mondragón intentó apoderarse del Palacio Nacional pero fueron rechazados por las fuerzas leales al presidente Madero. En la refriega resultó muerto Reyes, por lo que Díaz y Mondragón decidieron atrincherarse en la Ciudadela.

En los primeros días de la Decena Trágica --que duró del 9 de febrero al 18 de febrero de 1913--, Gustavo Madero tenía confianza en la victoria del gobierno encabezado por su hermano. Sin embargo, los minutos se hicieron horas y las horas, días. No era necesario ser militar para saber que los seiscientos hombres atrincherados en la Ciudadela no tenían la mínima posibilidad de éxito. Y sin embargo, el bastión de los rebeldes no caía.

Gustavo sospechaba del general Victoriano Huerta, quien estaba al mando de las operaciones militares. La falta de resultados sólo podía explicarse a la luz de la traición así que ordenó vigilarlo. De ese modo se enteró de las reuniones secretas que sostenía con Félix Díaz --jefe de los rebeldes-- en la pastelería El Globo.

Con las pruebas en la mano, Gustavo aprehendió a Huerta en Palacio Nacional, lo desarmó personalmente y lo llevó ante su hermano explicándole que había descubierto a Huerta en arreglos con Félix Díaz. Eran las 2 de la mañana del 18 de febrero de 1913.

Huerta se justificó frente al presidente y prometió demostrar su lealtad tomando la Ciudadela al día siguiente. Madero escuchó atentamente y dijo: "Señor general, tiene usted 24 horas para demostrarme su lealtad". Acto seguido, le regresó la pistola que Gustavo le había quitado y además reprendió severamente a su hermano "por dejarse llevar de la primera impresión y del primer impulso". Gustavo no daba crédito a lo que sucedía. Su propio hermano se estaba convirtiendo en su verdugo.

Antes de cumplirse las 24 horas, Huerta demostró lo que significaba la lealtad y en la tarde del 18 de febrero se consumó la traición. Madero y Pino Suárez fueron aprehendidos en Palacio Nacional y encerrados en la intendencia del viejo edificio. Casi al mismo tiempo, Gustavo Madero fue detenido en el restaurante Gambrinus por órdenes de Huerta. La muerte esperaba el festín.

Como en ningún otro momento de la historia mexicana, la maldad rompió sus cadenas en febrero de 1913. La sangre de los rebeldes hervía en la Ciudadela. Los soldados festejaban el triunfo de su movimiento, disparaban al aire, gritaban y se emborrachaban. Esperaban de un momento a otro el platillo principal en el banquete de la muerte.

Gustavo Madero estaba condenado a pagar todo el odio y la ira desatada contra el régimen maderista. Su sangre llenaría las copas de los porfiristas que jamás perdonaron a Madero la caída del dictador. Eran las 2 de la mañana del 19 de febrero cuando Gustavo y el intendente del Palacio, Adolfo Bassó, llegaron a la Ciudadela. De inmediato comenzó el martirio. Gustavo intentó salvarse invocando su fuero de diputado. Como única respuesta recibió una bofetada del traidor Cecilio Ocón. "Así respetamos nosotros tu fuero" -dijo.

Excitada, la turba de soldados se arrojó sobre Gustavo dándole de puñetazos, escupiendo sobre su rostro, pateando su cuerpo. De pronto, un soldado de apellido Melgarejo, tomó su bayoneta y descargó un brutal impacto sobre el ojo sano de Gustavo dejándolo permanentemente ciego. La sangre corrió a borbotones por todo su cuerpo. El honorable ejército de la Ciudadela estalló en carcajadas. Algunos siguieron el ejemplo y comenzaron a picar con bayonetas y cuchillos a la víctima que hacía hasta lo imposible por mantenerse en pie. Otros le disparaban a quemarropa pero en lugares que no le quitaran la vida.

Gustavo lloraba de dolor, de rabia, de impotencia al tiempo que gritaba "¡mamá, mamá!". Sus lágrimas se mezclaban con la sangre. Los verdugos le gritaban "cobarde", "llorón" y arremetían con más furia. En medio de la vejación, un disparo de pistola alivió el dolor de Gustavo. Al recibir la muerte, su cuerpo presentaba treinta y siete heridas. De inmediato, los soldados se lanzaron sobre el cadáver para despojarlo de sus pertenencias: sesenta y tres pesos, tres cartas de su esposa Carolina fechadas en Monterrey y un libro de apuntes que terminaba con la frase: "Todo está perdido. Los soldados no quieren pelear".

El cadáver fue enterrado a medias frente a la Ciudadela, cerca del monumento a Morelos, en medio de las trincheras y las ruinas provocadas por los combates de los últimos días y en espera de una sepultura más digna.

Los asesinatos de Gustavo Madero y del intendente del Palacio Adolfo Bassó --ocurrido esa misma noche, pocos minutos después--, anunciaron el destino que aguardaba a Madero y a Pino Suárez. Sin saber de la terrible muerte de su hermano y presionado por varios ministros y por su propia familia, el presidente Madero aceptó presentar su renuncia al Congreso la mañana del 19 de febrero. Pino Suárez siguió el mismo derrotero. Ambos fueron persuadidos de que con ese acto pondrían a salvo sus vidas y la seguridad de sus familias sería garantizada.

Presos en Palacio Nacional, Madero y Pino Suárez abrigaban la esperanza de saldrían con bien del terrible trance. Corría el rumor de que serían enviados a Cuba. El general Felipe Ángeles, también prisionero, no era tan optimista.

Madero y Pino Suárez vivieron la víspera de su martirio al lado de Felipe Ángeles. Cinco días compartieron la angustia de la incertidumbre y el paso abrumadoramente lento de los minutos. Fueron horas de conversación interrumpidas por largos silencios de reflexión y tristeza. El general recibió de Madero los últimos destellos de su aurora democrática que ya se extinguía.

La mañana del 22 de febrero, don Francisco recibió la visita de su madre y con ella se apagó cualquier luz de esperanza. Gran impresión le causó verla toda vestida de negro. Su corazón se agitó temiendo lo peor. Doña Mercedes, con el rostro demacrado, le comunicó la terrible muerte de Gustavo. El ex presidente finalmente se derrumbó. "Le afectó tanto a Pancho que estaba como un niño llore y llore --escribió su hermana Ángela--. A mamá se le hincó muchas veces pidiéndole perdón porque decía que él era el causante de la muerte de Gustavo y que él y nosotros veíamos claro, que sólo el tenía una venda en los ojos que le hizo cometer errores. Cómo sufrió el pobrecito con esos pensamientos".

Al caer la noche, cuando los tres prisioneros intentaban dormir, el general Ángeles pudo escuchar, casi como un susurro, a Madero que lloraba por su hermano. Su alma estaba irremediablemente desgarrada.

Pasadas las diez de la noche, el mayor de rurales Francisco Cárdenas acompañado por otro hombre --ambos esbirros de Huerta-- irrumpieron en la intendencia del Palacio con la orden de trasladar a Madero y a Pino Suárez a la Penitenciaría del Distrito Federal. De inmediato supieron que el final estaba próximo. Don Francisco se vistió --aún era visible el rastro dejado por las lágrimas- y abrazó al general Felipe Ángeles que, impotente, observó a sus amigos caminar hacia la eternidad.  Antes de partir, Madero expresó unas últimas palabras: "adiós mi general, nunca volveré a verlo".

Francisco Cárdenas tenía quince años sirviendo en el Cuerpo de Rurales y el 21 de febrero de 1913 solicitó al gobierno huertista su traslado e incorporación al ejército federal. Huerta y Blanquet lo recibieron con los brazos abiertos: en su hoja de aptitudes el mayor Francisco Cárdenas estaba definido como "apto para desempeñar las comisiones del servicio que se le confían". Era el hombre indicado para dar muerte a Madero.

Cárdenas ordenó al ex-presidente que abordara un automóvil Protos estacionado frente a la intendencia del Palacio. José María Pino Suárez, custodiado por el teniente Rafael Pimienta subió a otro vehículo. Cerca de las 11 de la noche, los dos automóviles abandonaron Palacio Nacional y enfilaron hacia la penitenciaría de Lecumberri. Al llegar a la entrada principal, se detuvieron un instante y se les informó que debían ingresar por la parte posterior del edificio.

Ni siquiera los fanales de los automóviles podían atravesar la oscuridad de la noche. Los llanos de San Lázaro eran literalmente una boca de lobo.  Los vehículos se detuvieron. Cárdenas obligó a Madero a descender del auto y en ese instante, sin atreverse a mirarlo de frente, le disparó dos veces en la parte posterior de la cabeza. El cuerpo exánime de Madero cayó al piso lleno de sangre.

Pino Suárez, que también había descendido del vehículo, al percatarse de la suerte de su amigo, intentó huir pidiendo auxilio. Rafael Pimienta tomó su carabina y con ayuda de varios hombres dispararon indiscriminadamente sobre el otrora vicepresidente que cayó acribillado por los impactos de bala.

Ambos cadáveres fueron subidos al automóvil Protos para ser llevados al patio de la penitenciaría. Uno de los guardias abrió la portezuela y a pesar de la oscuridad, pudo observar los dos cuerpos inertes. Encima de Pino Suárez se divisaba el cadáver ensangrentado de Madero.

El sarape era de color gris. El celador lo extendió sobre la tierra junto al automóvil. La siguiente escena fue macabra. Varios individuos sacaron el cadáver de Madero y lo colocaron sobre el sarape que pronto se ennegreció por la presencia de la sangre. Procedieron de la misma forma con el de Pino Suárez pero le rompieron las piernas para que entrara en las improvisadas fosas que apenas alcanzaban el metro de profundidad. Ambos cadáveres quedaron sepultados casi al ras del suelo y el sarape fue incinerado.

Cuando Huerta fue notificado de lo sucedido con los cuerpos estalló en furia y ordenó su exhumación inmediata. "Había necesidad de que las autoridades dieran fe de los hechos" y era imprescindible que se les practicara la autopsia para guardar las formas legales.

Una vez exhumados, los cuerpos Madero y Pino Suárez fueron arrastrados hasta la enfermería del penal y colocados en sus respectivas planchas. Las ropas "estaban llenas de tierra lodosa, así como las cabezas, las manos, la cara...". La vestimenta del ex-presidente no presentaba ningún orificio de bala, pero estaba manchada de sangre por la espalda a causa de la hemorragia provocada por las heridas en la cabeza.

El lavado de los cuerpos fue minucioso y se llevó un par de horas. No quedó rastro alguno de sangre. Cerca del amanecer los cadáveres fueron trasladados al anfiteatro y los doctores efectuaron las autopsias. Madero presentaba dos orificios de bala en la cabeza; Pino Suárez trece en distintas partes del cuerpo.

El domingo 23 de febrero la ciudad de México amaneció con la noticia de los asesinatos de Madero y Pino Suárez. Nadie esperaba un desenlace fatal como el de Gustavo Madero; no en el caso de don Francisco que además de ser ex-presidente de México aún contaba con gran número de simpatizantes. Sin embargo, aquella mañana los principales diarios capitalinos anunciaron a ocho columnas: "Anoche murieron camino de la penitenciaría D. Francisco I. Madero y el Lic. José M. Pino Suárez. Un grupo armado atacó a la escolta que conducía los prisioneros".

Con la confusión imperando en la capital de la República, a nadie extrañó que todos los periódicos manejaran la misma información y los mismos encabezados; como si provinieran de una sola fuente. Ninguno se atrevió a utilizar la palabra "asesinato" y la única diferencia se apreciaba en la redacción: "Los Sres. Madero y Pino Suárez fueron muertos anoche en los solitarios llanos de la escuela de tiro. Una escolta del 7º Cuerpo de rurales custodiaba los autos en los que iban prisioneros cuando fue asaltada a la fuerza por un grupo de hombres armados". Nadie por supuesto creyó la versión oficial.

Conforme avanzaba la mañana del 23 de febrero, la gente se reunió en torno al lugar de los asesinatos. Se alcanzaban a escuchar plegarias y lamentos. La gente lloraba. Con piedras y ladrillos, las mujeres levantaron dos montículos que fueron coronados por cruces: "una hormada con alambres; la segunda, con ramas de árbol que parecían cortadas la víspera o muy de madrugada".

El lunes 24 de febrero, más de dos mil personas se congregaron frente a la penitenciaría de Lecumberri. Querían acompañar a don Panchito a su última morada; ayudar a cargar el féretro, elevar una plegaria. Poco antes de las diez y media de la mañana llegó la carroza fúnebre. Iniciaba el último acto.

En un "elegante ataúd, forrado de seda y con agarraderas de plata" fueron sacados los restos del ex-presidente. Al verlo salir, la multitud no pudo contenerse, no lo intentó siquiera. Como una sola, las dos mil gargantas arrojaron un grito reivindicador; un grito de dolor y rabia que se escuchó hasta el último rincón de la Patria: "¡Viva Madero!". La policía tuvo que reprimir la improvisada manifestación.

La carroza se abrió paso entre la gente y tomó rumbo hacia al panteón francés de La Piedad. En el cementerio esperaba la familia Madero. Casi ninguno de los viejos maderistas pudo presentarse al entierro. Se encontraban escondidos o huyendo de la represión huertista. Varios policías vigilaban la escena. Tenían órdenes estrictas de dar sepultura inmediata si se "pretendía abrir la caja para hacer alguna investigación". Haciendo caso omiso de la advertencia, doña Sara se quitó un crucifijo que colgaba de su cuello; lo besó, y pidió que se abriera el féretro. Aprovechando un descuido de la policía, el coronel Rubén Morales --ayudante personal de Madero durante la Decena Trágica-- abrió el ataúd y colocó el crucifijo sobre el pecho de don Francisco, no sin antes percatarse de que el cadáver aún presentaba las ropas de reo con que fuera vestido luego de la autopsia.

El desenlace estaba próximo. El féretro comenzó a descender. En cuestión de minutos estaría cubierto por completo. Los rostros mostraban infinita tristeza. La viuda volvió a llorar y con sus lágrimas mojó la tierra que ya cobijaba a su esposo. Terminado el entierro, la gente se retiró.

Para la familia Madero el difícil trance no terminaba aún. Seis días tardaron en saber dónde se encontraba el cadáver de Gustavo Madero. Durante el entierro de don Francisco un alma caritativa se apiadó de la familia y les informó que el cuerpo de Gustavo había sido hallado a flor de tierra en la plaza de la Ciudadela y trasladado al panteón de Dolores.

Luego de varias gestiones ante el presidente Huerta y el general Manuel Mondragón, los restos de Gustavo fueron entregados a sus deudos con la condición de que "sería enterrado calladamente, sin la concurrencia de amigos y menos aún, de fotógrafos y periodistas". El licenciado Alberto J. Pani --amigo del infortunado hermano de Madero-- recuperó un pedazo de camiseta con las iniciales G.A.M y su ojo de esmalte --aquel que le fue arrancado con una bayoneta momentos antes de su muerte--, lo cual permitió la identificación del cadáver.

"Nadie tenía esperanza de que encontraran sus restos --escribió Ángela Madero-- porque sus verdugos decían que no lo entregarían nunca, pero la Providencia nos permitió siquiera poderlos recoger… Me quitaba el sueño ese solo pensamiento, imaginarme que estarían ahí nomás en la misma Ciudadela, profanados por las pisadas de tanto infame. Afortunadamente están ya en nuestro poder y su alma purificada, así como la del pobrecito de Pancho estarán en la mansión de justos gozando de Dios".

Muy poca gente asistió al entierro de Gustavo. Su cuñada, Elena Villarreal envió dos crucifijos; uno fue colocado en el cuello del difunto; el otro acompañó al féretro en el cortejo que partió del panteón de Dolores y terminó en el panteón Francés. Doña Mercedes, madre de los hermanos asesinados, había reservado una fosa para Gustavo junto a la tumba de Francisco. Sabía que tarde o temprano su cuerpo sería encontrado, y por sobre todas las cosas deseaba que sus hijos permanecieran unidos en la paz de los sepulcros, como finalmente sucedió. La historia no olvidaría jamás, la sangre derramada cruelmente en febrero de 1913.


¿Magisterio?

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Los medios han insistido en llamar al borlote provocado por los líderes de la Coordinadora de los disidentes del SNTE: el "problema magisterial".  Pero, si por magisterio se entiende maestros, cabe la pregunta: ¿Qué tienen de maestros los borloteros que están perjudicando a medio mundo pero principalmente a los niños y jóvenes?

El inagotable ingenio mexicano salió a relucir por este motivo.  Hace unos días vi, en un diario de la Ciudad de México, una caricatura alusiva a lo que está sucediendo en Oaxaca.  Resulta que se encuentra el jefe del Cartel del Ciudad Juárez con el jefe del Cartel del Golfo, y le dice uno al otro:

-- "estoy muy preocupado porque con los enfrentamientos que tenemos se nos está acabando la gente de que disponemos".

El otro, pensando su respuesta le contesta:

-- "No te preocupes mano, con los mamarrachos que fungen de maestros en el estado de Oaxaca, lo más seguro es que de ahí van a salir muchos muchachos adecuados para engrosar nuestra filas".

Cuando vi esta caricatura no pude menos que sentirme apesadumbrado y me dije a mi mismo: Que triste y lamentable es que la sociedad oaxaqueña no se dé cuenta del mal que le están haciendo a sus hijos confiándoselos a esos energúmenos incapaces.

Es necesario que en nuestro país se legisle en la materia a fin de que se impongan requisitos drásticos para los que quieran obtener la Licenciatura de de Maestro, no sólo de los conocimientos académicos necesarios, sino de una intachable conducta y moral.

Existe en el código penal mexicano un delito que es considerado grave que, para variar, es letra muerta, se denomina "Lesa Patria", que significa daño u ofensa grave a la Patria.  Los salvajes de la Coordinadora son reos de ese delito al cometer agravio a lo más preciado de la Patria que son los niños y jóvenes.

Con el borlote que de marras han afectado seriamente la economía del Estado de Oaxaca, los comerciantes –de todos tamaños-- han visto afectados sus economías, sobre todo los relacionados con el turismo.  Resulta incongruente en grado superlativo que hablen de derechos y pisotean el de los demás, que le exijan el Estado mejoras económicas y dañan la economía del Estado, que exijan la renuncia del gobernador por su puro capricho pues saben que no tiene sustento legal dicha exigencia.

Ahora bien, los empresarios –de cualquier ramo e independientemente de la afectación sufrida—cuentan con el apoyo de sus respectivas organizaciones gremiales (cámaras) para querellarse, pero a los niños y jóvenes –que son los principalmente afectados-- ¿Quién los defiende?, me dirán que sus padres, ¿cuales padres?, ¿los que se han mantenido pasivos todo este tiempo?  Posición que yo no digiero, tal parece que no se dan cuenta que esos salvajes –perdónenme pero no encuentro otro nombre que darles—no tienen atributos para ser maestros, ¿con qué calidad moral pueden ser los mentores de los niños y jóvenes?

Hace algunas semanas los Ombudsman de Iberoamérica firmaron un acuerdo para vigilar y defender el derecho de niños y jóvenes a recibir una educación de calidad.  Ojalá la Comisión Nacional de Derechos Humanos proceda en consecuencia.

 

Manuel González

 La pasión de un presidente

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

El administrador ordenó a los peones que abrieran el portón de la hacienda. A lo lejos se levantaba una nube de polvo. El carruaje tirado por cuatro caballos avanzaba rápidamente. En la casa principal todo estaba listo. La habitación más grande --la del general-- fue vestida de luces para tan importante ocasión. Nadie sabía a ciencia cierta quién venía a bordo del coche, pero no quedaba lugar a dudas de su importancia. El propio general se había encargado de supervisar hasta el último detalle.

Tuvo ella que alzar ligeramente su vestido para descender del carruaje, lo suficiente para mostrar su firme y bien torneada pantorrilla, que arrancó un suspiro a los presentes. El administrador, el caporal y algunos peones quedaron impresionados por la sensualidad de la joven mujer y no pudieron evitar pensamientos pecaminosos.

Sus ojos claros brillaban con intensidad. Miraba con inocente coquetería iluminando todo a su alrededor. La suave y blanca piel asomaba discretamente por el escote y así incitaba a la más desenfrenada pasión. El andar cadencioso era seguido por el aroma de un cuerpo perfecto, que colmaba el espacio. Esa mujer hubiera hecho pecar a la corte celestial.

El sol caía en el horizonte y la misteriosa dama apenas pudo percatarse de la belleza de la hacienda de Chapingo, su nueva morada. La casa principal, en el más puro estilo clásico, había sido remodelada por instrucciones del general. Entre las novedades se contaban dos pararrayos, uno en el reloj y otro en las torres de la capilla. Su dueño no escatimó gastos y compró tres arbotantes eléctricos que funcionaban con una dinamo e iluminaban la entrada principal de la casa -cuando la electricidad apenas comenzaba a utilizarse en las principales ciudades del país.

El color de la fachada seguramente evocó en la atractiva mujer su vida en Europa. Era un verde brillante --según los cánones de la moda arquitectónica en el viejo mundo-- logrado con pinturas mandadas traer por el conocido arquitecto Antonio Rivas Mercado, quien estaba a cargo de la remodelación y decoración interior de la casa. A él se debía también la colocación de losas de Guanajuato en el piso de la capilla, el corredor y el frente de la casa.

La seductora dama entró sin decir palabra --tiempo tendría para admirar en detalle la hacienda-- y fue conducida a los aposentos del general. Tenía a su disposición todas las comodidades y podía permanecer en ellos sin sufrir privación; en el interior había bandejas con fruta, bocadillos, jarras de agua, pulque y vino. Bastaba el toque de una pequeña campana para que los sirvientes recogieran las sobras y colocaran nuevos alimentos. No necesitaba salir de la habitación, su única obligación era esperar a su amante, don Manuel González, el presidente de la república.

 

* * *

 

La historia de la hacienda de Chapingo se remonta a finales del siglo XVII. El dueño original fue un español de nombre Antonio de Medina y Picazzo que la mantuvo nueve años y luego la vendió. La extensa propiedad vio una de sus mejores épocas en manos de la Compañía de Jesús, que la puso a trabajar con éxito. En casi ochenta años la hacienda aumentó su extensión de 2,683 a 9,789 hectáreas. Durante la administración de los jesuitas fueron construidos el edificio principal y la capilla; llegó a ser tan próspera que fue reconocida como una de las haciendas cerealeras más productivas del siglo XVIII.

El centenario conflicto entre el poder del estado y de la iglesia terminó con el paraíso jesuita de Chapingo. Tras el decreto de expulsión de la Compañía de Jesús de los dominios españoles, la hacienda fue expropiada por la corona y puesta en manos de un particular en 1777. A lo largo de los siguientes cien años la ocuparon diversas familias.

Los cambios de propietario no afectaron la belleza del inmueble. La casa principal era sólida y espaciosa, construida de mampostería. En la planta alta se encontraban las habitaciones de la familia, cuyas ventanas estaban orientadas hacia un amplio jardín donde los jesuitas habían edificado la capilla con un cuarto que hacía las veces de sacristía. Un sacerdote visitaba regularmente la hacienda y oficiaba misa para la familia que la habitaba.

Desde la estancia se alcanzaban a ver los sembradíos: trigo, maíz, magueyes. La hacienda contaba con otra casa, de menor tamaño, donde vivía el mayordomo, y un conjunto de cuartos (casillas) para la peonada. Además, disponía de los elementos básicos de una hacienda agrícola: caballerizas, cochera, pajar, corral, gallinero, troje, bodega de aperos, cocina y despensa, cuarto para carbón.

En 1884 el todavía presidente de la república, Manuel González, compró la propiedad. Había estado en ella en una de tantas campañas militares en que participó y desde el primer momento quedó prendado. Chapingo no pudo caer en mejores manos, el general le dedicó tiempo, dinero y esfuerzo. Si con los jesuitas la vida de la hacienda había alcanzado alturas insospechadas, bajo la administración de González superó cualquier expectativa.


El compadre González

Lo llamaban el Manco. Su audacia --muchas veces irresponsable-- lo llevó a ser herido al menos en diecisiete ocasiones. Las cicatrices de su cuerpo mostraban los vestigios de balas y metralla. Una marca permanente en su rostro daba testimonio de la caricia recibida por la afilada hoja de un sable. Sin embargo a la hora del combate nunca se arredró. Manuel González era un hombre hecho para la guerra.

No hubo conflicto armado en el cual no estuviera inmiscuido y siempre tuvo la fortuna de su lado. Durante la guerra contra la intervención y el imperio (1862-1867) su destino coincidió con el de otro hombre de armas cuya carrera iba en franco ascenso: Porfirio Díaz. El general oaxaqueño quedó gratamente impresionado por las dotes de buen jinete que mostraba González y lo incorporó a sus filas. En poco tiempo era el jefe de su estado mayor.

A partir de entonces los dos hombres forjaron una estrecha amistad sellada con un promisorio compadrazgo. Durante el asalto republicano a la ciudad de Puebla --2 de abril de 1867--, don Manuel perdió el brazo derecho. Nueve años después, su oportuna intervención en la batalla de Tecoac le abrió las puertas de la presidencia a Porfirio Díaz y, herido en el muñón, Díaz le agradeció el gesto entregándole el ministerio de Guerra y en 1880 la Presidencia de la república.

"Se sobreponía en él --escribió Justo Sierra-- no sé qué espíritu de aventura y de conquista que llevaba incorporado en su sangre española y que se había fomentado en más de veinte años de incesante brega militar en que había derrochado su sangre y su bravura. El general González es un ejemplar de atavismo: así debieron ser los compañeros de Cortés; física y moralmente así. De temple heroico, capaces de altas acciones y de concupiscencias soberbias, lo que habían conquistado era suyo y se erizaban altivos y sañudos ante el monarca, para disputar su derecho y el precio de su sangre. El presidente creía haber conquistado a ese precio, en los campos de Tecoac, el puesto en que se hallaba; era suyo y lo explotaba a su guisa".

Y aunque su elección como jefe del poder ejecutivo se verificó guardando todas las formas constitucionales, en la mentalidad del guerrero tamaulipeco el poder era una más de sus conquistas; otra plaza tomada luego del asedio, una batalla ganada. Su administración fue un desastre, agravada en gran medida por los ataques infundados de sus enemigos, azuzados por su propio compadre Díaz para evitar que le tomara gusto a la Presidencia. Sin embargo, entre dimes y diretes, González aprovechó el cargo para amasar una buena fortuna. A unos meses de entregar la Presidencia, el general compró las casi 13 mil hectáreas que conformaban entonces la hacienda de Chapingo.


Al ojo del amo

Desde su cargo de presidente de la república el general dispuso de todos los recursos e influencias para introducir mejoras y desarrollar la producción de su nueva hacienda. Siguió al pie de la letra el viejo dicho "el ojo del amo engorda al caballo" y estuvo pendiente de cada operación de Chapingo.

La producción se anotaba semanalmente en libros de contabilidad que registraban entradas y salidas de dinero, cereales, semillas y ganado. La hacienda producía trigo y maíz y además cebada y alfalfa para sus propios animales. Las mayores entradas económicas provenían de la venta de madera y ganado fino y de la comercialización de leche y pulque en la ciudad de México.

Para impulsar la producción don Manuel introdujo la maquinaria en su momento más moderna para barbechar, sembrar y desgranar cereales. Por si fuera poco, desde una de las vías férreas que comunicaban a la ciudad de México construyó un ramal que llegaba directamente a su hacienda; de esa forma, cuando invitaba a familiares, amigos o ciertas mujeres, los trasladaba cómodamente a bordo del ferrocarril. Con ayuda del arquitecto Rivas Mercado proyectó un conducto que llevara agua del pueblo de Chimalhuacán a su hacienda.

Era metódico y disciplinado en la administración --como no lo fue en la Presidencia-- y tenía la última palabra en cualquier asunto relacionado con Chapingo: negociaciones, mejoras y reformas, compra y venta, llamadas de atención a los peones. Para evitar que el administrador le tomara gusto a las grandes sumas de dinero que ingresaban, nunca le permitió tocar el efectivo; un hombre de toda su confianza recogía el dinero y el administrador recibía exclusivamente lo de la raya, algo para las mejoras materiales y su sueldo.

En 1885, una vez fuera de la Presidencia, le escribían desde su hacienda: "... las caballerizas están en obra, faltando los derramaderos; se derribó el portal de la tienda para franquear el paso a la vía férrea, obra que servirá para resguardar el vagón de la intemperie, se ha construido el bordo de la tabla de la Teja y pronto se le echará agua para abonar la tierra. La máquina desgranadora de maíz funciona muy bien, de manera que desgrana y saca perfectamente limpias 200 cargas de maíz diarias".

Aunque González se hizo de muchas otras propiedades, Chapingo fue, con mucho, su hacienda preferida. No sólo por las ganancias económicas que le reportaba, sino por el espacio de intimidad que encontraba entre sus linderos. Durante los últimos meses de la Presidencia no había fin de semana en que no se presentara para distraerse de sus ocupaciones. Divorciado y vuelto a casar, dejaba a su nueva esposa en la ciudad de México y marchaba a Chapingo, como ante los hacía a los campos de batalla, para coronar en su hacienda las últimas conquistas.

 

La circasiana

Decían las malas lenguas que a raíz de la pérdida de su brazo don Manuel había desarrollado un desenfrenado apetito sexual, y para saciar sus más bajas pasiones mandó construir en Palacio Nacional una habitación contigua al jardín --con una puerta secreta que daba a la calle-- por la que desfilaban decenas de mujeres dispuestas a entregarse al juego del poder, la seducción y el sexo.

Con el tiempo el general ya no encontró satisfacción en las mujeres mexicanas. Escuchó entonces una historia que parecía surgida de la mitología. Se hablaba de unas mujeres que habitaban en Circasia, región caucásica de Rusia, que transpiraban pasión y sensualidad y cuya mayor virtud era la magia sexual que poseían. Nada había comparable en el mundo a una noche de pasión con una circasiana. El máximo placer jamás imaginado corría por las yemas de sus dedos, por su curvada cintura, por sus pechos firmes y sus amplias caderas amplias, por su aroma convertido en elixir de amor.

Ni tardo ni perezoso, don Manuel hizo los arreglos convenientes, envió por una de aquellas míticas mujeres y puso la hacienda de Chapingo a su entera disposición. Durante algún tiempo la misteriosa dama, a quien todos conocían como "la circasiana", fue ama y señora de la hacienda. Se paseaba por los jardines, caminaba por los corredores, era como una visión dentro de la hacienda, como un fantasma. Nadie se acercaba a ella y dejaba a su paso una estela de misterio. Cuando la visitaba el general, el tiempo y su vida dejaban de tener sentido. Tal fue su fascinación por aquella mujer, que el general ordenó la construcción de una fuente morisca conocida con el tiempo como "de las circasianas", para dejar testimonio de que en sus brazos llegó a conocer la gloria.



 


Manuel J. Clouthier

 

Luchador incansable por la democracia, reconoció las instituciones y pugno por su mejoramiento.

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Hago un Homenaje Póstumo al Ing. Manuel J. Clouthier del Rincón  Líder Social que impulsó con Vehemencia  los principios de participación, Solidaridad, Subsidiariedad, Libertad Responsable y Bien Común. Candidato presidencial en 1988 con los más elevados logros hasta entonces en pro de la democracia destacamos su entrega generosa y valiente por México.

 

Se está conmemorando el aniversario de la muerte de Manuel Clouthier en este inicio de octubre. De una muerte que quedó siempre en la duda de si fue un accidente o fue un atentado y no nos vamos a meter a esa investigación en este momento.

 

Los antecedentes de "Maquio" son claros; fue líder de productores agrícolas en Sinaloa, fue dirigente del Movimiento Familiar Cristiano; después dirigente nacional de la Coparmex, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial y a partir de esta experiencia social y cívica aceptó ser candidato a la gubernatura del Estado de Sinaloa por el Partido Acción Nacional. Perdió y reconoció su derrota y dijo ya aprendí bastante ahora voy a ser candidato a la Presidencia de la República entonces fue candidato presidencial en el año clave de la historia de la democracia mexicana 1988, año en el que también el Ing. Cuahutémoc Cárdenas decidió confrontar al sistema político vigente autoritario.  

 

Ahora dicen que Clouthier hizo una resistencia civil contra el resultado electoral con un plantón en reforma para compararlo con López Obrador;  eso es una mentira  porque, el plantón de Manuel Clouthier fue frente al Ángel de la Independencia,  sin obstruir el tráfico sobre la banqueta, y fue un ayuno, una huelga de hambre, para exigir las condiciones de la democracia antes de las elecciones; y además con éxito porque se  llegó a modificar la legislación electoral.

 

Después de las elecciones se hicieron dos investigaciones, una investigación matemática  para reconstruir el proceso electoral y una investigación de campo ¿Por quién votaste?, ambas con rigor académico, rigor estadístico en las dos quedaba claro que el tercer lugar en las elecciones lo tuvo Manuel Clouthier, en Segundo Lugar Cuahutémoc Cárdenas y a pesar de los fraudes cometidos por  el sistema político, reconstruyendo la elección eliminando los distritos de votación improbable, efectivamente fue Salinas de Gortari con el mayor porcentaje 34% y no más del 50% como dijo el Gobierno.

 

¿Cuál fue la reacción de Clouthier? Denunció el fraude que si hubo, pero  acepto lo esencial del resultado electoral y entonces dijo "empezamos la campaña para los próximos seis años". Quienes fueron sus amigos y asesores cercanos, conocieron todos los detalles; y entonces inició esa labor para los siguientes seis años y precisamente como empezó a tener mucho éxito estorbaba en el sistema político.

 

Fue un luchador incansable por la democracia y aunque le molestaban muchas cosas en definitiva reconoció las instituciones y pugno por su mejoramiento.

 

 Hay un hecho histórico, independientemente de que la figura de Carlos Salinas de Gortari sea desagradable para muchos actores, era el presidente constitucional de  México. Recién tomó posesión se le invitó a la asamblea de Coparmex como siempre se invitaba a los presidentes, y ahí Manuel Clouthier y el Presidente de la República se saludaron siendo testigos los empresarios, y Manuel Clouthier dijo: "hasta aquí se pudo avanzar hasta ahora  con todos los errores graves del sistema político, pero ya le hicimos un boquete al sistema y dentro de seis años habrá más democracia en México", eso fue lo que dijo Clouthier al Presidente Carlos Salinas de Gortari.

 

A Manuel Clouthier, personaje que nunca se dobló, que nunca se fue a la violencia, que mantuvo los principios por encima de todo, le rindo, uniéndome a todas las organizaciones que así lo han hecho, un homenaje y afirmo que sigue siendo para todos los que amamos a México un ejemplo a seguir.

 

 


Marx, Engels, Lenin y Trotzky

Siguen vigentes

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel



 

Los inesperados acontecimientos post electorales en México, han puesto de relieve la vigencia de las ideologías revolucionarias. Los principales promotores intelectuales de la presente desestabilización, que han puesto en riesgo nuestra gobernabilidad, tratan de que no sea tan obvia la aplicación de los objetivos, los métodos y las estrategias revolucionarias que paradójicamente evidencian la magnitud de la batalla cultural, con su derivado político, en la que estamos implicados todos, incluidos aquellos que no tienen la más mínima conciencia de lo que ocurre y de lo que está en juego. Hubo hace apenas unos cuantos años que algunos "cándidos" pensaron y se auto convencieron de que "ya estaba todo resuelto" y que sólo procedía "coser y cantar". Pasaron de "idiotas útiles", según los calificara Lenin en su tiempo, a "imbéciles útiles" actuales.


La "I Internacional" fue creada por Carlos Marx y un reducido grupo de seguidores, en Londres en 1864; puso en evidencia el propósito firme de los revolucionarios para acabar con la "propiedad privada" a la que atribuían, en su engorrosa argumentación, la causa de la explotación y de la injusticia. Marx se autoproclamó a sí mismo como el primer "socialista científico", para distinguirse de los socialistas antecesores, a los que llamó "utópicos". Muerto Marx se disolvió la Internacional por la infiltración y el sabotaje de los anarquistas, razón por lo que su correligionario, financiero y amigo, el rico industrial textilero Federico Engels, creó la "II Internacional" en París en 1889, misma que fue disuelta en dos ocasiones: antes de los estallidos de las dos guerras mundiales, a causa de la contradicción en la que incurrían los delegados socialistas que votaban por la paz en las reuniones de la Internacional y por la guerra en sus respectivos parlamentos nacionales. La II Internacional, también llamada "Internacional Socialista", y sus socios, -que quieren ser reconocidos como "social demócratas"- hace pocos años, todavía en vida de Willy Brandt, repudiaron a Marx y adoptaron a Engels, lo que explica que su actual propósito y estrategia sea, acabar con "la familia monogámica", que según Engels es la causa de la explotación y de la acumulación de la riqueza.

 

 

La "III Internacional" fue creada en Moscú en 1919, por Vladimir Ilich Lenin, al haber conseguido el poder con la estrategia eficaz de la "guerra revolucionaria" y la técnica del "golpe de Estado". Lenin evidenció a Marx como "utópico" al haber diseñado la maquinaria para hacer la revolución, es decir, "el Partido Comunista". Las diferencias de concepción entre Lenin y Trotzky se acentuaron y se profundizaron con Stalin. Lenin había diseñado la "revolución continua" y la idea de establecer el comunismo en Rusia y de ahí expandirlo a todo el mundo; en cambio, Trotzky concibió "la revolución permanente" para hacerla simultáneamente en todos los países el mundo. Esta diferencia sólo ocultaba la ambición personal por el liderazgo del proyecto comunista mundial y nada más.

                                                                                   

 

Después de 1921, se diseñaron otras variables a propósito de las diferencias de lo que entre ellos llamaban países capitalistas, feudales y semi feudales o semi capitalistas, para los que se diseñaron "la vía no capitalista de desarrollo" y "la vía del nacionalismo revolucionario". De la confrontación con Stalin la consecuencia fue la fractura, persecución y asesinato de Trotzky. En su huida sistemática desde Moscú, pasó por varias ciudades de Europa; en 1938 en París fundó, bajo "gran secreto", la "IV Internacional". De todo esto resultaron variantes y combinaciones como la llamada "guerra popular prolongada" de alta o de baja intensidad. Luego vinieron otros líderes comunistas como Mao Tse Tung, que creó el modelo "foquista" y otras variantes, hasta la conocida "guerra de guerrillas" que algunos ignorantes atribuyen al Che Guevara.


Existen también modalidades y variables más recientes, al menos por su conocimiento y puesta en práctica, como son las teorías de Gramsci, Habermas y Althusser, hasta llegar al llamado "nuevo socialismo del siglo XXI" impulsado por Hugo Chávez y sus teóricos de la "revolución bolivariana", sin dejar de señalar la aberración del llamado "socialismo cristiano" y las fantásticas construcciones ideologizadas del "socialismo alternativo" y del "socialismo intersticial" de factura globalifóbica, que pretenden hacer nacer la hipotética "V Internacional". Lo que resulta importante en este sintético repaso de modalidades estratégicas y tácticas para hacer la revolución socialista del siglo XXI, es tomar nota del "circo de tres pistas" que se está configurando en el caso de la desestabilización mexicana actual. Se integra por la presencia actuante de un "núcleo duro" (EZLN, EPR, ERPI y APP'S), "agitación callejera" (Frente Amplio Progresista) y "asalto a la tribuna legislativa" (PRD, PT y PCD). El "separatismo vasco" en España, ya ha utilizado el "circo de tres pistas"; "núcleo duro", la ETA; "agitación callejera", Herri Batasuna, y "asalto al parlamento" el PNV. Las tres pistas actúan moduladamente según conviene a la eficacia del objetivo: "tomar el poder", ya sea bajo el modelo "foquista" de Mao; de la "guerra popular prolongada" de Lenin o Trotzky, o la "guerra social" de los globalifóbicos. No es casualidad que estén así configuradas las fuerzas desestabilizadoras.


Basta leer las recientes declaraciones de Enrique Semo Caleb y de Luis Villoro Toranzo, --al glosar los hechos derivados de las llamadas "Asambleas informativas", los "Mega plantones", la "Convención Nacional Democrática", del nombramiento del "Presidente legítimo", con su proyecto de "gabinete alterno" y su plan de "Gobierno paralelo itinerante"--, para entender de qué se trata el ¡aquí y ahora!, es decir, lo que vivimos hoy.

 


Me ofendiste, pero te perdono

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Hay de perdonarse mucho a sí mismo para ir
acostumbrándose a perdonar mucho a los demás

 

 

 

Cada vez que en la Cuaresma se nos presenta el grito de súplica, de perdón por parte del pueblo de Israel, al mismo tiempo está hablándonos de la importancia que tiene la conversión interior. La Escritura habla de que se han cometido iniquidades, de que se han hecho cosas malas, pero, constantemente, la Escritura nos habla de cómo nuestro corazón tiene que aprender a volverse a Dios nuestro Señor, de cómo nuestro corazón tiene que irse convirtiendo, y de cómo no puede haber ninguna dimensión de nuestra vida que quede alejada del encuentro convertido con Dios nuestro Señor. Así es importante que convirtamos y cambiemos nuestras obras, es profundamente importante que también cambiemos nuestro interior.

La Escritura nos habla de la capacidad de ser misericordiosos, de no juzgar, de no condenar y de perdonar. Esto que para nosotros podría ser algo muy sencillo, porque es que si me hiciste un daño, yo no te lo tomo en cuenta; requiere del alma una actitud muy diferente, una actitud de una muy profunda transformación. Una transformación que necesariamente tiene que empezar por la purificación, por la conversión de nuestra inteligencia.

Cuántas veces es el modo en el cual interpretamos la vida, el modo en el cual nosotros «leemos» la vida lo que nos hace pecar, lo que nos hace apartarnos de Dios. Cuántas veces es nuestro comportamiento: lo que nosotros decimos o hacemos. Cuántas veces es simplemente nuestra voluntad: las cosas que nosotros queremos. ¡Cuántas veces nuestros pecados y nuestro alejamiento de Dios vienen porque, en el fondo de nuestra alma, no existe un auténtico amor a la verdad! Un amor a la verdad que sea capaz de pasar por encima de nosotros mismos, que sea capaz de cuestionar, de purificar y de transformar constantemente nuestros criterios, los juicios que tenemos hechos, los pensamientos que hemos forjado de las personas. Cuántas veces, tristemente, es la falta de un auténtico amor a la verdad lo que nos hace caminar por caminos de egoísmo, por caminos que nos van escondiendo de Dios.}

Y cuántas veces, la búsqueda de Dios para cada una de nuestras almas se realiza a través de iluminar nuestra inteligencia, nuestra capacidad de juzgar, para así poder cambiar la vida. ¡Qué difícil es cambiar una vida cuando los ojos están cerrados, cuando la luz de la inteligencia no quiere reconocer dónde está el bien y dónde está el mal, cuál es el camino que hay que seguir y cuál el que hay que evitar!

Uno de los trabajos que el alma tiene que atreverse a hacer es el de cuestionar si sus criterios y sus juicios sobre las personas, sobre las cosas y sobre las situaciones, son los criterios y los juicios que tengo que tener según lo que el Evangelio me marca, según lo que Dios me está pidiendo. Pero esto es muy difícil, porque cada vez que lo hacemos, cada vez que tenemos que tocar la conversión y la purificación de nuestra inteligencia, nos damos cuenta de que estamos tocando el modo en el cual nosotros vemos la vida, incluso a veces, el modo en el cual nosotros hemos estructurado nuestra existencia. Y Dios llega y te dice que aun eso tienes que cambiarlo. Que con la medida con la que tú midas, se te va a medir a ti; que el modo en el cual tú juzgas la vida y la estructuras, el modo en el cual tú entiendas tu existencia, en ese mismo modo vas a ser juzgado y entendido; porque el modo en el cual nosotros vemos la vida, es el mismo modo en el cual la vida nos ve a nosotros.

Esto es algo muy serio, porque si nosotros vamos por la vida con unos ojos y con una inteligencia que no son los ojos ni la inteligencia de Dios, la vida nos va a regresar una forma de actuar que no es la de Dios. No vamos a ser capaces de ver exactamente cómo Dios nuestro Señor está queriendo actuar en esta persona, en esta cosa o en esta circunstancia para nuestra santificación.

"Con la misma medida que midáis, seréis medido". Si no eres capaz de medir con una inteligencia abierta lo que Dios pide, si no eres capaz de medir con una inteligencia luminosa las situaciones que te rodean, si no eres capaz de exigirte ver siempre la verdad y lo que Dios quiere para la santificación de tu alma en todas las cosas que están junto a ti, ésa medida se le está aplicando, en ese mismo momento, a tu alma.

Qué importante es que aprendamos a purificar nuestra inteligencia, a dudar de los juicios que hacemos de las personas y de las cosas, o por lo menos, a que los confrontemos constantemente con Dios nuestro Señor, para ver si estamos en un error o para ver qué es lo que Dios nuestro Señor quiere que saquemos de esa situación concreta en la cual Él nos está poniendo.

Pero cuántas veces lo que hacemos con Dios, no es ver qué es lo que Él nos quiere decir, sino simplemente lo que yo le quiero decir. Y éste es un tremendo riesgo que nos lleva muy lejos de la auténtica conversión, que nos aparta muy seriamente de la transformación de nuestra vida, porque es a través del modo en el cual vemos nuestra existencia y vemos las circunstancias que nos rodean, donde podemos estar llenando nuestra vida, no de los criterios de Dios, no de los juicios de Dios, sino de nuestros criterios y de nuestros juicios. Además, tristemente, los pintamos como si fuesen de Dios nuestro Señor, y entonces sí que estamos perdidos, porque tenemos dentro del alma una serie de criterios que juzgamos ser de Dios, pero que realmente son nuestros propios criterios.

Aquí sí que se nos podría aplicar la frase tan tremenda de nuestro Señor en el Evangelio: "¡Ay de vosotros, guías ciegos, que no veis, y vais llevando a los demás por donde no deben!". También es muy seria la frase de Cristo: "Si lo que tiene que ser luz en ti, es oscuridad, ¿cuáles no serán tus tinieblas?".

La conversión de nuestra inteligencia, la transformación de nuestros criterios y de nuestros juicios es un camino que también tenemos que ir atreviéndonos a hacer en la Cuaresma. ¿Y cuál es el camino, cuál es la posibilidad para esta transformación? El mismo Cristo nos lo dice: "Dad y se os dará". Mantengan siempre abierta su mente, mantengan siempre dispuesto todo su interior a darse, para que realmente Dios les pueda dar, para que Dios nuestro Señor pueda llegar a ustedes, pueda llegar a su alma y ahí ir transformando todo lo que tiene que cambiar.

Es un camino, es un trabajo, es un esfuerzo que también nos pide la Cuaresma. No lo descuidemos, al contrario, hagamos de cada día de la Cuaresma un día en el que nos cuestionemos si todo lo que tenemos en nuestro interior es realmente de Dios.

Preguntémosle a Cristo: ¿Cómo puedo hacer para verte más? ¿Cómo puedo hacer para encontrarme más contigo?

La fe es el camino. Ojalá sepamos aplicar nuestra fe a toda nuestra vida a través de la purificación de nuestra inteligencia, para que en toda circunstancia, en toda persona, podamos encontrar lo que Dios nuestro Señor nos quiera dar para nuestra santificación personal.


Mendigos

 

Querien Vangal

 

 

No sólo son mendigos los que andan por las calles mal vestidos, pidiendo de comer o beber porque tienen hambre, sed o frío… Hay en muchos rincones del mundo, miles de limosneros escondidos; elegantes, con techo, pan y vino, pero carentes de amor y sintiéndose por dentro vacíos.

Mendigos de un abrazo, de consuelo, de un beso, una mirada, de la presencia de un verdadero amigo o simplemente de una palabra de cariño.

Mendigos que sienten vergüenza de admitir que aunque tienen todo lo material, viven en la pobreza espiritual y se sienten frágiles como niños.

Mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias la paz y el calor de hogar.

Mendigos que temen volver a amar, porque ya bastante han sufrido han sido traicionados y heridos, tienen miedo de confiar.

Hay muchos hombres y mujeres que les cuesta aceptar y expresar la necesidad tan grande que tienen de sentirse realmente amados y valorados; Madres que imploran la atención de sus hijos; abuelos olvidados, niños y jóvenes que aunque lo tienen todo, se sienten abandonados por sus padres.

El amor y la amistad no se deben mendigar, se merecen por dignidad; fue la herencia que a todos sus hijos Dios por igual nos ha dejado; Pero aún así son demasiados los corazones rotos; que aunque por fuera se ven elegantes y bien vestidos; realmente en su interior están destrozados.

¿Cuántas veces hemos pasado por el lado de mendigos de amor y los hemos ignorado?

¿Cuántas veces hemos juzgado mal a personas que hacen lo que hacen, porque están hambrientos de ternura y afecto y nadie se los ha dado?

A lo mejor tú o yo algunas veces nos hemos sentido carentes de cariño y anhelamos que alguien nos ame de tal forma que nos devuelvan la ilusión, lográndose reparar y fortalecer nuestro corazón.

Son esos momentos en que hemos perdido lo que más hemos querido, o simplemente no hemos encontrado lo que tanto anhelamos, nos sentimos tan solos y deprimidos que creemos perder la razón.

Seamos de aquellos que son capaces de brindar a todos amor y amistad, hagamos que amando sin distinción, logremos acabar con esa mendicidad; para que podamos construir un mundo mejor y pueda reinar por fin la paz en cada rincón.

Es el mandato que El Maestro nos ha querido dejar, cuando nos dijo: "Ámense unos a los otros como yo los he amado."

 


México, de los países menos endeudados

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

En una muy interesante entrevista televisada el señor licenciado Gerardo Rodríguez, titular de la Unidad de Crédito de la Secretaría de hacienda y Crédito Público, explicó que durante la administración del presidente Vicente Fox, la deuda neta total del gobierno federal habrá crecido de 19.4 a 21.3 por ciento del PIB.  Además, que si bien la participación foránea se elevó de manera importante en la compra de deuda interna, "es un porcentaje aún relativamente moderado comparado con lo que ha sucedido con otros países un poco más desarrollados, donde la participación extranjera es todavía mayor que esos porcentajes".


En tanto, los inversionistas extranjeros aumentaron su participación en la compra de deuda interna del gobierno federal, a tal grado que ya concentran 19 o 20 por ciento de los bonos de tasa fija, de largo plazo. Los inversionistas foráneos ya tienen en su poder unos cien mil millones de pesos en bonos a tasa fija de largo plazo, de un total de 500 mil millones.


Por ello, descartó que esa participación de los extranjeros represente un riesgo para la soberanía nacional o la estabilidad macroeconómica, por lo que "de ninguna manera consideramos limitarla, ya que si pensáramos limitarla, les daríamos muchas razones para vender sus posiciones precisamente".


Expuso que la participación de extranjeros en la adquisición de bonos de deuda local, del gobierno mexicano, había sido relativamente baja, después de lo sucedido en las crisis de 1997 y 1998 con los problemas de Asia, el sudeste asiático, Rusia y Brasil; hubo volatilidad en los mercados emergentes y se redujo esa participación, había estado en el orden de 2 o 3 por ciento del mercado local.


El desarrollo del mercado local y la estabilidad macroeconómica permitieron elevar la participación de los extranjeros, por lo que hoy concentran 9 por ciento del mercado local; eso equivale a 19 o 20 por ciento de los bonos de tasa fija, de largo plazo, en el mercado local.


Al preguntarle si no hay riesgo de alguna fuga de estos capitales, respondió que en un contexto de políticas económicas de apertura que ha seguido México, no existe ninguna diferencia entre inversionistas locales o extranjeros.  "Los inversionistas locales reaccionan a la misma velocidad o incluso todavía más rápido que los extranjeros, por lo que esto no es un elemento de preocupación".

 

"Por el contrario, es una buena diversificación de las bases de inversionistas, porque aun cuando todos puedan ser extranjeros, cada uno planea y reacciona diferente a distintos fenómenos o cambios", indicó.


Estrategias distintas dijo Rodríguez, quien además comentó que habrá quien pueda ser más sensible al tipo de cambio o a variaciones en tasas de interés locales o estadounidenses; otros a cambios en la volatilidad, etcétera; son inversionistas con estrategias distintas.


Por otro lado, afirmó que esta administración entregará buenas cuentas del manejo de la deuda pública.  Si bien la deuda total creció ligeramente, para sorpresa de todos México es hoy uno de los países menos endeudados, incluso comparado con los parámetros de la OCDE. "La deuda pública del país, y en particular la externa, no es ya un elemento de preocupación urgente."


Argumentó también que la estructura de la deuda se fortaleció sustancialmente y se redujeron las vulnerabilidades asociadas a perturbaciones financieras del exterior.  Asimismo, bajó el costo de la deuda, por lo que se logró un ahorro acumulado por 338 mil millones de pesos en todo el sexenio.


Del tema de las emisiones de deuda en pesos, realizadas por gobiernos extranjeros y organismos financieros multilaterales, indicó que ya suman unos 20 mil millones de pesos, gracias a que el mercado mexicano es de los más eficientes entre los países emergentes del mundo.


En un entorno de baja inflación y escaso crecimiento en el mundo, México presenta una opción interesante para mejorar el rendimiento de los inversionistas y de diversificación de sus portafolios.


México tiene un tipo de cambio muy flexible y con mucha liquidez, por lo que se ha beneficiado de las inversiones y lo ha aprovechado para mejorar la estructura de su deuda.  Además de que el país mantiene niveles de tasas de interés que aún resultan atractivos en un contexto global, y los inversionistas ganan cuando se aprecia el peso.


De los warrants, dijo que "lo que ha sucedido desde que los emitimos es que las tasas locales han bajado y eso aumenta la probabilidad de que puedan ejercerse a su vencimiento, con lo que disminuiría la deuda externa en otros dos mil 500 millones de dólares con una correspondencia de aumento en la deuda interna".  Los warrants son títulos que otorgan a su tenedor el derecho, más no la obligación, de intercambiar al término de su vigencia ciertos bonos denominados en dólares, emitidos por el gobierno federal en los mercados internacionales, por Bonos de Desarrollo a tasa nominal fija en moneda nacional emitidos en México (Bonos M).


Por otro lado, adelantó que se evalúa si el gobierno saldrá a comprar más dólares para asegurar prepagos de la deuda externa de 2007.

 

Esta información dada por el funcionario de la Secretaría de Hacienda, no es ningún secreto, está contenida en varios informes que al respecto de ofrecen a través del Internet, a los cuales tienen acceso todas las personas que les interese la materia.  Sin embargo ha sido tema de especulaciones y malas informaciones de parte de algunos comunicadores que sistemáticamente quieren encontrarle tres pies al gato.

 

Lo mismo pasa con el asunto de los PIDIREGAS, que es bien sabido desde siempre que son financiamientos para inversiones que se pagan por sí solas.  Sin esta figura financiera el rezago de PEMEX sería mucho mayor de lo que lamentablemente es.

 

 


México nos necesita unidos y solidarios

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La sociedad no son los hombres,
 sino la unión de los hombres.

 

Todas las cosas que vivimos hoy tuvieron un ayer, por eso el hoy está construido de muchos momentos muy importantes de nuestra vida: una carta, un encuentro, una elección y una decisión o la ausencia de ella.

Al final, el hoy que vivimos ha sido construido por nosotros mismos desde un ayer que en un momento fue hoy.  De la misma forma, la realidad de una nación está construida por millones de decisiones de un ayer que fue el hoy de cada uno de aquellos que pasaron y los que seguimos pisando esta bella tierra, nuestra patria que es nuestro México del alma.

Hoy, para muchos jóvenes la democracia y el espeto al voto es algo simplemente común.  Para muchos de los que vivimos en el hoy, recordamos aquellas épocas en las que, a partir de que el sistema político definía al delfín, simplemente había que esperar el día en que tomara posesión.

Hoy vivimos una nación en que la democracia, las elecciones y el voto contado por nosotros mismos es una realidad.  Pero para llegar a eso, muchos hombres y mujeres, en el hoy de ayer, tuvieron a bien tomar una gran decisión, esa gran decisión de ser mujeres y hombres audaces, seres humanos valientes que no se conformaron con simplemente ver pasar la historia.  Sería injusto poner nombres, porque siempre hay algunos que destacan más que otros, algunos que se convierten en líderes e íconos, sin embargo no podemos dejar a un lado a todos y cada uno de los que en su momento defendieron esos principios.

Si esas pequeñas pero grandes decisiones de dar su tiempo, de invitar a participar, de salir a las calles, de sumar voluntades, desvelos esfuerzos…  Pequeñas grandes cosas que hoy nos permiten vivir una realidad distinta, mejor que ayer, pero no aún no tan bueno como será el mañana.

Todas esas pequeñas pero grandes decisiones, equiparables a decir: «Sí México, estoy contigo», nos alejaron del poder de unos cuantos: el poder centralizado en una persona y un grupo en el poder, y lo cambiaron por la posibilidad de tener el poder distribuido como algún día de ayer algunos lo diseñaron para mejorar nuestro hoy.

Julio de 2006, una vez más nos encontramos frente a esa gran oportunidad de formar parte de la historia, esa gran lucha por la democracia y la posibilidad de abrir espacios para todos, dio como resultado las elecciones más competidas de la historia.  Cada voto contó y casi un millón de mexicanos que contaron esos votos ya pueden decir hoy que han dejado una huella que quedará grabada en los relatos de la historia de esta gran nación, dieron un sí a México.

Esta batalla ha sido intensa y de gran desgaste, sobre todo emocional.  Algunos que aún piensan que el pasado debe regresar, y que las decisiones de una nación se resumen en las decisiones de un caudillo y un grupo en el poder, están haciendo peligrar tantos años de lucha intensa.  Su poca honestidad de aceptar que perdieron y el deseo poderoso de haber acariciado el poder nos está llevando a todos los que formamos parte de esta gran nación –este nuestro México querido--  a una confrontación triste y peligrosa.  Durante su campaña siempre hubo un llamado a dividir este país en dos, olvidando que TODOS somos mexicanos y todos somos hermanos.

No es desuniendo como se puede llegar lejos, no es confrontando como podremos construir un país próspero.  Es convenciéndonos que todos somos hermanos, aunque no pensemos igual y aunque tengamos diferentes formas de resolver problemas.  Ni el pobre más pobre es malo por ser pobre, ni el rico más rico es malo por serlo.  Sin embargo, solo serán GRANDES los que sean capaces de ver que no es el tener bienes materiales los que nos puede ser iguales, sino el corazón y la dignidad.  Así es, serán GRANDES los que sienten en la misma mesa a los pobres más pobres y a los ricos más ricos, para compartir no el tener, sino el ser, y después de eso el rico más rico entenderá que debe hacer mucho por el pobre más pobre, el y el pobre más pobre entenderá que también puede hacer mucho por el rico más rico.  Así es…  TODOS SOMOS MEXICANOS Y TODOS SOMOS HERMANOS.

 Es hora de los audaces, es hora de no permitir que se vaya a la basura tanto esfuerzo de muchos, tantas decisiones de ayer que hacen nuestro hoy.

Hoy, tú y yo tenemos esa gran responsabilidad con nuestra decisión, la tuya y la mía, dar un paso más en la construcción de un México que en el futuro será la mejor nación, una nación que tendrá escrita en sus libros de historia todas esas acciones que hicieron la diferencia, que hicieron de nuestro país una nación próspera, con menos diferencias, grandes oportunidades y gran desarrollo.

La hora de los audaces requiere de una visión común, que no está en el tener, que no está en la confrontación y que no está en el corto plazo.  Una visión que se basa en principios, no en cosas.

CONFIANZA: Porque sólo en una nación en donde vive la confianza permite que cada uno desarrolle todas sus potencialidades y la libertad se manifieste.  Así no perderemos tiempo en desconfiar, obstaculizando el avance.

UNIDAD: En la diversidad: Nadie puede avanzar en este mundo sólo, porque sólo pequeño se queda.  México necesita de cada mexicano, no importa de que color sea ni a que partido le vaya, necesita de todos y cada uno.  Así es indiscutiblemente y tenemos que asumirlo en nuestro actuar.

SOLIDARIDAD: La unidad no basta si no hay también un hacer, y ese hacer implica dar un paso.  En todo hay solidaridad, desde una empresa en la que trabajan personas que hacen un gran esfuerzo en conjunto para brindar un servicio o producto a otros, pasando por un gobierno formado por personas que trabajan para que el estado camine y los demás podamos vivir de la mejor manera, hasta las labores sociales y religiosas  encaminadas a permitirnos ser mejores personas y mejor sociedad.  La solidaridad es el camino y la agenda de la búsqueda del bien común.

La consecuencia es LA PAZ, que no sólo es un estado de ausencia de guerra, sino la armonía social manifestada en su desarrollo pleno, desde el pobre más pobre, dejando de serlo, hasta el rico más rico, aprendiendo a compartir haciendo el pastel más grande.


Mi esposa tiene Alzheimer

Antero Duks

 

"Mi mujer ha olvidado su nombre, no me reconoce y confunde la televisión con la realidad".

 

Hace escasos diez años que Consuelo, la mujer con la que Francisco Galindo se casó hace ya cincuenta años, padece la temida enfermedad de Alzheimer. A los 57 años Consuelo empezó a perder la memoria. Visitaron algunos doctores, incluso psiquiatras. Pero las pastillas tan caras que le recetaron no surtían efecto. Algunos especialistas dictaron el terrible veredicto: son los síntomas de una demencia senil avanzada: Alzheimer.

 

Francisco compró todos libros y revistas publicadas. Con cariño y sacrificio se volcó de lleno en la enfermedad de su mujer y aprendió a convivir con la demencia de su esposa. No fue, ni está siendo nada fácil: "Consuelo no puede hacer nada sola. No se reconoce en el espejo. A su lado la vida es una anécdota constante. Si me despisto un segundo, tira los platos a la basura o deja el gas encendido. Cada dos por tres se pone la ropa interior por encima del vestido; si le dejo el desayuno delante, se bebe lo suyo y lo mío. Es desesperante".

 

Alguien ha tenido la osadía de calificar al Alzheimer como la guillotina que nos aguarda a todos tarde o temprano. Hablando con propiedad, el Alzheimer es una patología que consiste en el envejecimiento cerebral. Las neuronas y arterias cerebrales se debilitan y mueren. Si bien es verdad que el origen de esta enfermedad es variado, los neurólogos afirman que se deben a causas de tipo genético o a factores adquiridos del ambiente. Al aumentarse la calidad de vida, se ha disparado también la duración de la misma. Y esto sucede hasta en las mejores familias, porque el Alzheimer toca a las puertas de los ricos como a las chozas de los pobres. No tiene tarjeta de visita ni preferencias. ¿Quién no recuerda el caso Rita Hayworth o de Ronald Reagan?

 

Si bien es verdad que la mayoría de los afectados superan los 65 años, los primeros síntomas pueden asaltar a cualquier persona en la década de los cuarentas. ¡No es para alarmarse! Son casos muy aislados.

 

¿Y si algún ser querido de tu familia...? Dios no lo quiera, pero puede darse. Entonces no podremos hundirnos ni desconcertarnos con la llegada del dolor. La enfermedad no es un monstruo devorador de vidas. No basta la resignación, por más cristiana que nos parezca. La esperanza, por el contrario, es activa, es ardiente, es gozosa. La esperanza descubre en la enfermedad, por terrible y tremenda que parezca, un estado, una etapa y parte de la vida. La enfermedad no crea víctimas, sino calidad de vida; vida en otra dimensión, más misteriosa, menos comprensible y adecuada a nuestros deseos, pero vida. Vida de una persona, de un ser humano, aunque haya perdido la memoria y sus facultades.

He conocido muchos casos, dolorosos, pero ejemplares. Si bien es verdad que sólo se dispone de fármacos como la tacrina para intentar retrasar un poco el desarrollo de la enfermedad, después no hay nada que la retarde. Lo único que queda es valorar y apreciar la calidad de vida del enfermo. Y esto es un reto para quienes viven al lado, se desvelan y cuidan con sacrificio a sus seres queridos. Entonces los días se alargan y tienen "treinta y seis horas". No es fácil porque el amor y el cariño llevan al conflicto de lo que se quiere hacer, lo que realmente se puede y lo que se debería hacer por el enfermo.

 

Si alguna vez lo ves en otro o te toca sufrirlo en carne propia, recuerda que el Alzheimer no hace "niños grandes que se mueren poco a poco". Cualquier paciente, sumido en la más calamitosa enfermedad, capta y agradece el cariño, la ternura y el amor.

 

El resto lo hace la fe en Dios.


Mi plática con Dios

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Durante la noche de la transición del año 2005 al año 2006, estuve meditando mucho.  Medité acerca de mi vida: qué he hecho y qué no he hecho; de mis padres, de mis hermanos y de mis parientes cercanos; de mis amigos y compañeros; y en forma muy especial: de mis matrimonio y de mis hijos adorados.  En fin, de todo un poco.

Cuando estaba estudiando la carrera de Ingeniería Civil, nos decían que los ingenieros civiles aprendíamos un poco de mucho, y así es, en cualquier circunstancia sale a relucir esa virtud o…. defecto, qué se yo, pero es el caso que así fue mi meditación, un poco de muchas cosas.

Finalmente, alrededor se las tres horas del primer día del año 2006, me quedé profundamente dormido y soñé, soñé mucho.  Soñé que viajaba por el Universo y de repente una gran luz me deslumbró, de esa luz afloró una figura, ¡Era Dios!  Con la avidez de saber, aunque fuera un poco de mucho, lo atiborré de preguntas, con el obvio resultado que me embrollé.

 

Entonces, pausadamente, con una voz suave y dulce, me dijo:

 

--- "¿Te gustaría entrevistarme?"

 

--- ¡Siii…!, si tienes tiempo, le dije.

 

Dios sonrió y me dijo:

 

--- "Mi tiempo es eterno, ¿Qué quieres preguntarme?"

 

--- ¿Qué opinas de mi?, le pregunté

 

--- "Estás tan ansioso por el futuro que olvidas el presente; vives la vida sin presente y como si nunca fueras a morir, y mueres como si nunca hubieres vivido."

"Tienes prisa porque tus hijos crezcan y, tan pronto crecen, quieres que sean niños de nuevo".

"Pierdes tu salud por hacer dinero y luego usas el dinero para recobrar la salud".

 

Las manos de Dios tomaron las mías y estuve en silencio por un rato y entonces le pregunté…

 

--- Padre, dime, ¿qué lecciones deseas que yo aprenda?

 

Dios sonrió y me dijo:

 

--- "Que aprendas que no puedes hacer que todos te amen y lo que puedes hacer es amar a todos los demás".

"Que aprendas que lo más valioso no es lo que tengas en la vida, sino que tienes vida".

"Que aprendas que no es bueno compararte con los demás".

"Que aprendas que una persona rica no es la que tiene más, sino la que necesita menos".

"Que aprendas que únicamente toma unos segundos herir profundamente a una persona que amas y que puede tomar muchos años cicatrizar la herida".

"Que perdonar se aprende perdonando".

"Que aprendas que hay personas que te aman entrañablemente, pero que muchas veces no saben como expresarlo…."

"Que aprendas que dos personas pueden mirar la misma cosa y los dos percibir algo diferente.".

"Que perdonar a otros no es fácil, y que perdonarse así mismo es el primer paso".

""Y que aprendas que yo siempre estoy aquí para ti….SIEMPRE"

.

 

 

 

 


Miedo a equivocarnos

 

Querien Vangal

 

 

San Agustín decía que hay dos formas de equivocarse en la vida: una consiste en escoger el camino que no nos lleva a nuestro destino. La otra consiste en no escoger nada porque tenemos miedo a equivocarnos...

 

Con frecuencia el miedo a los errores nos paraliza, nos impide caminar hacia adelante. Al comprar un televisor, al probarnos unos zapatos, al ir a tomar unas cervezas, nos inquieta la idea de que las cosas salgan mal. Pero nos damos cuenta de que es igualmente equivocado el quedarse encerrados siempre en casa para evitar posibles errores que quizá no sean sino fantasmas de nuestras penas.

 

Por eso ante el miedo a ser engañados, o robados, o encandilados por una nevera que parece fabulosa y que no sirve ni para almacén de libros, conviene actuar según dos viejas reglas de la vida. La primera: reflexionar bien antes de hacer esto o lo otro. De modo especial, cuando llega el momento de tomar opciones que deciden toda la vida (la carrera, la esposa o el esposo, la escuela para los hijos), hay que pensar con calma los pros y los contras y no decidir según la primera corazonada. Nunca las lágrimas serán capaces de borrar un camino comenzado entre rosas y terminado en medio de espinas profundas que permanecen clavadas a veces durante meses o años interminables.

 

La segunda, no quedarme sólo en pensar. No puedo ser como "la niña de la estación" que no se casa con nadie porque siempre sueña un marido perfecto; o como el burro de la leyenda que no se decide a comer nunca cuando se le pone en medio de dos montones de paja. Hay que optar. Algunas opciones deben ser tomadas deprisa, a la carrera, como cuando el niño empieza a ponerse rojo de asfixia y hay que darle unas palmadas fuertes en la espalda para que un hueso de durazno salga de la laringe... Desde luego, en la emergencia también podemos equivocarnos, pero el error más grande es quedarse con los brazos cruzados sin ofrecer ningún remedio a quien nos pide ayuda.

 

Está claro que la realidad esconde mil sorpresas que nos dejan a veces con un sabor amargo ante el fracaso más desesperante o con una alegría extraña ante un éxito imprevisible. No todo está bajo nuestro control. Pero esto no debería inquietarnos. La incertidumbre no debe ser un paralizante, sino un estimulante. Podemos hacer mucho, no todo bueno, pero sí con el mejor corazón y con las mejores intenciones. En ocasiones dar un paso atrás será una nueva decisión dolorosa pero justa. En otras, no hay paso atrás: una nueva situación, un accidente de carretera o el inicio de un cáncer imprevisto nos piden un nuevo paso adelante, una nueva decisión, tal vez heroica, para que el dolor no ahogue nuestro anhelo de vivir y de amar.

 

A caminar se aprende caminando. A vivir se aprende viviendo. A sufrir se aprende con el valor de quien acepta y avanza a pesar de todo.

 

Decidir es fácil si tenemos a alguien a nuestro lado. Dios, lo sabemos, no nos deja solos en el camino. Su amor da sentido a nuestras penas. Su perdón puede aliviar la máxima equivocación de cada vida: el pecado. Levantarse es la decisión sabia y alegre de quien quiere amar, de quien arriesga todo por su Dios amigo. De quien sabe que un Padre ama mucho al hijo descarriado que se equivocó al tomar sus opciones y que sabe pedir perdón y ayuda. Un Padre que también quiere ayudar al que no hace nada malo porque tampoco ha sabido hacer nada bueno, paralizado, tontamente, por el miedo a equivocarse, pero que puede, si lo quiere, ponerse a caminar y optar para vivir con amor los riesgos de cada día.


Miércoles de Ceniza

Querien Vangal

 

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

La Cuaresma comienza con el miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

·  "Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida"

·  "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"

·  "Arrepiéntete y cree en el Evangelio".

Origen de la costumbre.- Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia Cristiana, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.

Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se les impone a los niños y a los adultos.

Significado del carnaval al inicio de la Cuaresma.- La palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos antiguos en los que por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.)

Con este pretexto, en muchas localidades se organizaban el martes anterior al miércoles de ceniza, fiestas populares llamadas carnavales en los que se consumían todos los productos que se podrían echar a perder durante la cuaresma.

Muy pronto empezó a degenerar el sentido del carnaval, convirtiéndose en un pretexto para organizar grandes comilonas y para realizar también todos los actos de los cuales se "arrepentirían" durante la cuaresma, enmarcados por una serie de festejos y desfiles en los que se exaltan los placeres de la carne de forma exagerada, tal como sigue sucediendo en la actualidad en los carnavales de algunas ciudades, como en Río de Janeiro, Brasil o Nuevo Orleáns, Estados Unidos.

El ayuno y la abstinencia.- El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración.- La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:

La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.

La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.

La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

El sacrificio.- Al hacer sacrificios, debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar. "Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará. "(Mt 6,6)"

El sacrificio, es preciso dulcificarlo con un amor grande a Dios. El dolor nos engrandece cuando sabemos sobrellevarlo.

 


Migración, el problema de todos los días.

Enrique Galván-Duque Tamborrel

¡Sí se puede!, ¡se ha logrado un acuerdo entre el Ejecutivo, el Legislativo, la sociedad civil, los académicos y bueno… hasta el poder Judicial le entró!, y eso que estamos en medio del proceso electoral más reñido de toda la historia. Dicho acuerdo se concretó como contrapropuesta a la iniciativa norteamericana de levantar un muro en la frontera para impedir el paso de los migrantes a su lado del río Bravo.

¿Cómo llegamos hasta este punto?, ¿de qué se trata este asunto? y ¿qué se está haciendo para evitarlo?, es el tema de este escrito. Durante la década de los noventa esta relación tuvo salto cuántico, aparentemente positivo, con la firma de los Tratados de Libre Comercio con los que México se perfilaba para alcanzar un nivel de vida "primer mundista", según decían nuestros gobernantes. Sin embargo, el famoso error de diciembre destruyo la emergente economía nacional y generó un fenómeno económico llamado "Efecto Tequila" cuyos alcances se extendieron a Sudamérica, Europa y por supuesto a Estados Unidos; de hecho, si no es por los fundados temores del presidente americano en turno, Bill Clinton, de que el tequilazo podía derrumbarlos a ellos también, no se hubiera realizado el histórico rescate donde el ejecutivo norteamericano intervino ante el Fondo Monetario Internacional y otros organismos para que se hiciera un préstamo urgente a nuestro país.

 

Después de la debacle económica una gran cantidad de compatriotas perdieron sus empleos y la emigración al norte tuvo un incremento considerable respecto a los años anteriores. La mayoría de las personas que se arriesgan a cruzar la frontera y entrar de "indocumentados" eran gente del campo.

Todo estuvo más o menos tranquilo hasta que sobrevino el fatal 11 de septiembre de 2001 que todos recordamos por el atentado a las torres gemelas; después de esta mala sorpresa el gobierno americano sopesó el binomio migración-seguridad nacional y se ha inclinado por la seguridad nacional, dejando de lado los derechos humanos de los migrantes.

Propuesta por Milton E. Brener y Robert A. Senser ambos legisladores norteamericanos y estudiosos del tema de la inmigración en su país. Esta es una propuesta radical que dicta cómo debería ser el trato a las personas que cruzan la frontera de forma ilegal; en ella se plantean tres acciones:       

  1. Criminalizar la migración: convierte la entrada ilícita a su país en un delito tipificado en sus códigos penales, por lo tanto pueden perseguir, arrestar, juzgar y sentenciar a los inmigrantes ilegales. Esto ataca directamente los derechos humanos de los "mojados" y los coloca en una posición de desventaja, ya que sí pueden ser condenados pero no gozan de los mismos derechos que el resto de la población americana.
  2. Retirar la Matrícula Consular: que es un documento expedido por nuestro gobierno que acredita la ciudadanía mexicana sin importar la condición migratoria de quien la porta, además sirve para ingresar a México, tomar vuelos o viajar en autobús en EUA, contratar servicios como agua, luz, teléfono; es aceptada por la policía local como identificación en caso de ser arrestado o presentar una queja, etc. El hecho es que la matrícula consular es una de las pocas armas que tienen los mexicanos que residen del otro lado para defenderse de los abusos de poder o contar con servicios básicos en sus moradas. Quitarles este documento sería un atropello a sus derechos y reduciría su calidad de vida.
  3. Construir un muro en la frontera: Esta acción, más que dificultar la entrada de ilegales, es un símbolo de cómo se ve a México desde Estados Unidos y del status de las relaciones entre los países. Es una forma de decir "no queremos ver a uno más de ustedes por aquí", puede ser interpretado como una agresión directa al orgullo nacional  y generaría un sentimiento de aversión contra los estadounidenses. 

 

 

En entrevista con el Dip. Fed. Rodrigo Iván Cortés Jiménez, de la fracción del PAN y participante activo en la temática internacional del órgano legislativo, explicó la propuesta del documento: "México frente al fenómeno migratorio", que fue encargado a una comisión compuesta por tres diputados y tres senadores (PAN, PRI, PRD uno de cada cámara) que la presentó a sus homólogos norteamericanos el día 14 de febrero de este año.

Cabe resaltar que ese mismo día se reunieron Condoleezza Rice con Luís Ernesto Derbés, y el embajador de México en EUA, Carlos de Icaza, con el presidente George W. Bush, todos para tratar el tema de los migrantes.

 

México frente al fenómeno migratorio no fue algo fácil de lograr, recordó Iván Cortés, "fue un acuerdo entre el poder Ejecutivo, el Legislativo, académicos y la sociedad civil… algo muy complejo debido a los tiempos electorales que vivimos". El documento plantea la posición del Estado Mexicano frente al problema migratorio, además contiene una serie de propuestas y compromisos para aminorar sus efectos, lo más importante es:

  1. La responsabilidad compartida, que afirma que se requiere de un trabajo de ambas naciones para lograr la solución.
  2. México reconoce que el difícil entorno económico es la principal causa del éxodo de sus ciudadanos, comprometiéndose a impulsar el desarrollo económico y social del país.
  3. México también se compromete a luchar contra las organizaciones delictivas que operan cualquier tipo de transporte ilegal de personas, y a fortalecer el orden y seguridad en sus fronteras.
  4. También se busca fortalecer la cooperación con Estados Unidos y Canadá en el marco de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte.
  5. Un compromiso importantísimo es propiciar el retorno y la inserción de  los migrantes y sus familias en la sociedad.

México reconoce el derecho de toda nación a regular la entrada, salida y estancia en su territorio, pero también hace consiente al gobierno americano de su necesidad de trabajadores mexicanos. Estados Unidos requiere de nuestra gente para mantener la competitividad de su mercado, dijo Cortés en la entrevista.

Algunas cosas que se le pide al gobierno americano es su cooperación para combatir las redes delictivas que operan en la frontera de manera conjunta y organizada. Pero la propuesta más importante es la de generar un programa de trabajadores temporales que garantice un flujo de personas por medio de un programa de incentivos y reinserción en la sociedad mexicana al termino del plazo de trabajo en EUA.

De esta forma se busca que los trabajadores en el extranjero inviertan su dinero en bienes inmuebles en nuestro país para motivarlos a regresar.

 

El asambleísta blanquiazul nos comentó que existe una estadística que demuestra la necesidad que tiene una nación de la otra, ya que demográficamente nuestras pirámides están invertidas, ellos tienen muchos puestos de trabajo que ya no alcanzan a cubrir por el crecimiento en la edad media de su población, y nosotros tenemos un exceso de población joven que no encuentra trabajo por la situación económica; por lo tanto somos complementarios.                                                   

Cabe resaltar que uno de cada diez mexicanos viven en Estados Unidos.

La globalización o mundialización inminente presenta cada día nuevos retos, entre ellos una nueva cultura y forma de relacionarse entre las naciones. Hemos visto como la Comunidad Económica Europea se ha integrado, no sin diferencias y problemas, pero cada día se ve de forma más normal el transito de las personas de esa región, como verdaderos ciudadanos de un continente.

Nuestra integración con los dos países de América del Norte cada día más nos obliga a ser creativos en la forma en que definamos nuestra interacción, esa creatividad debe estar orientada a ir equilibrando las diferencias y por tanto a definir un tránsito natural de personas. Las murallas separan, en cambio los acuerdos unen.

El rumbo final de esta iniciativa de ley será definida por la participación ciudadana, es fundamental que asumamos esta realidad como un problema que nos afecta a todos, ya que de alguna forma algunos tenemos familiares o amigos que viven o son de allá, es importante hacerlo parte de nuestra agenda, informar e influir de lo que acontece para que puedan exigir a los representantes estadounidenses (legisladores) que respeten los derechos de los mexicanos a los que emplean por necesidad.

 

 

 


Miguel Miramón

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

El destino parecía solazarse viendo a Miguel Miramón en situaciones extremas. Ingresó al Colegio Militar en 1846, sólo para encontrarse meses después, combatiendo a las tropas norteamericanas en Molino del Rey --8 de septiembre de 1847--, y en la defensa del Castillo de Chapultepec, donde fue tomado prisionero con una herida en el rostro. "Niño héroe" sobreviviente --y desconocido--, no tardó en distinguirse por su valor, energía e inteligencia militar. Egresado de un colegio de elite, su camino ideológico estaba escrito: engrosaría las filas del partido conservador.

Tenía fama de enamoradizo. Más de una mujer suspiró por el hombre de porte distinguido y buen talante que, para desgracia de la sociedad femenina, desde 1853 había quedado prendado de una joven de recio carácter: Concepción Lombardo. Siguiendo los dictados de la guerra y el corazón, Miramón puso "sitio" a la hermosa "plaza". "¿Se quiere usted casar conmigo para llevarme a la guerra a caballo, cargando en brazos al niño y en el hombro al perico? -le preguntó la jovencita de apenas 18 años de edad. Ahora es usted capitán, cuando sea general entonces nos casaremos." El militar sonrió. Sabía que la plaza tardaría en caer, pero sólo era cuestión de tiempo.

Con las armas en la mano pero sin mucha fortuna, desde 1856 Miramón se opuso a las medidas liberales tomadas por los presidentes Juan Álvarez e Ignacio Comonfort. Dos años después, la guerra de Reforma se presentó como el escenario propicio para mostrar sus dotes bélicas. Hasta la muerte fue su cómplice. El fallecimiento de Luís Osollo, el mejor general conservador, lo convirtió en el amo y señor de los ejércitos de la reacción.

Pronto, su nombre se hizo célebre. Le llamaban el "Joven Macabeo" porque recordaba al legendario héroe bíblico, Judas, que en las campañas militares por la defensa de su religión combatía con la ferocidad y destreza de un león. Sólo le bastaron algunos meses de 1858 para demostrar que no tenía par. Era sin duda la mejor espada del partido conservador. Con los triunfos en la mano, el ejército liberal en aparente derrota, y ya todo un general, don Miguel regresó a la ciudad de México a dar una batalla personal: casarse con la mujer que le quitaba el sueño desde 1853.

El destino volvió a llevarlo al límite. En diciembre de 1858, en plena guerra de Reforma, una revolución al interior del propio partido conservador le otorgó el mayor cargo al que puede aspirar un mexicano: la presidencia de la República. A sus 27 años de edad, sería el presidente más joven en toda la historia de México. Y sin embargo, militar por pasión y vocación, al tener conocimiento de su elección, demostró su descontento, volvió a México el 21 de enero de 1859 y rehusó toda escolta, toda demostración oficial. Militar antes que político, restableció en la presidencia a Félix Zuloaga. El gusto fue efímero. Su carisma, las notables victorias y su propia convicción lo elevaron a la primera magistratura del país, en el día de la Candelaria.

Durante el tiempo de su gestión no despachó en Palacio Nacional, lo hacía en los campos de batalla. Prefirió seguir al frente de la campaña contra el ejército liberal y el gobierno de Benito Juárez, que sentarse junto a un escritorio a escuchar necedades. No era un hombre de política, era un hombre que respiraba pólvora. Sus acciones militares en la guerra de Reforma fueron, sin duda, épicas. Se hacía acompañar por sus "doce apóstoles" y con ellos batió a cuanto general liberal enfrentó. Los "apóstoles" no predicaban la palabra de Dios. Sus bocas escupían el fuego de la muerte: eran doce poderosos cañones en los que el Macabeo confiaba para alcanzar el triunfo de su causa.

Aunque conservador, su juventud lo alejaba de las posiciones radicales de los demás miembros de su partido, muchos de ellos, mayores de cincuenta años, fogueados en el terreno de la política desde la década de 1820. Así lo demostró en su manifiesto a la nación del 12 de julio de 1859 --conocido como "La Hermosa Reacción"--, donde establecía la necesidad de una gran transformación nacional, de una verdadera "reforma", que para sorpresa de muchos, coincidía en algunos puntos con la del partido liberal. Había llegado la hora de los cambios profundos.

Creo que debo emprender las reformas administrativas, así creo interpretar rectamente ese hermoso grito: "reacción", que resuena por todos los ángulos de la república, y que hoy no expresa otra idea que la de renacimiento, reconstrucción del edificio social.

La hacienda pública, la justicia, el ingreso nacional y la educación debían ser los pilares básicos de su gobierno. Y al igual que el credo de los liberales, en el centro de la gran reforma estaba el individuo. "Estoy íntimamente persuadido de que ningún gobierno se ha consolidado en el país porque ninguno ha cuidado de proporcionar al público el bienestar individual. Los males de México no están en la política, sino en la administración".

En un hecho sin precedentes en el partido conservador, el general se atrevió a presentar a Estados Unidos como un modelo de bienestar. No intentaba buscar su auxilio ni copiar sus instituciones --tan ajenas a la realidad mexicana--, simplemente lo consideraba un ejemplo del desarrollo. "¿Y quién al lamentar la suerte infausta de México, este hermoso país, no se preocupa en primer lugar de la hacienda pública, no suspira por los medios de viabilidad de la república vecina, por la actividad de comercio que allí reina, por los elementos verdaderos de riqueza nacional? ¿Quién no ve en la abundancia de trabajo, el bienestar individual consiguiente, los cimientos de una paz estable que nuestros grandes políticos no han podido darnos?".

La gran reforma conservadora, sin embargo, no contemplaba el problema de fondo. Limitar el poder político y económico de ese "estado" que se había creado dentro del Estado mexicano: la iglesia. Mucho menos tenía previsto poner en circulación las propiedades del clero --llamadas de manos muertas-- para impulsar el desarrollo de la economía nacional a través de pequeños propietarios. No hubo tiempo siquiera de pensarlo. No había sonado todavía la hora de la reconstrucción, seguían hablando las bayonetas. Bella pieza retórica, el manifiesto de Miramón, dormiría el sueño de los justos en el gran acervo documental de la nación mexicana.

En 1860 el conflicto bélico se encontraba en su tercer año y súbitamente el clero retiró su apoyo económico al presidente conservador. Las derrotas no tardaron en aparecer. Con el apoyo nada despreciable de Estados Unidos, y la Providencia actuando en favor de los liberales, Juárez hizo ver su suerte a Miramón: el joven Macabeo nunca pudo tomar el puerto de Veracruz, ciudad donde estaba asentado el gobierno juarista. En diciembre, el liberalismo marchaba triunfante hacia la capital de la república. Don Miguel dejó la presidencia, y junto con su esposa, partió rumbo a Europa. A los 29 años iniciaba el declive de su carrera militar.

En julio de 1863, no sin ciertas dudas, regresó a México y ofreció sus servicios al imperio. Tratado con desdén por los oficiales franceses y ante la incomodidad que su carisma y popularidad provocaron en Maximiliano, aceptó una absurda comisión del emperador para marchar a Berlín a estudiar tácticas militares. Era prácticamente otro exilio. Fue la etapa más triste de su vida. Humillado en lo más profundo de su ser, alejado de la patria y viviendo penurias económicas, fue víctima de la desesperación. Intentó, incluso, acercarse a Juárez y otorgar su experiencia militar a la causa de la República. Don Benito no se tomó la molestia de responder.

Volvió a México en 1866, cuando los franceses habían anunciado su retirada de México y Maximiliano, abandonado por sus aliados extranjeros, no tuvo más remedio que depositar su confianza en el partido conservador, al que tiempo atrás había desdeñado. El general sabía que la situación del imperio era irremediable pero la carrera de las armas era su vida. Más cercano a la Patria que a su familia, la guerra le devolvió el ánimo. Y con nuevos bríos, se batió como en sus mejores tiempos.

En los primeros meses de 1867, en un furioso ataque sobre Zacatecas, Miramón estuvo a escasos metros de aprehender a Juárez -su acérrimo enemigo. La suerte favoreció a don Benito y la ilusión del triunfo se tornó en amarga derrota. En la defensa de Querétaro, selló su destino. Tras un largo sitio de sesenta y dos días, --con heroicas jornadas y alguno que otro amorío--, el 15 de mayo de 1867, la vieja ciudad colonial cayó en poder de la República. Un mes después, un consejo de guerra lo sentenció a morir fusilado junto con Maximiliano y el general indio Tomás Mejía.

"Próximo a perder mi vida y cuando voy a comparecer en la presencia de Dios, protesto contra la acusación de traidor que se me ha lanzado al rostro para cubrir mi ejecución. Muero inocente de este crimen, con la esperanza de que Dios me perdonará y de que mis compatriotas apartarán de mis hijos tan vil mentir, haciéndome justicia".

En el cerro de las campanas las balas del pelotón cegaron su vida. Y como la viuda se resistiese a perder por completo a su esposo, ordenó que se extrajera el órgano vital de su marido. De esa forma le fue entregado "aquel noble corazón que tanto me había amado", el cual colocó en una urna iluminada permanentemente por una lámpara. "Tengo el corazón de mi esposo --solía comentar--, que pienso llevármelo a Europa y tenerlo siempre en mi recámara". Sorprendido por la macabra reliquia, un sacerdote la persuadió para que dejase descansar en paz al valiente general. Mientras caía la tierra sobre el último vestigio del guerrero, Concha se hizo una promesa de amor para el resto de su vida: "Péguese mi lengua a mi boca si llegara a olvidarte". Cincuenta y cuatro años después, se volvieron a encontrar.


"Miliano" y Tlaltizapán

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El heroísmo es el triunfo deslumbrante del alma
sobre la carne, esto es, sobre el temor; temor a
la pobreza, al sufrimiento, a la calumnia, a la
enfermedad, al aislamiento y a la muerte.

 

Ya no había parque. En los combates de los últimos tres días se habían disparado todos los cartuchos. En un esfuerzo desesperado, a punta de machete, la caballería zapatista arremetió contra los carrancistas haciéndolos correr despavoridos. Nunca imaginaron ver ante sus ojos decenas de hombres "todos negros y casi desnudos" cargando furiosos sobre sus posiciones. A pesar del esfuerzo, la caída de Tlaltizapán era inminente.

Sin alternativa --sostenerse en el pueblo era un suicidio--, Zapata ordenó la evacuación. En el cuartel general --donde también se hallaba su casa particular-- todo era movimiento. Apenas hubo tiempo de recoger el archivo, la correspondencia, los títulos de propiedad, los decretos. La vieja y modesta casa del siglo XIX cerraba sus puertas después de más de un año de albergar en su interior la esencia misma de la revolución del sur: Emiliano Zapata.

El caudillo esperó hasta el final antes de marcharse y cuando quiso dejar la casa era demasiado tarde: los primeros soldados enemigos se encontraban a tiro de piedra. Las balas impactaban la fachada o pasaban silbando peligrosamente. Montado en su caballo --que bufaba nervioso en el patio del cuartel--, Zapata esperó una oportunidad para escapar. La vida del caudillo parecía llegar a su fin aquel día de julio de 1916.

Mientras Obregón y Villa desgarraban a la patria en los campos del Bajío y el ejército carrancista concentraba sus esfuerzos en la División del Norte, el estado de Morelos recuperó la paz perdida al inicio de la revolución. Las circunstancias habían cambiado radicalmente; la tranquilidad de sus habitantes ya no dependía de la voluntad de los hacendados, mucho menos de las autoridades porfiristas, se encontraba en manos del zapatismo que, en 1915, llevó a la práctica su programa revolucionario desde el agradable pueblo de Tlaltizapán.

En el centro del estado de Morelos, en mitad de un extenso cañón que comienza en Yautepec y termina en Jojutla, rodeado de huertas y pequeños riachuelos que irrigan los plantíos de arroz y caña de azúcar, se encuentra Tlaltizapán, capital moral de la revolución zapatista en 1915. El caudillo suriano lo eligió por su situación estratégica: si bien el enemigo podía acercarse, los múltiples accesos hacían imposible un cerco militar.

Emiliano eligió una vieja construcción del siglo XIX, de una sola planta, para establecer su cuartel general y su residencia. Hasta antes de la revolución en aquella construcción se encontraba un molino de arroz que fue utilizado por los zapatistas durante la ocupación de Tlaltizapán.

"Era una casa al estilo antiguo --escribió el profesor Amador Espejo Barrera--, con un gran patio en el centro y alrededor las habitaciones; las situadas frente a la calle servían como oficinas del Cuartel General y sólo dos cuartos eran ocupados por el general Zapata, uno como dormitorio y otro para comedor. A la izquierda de su habitación se encontraba la tesorería y pagaduría; en el fondo se había instalado una fábrica para acuñar moneda, con los aparatos útiles y necesarios, pues el general Zapata siempre quiso que en el territorio controlado circulara la moneda zapatista".

El general vivió solo durante más de año y medio. Como medida de seguridad envió a su familia al rancho Quilamula, pero en las noches no le faltaba compañía femenina. En Tlaltizapán tuvo amoríos con una mujer de nombre Dolores y con Aurelia Piñeiro, y fue papá en dos ocasiones. A veces simulaba dormir en el interior del cuartel y, burlando la vigilancia de sus propios hombres, amanecía en una casa que le obsequió el señor Mariano Rodríguez. Temía una traición.

Durante el día, el movimiento era diferente. El patio de la casa se llenaba de campesinos que esperaban ver "al jefe Zapata". Los secretarios Gregorio Zúñiga y Amulfo de los Santos ocupaban el corredor acondicionado para servir de oficinas y, ayudados por una taquígrafa, despachaban todo el día. La plana mayor del zapatismo se reunía en la casa del caudillo, donde Zapata tenía la última palabra en las decisiones militares, el dictado de leyes, la atención a solicitudes y sobre todo en la supervisión del reparto agrario que había comenzado en Morelos de acuerdo con los títulos de propiedad expedidos por la corona española en la época virreinal.

Emiliano se convirtió de hecho en el gobernador de Morelos. Su poder no emanaba de los votos o de las leyes. Su legitimidad se hallaba en el pasado, en la resistencia campesina, en las raíces más profundas de su conciencia. Zapata era la reencarnación de la madre tierra, que volvía para reivindicar, construir, establecer. Y desde el reconocimiento moral y la autoridad otorgados por el pueblo, se dispuso a gobernar sin que nadie le cuestionara decisión alguna.

Entre las muchas leyes y decretos expedidos desde el cuartel general de Tlaltizapán --su casa de gobierno--, uno de los más severos fue para combatir la inseguridad o los abusos --incluso de sus hombres-- en el territorio zapatista. El documento estableció que "todo individuo, cualquiera que sea su categoría, que sea sorprendido en in fraganti delito de robo, asalto a mano armada, allanamiento de morada, violación o rapto con violencia será juzgado en consejo sumario y pasado por las armas". La revolución debía ser justa, limpia y honesta, no cabían en ella falsos revolucionarios como los carrancistas que robaban todo lo que encontraban en su camino.

Luego de largas horas de hablar de las leyes, de los principios, de la moral pública, de la situación del país, Zapata y sus hombres se retiraban de la casa para reunirse en la plaza principal de Tlaltizapán a disfrutar del atardecer. El general acostumbraba fumar su puro que acompañaba con un buen coñac --además, le gustaba la cocina francesa--. Cuando los víveres no daban para tanto, tomaba una cerveza bien helada en compañía de sus oficiales, amigos y vecinos. A la sombra de los árboles, los zapatistas y su jefe pasaban las horas hablando de caballos, de toros, de peleas de gallos, mientras los compases de la banda del pueblo amenizaban la velada.

Entrada la noche, la gente comenzaba a retirarse y Emiliano regresaba a pie a su cuartel general. Con algo de cuerda todavía, en ocasiones organizaba alguna partida de baraja a la que también era afecto. Se le veía contento; en su rostro increíblemente asomaba una ligera sonrisa. Había logrado conquistar su pequeño universo morelense.

La gente amaba a su "Miliano". Sin temor alguno se acercaban a la plaza a saludarlo; le agradecían lo que hacía por ellos y se quedaban escuchando las conversaciones, pero sobre todo, su palabra. El pueblo se le entregó. "Aquí en Morelos, hasta las piedras son zapatistas", solían decir. El 8 de agosto de 1915, los habitantes le organizaron una fiesta de cumpleaños con un animado programa, "marcha, discurso, himno al trabajo, vals, diálogo, discurso, marcha, poesía, discurso, fantasía, diálogo, comedia infantil, monólogo y discurso, himno nacional y tribuna libre".

En Tlaltizapán, Emiliano se rindió a sus sueños. En ningún otro momento de la revolución ni en ningún otro pueblo encontró el calor de hogar, de camaradería, de confianza, como ahí, entre aquellos muros, en esas dos habitaciones que ocupaba para su intimidad. Por un momento Zapata vio en aquel poblado la posible capital de su revolución triunfante. No fue un azar que desde 1914 ordenara la construcción de un mausoleo en el atrio de la parroquia de Tlaltizapán --a unas cuadras de su casa—, donde deseaba que fueran depositados sus restos junto a los hombres más valientes de su ejército.

La casa de una sola planta en Tlaltizapán se convirtió en un recinto sagrado. Una especie de religiosidad cívica se desprendía de ella. No podía ser de otra forma, ahí vivía, dormía y decidía el jefe; en su interior hacía sentir su autoridad el caudillo. En las caballerizas, en el molino, en las paredes, estaba la génesis de la revolución zapatista puesta en marcha. Fue el momento cumbre de la revolución del sur. Fue la victoria personal de Zapata y por un momento pensó que su lucha había triunfado.

A mediados de 1916 los carrancistas irrumpieron en el paraíso zapatista. Las tropas del general Pablo González arrasaron con Morelos de forma sólo comparable a la ferocidad empleada por Victoriano Huerta y Juvencio Robles durante las campañas de pacificación de 1911 y 1913. Los campesinos sospechosos de ser partidarios de Zapata --¿quién no lo era?-- fueron asesinados "fríamente, salvajemente y con un lujo de crueldad que horroriza" o, en el mejor de los casos, se les concentró en algunas poblaciones luego de quemar y destruir sus pueblos.

Zapata quedó atrapado en el interior de su cuartel general. Los disparos se hacían más frecuentes y conforme pasaban los minutos la posibilidad de la escapatoria se alejaba. La casa lucía abandonada, los pedazos de cristal volaban por todos lados, los pocos muebles reventaban en pedazos por el impacto de las balas.

El caudillo invocó entonces al Padre Jesús --imagen venerada en la iglesia de Tlaltizapán--, su única y verdadera devoción, a quien solía encomendarse antes de cada batalla y sucedió lo inesperado. Quienes presenciaron aquella escena que mezcla imaginación, fe, mito y tradición oral, vieron cómo a espaldas de Zapata apareció sentado un hombre de larga túnica. En ese momento una impresionante tolvanera se alzó en Tlaltizapán impidiendo la visibilidad, el polvo cegó unos instantes a los tiradores. Un segundo ventarrón sopló con fuerza y las puertas de la casa y de la iglesia se abrieron violentamente. Zapata tomó con fuerza las riendas del caballo y se lanzó a galope por aquellas calles que conocía como su propia vida para perderse por los caminos de Morelos. Todavía no llegaba el momento de morir.

Los carrancistas, en venganza, destruyeron Tlaltizapán, pero nunca su historia.


Mimados por Dios

 

Querien Vangal

 

 

El cielo estrellado en una noche limpia de viento seco. El mar enérgico con sus momentos de bonanza cautelosa. El caminar danzante de un petirrojo que busca comida en una fresca mañana de invierno. El abrirse tímido de una flor sobria y alegre.

 

Tantas señales nos hablan de un mundo lleno de grandeza y de ternura. Colibríes y gaviotas, halcones y jilgueros, gatos esponjados ante el sol tibio, búhos que llenan de sugestión la noche de un valle tranquilo, chicharras bulliciosas en los días de calor, peces que brillan bajo el mar ante la mirada de un niño de ojos redondos y boca extasiada.

 

Más allá y más adentro, más lejano y más íntimo, más tierno y más sublime, Dios susurra. Nos muestra cariño y grandeza, nos dice que somos hijos muy amados, nos acompaña con la caricia de un trébol fresco o con los caprichos de un amanecer con tonalidades de esperanza.

 

Nos acompaña en quienes viven aquí, bajo el mismo techo, en el mismo tren, junto a la misma vitrina del mercado, delante y detrás de la cola de una oficina del ayuntamiento...

 

Nos quiere mucho, porque somos hijos, porque nos sabe frágiles, porque nos ve miedosos, porque se alegra cuando empleamos este breve tiempo para amar a quienes necesitan bálsamos de consuelo con los que curar las mil heridas de la vida.

 

El arco iris de la tarde pone en fuga a la lluvia que dará verde a las espigas y fragancia intensa a los jazmines. Nos recuerda, con sus colores vivos, con su forma arqueada y comprensiva, que Dios es fiel y bueno, porque tiene corazón de Padre, porque desea cobijarnos a todos, en casa, como a hijos.

 

Cada uno de nosotros sigue su camino. A veces entre espinas, quizá con lágrimas de penas profundas que vienen de muy lejos. En el cielo, una golondrina nos invita a confiar y a buscar el Reino, a vivir cada día más serenos, a recordar el gran secreto: el Amor es la clave que permite descifrar el misterio de la existencia humana.


Momentos de silencio

 

Querien Vangal

 

 

La vida nos ha llenado de ruidos innecesarios. Músicas y prisas, tensiones y urgencias, mensajes y noticias.

 

Vale la pena apagar aparatos que nos bombardean sin cesar, vale la pena encontrar lugares para que el corazón se abra a Dios, al hermano, a uno mismo.

 

Nuestras almas necesitan momentos de silencio. Para reflexionar, para pensar, para recordar, para proyectar, para oír la voz profunda de un Enamorado eterno.

 

Desde el silencio de lo accesorio será posible abrirse a mensajes de vida y de esperanza. Descubriremos el diálogo que surge entre nubes y amapolas, entre montañas y espigas, entre el sol y la luna, entre estrellas gigantes y fugaces cometas, entre hormigas y abejas, entre niños y ancianos.

 

Mil mensajes de belleza llegarán a lo profundo de la vida, más allá de las prisas cotidianas, más adentro de emociones superficiales que dejan huellas pasajeras.

 

Desde el silencio abriremos la conciencia a voces que nos piden menos egoísmo y más justicia, menos rencor y más bondad, menos avaricia y más entrega. Oiremos llamadas de pobres de comida o de afecto, de amigos olvidados y heridos, de soñadores que buscan a alguien que les dé una mano para construir un mundo un poco más bueno.

 

Oiremos los gemidos del Espíritu, que pide pureza y esperanza, amor activo y fe sencilla, prudencia sana y valentía verdadera. Abriremos el corazón a la voz del Padre que repite, como un día en el Jordán, que Jesús es su Hijo Amado, que le escuchemos, que le dejemos un lugar en nuestras vidas de peregrinos inquietos.

 

El alma sedienta pide momentos de silencio. Dios mismo nos invita al desierto, para sanar heridas, para renovar pactos, para susurrarnos al oído, con su voz de Enamorado divino, que nos ama con amor eterno.


Muhammad Yunus
"El Banquero de los Pobres"
Premio Nobel de la Paz 2006

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Construir un mundo sin pobreza a través de la solidaridad, la confianza y la responsabilidad.

 

"Es un premio para todas las mujeres que participan en el banco de microcréditos" dijo emocionado Muhammad Yunus fundador del Grameen Bank al recibir el Premio Nobel de la Paz en 2006 "por sus esfuerzos para crear desarrollo económico y social desde abajo". Gracias al Grameen Bank, el diez por ciento de la población bengalí ha salido de la pobreza. Para Muhammad Yunus, esto es sólo el principio.


Es llamado el banquero de los pobres. En 1969, Muhammad Yunus recibió su doctorado en economía en la Vanderbilt University, a la que había podido acceder gracias a una beca Fulbright. Tras una breve experiencia docente en Tennessee, volvió a Bangladesh en 1971, al Departamento de Economía Rural de la Universidad de Chittagong.

 



La paz no puede lograrse si no se consigue abrir un camino para salir de la pobreza

 

En 1974, el profesor Yunus propuso una forma de organización social para las aldeas rurales a las que llamó Gram Sarker (gobierno rural). Estaba cansado de la poca congruencia entre teoría y práctica: "Cuando uno tiene que ver cómo la muerte llega a los que están a su alrededor, se pregunta: ¿qué es la vida, de qué trata? Además si estás enseñando en la Universidad todas esas teorías económicas tan elegantes que no tienen significado alguno para la gente que te rodea, sientes que no vales nada. Te sientes vacío como ser humano". . "Decidí que debía renunciar a todo lo que había aprendido en las aulas para intentar simplemente ser un ser humano y buscar un modo de ser útil a otros seres humanos. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero sí tenía una extrema frustración. Procedo de un país donde las frustraciones se alimentan".

Yunus no soportaba la pobreza de su pueblo, "Hay muchas maneras de morir, pero el hambre es la peor. Llega un momento en el que ya no se distingue entre una persona viva y una muerta, el proceso es tan gradual que todo se difumina". Fue por ello que fundó el Greemen Bank. La propuesta demostró ser practicable y útil por lo que en 1980 fué adoptada oficialmente por el gobierno de Bangladesh.

Yunus es todo un mito, una leyenda, es conocido y reconocido mundialmente por su invención del sistema de microcréditos. Yunus trascendió su imagen en Bangladesh al resto del mundo porque demostró poder ayudarse a sí mismo como modelo para servir a otros países que tengan sus mismas necesidades. "Nuestros estudios demuestran que el 46% de los clientes salen del umbral de la pobreza, y un 5% se aleja de ella y prospera. Hacemos campaña entre ellos, además, para que escolaricen a sus hijos: así cortamos uno de los eslabones de la pobreza en la siguiente generación. Algunos de los hijos, incluso, llegan a la Universidad, y se hacen médicos, etcétera. Cuentan con el acicate de conseguir bolsas de estudio a través del banco."

Como comenzó a dar microcréditos a las personas sin recursos

"Las instituciones financieras tienen el principio básico de que cuanto más tienes más obtienes. Pero si alguien mirase todo este sistema por primera vez, diría que aquí hay un apartheid financiero. Porque cuando excluyes a la gente sin que ellos tengan la culpa, es un apartheid. Pero pobres y ricos vivimos en el mismo planeta, donde el dinero es necesario para poder obtener dinero. Si no tienes el primer dólar no podrás conseguir el segundo, y seguirás siendo pobre toda la vida".


Sus inicios se narran cuando conoció una mujer que producía artesanías de bambú y que para obtener la materia prima necesitaba endeudarse con los prestamistas locales que cobraban altos tipos de interés. Sólo necesitaba 28 dólares. La gestión de Yunus con bancos comerciales para obtener dinero más barato fracasó por la falta de garantías crediticias. "Esa fue la sorpresa más impactante que he tenido jamás, porque como alumno de economía me han enseñado a hablar en términos de billones de dólares. Nunca nadie, jamás, me había hablado de cantidades menores a un dolar per cápita".


Como consecuencia de esto, decidió por tanto hacer un préstamo personal y sin garantías equivalente a 28 dólares a esa y a otras 42 mujeres que querían iniciar actividades comerciales y artesanales. "No quería que pareciera que les estaba haciendo un favor, sólo pensé que ya que pedían dinero a un prestamista podían pedírmelo a mí, pero yo no les cobraría nada. Podían simplemente prometer devolvérmelo". Los préstamos fueron devueltos a su vencimiento. Aquello animó a Yunus que, con ayuda de sus estudiantes, empezó a ampliar el sistema de microcréditos. "Lo que no esperaba era la reacción que eso generó. Estaban tan contentos ante una cantidad tan pequeña. Y esto generó en mí la idea de que los bancos deberían hacer eso, porque la tarea de los bancos es prestar dinero a la gente. Así que visité al director del banco del campus universitario, y cuando le propuse prestar dinero a los pobres se cayó de la silla. Pensó que bromeaba". Después de 6 meses de negociación, el banco prestó 300 dólares y el visionario Muhammad Yunus se preparó para el salto al vacío. "Di adiós a tu dinero", le dijo el director del banco, pero se recuperó hasta el último céntimo. El director del banco lo atribuyó a la suerte, pero Yunus probó que se equivocaba, ampliando el préstamo a otra aldea más, y luego a cinco, diez, veinte, cincuenta... "El dinero volvía siempre, pero el director del banco no repensó su posición, no podía aceptar que hubiese un fallo en su idea inicial. Porque la gente puede estar equivocada, pero el sistema bancario no".

Ante muchos obstáculos Yunus decidió crear su propio banco, lo cual le llevó más de dos años. En 1983 creó el Banco Grameen (rural). El problema es que no sabía como dirigir un banco "Cuando había un problema buscábamos una solución, la poníamos a prueba y si no funcionaba, buscábamos otra cosa. Eso fue sencillo. Ante una dificultad, mirábamos qué hacían los bancos tradicionales... y lo hacíamos al revés". El resultado: En los últimos 20 años se estima que el Banco Grameen ha prestado más de dos mil millones de euros a tres millones y medio de pobres. El banco tiene más de mil sucursales por todo el mundo y está siendo imitado por más de 7.000 organizaciones.


El Grameen Bank gerenciado por Yunus, fué fundado para ayudar a millones de personas pobres en Bangladesh para mejorar su condiciones de vida y salir de la pobreza, prestándoles pequeños créditos en dinero a bajo interés para que pudieran iniciar su propio negocio.

 



La economía y la paz están directamente relacionadas, los problemas en gran parte del mundo están causados por razones económicas

 

¿Cómo funciona el Banco Grameen?

Grameen Bank no es sólo dinero, sino que el dinero es un instrumento para una relación de confianza. "Tenemos 3.200.000 clientes que son a la vez accionistas y propietarios del banco, y 116 países han secundado iniciativas parecidas".


Sólo personas que carecen de propiedad sobre terrenos pueden acceder a esos préstamos. Casi todos los préstamos se hacen a mujeres. Dice Yunus que "cuando una mujer consigue rendimientos por su actividad, los que se benefician en primer lugar son sus propios hijos" . Los préstamos se hacen a grupos de al menos cinco personas de forma que haya entre ellas una posibilidad de ayuda mutua y cierta presión social que impulse a la devolución. Más del 90% de los créditos son devueltos satisfactoriamente.                                                                            

 

 

Las condiciones para pedir un préstamo en Grameen Bank son:

1. Ser pobre.

2. No se precisa aval ni experiencia laboral,

3. La base del Grameen Bank es la confianza.

4. Se presta preferentemente a mujeres (95% de los prestamos) "Convencerlas de aceptar un préstamo fue difícil, las mujeres se iban corriendo cuando nos veían. Decían: yo no he tocado dinero en mi vida, no sabré qué hacer con él. Pero cuando dicen eso es su miedo el que habla, porque se asume que eso pertenece al dominio masculino. Tardamos seis años en conseguir una igualdad de hombres y mujeres, y entonces observamos que el dinero que iba a la familia a través de las mujeres aportaba muchos más beneficios que el mismo dinero a través del hombre. Las mujeres son muy prudentes, sus experiencias vitales las han formado para ser unas excelentes directoras de recursos".

5. Los créditos tienen un interés similar al de un banco normal

6. Los créditos se piden en grupos de cinco personas.

7. No hay abogados ni juicios por falta de pago, se considera que el 3% de morosos -un porcentaje ridículo comparado con el de un banco tradicional- no devuelve el dinero porque no quiera, sino porque no pueden.

En el banco de los pobres existen además 16 resoluciones que son una especie de código de conducta. No son obligatorias, pero se explican como algo útil a potenciar. "Estas decisiones se han ido desarrollando a lo largo de los años. Tienen que ver con los debates con los prestatarios sobre la vida, lo importante, lo que se puede hacer y lo que no". Las normas son del tipo:

1. Enviaremos a los niños a la escuela;

2. Beberemos agua de pozos sanos o la herviremos antes de tomarla;

3. Cultivaremos vegetales todo el año, consumiremos en grandes cantidades y venderemos lo que sobre (la deficiencia de vitamina A es un gran problema en Bangladesh).

4. En cuanto a la educación, casi el 100% de los niños Grameen que empiezan los estudios los acaban.

5. Muchos de ellos están en la Universidad: el banco les financia los estudios y ellos se comprometen a devolverlo cuando empiecen a trabajar.

6. Que las familias voten en las elecciones. A quien quieran, pero que voten. "De esa manera los políticos se vuelven más cuidadosos, porque saben que vas a votar en masa.

7. Y que llevas a los niños para que aprendan en democracia, para que recuerden que sus padres iban a votar y cuando crezcan voten ellos también y constaten qué significa el voto en sus vidas". En el año 96, tras una campaña del Grameen Bank a favor del voto, el nivel de participación llegó al 93%, con la mayor participación femenina jamás vista. El partido fundamentalista bajó de 17 escaños a tres. En las municipales del año siguiente las mujeres ya tenían su lugar en las listas.

 

 


El Premio me inspirará para completar mis planes de futuro

 

¿Quién ha apoyado la labor de Yunus?

La Reina Sofía de España y la princesa Máxima de Holanda son las personalidades que más ayudaron la iniciativa de Yunus y al Grameen Bank para eliminar la pobreza en el mundo. Declaraciones favorables a la iniciativa se recibieron al comité noruego que fueron apoyadas por Condolezza Rice de EE.UU, la primera ministra de Bangladesh Khaleda Zia, Kofi Annan de la ONU, el presidente francés Jacques Chirac, la canciller alemana Angela Merkel saludó como una decisión notable y también el japonés Haruhiko Kuroda del Banco Asíatico de Desarrollo, felicitó al Grameen Bank por su fortaleza y llevar la esperanza a millones de pobres y sentirse muy honrado de haber trabajado con Yunus y auspiciar mayor colaboración futura.

 

La filosofía de Yunus

La paz duradera no se puede alcanzar si la población no encuentra la forma de salir con trabajo y una ayuda con microcrédito que sería su única posibilidad más segura.


Yunus se tiene prohibido a sí mismo dar limosna a mendigos en la calle. Lo que hace es sí ayudarlos a sí mismos a pescar entregándoles una caña. Su razonamiento es;"Si a un hombre se le da pescado, se lo está alimentando por los días, pero si se le enseña cómo pescar, se lo alimenta de por vida"."El crecimiento económico con democracia no puede alcanzar todo su potencial si la parte femenina está ausente y no participa en condiciones equitativas con los hombres" aclaró.


Yunus probó que estaban equivocados los banqueros generándoles un interrogante al sistema bancario que debía cambiar y ofrecer más acceso al crédito para pobres."No me interesa si los ricos se hacen más ricos, me preocupa que los pobres se hagan más pobres y no más ricos, expresó". Como la banca Morgan y Bill Gates y otros más siempre existirán, lo importante está en mejorar la base de la sociedad, concluyó.


Yunus piensa que erradicar la pobreza ayuda a combatir el terrorismo: "La erradicación de la pobreza es un arma decisiva en este proceso (erradicar el terrorismo), pero también lo es combatir la injusticia, una realidad que puede manifestarse de muchas formas. Una de ellas es la injusticia económica, ya que los pobres no lo son por su propia culpa. Aunque se lograra detener a todos los terroristas, si no luchamos en paralelo contra la injusticia, seguirá habiendo brotes. Otra vía de atención es tener cuidado con fomentar la cólera, porque la cólera lleva a la violencia, y ésta, a su vez, engendra más violencia".

 

El Nobel de la Paz es lo más grandioso, simplemente fantástico para nosotros, el Grameen Bank, para Bangladesh y para los pobres de todo el mundo

 

Repercusiones del modelo Yunus

 

El revolucionario Muhammad Yunus ha exportado la fórmula Grameen a muchos sitios. Partiendo de la base de que las condiciones culturales, geográficas y climáticas pueden variar, pero los pobres tienen los mismos problemas en todo el planeta, los microcréditos se aplican con éxito en más de sesenta países de Asia, Africa, Europa y América. Muchos países desarrollados la han adoptado, en lo que supone "una transferencia tecnológica del Tercer Mundo al Primero" sin antecedentes.

 

 

Además, el Grameen se expande. El inquieto Muhammad Yunus, una vez consolidado el banco, buscó formas de mejorar la calidad de vida de sus prestatarios. Además de programas de educación y formación, salud, jubilación, pensiones y otros temas sociales, sus miras se centran en las nuevas tecnologías. La Grameen Telecom ha hecho llegar teléfonos móviles a más de 2.000 aldeas en Bangladesh. El 85% de las aldeas bengalíes no tienen electricidad, así que Grameen Shakti (para el desarrollo de las energías renovables) ha instalado paneles solares. Y Grameen Communications está llevando Internet a todos estos lugares. "Esto abre las puertas a todo tipo de oportunidades de negocios, empleos, venta, comercio electrónico... todo es posible".

CONFIANZA+UNIDAD+SOLIDARIDAD=PAZ

El modelo del banco fundado por Yunus, es compatible 100% con el slogan de la campaña de participación que Yoinfluyo.com ha difundido en los últimos meses, la confianza entre las personas e instituciones, más la unidad en torno a una causa común, más la solidaridad entre las personas por alcanzar una meta, nos lleva sin duda a la paz.


En el caso de Yunus, se ha visto reflejado en la disminución de la pobreza en su país, en un 10%, número por demás resaltable. Esto ha generado condiciones de paz y estabilidad en una sociedad en la cual subsistir y sobrevivir es la regla número uno.


México, hoy y aquí, tiene el enorme reto también de superar la pobreza, éste es un ejemplo de cómo se ha ido logrando en otras partes del mundo. Aquí, el gobierno del entonces Gobernador de Guanajuato Vicente Fox comenzó a activar microcréditos bajo el concepto implantado por Yunus y lo replicó durante su periodo presidencial a nivel federal, sin embargo no ha tenido el alcance ni el éxito esperado. Es fundamental centrarnos como sociedad y como gobierno en resolver el tema de la pobreza.


En México, el Banco Compartamos, ofrece oportunidades financieras a personas emprendedoras, tiene 556,000 clientes y está dando la mano a aquellas personas de escasos recursos que necesitan un primer empujón para poder empezar su negocio. Sus datos para mayor información son:

 

 

 

 


Murió por la Patria

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La mítica escena no deja de ser conmovedora: 13 de septiembre de 1847, Juan Escutia, cadete del Colegio Militar, toma la enseña tricolor y decide arrojarse desde lo alto del Castillo de Chapultepec antes que verla mancillada por los invasores estadounidenses. La gesta de los niños héroes fue, por mucho tiempo, la leyenda romántica más socorrida de la historia oficial. La que nos gustaba escuchar cuando éramos niños. La que nos llevaba por un momento a pensar en aquella terrible jornada para la historia mexicana, donde cientos de hombres perdieron la vida en una guerra por demás injusta.

La heroicidad de poco más de medio centenar de cadetes --incluyendo a los seis conocidos--, más 832 soldados no tiene lugar a dudas. Sin embargo, la versión de que Juan Escutia se envolvió en la bandera para salvaguardarla es falsa. Para desgracia de los mexicanos, el pabellón tricolor cayó en manos estadounidenses, quienes lo arriaron del asta bandera para izar en su lugar, el de las barras y las estrellas. La bandera mexicana fue enviada a Estados Unidos como trofeo de guerra y devuelta hasta 1978, para encontrar un lugar en el Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec.

La guerra contra Estados Unidos evidenció la división que existía entre los mexicanos; la ausencia de un sentimiento de unidad nacional y la incapacidad de la clase política de establecer un proyecto común contra un enemigo, que si bien gozaba de superioridad técnica y militar, encontró resistencia tan solo en algunas ciudades del país. Buena parte, se cruzo de brazos para ver como se perdía más de la mitad del territorio.

México cumplía apenas 26 años de haber consumado su independencia y en el día de la Patria, sobre el célebre palacio nacional, ondeaba la bandera de Estados Unidos. Ha sido la única vez en la historia, en que el gobierno, ha sido obligado a celebrar la independencia en otro lugar que no fuera la plaza mayor de la ciudad de México. Lucas Alamán, intelectual de la época, historiador y crítico, escribió, no sin lamentarse:

El día 3 del próximo diciembre se completan tres siglos cabales de [la] muerte [de Hernán Cortés] ¿Quién hubiera podido pensar en aquella época que a los tres siglos de la muerte del gran conquistador, la ciudad que él saco de sus cimientos había de estar ocupada por el ejército de una nación que entonces no había tenido ni el primer principio?

 

Una bandera que se llenó de Patria

 

Si bien la heroica hazaña del cadete envuelto en la bandera nacional no ocurrió en el Castillo de Chapultepec, la historia mexicana nos entregó un episodio que dejó testimonio de la heroicidad de otro combatiente, el cual ocurrió el 8 de septiembre de 1847, en la sangrienta batalla de Molino del Rey.

Los estadounidenses avanzaron sobre la posición mexicana creyendo que en ella se encontraba una fundición de cañones y una fábrica de pólvora. Varias unidades mexicanas se aprestaron a la defensa, pero al igual que en otras batallas de la campaña, los errores nacionales determinaron el triunfo de los invasores. Miembro del batallón Mina, el capitán Margarito Zuazo fue uno de los últimos oficiales en sucumbir ante el furioso embate del enemigo. Sus jefes, el general Antonio de León y el coronel Lucas Balderas habían caído luego de batirse como fieras. El capitán Zuazo correría la misma suerte.

"Era un mocetón arrucado y listo --escribió Guillermo Prieto--; a la hora de los pujidos, él estaba en primera; él era muy hombre; le hirieron de muerte, y a chorros le corría la sangre... viéndose perdido, coge la bandera del batallón Mina matando a los que se echaban sobre ella... la dobla y la acurruca en su seno...".

Con el pabellón en su poder, continuó luchando y tras sortear las balas de fusilería, la metralla de los cañones y las afiladas bayonetas, logró llegar al edificio principal de Molino del Rey. "Allí se quitó la chaqueta y la camisa --continúa Prieto-- y se enredó contra su cuerpo la bandera". La amenazante cercanía de los invasores no lo amedrentó; cuando la batalla tocó la última llamada, el capitán regresó al combate. Las bayonetas invasoras no tuvieron misericordia de su cuerpo. Atravesado una y otra vez, Zuazo logró retirarse moribundo, buscando salvaguardar la bandera que, bajo su uniforme manchado de guerra y sangre, encontraba el calor de la patria en el cuerpo de uno de sus hijos que por ella, entregaba la vida. Hasta la muerte debió reconocer su valor.

Margarito Zuazo es casi un héroe desconocido; un pequeño busto en bronce, dentro de la residencia oficial de Los Pinos da testimonio de su paso por la historia. De este héroe desconocido", el Castillo de Chapultepec guarda la preciada bandera que defendió con su vida. Los verdaderos héroes no se encuentran en la historia oficial.

 


Ninguno es profeta en su tierra

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel



Marcos 6, 1-6


Salió Jesús de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.


Reflexión

Hemos visto que sin la fe un cristiano es como un cuerpo sin su columna vertebral. Nadie puede caminar si no tiene su columna, sino que parecerá como un montón de huesos cubiertos con carne, que no pueden sostenerse a sí mismos. Lo mismo pasa con la fe. Ella es la columna vertebral de nuestra alma.

Jesús se ha maravillado con sus compatriotas a causa de su falta de fe. Ayer alababa la fe del centurión y de la hemorroisa. ¿Por qué en su propia casa no puede obrar el bien? Muchas veces somos nosotros los que no le dejamos hacer el bien en nuestras almas, el templo de Dios en nuestras vidas, porque se lo impedimos a causa de nuestra obsesión por las cosas del mundo.


Por eso tenemos que actuar más como lo han hecho los mismos apóstoles, que aceptaron con fe lo que Dios les pedía, sin pedir señales o milagros para quedar convencidos de que efectivamente Dios los llamaba a seguirlo. La fe no se alcanza en los libros o en el estudio, sino sólo en la oración, porque es un don de Dios y para obtenerlo hay que pedirlo con insistencia.








No es por vicio ni por fornicio

 Crónica sobre la vida sexual en Temoaya en el siglo XVIII

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

«El mundo occidental fue testigo de un cambio de mentalidad hacia el matrimonio y la sexualidad a raíz del surgimiento y desarrollo de la iglesia cristiana. En poco más de un milenio la religión católica logró establecer que la única relación sexual admitida era la matrimonial».

 

Este es uno de los párrafos iniciales de No es por vicio ni por fornicio. El matrimonio en Occidente e historias de pecado de Temoaya durante el siglo XVIII, libro con el que el historiador Jesús Arzate Becerril emprende el análisis de uno de los asuntos más íntimos y complejos de las relaciones interfamiliares en México.

 

Pese a su seriedad académica y rigor científico, el texto de Arzate está convocado por un título humorístico y una relación anecdótica de historias coloniales que abundan festivamente en el relato grácil que prima en los Cuentos de Canterbury o el Decameron de Bocaccio, aunque no es su intención.

 

Tal es el caso, por ejemplo, de las severas inquisiciones y sanciones eclesiásticas, civiles y sociales que Pedro de Arzate y Angelina Becerril sufrieron entre 1748 y 1757 para unirse en matrimonio pese a la impedimenta eclesial que prohibía éste en razón de que estaban "emparentados en cuarto grado de consaguinidad".

 

La pareja, a la que se le había exigido dispensa arzobispal, aprovechó la ausencia del Bachiller Velázquez y la buena voluntad del coadjutor para casarse con bendición cristiana, pero al retorno del párroco Angelina fue declarada "difunta sin haber fallecido" y don Pedro fue sometido a un proceso eclesiástico que lo obligó a abandonar Temoaya.

 

Los problemas del matrimonio –dice el maestro Arzate Becerril- terminaron en 1757, después de ocho años de tribulaciones en las que el Bachiller Velázquez no cejó de hundir y excomulgar a la pareja, a la que finalmente favoreció el "ventilado papeleo" que desde entonces prevalecía en los procesos judiciales en México.

 

«La odisea de Pedro terminó aquí. No sabemos cuál fue su destino, ni tampoco si saldó su cuenta con la justicia eclesiástica. Es probable que se haya ausentado por algún tiempo mientras se calmaban los ánimos; pues volvemos a tener noticias de él 20 años después con motivo del casamiento de unos de sus hijos».

 

«A dos siglos y medio de distancia, lejos de pretender conocer el final del episodio, que no niego que me encantaría, la historia cobra importancia porque, aparte de la oportunidad que me brinda de contar con una temática para el presente trabajo, junto con otros documentos similares, permite enterarse de algunos aspectos de la vida cotidiana en el ámbito del mundo parroquial, en especial, aquellos que atañen a las actitudes y concepciones sobre el matrimonio, el ritual cristiano y la sexualidad en una sociedad rural del siglo XVIII».

 

No es por vicio ni por fornicio, editado por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), de la que Arzate Becerril es egresado y maestro en la Facultad de Humanidades, procede al desahogo de su tema con base en un recuento histórico del matrimonio cristiano en Occidente, en España, Nueva España y finalmente en Temoaya.

 

La relación de hechos en esta población incluye una descripción detallada del mundo parroquial, el tribunal eclesiástico, las diligencias matrimoniales, de los ciudadanos justos (los apegados a la ética cristiana y los curas) y, por supuesto, de los "pecadores, ladrones de la virginidad, la incontinencia escandalosa y la interferencia maliciosa".

 

En las conclusiones de su extenso y ameno libro (380 pp.) Arzate Becerril –Medalla Manuel M. Altamirano en 1993) y maestro del Centro de Estudios Históricos- afirma que a lo largo de su historia la Iglesia Católica nunca ha logrado erradicar las prácticas alejadas de su modelo de matrimonio.

 

«Ni aún en la época del monopolio eclesiástico, que fue aparentemente de absoluta obediencia, se alcanzó tal objetivo, situación paradójica en un universo cristiano. En todo tiempo la ley tropezó con las costumbres, las pasiones, los intereses y hasta con las doctrinas... ».

 


No quieras matar a Dios

 

Querien Vangal

 

¿Quieren saber ustedes cómo se portan algunos hombres con Dios?... Se lo voy a responder después de narrarles un cuento algo divertido de hace ya muchos siglos..

El cuento nos dice que un guerrero de la antigüedad pagana, adorador del Sol como su dios, se subió a una alta montaña durante la noche callada, sin más testigo que las estrellas. El general había sido vencido en la batalla, pudo escapar de la muerte por las justas, y ahora ascendía a la altura para vengarse de su dios el Sol. Iba vestido de militar y con todas las armas dispuestas para el ataque. A los campesinos de la comarca les había advertido:

Mañana no se levanten ni salgan a trabajar, porque no van a tener luz y va a hacer mucho frío.

Los labradores le preguntaban ansiosos:

¿Por qué? Pues, ¿qué va a ocurrir?

Y el general se los explicaba claro:

Porque yo le voy a prohibir al Sol que se alce sobre el horizonte. Si lo hace, se va a acordar. Vale más que no lo intente. Mis saetas son poderosas para llegar hasta él y clavarse en su corazón.

Los campesinos, que no habían ido a la escuela, pero que no eran tontos, se apostaron al pie de la montaña para observar. Todos se reían, pero algunos tenían miedo, porque la venganza del general, al sentir un nuevo fracaso --ahora en su lucha con el dios Sol, al que ellos también adoraban-- podría volverse contra el pueblo y, al no haber podido contra su dios, se volvería contra ellos y los mataría a filo de espada. Pasaron todos la noche al raso: el guerrero en la cima; los demás, ocultos a prudente distancia, observando todos los movimientos de aquel loco.

Eran ya las cinco de la mañana y empezaba a verse en la lejanía del Oriente la primera luz. El general, se dispone para la lucha con todos sus arreos militares. Con la mano izquierda sostiene el arco, tiene en la derecha la saeta más larga y más aguda, y la aljaba está llena con buena provisión de flechas. Cuando ya la luz aumentaba demasiado y se adivinaba la presencia del Sol, comienza a gritar con voz imperiosa:

¡Sol, detente! ¡No te presentes más aquí! Como te asomes, te clavo la primera saeta en la frente. Si avanzas, las demás saetas se te van a clavar en el corazón.

Los campesinos, escondidos, seguían riendo y temiendo a la vez.

¡A ver, a ver en qué para todo esto!...

El sol, sin hacer ningún caso al general, empezó a alzar la cabeza. La primera flecha del guerrero subió alta, muy alta, pero el Sol seguía sin hacer ningún caso y continuó ascendiendo cada vez más, mientras el guerrero enloquecido gritaba como un energúmeno:

¡Detente, que, si no, las últimas te las clavo en el corazón!...

Agotadas todas las flechas de la aljaba, y sin que el Sol se hubiera doblegado, el general, despechado, saca el puñal y se lo clava en su propio pecho, ya que no ha podido clavar sus flechas en el de su dios. Pero antes, se despide de todo lanzando el último rugido contra su enemigo el dios Sol.
¡Has vencido! Eres un dios y yo no puedo contra ti. De lo contrario, ahora estarías muerto sin remedio...

Los campesinos, que habían visto y oído todo, se acercaron tranquilos al lugar donde yacía el cadáver. Ya no podía el general vengarse en ellos, los adoradores del Sol. Ni quisieron enterrar al loco aquel, y se decían:

No vale la pena. Como hay en la región muchos cuervos, les regalamos el muerto para que celebren un banquete bien contentos...

Debo decirles a ustedes que, cuando leí este cuento --un poco largo, pero he preferido narrarlo entero-- vi en él retratados a perfección a los que se enfrentan de mil maneras con Dios. Y me pregunté:

¿Qué hacemos los creyentes? ¿Reírnos? ¿Temer su venganza? ¿Despreciarlos?...

Nosotros pensamos que es mejor compadecerlos, y hacer algo por que usen la sensatez para que se salven, antes de que se suiciden y se pierdan sin remedio, ya que el suicidio del alma es mil veces peor que el ejecutado con una pistola...

En el general del cuento, radicaba todo en que no le salieron bien las cosas durante una batalla, y la culpa se la echaba a su dios el Sol. Entre nosotros, hay quienes se alejan de Dios por contradicciones de la vida a las que no saben sobreponerse, y achacan la responsabilidad a Dios. Y si Dios no me ayuda --se dicen--, ¿Dios para qué?...

Es más frecuente el desinterés de Dios, el de aquellos que se dicen:

Si no necesito a Dios, ¿por qué ha de haber encima de mí un Dios que me manda, que me vigila, que me estorba?...

Nosotros, creyentes sinceros por la gracia de Dios, preferimos vivir y morir pendientes de su mano divina, y le decimos:

¡Señor, Tú eres el sol que nos alumbras el camino! Que nunca nos falte tu luz...

¡Señor, Tú nos quieres tanto! Que vivamos siempre pendientes de tu Providencia amorosa...

¡Señor, Tú eres el Padre que nos esperas a tu lado! Que alcancemos la felicidad en que soñamos...

Y a los que no creen en ti y te dejan de lado, a los que te creen enemigo suyo, muéstrales la salvación que les mandaste con tu Hijo Jesús...


Nora Volkow, los misterios de la adicción

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

El camino para la doctora Nora Volkow, desde su tierra natal en México a dirigir la oficina del National Institute of Drug Abuse, fue sorprendentemente corto y directo.

Desde el momento que ingresó en la escuela de medicina, a los 18 años, la doctora Volkow se ha dedicado al estudio de la adicción.

Psiquiatra investigadora conocida por sus estudios de imágenes del cerebro, ha publicado cientos de investigaciones, incluyendo muchas que demuestran como la dopamina, un químico del cerebro que está unido al placer y la motivación, juega un papel importante en las adicciones de todo tipo: drogas, alcohol, e inclusive a la comida.

Dos pantallas gigantes de computadora, perfectas para analizar imágenes digitalizadas PET, se hallan en el escritorio de su oficina porque --pese a su nueva responsabilidad-- ella piensa seguir con sus propias investigaciones.

Volkow de 47 años, nació en Ciudad México, hija de una diseñadora de modas y de un químico farmacéutico. Su padre llegó a México de niño con su abuelo León Trotsky, el líder bolchevique que fue expulsado de la Unión Soviética por Stalin.

Ella nunca conoció a su famoso bisabuelo, pero creció en la casa donde él vivió y murió asesinado en 1940 por un agente estalinista. Cuando era joven, durante los fines de semana, ella y sus tres hermanas se dedicaban a guiar a los visitantes y turistas por la casa que ahora ha sido convertida en museo.

Actualmente, siendo la primera mujer en dirigir la agencia de abuso de drogas, la Dra. Volkow también está a cargo del presupuesto que el gobierno dispondrá para investigaciones en adicción drogas.


¿Qué fue lo que la hizo interesarse en el abuso de drogas?

-- Siempre me ha fascinado la capacidad que tiene una droga de dominar el proceso que llamamos la voluntad de una persona. No conozco ninguna otra situación en la que un individuo pierda a su familia, su profesión y dinero por culpa de una adicción que no puede controlar. Quería saber qué le hacían las drogas al cerebro.


¿Cómo puede una droga cambiar la motivación de una persona?

-- Se dice que los adictos usan las drogas porque son placenteras. Y ahí es donde comienza todo el estigma del drogadicto como una persona moralmente débil. No estoy de acuerdo en todo ese concepto de placer porque creo que es demasiado simplista. Se trata de motivación y deseo. La adicción a la droga realmente se convierte en una necesidad. Existe mucha variación en cuanto a la predisposición a la adicción. Sabemos que la genética juega un papel muy importante, porque genéticamente puedes manipular animales para que no se vuelvan adictos, no importa la cantidad de droga que se les dé. También sabemos que el medio ambiente puede proteger o promover la adicción.


¿Cómo afecta el abuso de drogas a la voluntad?

-- Se dice que el adicto pierde control. Pero esa información no está completa. Una persona adicta a las drogas tiene la motivación para conseguir las drogas. Pueden querer y preocuparse mucho por su familia, pero la motivación para conseguir drogas es mucho más poderosa que la motivación de ser responsable con su familia.


¿Qué tipo de medio ambiente protege a las personas de la adicción?

-- La familia juega un papel importantísimo. Primates --que no son humanos-- que han crecido sin sus padres tienden a abusar del alcohol mucho más que aquellos que fueron criados por sus padres. Tener padres les da un sentido de seguridad. Mientras que aquellos que crecieron entre compañeros --sin sus padres-- suelen ser mucho más tímidos. También son más propensos a la agresión y al uso de drogas.


¿Considera usted que la adicción a las drogas es, al menos en parte, biológica?

-- Se dice que si se considera a la adicción como una enfermedad le estás quitando la responsabilidad al adicto, pero eso es incorrecto. Supongamos que una persona tiene una enfermedad del corazón, ¿le estamos quitando responsabilidad? No. Le decimos que tiene que hacer ejercicio, que coma menos, que deje de fumar. El padecer de una enfermedad supone el hecho de que hay algunos cambios, en este caso, en el cerebro.

La adicción a las drogas también tiene un gran impacto en otras enfermedades. Fumar y beber alcohol están asociados con una mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer. La marihuana también. ¿Sabe usted cuántos pacientes esquizofrénicos fuman cigarrillos o usan drogas? Un 85%. Para la enfermedad del corazón el mayor factor de riesgo es fumar cigarrillos.


¿La adicción a drogas por lo general comienza en la adolescencia? Es que, ¿los jóvenes tienen algún tipo de predisposición a la adicción a las drogas?

-- No lo sabemos. Nuestros estudios casi siempre están dirigidos a adultos. Sí sabemos que el sistema de dopamina del cerebro cambia drásticamente durante la niñez y la adolescencia. Pero, ¿qué hay de específico en el cerebro de los adolescentes que los hace vulnerables? Algunas personas dicen 'puede ser sólo una etapa en su vida en la que quieren probar de todo'. Pero, ¿por qué quieren probar de todo? Obviamente esa conducta refleja la forma en que el cerebro está trabajando.


¿Existe alguna prioridad entre las drogas de las que se abusa que necesitaría atención especial?

-- Si se fija sólo en los números, el fumar cigarrillos es una de las prioridades. Fumar cigarrillos puede facilitar el uso de otro tipo de drogas, aunque la nicotina no es como otras drogas. Por ejemplo, cuando los animales tienen libre disposición de acceder a la cocaína dejan de comer y el ciento por ciento de ellos muere. Si tienen libre disposición de acceder a la nicotina o heroína, sobreviven.


¿Es la marihuana tan peligrosa como las demás drogas?

-- Existe evidencia de que afecta el aprendizaje y la memoria, pero también hay evidencia que demuestra que no. He utilizado imágenes del cerebro que muestran que los que abusan de la marihuana tienen cambios en ciertas áreas del cerebro que tienen que ver con la memoria y la coordinación motora. De manera que la idea de que es una droga inofensiva no es tan correcta. Sabemos que los usuarios de marihuana son apáticos, pero nadie ha hecho estudios para documentar este síndrome de falta de motivación. Aquellos que fuman marihuana deben saber los daños que ésta les produce en el cerebro.}


¿Cómo va a prevenir el abuso de drogas?

-- El tener conocimiento sobre el tema definitivamente ayuda. Muchas personas, y específicamente los adolescentes, no están conscientes de las consecuencias de ser adictos a algo. Las personas que son adictas tienen un mayor riesgo de suicidio, mayor riesgo de depresión. Muchas de estas drogas son tóxicas.

Tomemos como ejemplo la metanfetamina. Cuando observamos el cerebro de jóvenes que han abusado de las metanfetaminas parece un cerebro de una persona 40 o 50 años mayor. De manera que algunas drogas están haciendo envejecer el cerebro. ¿Quieres tener el cerebro de un hombre de 70 años teniendo a los 20? Creo que éste mensaje es muy poderoso.

 


¡Nuestros queridos muertos!

 

Querien Vangal

 

Muchas veces nos hemos preguntado en nuestra América Latina: -¿A qué viene, y cómo se explica, la devoción de nuestros pueblos a los Fieles Difuntos?

 

No podemos ni queremos establecer comparación con otras culturas no cristianas, que no tienen nuestra esperanza, y que son también muy apegadas al culto de sus muertos. Hablamos de nosotros porque tenemos fe. Sabemos que los que nos precedieron están en el seno de Dios. Y sin embargo, pensamos mucho en ellos, rezamos mucho por ellos, y los muertos están presentes en nuestras familias como lo estuvieron en vida.

 

No pasa así en otras civilizaciones también cristianas --que se dicen superiores (!)-- y que ante sus muertos se muestran bastante frías...

 

Hablando, pues, de nosotros, ciertamente que hay dos explicaciones, muy legítimas las dos, y también bastante claras, en este proceder nuestro con los difuntos: el amor familiar y el buen corazón de nuestras gentes.

 

La primera, el amor familiar, es evidente. Nuestros pueblos conservan, gracias a Dios, un gran apego a la familia. Y es natural que, al llegar este día, sintamos la necesidad de hacer más presentes entre nosotros a los seres queridos que se nos fueron.

 

La segunda explicación que se da es el buen corazón, que nos hace sentir muy de cerca el dolor de los demás. Y eso de pensar que nuestros difuntos están a lo mejor todavía purificándose en aquel fuego devorador que, según la piedad y la fe cristiana, llamamos Purgatorio, eso nos llega muy al fondo del alma. Y eso es también lo que nos mueve a intensificar nuestros sufragios ante Dios por las almas benditas.

 

Hablando de esta segunda razón --el buen corazón de nuestros pueblos--, explicaba un prestigioso sacerdote latinoamericano: "Pasa con los Difuntos como lo que ocurre en nuestros pueblos con el Santo Cristo".  Se le tiene una devoción muy especial. Por ejemplo, llega la Semana Santa, y hay que ver las plegarias ante el Señor que sufre y cómo se le acompaña en procesiones penitenciales... Pasa el Sábado Santo con el recuerdo de la Virgen Dolorosa, y dice poco la celebración del Señor que resucita. ¿A qué obedece este fenómeno, a sólo cultura o a un sentimiento muy profundo del corazón?...

 

Nosotros aceptamos esta realidad: los difuntos nos dicen mucho al corazón, y los recordamos, rogamos por ellos, y los seguiremos encomendando siempre al Señor.

 

Pero, ¿qué debemos pensar de las penas del Purgatorio, de las cuales queremos aliviar a nuestros queridos difuntos? Aquí deberíamos tener las ideas muy claras. La Iglesia, guiada siempre en su fe por el Espíritu Santo, es quien tiene la palabra. Y lo que nos enseña nuestra fe se puede resumir en dos o tres afirmaciones breves y seguras.

 

Es cierto que en la Gloria de Dios no puede entrar nada manchado. Quien tenga pecado mortal --que quiere decir esto: de muerte eterna-- no verá jamás a Dios.

 

¿Y quien no tenga pecado mortal, sino faltas ligeras, apego a las criaturas, amor muy imperfecto a Dios, mezclado con tanto polvo y tantas salpicaduras de fango que se nos apegan siempre?... A la condenación eterna no va el que muere en estas condiciones, pero tampoco puede entrar en un Cielo que no admite la más mínima mancha de culpa.

 

Para eso está el Purgatorio, que significa eso: lugar de limpieza, de purificación. Lo cual es una gran misericordia de Dios. Si no existiera esa purificación y limpieza, ¿quién entraría en el Cielo, fuera de niños inocentes y de grandes santos que apenas se han manchado con culpa alguna?

 

San Juan Bautista Vianney, el Párroco de Ars, lo explicaba así en sus catequesis famosas: "Cuando el hombre muere, se halla de ordinario como un pedazo de hierro cubierto de orín, que necesita pasar por el fuego para limpiarse".

 

¿Y qué podemos hacer nosotros? Pues, mucho. Al ser cierto que todos los miembros de la Iglesia formamos un solo Cuerpo, y que está establecida entre todos la Comunión de los Santos --es decir, la comunicación de todos nuestros bienes de gracia--, todos podemos rogar los unos por los otros.

 

Nosotros rogamos por las almas benditas para que Dios les alivie sus penas y las purifique pronto, pronto, y salgan rápido del Purgatorio.

 

Y esas almas tan queridas de Dios, que tienen del todo segura su salvación, ruegan también por nosotros, para que el Señor nos llene de sus gracias y bendiciones.

 

Ésta ha sido siempre la fe de la Iglesia Católica.

 

Esto hacemos cada día cuando en la Misa ofrecemos a Dios la Víctima del Calvario, Nuestro Señor Jesucristo, glorificado ahora en el Cielo, pero que se hace presente en el Altar y sigue ofreciéndose por la salvación de todos: de los vivos para que nos salvemos, y de los difuntos que aún necesitan purificación.

 

Eso hacemos también con todas nuestras plegarias por los difuntos.

 

Esto hace la Iglesia especialmente en este día, con una conmemoración que nos llena el alma de dulces recuerdos, de cariños nunca muertos, de esperanza siempre viva...

¡Los Difuntos! ¡Nuestros queridos Difuntos! No los podemos olvidar delante de Dios, desde el momento que los queremos tanto....


Vivir con tanta intensidad la Solemnidad de Todos los Santos, así como también el día de mañana, Conmemoración de los Difuntos. Estos dos días engloban en sí de modo muy especial la fe en la "vida eterna" (últimas palabras del Credo apostólico).

Si bien estos dos días enfocan ante los ojos de nuestra alma lo ineludible de la muerte, dan también al mismo tiempo testimonio de la vida.

El hombre que está "condenado a muerte", según las leyes de la naturaleza, el hombre que vive con la perspectiva de la aniquilación de su cuerpo, este hombre desarrolla su existencia al mismo tiempo con perspectivas de vida futura y está llamado a la gloria.

La Solemnidad de Todos los Santos pone ante los ojos de nuestra fe a los que han alcanzado ya la plenitud de su llamada a la unión con Dios. El día de la Conmemoración de los Difuntos hace converger nuestros pensamientos en quienes, después de dejar este mundo, en la expiación esperan alcanzar la plenitud de amor que requiere la unión con Dios.

Se trata de dos días grandes en la Iglesia que "prolonga su vida" de cierta manera en sus santos y en todos los que se han preparado a esa vida sirviendo a la verdad y al amor.

Por ello los primeros días de noviembre la Iglesia se une de modo especial a su Redentor, que nos ha introducido en la realidad misma de esa vida a través de su Muerte y Resurrección. Al mismo tiempo ha hecho de nosotros "un reino de sacerdotes" para su Padre.

(SS Juan Pablo II, 1 de noviembre 1978. Solemnidad de todos los santos)


Nunca olvides

 

Querien Vangal


Que tu presencia es un regalo para el mundo.
Tú eres único y sólo hay uno igual a ti.
Tu vida puede ser lo que quieres que ella sea.
Vive los días, apenas uno por cada vez.
Cuenta tus bendiciones, no tus problemas.
Tú los superarás, venga lo que tenga que venir.
Dentro de ti hay muchas respuestas.
Comprende, ten coraje, sé fuerte.
No te pongas límites a ti mismo.
Muchos sueños están esperando para ser realizados.
Las decisiones son muy importantes,
pero deben ser dejadas para el momento adecuado.
Nada consume más la energía que la preocupación.
Cuanto más tiempo se carga un problema,
más pesado se hace, no lleves las cosas tan en serio.
Vive una vida de serenidad, no de arrepentimientos.
Recuerda que un poco de amor dura mucho.
Recuerda que la amistad es una investidura sabia.
Los tesoros de la vida son todas las personas.
Percibe que nunca es demasiado tarde.
Haz cosas simples y de forma simple.
Ten salud, esperanza y felicidad.
Encuentra el tiempo para hacer pedidos a una estrella.
Y nunca jamás olvides, ni por un día siquiera,
que tú eres especial.
Y sonríe Siempre... Que Dios espera tu sonrisa.


Oaxaca 2006

¡Urge la participación social!

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

 

El pasado martes 7 de noviembre, en un anuncio a la nación en cadena nacional el Presidente saliente, Vicente Fox declara ante toda la nación su acato a la decisión de la mayoría en el congreso de no darle permiso de salir a cumplir con sus últimos dos compromisos como Jefe de Estado. El Presidente Fox hace dos reflexiones que pueden parecer frente a los medios masivos como un aparente berrinche pero que lejos de serlo tienen un gran significado frente a lo que estamos viviendo y el reto que representa para el Presidente Electo esta realidad.

 

El Presidente Fox reclama al PRI por achacarle la no resolución de un conflicto que ellos mismos generaron, no olvidando que es precisamente la incapacidad de un gobernador emanado de ese partido el que ha permitido que este problema 100% local siga sin resolverse. Por otra parte el Presidente reclama también al PRD y a su chiquillada (los borreguitos amarillos), a quienes les dijo que cómo era posible que lo culpen por la no resolución de un conflicto que ellos mismos están fomentando.

En el fondo el Presidente está señalando bajo un anuncio coyuntural lo que se perfila como la nueva realidad del país. Suena bastante lógico que los partidos que perdieron en la elección busquen cobrarle sus malas decisiones y sus derrotas, como en su tiempo se le cobró a Zedillo.

Podríamos quedarnos reflexionando sobre este evento, pero claramente no nos deja muy satisfechos esta simplona, visceral e irreflexiva decisión de la oposición. El asunto es que el tema tiene mucho fondo.

 

EL PRI, en busca del poder perdido…

 

También genera entre coraje y risa la declaración de Ulises Ruiz quien con la mayor desfachatez sugiere que el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, renuncie si no se resuelve el problema de su estado, ¡ja!, ahora sí, es como si un niño le dijera a otro niño que lo van a correr por no hacerle su tarea, es el colmo y refleja por qué el estado de Oaxaca está completamente indefenso y sin mayor garantía de control.

Lo que no debemos olvidar es que Ulises Ruiz es gente vinculada con el exgobernador José Murat quien lo impuso primero como candidato de su partido y luego lo apoyó en las elecciones locales. Esta elección reñida creó una fuerte división dentro del mismo PRI local: entre la alianza Ruiz-Murat y otros exgobernadores y Priístas del estado. Para Murat era clave el triunfo de su candidato ya que con ello aseguraría acceso al poder apoyando a Roberto Madrazo (ex candidato del PRI a la Presidencia), tanto con votos como con recursos económicos. Así fue como sucedió y los resultados hoy los tenemos a la vista: un PRI que ahora es tercera fuerza y que por lo mismo verá mermado su acceso al poder y la disminución evidente de recursos económicos. Como se ha mencionado en varios medios de comunicación hay un desfalco en el estado de alrededor de 92 mil 786 millones de pesos, del Ramo 33. Dinero que presumiblemente irían a parar a la campaña de Madrazo.

 

Este desfalco dejó a Murat sin recursos para hacer frente a los reclamos de los maestros, situación que aprovecho la Sra. Gordillo para atacar a su enemigo político (Madrazo), de ahí los orígenes del conflicto magisterial.

Ulises Ruiz al reconocer que la promesa "madracista" no se cumpliría no le quedó otra que el ver la forma de obtener esos recursos, mismos que pretende obtener de la federación, dejando crecer el conflicto (a través de los gastos para la reconstrucción, el apoyo para el fomento del turismo y en recursos adicionales para los maestros). Por esto es que vemos de repente hechos muy violentos que no suscribe la APPO. Esos hechos tienen sentido desde la perspectiva de un gobernador que quiere llamar la atención y hacer de un conflicto local un problema nacional.

 

La APPO y el PRD, a río revuelto…

 

La marginación y la pobreza del estado son ancestrales, el PRI tiene a este estado como uno de sus últimos bastiones para el voto verde. De ahí el rezago y el gran descontento de las personas que viven en ese estado. Personas que ven en Ulises Ruiz el enemigo a vencer -lejos de apoyar la causa de los maestros de la APPO- se constituye como una organización popular que defiende las "causas del pueblo", que en este caso están a la vista, la pobreza y la poca atención de los gobernadores priistas.

A la vez que se desarrollaban los acontecimientos de Oaxaca previos a la elección, se vivió en el país la elección del 2 de julio, ya todos conocemos el resultado y las actitudes de los que perdieron la elección. Andrés López con sus ideólogos Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho Solís, y el ala radical e intolerante del PRD han comenzado a perfilar el "modelo" que pretende ser la "nueva" forma de lucha de la ultra izquierda en México, como bien lo ha bautizado el analista del CEPOS(1) , el Arquitecto Federico Müggenburg. Estamos viviendo el nacimiento de la lucha revolucionaria con el modelo del "circo de tres pistas", modelo que ha utilizado el "separatismo vasco" en España, "se integra por la presencia actuante de un "núcleo duro" (EZLN, EPR, ERPI y APP'S), "agitación callejera" (Frente Amplio Progresista y APP's) y "asalto a la tribuna legislativa" (PRD, PT y PCD)."

De ahí que el PRD esté alentando este movimiento, sobre todo viéndolo como un experimento o laboratorio social, para saber cómo actúa el gobierno, las causas de lucha y con ello también copiar este modelo para replicarlo en toda la República.

De esta forma los bombazos tienen sentido, ya que en todo este conflicto a quien le faltaba actuar de forma mas convincente era a la guerrilla (urbana y rural), quienes han aparecido de forma tímida y "amenazadora" pero que ahora lo hacen de forma evidente y seria. De ahí que también la APPO se haya desvinculado de estos hechos. Este modelo (circo de tres pistas) de ninguna forma se plantea como un monolito, ni tiene un mando general, son actores que de forma coyuntural actuarán conjuntamente en beneficio de sus intereses particulares.

A esto se agrega la radicalización del PRD que en el D.F. parece que actuará de forma dictatorial, inteligente e intolerante, apoyando marchas, plantones y movimientos sociales; actos de corrupción y delincuencia que los beneficien tanto para la movilización como en recursos. De ahí que vemos la probable aprobación en la Asamblea Legislativa de la "Ley de Sociedades de Convivencia" y las irrupciones a la Catedral, así como los acuerdos que Marcelo Ebrard, (peón de AMLO y pieza clave de Manuel Camacho) esta realizando previo a su arribo como Jefe de Gobierno.

Sin duda el D.F. será usado por el PRD y la izquierda radical para alimentar y sostener su "revolución". Lo más lastimoso de este hecho es que será a costa de los impuestos de los capitalinos.

 

¡Nadie quiere negociar!

 

 

Ante lo anterior tiene sentido que las negociaciones y el diálogo franco y abierto que se ha realizado en la Secretaría de Gobernación no tenga resultados claros. Aparentemente a nadie le conviene por lo pronto la negociación y el acuerdo. Tal vez aquellos profesores que sienten la vocación a la que fueron llamados tienen ya la necesidad de trabajar y por tanto de regresar a clases. Profesores que en votación eligieron el regreso a clases y que al mismo tiempo tienen la urgente necesidad de desvincularse de la APPO, un movimiento que cada día mas huele a radicalismo y al PRD, hecho que los alejará cada vez mas de resolver su problema de fondo.

 

Lo que buscarán tanto el Gobernador Ulises Ruiz como el eje PRD-APPO será prolongar este conflicto: Ulises necesita recursos y la APPO necesita consolidarse como movimiento social. La prolongación pretende también cobrarle sus derrotas al Presidente Fox y amenazar y medir al nuevo Presidente entrante. Depende de cómo aborde el conflicto Felipe Calderón el cómo seguirá evolucionando este "circo de tres pistas" y también la relación con el PRI.

Sin duda este hecho fortalece la figura del actual Secretario de Gobernación, quien ha estado muy cerca de todo este conflicto y quien también debe conocer los intereses de fondo de todos los actores.

¿Y la mayoría silenciosa?, urge la participación social

Por último, no podemos quedarnos en este análisis solo viendo cómo los actores que buscan un bien particular se pretenden repartir el país para lograr sus intereses mezquinos y ansias de poder. Sin duda la solución para todo este tipo de conflictos no esta solo en manos del gobierno federal, es mas, yo me atrevería a decir que la solución NO está en manos del gobierno federal. Está en manos de esa mayoría silenciosa, la sociedad civil que a veces parece estar dormida pero que está presente y con gran preocupación por los acontecimientos. Esa mayoría silenciosa que está haciendo lo que debe hacer, ocupando su tiempo y trabajando para hacer crecer al país. Esa sociedad debe darse cuenta que no es suficiente sólo trabajar, que se requiere dar un paso mas, que se necesita esa valentía para salir de su zona de confort, para influir en su entorno, en la opinión pública y por qué no en la calles para exigir orden y visión de largo plazo. Para invertir y dar empleo, para constituir agrupaciones sociales que resuelvan las principales necesidades del país.

Necesitamos ciudadanos valientes, héroes que estén dispuestos a ponerle el alto a toda manifestación de intolerancia y anarquía. Dispuestos a salir a las calles a manifestarse a favor de la solidaridad y la paz y de convencer uno por uno a todos aquellos que piensan que la salida es el conflicto, cuando la única salida es la unidad y la solidaridad.

Sí hay una forma de acabar hoy con el conflicto de Oaxaca, y es que esta mayoría silenciosa se manifieste de forma inteligente y muy activa, que reactiven lo más pronto posible su vida en común, que se unan con otros para dialogar, para avanzar, que de forma inteligente se junten para crear proyectos productivos, que salgan a las calles y manifiesten su visión por un estado nuevo, por un Oaxaca próspero y grande.

 

 

 


Oaxaca y el Peje

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Quedó clara esta semana la conexión entre la estrategia insurreccional de Oaxaca y la de el Peje, que ya parecía desfallecer entre las deserciones y el desprestigio universal.

La diferencia es de perspectiva: Para el Peje y sus espacios mediáticos se consideró vital exhibir como certificado de supervivencia el tanque de oxígeno que le ofreció la Asamblea Popular del Pueblo (sic) de Oaxaca (APPO) al identificar su meta con la del candidato presidencial derrotado: la de evitar la toma de posesión del Presidente electo en las urnas.

Mientras que la APPO reparó tardíamente en que esa forma de escalar su ofensiva contra la capital de la República y varios estados —la estrategia de oaxaquización del país— está llevando a fortalecer a sus enemigos oaxaqueños.

El más beneficiado fue el gobernador Ulises Ruiz, porque el amago de una APPO a escala nacional está conduciendo a cohesionar con él al entramado institucional del país, ante la amenaza insurreccional.

Y entre los más perjudicados están quienes, desde el PRD, el PAN y el propio PRI, querían ajustar cuentas con el mandatario oaxaqueño y exigían su cabeza desde el discurso de la disociación de la APPO con la "resistencia civil" de el Peje y con cualquiera otra expresión de radicalismo o sedición. Se trataba —juraban— de una oposición local justificable ante el mal gobierno local.

Todo empezó el domingo, como el título de un libro publicado en1963, con ilustraciones de Alberto Beltrán y relatos de Elena Poniatowska sobre la ciudad de México, sus alrededores y algunas ciudades de provincia.

Pero esta vez ocurrió el domingo (Sep./24) pasado en el curso del programa de Denise Maerker en el Canal 4 de Televisa. Allí, el líder de la APPO, Flavio Sosa aterró a la audiencia con sus nada convincentes explicaciones del asalto al hotel donde agredieron a Ricardo Rocha y a los legisladores del estado y con su retórica plenamente asimilada a la del Peje.

Habló de sus aprestos para la "movilización popular pacífica en la capital del país"; de que "el 2 de julio se retrató el rechazo" al neoliberalismo; de que "este sistema económico ya no lo acepta la sociedad"; de que "es un referéndum lo que pasó el 2 de julio, y la movilización es un cuestionamiento a las leyes obsoletas e instituciones caducas".

Y todo siguió el lunes, con la advertencia de Jesús López Rodríguez, de la comisión directiva provisional de la APPO, que resultó música celestial para el Peje, pero también era un seguro de vida política para el gobernador Ulises Ruiz, que así veía comprobada —a confesión de parte— la alianza Peje-APPO contra el resultado electoral: "…no dejaremos a Felipe Calderón tomar posesión como presidente", exclamó el líder, si no cae Ulises.

La jactancia del connubio el Peje-APPO continuó en la prensa del martes, con la bienvenida y el ofrecimiento de apoyos que el gobierno del DF y el PRD le anticiparon a la marcha oaxaqueña para, con sus integrantes, volver a ocupar con campamentos la ciudad de México, a partir de la próxima semana.

Cierre de filas ante la escalada y reflejos tardíos de la APPO
También
el domingo, pero en Milenio, la cabeza principal recogía la información de que "Se gestan APPO contra cuatro gobernadores", tres de ellos perredistas y uno priista, coincidentemente identificados por su disposición a asumir el resultado electoral que le dio el triunfo a Calderón: respectivamente, Pablo Salazar Mendicuchía, de Chiapas; Zeferino Torreblanca, de Guerrero; Lázaro Cárdenas Batel, de Michoacán, y Fidel Herrera, de Veracruz.

Otro signo de identidad Peje-APPO, difícil de ocultar. Cerca de mil 700 organizaciones sociales y políticas han decidido emular en todo el país al movimiento de Oaxaca, aterraba la nota de Milenio.

Del mito del fraude electoral, la estrategia del Peje transita así a la construcción del mito de la ingobernabilidad, a ver si con éste sí logra evitar la toma de posesión del Presidente electo y obligar a una nueva elección.

En la escalada de las APPOs al estilo oaxaqueño, el Peje parece encontrar su punto más fuerte, pero a la vez parecería que la APPO está encontrando allí su punto más débil, en tanto fortalece a su enemigo, el gobernador de Oaxaca, que logra el cierre de filas del México institucional, al exhibir una APPO utilizada por el Peje en su esquema de hacerle la vida imposible al nuevo gobierno.

De allí que el Peje, desde su perspectiva, haya decidido ayer sembrar en los que considera sus legisladores el mensaje de alerta contra la aplicación de la ley y el uso de la fuerza pública contra quienes considera su nueva carne de ingobernabilidad: el movimiento oaxaqueño. Mientras el líder oaxaqueño Flavio Sosa se esmeraba en el noticiario de Ezra Shabot (W Radio) en un discurso de apego a la legalidad y de deslinde con el PRD, tardío y poco convincente tras las evidencias de la semana.


Oaxaca, creo en ti


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La mediocridad es lo excelente para los mediocres

 

Oaxaca, creo en ti, / porque escribes tu nombre con la equis, / que algo tiene de cruz y de calvario –con el permiso de Ricardo López Méndez.

¡Y sí! Es un verdadero calvario al que han sometido las hordas salvajes que, al grito de "salvemos a Oaxaca" –vaya burla--,  han sometido a la ciudad de Oaxaca y, por ende, al todo el Estado.

Pero ya es hora de desenmascarar el espurio liderazgo de ese engendro que ha desquiciado la capital de Oaxaca. No pueden representar al pueblo oaxaqueño con tal atropello, no a las instituciones de gobierno, no a la mayoría de la sociedad civil oaxaqueña, donde hay muchos más pobres que los que reclutaron y quienes, en su desesperación, se abandonaron a la catarsis colectiva y quimeras que les ofrecieron desde hace meses.

En la cúspide de la APPO hay delincuentes, en el sentido estricto y convencional del término. Han violado la ley, antes, durante y después del "movimiento", cobijados en la cortina de humo que tejieron al encabezar los disturbios. Para gozar de impunidad y evitar pisar la cárcel, estos "dirigentes populares" han usado la violencia ilegítima, justificándose en el agravio que sus huestes dicen deberse al gobernador que habrá que "tirar", ¿para qué?, a estas alturas qué importa, nunca asumieron responsabilidad alguna ni justifica "su lucha".

Los dirigentes de APPO embarrando incluso a quienes pudieran ser legítimos líderes naturales de una protesta legal, acumulan en conjunto por lo menos 37 denuncias penales y órdenes de aprehensión incumplidas, giradas por diversos juzgados en Oaxaca, por delitos graves tales como secuestro, tentativa de homicidio, robo calificado con violencia, asociación delictuosa, asonada y motín. A la cabeza, los casos más notorios los encabezan Flavio Sosa, dirigente de "Nueva Izquierda de Oaxaca", procedente de la Unión Democrática Campesina y postulado por el PRD a una diputación local, sobre el que pesan cinco órdenes de aprehensión por despojo, daños dolosos, secuestro, lesiones calificadas, robo calificado con violencia y robo de vehículo; Germán Mendoza, del Frente Popular Revolucionario, preso en el penal de Miahuatlán, acusado de robo calificado con violencia contra el Congreso del estado "libre y soberano de Oaxaca"; Rogelio Pensamiento ha acumulado cinco procesos penales por secuestro, despojo a estaciones de radio, daños y robo, mientras coordina la Asociación Cívica Revolucionaria.

A ellos se suman Berlín Reyes Pineda, mandamás del Frente Popular Revolucionario, al que también pertenece el acusado de robo calificado con violencia Zenen Bravo, así como Horacio Sosa, que colabora con su hermano Fabio; y su segundo César Mateos Elías; además de Catarino Torres Pineda del Comité de Defensa Ciudadana, Samuel Hernández Morales cabeza del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, Alejandro Cruz López de Organizaciones Indias por los Derechos Humanos y Jacqueline López Almanza del Comité de Defensa, obviamente "de los derechos" y por supuesto "del Pueblo". Muchos se preguntarán ¿de dónde sacan para financiar el estado de sitio, además del botín que a su paso recolectan? De sindicatos magisteriales de Estados Unidos y Canadá, solidarios bajo la consigna "¡uníos maestros!" Ya darán la cara, tan pronto se pongan el saco.

 

Este anverso de la cara de la APPO, al margen de la que hayan querido ver algunos "paladines de la democracia", del estado del Derecho y las libertades, se oculta bajo el manto protector de quienes gozan desde afuera del privilegio de inmunidad, incluyendo sólo ver el ruedo y opinar sobre el espectáculo, esquivando la obligación de denunciar y poner el estado de cosas en su lugar. Es más redituable querer "matizar" lo que no admite matices. Nos dicen que hay razón en la irritación y que es sacrilegio democrático ya no invocar, sino siquiera sugerir, el uso de la fuerza pública legítima para reestablecer el orden, porque en México eso equivale a represión, habida cuenta que todavía pesa en la memoria y psique colectiva la indeleble marca del trágico 1968. ¿En qué México creen que viven y qué estatura política le conceden al mexicano promedio?

Hay una colusión de intereses oscuros y perversos detrás de quienes se han erigido por un lado en protagonistas y, por el otro, en "defensores de oficio", ante los reflectores nacionales, con una bandera que no es de los oaxaqueños ni sus compatriotas. Por sólo citar un ejemplo, curiosa y casualmente la única de las 16 estaciones de radio en Oaxaca que la APPO no invadió pertenece a Humberto López Lena Cruz, diputado federal oaxaqueño por Convergencia. Es hora de demostrar que en nuestro país hay instituciones, hay democracia, hay libertades, hay cauces de negociación política y que madure la prensa crítica, para que en conjunto hagan contrapeso en este escenario.

Pero "no hay mal que dure cien años ni oaxaqueño que los aguante", el caos terminará y los pseudo maestros regresaran, como si nada hubiera ocurrido, a las aulas tranquilamente.  Los niños y jóvenes que han holgado involuntariamente –son las víctimas inocentes de un mal causado por quienes deberían ser los primeros en protegerlos--  durante mucho tiempo, aparte del mal que ya han sufrido, continuarán sufriendo el embate de una educación deficientísima, no hay derecho.

De todo este margayate queda en aire una importantísima cuestión: ¿Qué capacidad y/o calidad profesional pueden tener los energúmenos que anduvieron pintando, golpeando y destruyendo todo lo que se les ponía enfrente, además de deteriorar la economía del Estado?  Con estos pseudo maestros queda asegurada la mediocridad de la educación oaxaqueña.  Y sigue la mata dando

Si bien es cierto que Oaxaca arrastra vicios y malos hábitos desde hace muchas décadas, producto de un sistema corrupto –de cual, por cierto, han sacado pingües beneficios los pseudo maestros, appos y demás hierbas--  impuesto por la hegemonía de un solo partido, no es menos cierto que resulta paradójico y por demás injusto que ahora estén depredando al Estado los que dizque son sus salvadores, ¡Dios nos agarre confesados!.

Termino el presente haciendo un llamado urgente para la defensa de los derechos que tienen los niños y jóvenes de recibir una educación de calidad.  Todos exigen que se respeten sus derechos humanos –y protestan fervientemente cuando se ven afectados--. Pero ¿Quién defiende a los niños y jóvenes?  Le correspondería a la CNDH, pero el señor presidente de la misma, el "eximio" Dr. José Luís Soberanes Fernández, con su clásica incapacidad, nada más interviene cuando puede lucirse.  Como Ombudsman  es muy buen actor, nada más le gusta ser protagonista.  La defensa de los derechos de los niños y jóvenes oaxaqueños le corresponde a todo el pueblo oaxaqueño, no hay de otra.

 

Obregón

El caudillo y la farsa

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Uno de los más importantes militares mexicanos. También fue un próspero hombre de negocios. Era alegre y muy valiente. Poseía una memoria prodigiosa, y también una fama de ladrón. Fue político, héroe de la revolución mexicana, asesino y corrupto. Obregón: el caudillo y la farsa.

 

De orígenes relativamente modestos, Álvaro Obregón fue mecánico, vendedor y agricultor en su natal Sonora. Permaneció ajeno a la revuelta de Madero contra Porfirio Díaz, y sólo hasta el triunfo maderista se decidió a incursionar en política. Tras el cuartelazo de Victoriano Huerta y el asesinato de Madero, Obregón se incorpora a la lucha armada contra el régimen huertista, encabezando un importante grupo de caudillos sonorenses que eventualmente mandarán en todo el país. Dotado de un genio natural para la guerra, derrota a las fuerzas federales de Sonora.

 

 

Su habilidad radica en la paciente actitud del cazador que atrae a la fiera a la trampa. Desgasta, desmoraliza, agota al enemigo y lo aniquila cuando lo ve estrellarse ante sus posiciones. Mientras Villa aplasta el espinazo de las tropas huertistas en Zacatecas y acapara la atención nacional, Obregón avanza con paso seguro por la costa del Pacífico. Finalmente, será Obregón, y no Villa, quien tome la ciudad de México y presencie la disolución del régimen huertista.

 

Su educación emanada de las logias masónicas del norte de México lo hace proclamar su odio a la Iglesia mexicana, y en esos primeros tiempos, a los ricos. Confiscaciones, persecuciones y atropellos son muestras del primer arrebato antirreligioso y anticapitalista de los caudillos sonorenses. Obregón no es ajeno a la estridencia ideológica, declara eufórico que sus tropas han avanzado desde sus remotas plazas norteñas hasta el corazón del país entre maldiciones y quejidos de los curas y los ricos.

 

En 1915 estalla el conflicto por el poder entre los principales caudillos revolucionarios: de un lado, Villa y Zapata, del otro, Carranza y Obregón. Como siempre, el sonorense maniobra hábilmente para atraer a Villa a un teatro de operaciones distante miles de kilómetros de las bases de su enemigo. En el Bajío, Celaya, León y Aguascalientes son testigos del holocausto villista: innumerables cargas de caballería se estrellan contra las fuertes posiciones obregonistas, que barren a los jinetes con ráfagas de fusilería, ametralladoras y cañones. Cuando el humo de estos combates se disipó, el poderío villista había desaparecido. Obregón pierde un brazo en los combates, pero emerge triunfador del conflicto como el caudillo más popular de la revolución. En epilogo siniestro, Zapata, y pocos años después Villa, pagan con sus vidas la derrota.

 

Mientras Carranza disfruta del triunfo sobre Villa y Zapata, Obregón se retira a la vida privada, en la que prospera de manera prodigiosa. Una fortuna extraordinaria lo rodea en sus negocios, que abarcan todo un imperio comercial, industrial y agrícola. Gusta de burlarse de sí mismo: recuerda al escritor Blasco Ibáñez que mientras la mayoría de los caudillos revolucionarios tienen dos manos para robar, él sólo tiene una.

 

A principios de 1919, busca la presidencia de la república, en abierto desafío a su antiguo jefe Carranza. Éste no lo apoya, pues busca imponer a un desconocido civil, el ing. Bonilla, como su legítimo sucesor. En 1920 Obregón se levanta en armas, acusando a Carranza de imponer a un candidato impopular y de apoyar esta pretensión con dinero público. Con Obregón como caudillo, los sonorenses lanzan el Plan de Agua Prieta y destronan a Carranza. Don Venustiano no pudo eludir su destino: en fuga hacia Veracruz es asesinado. Un sonorense es nombrado presidente interino, preparando el camino para el caudillo mayor, Álvaro Obregón.  Su educación emanada de las logias masónicas del norte de México lo hace proclamar su odio a la Iglesia mexicana, y en esos primeros tiempos, a los ricos. Confiscaciones, persecuciones y atropellos son muestras del primer arrebato antirreligioso y anticapitalista de los caudillos sonorenses. Obregón no es ajeno a la estridencia ideológica, declara eufórico que sus tropas han avanzado desde sus remotas plazas norteñas hasta el corazón del país entre maldiciones y quejidos de los curas y los ricos.

 

En 1915 estalla el conflicto por el poder entre los principales caudillos revolucionarios: de un lado, Villa y Zapata, del otro, Carranza y Obregón. Como siempre, el sonorense maniobra hábilmente para atraer a Villa a un teatro de operaciones distante miles de kilómetros de las bases de su enemigo. En el Bajío, Celaya, León y Aguascalientes son testigos del holocausto villista: innumerables cargas de caballería se estrellan contra las fuertes posiciones obregonistas, que barren a los jinetes con ráfagas de fusilería, ametralladoras y cañones. Cuando el humo de estos combates se disipó, el poderío villista había desaparecido. Obregón pierde un brazo en los combates, pero emerge triunfador del conflicto como el caudillo más popular de la revolución. En epilogo siniestro, Zapata, y pocos años después Villa, pagan con sus vidas la derrota.

 

Mientras Carranza disfruta del triunfo sobre Villa y Zapata, Obregón se retira a la vida privada, en la que prospera de manera prodigiosa. Una fortuna extraordinaria lo rodea en sus negocios, que abarcan todo un imperio comercial, industrial y agrícola. Gusta de burlarse de sí mismo: recuerda al escritor Blasco Ibáñez que mientras la mayoría de los caudillos revolucionarios tienen dos manos para robar, él sólo tiene una.

 

A principios de 1919, busca la presidencia de la república, en abierto desafío a su antiguo jefe Carranza. Éste no lo apoya, pues busca imponer a un desconocido civil, el ing. Bonilla, como su legítimo sucesor. En 1920 Obregón se levanta en armas, acusando a Carranza de imponer a un candidato impopular y de apoyar esta pretensión con dinero público. Con Obregón como caudillo, los sonorenses lanzan el Plan de Agua Prieta y destronan a Carranza. Don Venustiano no pudo eludir su destino: en fuga hacia Veracruz es asesinado. Un sonorense es nombrado presidente interino, preparando el camino para el caudillo mayor, Álvaro Obregón.

Una vez en el poder se mostró más pragmático que ideólogo, más empresario que anticapitalista. Buscó denodadamente la aprobación de los Estados Unidos, la inversión extranjera y la modernización agrícola e industrial del país. Dio manos libres a su hombre de confianza, Plutarco Elías Calles, para una política de persecución a la Iglesia mexicana. También permitió que José Vasconcelos encabezara una ambiciosa cruzada por la educación y la cultura. Combatió a un importante grupo de generales sonorenses, encabezados por De la Huerta, que se sentían desplazados del poder. La rebelión fue aplastada en sangre, y no hubo piedad para nadie.

 

Al terminar su mandato dejó en el poder a su gran amigo, Plutarco Elías Calles. Regresó a sus negocios en el norte del país. Cuando concluyó el período callista volvió a postularse para la presidencia, con la oposición de dos caudillos que habían sido subordinados suyos: Arnulfo R. Gómez y Francisco Serrano. Ni Calles ni Obregón se tentaron el corazón para asesinarlos: a Serrano en Huitzilac, a Gómez en Veracruz.

 

 

La revolución deviene de tragedia a farsa. Cínicamente los caudillos revolucionarios se reparten el poder, el dinero y las posiciones políticas con las manos manchadas de sangre derramada innoblemente. Aparentemente Obregón se enfilaba a otro período presidencial, y quizá a una eterna alternancia con su compadre Calles, pero la muerte lo encontró en 1928, en la ciudad de México, en la figura de un oscuro joven, José de León Toral, que lo asesinó en un banquete. El beneficiario del crimen, Calles, acusó al asesino de ser fanático religioso, lo torturó salvajemente y lo ejecutó inmediatamente. Ninguno de los generales obregonistas creyó la explicación de Calles, así que un nuevo levantamiento volvió a ensangrentar a la familia revolucionaria. La mayoría de los obregonistas no sobrevivieron a la muerte de su caudillo.

 

 

 

 

 

 


Orar sin desfallecer

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Reflexionaba estos días, al hilo de aquellas palabras de uno de los muchos ciegos que deambulan por el Evangelio -"si quieres puedes curarme"-, sobre el poder de la oración. Un poder que nos acerca a la omnipotencia de Dios, pero sobre todo a Su intimidad. Hacer oración (con fe y con humildad) significa sumergir el alma en la cotidianidad del Espíritu Santo, en la sangre redentora de Cristo, en la misericordia infinita del Padre.

 

Tenemos al alcance de la mano la inspiración más poderosa si queremos ser felices. Porque orar es acceder a las confidencias del mismo Dios, descifrando Su Amor y Su Alegría, en natural conversación de hijos necesitados. Mostrándonos tal y como somos, exponiéndole dudas, sentimientos, llagas y miedos, o cada uno de los afectos que hacen posible el latido de nuestro extenuado corazón.

 

Pero nos falta tantas veces voluntad y constancia, piedad y confianza. Nos vemos arrastrados por el torbellino descabellado de la ofuscación mundana, sin tiempo ni ganas -eso pensamos- para las cosas de Dios. Y así nos va. ¿Ir a Misa? Uf, menudo compromiso. ¿Diez minutos de oración? Imposible, decimos, mientras miramos de soslayo el reloj. Y buscamos compensaciones en cualquier otra insustancial nimiedad.

 

Nos falta recogimiento y nos sobra cotilleo. Debemos pedir al Señor que sujete nuestras fantasías, que destierre de nuestra alma todo lo que no sea digno de Él. A pesar nuestro. Sé que es muy fácil escribirlo y no tanto vivirlo. Pero lo escribo a propósito (en primer lugar para aprender yo mismo). Nuestros caprichos asfixian nuestra fe, hacen demasiado ruido en nuestra vida. Tantas veces tan eufórica como vacía. ¿O no?

 

La oración es querer. Voluntad y amor. Querer ahondar en las almas, ir a la raíz de todo cuando nos sucede. No hay sabiduría mayor. Todo ello para que nuestro corazón sea cada vez más Suyo. Nada para nosotros, todo para Él. Sin Dios hasta las cosas buenas nos trastornan y nos hacen perder el norte. Y cada uno -si somos sinceros- tenemos constancia de ello. Porque nos diluimos en lo intrascendente y más trivial.

 

Es hora de recomenzar, de transformar el cansancio, el trabajo, las lágrimas y el dolor en el caudal de la más fértil oración. O lo que es lo mismo, en un trocito de Cielo. Y de esta forma conseguiremos que los hombres dejemos de cavilar con el corazón demacrado y el alma anestesiada por manías.

 

La oración todavía conserva el don de devolver la vista. Porque Jesús sigue pasando a nuestro lado, sonriendo, tendiéndonos la luz de Su voz. Lejos de ser un sortilegio o una fantasía.

Palacio Nacional: la tradición del poder

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Acostumbraba caminar por los pasillos del Palacio Nacional acompañado por alguno de sus ministros. Con su levita negra, semblante sereno y las manos a la espalda, el presidente conversaba pausadamente. En ocasiones, al caer la tarde, cuando las actividades administrativas habían concluido, caminaba solo a sus habitaciones. Su sombra parecía surgida de las entrañas del más allá. Más que alma en pena, Benito Juárez cargaba una pena en el alma. El último año y medio había sido difícil. Aunque su rostro se mostraba impasible, su corazón estaba roto. Extrañaba a su amada Margarita, fallecida en enero de 1871.

Don Benito nunca dejó de pensar en ella. Por sobre todas las cosas admiró su fortaleza espiritual para enfrentar -—con todo e hijos—- un largo exilio en Nueva York durante los años de la intervención francesa (1865-1867). Fue Margarita una mujer comprensiva de la que sólo recibió apoyo, incluso para ayudarlo con el moño de la corbata cuando se desesperaba. "¡Ay, hijo, pero qué inútil eres!" –-le decía cariñosamente Margarita-- al tiempo que sus manos trabajaban sobre la corbata para colocarla finalmente en su lugar.

La pareja pudo compartir menos de cuatro años la modesta morada ubicada en el ala norte del Palacio Nacional, a la cual regresaron en julio de 1867 luego del triunfo de la República. Asolado por la viudez desde 1871, el presidente permaneció en la famosa construcción virreinal año y medio más. En julio de 1872 comenzó a sentir malestares en el corazón; una afección cardiaca diagnosticada tiempo atrás volvió a presentarse y don Benito se dispuso a recibir a la muerte en su propia alcoba.

Indudablemente la vida en Palacio Nacional le sentaba a don Benito. No por las comodidades a las que podía aspirar, la seguridad del recinto o la facilidad de trasladarse en un santiamén de sus habitaciones a los salones de despacho. Juárez encontraba en aquella construcción la historia del poder, el ejercicio de la autoridad, el centro de gravedad de la política nacional. Le reconfortaba ser parte medular, piedra angular de esa historia. Un presidente republicano heredero de una larga tradición de poder no podía hallarse en ningún otro lugar mejor que en sus habitaciones particulares del Palacio Nacional.

Desde tiempos inmemoriales

 

La historia del inmueble era centenaria. Las modificaciones arquitectónicas jamás violentaron su naturaleza: siempre fue origen y destino del poder. A principios del siglo XVI, el emperador Moctezuma ordenó la edificación en ese mismo terreno de las fastuosas Casas Nuevas —-su palacio-—, sitio al que propios y extraños no pudieron más que rendir tributo de admiración. Tal grandeza no pasó inadvertida para Hernán Cortés, que desde su arribo en 1519, reparó en aquel palacio y al consumar la conquista de México se lo apropió -acto ratificado por cédula real en 1529.

Pero el lugar estaba llamado a ser el palacio virreinal. No podía ser de otra forma, pues se encontraba en la Plaza Mayor y su dignidad era reconocida por españoles e indios. De allí que don Luis de Velasco, segundo virrey de la Nueva España, hiciera una serie de negociaciones en 1562 para comprarle la propiedad a Martín Cortés, hijo del conquistador, la cual adquirió en treinta y tres mil pesos de aquellos oros. La operación se efectuó en 19 de enero y exactamente ocho meses después el virrey, la Audiencia, el sello regio y la cárcel se trasladaron a la nueva sede del poder virreinal.

Con el paso de los años se construyeron nuevas habitaciones en el costado oriente, cosa que no alteró el extenso jardín y las huertas que se hallaban en el lado sur. Hacia finales del siglo XVII, el Palacio de los Virreyes tenía ya el aspecto de una fortaleza, con dos torres en las esquinas resguardadas por artillería y "con troneras para fusilería, dispuesto todo para la defensa".

Las medidas de seguridad fueron insuficientes para defender el Palacio el 8 de junio de 1692, cuando una terrible hambruna propició el motín de ocho mil indios que se reunieron en la plaza mayor para exigir alimento. Al no ser escuchada, la turba amotinada decidió prenderle fuego a la residencia del virrey. Las llamas devoraron cada uno de los salones, habitaciones y oficinas del Palacio. Al amanecer del día siguiente, el paisaje era desolador; de la sólida construcción sólo quedaban cenizas.

El virrey salvó la vida gracias a que encontró refugio en el convento de San Francisco, sin embargo, el destino del Palacio era incierto. Por lo pronto, la ciudad de México se llenó de un amargo olor a destrucción.


La muerte ronda

 

En los primeros días de julio de 1872 el corazón de don Benito comenzó a fallar. No se trataba del dolor por la irreparable pérdida de su esposa sino de la enfermedad que lo devoraba por dentro. El día 8 Juárez fue visitado por 20 niños huérfanos que deseaban conocerlo para agradecerle los recursos otorgados a su orfanatorio. Llegaron de improviso y el presidente no tuvo empacho en recibirlos en una de sus habitaciones. El encuentro parecía familiar, no había escolta ni aparatos de seguridad, mucho menos protocolo.

Don Benito tomó asiento y de inmediato fue rodeado por los niños, que le hablaban todos al mismo tiempo. El presidente sonreía y trataba de prestar atención a cada uno. Después de media hora de conversación, el director del orfanatorio dispuso la partida y Juárez entregó a cada niño un peso para que compraran fruta. Cuando se despedía del último pequeño "se llevó la mano al corazón y se recargó contra un mueble —-escribió el director de la institución-—; en su semblante se notó la palidez y un ligero gesto que hizo, me dio a comprender que algo extraordinario le pasaba; le pregunté si quería que avisara a sus ayudantes y me dio las gracias, diciéndome que no era nada, que había sentido una ligera punzada en el corazón".

Juárez no prestó mayor atención a su malestar -—a pesar de que en marzo le habían diagnosticado angina de pecho—- y continuó haciendo su vida normal. En los siguientes días ya no salió de su morada en Palacio Nacional, sólo dejaba sus habitaciones para trasladarse a la parte donde se encontraban su despacho y el resto de las oficinas de la administración pública. Desde ahí resolvió diversos asuntos cuyo estudio suspendía para comer en casa.

Hasta la víspera de su muerte, don Benito comió generosamente. El lunes 16 de julio la cocinera de Palacio le preparó un suculento menú que incluía sopa de tallarines, arroz con huevos fritos, bistec con frijoles acompañado de una salsa de chile piquín, fruta y café. Por si fuera poco, tomó media copa de jerez y saboreó algo de pulque. Al caer la noche se abstuvo de cenar, pero no se negó una copita de rompope. Luego de leer algunas páginas del libro Curso de historia de las legislaciones comparadas, de M. Lerminier, se retiró los anteojos, apagó la pequeña lámpara que iluminaba su recámara y durmió como un bendito. A lo lejos se escuchaba el grito de la guardia que hacía su ronda.


Del caos al esplendor

 

Una palabra bastaba para definir el estado del Palacio Virreinal durante las primeras décadas del siglo XVIII: muladar. Y no precisamente por la manera de hacer política, sino por el lamentable y triste panorama que presentaba cotidianamente.

Había dentro de él -—escribió Francisco Sedano en Noticias de México-— cuartos de habitación y de puesteros de la plaza, bodegas de guardar frutas y otros comestibles, fonda y vinatería que llamaban la Botillería, panadería con amasijos, almuercerías donde se vendía pulque públicamente, y de secreto chiringuito, juego de naipes público, juego de boliche; montones de basura y muladares.

De nada sirvió la reconstrucción de la casa virreinal luego del motín de 1692. Cinco años tardaron los trabajadores en dejar acondicionado el Palacio para que pudiera ser habitado nuevamente por el virrey. La reedificación no costó cuartilla, el gasto fue de 195 mil quinientos pesos. Todo para que durante la mayor parte del siglo XVIII el Palacio se moviera entre la basura, los desperdicios y la pestilencia.

Para los trasnochadores, el primer piso de la residencia virreinal se convirtió en el sitio adecuado para continuar la parranda y amanecer acompañado de alguna mujer y un buen tarro del mexicanísimo pulque. Gente chamagosa, hampones, pordioseros y borrachos que reñían frecuentemente, le daban un aspecto aún más sombrío a la sede del poder novohispano. Los virreyes pretendían mantenerse ajenos a la situación de la plaza, pero no podían ignorar lo que sucedía al interior del Palacio: en el patio principal se encontraban las cocheras para bodegas de comerciantes, sus escaleras y corredores se habían convertido en letrinas públicas.

Aquel lugar, donde alguna vez se había levantado esplendoroso el palacio de Moctezuma, era una extensión de la podredumbre y suciedad que dejaban a diario los vendedores en la Plaza Mayor. El comercio ambulante había tomado por asalto la gran plaza. "Con toda libertad, a cualquiera hora del día -—continúa Sedano-—, se arrojaban a la calle los vasos de inmundicia, la basura, estiércol y perros muertos... Cualquiera, sin respeto de la publicidad de la gente, se ensuciaba en la calle o donde quería".

Con la llegada del ilustre virrey don Vicente de Güemes, segundo conde de Revillagigedo, un rayo de esperanza iluminó la capital novohispana en 1789. Comenzó así, exitosamente, el primer reordenamiento del comercio ambulante y una higiénica cruzada dejó el Palacio, la Plaza Mayor y las calles de México con toda la majestad de que habían gozado en tiempos del imperio azteca.

Durante los años malos, sólo una parte logró mantenerse a salvo de la inmundicia: la capilla real, construida en la parte oriente, cuya edificación estaba "ajustada a lo más perfecto de la Arquitectura, que la más escrupulosa atención de los Artífices modernos, no descubre en ella defecto, que los ofenda -—escribió Artemio de Valle-Arizpe—-. En él está pintado el martirio de Santa Margarita, de mano de Alonso Vázquez, natural de Sevilla, cuya destreza compitió a la de Miguel Ángel, en los dibujos...". Junto a la capilla se levantaba soberbio el gran jardín botánico, joya de la naturaleza cultivada por manos novohispanas que engalanaron durante años el interior del Palacio. Se encontraba muy alejado de la fachada principal, lo cual le permitió resistir el paso de los hombres.

El Palacio Virreinal se convirtió en Nacional una vez consumada la independencia de México (1821). Durante varios años no sólo albergó al poder Ejecutivo, también recibió en uno de sus salones al poder Legislativo, en otros a las oficinas de gobierno, sin olvidar la casa habitación del presidente. Cuando comenzó la era de los levantamientos y las asonadas militares, ambos poderes se enfrascaron en un sinnúmero de conflictos. En ocasiones el presidente debió salir huyendo y algunas veces fue tomado como rehén en sus habitaciones; otras, el que sufrió fue el Legislativo, como sucedió en 1844, cuando el presidente Canalizo ordenó a la tropa que impidiera el paso de los diputados.

Dos ejércitos extranjeros ocuparon el Palacio en el siglo XIX. Las tropas estadounidenses durante nueve meses, de septiembre de 1847 a junio de 1848, y los franceses, que hicieron su entrada triunfal en junio de 1863 y dieron paso al boato y el dispendio de Maximiliano -—desplegado anteriormente--, también en el Palacio, por Santa Anna durante su último gobierno.

Una vez en el poder, Juárez construyó una nueva dignidad en torno al Palacio Nacional. Lo revistió de austeridad, le imprimió su sello personal y lo hizo respetar. La vieja construcción conoció verdaderamente la identidad republicana. Con un sueldo de 36 mil pesos anuales, don Benito vivió sencillamente, jamás se dio al lujo o al dispendio. Concibió al poder como servicio y así vivió hasta el final de sus días.

A propósito de malas costumbres —-escribió Juárez en Apuntes para mis hijos-—, había otras que sólo servían para satisfacer la vanidad y la ostentación de los gobernantes. [Las] abolí porque tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de un recto proceder y no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro.


Los excesos

 

El Palacio Nacional guarda también una larga historia de escándalos. Hubo varios y de todos tipos: políticos, amorosos y absurdos, por decir lo menos. En 1566 el hijo de Cortés fue encarcelado por quererse proclamar rey de México -—salvó la vida de milagro—-. Entre 1611 y 1612, la devoción de fray García Guerra, obispo y virrey, lo llevó a ordenar mejoras materiales dentro del Palacio. Autorizó lo que a su juicio era necesarísimo: la construcción de una plaza de toros en el interior, que fue destruida por la ira de Dios durante uno de los tantos temblores que asolaron la ciudad de México.

El virrey marqués de Villena se vio envuelto en otro escándalo al ser acusado de preferir a los portugueses, pues entre un caballo español y otro portugués que le dieron a elegir, optó por el segundo diciendo: "Mejor es el de Portugal", frase que le costó el cargo, la humillación y su salida de México.

En 1808 el virrey Iturrigaray fue detenido y destituido, acusado de apoyar un movimiento de independencia que fraguaba el Ayuntamiento. La escena se repitió varios años después, ya en el México independiente, cuando el presidente Anastasio Bustamante fue aprehendido dentro de Palacio Nacional en una de tantas intentonas golpistas.

Juárez nunca dio pie a escándalo alguno. Ni dentro ni fuera del Palacio. Fue el único presidente que hizo de su estancia en la vieja construcción una agradable forma de vida. Lo acompañaron Margarita y sus hijos por algún tiempo. Al acercarse la muerte estaba listo para entregarle cuentas claras. Su tránsito fue doloroso, pero aguardó la llegada de la muerte en la pequeña cama de la casa presidencial, en el ala norte del Palacio Nacional.


Descanse en paz

 

La última vez que don Benito se presentó en las oficinas presidenciales fue el 17 de julio de 1872. Al día siguiente no pudo salir de su habitación. Durante la noche los dolores en el pecho se habían agudizado. Pidió a su familia que no mencionara a nadie su estado de salud.

Todavía tuvo fuerza por la tarde para recibir en su recámara a varios de sus ministros y hablar con ellos de asuntos públicos, como si nada pasara. Cerca de las siete de la noche, don Benito no pudo más; la angina de pecho dobló su voluntad y el presidente cayó en cama.

Para combatir los intensos dolores en el corazón —-que por momentos parecían detener para siempre su marcha—-, los médicos aplicaron sobre el pecho de Juárez compresas de agua hirviente, esperando la reacción del músculo cardiaco. La piel parecía desintegrarse por la elevadísima temperatura del líquido, pero el presidente aguantó firme la aplicación de los fomentos. Mas ya no había nada que hacer. Médicos, familiares y amigos esperaban el trágico desenlace en cuestión de horas.

Momentos antes de morir —-señala una nota de El Federalista del 20 de julio de 1872—-, estaba sentado tranquilamente en su cama; a las once y veinticinco minutos se recostó sobre el lado izquierdo, descansó su cabeza sobre su mano, no volvió a hacer movimiento alguno, y a las once y media en punto, sin agonía, sin padecimiento aparente, exhaló el último suspiro.

Miles de personas acudieron a Palacio Nacional para darle el último adiós a Benito Juárez. Era tal la cantidad de gente que desfiló frente al catafalco que fue necesario apuntalar el piso del salón de Embajadores para evitar un hundimiento o un derrumbe. En el Palacio se conservaron los efectos personales del presidente y su mascarilla mortuoria. Con el tiempo pasaron a formar parte de su historia.

La estatua de Juárez que se encuentra en el patio Mariano fue fundida con los cañones que los liberales le arrebataron al general Miramón en Calpulalpan y con los obuses que sirvieron para la defensa de Puebla durante el sitio de 1863. En el Palacio Nacional, en las habitaciones del presidente, se fundió la historia personal de don Benito con la gran historia nacional. La última escena, descrita por el reportero de El Federalista, no pudo ser más conmovedora.

Le contemplamos con una emoción que no trataremos de describir, en su recámara, encima de su cama de bronce, vestido de negro, pálido, pero con la fisonomía tranquila, sin contracción alguna y pareciendo más bien dormir con el plácido y pasajero sueño de la vida, que con el eterno y profundo sueño de la muerte.

 


Para que mi alegría esté en vosotros

 

Querien Vangal

 

Jesús de Nazaret narra su historia:

 

Si bien yo ya existía desde antes, vine al mundo a las afueras de un pueblo de Judá llamado Belén. Nací en un establo, porque aquel día no había sitio para mis padres en ninguna posada. Es curioso: me contaron después que yo estaba muy feliz y sonriente en mi cunita de pajas (y eso que de mis manos había salido la creación entera con sus inmensas e incontables riquezas).

 

Crecí como un niño más. Pasé los treinta primeros años de mi vida en Nazaret, un pueblo perdido de la Galilea. Tan perdido que ni siquiera aparecía en los mapas romanos de aquella época... Me dedicaba a ayudar a mi padre, que era carpintero.

 

Recuerdo que aquellos años fueron de una gran paz y felicidad en la sencillez y humildad de mi familia y de nuestra pequeña aldea.

 

Pero dentro de mí latía muy vivamente la conciencia de haber venido a este mundo para llevar a cabo una misión muy concreta. Por eso, cumplidos los 30 años, salí de mi pueblo dejando madre, parientes, amistades, casa, trabajo..., todo. Con la única ilusión de hacer aquello para lo que mi Padre Celestial me había enviado al mundo.

 

Durante tres años, recorrí toda la Palestina anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios, que yo ya empezaba a instaurar en los corazones bien dispuestos. Prediqué abiertamente en el Templo y en las sinagogas de las ciudades por las que pasaba. Curé todo tipo de enfermedades y dolencias en aquellos que acudían a mí con suficiente fe. Devolví la vista a los ciegos. Hice hablar a los mudos y oír a los sordos. Resucité muertos. Expulsé demonios. Perdoné los pecados a todo el que se mostraba sinceramente arrepentido. Me esforcé por convertir los corazones de la gente al amor de Dios. Traté en definitiva de pasar por este mundo haciendo siempre el bien, amando y socorriendo a todos los necesitados.

 

Recuerdo que durante aquellos años, no tuve tiempo para pensar en mí mismo. No tenía siquiera dónde reclinar mi cabeza después de esas jornadas intensas de trabajo apostólico. A parte de que muchas noches las pasaba en oración, dialogando con mi Padre.

 

Tampoco fueron escasos los días que no me quedaba ni un momento siquiera para comer. Pero no me importaba demasiado. Mi alimento era hacer la voluntad de mi Padre. Eso era lo que me hacía descansar, estar en paz, satisfecho y, sobre todo, muy feliz.

 

Precisamente el núcleo de mi mensaje fue esa felicidad de la que yo ya gozaba, fruto del amor y la entrega a Dios y a los demás. Todo lo que dije e hice, fue para que mi profunda alegría estuviese también en los demás. Para que el gozo de mis hermanos los hombres fuese verdadero y llegase también a su plenitud, como el mío.

 

Por eso no dudé en decir a la muchedumbre que me escuchaba con atención aquel día, en la montaña (ante el asombro de no pocos): "Felices los pobres en el espíritu... Felices los que tienen hambre y sed de justicia... Felices los puros de corazón... Felices los humildes y sencillos... Felices los que sufren y lloran... Felices los que son odiados y perseguidos por mi causa...".

 

Porque sabía muy bien que las riquezas materiales, o el hartarse de comer y beber, no producen la felicidad verdadera en el hombre. Porque conocía claramente la insatisfacción de los que viven en la lujuria. Porque comprendía de sobra que la fama y los honores no llenan de felicidad a nadie. Porque me di cuenta de que no era necesaria la salud del cuerpo, ni la risa exterior, ni las amistades meramente humanas, para vivir feliz de verdad.

 

Mucha gente acogía mis palabras. Se hablaba de mí por todas partes. A donde quiera que fuera, no podía pasar desapercibido... Pero mi enseñanza y mis obras no fueron bien recibidas ni entendidas por los jefes espirituales del pueblo en aquel tiempo.

 

Llegué a ser molesto para ellos porque enseñaba con autoridad y me seguían muchedumbres. Y decidieron acabar conmigo.

 

Fui sometido a un juicio en el que no tenían de qué acusarme, pues nada malo había hecho ni hubo nunca en mi boca mentira. Y hasta los falsos testigos allí convocados para hablar en mi contra, no eran coherentes en lo que testimoniaban. Al final, fui condenado a muerte injustamente por afirmar algo que no podía haber negado ante nadie: que era el Hijo de Dios.

 

Lograron legalizar mi condena haciendo que Poncio Pilato, gobernador de la región por aquel entonces, me entregase a ellos para ser crucificado. Pero esto después de haber flagelado todo mi cuerpo (según la costumbre romana) y coronado de espinas mi cabeza. Recibí insultos y salivazos, burlas y bofetadas. Cargaron sobre mis hombros el madero de la cruz y me hicieron llevarlo hasta la cima del Calvario. Allí me clavaron los brazos y los pies y me levantaron en alto junto a otros dos malhechores ajusticiados conmigo.

 

Y, ¿qué crees que sentía en esos momentos? Sí, un dolor atroz que atormentaba a mi cuerpo y me invadía el alma. Pero también reinaba en mí una gran paz y un gozo igual de intenso o más que mi dolor. Por eso, desde esa atalaya de mi pasión, pude mirar al cielo y exclamar colmado de satisfacción antes de expirar: "Padre, Todo está cumplido... En tus manos encomiendo mi espíritu".

 

Ya ves. Parece que no había sido suficiente haber pasado por este mundo haciendo el bien a todos. Llegué hasta el extremo del amor. Hice vida aquello que había predicado antes: "Nadie tiene amor más grande que el que da la propia vida por sus amigos". Y yo la di también por mis enemigos, por aquellos que me estaban crucificando...

 

Precisamente por ese amor sin límites, en medio de mi insondable sufrimiento, no perdí la confianza en mi Padre, y me invadía a la vez una dicha inmensa al saber que estaba cumpliendo su voluntad y demostrando así mi amor a Él y a los hombres.

 

Quizá ahora, a la luz de mi vida, te resulte más fácil entender el porqué el sufrimiento humano tiene sentido, si es sobrellevado por amor y para llevar a cumplimiento la voluntad de Dios. El más grande dolor no quitará espacio a la dicha en el corazón de una persona si se dulcifica con amor.

 

Quizás ahora entiendas mejor porqué la verdadera felicidad radica en el amor a Dios y en Él y por Él a los demás. Un amor que se hace entrega generosa hasta dar la propia vida en aquello que a Dios le agrada.

 

Haz la prueba. Muchos de mis seguidores ya la han hecho y ninguno ha quedado defraudado. Te lo aseguran ellos mismos. Pregúntaselos...

 

¡Ah! No puedo terminar sin decirte que a los tres días de ser sepultado, resucité. Y este hecho es motivo de esperanza y alegría inquebrantable para todos los que creen en mí. Están seguros de que tampoco ellos morirán para siempre. Su dicha durará por toda la eternidad.

 


Espero que el ejemplo de Jesucristo no te suene al mismo cuento de siempre. Sí, Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.


Pero no se trata de un cuento. Cristo es una persona viva. Millones de hombres y mujeres lo han seguido a lo largo de los siglos, llevando con honor y gallardía el nombre de cristianos. Muchos de ellos han defendido y testimoniado su amor a Él aún a costa de su propia vida. Muchos hoy siguen amándolo, y dejándolo todo por él, e incluso, muriendo por Él. Y ni uno solo se ha visto defraudado jamás por la felicidad que produce el amarle.


Paranoia, distintivo de AMLO

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Antonio Torres, psiquiatra experto en trastorno de ansiedad y fobias, investigador en psicofarmacología clínica, y quien ocupó la subdirección de Psiquiatría del Instituto de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez, explicó a Crónica cómo podemos analizar rasgos evidentes de la personalidad de Andrés Manuel López Obrador, sin romper con el principio ético de confidencialidad (ya que nunca ha sido su paciente) y el del rigor científico, asumiendo las limitaciones de esta metodología, tomando en cuenta su quehacer público, documentado en todo tipo de medios de comunicación, y expresamente, en su conducta inmediata en la realidad política del país.

 

Andrés Manuel López Obrador ha expresado repetidamente su convencimiento de que existe un complot en contra suya, desde la candidatura a jefe de gobierno, cuando no cumplía con el requisito de residencia en el Distrito Federal, pasando por el desafuero, la campaña para la Presidencia y, ahora, cuando los resultados le son adversos en los comicios del dos de julio.

 

Es cierto que es posible identificar una conducta repetitiva, coincidente con un trastorno de personalidad paranoide.

— ¿Cómo es ese trastorno?

— Es un fenómeno delirante, de contenido litigioso, querulante, descrito por la escuela clásica alemana. Es una entidad muy peculiar. Toda la conducta, lo cotidiano, parece normal. No hay señales de deterioro intelectual, son individuos aparentemente congruentes, difíciles de diagnosticar incluso para el especialista. Sin embargo, hay un elemento de juicio alterado de la realidad, y resulta muy arduo identificar dónde comenzó en la biografía del paciente.

— ¿Es decir, que puede pasar inadvertido para él mismo y su entorno cercano?
—Así es. Dilucidar dónde y cuándo ocurrió el punto de quiebre es trabajo de muchas sesiones de reconstrucción de historia clínica, al punto de que pueden pasar años antes de precisarlo.

— ¿Pero los signos y síntomas son evidentes?

—Se hacen patentes ideas falsas de la realidad, y la dificultad estriba en que, sobre esa premisa falsa, se construye un edificio de ideas que parecen estar correctamente hilvanadas. Pero la paranoia es un signo distintivo. Buscan indefectiblemente un perseguidor, una situación de acoso y ataque, y para enfrentar a ese enemigo, articulan una serie de argumentos bien estructurados, creíbles, hasta inteligentes, con la salvedad de que el enemigo o la situación amenazante es falsa. No existe.

— ¿Cómo asumen el juego de ganar y perder?

— Existe un problema básico en la situación que López Obrador deja ver en su conducta pública: saber si la evidente deformación de la realidad es una simulación —que también es una patología clínicamente reconocible— o si está genuinamente convencido de que existe un complot en su contra, y actúa en consecuencia.

— ¿Es decir, puede estar mintiendo y tratarse de una estrategia o puede ser una distorsión patológica de la realidad?

— Es correcto. En la simulación, el individuo está perfectamente consciente de lo que pasa y miente, hasta donde sea necesario, para obtener su objetivo. En este caso, el poder político. Se sabe que el poder político es amoral. Es decir, la obtención de la victoria a costa de lo que sea es algo que se ha observado a lo largo de la historia. Mentir, manipular, engañar, distorsionar, amenazar e incluso tomar las calles e incentivar una revuelta está documentado como parte de la historia de muchos países.

— ¿AMLO puede ser un ejemplo muy refinado de un simulador llevando su objetivo al extremo?

—Claro, y además, puede ser resultado de la estrategia política diseñada para él por asesores y grupos adherentes. Si todos siguen a López Obrador en sus mentiras, parece lógico que estén de acuerdo en mentir y distorsionar la realidad con fines políticos.

— ¿Pero también puede tratarse de un problema de personalidad paranoide?
— Desde luego. En este escenario, el paciente no tiene conciencia de la realidad. Se acerca mucho a un cuadro psicótico, en el que los enemigos son implacables y él se ve forzado a acciones heroicas para defenderse. Él y sus motivaciones. Por eso, es extraordinariamente difícil dilucidar si su obsesión es falsa o genuina. Ver enemigos en todos lados y pelear activamente contra ellos sale de cualquier parámetro lógico. Entonces tenemos a un individuo que juega a la política sin escrúpulos, capaz de movilizar a la gente si es necesario, o a una personalidad convencida de que él es el centro de toda la historia, y que su papel ineludible es ser Presidente, y llevar de todas maneras a la gente a presionar en las calles.

— ¿Es una fantasía de mártir?

— Aunque no podemos determinar si se trata de una simulación o de un auténtico mesianismo, López Obrador se ha comparado con Jesucristo, ha invocado al Mal como su contrincante…

— ¿Por eso le gusta darse baños de pueblo, predicar, arengar…?
— Es su elemento favorito. Si lo cree auténticamente, si sus allegados alimentan estas fantasías o juegan a su papel es algo que quizá ni ellos mismos tengan claro. Evidentemente hay personas inteligentes y preparadas en su equipo, y podemos ver cómo les cuesta trabajo salir a explicar algunos errores obvios.

— ¿El mesianismo es políticamente rentable todavía?

-- Sí, en la medida que promete bienes, privilegios o justicia, aunque nunca explique cómo lo va a lograr. Sin embargo, falta analizar cómo es que no funcionó totalmente el modelo. La mayoría del pueblo mexicano rechazó la oferta mesiánica de López Obrador, muchos de ellos en la pobreza extrema.
— ¿Para que exista un Mesías se necesita un pueblo que requiere ser liberado…?
— Puede ser el caso que la sociedad mexicana no está necesariamente pensando en un líder así, y si es el caso, la reacción de López Obrador a este escenario puede ayudarnos un poco a dilucidar el enigma de si se trata de un simulador o de un paranoide.

— ¿Cómo?

— Si se trata de una estrategia política inteligente, estructurada, con despliegue de prospectiva de escenarios y alternativas de solución, AMLO deberá acatar la resolución del Trife y aprovechar el capital político que cosechó: senadurías, la segunda posición en el Congreso, interlocución válida y respetable, el gobierno de DF, y trabajar para seguir ganando espacios en las elecciones por venir. Tendrá que rectificar el error de cálculo en la campaña y aspirar a una segunda candidatura, con un discurso diferente. Esa es la normalidad política en todo el mundo. Oscar Arias, Alan García, la izquierda en Chile, en Francia… todos aprenden de sus errores y siguen en la lucha política.
— ¿Y si se trata de un trastorno de personalidad?

—Verá como imperante el tomar el poder, usar su capital carismático en aras de romper el orden civil, anular la elección, imponerse como la única solución al conflicto, que es como una personalidad con trastorno paranoide asumiría la realidad. No negociará porque su posición es irreductible. Ganar es la única opción para alguien que tiene como obsesión el poder político —como obsesión patológica— y en cuyo caso llevará el delirio litigante hasta sus últimas consecuencias.

— ¿Lo van a seguir sus allegados?

— Es difícil saber si se van a dar cuenta o si van a asumir esta posibilidad de trastorno. Para muchos de ellos, la causa es justa, y no necesariamente es central la figura de López Obrador. Si le compraron el proyecto, van a seguir con él. Algunos van a identificar los rasgos obsesivos, y harán de la vista gorda, porque políticamente les conviene. Si les gusta lo que escuchan, lo pueden apoyar. Es interesante insistir en darse cuenta de que el país en su conjunto no le compró el proyecto.

— ¿Si AMLO llegara al poder, cómo gobernaría?

— Es algo muy difícil de determinar, porque tendríamos que evaluar su conducta respecto de sus contrincantes, la necesidad de ver reivindicados sus preceptos… dependería mucho de si se trata o no de un simulador o de un individuo con trastorno de personalidad paranoide… con todo lo que ello implica




 


Patriótica Nochebuena

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

E

l 24 de diciembre de 1865 la Nochebuena irrumpió entre la pólvora de los cañones y fusiles que, desde años atrás, ensombrecían el paisaje mexicano. La Reforma, las bayonetas francesas y el ilusorio trono de Maximiliano parecían representar a las tres majestades que rendían tributo al dios la guerra y no al nacimiento del niño que se veneraba desde la noche del 24, vísperas de Navidad.

Para la siempre fiel ciudad de México, la temporada navideña de 1865 se vislumbraba teñida de negro, como el luto que Maximiliano, Carlota, la corte mexicana e incluso todo el país debían guardar por la reciente muerte de Leopoldo I, padre de la ambiciosa emperatriz, ocurrida apenas el 10 de diciembre.

Acostumbrados a la presencia de los oficiales franceses transitando por las viejas calles citadinas, buena parte de los habitantes de la capital se resistían al luto cuando el ambiente debía ser festivo. No había punto de comparación entre la tristeza de una pobre emperatriz y las celebraciones que recordaban el nacimiento del "Rey de reyes".

Ni siquiera el famoso Ceremonial de la Corte escrito por el propio Maximiliano para todos los eventos sociales --que contemplaba desde luego la muerte de algún miembro de la casa real--, pudo contener el júbilo popular y desde los días previos a la esperada Navidad, de manera casi clandestina, en las calles se escucharon como murmullos, los alegres versos que el pueblo recitaba durante nueve días en las célebres y populares posadas: "La otra noche a media noche,/ cuando Dios quiso nacer,/ bajó el ángel san Gabriel/ con su espada y su laurel/ en su caballito blanco,/ alumbrando todo el campo,/ campo chiquito/ de San Juaniquito; campo mayor/ de san Salvador,/ campo mediano/ de san Cayetano".

Los conservadores, que desde 1864 seguían pasmados ante la imagen "casi divina" de sus nuevos emperadores, guardaron el protocolo que mandaba el Ceremonial de la corte para difuntos y dejaron para mejor ocasión las fiestas navideñas. Más democrático, el pueblo dio rienda suelta a su alegría y entre champurrado, ponche y chinguirito, trataba de animar al resto de la población a unirse al júbilo pagano-religioso de todos los años. Posada tras posada, la gente esperaba los regalos que los anfitriones solían otorgar y si la avaricia se manifestaba entre alguno, de los peregrinos brotaba el ingenio: "Una vieja tiene un diente/ y la muerte tiene dos;/ si no me dan mi aguinaldo,/ allá lo verán con Dios".

 

E

goísta, la ciudad de México se mantenía ajena al dolor nacional. La guerra contra los franceses casi alcanzaba los cuatro años. Época de melancolía, diciembre de 1865 no fue difícil sólo para Carlota. Muchos hogares mexicanos vivieron la Nochebuena sin el jefe de familia, los hermanos o incluso las madres que tomaron el fusil para defender a la Patria. En ambos bandos, republicanos e imperialistas, se lloraron las ausencias.

Doña Concha Lombardo, esposa del brillante general conservador, Miguel Miramón se encontraba en Berlín con su marido. Ambos añoraban regresar a la patria, pero Maximiliano, que veía en el "joven Macabeo" y ex presidente de México un obstáculo para la consolidación de su imperio, había decidido mantenerlo en Europa en una "comisión" militar que no era otra cosa que el exilio político.

Años después, el poeta Juan de Dios Peza, escribiría lo que quizá en 1865, sintió también la familia Miramón en las heladas regiones de Europa. "¿Habéis pasado la noche de Navidad en tierra extraña? nunca más que entonces se recuerda a la Patria. Nunca se agolpan como en esa ocasión los recuerdos dulces de los primeros años de vida, y nunca como en esos momentos se quisiera tener alas, volar y acercarse a los seres amados para decirles: no me olviden, aquí estoy; yo siento y canto con ustedes los villancicos de esta noche".

El matrimonio Miramón no guardaba buenos recuerdos de la Navidad. A pesar de ser miembro del partido conservador --supuestamente más cercano a Dios y a su iglesia--, en más de una ocasión la fortuna les fue adversa en la época decembrina. Apenas unos años atrás, un 22 de diciembre de 1860, el general fue derrotado por las fuerzas liberales en Calpulalpan y la guerra de Reforma inclinó su balanza hacia el lado juarista. La desbandada del ejército conservador no se hizo esperar.

"Aquella memorable Nochebuena del 24 de diciembre de 1860 --escribió Concha Lombardo--, que mi hermana Merced y yo pasamos en la embajada de España, la vivimos en agonía. ¡Qué horrible tormento sufrimos penando en la suerte que correrían los seres queridos que andaban fugitivos por las calles de la ciudad, sin saber a dónde dirigir sus pasos y en medio de las fuerzas enemigas!, ¿quién nos daría noticias?, ¿dónde irían a pasar la noche?"

Y sin embargo, aquel 1865, a pesar de la lejanía del terruño, doña Concepción se encontraba al lado de su marido: su mayor felicidad.

 

T

riste Navidad pasó Don Benito en Paso del Norte, Chihuahua. Ni siquiera tuvo cerca el consuelo de su amada Margarita. Por la correspondencia con su yerno Pedro Santacilia, estaba enterado de que su familia, a pesar de las penurias económicas, se encontraba bien: "Quedo sumamente contento --escribió a Santacilia el 21 de diciembre de 1865-- porque usted y nuestra familia siguen sin novedad; esto es lo más importante para mí y lo que me hace olvidar todas las amarguras y penalidades que me hace sufrir la política". Al menos esa Nochebuena, el alma de don Benito respiraría tranquila y, por un instante, a través de sus sueños, podría transportarse a la colorida celebración navideña de la Oaxaca de su infancia, la que guardaba en su memoria.

Quizá recordó las fastuosas procesiones al templo de la Soledad en las que llegó a participar, en la creación de nacimientos, en las posadas con sus vistosas piñatas y se imaginó los aromas que se mezclaban en las noches decembrinas. No era para menos, en la época navideña la cocina oaxaqueña daba rienda suelta a su legendaria tradición culinaria. "¡Esta sí que es nochebuena, noche de comer buñuelos!" –solían gritar los niños. En la vieja Antequera servíase pescado, turrones, tortitas, chocolate de agua, enchiladas de coloradito con carne de pollo, tamales de mole de hoja de plátano, tepache en jícaras, nieves de leche quemada, sorbete limón y rallado. Hasta el más santo caía rendido ante las tentaciones gastronómicas.

Las pastorelas también tenían su arraigo en Oaxaca: "Acuérdate que del cielo/ el valeroso Miguel/ te echó, soberbio Luzbel,/ sin que tuvieras apelo;/ si tu perdiste el consuelo/ por tu natural maldito,/ confiesa que es infinito/ el poder de dios Eterno;/ nos llevarás al Infierno.../ ¿Cuándo, cuandillo, cuandito?"

El verso de los "Los siete vicios" parecía referirse al presidente peregrino. ¿Era el diablo don Benito? Para los conservadores no había mejor representación de Luzbel en la Tierra que el mismísimo Juárez y aún en el desierto, en plena guerra de intervención, el presidente seguramente se regodeaba pensando que si bien no era Lucifer, en política les había hecho la vida tan miserable a los reaccionarios que bien podrían sentirse huéspedes del temible averno.

 

E

n la Nochebuena de 1865, los republicanos recordaron que apenas un año antes, con fusil en mano, habían pasado literalmente, la "Navidad en las montañas". No fue una celebración común: alrededor de una inmensa fogata, con un poco de café, algunas tortillas con sus frijolitos, y algo de carne asada y pollo, los guerrilleros de Nicolás Romero disfrutaron de fecha tan significativa.

Aquella noche de 1864, los guerreros gozaron escuchando a don Vicente Riva Palacio recitar algunos versos y atentos atendieron a las ocurrencias de Ignacio Manuel Altamirano, que junto con Nicolás Romero, combatían en la región del Estado de México y Michoacán. "Qué bonito viene el carro/ con bandera nacional;/ arriba viene la Virgen/ y abajo el señor San Juan", recitaban los soldados que como pastores se guiaban por las estrellas y el firmamento, y sin importar su credo político, esperaban que el nacimiento de Cristo en el corazón de la humanidad y la intercesión divina de su madre en la advocación de la virgen de Guadalupe, los guiara hasta el triunfo de la segunda independencia mexicana.

Un minuto de silencio por aquella alegre tertulia navideña. 1865 fue lo contrario: el peor año para el ejército republicano. Los franceses dieron cuenta de Nicolás Romero en el mes de marzo. Oaxaca y Porfirio Díaz habían sucumbido ante las tropas invasoras; Arteaga y Salazar cayeron fusilados en Uruapan en octubre. ¿Quién podía celebrar la Navidad?

La Nochebuena de 1865 fue testigo de un acto de fe. La víspera de la Natividad de Jesucristo, bastaba por sí sola para motivar a la reflexión. Posadas, pastorelas, brindis..., alegrías y tristezas se mezclaban en la consciencia de cada uno de los hombres que, a su modo, enfrentaban una guerra contra el invasor, y muchas veces quizá, una guerra interna. Creyentes o no, la Navidad abría siempre una luz de esperanza. Noche de amor, el luto de Carlota, la nostalgia de Miramón, la tranquilidad de Juárez o la tertulia de Romero y Riva Palacio, desaparecieron por un instante, cuando al cumplirse las 12 de la noche, la humanidad se sublimaba para ver lo efímero de sus pasiones. A la mañana siguiente otro gallo cantaría, por lo pronto había que dar paso a la Navidad.



Patriótica Nochebuena II

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El 24 de diciembre de 1865 la Nochebuena irrumpió entre la pólvora de los cañones y fusiles que, desde años atrás, ensombrecían el paisaje mexicano. La Reforma, las bayonetas francesas y el ilusorio trono de Maximiliano parecían representar a las tres majestades que rendían tributo al dios la guerra y no al nacimiento del niño que se veneraba desde la noche del 24, vísperas de Navidad.

Para la siempre fiel ciudad de México, la temporada navideña de 1865 se vislumbraba teñida de negro, como el luto que Maximiliano, Carlota, la corte mexicana e incluso todo el país debían guardar por la reciente muerte de Leopoldo I, padre de la ambiciosa emperatriz, ocurrida apenas el 10 de diciembre.

Acostumbrados a la presencia de los oficiales franceses transitando por las viejas calles citadinas, buena parte de los habitantes de la capital se resistían al luto cuando el ambiente debía ser festivo. No había punto de comparación entre la tristeza de una pobre emperatriz y las celebraciones que recordaban el nacimiento del "Rey de reyes".

Ni siquiera el famoso Ceremonial de la Corte escrito por el propio Maximiliano para todos los eventos sociales --que contemplaba desde luego la muerte de algún miembro de la casa real--, pudo contener el júbilo popular y desde los días previos a la esperada Navidad, de manera casi clandestina, en las calles se escucharon como murmullos, los alegres versos que el pueblo recitaba durante nueve días en las célebres y populares posadas: "La otra noche a media noche,/ cuando Dios quiso nacer,/ bajó el ángel san Gabriel/ con su espada y su laurel/ en su caballito blanco,/ alumbrando todo el campo,/ campo chiquito/ de San Juaniquito; campo mayor/ de san Salvador,/ campo mediano/ de san Cayetano".

Los conservadores, que desde 1864 seguían pasmados ante la imagen "casi divina" de sus nuevos emperadores, guardaron el protocolo que mandaba el Ceremonial de la corte para difuntos y dejaron para mejor ocasión las fiestas navideñas. Más democrático, el pueblo dio rienda suelta a su alegría y entre champurrado, ponche y chinguirito, trataba de animar al resto de la población a unirse al júbilo pagano-religioso de todos los años. Posada tras posada, la gente esperaba los regalos que los anfitriones solían otorgar y si la avaricia se manifestaba entre alguno, de los peregrinos brotaba el ingenio: "Una vieja tiene un diente/ y la muerte tiene dos;/ si no me dan mi aguinaldo,/ allá lo verán con Dios".

 

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Egoísta, la ciudad de México se mantenía ajena al dolor nacional. La guerra contra los franceses casi alcanzaba los cuatro años. Época de melancolía, diciembre de 1865 no fue difícil sólo para Carlota. Muchos hogares mexicanos vivieron la Nochebuena sin el jefe de familia, los hermanos o incluso las madres que tomaron el fusil para defender a la Patria. En ambos bandos, republicanos e imperialistas, se lloraron las ausencias.

Doña Concha Lombardo, esposa del brillante general conservador, Miguel Miramón se encontraba en Berlín con su marido. Ambos añoraban regresar a la patria, pero Maximiliano, que veía en el "joven Macabeo" y ex presidente de México un obstáculo para la consolidación de su imperio, había decidido mantenerlo en Europa en una "comisión" militar que no era otra cosa que el exilio político.

Años después, el poeta Juan de Dios Peza, escribiría lo que quizá en 1865, sintió también la familia Miramón en las heladas regiones de Europa. "¿Habéis pasado la noche de Navidad en tierra extraña? nunca más que entonces se recuerda a la Patria. Nunca se agolpan como en esa ocasión los recuerdos dulces de los primeros años de vida, y nunca como en esos momentos se quisiera tener alas, volar y acercarse a los seres amados para decirles: no me olviden, aquí estoy; yo siento y canto con ustedes los villancicos de esta noche".

El matrimonio Miramón no guardaba buenos recuerdos de la Navidad. A pesar de ser miembro del partido conservador --supuestamente más cercano a Dios y a su iglesia--, en más de una ocasión la fortuna les fue adversa en la época decembrina. Apenas unos años atrás, un 22 de diciembre de 1860, el general fue derrotado por las fuerzas liberales en Calpulalpan y la guerra de Reforma inclinó su balanza hacia el lado juarista. La desbandada del ejército conservador no se hizo esperar.

"Aquella memorable Nochebuena del 24 de diciembre de 1860 --escribió Concha Lombardo--, que mi hermana Merced y yo pasamos en la embajada de España, la vivimos en agonía. ¡Qué horrible tormento sufrimos penando en la suerte que correrían los seres queridos que andaban fugitivos por las calles de la ciudad, sin saber a dónde dirigir sus pasos y en medio de las fuerzas enemigas!, ¿quién nos daría noticias?, ¿dónde irían a pasar la noche?"

Y sin embargo, aquel 1865, a pesar de la lejanía del terruño, doña Concepción se encontraba al lado de su marido: su mayor felicidad.

 

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Triste Navidad pasó Don Benito en Paso del Norte, Chihuahua. Ni siquiera tuvo cerca el consuelo de su amada Margarita. Por la correspondencia con su yerno Pedro Santacilia, estaba enterado de que su familia, a pesar de las penurias económicas, se encontraba bien: "Quedo sumamente contento --escribió a Santacilia el 21 de diciembre de 1865-- porque usted y nuestra familia siguen sin novedad; esto es lo más importante para mí y lo que me hace olvidar todas las amarguras y penalidades que me hace sufrir la política". Al menos esa Nochebuena, el alma de don Benito respiraría tranquila y, por un instante, a través de sus sueños, podría transportarse a la colorida celebración navideña de la Oaxaca de su infancia, la que guardaba en su memoria.

Quizá recordó las fastuosas procesiones al templo de la Soledad en las que llegó a participar, en la creación de nacimientos, en las posadas con sus vistosas piñatas y se imaginó los aromas que se mezclaban en las noches decembrinas. No era para menos, en la época navideña la cocina oaxaqueña daba rienda suelta a su legendaria tradición culinaria. "¡Esta sí que es nochebuena, noche de comer buñuelos!" –solían gritar los niños. En la vieja Antequera servíase pescado, turrones, tortitas, chocolate de agua, enchiladas de coloradito con carne de pollo, tamales de mole de hoja de plátano, tepache en jícaras, nieves de leche quemada, sorbete limón y rallado. Hasta el más santo caía rendido ante las tentaciones gastronómicas.

Las pastorelas también tenían su arraigo en Oaxaca: "Acuérdate que del cielo/ el valeroso Miguel/ te echó, soberbio Luzbel,/ sin que tuvieras apelo;/ si tu perdiste el consuelo/ por tu natural maldito,/ confiesa que es infinito/ el poder de dios Eterno;/ nos llevarás al Infierno.../ ¿Cuándo, cuandillo, cuandito?"

El verso de los "Los siete vicios" parecía referirse al presidente peregrino. ¿Era el diablo don Benito? Para los conservadores no había mejor representación de Luzbel en la Tierra que el mismísimo Juárez y aún en el desierto, en plena guerra de intervención, el presidente seguramente se regodeaba pensando que si bien no era Lucifer, en política les había hecho la vida tan miserable a los reaccionarios que bien podrían sentirse huéspedes del temible averno.

 

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En la Nochebuena de 1865, los republicanos recordaron que apenas un año antes, con fusil en mano, habían pasado literalmente, la "Navidad en las montañas". No fue una celebración común: alrededor de una inmensa fogata, con un poco de café, algunas tortillas con sus frijolitos, y algo de carne asada y pollo, los guerrilleros de Nicolás Romero disfrutaron de fecha tan significativa.

Aquella noche de 1864, los guerreros gozaron escuchando a don Vicente Riva Palacio recitar algunos versos y atentos atendieron a las ocurrencias de Ignacio Manuel Altamirano, que junto con Nicolás Romero, combatían en la región del Estado de México y Michoacán. "Qué bonito viene el carro/ con bandera nacional;/ arriba viene la Virgen/ y abajo el señor San Juan", recitaban los soldados que como pastores se guiaban por las estrellas y el firmamento, y sin importar su credo político, esperaban que el nacimiento de Cristo en el corazón de la humanidad y la intercesión divina de su madre en la advocación de la virgen de Guadalupe, los guiara hasta el triunfo de la segunda independencia mexicana.

Un minuto de silencio por aquella alegre tertulia navideña. 1865 fue lo contrario: el peor año para el ejército republicano. Los franceses dieron cuenta de Nicolás Romero en el mes de marzo. Oaxaca y Porfirio Díaz habían sucumbido ante las tropas invasoras; Arteaga y Salazar cayeron fusilados en Uruapan en octubre. ¿Quién podía celebrar la Navidad?

La Nochebuena de 1865 fue testigo de un acto de fe. La víspera de la Natividad de Jesucristo, bastaba por sí sola para motivar a la reflexión. Posadas, pastorelas, brindis..., alegrías y tristezas se mezclaban en la consciencia de cada uno de los hombres que, a su modo, enfrentaban una guerra contra el invasor, y muchas veces quizá, una guerra interna. Creyentes o no, la Navidad abría siempre una luz de esperanza. Noche de amor, el luto de Carlota, la nostalgia de Miramón, la tranquilidad de Juárez o la tertulia de Romero y Riva Palacio, desaparecieron por un instante, cuando al cumplirse las 12 de la noche, la humanidad se sublimaba para ver lo efímero de sus pasiones. A la mañana siguiente otro gallo cantaría, por lo pronto había que dar paso a la Navidad.


¿Paz? Y…. ¿Cómo la obtenemos?

Querien Vangal

Se inicia un nuevo año, todos vemos hacia delante, dejamos atrás al año viejo, pasó el periodo tradicional de paz y felicidad de la Navidad, pero queda la pregunta ¿para todos fue posible eso?

La guerra y la Navidad siempre se han encontrado en una yuxtaposición difícil. Sabemos de los saludos intercambiados entre los soldados franceses y alemanes en el campo de batalla, durante treguas locales y privadas ocurridas en la Primera Guerra Mundial. Posteriormente aprendimos a esperar instancias de cese el fuego durante la Navidad en la Guerra de Vietnam. La proclama de "paz en la tierra a los hombres de buena voluntad" tiene un poder extraño en el mundo de la verdadera política.

Pero la guerra fluida y global contra el terrorismo no conoce la paz de la Navidad. Ni hubo tregua en Irak o Afganistán en honor al significado de ese día. Estas guerras nos hacen creer que la paz en la Tierra es más esquiva que nunca. Pero nada puede ser más falso.

Durante gran parte de la edad moderna, la prevención o finalización de la guerra dependía de una intervención en una crisis importante o en un tratado de paz creado por primeros ministros y presidentes. La implementación de este tipo de paz, especialmente si era algo polémico y frágil, generalmente recaía sobre los hombros de los soldados de casco azul asignados como oficiales de mantener la paz por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Desde el fin de la Guerra Fría, sin embargo, un conjunto de nuevas prácticas y principios ha surgido sobre cómo establecer y mantener la paz entre fracciones en guerra. Estos programas fueron desarrollados a menudo por ensayo y error y en respuesta al carácter y devastadora naturaleza de las guerras internas de nuestra era. Lidiar con estos violentos conflictos generó un espacio para un nuevo pensamiento, nuevas oportunidades y hasta un nuevo léxico sobre la paz. En parte ciencia, en parte arte creativa, la responsabilidad actual que enfrentan todos aquellos de buena voluntad es generar la paz. Integra las dimensiones psicológicas, sociales, económicas y educativas del re-desarrollo de una comunidad con los aspectos más tradicionales asociados con mantener la paz con medios militares.

Los constructores de la paz son un conjunto de individuos pertenecientes y ajenos a un conflicto violento. Son profesionales y voluntarios, viejas víctimas, y hasta en algunos casos, antiguos autores de violencia. Es claro que también los líderes políticos juegan un papel. Y la policía y los soldados son fundamentales para establecer el orden y la seguridad básica en el periodo inmediatamente después de una guerra. Pero dado que la estructura para la construcción exitosa de la paz exige una reorientación fundamental en varios aspectos de la vida basada en la guerra, son necesarios muchos tipos de constructores de la paz.

Una gran cantidad de tendencias en diferentes casos exitosos de la construcción de la paz, que van desde Aceh a Sri Lanka, han surgido como "las mejores prácticas". Estas nuevas formas de lograr la paz merecen cierto reconocimiento, dado el poder de sus procesos para lograr un orden nuevo, estable y viable en lo que antes era una zona de guerra.

La primera práctica fundamental implica el desarme, la desmovilización y la reintegración, conocido simplemente como DDR. En este proceso, a los combatientes armados se les proporciona una variedad de incentivos, desde beneficios para la jubilación a capacitación laboral para convertirse en soldados del gobierno, a cuidados médicos, ayuda para reubicarse y trabajos para facciones rebeldes, a cambio de que dejen de pelear. Programas para recuperar las armas a través de su compra, estrategias para mantener una provisión de armas bajo supervisión externa, y la inclusión de antiguos combatientes en el proceso político son elementos clave de DDR.

En lugares donde la guerra ha durado casi una generación, como en Angola o Afganistán, esta tarea es más compleja que las guerras más breves como la de Kosovo. Pero las pruebas de las guerras civiles de larga duración como la de El Salvador, indican que un proceso DDR no solamente es posible, sino esencial para la construcción de la paz. Justamente, el mes pasado finalizó la etapa de desarme del proceso DDR en Aceh.

Una segunda tendencia a resaltar implica el trabajo intenso con los jóvenes pertenecientes a los grupos en guerra. En lugares tan diferentes como Palestina y Ulster, los líderes educativos, étnicos y religiosos reúnen niños de las facciones en guerra en comunidades o escuelas integradas. Participan en tareas compartidas y en colaboración para eliminar los estereotipos del odio y la división que ha dominado la vida y las acciones de los padres de estos jóvenes.

Una de las duras realidades de las recientes guerras es la predominancia de los jóvenes combatientes en la primera línea. Los cálculos conservadores indican que las guerras en la zona de sub-Sahara en África han contado con no menos de 300 mil niños soldados como combatientes en estas devastadoras luchas. Muchos de estos adolescentes fueron secuestrados antes de la pubertad de sus poblados y aldeas. Forzados a servir, a menudo se les drogaba y coaccionaba a realizar sus primeras matanzas, haciendo en muchas ocasiones que las víctimas fueran sus propias familias y amigos. Esto hace más difícil la tarea de reintegración y reconciliación.

Pero los campamentos para jóvenes especializados, que a menudo incluyen programas de rehabilitación de drogas y ritos tribales de curación y recuperación de la persona, han sido implementados con éxito por constructores de la paz locales en Sierra Leone y otros sitios. Cuentan con especialistas en trauma, psicólogos infantiles y maestros de la región, Europa y Estados Unidos.

El personal a menudo incluye personas mayores pertenecientes a tribus, curadores locales y antiguas víctimas.

Una tercera e importante tendencia aborda la economía de la construcción de la paz. Investigaciones recientes del Banco Mundial indican que aun las facciones que buscan la paz y establecen nuevas relaciones entre sus grupos étnicos e ideológicos fracasarán a menos que exista una gama de oportunidades económicas en el entorno post-guerra. En esta nueva tarea para construir la paz, la paz ahora significa desarrollo. Sin trabajos para juventudes ociosas, sin la construcción de infraestructura o emprendimientos empresariales audaces, no hay paz duradera.

Muy semejante a lo que los combatientes hacen para la guerra, los constructores de la paz han aprendido un cuarto principio fundamental que lo han llevado a la práctica: para convertir la guerra en paz se necesita una planificación estratégica. Como uno de los más reconocidos teórico-prácticos de nuestra era, John Paul Lederach señala que cuando una sociedad ha estado en guerra durante una década o más, pecamos de ilusos si pensamos que llevará menos tiempo en implantar, cultivar e institucionalizar la paz. De hecho, Laderach sostiene que la paz lleva aún más tiempo, lo que hace que la planificación seria y detallada sea aun más importante a la hora de reconocer el cambio social en términos globales necesarios para llegar a ser una sociedad en paz.

Hay muchas realidades nuevas transversales a estas cuatro tendencias. Las mujeres han comenzado a jugar un papel decisivo en la construcción de la paz a nivel local y nacional. Ya sea en su trabajo con la juventud, en los comités de verdad y reconciliación o en su participación de micro-financiamiento, las mujeres están logrando grandes avances en sus culturas. Y por lo tanto se están convirtiendo en nuevos y poderosos modelos para romper con las tradiciones de violencia y en vez construir la paz.

El radicalismo de la religión como motivador de la violencia ha dominado gran parte de nuestra conciencia en la última década. Pero transformar la religión en una fuente de curación y reconciliación a menudo tiende puentes fundamentales para la construcción de la paz. El diálogo interreligioso entre cristianos y musulmanes ha apoyado cambios sociales y políticos para la paz en lugares tan diversos como Nigeria y Filipinas. Y los temas religiosos del perdón y la reconciliación se han convertido en un contrapeso para el extremismo violente entre los hindúes y musulmanes en Kashmir.

A través de los miembros del Equipo de Constructores de la Paz Cristianos que acompañan a las posibles víctimas de asesinato en Irak, siendo ellos mismos víctimas de secuestro, se nos recuerda que el mundo para la construcción de la paz también es un lugar de gran riesgo y lleno de personas de gran valentía y coraje.

Estos constructores de la paz nos hacen dar cuenta, más allá de nuestra denominación religiosa, que en verdad existen muchas personas de buena voluntad que surgen de la guerra y que forjan una paz estable. Su experiencia nos enseña que la paz se construye con una acción, un día, una persona y una comunidad por vez. Ante la guerra, ellos representan el verdadero espíritu de este día.

¡Benditos sean los constructores de la paz!


Pensemos en el futuro inmediato y mediato

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

El presidente electo Felipe Calderón ha dado un paso más en el desahogo de un relevo gubernamental ordenado y productivo: presentó, a la consideración de todos los partidos políticos y de la opinión pública, una propuesta de agenda de reformas legislativas. Su confección ciertamente partió de las propuestas de rumbo que como candidato presentó a la ciudadanía, pero también incluyó otros temas que se recogieron a lo largo de la campaña, tanto de las opiniones, propuestas y demandas ciudadanas, como de las plataformas de los demás partidos. La respuesta que la agenda ha recibido hasta ahora ha sido satisfactoria. En las próximas semanas se deberá ir desdoblando, a través de su difusión y discusión en la opinión y del trabajo político que se realice entre partidos y grupos parlamentarios.

 

La agenda se organizó en los cinco ejes de campaña de Felipe Calderón, que son los siguientes: respeto al Estado de derecho y seguridad pública, economía competitiva y generadora de empleos, igualdad de oportunidades, desarrollo sustentable, y del sufragio efectivo a la democracia eficaz. Si los mexicanos avanzaran en nuestro desarrollo a lo largo de esos cinco ejes, lograríamos forjar, en algunos años, un país derecho, competitivo, justo, limpio y democrático. Cinco atributos que la mayoría de los mexicanos seguramente compartimos como objetivos nacionales, o ideales socialmente deseables. Pasar de la identificación de esas metas a su realización es la tarea política esencial que el presidente electo Calderón le ha fijado a su equipo de transición y, desde luego, a su gobierno.

 

En la agenda que desdobla estas metas se incluyen poco más de 40 propuestas específicas de legislación federal. El documento que presentó Calderón pretende ubicarse en el justo medio entre el detalle y la generalidad, para dar lugar a la respuesta constructiva, a la sugerencia, al matiz, a la contrapropuesta de los interlocutores. Si la agenda se hubiese presentado demasiado detallada, hubiera limitado los márgenes de colaboración y aportación de los interlocutores a los que se dirige; si se hubiese presentado demasiado abstracta o general, hubiera dificultado la identificación de los puntos de coincidencia, o de diferencia, entre unos y otros. Por ello, se buscó que la agenda sirviera como un punto de arranque claro y preciso pero flexible y razonable.

 

En la búsqueda de un país derecho, por ejemplo, propone aspectos como la mejora de los cuerpos policíacos, su depuración y profesionalización, la creación de un sistema único de información criminal, el establecimiento de procedimientos más ágiles de justicia penal (juicios orales y el uso de mecanismos eficaces y alternativos de resolución de disputas) o un régimen claro de derechos de las víctimas, entre otras medidas.

 

Para lograr una economía competitiva propone medidas de fomento a la pequeña y mediana empresa, de impulso al desarrollo regional, de simplificación fiscal, de fortalecimiento de los sectores energético y de telecomunicaciones y de estímulo a la competencia.

 

Para igualar las oportunidades de todos los mexicanos pone en la agenda varias propuestas, incluyendo de manera destacada la creación de un sistema único de salud y asegurar la solvencia de las instituciones de seguridad para el pago de pensiones y jubilaciones. Propone también medidas que faciliten el empleo formal y la incorporación eficiente de los jóvenes al mercado laboral.

 

Para lograr un México limpio y sustentable incluyó medidas que estimulen la producción y el consumo de energéticos limpios y de fuentes renovables, el tratamiento de todas las aguas residuales y el pago por servicios ambientales a quienes contribuyan a restaurar el medio ambiente.

 

Para avanzar hacia la democracia eficaz plantea revisar nuestras fórmulas electorales, unificar calendarios de comicios, fortalecer la fiscalización de los partidos y reducir los costos de las elecciones, fortalecer el control ciudadano sobre los políticos de elección popular, regulando la reelección legislativa y de ayuntamientos.

 

En fin, se trata de medidas que pueden ser base para un diálogo nacional entre partidos, legisladores y ciudadanos. No forma una agenda política nacional completa, pero puede ser base de una agenda legislativa. Los partidos políticos, especialmente en el Congreso, han respondido con interés. Ojalá se avance, de común acuerdo, hacia la instrumentación de los puntos que conciten acuerdo. A todos serviría.


Perenne agonía

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Una de las ventajas que solemos tener los hombres es que no podemos saber a ciencia cierta lo que nos ocurrirá en el futuro. Digo ventaja, ante el asombro de alguno, porque hay veces que de haber sabido con anterioridad lo que se nos venía encima, quizá nos habríamos caído muertos antes de tiempo.

 

A cuántas personas hemos escuchado afirmar que si hubieran sabido con antelación todo lo que les iba a ocurrir después, se lo hubieran pensado dos veces (o más) antes de tomar el rumbo que tomaron. O cuántos nos aseguran que de haber tenido noticia de lo que iban a sufrir, hubieran preferido incluso no haber estado ya vivos.

 

Aún así, en el horizonte de nuestra vida, a veces despunta certero, como nubarrón de tormenta, un infortunio o padecimiento que nos va a coger de lleno. Y, ¡cómo llega a inquietarse uno en esos momentos! Porque el conocer con certidumbre los propios sufrimientos futuros, suele levantar en el interior un oleaje de miedos y congojas que ponen a prueba el dique de nuestras seguridades más profundas.

 

Cuántos conocidos nuestros, al diagnosticárseles una enfermedad dolorosa e incurable, se tambalean o incluso se derrumban en su ánimo, viendo ante sí el derrotero de su ya breve y penosa existencia. O imaginemos, por un instante, cómo los mártires cristianos, tras una condena inicua, aguardaban el suplicio inminente. ¡Qué angustia mortal habrá atenazado el alma de algunos de ellos! ¡Qué aguda sería en otros la tentación del abandono tratando de estrangular su fe, su confianza y su amor!

 

Hay algo en lo más íntimo de cada hombre que se resiste rebelde ante un tormento cercano. ¡Cómo retrocede y se encoje el corazón humano ante el sufrimiento y el dolor que inexorables se avecinan!

 

Hace 2000 años, a las afueras de Jerusalén, un reservado huerto de olivos fue testigo silencioso de la agonía de un hombre que era, a su vez, Dios. El corazón de Jesucristo que hacía breves instantes había estallado inundando de amor el cenáculo y a los que en él se encontraban, aquella noche entre los olivos, experimentaba angustia y tristeza hasta el punto de morir.

 

Ahí estaba Cristo, caído rostro en tierra, vencido, aplastado por lo que le venía encima de sacrificio, de escarnio, de humillación, de traición, de soledad, de muerte. Ahí yacía, sumido en agonía por todo eso y por el peso de los pecados de la humanidad entera que grababa implacable sobre Él. También los tuyos y los míos. Todos.

 

Trágica agonía la de Cristo, más que nada porque conocía la indiferencia y el desprecio de tantos que pasarían aquella tarde -y seguirían pasando hasta hoy-, ante su cuerpo crucificado, como ante un objeto cualquiera. Terrible agonía suya, sobre todo porque veía la aparente inutilidad de su cruenta inmolación para tantas almas -de entonces y de ahora- insensibles y cerradas a su amor. Eso fue y sigue siendo lo más duro de su calvario...

 

Y en aquella hora sobrecogedora, del alma abatida de Jesús sólo pudo elevase al cielo una súplica empapada en lágrimas y en sangre: Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.

 

Me atrevo a decir que quizá Cristo no salió consolado de aquella intensa y sincera oración. Desde luego, salió fortalecido en su adhesión a la voluntad del Padre. Salió confortado para apurar con pulso firme el cáliz amargo de su pasión y muerte. Salió alentado para aceptar incluso que el derramamiento de su sangre, pudiera haber parecido inútil para tantas y tantas almas a lo largo de los siglos. Pero no salió consolado. Al menos no del todo.

 

Sí, Cristo sigue en agonía. Y su agonía continuará mientras en este mundo persista la apatía y frialdad de tantos hombres, de tantos cristianos, de tantos de nosotros que ante su amor infinito, permanecemos impasibles, sin mover ni un dedo para corresponderle.


Plan Peje

 

Enrique Galván-Duque

 

La obstinación revela a un ignorante

 

Hace algunos años hubo un equipo de fútbol que tenía como característica jugar muy alegre y bonito, pero que no metía goles –como dicen en mi tierra--  "ni yendo a bailar a Chalma".  Su propietario, un español nacionalizado mexicano, cuando ganaba su equipo, muy eventualmente obviamente, alababa a medio mundo empezando por el cuerpo arbitral.  ¡Ah! Pero si perdía --que era lo más común--  despotricaba contra medio mundo, empezando por el cuerpo arbitral, a quienes no bajaba de ciegos y vendidos.  Se le olvidaba siempre que en el deporte de las patadas se gana metiendo goles.

El Peje me hace recordar esa historia, pues una vez anunciado por el IFE que había perdido la votación, arremetió con todo contra el IFE, sus consejeros y los miles de colaboradores, acusándolos de marranos, corruptos, pillos y una gran cantidad de cosas más, llegando al extremo de acusar a su propia gente de vendidos.  Aunque lo más seguro –por la forma en que han actuado sus paniaguados--  es que ya tenía preparados documentos –apócrifos desde luego--  y argumentos para atacar, pues ya vislumbraba la posible derrota con base en las últimas encuestas, aunque en público se burlaba de ellas y no las bajaba de mañosas y vendidas.

Total que ha arremetido con todo, no ha dejado títere con cabeza.  Al que no está con él lo acaba, es el Mesías, el iluminado, el esperado.  Organiza unas manifestaciones multitudinarias, plantones, bloqueos y qué se yo cuantas cosas más, a costo obviamente altísimo.  ¿De dónde sales los fondos necesarios? ¿Quién las paga? Son dos incógnitas que quedan sin respuesta, y más con el Peje que es enemigo de la transparencia.  Es su ley y para él es la que vale.  No quiero ser mal pensado pero, en primera instancia, se me antoja pensar que del presupuesto del Distrito Federal o lavado de dinero del narcotráfico.   

Leí ayer (27-07-2006) un artículo del periodista Carlos Ramírez, cuyo contenido se me hizo muy interesante, por lo que a continuación transcribo parte del mismo:

«Los tiempos legales entraron en su propio tiempo. Los tiempos políticos seguirán sobrecalentando el ambiente. López Obrador va a dedicarle toda su energía la próxima semana a desvirtuar el conteo electoral del 2 de julio para crear un ambiente de sospecha y de presión política sobre el Tribunal Electoral. Su estrategia va en un doble carril: el legal y el callejero. Lo malo del legal es que sus quejas no cumplen con las exigencias de la ley; por eso tiene a la mano la presión callejera.

Y como el elemento central de su estrategia, la reiteración día a día, mañana, tarde y noche, de que fue un fraude. Lo malo es que el análisis de la estrategia de López Obrador lleva a la conclusión de que no busca limpiar el proceso electoral sino promover la anulación de las elecciones presidenciales y, si hay espacios, de las legislativas. Es extraño que nada diga del DF, donde la elección de Estado estuvo a cargo del PRD en contra del PRI y del PAN.

No es difícil adivinar los comportamientos del candidato presidencial perredista. Por eso, el fondo del asunto se puede resumir en un juego de palabras: mejor defraudado que derrotado. A lo largo de casi toda su vida política, López Obrador nunca ha aceptado una derrota. Ni en las urnas, ni en tribunales, ni es las circunstancias. Es, por tanto, un hombre infalible. Nunca ha aceptado un error. Cuando ha perdido, su salida es arrebatar. Por tanto, se sabía desde el principio que él no había entrado a las elecciones presidenciales del 2006 para competir democráticamente por la presidencia de la república sino para ganar. De ahí que el conflicto postelectoral haya estado cantado desde el principio.

A lo largo de casi seis años, López Obrador manejó el gobierno del DF para ganar la candidatura presidencial; cuando Cuauhtémoc Cárdenas se quiso atravesar con su argumento de que primero el proyecto y luego el candidato, López Obrador le quitó el partido. A lo largo de cinco años López Obrador realizó encuestas matutinas para ocupar el espacio y fijar la agenda política, pero con el propósito de generar consensos, ponerse adelante en las encuestas y realizar con presupuesto público la precampaña presidencial más larga y costosa de la historia; cuando lo acusaron de mal usar recursos, López Obrador acusó a sus adversarios de complotistas. Y cuando hubo ya candidatos formales y la competencia fue abierta y las encuestas bajaron al puntero, López Obrador acusó de corruptas a las encuestadoras.

López Obrador, por tanto, estaba preparado para ganar, no para competir y, eventualmente, perder. La derrota no forma parte de su escenario político y psicológico. Por eso ha profundizado su batalla contra las instituciones electorales: mejor desprestigiarlas que aceptar su derrota. Su reiteración de que "yo gané" carece de mecanismos probatorios o de elementos comprobables. Es, como todo en él, un acto de fe: el privilegio de la certidumbre, la imposición de las certezas. Su comportamiento ha sido en esa lógica: mejor anular el proceso electoral que aceptar la derrota. Un iluminado, sería el razonamiento, no puede perder. Es imposible que pierda. Imposible. Imposible. Imposible.

Lo que viene en las próximas semanas está en esa lógica. Pero a costa de reventar los avances democratizadoras de más de diez años. Si las instituciones han sido imperfectas, hay procesos legales y legislativos para mejorarlas. Pero no para destruirlas. Los ataques de López Obrador contra el IFE y el Trife quieren ser mortales; no obligarlos a algo, sino desaparecerlos del mapa. ¿Y qué hicieron el PRD y López Obrador para evitar irregularidades? Nada. Cuando el IFE y el Trife se ajustaron, el PRD no presentó ninguna propuesta para ponerle candados de seguridad. Hoy tampoco hay denuncias sino condenas.

No hay, pues, comportamientos democráticos. Hay presiones, amenazas, condiciones, agitaciones. Pero ocurren en un esquema legal que tiene sus reglas y sus tiempos y sus condiciones. López Obrador, sin embargo, nada respeta: quiere imponer su voluntad. No trata de pelear su elección sino de imponer sus criterios: o le dan la presidencia o pedirá la anulación de las elecciones. Hoy dicen que no, pero López Obrador telegrafió sus intenciones al sacar a las masas a la calle. Ahí se localiza la inestabilidad y la violencia social. Y hay comenzado a mostrar indicios: las agresiones contra instalaciones de Banamex y Sabritas. De eso se trata: o el poder o el caos. Así de sencillo.

Los esquemas del análisis ya se agotaron. Imposibles de aplicarlos en una voluntad de niño caprichudo y rezongón. Imposible de ir más allá con quien no entiende más razón que la propia. Imposible la inteligencia ante una mente obtusa. Imposible el raciocinio ante quien utiliza la inteligencia --a los intelectuales-- como grupo de choque contra instalaciones de Banamex. Por tanto, a López Obrador hay que tratarlo como él trata a los demás: sin concesiones. López Obrador perdió las elecciones. El rayito de esperanza quedó sin energía. El gallo peleador fue desplumado. Así de simple. Perdió y ni modo. Podrá hacer lo que quiera y podrá lograr, con la amenaza de una insurrección, que se anulen las elecciones. Pero aún así no podrá borrar de la historia política del país el hecho histórico de que perdió las elecciones.

La semana que viene será difícil, llena de inestabilidades. La guerra de López Obrador contra las instituciones electorales no tiene límites. Y sus generales de batalla, Manuel Camacho y Ricardo Monreal, están comprometidos en la tarea. No hay negociadores. Para qué si no hay nada que negociar con alguien que preferirá incendiar al país que aceptar la derrota.

Así que hay que prepararse para lo que viene: entregarle a López Obrador la presidencia o el caos».

 

Qui nolit audire sermonem, imposibile est nisi quod sit bestia.  (El que no quiere oír, no puede ser sino una bestia)

 

 


Plutarco Elías Calles, El Jefe Máximo

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

La vida del "Jefe Máximo" fue de contrastes. La infancia, difícil por el abandono del padre y la temprana muerte de su madre moldearon su carácter: frío, serio, poco expresivo, reservado. En 1893 se tituló de maestro y llegó a ser inspector de las Juntas de Instrucción Pública en Hermosillo, profesor en la Escuela número 1 para varones y ayudante de párvulos en el Colegio de Sonora un año después. Con una personalidad bastante gris, el fracaso lo acompañó en casi todos los negocios que emprendió durante su juventud.

Entre 1899 y 1903 dedicó parte de su tiempo al periodismo. Editó la Revista Escolar y escribió en El Siglo XX. Hasta antes de 1911 transitó por cargos públicos menores: tesorero municipal del puerto de Guaymas, inspector general de educación, administrador del Hotel México, agricultor y gerente del molino harinero Excélsior.

Sin muchas aspiraciones y con un futuro nada claro, la revolución se presentó en el mejor momento. En 1911 el gobernador de Sonora, José María Maytorena lo nombró comisario de Agua Prieta y al sobrevenir la rebelión orozquista en 1912, organizó una brigada para combatirla. Un año después ya estaba incorporado a la revolución Constitucionalista bajo las órdenes de Álvaro Obregón.

La estela de fracasos personales lo alcanzó también en la revolución. No tenía talento para la carrera de las armas. Luego de su derrota en Naco, Obregón --siempre ingenioso y sarcástico-- aprovechó su rango de teniente coronel para llamarlo el "teniente correlón". Y sin embargo, la buena estrella del invicto general, alcanzó a iluminar el oscuro camino de Calles durante los siguientes años.

Pudo suplir sus escasas cualidades para la guerra con su propia disciplina y su clara fijación por el orden. Estaba hecho para proyectar, organizar y ejecutar. En 1915 Carranza lo nombró gobernador y comandante militar de Sonora. La oportunidad de mostrar sus dotes como gobernante trajo consigo algo de suerte y una victoria importante en Agua Prieta sobre los restos de la División del Norte de Pancho Villa.

Calles encontró en la administración pública y en el ejercicio del poder su ambiente natural. Se movía con libertad, sin tapujos, sin formas. El futuro presidente creía en el fondo, en la reformas. Prohibió el comercio de bebidas alcohólicas, suprimió los tradicionales órganos de control porfiriano conocidos como jefaturas políticas, reformó el Código Civil para legitimar el divorcio; fundó la escuela Normal de Maestros y Cruz Gálvez huérfanos de la revolución -esta última nombrada así en honor de un lugarteniente suyo muerto en combate. Y en un preludio de lo que sobrevendría años después expulsó de la entidad a los sacerdotes católicos.

Supo estar con los vencedores a la hora de la victoria. Fue leal a Carranza y en 1917 regresó a la gubernatura de Sonora. El Primer Jefe --ya como presidente de la república-- lo llamó a su gabinete como Secretario de Industria y Comercio. Cuando se vislumbraba su caída, saltó al imparable tren del otro triunfador: Álvaro Obregón. En 1920 apoyó su candidatura y junto con De la Huerta encabezó la rebelión que terminó con la vida de Carranza. Pocos meses antes, el "viejo" había comentado: "tengo la completa seguridad de que si algún día el país y la revolución se encuentran en peligro, Calles será el hombre que habrá de salvarlos".

En 1920 Plutarco había dejado definitivamente atrás el fantasma del fracaso. No era más el militar sin éxito del cual se había burlado Obregón años atrás. Sin tener aún su fuerza, la gestión como gobernador y secretario de despacho lo habían fortalecido. Podía ver de frente al caudillo, cuestionarlo, aconsejarlo. No estaban en el terreno de las armas --donde Obregón se sabía imbatible--, se reencontraban en el campo de la política, donde la observación, la reflexión y la discreción --cualidades inherentes a Calles-- son las mejores armas. Los sonorenses se habían apropiado del poder. Obregón "práctico y positivo", De la Huerta "sentimental y con afirmaciones artísticas"; Calles "apasionado y hermético".

Obregón no tiene más salida que ligarse con aquel compañero de ocasión --escribió Ramón Puente--, haciéndolo su aliado para todos sus golpes. El lleva la fortuna, Calles el talento, la habilidad, el orden. No los liga el afecto, los liga la conveniencia, que en política es una atadura más sólida. Qué importa que alguna vez se repelieran, si en adelante se necesitan.

Cuando Obregón asumió el poder, Calles se hizo cargo de una secretaría que desde el primer momento lo convirtió en el más presidenciable de los hombres del gabinete: gobernación. En septiembre de 1923, Obregón le puso en bandeja de plata la candidatura presidencial. No por generosidad ni reconocimiento, tampoco por su capacidad. Lo consideraba el único capaz de garantizarle su regreso a la presidencia en cuatro años. Había entre los dos revolucionarios un pacto no escrito. Eran las dos figuras más importantes del país y el poder estaba a sus pies.

En Obregón hay una plétora de vida --continúa Ramón Puente--, de confianza en sí mismo, que lo hace ser movedizo como un oleaje y destructor como una marejada. Calles aparenta menos vitalidad, una energía que podría llamarse pasiva, y una íntima confianza que se traduce en quietud. Cuando Obregón viene con el impulso de una ola desenfrenada, encuentra a Calles impasible. La ola rebota como si golpeara contra un malecón, y entre las dos potencias se restablece el equilibrio. No hay manera de quebrantar esa dualidad.

La imposición de Calles desató una guerra entre sonorenses. Adolfo de la Huerta se levantó en armas y en pocos meses fue batido por los dos caudillos. Sin otro rival en el horizonte, Plutarco ocupó la silla presidencial.

Llegó con intención de reformar, construir, sentar las bases del país que surgía de la vorágine revolucionaria. Creía en las instituciones, pero no por encima de los hombres. Uno de sus colaboradores cercanos, Manuel Gómez Morín --futuro fundador del PAN-- también creía en ellas y a diferencia de Calles, consideraba que debían prevalecer por encima de los caprichos de los generales o los caudillos. Con el apoyo del presidente, en 1925, Gómez Morín creó el banco único emisor, mejor conocido como Banco de México.

Su gobierno, sin embargo, fue de altibajos. A pesar de la popularidad e influencia de Obregón, Plutarco pudo actuar con independencia. Incluso fue el primer presidente que intentó poner distancia con respecto a su antecesor a través de ciertos discursos con clara dedicatoria. En sus primeras declaraciones propuso moralizar al gobierno y mantener la austeridad -críticas abiertas a la corrupción y despilfarro obregonista. En un acto que parecía más una provocación, anunció el "cese de las cantadores y los guitarristas que figuraban en la nómina del Estado mayor del general Obregón".

En su afán reformador quiso aplicar el programa revolucionario hasta sus últimas consecuencias. Con su ley del petróleo --surgida del artículo 27 constitucional-- intentó meter en orden a las compañías petroleras, situación que tensó las relaciones con el gobierno de Estados Unidos. Por momentos, la posibilidad de un nuevo conflicto armado con el vecino del norte fue real. Sólo la intervención del embajador Dwight Morrow con su política de los ham and eggs --que consistía en reunirse a desayunar con Calles-- pudo disminuir la tensión.

Su reflexión y su juicio, muchas veces sensato, desaparecieron ante su odio inexplicable en contra de la iglesia católica. El hombre de la razón y el orden sumió a México en la sinrazón de la guerra. En 1926 el presidente expidió la ley reglamentaria del artículo 130 constitucional --concerniente a las relaciones entre el Estado y la Iglesia-- donde establecía que el gobierno podía controlar el número de sacerdotes, exigía su registro ante las autoridades civiles para saber qué iglesia ocupaba cada uno, se autorizaba la clausura de los conventos y las escuelas religiosas y obligaba a los sacerdotes a ser mexicanos por nacimiento para ejercer. Se avecinaba un sangriento conflicto. El propio Obregón comentó: "¡En la que nos va a meter este hombre! Si triunfamos, qué ganamos, y si perdemos, lo perdemos todo".

La respuesta era previsible. La Asociación Católica de la Juventud Mexicana, la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa y otras organizaciones semejantes manifestaron su repudio a la ley y su solidaridad con la Iglesia. Ante la ola de protestas, el gobierno respondió expulsando y encarcelando sacerdotes. La cuerda de la política estaba a punto de romperse. Con el respaldo del Papa Pío XI, el 31 de julio el episcopado ordenó la suspensión del culto en todos los templos de la república. Sin alternativas, los católicos tomaron las armas. La guerra cristera estalló el 15 de agosto de 1926. Se extendió tres años y costó aproximadamente setenta mil víctimas.

Con el país inmerso en otra revolución, los tiempos electorales sólo podían agravar la situación. Obregón había movido los hilos del Congreso para reformar la Constitución y legitimar --a través de la ley-- su regreso a la presidencia. El bloque obregonista actuó en consecuencia y el principio de la no reelección desapareció de la carta magna. El ex presidente lanzó su candidatura y la sangre volvió a correr por la patria. En octubre de 1927, dos de sus opositores Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano fueron asesinados por instrucciones del gobierno callista. El 17 de julio de 1928, el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón sumió al país en una profunda crisis política.

Surgió entonces el estadista. Calles tuvo la sangre fría, la prudencia y el carácter para hacer frente a la furiosa acometida de los obregonistas que lo creían involucrado en el asesinato de Obregón. Logró mantener la unidad revolucionaria y en su último informe de gobierno anunció el fin del caudillismo para dar paso a la era de las instituciones:

La desaparición del presidente electo ha sido una pérdida irreparable que deja al país en una situación particularmente difícil... pero la misma circunstancia de que quizá por primera vez en su historia se enfrenta México con una situación en la que la nota dominante es la falta de "caudillos", debe permitirnos orientar definitivamente la política del país por rumbos de una verdadera vida institucional, procurando pasar, de una vez por todas, de la condición histórica de "país de un hombre" a la de "nación de instituciones y de leyes... Que no sean ya sólo los hombres, como ha tenido que suceder siempre en la dolorosa vida política de México, los que den su única relativa fuerza, estabilidad y firmeza a las instituciones públicas. Que elegidos los hombres por sus merecimientos o virtudes y por los programas sinceros que determinen su futura actuación, sean las instituciones y el manto de la ley lo que los consagre y los haga fuertes y los envuelva y los dignifique; lo que los convierta, por modestos que hayan sido, en reales personificaciones de la patria.

La gran reforma política de Calles llegó tras haber dejado el poder fue la creación de un partido único, de estado, que por vez primera logró reunir y meter en orden a la mayor parte de los grupos políticos. "Si la quieren, fórmense" decía Plutarco refiriéndose a la silla presidencial. En adelante toda aspiración por el poder debía ser canalizada a través del Partido Nacional Revolucionario. Su nacimiento --4 de marzo de 1929-- estaba justificado moral e históricamente: era necesario evitar el derramamiento de sangre cada vez que se acercara la sucesión presidencial.

El PNR nació desde la cúpula del poder, de ahí su tradición antidemocrática. Se abrogó todas las causas de la revolución. Se apropió de los colores de la bandera y se erigió como el portador de la verdad absoluta, como el único partido capaz de conducir al país a un estado de bienestar y desarrollo. Con el tiempo convirtió a la revolución mexicana en mera retórica, en el mito de mitos de la historia mexicana, en el paradigma del siglo XX.

Más temprano que tarde, Calles olvidó su discurso en contra del caudillismo y la defensa de las instituciones. Tras haber embridado a la caballada revolucionaria y sin la sombra de Obregón, su figura se agigantó. Dentro del escenario político nacional no existía nadie por encima de él. Comenzaron a llamarlo el "Jefe Máximo de la Revolución" y le tomó gusto al nombre. Era el nuevo caudillo.

Plutarco fue el dueño de México durante los siguientes seis años. A pesar de los presidentes Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, las grandes decisiones, el ejercicio del poder real, y la última palabra en materia política provenía de la "sabiduría" del Jefe Máximo. El periodo fue conocido como el "maximato". Toda la clase política acudía a consultarlo a su casa de la colonia Anzures o al rancho que tenía en Cuernavaca. La vox pópuli acuñó una frase que mostraba a la sumisión presidencial frente a Calles. "Aquí vive el presidente, pero el que manda es el de enfrente". Su autoridad era indiscutible y nadie la puso en tela de juicio.

Con la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia en 1934, el poder del Jefe Máximo se vio paulatinamente disminuido. El general michoacano movió las piezas de la política con mucho tacto pero con maestría: en dos años arrebató posiciones al grupo callista. En 1936 Calles desapareció del escenario nacional. Luego de algunas críticas hacia las políticas del nuevo presidente, el Jefe Máximo dejó de serlo: Cárdenas lo expulsó del país. "De la revolución era lo único que le faltaba probar... la caída", escribió Ramón Puente.

Al abordar el avión que lo llevaría al destierro en Estados Unidos, se veía apesadumbrado, cabizbajo, acabado. Subió lentamente las escaleras del aeroplano. Fue en esos momentos cuando sintió la soledad de la derrota y más aún, la impotencia del hombre cuyo poder se desmoronaba irremediablemente. Cinco años vivió en el exilio, en una cómoda propiedad en San Diego, California. Fueron años de reflexión, de serenidad e incluso de expiación.

Cuando Calles regresó a México al iniciarse la década de 1940, era otro. "Comenzaba a querer rectificar muchos de sus equívocos. Su mirada se había ido dulcificando y ahondándose las arrugas en su rostro..." -recordaría Puente. Ciertamente había cambiado. El exilio lo suavizó. En un suceso por demás sorprendente, durante los años del destierro, el otrora Jefe Máximo inició una estrecha amistad con el hombre que más lo había criticado: José Vasconcelos.

Desde su renuncia como Secretario de Educación Pública en 1924, Vasconcelos había manifestado su oposición en contra de la corrupción política de los sonorenses y sus críticas más severas iban dirigidas a Plutarco: "el furor de Calles era el del verdugo que pega desde la impunidad, siempre a mansalva". Entre 1927 y 1928, desde uno de sus tantos exilios, don José escribió cualquier cantidad de críticas contra el sonorense y en todos los tonos: "lo más repugnante del obregonismo es el callismo"; "ni vale Calles más que un gendarme"; "...prefiero a los obregonistas: después de todo Obregón es sanguinario pero Calles facineroso"; "lo antipatriótico es estar sirviendo a asesinos analfabetos como Calles".

La respuesta del Jefe Máximo fue siempre la misma: el silencio. Calles tenía una virtud básica para gobernar: ecuanimidad. Todas las invectivas en contra de su gobierno y de su persona --la Plutarca o el Turco, por ejemplo-- fueron aceptadas sin respuesta. Vasconcelos pudo hablar pestes del régimen callista y del Maximato, de la manera de gobernar, de la corrupción del sistema, de la represión, del gobierno dictatorial del sonorense. Escribió algunas veces asistido por la razón, otras mal aconsejado por la amargura de la derrota.

En 1936 los dos hombres se reunieron en un lugar de California. La "histórica reconciliación" como lo titularon los diarios, produjo reacciones encontradas y críticas severas hacia Vasconcelos por tan "ignominiosa reconciliación". No sin cierto dejo de reproche pero mordazmente, Vasconcelos apuntaba: "Calles en el destierro, vale mil veces más que todos los que están en el gobierno y los que quedan en la oposición". Los años y las cartas convirtieron aquel encuentro en una cordial relación. En 1945, cuando Calles falleció, Vasconcelos acudió al sepelio y la familia lo recibió con gusto.

El Jefe Máximo murió despojado de su dureza, de su frialdad, de su racionalidad. El hombre que había intentado "extirpar la fe de México", terminó sus días siendo un creyente. No de la doctrina católica o del cristianismo. Creyó en la posibilidad de otra vida, en la existencia probable de un mundo espiritual que tardó toda su vida en conocer. Temeroso quizá de la muerte, la última gran reforma del Jefe Máximo la realizó a nivel personal e íntimo: se rindió al espiritismo.


Podría sancionarse la ley de esterilización quirúrgica

 

Querien Vangal

 


El boletín electrónico Notivida advirtió que el Senado de la Nación podría sancionar pronto, después de un rápido trámite en diputados y comisiones, la ley de esterilización quirúrgica, que autoriza a los hospitales públicos y privados a realizar en forma gratuita intervenciones de ligaduras de trompas y vasectomías.

También cuestionó que ayer –09/05/06--  las tres comisiones que debían estudiar el tema –Salud, Población y Legislación general- se reunieran "en un plenario con la finalidad de firmar el dictamen y habilitar el tratamiento sobre tablas".

Tras considerar que "con su aprobación, las esterilizaciones quirúrgicas se sumarán a los métodos anticonceptivos contemplados por el programa nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable", Notivida recordó que "antes de sancionarse esa ley se hicieron gestiones para que los métodos anticonceptivos autorizados fueran "reversibles, transitorios y no abortivos".

"Lo de 'no abortivos' duró poco, caducó cuando la reglamentación de esa ley incluyó los métodos que provocan el aborto farmacológico, y ahora se elimina el resto: 'reversibles y transitorios'", alertó Noticias Globales.


La mutilación del pobre

El Secretariado Nacional para la Familia había dicho en junio pasado (ver declaración), antes de a su tratamiento en Diputados, que ese tipo de prácticas "nos degradan a la condición de seres sin esa capacidad y esclavos de nuestros instintos".

"Pensar que los pobres no pueden tener esa capacidad es una actitud discriminatoria, lo que es necesario es darles educación y posibilidades de progreso social", sostenía entonces el organismo de la Conferencia Episcopal Argentina.

En tanto, en otra declaración, reclamaba a los legisladores que "al momento de discutir las leyes que han de regular sus vidas y las de sus familias, no dejen de tener en cuenta que la función del Estado es subsidiaria y que, en consecuencia, deben actuar respetando las convicciones de los ciudadanos".

Tras lamentar que "en los últimos tiempos, con insistente asiduidad, se está produciendo justamente todo lo contrario, una insoportable invasión a la privacidad de las familias, sus costumbres, sus convicciones, y una falta de respeto por la vida que hace temer hasta dónde se podrá llegar en el futuro.

"Prueba de esto -decía- son los diversos proyectos de ley de educación sexual despojados de valores éticos y morales, el que autoriza las esterilizaciones como método contraconceptivo, o los que proponen la despenalización de los homicidios fetales (aborto, farmacológico o quirúrgico) y del consumo de estupefacientes, entre otros muchos".


Por el imperio de la ley

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

«Siendo tan fácil la reforma para satisfacer las necesidades del país, ¿para qué recurrir a nuevos trastornos, para qué devorarnos en la guerra civil, si los medios legales no cuestan sangre, ni aniquilan a la república, ni la deshonran. Ni ponen en peligro sus libertades y su exigencia de nación soberana?  Persuadíos, mexicanos que la paz es el primero de todos los bienes y de que vuestra libertad y vuestra ventura dependen del respeto, del amor con que mantengáis vuestras instituciones»  (Francisco Zarco.- "Manifiesto a la Nación".- México, 1857)

 

México es un país de instituciones y de leyes, donde el pueblo gobierna a través de representantes que no son impuestos por la fuerza o voluntad de unos cuantos, sino electos conforme a normas y procedimientos legales, bajo la organización y vigilancia de órganos ciudadanos.

Gracia a que vivimos en un Estado de Derecho y a que hemos superado las prácticas del pasado en que el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, integrada en su mayoría por representantes del partido en el poder, calificaba la elección para Presidente de la República; en los próximos días será la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la que resuelva en definitiva las impugnaciones presentadas por los partidos políticos con respecto a la elección presidencial del pasado 2 de julio.  Posteriormente, procederá a realizar el cómputo final de la elección y si estima que la certeza,.legalidad y equidad de los comicios quedó garantizada y que la actuación de las autoridades electorales fue objetiva e imparcial, declarará la validez de la elección y como Presidente electo al candidato que haya obtenido el mayor número de votos.

En un sistema democrático como el nuestro, es el pueblo quien elige directamente a sus representantes a través del voto.  La legitimidad del ganador se fundamenta, más que en el porcentaje de votos obtenidos, en el respeto al libre ejercicio del sufragio y en las condiciones de credibilidad y transparencia de los comicios.  Si el respeto a estos principios es corroborado por la máxima autoridad jurisdiccional electoral del país, independiente del Poder Ejecutivo y de los partidos políticos, entonces tendremos un Presidente legítimo por haber sido electo en el marco de un proceso válido y bajo reglas que aprobaron las principales fuerzas políticas del país desde las reformas de l990, 1994 y 1996.

Sin embargo, aún sin conocer la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el candidato de la Coalición por el Bien de Todos ha desconocido esta premisa fundamental de la democracia.  Ante la aparente debilidad de los argumentos jurídicos y de las pruebas que aportó su partido para pretender que el Tribunal Electoral revierta o anule el resultado de los comicios, ahora recurre a la vía fáctica de la presión política y la autoproclamación para reorientar su causa.

El miércoles 23 de agosto, Andrés Manuel López Obrador declaró ante el periódico francés "Le Monde" que la Convención Nacional Democrática que ha convocado para el próximo 16 de septiembre, podrá nombrar un "presidente legítimo" y que serán los "delegados" de la Convención quienes decidan si lo proclaman o no Presidente de México.  Afirmó que esas decisiones se podrán adoptar con fundamento en el artículo 39 constitucional que señala que "el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno".

Habrá que aclarar al señor López Obrador y a todos los que pretende confundir, que el propio artículo a que hace referencia, constituye el fundamento del procedimiento democrático que tenemos en México para designar a nuestros representantes.

Al reconocer al pueblo como titular de la soberanía nacional y señalar que el poder público dimana y se instituye en beneficio de éste, el artículo 49 Constitucional, en plena concordancia con el 41, establece las bases para que sea el pueblo el que transfiera el poder a sus representantes, ante la imposibilidad de autogobernarse de manera colectiva.  Para garantizar que las autoridades que ejercerán el poder público efectivamente provengan de la voluntad popular, la Constitución regula la forma en que se llevarán a cabo los procesos electorales, cuyas reglas conocen y aceptan las partidos políticos y sus candidatos antes de participar en las elecciones.

De esta forma, es el pueblo quien a través del sufragio universal, libre, secreto y directo, elige a sus legítimos representantes, no sólo para fungir como titulares del Poder Ejecutivo en los tres ordenes de gobierno –federal, estatal y municipal--, sino que también para la integración del Congreso de la Unión.  Es por todos conocido que la Coalición no refutó la validez de la elección para diputados y senadores, ni cuestionó la legitimidad de los candidatos electos, sabiendo que los comicios fueron organizados por los mismos ciudadanos, bajo los mismos procedimientos y en los mismos días que la elección presidencial.

Por otra parte, si bien la Constitución reconoce al pueblo el derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, ésta disposición teórica no puede concebirse de manera aislada, ni considerarse como el reconocimiento constitucional del derecho a la revolución.  Por el contrario, regula la posibilidad de que, por la vía de la legalidad, se pueda modificar cualquier precepto constitucional a través de los causes institucionales y de los poderes constituidos (artículo 135) y niega el derecho a la rebelión (artículo 136).

La Constitución prevé la posibilidad de ser reformada y puede sufrir tantas modificaciones como se requieren para ajustar su texto a la nueva realidad del país, pero al mismo tiempo, vigila que se respeten los principios fundamentales ára conservar el orden jurídico establecido.

En el artículo 135 se establece un único procedimiento para reformar la Constitución y se señalan cuáles son los órganos competentes y los requisitos especiales para llevar a cabo cualquier reforma constitucional.  Para distinguirse de la flexibilidad con la que pueden modificarse las leyes ordinarias. Será el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, el que acuerde las reformas o adiciones necesarias, mismas que deberán se aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los estados.

Asimismo, el artículo l36 constitucional consagra el principio en virtud del cual la Constitución se protege frente a la posibilidad de su violación.  Como no puede contradecirse a sí misma, ni regular su propia destrucción, reafirma su fuerza y vigor, aún cuando por algún proceso violento se interrumpa su observancia.  De esta forma, niega el derecho a la rebelión e incluso señala que, si se establece un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, cuando el pueblo recobre su libertad se restablecerá su vigencia y serán juzgados, tanto los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado con esta.

Por lo tanto, el mejor camino para avanzar hacia la consolidación de nuestra democracia y hacer prevalecer el orden constitucional, no se encuentra en la rebelión o en el desconocimiento de las instituciones de la República, sino en la búsqueda de los canales legales para adecuar las normas a las demandas de la sociedad.

La ley no puede negociarse y su cumplimiento no debe quedar supeditado a la voluntad de los actores políticos o condicionarse a la voluntad de acatarla siempre y cuando sea favorable a nuestros intereses y desconocerla cuando nos sea adversa.

Sin duda México ya no será el mismo después de esta histórica elección presidencial.  La forma en que se desarrolló el proceso y el escenario postelectoral, nos demuestran que muchas normas jurídicas han sido rebasadas ante la complejidad de la realidad.  También nos ha quedado nos ha quedado más claro que nunca, que la construcción de la democracia es una tarea que va mucho más allá del ejercicio del derecho al voto, ya que requiere de la constante participación ciudadana y del compromiso de las autoridades para ejercer sus funciones con responsabilidad, atendiendo al mandato que les ha sido encomendado.

No es novedad reconocer que el país requiere de reformas estructurales urgentes, pero parece necesario recordar a ciertos actores políticos, que la mejor manera de demostrar que se quiere actuar pensando en México y avanzar en el camino de la democracia, es asumiendo la responsabilidad de promover los cambios necesarios por la vía de la legalidad y respeto a las instituciones.

Después de que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación haya calificado la elección y designado a quien será el legítimo Presidente de México, tendremos motivos para celebrar como país, por haber logrado como país, por haber logrado resolver los conflictos postelectorales por la vía de la legalidad.  Sin embargo, nos queda la enorme tarea de trabajar por fortalecer las instituciones y hacer que el gobierno que libremente hemos elegido, funcione en forma eficaz.

En el Congreso de la Unión, donde se conjunta el mayor nivel, los legisladores de las distintas fuerzas políticas tienen el reto de impulsar las reformas necesarias para que la Constitución y las leyes se adecuen a las nuevas condiciones políticas del país.

El asunto central redunda en los cambios que deben introducirse al diseño institucional para ofrecer incentivos amplios de cooperación entre los actores políticos, que permitan lograr consensos desde el Ejecutivo y construir mayorías en el Congreso, en ánimo de garantizar un esquema  de gobernabilidad democrática.

Para el nuevo gobierno será prioritario impulsar los temas de la reforma del Estado para lograr, entre otras cosas, una conexión efectiva entre el ciudadano y el gobierno, a través de un adecuado sistema de rendición de cuentas, construir una nueva estructura de relaciones entre los tres poderes de la Unión, promover una sociedad civil más activa y participativa, que pueda fungir como vigilante de la estricta aplicación de la ley; e impulsar las reformas que requiere el sistema electoral para hacer más equitativas y menos costosas las contiendas, mejorar los sistemas de información y transparencia sobre el uso de los recursos públicos y establecer mayores controles sobre el financiamiento y el uso de prerrogativas de los partidos políticos.

Como sociedad, tenemos el deber de avanzar hacia un régimen democrático mucho más maduro y responsable.  Dejar atrás la confrontación y la polarización que hoy percibimos tanto en las calles, como entre las gente que nos rodea, para construir un país donde la tolerancia y el respeto a la pluralidad sean la base para mediar las diferencias; donde la ley se cumpla por encima de cualquier interés o acto de presión política y donde existan las condiciones para canalizar las demandas de una sociedad que está deseosa de vivir en paz y progresar.

 


¿Por qué hoy no?


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy

 

 

San Agustín retaba a los paganos que retrasaban su conversión con semejantes palabras: 'Si ya lo has pensado, si ya lo tienes decidido, ¿a qué esperar? Hoy es el día, ahora mismo; no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy'. Dejarlo para luego es exponerse a dar marcha atrás; no todos los días estás decidido, no a toda hora estás preparado para este paso'.

 

Pero no daban el paso, por temor a un cambio demasiado brusco; y, al verlos indecisos y afirmando que lo harían cualquier día, arremetía con una lógica de espada filosa: 'Si ahora no te animas, ¿por qué dices y crees que lo harás algún día? No estés tan seguro, te costará más que hoy; quizás no tengas ya deseos del cambio; las fuerzas contrarias volverán a la carga'. ¿Por qué dices que alguna vez lo harás?, ¿tendrás oportunidad?, ¿seguirás con vida mañana?, ¿te dará Dios la gracia de la conversión? Teme a Cristo que pasa y no vuelve.

 

Al demonio le encanta ilusionar a la gente y engañarla con la conversión de mañana; a Dios le gustan las cosas hoy y ahora: Hoy es el día de la conversión. "Hoy, si escucháis su voz, no endurezcáis el corazón".


Por un gobierno de Unidad Nacional

 

Enrique Galván.-Duque Tamborrel

 

La sociedad no son las personas,
sino la unión de las personas

 

Mientras Andrés Manuel López Obrador sigue repitiendo como grabadora: fraude, engaño, cochinero y acusando a medio mundo --provocando con ello que se calienten los ánimos entre sus fanáticos--, Felipe Calderón Hinojosa inició la articulación de acercamientos y negociaciones que coadyuven a la construcción del gobierno de Unidad Nacional al que ha convocado a las demás fuerzas políticas y sociales del país.

El llamado a la conciliación nacional lo formuló la misma noche del domingo 2 de julio, luego de que el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luís Carlos Ugalde, diera un mensaje a los mexicanos.

En la sede nacional del Partido, Calderón Hinojosa se pronunció por el respeto a las instancias electorales y a la decisión de los ciudadanos.

Más allá de las cifras que difundieron cinco encuestadoras que situaban al Candidato de Acción Nacional a la cabeza, éste valoró la participación ciudadana y calificó al proceso como ejemplar.

Felipe Calderón reflexionó que el mandato de las urnas es una demanda ciudadana a que priistas, panistas, perredistas y cualquier otra fuerza política hagan a un lado sus diferencias y busquen las coincidencias.

"El México del futuro requiere la unidad de todos por encima de los contrastes partidistas que se han expresado en esta campaña electoral".

"Es tiempo de iniciar una nueva etapa de conciliación nacional y para lograrlo dedicaré todo mi esfuerzo a partir de hoy", se comprometió ante la militancia de Acción Nacional en el auditorio Manuel Gómez Morin.
Por ello, "convocaré a un gobierno de unidad nacional a todos los partidos, a todas las personas, a todos los ciudadanos que quieran en él concurrir".

Antes de conocerse el conteo de actas, Felipe Calderón sostuvo por segunda ocasión que el llamado de las urnas -"lo que los ciudadanos nos han dicho a gritos"- es que los políticos se pongan de acuerdo.

Y es que en la pluralidad de México se encierra su riqueza, destacó en su tercer mensaje desde la sede nacional del PAN. "Entiendo el mensaje de las urnas y lo acataré puntualmente… seré un gobernante para todos los mexicanos sin excepciones ni distingos".

Felipe Calderón dijo que ante una expresión ciudadana diversa y plural como la que se registró el domingo 2 de julio, "asumo como tarea personal hacer míos los anhelos y las razones que motivaron a millones de ciudadanos a votar por otros candidatos".

"A quienes votaron por mí agradezco sincera y afectuosamente su apoyo, y a quienes no votaron por mí agradezco también su voto, porque ello hace posible la democracia", resumió en el cuarto mensaje desde la sede panista al conocer el resultado final del IFE.

"A quienes votaron por mí les pido que sigamos adelante en la construcción del México que soñamos, y a quienes no votaron por mí les pido la oportunidad de ganarme su confianza, lo haré como Presidente de México", se comprometió.

"Ofrecí en la campaña integrar un gobierno de coalición, que congregue en torno a un programa compartido de gobierno una mayoría estable de legisladores en el Congreso de la Unión.

"Reitero mi disposición a hacerlo e invito a los partidos políticos, a sus dirigentes, a los funcionarios emanados de los mismos, a sus legisladores, a que exploremos esta vía de entendimiento", nuevamente tendió la mano.

Felipe Calderón agradeció efusivamente la participación de más de un millón de ciudadanos que se convirtieron en funcionarios del IFE y a los representantes de todos los partidos políticos, quienes verificaron la identidad de los votantes, contaron voto a voto los sufragios y cuidaron responsablemente la voluntad ciudadana reflejada en las urnas.

Agradeció también "a los mexicanos en el exterior que creyeron en nosotros y votaron abrumadoramente en favor de Acción Nacional", así como a los más de 41 millones de electores que le dieron vida a las casi 131 mil casillas instaladas en el país.

Reiteró respeto a sus adversarios políticos, a sus equipos y a los partidos que abanderaron: "Más allá de nuestras discrepancias, reconozco en ellos una genuina preocupación por el país".

Felipe Calderón reconoció a cada uno: "De Patricia Mercado, su compromiso con la pluralidad y la tolerancia; de Roberto Campa, comparto la importancia que debe reconocérsele a la educación de calidad como piedra angular de un México más justo y más libre".

"En Roberto Madrazo y en su partido, una presencia histórica y política en la vida de México y que hoy se expresa fundamentalmente en responsabilidades de gobierno que hacen vigente el pacto federal en los estados y en los municipios".

"Y con Andrés Manuel López Obrador comparto su anhelo de justicia y reitero mi compromiso expresado en la campaña de trabajar sin descanso por lograr la igualdad de oportunidades que permita superar la pobreza en la que viven millones de mexicanos".

El jueves 6 de julio por la tarde, ya con el resultado del conteo distrital del IFE, convocó a los mexicanos a que con generosidad y patriotismo "logremos la integración de un gobierno de Unidad Nacional que me propongo encabezar".


Producen software en la Mixteca

 

Querien Vangal

 

En uno de los rincones del país en donde existe un elevado índice de analfabetismo y gran parte de su población se suma a las estadísticas migratorias, se levanta un parque tecnológico.

Apenas lo construyen, los trabajadores van y vienen; se gesta sobre un terreno de 15 mil 400 metros cuadrados. Ahí donde un edificio blanco se pierde entre la vegetación y los cerros.

Con el apoyo de la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM), que desde hace 15 años se fundó en esta población, se desarrolla el laboratorio KadaSoftware.

Kada es una palabra mixteca que significa "hacer con fortaleza y corazón", y es el nombre que llevará ese centro de investigación, fábrica de software e incubadora de empresas.

Su misión: transformar el entorno: "Empezando por la base, la educación, su impulso será factor determinante para atacar el analfabetismo y la migración", dice Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades de Oaxaca.

Esta institución es la dueña del terreno y de la idea, pues en sus centros de investigación se ideó la creación de este complejo. Seara Vázquez explica que, con esta propuesta, también intentan hacer más atractivo al estado y generar más empleos. A 10 minutos de la Universidad Tecnológica de la Mixteca, más unos 700 metros de terracería, el parque tecnológico irrumpe en el horizonte, sin embargo, apenas emplea a nueve desarrolladores.

Noé Coronel García egresó de la UTM hace cuatro años. No encontró trabajo en su natal Tlaxiaco, pueblo que se ubica a unas dos horas de su universidad. Salió a probar suerte hacia otros lugares del país. Poca estrella, hasta que los profesores investigadores que le dieron clase lo llamaron para sumarse al proyecto.

No obstante, sigue esperando trabajo, pues los proyectos aún no llegan en masa. Son contados. Al igual que sus otros ocho compañeros, egresados de la UTM, forman la base de lo que será el laboratorio de desarrollo de software. Algún día.

"Desde hace muchos años hemos estado trabajando para lograr que la investigación sea un factor que atraiga el interés de las empresas", dice Irma Solís, directora del complejo industrial KadaSoftware.

Antes de que este parque tecnológico fuera pensado, Vázquez invitó a muchas empresas a que formaran parte de él, pero han recibido poca respuesta. "Por eso decidimos comenzar con recursos propios y el apoyo de la firma Visionaria", explica.

La aceleradora de negocios que dirige Mauricio Santillán, quien fue hasta hace tres años el máximo directivo de Microsoft en América Latina, no aportará dinero. Su ayuda consiste en asesoría de negocios, planes y estrategias de viabilidad comercial, y promoción.

Santillán estima que la ayuda tiene un valor de 300 mil pesos, y que el próximo año ese apoyo se podría duplicar.

"El atractivo para trabajar con este centro de desarrollo de software radica en la calidad de los profesionales que en él trabajan", explica Santillán. "Además de los resultados que sus propias investigaciones arrojan".

Por lo pronto, uno de los clientes de KadaSoftware es Nicolás Pacheco, dueño de las Carnicerías Alfa de Huajuapan. A él, los investigadores de la UTM lo auxilian con tareas sencillas como la administración de su negocio.

Otra persona que solicitó sus servicios es Edutecsa, la empresa que desarrolla soluciones de cómputo en red.

A ellos los capacitan en el uso de software libre, para que utilicen esta tecnología en su negocio, especializado en la consultoría y desarrollo de sistemas.

Por su propia experiencia, desde hace cuatro meses se acercaron a la universidad para cuestionarlos, saber qué tanta capacidad tenían, y evaluar si merecían cobrar por sus servicios.

"No conocíamos el lugar, ni siquiera teníamos una referencia", dice José Antonio Tame, director de Edutecsa. "Pero en el momento de conocerlo y saber sus capacidades, decidimos que era una buena oportunidad".

Seara Vázquez, rector del Sistema de Universidades de Oaxaca, confía en que en abril por lo menos tengan 15 empresas en su incubadora de negocios. No hablaron acerca del dinero que tienen para apoyarlas, sino de los proyectos que podrían realizar si son exitosas en un futuro.

Les apostarán durante tres años para verlas consolidadas y demostrando factibilidad, dice Vázquez, en medio de un árido día de marzo en la Mixteca de Oaxaca.

 


Profetas de desventuras

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Aquella viejecita --con esa santa ingenuidad que sólo tienen los ancianos y los niños-- contaba que asistió un día a un sermón en el que el cura habló con palabras tan terribles del próximo fin del mundo, del sol que se iba a destruir y las estrellas que se iban a caer, que, al salir, "como todo aquello era tan triste, me fui a una pastelería y me comí un dulce".

Yo hubiera hecho algo muy parecido. Porque me temo que si yo estuviera tan convencido de que el mundo se va a acabar en los dos próximos meses, lo más seguro es que, en lugar de tratar de mejorarlo, me dedicase a cultivar mi corazoncete y me olvidase de los demás. Con lo cual --lo sé-- corrompería a la vez mi corazoncete y el mundo. Y así anticiparía la hora de su destrucción.

Hablando un poco más en serio, diré que eso es lo que me preocupa del catastrofismo que ahora está tan de moda: que invita más al egoísmo que a la lucha, que reduce la idea de conversión a la de prepararse para morir. Y son cosas muy diferentes.

Pero ¡vaya usted a detener a los amigos de las fábulas! De poco sirvió que Juan XXIII estigmatizase a los profetas de desventuras. Desde entonces hasta hoy se han multiplicado. Pero las palabras del papa Roncalli siguen ahí, lucidísimas:

"Nos llegan de cuando en cuando, en el ejercicio cotidiano de nuestro ministerio, voces que ofenden nuestros oídos, cuando algunas personas, inflamadas de cierto celo religioso, carecen de justeza en su juicio y en su manera de ver las cosas.

En la situación actual de la sociedad no ven más que ruinas y calamidades. Tienen la costumbre de decir que nuestra época ha empeorado profundamente en relación con los siglos pasados y se conducen como si la historia, que es maestra de la vida, no les hubiera enseñado nada ... Nos parece necesario expresar nuestro completo desacuerdo con tales profetas de desgracias que anuncian incesantemente catástrofes, como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina".

Y es que para saber que en el mundo hay muchas cosas que están mal no hace falta ser profeta: basta con tener ojos. Y para aceptar que un día concluirá este mundo y regresará el Señor, no hace falta ser un visionario; basta con tener fe. Pero hay que falsificar mucho el Evangelio para confundir al Señor con el terror y el miedo. Y es que Jesús no dijo: "Temblad, que estoy llegando", sino "trabajad mientras vuelvo".

Por eso yo no tengo ninguna curiosidad por conocer cuándo acabará el mundo. De momento sé que el día de hoy acabará dentro de unas horas y que este año se concluirá el 31 de diciembre y que yo tengo obligación de llenar de amor esas pocas horas y esos pocos días.

Mañana me plantearé la tarea de volver a llenar las horas de mañana, y en el próximo año -si ese año existe y si yo vivo en él- trataré de seguir haciéndolo mejor. Y me da lo mismo que ya sólo quedan dos papas, como dice del señor Fontbrune que dice el supuesto San Malaquías.

De momento, quiero al que hay y estoy seguro de que querré --si llego a verles-- a sus sucesores. Y no me preocupan los profetas que anuncian la caída del sol. Por hoy tengo suficiente con darle gracias a Dios por este bonito sol que brilla hoy en el cielo.


Proyectan corredor interoceánico en México

Buscan construir un ferrocarril y una autopista en el istmo de Tehuantepec, que competiría con el Canal de Panamá


Enrique Galván-Duque Tamborrel



El encabezado del presente es exactamente el mismo que tuvo un encabezado periodístico hace más de un siglo.  Se aseguraba que el desarrollo de un corredor en el istmo de Tehuantepec, al sur de México, daría una mayor fluidez al comercio de los productos mexicanos y centroamericanos –todavía no existía en Canal del Panamá.  

 

Ahora se asegura que la competitividad en la logística a las compañías mexicanas enfocadas en el comercio internacional, coincidieron empresarios afiliados al Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) y a la American Chamber/México.  ¿Será verdad de que finalmente se realice el vetusto y ansiado proyecto?

 

El proyecto busca desarrollar los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos y establecer entre ellos una línea de ferrocarril y una autopista, de modo que funcionen como puntos de transferencia de mercancía interoceánica.

 

El proyecto, que fue aprobado por el presidente saliente Vicente Fox y está siendo analizado por el equipo del presidente electo, Felipe Calderón, también posee una ventana de oportunidad, por la obstaculización al tráfico que supondrá la ampliación del Canal de Panamá en los próximos ocho a 10 años.

 

"De tanta cantidad de movimiento de carga que hay del Pacífico al Atlántico, Panamá se quedaría corto", dijo Luís A. Garulo, gerente de la empresa de ferrocarriles Union Pacific de México.

 

Actualmente, la actividad del canal y su entorno generan casi un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá, de unos 12,000 millones de dólares. Además, por esta vía transita un 4% del comercio mundial.

 

"Mi empresa está en Baja California, y para cruzar a Europa, o lo hago por el Canal de Panamá, dando una vuelta terrible; o bien, bajaría a Tehuantepec y simplemente cruzaría con un costo más barato", comentó Antonio G. Paz, director general de Alimentos Concentrados California.

 

"Un país sin comunicaciones, es un país que está muerto", agregó Paz, que está instalando otras dos plantas en México para exportar harinas, aceites y solubles de pescado a China, Europa, Filipinas y Vietnam por un monto previsto de ocho millones de dólares, para 2007.

 

Los barcos tardan un promedio de 30 horas en cruzar el Canal de Panamá, pero en temporadas altas o cuando hay ciertas dificultades operativas, el plazo se prolonga por días o hasta una semana, porque tienen que estar nivelando el agua de uno y otro mar, de modo que se cierra una parte y se deja que se llene la otra, para que pueda pasar el barco.

Panamá avisó a sus clientes del canal que quiere duplicar el peaje durante los próximos 20 años para financiar la expansión, valorada en unos 5,250 millones de dólares. Sin embargo, nunca había quedado claro cuándo se iban a empezar a implementar los aumentos en el "Gran Dique" construido por Estados Unidos y abierto por primera vez en 1914.

 

Desde la bahía de Limón, un brazo del mar Caribe, hasta la de Balboa, en el golfo de Panamá, el canal tiene unos 64 Km. de longitud, sin considerar los canales dragados de unión situados en cada extremo. La profundidad mínima es de 12.5 metros y la anchura mínima, de 91.5 metros. Está formado, además de otras vías fluviales, por seis esclusas (tres en la vertiente atlántica y tres en la pacífica).

 

El descubrimiento de oro en California en 1848 y la avalancha de aspirantes a mineros estimuló el interés estadounidense por construir el canal.

 

Los ingresos del Canal de Panamá se han incrementado de 769 millones de dólares en el año 2000, el primero bajo control panameño, a 1,400 millones de dólares en 2006, según cifras de la Autoridad del Canal de Panamá.

 


Puerto Progreso

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Se edita el primer libro a cargo de la Administración Portuaria Integral, que contiene la historia de Progreso con sus antecedentes ligados con la Civilización Maya y la Colonia, su desarrollo desde su Fundación hasta nuestros días y el Futuro que presenta el Puerto en su apoyo para impulsar la economía de la Región.

 

La Obra de Colección tiene el objetivo de da a conocer a México y el extranjero la historia de Progreso, sus bondades y su futuro. El Puerto fundado por Don Juan Miguel Castro el 1° de julio de 1871, ha contribuido desde entonces al desarrollo de Yucatán y su Zona de Influencia.

 

Las imágenes y grabaciones de colecciones públicas y privadas, ilustran la obra, para lo cuál se contó con el apoyo de la Colección Privada del Cronista Vitalicio de Progreso, el historiador Don Romeo Frías Bobadilla, archivos de la Administración Portuaria, Museo Regional de Antropología (Museo Cantón), Fototeca "Pedro Guerra" de la Universidad Autónoma de Yucatán, así como archivos de la Iniciativa Privada que participa en la actividad portuaria son producto de un trabajo de investigación de poco más de un año.

 

El contenido de ésta obra editorial es fundamental para el conocimiento general del Puerto y sus aportaciones para el desarrollo, comenzando con la formación de la cultura maya y Yucatán desde la Conquista a los albores del Siglo XX, antecedentes históricos de la región geográfica, los procesos sociales, económicos y políticos, Historia de Progreso de Castro, su Actualidad y Perspectivas y su entorno dentro del Sistema Portuario en estos momentos, la Creación de Nueva Infraestructura, Inversiones Privadas, Vinculación del Puerto con su Ciudad, Labor conjunta con el sector Público y Privado, Perspectivas, Fechas de Importancia, así como la mención de Autoridades Portuarias impulsoras del desarrollo e intercambio Comercial, Turístico y Pesquero a nivel Nacional e Internacional.


¿Qué aconseja la moral ante el problema de las drogas?

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La droga no es el problema principal del toxico-dependiente. El consumo de droga es sólo una respuesta falaz a la falta de sentido positivo de la vida. Al centro de la toxico-dependencia se encuentra el hombre, sujeto único e irrepetible, con su interioridad y específica personalidad, objeto del amor de Dios.


¿Por qué se recurre a las drogas?

 

Los motivos personales al origen del consumo de sustancias estupefacientes son muchos. Pero en todos los toxico-dependientes, prescindiendo de la edad y de la frecuencia con que las usan, se constata un motivo constante y fundamental: la ausencia de valores morales y una falta de armonía interior de la persona.

 

Quien hace uso de la droga vive en una condición mental equiparada a una adolescencia interminable. Tal estado de inmadurez tiene origen y se desarrolla en el contexto de una falta de educación. La persona inmadura proviene con frecuencia de familias que no consiguen transmitir los valores, sea por la falta de una adecuada autoridad, sea porque viven en una sociedad «pasiva», con un estilo de vida consumístico y permisivo, secularizado y sin ideales.


¿Cómo es un adicto para la Iglesia?

 

Fundamentalmente el toxico-dependiente es un «enfermo de amor»; no ha conocido el amor; no sabe amar en el modo justo porque no ha sido amado en el modo justo.


¿Por qué muchos jóvenes consumen drogas?

 

Frecuentemente se encuentre en ellos el temor del futuro o en el rechazo de nuevas responsabilidades. El comportamiento de los jóvenes es con frecuencia revelador de un doloroso descontento debido a la falta de confianza y de expectativas frente a estructuras sociales en las cuales ya no se reconocen.

 

¿Les han sido ofrecidos motivos suficientes para esperar en el mañana, para invertir en el presente mirando al futuro, para mantenerse firmes sintiendo como propias las raíces del pasado?


¿Qué tipo de familia favorece el inicio en drogas?

 

El toxico-dependiente viene frecuentemente de una familia que no sabe reaccionar al stress porque es inestable, incompleta o dividida. Hoy van en preocupante aumento las salidas negativas de las crisis matrimoniales y familiares: facilidad de separación y de divorcio, convivencias, incapacidad de ofrecer una educación integral para hacer frente a problemas comunes, falta de diálogo, etc.

Pueden preparar una elección de la droga, el silencio, el miedo de comunicar, la competitividad, el consumismo, el stress como resultado de excesivo trabajo, el egoísmo, etc. En síntesis, una incapacidad de impartir una educación abierta e integral. En muchos casos los hijos se sienten no comprendidos y se encuentran sin el apoyo de la familia. Además, la fe y los valores del sufrimiento, tan importante para la madurez, son presentados como antivalores. Padres no a la altura de su tarea, constituyen una verdadera laguna para la formación del carácter de los hijos.


¿Qué características sociales facilitan la drogadicción?

 

Nuestra época exalta una idea equivocada de libertad que exalta el utilitarismo y el hedonismo, y con ellos el individualismo y el egoísmo. Y así, la referencia a los valores morales y a Dios mismo son cancelados en la sociedad y en la relación entre los hombres. En una sociedad que busca la gratificación inmediata y la propia comodidad a toda costa, en la cual se está más interesado en «tener» que en «ser», se ha perdido el sentido de la vida, y se vacía la persona de su dignidad, llevándola a la frustración y a la vía de la autodestrucción. En una sociedad así descrita, la droga es una fácil e inmediata, pero mentirosa, respuesta a la necesidad humana de satisfacción y de verdadero amor.


¿Qué respuesta ofrece la Iglesia al drogadicto?

 

En su actitud decididamente pastoral la Iglesia se acerca al toxico-dependiente con su radiante concepción de la verdad sobre Cristo, sobre sí misma y sobre el hombre.

 

La propuesta de la Iglesia es un proyecto evangélico sobre el hombre. Anuncia a cuantos viven el drama de la toxico-dependencia y sufren una existencia miserable, el amor de Dios que no quiere la muerte sino la conversión y la vida.

 

Al toxico-dependiente, carente fundamentalmente de amor, hay que hacer conocer y experimentar el amor de Cristo Jesús. En medio de una desazón atormentada, en el vacío profundo de la propia existencia, el itinerario hacia la esperanza pasa por el renacer de un ideal auténtico de vida.

 

Todo esto se manifiesta plenamente en el misterio de la revelación del Señor Jesús. Quien toma sustancias estupefacientes debe saber que, con la gracia de Dios, es capaz de abrirse a quien es «el camino, la verdad y la vida».

 

Puede así comenzar un itinerario de liberación descubriendo que él es imagen de Dios, en la realidad de hijo, que debe crecer en la similitud de la imagen por excelencia que es Cristo mismo.

 

¿Qué ideales hay que proponerle al adicto?

 

Los seguros y nobles ideales necesarios para el crecimiento del toxico-dependiente como sujeto activo son aquellos que responden a la necesidad extrema del hombre de saber si hay un por qué que justifique su existencia terrena.

 

Por este motivo, es necesaria la luz de la Trascendencia y de la Revelación cristiana. La enseñanza de la Iglesia, anclada en la palabra indefectible de Cristo, da una respuesta iluminadora y segura a los interrogantes sobre el sentido de la vida, enseñando a construirla sobre la roca de la certeza doctrinal y sobre la fuerza moral que proviene de la oración y de los sacramentos.

 

La serena convicción de la inmortalidad del alma, de la futura resurrección de los cuerpos y de la responsabilidad eterna de los propios actos es el método más seguro también para prevenir el mal terrible de la droga, para curar y rehabilitar a sus pobres víctimas, para fortalecerlas en la perseverancia y en la firmeza sobre las vías del bien.

 

¿Qué modelo de familia necesitan los adictos?

 

La experiencia de cuantos trabajan con especial competencia en el mundo de la toxico-dependencia (psiquiatras, psicólogos, sociólogos, médicos, asistentes sociales, etc.), confirma en modo unánime que el modelo cristiano de la familia permanece como el punto de referencia prioritario sobre el cual insistir en toda acción de prevención, recuperación e inserción de la vitalidad del individuo en la sociedad.

 

Este modelo radica en el amor auténtico: único, fiel, indisoluble de los cónyuges. Es necesario volver a la concepción cristiana del matrimonio como comunidad de vida y de amor.

 

Desde la primera adolescencia los hijos miran a los padres y a la familia como modelos de vida. La familia, debe regresar a ser el lugar donde ellos puedan tener la experiencia de la unidad que los refuerza en su peculiar personalidad. Las familias deben ser objeto y sujeto de educación en la solidaridad y en el amor-don.

 

La familia, «Iglesia Doméstica», es capaz de afrontar todo a la luz de la Palabra de Dios. Y si Dios ocupa realmente el primer puesto, llega a ser el lugar del crecimiento y de la esperanza pues en ella cada día se reconstruye la vida cristiana con amor, fe, paciencia y oración.

¿Qué hizo Vicente Fox, cómo termina su mandato?

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Algunos comentaristas de  periódico, con ojos sólo para los hechos que sirven para criticar a  Vicente Fox, forman opinión pública negativa: Fox casi no hizo nada, dejó pasar las oportunidades, contaminó el proceso electoral, no se atrevió a hacer valer la ley, se dejó manejar por los Estados Unidos. Sólo vio la economía de los empresarios y quiere engañarnos diciendo que la pobreza es menor que antes.

Si escucha uno  a cualquiera de los secretarios de estado, escuchará testimonios  y datos duros de los logros de esta administración y la comparación muy favorable respecto a  las anteriores, y le explicarán los avances de fondo cuyos resultados se verán después.

Hace daño no conocer lo que si se hizo, hace daño evaluar sin objetividad y sin información al Gobierno Federal con miles de profesionales, muchos de ellos comprometidos en serio con su labor de servidores. Es un hecho que el  ambiente está parcialmente contaminado por quienes escriben por consigna y por otros independientes pero  resentidos contra Vicente Fox.

En su último informe, Vicente Fox no es triunfalista, reconoce fallas y muchos problemas sin resolver  y refleja una madurez política que ciertamente no tuvo al iniciar su mandato. Concluye en escenario en forma similar a la de Zedillo, desde luego con grandes diferencias. Impugnado por sus enemigos, con presencia internacional positiva, con estabilidad económica sin crisis, reconociendo que faltaron muchas cosas por hacer y con un avance real en la democracia pero cuestionado por los que querían otro resultado.

Los anteriores presidentes: Carlos Salinas de Gortari, Miguel de la Madrid, José López Portillo y Luís Echeverría Álvarez, todos ellos terminaron con situación de crisis, con un repudio no sólo de sus enemigos sino de gran parte de la sociedad.

Analizamos el Mensaje del Presidente Vicente Fox, exponemos  nuestro balance: logros, buenos propósitos mal manejados y errores de su gestión de casi seis años, de manera muy sintética:

Logros y aciertos.- Ley de transparencia y acceso a la información pública gubernamental es el logro principal. Hay más libertades ahora que en todo un siglo anterior. Estabilidad económica, con la inflación más baja en 30  años, sin  ninguna crisis y disminución de la deuda externa. Inicio de la corrección del grave problema de pensiones del seguro social, que lo tenía técnicamente quebrado. Mayores recursos a la educación en enciclopedia y becas. Seguro Popular. Aumento de los salarios mínimos por encima de la inflación. Construcción de vivienda social en cantidades similares a  tres sexenio anteriores juntos. Acceso a créditos de las clases medias. Ley del Servicio Profesional de Carrera. Estrategia y método de innovación gubernamental con parámetros de nivel internacional. Programa de oportunidades con amplia cobertura y  aceptación social. Reconocimiento y respeto a la autonomía del Poder Judicial. Aceptación y vivencia del Federalismo a pesar del abuso de la soberanía estatal por parte de quien fuera gobernador de Chihuahua. Respeto a la autonomía del PAN. Posición independiente internacional  a favor de la paz cuando los Estados Unidos tuvieron conflictos bélicos en Medio Oriente.

Propósitos mal manejados.- Insuficiente crecimiento económico y por ende de empleos productivos. Creación de la Secretaría de Seguridad Pública, sin llegar a unificar a las policías federales y sin depuración. Proyecto  de Reformas de la Seguridad y la Justicia, de extraordinario contenido,  poco estudiado y mal "cabildeado por el PAN, saboteado por la PGR, sin respaldo de la Secretaría de Seguridad.   Reconocimiento a la autonomía del Poder Legislativo pero con débil relación, pues confió más en Diego Fernández, la "maestra" y otros del viejo sistema, que en la   operación política de relación, consulta y   cabildeo. No haber cedido a las presiones de Napoleón Gómez  del sindicato minero, pero con pésima intervención en SICARSA.  Reforma fiscal, que abortó como IVA  a medicinas y alimentos. Reforma energética, a la que priistas duros y perredistas calificaron como privatización. Reforma a Ley de Radio y Televisión, impulsada sin verdadera consulta, aunque esto realmente se les debe imputar a los legisladores. Acuerdo Migratorio con Estados Unidos, el Gobierno Mexicano creó demasiadas expectativas unilateralmente, sin considerar la situación norteamericana. La ayuda económica a Chiapas sin ir a las causas de fondo y con una reforma legal que no tuvo suficiente aceptación política, asunto en el que realmente el principal responsable es el gobernador del estado. El apoyo a la democracia en Cuba, con torpezas en la relación con Fidel Castro, quien se lo comió con su malévola astucia...

El combate al Narcotráfico con fallas serias. Preservó gobernabilidad en grado aceptable pero toleró que la Secretaría de la Función Pública no lograra nada eficaz contra "peces gordos" de la corrupción, quienes, como lo expresó Francisco Barrios, "son pillos pero no pendejos", por aquello de que no les pudieron probar nada. Presupuesto transparente del gasto público con las inercias del pasado.

Supuestos errores y fracasos.- Muchos analistas y politólogos consideran dentro de este rublo a la falta de firmeza ante el conflicto que recrearon sus adversarios políticos en San Salvador Atenco y que culminó en cancelar el proyecto del nuevo aeropuerto internacional.  El haber dejado casi intactos a los grupos del viejo sistema político en las instituciones de Seguridad y Justicia. El haberse dejado aconsejar en el proyecto del desafuero a López Obrador por amigos de Salinas de Gortari y enemigos de López Obrador. El intento de que Derbez llegara a la OEA. La relación con el Gobierno del DF, incluyendo la solución al caso Tláhuac. Privilegió  a Santiago Creel en lugar de dejar su responsabilidad al PAN, pero respeto la decisión de su partido. 

Sin embargo cabe decir con honestidad que ha habido una interpretación errónea en algunas de estas cosas, derivada esta por la mala costumbre fabricada durante 7 décadas  de que el presidente en turno intervenía en todo y su voluntad era omnímoda.  Además el centralismo era absoluto, todo se resolvía en Palacio Nacional –después fue en Los Pinos--, desde ahí se quitaban y ponían gobernadores y presidentes municipales, jefes de policía locales, jueces, en fin, todo.  Al ejército se le usaba para reprimir, existía el delito de disolución social, mediante el cual se iba a la cárcel, previa paliza, todo el que alborotaba.  Ya no más esto.  Ahora el ejército ha recuperado su prestigio y la admiración del pueblo, hay plena libertad de pensamiento y de expresión –oral y escrita--, los estados recobraron de hecho su soberanía  --falta que la recuperen en su totalidad los municipios--, en fin caminamos por la senda correcta para lograr la democracia, para que esta sea efectiva y no nada más de discursos demagógicos.

Todo esto resulta muy fácil decirlo pero hacerlo es muy difícil, en esto está empeñado hasta la tozudez Vicente Fox, a costa de quedar como el cohetero, sobre todo porque a la gente le es muy difícil entender esto, pero como no hay mal que dure cien años, siguiendo por la misma ruta finalmente la gente lo entenderá y aprenderá.  

A Fox le endilgan todo, basta leer en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos las atribuciones y responsabilidades del Presidente de la República para entender lo que puede y no puede legalmente hacer.  Muchos todavía no entienden aquella contestación de Fox durante el conflicto que se suscitó entre las televisoras Azteca y Canal 40: ¿Y yo por qué?  ¡Claro! Si el asunto se ventilaba en los Tribunales, o sea en el ámbito del Poder Judicial. Porque, además, ahora ya funcionan con absoluta autonomía los Poderes Legislativo y Judicial.

Viendo las cosas a través del color de este cristal, se verá que Fox ha cumplido satisfactoriamente

 

 


Que no se cansen los buenos

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel


Señor, te pido por los buenos, los justos, los honestos, los misericordiosos. Que no se cansen, que no desesperen, que no se dejen abatir por los golpes de la vida.


Sí, Señor: necesitamos mucho de su ejemplo, de su entrega, de su amor sincero. Te lo pido de corazón: ¡que no se cansen los buenos!


Que no se canse la esposa o el esposo abandonado. Que sepa esperar, que no deje de rezar, que siente el bálsamo de tu consuelo, que tenga fuerzas para dar luz a un hogar que llora la ausencia de alguien muy amado.


Que no se canse el joven que quiere mantenerse virgen, que busca antes el estudio que las diversiones peligrosas, que promete y cumple su palabra, que prefiere suspender a copiar en un examen.


Que no se cansen los padres que ven cómo un hijo entra, poco a poco, en el mundo de la droga, o de la dejadez, o de la desconfianza, o del egoísmo atroz de las sociedades consumistas. Que encuentren palabras de consejo, ayudas y mandatos, para orientar al hijo, para llevarle por el buen camino, para sacarlo del barranco de la muerte.


Que no se canse el hijo que acompaña a su madre anciana, que la lava cada día, que le da de comer, que la lleva de paseo por las tardes, que sufre al verla tan frágil y enferma, tan dependiente en casi todo.


Que no se canse el político que quiere ser honesto, aunque vuelva a perder las elecciones, aunque le calumnien los enemigos, aunque sea criticado por los malos y por los "falsos buenos".


Que no se canse el desempleado: dale fuerzas para buscar de nuevo trabajo. Aunque le repitan una y otra vez que ya no contratan a nadie que tenga más de 40 años, en una sociedad egoísta que se preocupa más por la eficacia aparente que por la justicia verdadera.


Que no se canse el corazón que reza uno y otro día para que le apartes esa tentación molesta, para que le cures un cáncer corrosivo, para que le permitas un poco de holgura económica, para que simplemente le des fuerzas para ser fiel en ese día.


Que no se cansen los religiosos, las religiosas, los sacerdotes jóvenes o ancianos, cuando ven que hay pocas vocaciones, cuando sienten el paso de los años, cuando el demonio les hace pensar que todo el mundo sigue el fácil camino del engaño y la vida cómoda y que el Evangelio quedó como un libro de otros tiempos.


Señor, que no se cansen los buenos. Son ellos luz y fuego, sal y fermento, viento suave lleno de presencias, recuerdo y señal de tu bondad. Ayúdales, Señor, para que estén en pie, como atalayas. Para que nos indiquen el camino que lleva a tu Casa. Para que nos recuerden que Tú, Dios bueno, sigues vivo, activo, fuerte, en medio de un mundo hambriento de esperanzas.


¿Qué nos enseña la Biblia acerca de la reencarnación?

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Una conocida actriz, hace no mucho tiempo, declaraba en el reportaje concedido a una revista: "Yo soy católica, pero creo en la reencarnación. Ya averigüé que ésta es mi tercera vida. Primero fui una princesa egipcia. Luego, una matrona del Imperio Romano. Y ahora me reencarné en actriz".

Resulta, en verdad, asombroso comprobar cómo cada vez es mayor el número de los que, aún siendo católicos, aceptan la reencarnación. Una encuesta realizada en la Argentina por la empresa Gallup reveló que el 33% de los encuestados cree en ella. En Europa, el 40% de la población se adhiere gustoso a esa creencia. Y en el Brasil, nada menos que el 70% de sus habitantes son reencarnacionistas.

Por su parte, el 34% de los católicos, el 29% de los protestantes, y el 20% de los no creyentes, hoy en día la profesan.

La fe en la reencarnación, pues, constituye un fenómeno mundial. Y por tratarse de un artículo de excelente consumo, tanto la radio como la televisión, los diarios, las revistas, y últimamente el cine, se encargan permanentemente de tenerlo entra sus ofertas. Pero ¿por qué esta doctrina seduce a la gente?

¿Qué es la reencarnación?

La reencarnación es la creencia según la cual, al morir una persona, su alma se separa momentáneamente del cuerpo, y después de algún tiempo toma otro cuerpo diferente para volver a nacer en la tierra. Por lo tanto, los hombres pasarían par muchas vidas en este mundo.

¿Y por qué el alma necesita reencarnarse? Porque en una nueva existencia debe pagar los pecados cometidos en la presente vida, o recoger el premio de haber tenido una conducta honesta. El alma está, dicen, en continua evolución. Y las sucesivas reencarnaciones le permiten progresar hasta alcanzar la perfección. Entonces se convierte en un espíritu puro, ya no necesita más reencarnaciones, y se sumerge para siempre en el infinito de la eternidad.

Esta ley ciega, que obliga a reencarnarse en un destino inevitable, es llamada la ley del "karma" (=acto).

Para esta doctrina, el cuerpo no sería más que una túnica caduca y descartable que el alma inmortal teje por necesidad, y que una vez gastada deja de lado para tejer otra.

Existe una forma aún más escalofriante de reencarnacionismo, llamada "metempsicosis", según la cual si uno ha sido muy pecador su alma puede llegar a reencarnarse en un animal, ¡y hasta en una planta!

Las ventajas que brinda

Quienes creen en la reencarnación piensan que ésta ofrece ventajas. En primer lugar, nos concede una segunda (o tercera, o cuarta) oportunidad. Sería injusto arriesgar todo nuestro futuro de una sola vez. Además, angustiaría tener que conformarnos con una sola existencia, a veces mayormente triste y dolorosa. La reencarnación, en cambio, permite empezar de nuevo.

Por otra parte, el tiempo de una sola vida humana no es suficiente para lograr la perfección necesaria. Esta exige un largo aprendizaje, que se va adquiriendo poco a poco. Ni los mejores hombres se encuentran, al momento de morir, en tal estado de perfección. La reencarnación, en cambio, permite alcanzar esa perfección en otros cuerpos.

Finalmente, la reencarnación ayuda a explicar ciertos hechos incomprensibles, como por ejemplo que algunas personas sean más inteligentes que otras, que el dolor esté tan desigualmente repartido entre los hombres, las simpatías o antipatías entre las personas, que algunos matrimonios sean desdichados, o la muerte precoz de los niños. Todo esto se entiende mejor si ellos están pagando deudas o cosechando méritos de vidas anteriores.

Cuando aún no existía

La reencarnación, pues, es una doctrina seductora y atrapante, porque pretende "resolver" cuestiones intrincadas de la vida humana. Además, porque resulta apasionante para la curiosidad del común de la gente descubrir qué personaje famoso fue uno mismo en la antigüedad. Esta expectativa ayuda, de algún modo, a olvidar nuestra vida intrascendente, y a evadirnos de la existencia gris y rutinaria en la que estamos a veces sumergidos. Pero ¿cómo nació la creencia en la reencarnación?

Las más antiguas civilizaciones que existieron, como la sumeria, egipcia, china y persa, no la conocieron. El enorme esfuerzo que dedicaron a la edificación de pirámides, tumbas y demás construcciones funerarias, demuestra que creían en una sola existencia terrestre. Si hubieran pensado que el difunto volvería a reencarnarse en otro, no habrían hecho el colosal derroche de templos y otros objetos decorativos con que lo preparaban para su vida en el más allá.

Por qué apareció

La primera vez que aparece la idea de la reencarnación es en la India, en el siglo VII a.C. Aquellos hombres primitivos, muy ligados aún a la mentalidad agrícola, veían que todas las cosas en la naturaleza, luego de cumplir su ciclo, retornaban. Así, el sol salía por la mañana, se ponía en la tarde, y luego volvía a salir. La luna llena decrecía, pero regresaba siempre a su plena redondez. Las estrellas repetían las mismas fases y etapas cada año. Las estaciones del verano y el invierno se iban y volvían puntualmente. Los campos, las flores, las inundaciones, todo tenía un movimiento circular, de eterno retorno. La vida entera parecía hecha de ciclos que se repetían eternamente.

Esta constatación llevó a pensar que también el hombre, al morir, debía otra vez regresar a la tierra. Pero como veían que el cuerpo del difundo se descomponía, imaginaron que era el alma la que volvía a tomar un nuevo cuerpo para seguir viviendo.

Con el tiempo, aprovecharon esta creencia para aclarar también ciertas cuestiones vitales (como las desigualdades humanas, antes mencionadas), que de otro modo les resultaban inexplicables para la incipiente y precaria mentalidad de aquella época.

Cuando apareció el Budismo en la India, en el siglo V a.C., adoptó la creencia en la reencarnación. Y por él se extendió en la China, Japón, el Tíbet, y más tarde en Grecia y Roma. Y así, penetró también en otras religiones, que la asumieron entre los elementos básicos de su fe.

Ya Job no lo creía

Pero los judíos jamás quisieron aceptar la idea de una reencarnación, y en sus escritos la rechazaron absolutamente. Por ejemplo, el Salmo 39, que es una meditación sobre la brevedad de la vida, dice: "Señor, no me mires con enojo, para que pueda alegrarme, antes de que me vaya y ya no exista más" (v.14).

También el pobre Job, en medio de su terrible enfermedad, le suplica a Dios, a quien creía culpable de su sufrimiento: "Apártate de mí. Así podré sonreír un poco, antes de que me vaya para no volver, a la región de las tinieblas y de las sombras" (10,21.22).

Y un libro más moderno, el de la Sabiduría, enseña : "El hombre, en su maldad, puede quitar la vida, es cierto; pero no puede hacer volver al espíritu que se fue, ni liberar el alma arrebatada por la muerte'' (16,14).

Tampoco el rey David

La creencia de que nacemos una sola vez, aparece igualmente en dos episodios de la vida del rey David. El primero, cuando una mujer, en una audiencia concedida, le hace reflexionar: "Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse" (2 Sm 14,14).

El segundo, cuando al morir el hijo del monarca exclama: "Mientras el niño vivía, yo ayunaba y lloraba. Pero ahora que está muerto ¿para qué voy a ayunar? ¿Acaso podré hacerlo volver? Yo iré hacia él, pero él no volverá hacia mí" (2 Sm 12,22.23).

Vemos, entonces, que en el Antiguo Testamento, y aún cuando no se conocía la idea de la resurrección, ya se sabía al menos que de la muerte no se vuelve nunca más a la tierra.

La irrupción de la novedad

Pero fue en el año 200 a. C. cuando se iluminó para siempre el tema del más allá. En esa época entró en el pueblo judío la fe en la resurrección, y quedó definitivamente descartada la posibilidad de la reencarnación.

Según esta novedosa creencia, al morir una persona, recupera la vida inmediatamente. Pero no en la tierra, sino en otra dimensión llamada "la eternidad". Y comienza a vivir una vida distinta, sin límites de tiempo ni espacio. Una vida que ya no puede morir más. Es la denominada Vida Eterna.

Esta enseñanza aparece por primera vez, en la Biblia, en el libro de Daniel. Allí, un ángel le revela este gran secreto: "La multitud de los que duermen en la tumba se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la vergüenza y el horror eterno" (12,2). Por lo tanto, queda claro que el paso que sigue inmediatamente a la muerte es la Vida Eterna, la cual será dichosa para los buenos y dolorosa para los pecadores. Pero será eterna.

La segunda vez que la encontramos, es en un relato en el que el rey Antíoco IV de Siria tortura a siete hermanos judíos para obligarlos a abandonar su fe. Mientras moría el segundo, dijo al rey: "Tú nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros nos resucitará a una vida eterna" (2 Mac 7,9). Y al morir el séptimo exclamó: "Mis hermanos, después de haber soportado una corta pena, gozan ahora de la vida eterna" (2 Mac 7,36).

Para el Antiguo Testamento, pues, resulta imposible volver a la vida terrena después de morir. Por más breve y dolorosa que haya sido la existencia humana, luego de la muerte comienza la resurrección.

Ahora lo dice Jesús

Jesucristo, con su autoridad de Hijo de Dios, confirmó oficialmente esta doctrina. Con la parábola del rico Epulón (Lc 16,19.31), contó cómo al morir un pobre mendigo llamado Lázaro los ángeles lo llevaron inmediatamente al cielo. Por aquellos días murió también un hombre rico e insensible, y fue llevado al infierno para ser atormentado por el fuego de las llamas.

No dijo Jesús que a este hombre rico le correspondiera reencarnarse para purgar sus numerosos pecados en la tierra. Al contrario, la parábola explica que por haber utilizado injustamente los muchos bienes que había recibido en la tierra, debía "ahora" (es decir, en el más allá, en la vida eterna, y no en la tierra) pagar sus culpas (v.25). El rico, desesperado, suplica que le permitan a Lázaro volver a la tierra (o sea, que se reencarne) porque tiene cinco hermanos tan pecadores como él, a fin de advertirles lo que les espera si no cambian de vida (v.27.28). Pero le contestan que no es posible, porque entre este mundo y el otro hay un abismo que nadie puede atravesar (v.26).

La angustia del rico condenado le viene, justamente, al confirmar que sus hermanos también tienen una sola vida para vivir, una única posibilidad, una única oportunidad para darle sentido a la existencia.

La suerte del buen ladrón

Cuando Jesús moría en la cruz, cuenta el Evangelio que uno de los ladrones crucificado a su lado le pidió: "Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu reino". Si Jesús hubiera admitido la posibilidad de la reencarnación, tendría que haberle dicho: "Ten paciencia, tus crímenes son muchos; debes pasar por varias reencarnaciones hasta purificarte completamente". Pero su respuesta fue: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23,43).

Si "hoy" iba a estar en el Paraíso, es porque nunca más podía volver a nacer en este mundo. San Pablo también rechaza la reencarnación. En efecto, al escribir a los filipenses les dice: "Me siento apremiado por los dos lados. Por una parte, quisiera morir para estar ya con Cristo. Pero por otra, es más necesario para ustedes que yo me quede aún en este mundo" (1,23.24). Si hubiera creído posible la reencarnación, inútiles habrían sido sus deseos de morir, ya que volvería a encontrarse con la frustración de una nueva vida terrenal. Una total incoherencia

Y explicando a los corintios lo que sucede el día de nuestra muerte, les dice: "En la resurrección de los muertos, se entierra un cuerpo corruptible y resucita uno incorruptible, se entierra un cuerpo humillado y resucita uno glorioso, se entierra un cuerpo débil y resucita uno fuerte, se entierra un cuerpo material y resucita uno espiritual (1 Cor 15,42.44).

¿Puede, entonces, un cristiano creer en la reencarnación? Queda claro que no. La idea de tomar otro cuerpo y regresar a la tierra después de la muerte es absolutamente incompatible con las enseñanzas de la Biblia. La afirmación bíblica más contundente y lapidaria de que la reencarnación es insostenible, la trae la carta a los Hebreos: "Está establecido que los hombres mueren una sola vez, y después viene el juicio" (9,27).

Invitación a la irresponsabilidad

Pero no sólo las Sagradas Escrituras impiden creer en la reencarnación, sino también el sentido común. En efecto, que ella explique las simpatías y antipatías entre las personas, los desentendimientos de los matrimonios, las desigualdades en la inteligencia de la gente, o las muertes precoces, ya no es aceptado seriamente por nadie. La moderna psicología ha ayudado a aclarar, de manera científica y concluyente, el porqué de éstas y otras manifestaciones extrañas de la personalidad humana, sin imponer a nadie la creencia en la reencarnación.

La reencarnación, por lo tanto, es una doctrina estéril, incompatible con la fe cristiana, propia de una mentalidad primitiva, destructora de la esperanza en la otra vida, inútil para dar respuestas a los enigmas de la vida, y lo que es peor, peligrosa por ser una invitación a la irresponsabilidad. En efecto, si uno cree que va a tener varias vidas más, además de ésta, no se hará mucho problema sobre la vida presente, ni pondrá gran empeño en lo que hace, ni le importará demasiado su obrar. Total, siempre pensará que le aguardan otras reencarnaciones para mejorar la desidia de ésta.

Solamente una vez

Pero si uno sabe que el milagro de existir no se repetirá, que tiene sólo esta vida para cumplir sus sueños, sólo estos años para realizarse, sólo estos días y estas noches para ser feliz con las personas que ama, entonces se cuidará muy bien de maltratar el tiempo, de perderlo en trivialidades, de desperdiciar las oportunidades. Vivirá cada minuto con intensidad, pondrá lo mejor de sí en cada encuentro, y no permitirá que se le escape ninguna coyuntura que la vida le ofrezca. Sabe que no retornarán.

El hombre, a lo largo de su vida, trabaja un promedio de 136.000 horas; duerme otras 210.000; come 3.360 kilos de pan, 24.360 huevos y 8.900 kilos de verdura; usa 507 tubos de dentífrico; se somete a 3 intervenciones quirúrgicas; se afeita 18.250 veces; se lava las manos otras 89.000; se suena la nariz 14.080 veces; se anuda la corbata en 52.000 oportunidades, y respira unos 500 millones de veces.

Pero absolutamente todo hombre, creyente o no, muere una vez y sólo una vez. Antes de que caiga el telón de la vida, Dios nos regala el único tiempo que tendremos, para llenarlo con las mejores obras de amor de cada día.


¿Qué tienes para ofrecerle a Dios?

 

Querien Vangal

 

 

Nuestro tiempo, nuestra inteligencia, nuestro esfuerzo, nuestros talentos, nuestro dinero, nuestra salud y vitalidad, nuestro amor. ¿Acaso algo de esto es nuestro? No, nada, absolutamente nada. Todo es de Dios, proviene de Dios. Nosotros mismos no somos nada, sin Dios. No perduramos un instante sin Su Voluntad de que sigamos vivos. Pongámoslo en claro, si Dios no contuviera la acción del mal sobre nosotros bajo la forma de enfermedad y penurias de todo tipo, pues nada seríamos. Todo lo que tenemos pertenece a Dios, que es el Creador y Único dueño de todo lo que vemos, de todo lo que somos.

 

De este modo, la pregunta en realidad debiera ser ¿Qué tienes para devolverle a Dios? Porque de El provienen todas las Gracias, materiales y espirituales, todo lo bueno que somos o tenemos. Cuando desarrollamos un talento, con esfuerzo, no hacemos más que sacar a la luz algo que Dios puso en nosotros mismos, como potencial. Cuando tenemos éxito laboral o profesional, y acumulamos dinero y bienes, gozamos de la Gracia de Dios que recompensa de éste modo el trabajo digno, bien hecho, con honestidad. Cuando caminamos y vivimos lozanamente, con salud y vitalidad, gozamos de la bondad del Señor que quiere que seamos parte de la maravillosa obra que El creó, en armonía y perfección.

 

Y sin embargo, qué miserables que somos. Empezando con nuestro tiempo: lo desperdiciamos en mil cosas vanas, como reuniones sociales, o simple distracción frente a un televisor o una revista. Y cuando dedicamos un minuto a nuestro Jesús, nos sentimos como si El hubiera arrancado una parte importante de nuestra vida. Medimos cada minuto que dedicamos a Dios, ya sea a través de la caridad y ayuda a los demás, como a la oración, o a estudiar y crecer en el conocimiento de Sus cosas. Y humanamente nos ufanamos de lo hecho, queremos crédito y reconocimiento, como si Jesús no mereciera le donemos toda nuestra vida, en agradecimiento por tanto amor recibido.

 

También somos miserables con nuestro dinero: lo malgastamos en mil cosas vanas, ropas, salidas, cigarrillos, artefactos electrónicos de la más moderna y reciente tecnología, adornos y construcciones pasajeras. Mientras tanto, si ponemos un peso en la caridad lo miramos como si fuera un millón. ¡Cómo voy a poner tanto! No medimos con la misma vara el dinero que derrochamos, que el que donamos al Señor y a Sus hermanos, los que lo necesitan. Cuando viene a nuestra alma la idea de hacer alguna obra de caridad, estalla la pregunta en nuestro interior: ¿cómo voy a gastar tanto? Las dudas afloran de inmediato: mi esposo jamás justificaría que regale este dinero, mientras compramos ropas y zapatos carísimos sin musitar, o gastamos nuestro dinero en costosos cortes o teñidos de cabello. O también: mi esposa pensará que estoy loco si derrocho este dinero en obras de caridad, mientras fumamos como sapos o compramos finos zapatos o ropas sport. ¡Que grandes miserias anidan en nuestra alma!

 

Y nuestro esfuerzo: no somos capaces de dedicar nuestro sudor a ayudar a tantos niños necesitados, pero sí a nuestros propios hijos, por los que damos todo. Para unos si, para otros no. Un regalo de Navidad, un juguete, es para nuestros hijos la obligación de que sea lo mejor. Para otros niños pobres y humildes, con algo hecho o comprado así nomás, es suficiente. ¿Qué saben estos niños, de todos modos, de lo que es bueno, de lo que es perfecto o costoso? Ponernos a trabajar, para dar algo bueno a los demás, parece tiempo y esfuerzo desperdiciado. ¿Cómo voy a perderme tantas horas, o noches hasta tarde, si estoy tan ocupado u ocupada? Quizás pienso esto, mientras contamino mi alma mirando televisión o caminando por decimonovena vez por el corredor del mismo shopping mall.

 

¿Qué puedo devolverle al Señor, de todo lo que El me ha dado? Esa es la pregunta. No sólo de lo que nos sobre, sino de aquello que nos cuesta, de lo que no tenemos en abundancia. Nos debiera dar vergüenza el tener tanto pero tanto, comparado con otros, y disfrutarlo sin más. Sin pensar en agradecer, en devolver, en compartir. ¡Qué egoístas que somos! El Señor sufre con nuestros corazones que están tan cerrados. Miremos hacia arriba, hacia el Cielo, y veamos Sus Ojos húmedos, que suplicantes nos piden:

 

Dame tu amor, dáselo a los que no tienen, comparte Mis Gracias, sé un ejemplo de Mi infinita Bondad, Mi entrega, Mi Misericordia. ¿Acaso no ves cómo te amo?


Quejas sin sustento

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Son 50 mil casillas, que abarcan los 300 distritos electorales, las impugnadas por la coalición Por el Bien de Todos. Se trata del último recurso legal de la alianza encabezada por el PRD que intenta revertir el resultado de la elección presidencial, en el que se incluyeron denuncias por iniquidad, uso de recursos públicos en favor del Candidato panista, intervención del Presidente de la República y hasta la presunta participación de la empresa Hildebrando.

Pero las pruebas presentadas por los representantes de la Coalición son un simple "montaje", como aseguró el secretario general adjunto del CEN del PAN, César Nava Vázquez, en conferencia de prensa el pasado 11 de julio, quien refutó las presuntas evidencias presentadas por Andrés Manuel López Obrador.

Para Javier Arriaga Sánchez, director jurídico del CEN del PAN y responsable de la defensa legal de la votación del pasado 2 de julio a favor de Felipe Calderón, el triunfo del panista fue claro y contundente.

Los medios de comunicación informaron el 10 de julio de dos videos presentados por el Candidato perredista como supuestas evidencias de irregularidades.

En uno de ellos se pretendía probar la introducción ilegal de boletas electorales en una casilla de Salamanca, Guanajuato.

En la grabación se observa a una persona meter un conjunto de boletas a la urna. López Obrador afirmó el lunes 10 de julio que eso era evidencia del conocido "embarazo" de urnas.

Lo que no dijo el perredista es que la persona que se ve en el video es Juan Gilberto Castro Razo, presidente de la casilla 2227 básica, quien depositaba en la urna correcta --frente a todos y a la cámara de grabación-- las boletas para la elección de diputados que por equivocación algunos ciudadanos introdujeron en la urna de Presidente de la República.

Se trató de un procedimiento previsto en la ley y que, además, contó con el visto bueno de todos los re-presentantes de casilla, incluyendo a Juliana Barrón Vallejo, por parte de la coalición formada por el PRD, PT y Convergencia.

Incluso, la 2227 fue de las casillas sobre las cuales no se pidió la apertura de los paquetes electorales por parte de los representantes de la Coalición por el Bien de Todos durante el cómputo de actas del IFE en ese comité distrital.

"Esto echa por tierra el argumento del señor López Obrador", puntualizó César Nava Vázquez, quien afirmó que Acción Nacional tiene plena confianza en los magistrados que integran el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y que el Partido no permitirá que López Obrador "eche la elección al bote de basura.

"Estamos en manos de un tribunal confiable, que a lo largo de 10 años ha dado muestras de profesionalismo, independencia e imparcialidad", completó el vocero del PAN.

En entrevista, el director Jurídico del CEN, Javier Arriaga Sánchez, explicó que como parte de la estrategia del PAN se realizará un análisis casilla por casilla para reunir los argumentos que desbaraten la táctica del PRD, ya que dicho partido buscará supuestos de nulidad por casilla para intentar derrumbar la victoria panista.

Cierto de que el resultado electoral es irreversible, Arriaga Sánchez aseguró que los integrantes de la coalición buscarán por todos los medios anular, en primera instancia, casillas en las que haya ganado el Candidato panista. "Esa va a ser su principal línea", advirtió.

De la posibilidad de errores numéricos (confundir un número con otro, no escribirlo bien, etcétera) se desprende la exigencia perredista de abrir los paquetes electorales para contar voto por voto, sólo que, como anotó el Director Jurídico del CEN, en toda elección es normal que se presenten este tipo de descuidos cuando resultan menores.

"Ellos pretenden sostener su impugnación en el faltante o sobrante de una sola boleta a la hora de sumar todos los votos. Querer abrir un paquete por esto es totalmente ilegal, especialmente si todos los datos coinciden en las actas en poder de las autoridades electorales y partidos políticos. Aún así, ésta será su principal apuesta", señaló Javier Arriaga.

Añadió que en las juntas distritales del IFE se realizó una primera depuración de los paquetes electorales que mostraban errores evidentes, lo cual fue notorio en el conteo de actas del pasado 5 de julio, cuando se abrieron una gran cantidad de paquetes y eso no modificó la ventaja de Felipe Calderón.

Los criterios que ha dictado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación indican que no se puede abrir paquetes electorales de forma indiscriminada. "Este argumento no tiene sustento, la ley marca con claridad cuáles son los casos" en que esta solicitud es viable.

En caso de que este primer intento no prosperara, como se prevé por la falta de sustento, la coalición Por el Bien de Todos buscará la reina de las anulaciones: la nulidad abstracta.  No hay antecedentes jurídicos en casos como éste; sería la primera vez que en México se impugnara en su conjunto una elección presidencial.

Arriaga recordó que Acción Nacional ya ha participado en procesos electorales competidos, como los de gobernador en Sonora en 2003, en Oaxaca y Veracruz en 2004, en los que la diferencia entre el ganador y el segundo lugar --en los tres casos a favor del PRI-- fue de aproximadamente un punto porcentual.

Hizo notar que el Tribunal Electoral no "echará un volado" para decidir si abre o no los paquetes, por lo que los integrantes de la Coalición recurrirán a la causa de nulidad abstracta.

Aseguró que Acción Nacional cuenta con todos los instrumentos jurídicos para defender exitosamente la victoria de Felipe Calderón. Incluso, el Partido presentó impugnaciones en alrededor de 500 casillas, en algunas de las cuales el PRD ganó y el PAN no obtuvo ni un solo voto.

 


"Quien a hierro mata…"

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel



Huerta: brindis por la traición

Quienes conocieron a Victoria Huerta contaban que "su cerebro se encontraba siempre entenebrecido por el alcohol". Era un militar ambicioso, con la frialdad necesaria para exterminar --sin cargo de conciencia-- a los mayas de Yucatán como en 1901, arrasar con los pueblos de Morelos cazando zapatistas en 1911 o eliminar a sus enemigos políticos.

Hombre cuya única virtud era estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, al sobrevenir la Decena Trágica esperó pacientemente a que las circunstancias lo favorecieran. Cuando tuvo en sus manos el destino de Madero --como jefe de la guarnición de la plaza-- y el de los sublevados --a quienes tenía sitiados en la Ciudadela--, dio paso a la traición: entró en arreglos con los militares golpistas, ordenó la aprehensión del presidente Madero y celebró con una botella de coñac. Días después ordenó su asesinato.

A duras penas Huerta pudo sostenerse en el poder 17 meses. Con el avance de la revolución constitucionalista huyó del país en julio de 1914. A mediados del año siguiente intentó organizar un movimiento rebelde pero fracasó. Rebasaba ya los sesenta años y su salud estaba quebrantada por el alcoholismo. Acusado de violar las leyes de neutralidad en Estados Unidos fue recluido en Fort Bliss, Texas. Humillado por los estadounidenses y atormentado por el delirium tremens, el alcohol acabó con su hígado y falleció el 13 de enero de 1916. A su trágico fin le seguiría el de sus compañeros de traición: Aureliano Blanquet, Manuel Mondragón, Francisco Cárdenas y Félix Díaz.

 

Blanquet: un tiro de gracia

Sólo unos días antes del inicio de la Decena Trágica, el general Aureliano Blanquet lanzó una "patriótica" proclama en Toluca defendiendo al gobierno maderista y llamando al orden a los grupos rebeldes. En sus palabras parecía asomar su agradecimiento al presidente por haber recibido de sus manos la banda de general de brigada en diciembre de 1911:

"Malas inteligencias nos han extraviado al extremo de suponer un mal gobierno en el legítimamente emanado del pueblo, ese gobierno sintetiza la legalidad y esto obliga al Ejército Nacional a honrarse sosteniéndolo enérgicamente o a morir por él y es deber de todo mexicano, sostener ese mismo gobierno, que para nosotros representa la legalidad más pura".

Pero Blanquet no estaba dispuesto ni a honrar al ejército ni a morir por el gobierno ni a respetar la legalidad. El 18 de febrero de 1913 se encargó personalmente de la aprehensión de Madero -no obstante que estaba encargado de velar por su seguridad. Ante las enérgicas palabras del presidente: "¡Es usted un traidor!", Blanquet bajó la mirada y sólo respondió: "Es usted mi prisionero". Horas después fue ascendido a general de división. En México la traición siempre ha sido bien recompensada.

Poco le duró el gusto al flamante general y en los meses siguientes demostró su incapacidad y falta de talento militar para frenar a los constitucionalistas. Como el resto de los traidores, al sobrevenir la derrota del huertismo puso "pies en polvorosa" y se refugió en Cuba. En 1919 regresó con nuevos bríos para sumarse a una más de las revueltas encabezadas por su viejo amigo, el eterno perdedor, Félix Díaz.

Sin embargo, la fortuna que le sonrío en febrero de 1913, le dio la espalda. Perseguido por las tropas del general Guadalupe Sánchez y temeroso de caer en manos de sus enemigos, el 15 de abril se encontró de frente con la muerte al despeñarse en una barranca de la sierra veracruzana. Los carrancistas recuperaron su cadáver --en cuyo rostro se reflejaba el más puro terror-- y con la misma precisión con la que en 1867, Blanquet le diera el tiro de gracia a Maximiliano, le cortaron la cabeza y por unos días fue exhibida, como trofeo de guerra, en el hermoso puerto de Veracruz.

 

Mondragón: 30 monedas de oro

Su odio al régimen de Madero provenía de la imposibilidad de seguir enriqueciéndose a costa del ejército. Como jefe del Departamento de Artillería, durante el porfiriato Manuel Mondragón se había hecho de una buena fortuna adquiriendo armamento en el extranjero. Durante años se sirvió con la cuchara grande al solicitar a las casas proveedoras que aumentaran un porcentaje al precio de cada pieza de artillería adquirida por el gobierno mexicano el cual iba directo a su bolsillo.

Mondragón liberó a Félix Díaz y a Bernardo Reyes al iniciar la Decena Trágica el domingo 9 de febrero de 1913 y se encargó del bombardeo a Palacio Nacional desde la Ciudadela -con un certero disparo destrozó la puerta mariana de la vieja construcción. El día 18 se embriagó con la sangre de Gustavo Madero: sin ningún empacho permitió a sus hombres asesinarlo brutalmente y de paso fusilar al intendente del Palacio, Adolfo Bassó. En la bayoneta que le arrancó el ojo sano al hermano del presidente, estaba grabado su odio al maderismo.

Huerta le dio coba a Mondragón designándolo ministro de Guerra y Marina. Desde su nuevo cargo, el general volvió a las andadas: intentó recuperar su viejo modus vivendi incrementando su fortuna a la sombra de los negocios públicos. Pero Victoriano se deshizo de su ministro en julio de 1913 --culpándolo por la derrota del ejército federal en Zacatecas-- y Mondragón partió al exilio y no volvió a México.

Una tuberculosis estomacal lo llevó lenta, muy lentamente a la muerte. Terribles dolores lo asaltaron durante sus últimos días de vida y entre delirios, fantasmas y demonios de su conciencia, finalmente expiró el 28 de septiembre de 1922 en San Sebastián, España. De la corrupta forma de incrementar su fortuna a lo largo de su vida, el poeta José Santos Chocano, expresó que sólo era "la multiplicación histórica de las treinta monedas de Judas".

 

 

 

Cárdenas: a sangre fría

Tenía quince años sirviendo en el Cuerpo de rurales y el 21 de febrero de 1913 solicitó al nuevo gobierno su traslado e incorporación al ejército federal. Huerta y Blanquet lo recibieron con los brazos abiertos: en su hoja de aptitudes el mayor Francisco Cárdenas estaba definido como "apto para desempeñar las comisiones del servicio que se le confían". Era el hombre indicado para asignarle una delicada tarea.

La noche del 22 de febrero, Cárdenas condujo a Madero a la penitenciaría. El mayor bajó al ex-presidente en la parte posterior de la penitenciaría y sin atreverse a mirarlo de frente, pero con toda la sangre fría, le disparó dos tiros en la cabeza. La orden estaba cumplida.

Cuatro días después, la Secretaría de Guerra dio respuesta a su petición señalando que no existían "antecedentes del solicitante", pero como estaba a las órdenes de Blanquet y había prestado recientemente "buenos servicios" era conveniente que se le premiara. Cárdenas se incorporó felizmente al Ejército Federal y al año siguiente ya era general. Con la caída de Huerta salió del país. En 1920, bajo la presidencia de Adolfo de la Huerta, fue dado de baja del Ejército nacional "por indigno de pertenecer a él". El asesino de Madero vería el fin de sus días en Guatemala.

"En cuanto la Legación de México pidió la extradición de tal personaje dantesco --escribió Santos Chocano--, la oligarquía guatemalteca resolvió concederla. Cárdenas se dio a la fuga, pero fue detenido. En plena Plaza de Armas de Guatemala, logró desasirse de quienes los conducían y sacando presuroso el revólver que lograra retener escondido, supo valerosamente ponerle fin a su vida, con un disparo. En la eternidad, Dante lo recibió, y lo condujo de la mano, como a un personaje propio, hacia su infierno. En el camino, el alma del suicida se encontró con la de Madero, que, apiadado dejó caer en la noche eterna tres palabras que se volvieron tres estrellas: 'Yo te perdono'".

 

Félix Díaz: el sobrino de su tío

Murió en su cama, apaciblemente, cuando el tiempo reclamó su cuerpo. El 9 de julio de 1945 se entregó a los brazos de la muerte asolado por la frustración. Vivió creyendo que con el apellido Díaz, la Patria entera se postraría a sus pies. Estaba equivocado.

Félix Díaz fue un soldado mediocre. Intentó rebelarse tantas veces como pudo y fracasó una y otra vez. Ni siquiera la caída de Madero se debió a su talento --por demás escaso--, había sido Huerta quien manejó los hilos de la política y al final se quedó con el poder.

La sombra de Porfirio Díaz lo persiguió toda su vida. No heredó ni el carisma ni la autoridad ni la inteligencia para dar el golpe en el momento adecuado. Santos Chocano lo definió soberbiamente: "La mentecatez, que es siempre audaz como la ignorancia, guía los pasos de un señor Félix Díaz que a título de sobrino del famoso Porfirio, se cree ungido por los hados para continuar la dinastía y prestarse a hacer un papel secundario y ramplón".

Con su muerte, desapareció el último de los traidores. Lentamente habían sido devorados por la inercia de su traición.


Quien fue Miguel Barragán

 

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

Se encontró con la silla presidencial de manera fortuita. Nadie esperaba que don Antonio López de Santa Anna se hastiara del poder y prefiriera retirarse a su hacienda de Manga de Clavo a pensar en glorias futuras bajo la fresca sombra de las palmeras. Antes de partir rumbo a su edén, Santa Anna logró que el Congreso designara presidente interino a don Miguel Barragán.

Hombre elegante, de modales refinados y amplia cultura, su gobierno fue fugaz --apenas un año y tres meses--, pero suficiente para mostrar su caridad cristiana y "hacer prácticos sus sentimientos humanitarios". Al ocupar la presidencia, don Miguel gozaba de una excelente reputación ganada en los terrenos del patriotismo y en su lealtad a los principios republicanos.

Educado en la carrera de las armas había formado parte del ejército Trigarante pero a diferencia de muchos otros, no fue seducido por el imperio de Iturbide. Su sistemática oposición al oropel de la monarquía no le otorgó más alternativa que la prisión, y las cárceles de la Perpetua --en otros tiempos propiedad de la Inquisición-- fueron su residencia hasta el establecimiento de la República en 1824.

Testigo de la consumación de la independencia en septiembre de 1821, don Miguel repitió la escena desatando por completo y para siempre, el nudo colonial en 1825. Como gobernador y comandante de Veracruz, "fue el caudillo --escribió Manuel Rivera Cambas-- que puso la gloriosa bandera de la independencia mexicana en el último atrincheramiento del sistema colonial": el fuerte de San Juan de Ulúa.

Envanecido por su patriótica hazaña, en 1827 secundó una fallida rebelión y tuvo que probar el amargo sabor del destierro. Sin embargo, los servicios prestados a la causa de la independencia fueron suficientes para recibir la amnistía de Vicente Guerrero y el nombramiento de comandante general de Jalisco en 1829.

Como presidente se le reconocía por sus maneras caballerosas y mostrada probidad en la administración pública. Coherente con su profunda religiosidad, era común observarlo otorgando de su bolsillo alguna ayuda a viudas, enfermos e inválidos, haciendo caridad y asistiendo a un sinnúmero de celebraciones religiosas. Durante su gobierno, la república dejó atrás el federalismo y transitó hacia el centralismo. Y fue el primero en tomar las providencias para hacer frente a la rebelión de los tejanos que luchaban por su independencia.

En marzo de 1836, don Miguel se encontraba atendiendo los asuntos de la guerra de Texas cuando una terrible enfermedad se apoderó de su persona. "Apenas se esparció la noticia sobre el riesgo que corría --escribió Rivera Cambas--, la multitud acudió a Palacio a informarse de su salud... y rogaban a Dios de corazón, prolongase la vida de un individuo que era amparo de los desvalidos". Pero todo fue inútil, la terrible fiebre pútrida puso fin a su existencia.

Era la primera vez que un presidente mexicano moría en ejercicio de sus funciones. La sociedad estaba conmocionada. "El difunto Presidente vestía riguroso uniforme --escribió Guillermo Prieto--; a su semblante le había comunicado animación el artificio y parecía que sus ojos de esmalte imponían silencio y ordenaban recogimiento religioso a la concurrencia. Sus ayudantes, con sus espadas desnudas, le custodiaban como estatuas de sombrero de tres picos, charreteras y bota fuerte. Aquel era el primer espectáculo de su género que veía México independiente".

Algo tendría de excéntrico don Miguel, que como última voluntad pidió que su cuerpo fuera dividido y conducido a los lugares donde había escrito la historia de su vida: "Fue distribuido su cadáver en varios lugares de la República, una parte quedó sepultada en la Catedral de México y los ojos en el Valle del Maíz, estado de San Luis Potosí donde nació, el corazón en Guadalajara, donde había sido comandante general; las entrañas en la colegiata de Guadalupe y en la capilla del señor de Santa Teresa, en testimonio de su devoción a estas imágenes y la lengua en San Juan de Ulúa, en recuerdo de haber tomado posesión de la fortaleza al rendirse los españoles en 1825".

Para don Miguel y su familia, la "austeridad republicana" no era una frase retórica. Fue una forma de vida. Al morir, su hija tuvo que ganarse la vida estableciendo un modesto expendio de tabacos. La única herencia que le había dejado su padre era de orden moral: la honestidad.


¿Quién fue Victoriano Huerta?

Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

 

Su ingreso al Colegio Militar fue producto de la casualidad. En mayo de 1869 el general Donato Guerra se presentó en el pueblo de Colotlán, Jalisco y entre la muchedumbre pidió un voluntario que supiera leer y escribir. El joven Victoriano Huerta (1854-1916) dio un paso al frente y minutos después tuvieron una larga conversación. Al término de la jornada ya era su asistente y secretario personal; semanas más tarde, con la intervención del presidente Benito Juárez ingresó al Colegio Militar.

El sentido de oportunidad parecía una virtud inherente a él: la mayor parte de su vida estaría en el lugar y en el momento adecuados, siempre sacando el mejor partido. "De los indios que se educan como usted, la patria espera mucho" –expresó Juárez durante una visita que realizó al plantel de Chapultepec. Victoriano no hizo gesto alguno, sólo agradeció el saludo.

De inteligencia "despierta y ambiciosa" y con la tenacidad propia de su raza, Huerta cursó sus estudios militares y fue uno de los mejores alumnos de su generación, incluso por encima de cadetes con recursos, con educación previa en el extranjero o provenientes de familias ricas.

Huerta fue una pieza fundamental en la pax porfiriana. Combatió a los yaquis en Sonora; sofocó varias rebeliones en el estado de Guerrero y en 1901 aniquiló la resistencia de los indios mayas en Chan Santa Cruz, Yucatán. Sus procedimientos autoritarios, la quemazón de pueblos enteros, y el fusilamiento de rebeldes pronto le ganaron la reputación de un "animal sediento de sangre".

En la década de 1890, el destino lo colocó nuevamente en el lugar adecuado. Conoció al entonces coronel Bernardo Reyes -una especie de Porfirio Díaz del estado de Nuevo León-, con quien inició estrecha relación. A instancias del "procónsul del norte" como se le conocía, Huerta se incorporó a la guarnición de Monterrey en 1905 y durante cuatro años se hizo cargo de la Jefatura de Obras Públicas del estado.

Con la agitación política desatada por la sucesión presidencial, en 1909 Huerta le apostó a su gallo Bernardo Reyes. Su popularidad era inmensa, lo suficiente para pelear por la vicepresidencia de la república frente a Ramón Corral -representante del grupo científico- e incluso para buscar de manera independiente la silla presidencial. El procónsul del norte, sin embargo, no quiso moverse sin la anuencia de Porfirio Díaz, la cual nunca llegó. El longevo presidente prefirió sacarlo de la jugada política y enviarlo al extranjero. Sin chistar, Reyes tomó sus cosas y abandonó a sus partidarios dejándolos enardecidos.

Decepcionado de Reyes por su falta de agallas, Huerta regresó a la ciudad de México y durante la revolución de 1910 se mantuvo al margen de las operaciones militares. Se reincorporó tan sólo para encontrarse nuevamente en el sitio adecuado: el 26 de mayo 1911 formó parte de la escolta que acompañó a Porfirio Díaz a Veracruz y regresó a la ciudad de México para ponerse a las órdenes del nuevo gobierno.

El indio de Colotlán fue el brazo armado del presidente interino Francisco León de la Barra. Entre ambos lograron el rompimiento definitivo del maderismo y el zapatismo. A pesar de los innumerables encuentros, el caudillo del sur terminó considerando a Madero como un traidor, ya que mientras hablaba de paz, la campaña de Victoriano en Morelos –ordenada por De la Barra- alcanzaba extremos aterradores.

Con Madero en la presidencia desde el 6 de noviembre de 1911, los días de Huerta parecían contados. Don Francisco sabía hasta donde había llegado su responsabilidad en la represión contra los zapatistas y decidió mantenerlo alejado de su gobierno. Pero el destino pronto lo rehabilitó. En 1912, al estallar la rebelión de Pascual Orozco, la administración maderista envió a Huerta a Chihuahua a combatir a los revoltosos. La campaña fue un éxito; en unas semanas aplastó al movimiento armado e intentó acabar con la vida de Pancho Villa acusándolo de insubordinación, lo cual, para su mala fortuna no logró, gracias a la intervención casi milagrosa de Raúl Madero, hermano del presidente. Victoriano regresó a la capital con los blasones de general de división, pero con el rumor de haber intentado pactar con los orozquistas y los miembros de la oligarquía del estado, razones que despertaron las suspicacias de más de un maderista.

Cuando estalló la decena trágica en la ciudad de México, el 9 de febrero de 1913, Huerta no pensaba en la traición. No al menos en ese momento y no precisamente por lealtad al régimen de Madero. Estaba esperando el momento adecuado, las condiciones necesarias para obtener el poder. La suerte actuó nuevamente a su favor. Durante el primer día de enfrentamientos, el general Lauro Villar -comandante de la Plaza y hombre leal al presidente- resultó herido. Madero entregó entonces el mando militar a Huerta, quien prometió la victoria en pocos días. También los golpistas sufrieron una baja sensible. Con la muerte de Bernardo Reyes, ocurrida en ese primer enfrentamiento, los sublevados se atrincheraron en la Ciudadela, situación por demás desventajosa, ya que ante un ataque bien planeado no tendrían escapatoria. Las condiciones para Huerta eran inmejorables: tenía en sus manos el control de los dos grupos rivales. Le faltaba mover una pieza. La que debía colocarlo en la presidencia.

Huerta optó por la alianza con los rebeldes pero sin dar ventajas. En varias reuniones secretas realizadas en la pastelería El Globo –a las cuales se presentaba en estado de ebriedad- el general indio se entrevistó con el jefe de los rebeldes, Félix Díaz. En la embajada estadounidense, bajo el auspicio de Henry Lane Wilson, sellaron el acuerdo. Victoriano ocuparía la presidencia de la república, nombraría un gabinete con partidarios de Félix Díaz y convocaría a elecciones. Al sobrino de don Porfirio no le pareció del todo la idea, pero presionado por el embajador estadounidense terminó por aceptar.

La traición se consumó el 18 de febrero. Madero y Pino Suárez fueron aprehendidos por instrucciones de Huerta y al día siguiente presentaron sus renuncias. Pedro Lascuráin ministro de Relaciones Exteriores fue nombrado presidente, a su vez nombró secretario de gobernación a Huerta y luego renunció. Por ministerio de ley Victoriano ocupó la presidencia del país. Al respecto, el célebre escritor Federico Gamboa, futuro miembro del gabinete, escribió:

"Que desde el día 19 y 'conforme a la ley' (este 'conforme a la ley' vale las dos Californias y todo el Transvaal) asumió el poder ejecutivo de la República ¡el general de división don Victoriano Huerta! Ni un poquito me gusta, aunque en las circunstancias actuales y con tal de que sea por brevísimo tiempo, pase don Victoriano Huerta ¡y que Dios lo ilumine!".

El nuevo presidente no tenía en mente dejar el poder ni cumplir con lo pactado. En los siguientes días tomó medidas que mostraron su carácter para gobernar. El día 22 de febrero de 1913, Madero y Pino Suárez fueron asesinados por órdenes de Huerta. Meses más tarde removió a los miembros del gabinete y colocó en su lugar a sus incondicionales. De Félix Díaz se deshizo nombrándolo embajador extraordinario en Japón. En octubre fue muerto el senador Belisario Domínguez luego de un fuerte discurso en contra de Huerta. Ante las protestas del Congreso, el presidente disolvió la Cámara de Diputados y la XXVI legislatura fue encarcelada. El Senado prefirió desintegrarse antes de sufrir una humillación similar. El presidente asumió los ramos de Gobernación, Hacienda y Guerra y se erigió como dictador.

"Huerta no se preocupa mucho por saber a quién mata –escribió Edith O'Shaugnessy, esposa del encargado de negocios estadounidense-. Poco le interesa la vida humana (la suya propia o la ajena). Es un hombre fuerte y astuto; y si fuese capaz de conseguir unos cuantos mirlos blancos, con apariencia de patriotas, y si los Estados Unidos no estuvieran espada en mano, tal vez podría restablecer la paz en su patria".

Pero la paz era imposible. Desde el inicio de su gobierno enfrentó un levantamiento generalizado en todo el país acaudillado por Venustiano Carranza. La revolución constitucionalista –llamada así porque pretendía restablecer el orden constitucional roto por el golpe de estado huertista- contaba entre sus filas con generales de la talla de Francisco Villa y Alvaro Obregón, que en 17 meses acabaron con sus sueños de grandeza. La situación se complicó más cuando fue retirado de México su cómplice en la caída de Madero: Henry Lane Wilson, y la nueva administración de Washington se negó a otorgarle el reconocimiento de gobierno.

En abril de 1914, el gobierno huertista enfrentó una nueva invasión estadounidense. Desde el día 21 el puerto de Veracruz fue ocupado por tropas de Estados Unidos. El dictador quiso utilizar el conflicto con Estados Unidos como pretexto para llegar a un acuerdo con los revolucionarios pero Carranza se negó. Su prioridad era derrocar a Huerta.

El presidente pasó buena parte de su breve administración embrutecido por el alcohol. Algunos colaboradores decían que "cuanto más bebía más se le aclaraba el cerebro". Otros no compartían esa opinión. "No ocultaba su gusto por el coñac –recordaría su incondicional Nemesio García Naranjo- y no tardó mucho tiempo en adquirir fama de bebedor. Con frecuencia se le veía apurando copas en el Café Colón y en otros establecimientos similares. Le tenía sin cuidado lo que la voz de la calle dijera en relación con su gusto por las copas, y cuando fue Presidente, no alteró sus costumbres anteriores. Como consecuencia, se formó la leyenda de que su cerebro se encontraba siempre entenebrecido por el alcohol".

Curiosamente, el hombre que podía disponer de la vida de sus enemigos con una frialdad inaudita, era un amoroso esposo y padre cariñoso. La única lealtad que guardaba era hacia sí mismo y su familia. "Aunque las pasiones y los odios políticos lo hayan presentado como un ogro de gesto endurecido –refiere García Naranjo-, empapado de resentimientos y de amarguras, yo siempre lo vi lleno de optimismo y dispuesto a reír ¡Un indio alegre!"

Ante el avance incontenible de la revolución, el 15 de julio de 1914 Huerta presentó su renuncia. Para salvar la vida abandonó el país. A mediados de 1915 intentó regresar a México y organizar un movimiento rebelde. Rebasaba ya los sesenta años y su salud estaba visiblemente deteriorada por la cirrosis hepática. Acusado de conspiración y de violar las leyes de neutralidad fue recluido en Fort Bliss, Texas.

Ahí mostró que aún mantenía una fortaleza descomunal. Se cuenta que debido a su enfermedad fue sometido a una intervención quirúrgica. "Los cirujanos quedaron asombrados de que rechazara el anestésico y no obstante la tortura que sufría, se mantuviera en una inmovilidad estoica, mientras el bisturí se abría paso a la víscera delicada". El alcohol hizo su trabajo y falleció el 13 de enero de 1916 en El Paso, Texas.

"Las cualidades de Huerta fueron tan grandes que sólo pudieron ser superadas por sus defectos" –escribió García Naranjo. Si alguna tenía, desapareció bajo las sombras de la intriga y la frialdad del asesinato a mansalva. No fue un dictador más, antes que todo fue un traidor. En cada palabra de su renuncia se puede leer el tono cínico e irritante de la traición: "Dejo la presidencia de la república llevándome la mayor de las riquezas humanas, pues declaro que he depositado en el Banco que se llama Conciencia Universal, la honra de un puritano".

 


Quien tiene un amigo, tiene un tesoro


Enrique Galván-Duque Tamborrel

 

¡Amigos míos, cuánto os agradezco
que siendo quienes sois
seáis al mismo tiempo mis amigos!



Distraigo su atención sólo para compartir con ustedes algo que viví hace poco.

 

Yo no sé porqué desde hace mucho tiempo escucho que el mejor amigo del hombre es el perro. Yo tenía uno y la verdad es que nunca lo percibí como a un amigo.

 

Cuando la vida arrecia fuerte, los problemas pesan mucho y las lágrimas surgen en lo más íntimo del corazón, se apetece la compañía de un amigo y se entiende mejor aquello que dice la Sagrada Escritura "quién tiene un amigo, tiene un tesoro"

 

Recientemente tuve el gozo (y digo bien, ¡gozo!) de atender espiritualmente a personas cuyas vidas no son un poema de amor, que conocen en carne propia el sabor de la derrota y el aroma del fracaso en sus múltiples variedades de dolor y desesperación.

 

Aquí lo fácil es juzgar y condenar, señalar con el dedo y alegrarnos nosotros de no ser así, de haber tenido mejor suerte.

 

A un amigo se le reconoce cuando lo necesitamos, cuando requerimos de un consejo, cuando nos hace falta que alguien nos escuche y comprenda.

 

En esas personas, después de conocer sus vidas y las heridas que laceraban sus almas, su fondo y la amargura de su dolor, vi. de pronto brillar una esperanza. Habían encontrado, sorpresivamente, al mejor amigo.

 

Un amigo que es desde siempre y para siempre. Un amigo que sabe transformar el juicio en perdón, el pecado en pureza, la culpabilidad en inocencia, el sufrimiento en amor.

 

Uno de ellos me preguntó si el Cielo todavía era para él... Coloqué una imagen de ese amigo con el rostro agonizante en la mesa, comentamos juntos lo hizo por cada uno de nosotros y no fue necesaria otra respuesta. Gran hallazgo, ese amigo también había creado el Cielo para ellos, y diría más, pensando en ellos.

 

¡Cuánto nos hace falta descubrir el amor!

 

Esas personas que les comento, descubrieron que precisamente, cuando sentimos que tocamos fondo en la vida, cuando ya no le encontramos gusto a las cosas, es ahí precisamente, cuando en nuestra conciencia resuena la voz del amigo que viene en nuestra ayuda.

 

Su voz es suave y si no queremos no la escuchamos porque no usa violencia alguna, nunca sale en la radio ni en la televisión. Sólo gusta hablarnos en lo íntimo de la conciencia.

 

El amigo que así habla no busca nunca su propio interés sino el nuestro, sabe de dolores ya que Él los vivió primero que nosotros en carne propia y le agrada curar nuestras heridas más profundas, aquellas que tantas veces no nos atrevemos a reconocer.

 

Para mí fue un privilegio estar con ellos y poder contemplar y ser testigo que Él está cuando otros ya no quieren saber nada y nos ofrece sinceramente su amistad y su perdón. Y después dicen algunos por ahí que es aburrido ser sacerdote...

 

A todos ellos les vi con el rostro distinto, más tarde, terminada la Misa, con paz en el corazón y con una ilusión renovada en la vida.

 

¡Habían encontrado al amigo de sus almas!, "nadie tiene amor mayor que el que da la vida por sus amigos"... nos enseñaba el Señor.

 

Por cierto, que no se me olvide decirles dónde vive ese amigo para que lo puedan encontrar (si así lo desean), vive en dos lugares a la vez: en el Cielo y en el Sagrario de la Capilla, en realidad los dos son lo mismo.

 

Desde allí, enseña a los que le visitan cómo cambiar en el dolor en esperanza, el olvido en amor, la propia cruz de cada día en vida eterna, porque precisamente es "el mejor amigo"

 

Que no nos engañen más con aquello de que el mejor amigo del hombre es el...


Quizá no escuchamos a Dios

 

Querien Vangal

 

 

A cierta edad los niños nos preguntan todo. Por qué llueve, por qué los perros olfatean la comida antes de comerla, por qué papá a veces no puede mantenerse en pie en casa, por qué la abuelita camina con un bastón, por qué me piden que coma todo lo que me sirven si los mayores comen lo que quieren... A veces nos darían ganas de taparles la boca o de mandarlos a jugar fuera de casa...

Pero, si nos miramos en el espejo, hemos de reconocer que la edad de los porqués no es sólo una etapa pasajera en la vida del hombre. También nosotros querríamos saber por qué a unos les va muy bien y a otros muy mal; por qué hemos de sufrir esta enfermedad mientras que otros parece que no saben ni lo que es un dolor de cabeza; por qué los malos vencen y los buenos tienen que sufrir una y mil injusticias en un mundo que no funciona como debería; por qué ese miedo a la muerte y ese no tener del todo claro lo que va a pasar más allá de la frontera de la vida...

Otras veces dirigimos el porqué a Dios. ¿Por qué nos hiciste libres? ¿Por qué hay niños que mueren de hambre? ¿Por qué no soy feliz? ¿Por qué callas cuando hay guerras, injusticias o crueldades sin fin? ¿Por qué soy hombre y no ángel? ¿Por qué? ¿Por qué?

Muchas veces acallamos esas preguntas. Preferimos salir a ver una película, escuchar una canción, jugar con los amigos o amigas, o darle recio a las copas para creer que somos felices por unos instantes (que luego nos traen más problemas que satisfacciones...). Pero los porqués aparecen de nuevo, como el niño que no deja de mirar a sus papás cuando la respuesta que le dan no es suficiente, o cuando quiere saber, siempre más a fondo, el porqué de un porqué...

Jesús nos dijo que si no nos hacemos como niños no entraremos en el Reino de los cielos. Hay que aprender a preguntar y hay que aprender a escuchar las respuestas. Algunos niños se contentan en seguida con una explicación (si ven buena voluntad y cariño en los padres, aunque no sean expertos de todo). También nosotros, si sabemos abrir los ojos del corazón, descubriremos que Dios contesta mucho más de lo que creemos. Nos habla con la salida del sol, con el ocaso, con las estrellas, con las flores, con el viento y la lluvia, con el cariño de unos esposos y con los besos del hijo que nos desea las buenas noches. Nos sonríe en cada misa, cuando, con un amor sin límites, se hace presente en las manos del sacerdote que consagra el pan y el vino. Nos acompaña en el dolor y en el fracaso desde una cruz, con el silencio enamorado que supo saborear, hasta la última gota, la amargura del fracaso y de la traición. Y nos grita, con su fuerza de resucitado, que la muerte ha sido vencida, que existe un paraíso donde nos espera un Padre que es bueno.

Quizá no escuchamos a Dios porque, tal vez, hemos dejado de preguntar. Mientras, un niño se acerca a nosotros, y con su ingenuidad y su sonrisa, nos lanza, terrible, la pregunta que no querríamos oír: ¿por qué estás triste? Dios guiña un ojo tras las estrellas. Sabe que con El ya no hay tristeza en los corazones. Y el niño, a nuestro lado, nos mira y nos pide, con las palabras y con las obras, una respuesta que puede convertirse en compromiso e inicio de una nueva vida.

 

 

 

 



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